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Palabra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Oct102006

Jornada del 10 de octubre, en el Campo Pesquero Dautillos, Navolato

El delegado cuenta un cuento en la escuela primaria de Dautillos. Lea aquí la transcripción

Palabras del delegado zero en la reunión con adherentes en Dautillos Lea aquí la transcripción

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Palabras del Delegado Zero, en una escuela en el campo pesquero.
Dautillos Navolato. Sinaloa

10 de octubre del 2006

Nosotros venimos de Chiapas, que es también parte de México, ahí su maestra les va a enseñar dónde mero queda.

Nuestros niños son indígenas, de raíz maya. Y antes de que empezáramos a pelear por sus derechos no tenían escuela. Desde que tenían la edad de ustedes tenían que trabajar, cargar leña, cuidar a los hijos, aprender a cocinar.

Pero ya como nos estamos organizando, pues ya nuestros niños y niñas ya van a la escuela, pero antes no.

Y a veces pues, los maestros que también son de la comunidad cuentan cuentos. Yo les voy a contar un cuento que luego les cuento —que luego les cuento a los niños zapatistas y a las niñas zapatista que están allá—. Y es el cuento del Sapito Charco, o sea se llamaba Sapito y se apellida Charco, ahorita van a ver porqué.

Entonces resulta que era un Sapito que ahí andaba brincando pues por los campos de Chiapas y a veces cruzaba la carretera. Y andaba con su familia, con sus amigos y todo. Y entonces veía que a veces los aplastaban, pues la gente con sus zapatos o los carros cuando pasaban y los aplastaban a los sapitos.

Entonces este Sapito está muy preocupado cómo le va a hacer para que no le pase nada si es que los aplastan. Entonces, lo que hace es empieza a ver cómo le va a hacer. Y va a un charco que está en el camino, y ve que pasa un camión encima del charco, y el charco se desparrama y otra vez se vuelve a juntar y no pierde nada.

Entonces el Sapito dice:
—¡Ah!, pues está bueno así, viera que así pasa, que me aplastan pero como quiera otra vez me puedo reconstruir.

Entonces va y le pregunta al charquito:
—¡Oye charquito! ¿y cómo le haces tú para que cuando te aplasten no te pase nada?

—¡Ah! pues es que yo me hago como cuando llueve.

—¿Cómo? —dice—.

—Sí, para hacerte charquito, tiene que llover primero.

—Bueno —se queda pensando el Sapito— ¿pues cómo le voy a hacer, si yo soy sapito? ¿dónde voy a hacer que va a llover?

Y empieza a pensar y a darle vuelta y vuelta. Y se empieza a reunir con los demás sapitos. Y hace una reunión, así como están ustedes aquí.

Y entonces pide la palabra y dice:
—Compañeros y compañeras sapitos y sapitas. Está este problema que tenemos de que si andamos por ahí y no nos cuidamos nos aplastan y nos morimos, entonces tenemos que buscar la forma de que no nos pase eso.

Y entonces lo que dijo el Sapito, dice:
—Ya fui a preguntar dónde, y el charquito me dijo que pues hay que lloverse, pero pues eso está muy difícil, porque nosotros somos sapitos. Entonces, ¿qué podemos hacer? Pues tenemos que pensarle entre todos como hacemos una solución para que no nos pasa eso.

Y entonces ya se dieron cuenta pues, de que la gente los pisa o los carros porque no los mira.

Dice:
—Es que somos muy pequeñitos. Entonces, ¿cómo le hacemos para que nos miren?

Entonces empezaron a inflar el cachete, para ver si se hacían más grandes. Pero pues no se puede porque eran sapitos chiquitos, inflan su cachete, pues nada más se hace así, como quiera no lo miran.

—No, pues no sirve y nomás me duele la panza —dice el sapito—, porque por más que soplo no me puedo inflar. Entonces, ¿qué hacemos? —dice— pues vamos a juntarnos todos a ponernos de acuerdo.

Entonces están discutiendo todos juntos y va pasando una persona y ve que hay muchos sapitos y le da la vuelta. Y luego viene pasando un carro y ve que hay una gran, grupo de sapitos que están ahí, y le da por otro lado.

Entonces los sapitos se empiezan a dar cuenta que cuando están juntos si se ven y si los respetan.

