Es conmovedora la estupidez de quienes declaran, con solemnidad y sin recato, que nosotros retrasamos propositivamente la reiniciación del diálogo. Buscando pretextos, dicen, pretendemos dar largas a la solución del conflicto.
Primero. El EZLN reconoce los esfuerzos honestos y decididos del comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas, licenciado Manuel Camacho Solís, y del mediador, obispo Samuel Ruiz García, para crear condiciones favorables para la continuación del diálogo cuyo objetivo es lograr una paz justa y digna. En los últimos días, tanto el comisionado como el mediador se han empeñado en la solución de distintos obstáculos que se oponen al proceso de paz. El EZLN saluda esta disposición verdadera de estos dos mexicanos.
Ignacio Núñez Pliego [Mi, 16/iv]. Un pueblo no es el mismo después de la guerra. El indígena, el obrero y el campesino comprenden que no tienen por qué mirar al piso cuando les habla el patrón intentando humillarlos, ni por qué sentir vergüenza por saberse indios. Al contrario, tienen orgullo de serlo.
Primero. El día de hoy, 15 de abril de 1994, en horas de la mañana y a través de una transmisión radial, tomamos conocimiento de un ataque con armas de fuego en contra de un retén militar del ejército federal en las inmediaciones de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional se dirige a ustedes para declarar lo siguiente:
El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional se dirige a ustedes para denunciar lo siguiente:
Nosotros, hombres y mujeres pequeños y olvidados, hemos visto cómo su palabra abre nuestro corazón con verdad y dignidad. En la más grande tradición de lucha campesina mexicana, la Declaración morelense sigue la palabra de libre dignidad del Plan de Ayala y del Plan de Cerro Prieto que, en tiempos distintos, hicieron ondear nuestro máximo jefe histórico y general supremo Emiliano Zapata y el general Rubén Jaramillo. Por esto queremos que acepten ustedes los grados militares que les reconoce nuestro ejército con verdad.
Te voy a platicar una historia que me pasó el otro día. Es la historia de un pequeño escarabajo que usa lentes y fuma pipa. Lo conocí un día que estaba buscando el tabaco para fumar y no lo encontraba. De pronto, a un lado de mi hamaca vi que estaba caído un poco de tabaco y que se formaba una hilerita. La fui siguiendo para ver dónde estaba mi tabaco y averiguar quién carajos lo había agarrado y lo estaba tirando. A unos cuantos metros y detrás de una piedra me encontré a un escarabajo sentado en un pequeño escritorio, leyendo unos papeles y fumando en una pipa diminuta.
En estos momentos, decenas de miles de hombres, mujeres, niños y ancianos, indígenas mexicanos todos ellos, se encuentran reunidos en centenares de ejidos, rancherías, parajes y comunidades del campo mexicano. Llegan también nuestras manos hasta el corazón de asfalto.
En cumplimiento a órdenes recibidas del Comité Clandestino Revolucionario Indígena, comando supremo de las fuerzas revolucionarias zapatistas, se hace de su conocimiento el otorgamiento del grado militar de…