Entonces, dice:
—¡Ah! Pues eso es lo que tenemos que hacer, es que ya no debemos andar solos, si queremos sobrevivir, si queremos vivir bien tenemos que unirnos todos.

Y ese fue el acuerdo que sacaron.

Entonces están los sapitos, siempre andan juntos. Por eso allá, en las montañas donde vivimos nosotros, de Chiapas, en las noches cuando llueve, se oye mucho el canto de los sapitos, pero no es uno, parece que es un sapo muy grande, pero si uno se asoma ve que están muchos juntos y que están cantando al mismo tiempo porque están contentos de que unidos, sí pudieron conseguir lo que querían.

Ese es el cuento que les conté. Gracias.

Palabras del Delegado Zero, Reunión con adherentes, en el campo pesquero
Dautillos Navolato. Sinaloa
10 de octubre del 2006

Buenos días compañeros y compañeras.

Queremos darles las gracias porque nos recibieron y queremos explicarles más o menos qué es lo que estamos haciendo y quiénes somos.

Veo que aquí hay cuando menos dos televisoras y algunos periódicos. Estas personas son reporteros, trabajan para la prensa y están cubriendo lo que ustedes dicen, pero si sale o no sale no es culpa de ellos, sino es culpa de sus jefes, que a lo mejor no les conviene. Pero también vienen en la Karavana, compañeros y compañeras que su trabajo es sacar la noticia de la gente de abajo, son los compañeros que ven con cámaras y pequeñas grabadoras.

Y nosotros sabemos que si le preguntamos a Felipe Calderón —que dice que va a ser presidente— ¿qué sabe de Dautillos? va a pensar que le estamos hablando de un postre, va a preguntar que cómo se come eso, porque no conoce ni siquiera su propia Patria, que dice que va a gobernar.

Y a lo mejor si le preguntamos al gobernador de Sinaloa o a la familia Millán, ¿qué es Dautillos? Tampoco va a saber. Y probablemente el presidente municipal de Navolato tampoco sepa, porque resulta que para los gobernantes, los que estamos abajo no contamos, pero entre nosotros, entre los que estamos abajo sí contamos.

Y estos compañeros y compañeras que se llaman de medios alternativos, sacan su voz, su imagen y la mandan para que la conozcan, por ejemplo, los pescadores de la Costa de Chiapas, de Quintana Roo, de Yucatán, de Veracruz, de Michoacán, de Guerrero. Eso que antes no se sabía, ni siquiera que existía este pueblo, a la hora que ustedes están contando su dolor, su indignación, su rebeldía, otros como ustedes, también pescadores o también familias de pescadores, los están escuchando.

Y por eso viene esa gente. No reciben paga, no reciben nada, más que lo que nos puedan dar de comer cuando pasamos en algún lado y dormimos pues donde nos meten. Y ellos mandan esos mensajes de ustedes y se los mandan a otros compañeros en todo el país y en otras partes del mundo, en Estados Unidos y en Europa. Entonces lo que está haciendo la Otra Campaña, esto que estamos juntos varias organizaciones, es sacando y haciendo grande la voz que antes no contaba, que es la voz de abajo.

Si vemos los noticieros, los periódicos, la radio, la televisión, pues sale qué dice Felipe Calderón, qué dice López Obrador, qué dice Fox —que siempre dice puras tarugadas, lo sabemos bien—, pero no sale qué es lo que dice la gente de abajo.

Y si uno ve las noticias de lo que hay en Sinaloa, nada más es que hay narcotráfico y guerra, guerra de narcotraficantes. Pero ¿dónde se habla de la gente que trabaja?, ¿o de la gente que está sufriendo?, ¿o de las cosas que nos estuvieron platicando ahorita que está pasando aquí?, aquí que es su vida propia. Como nadie se entera, parece que no está pasando nada. Y lo que está haciendo la Otra Campaña es demostrando que si están pasando cosas, que Sinaloa no es el narcotráfico, sino Sinaloa son los campesinos, los pescadores que lo están levantando, los trabajadores, y que eso lo conozcan en otras partes.

Cuando pasamos en la Costa de Chiapas, pasamos en un poblado camaronero también, más pobre que éste en el que estamos. Y nos platicaban los compañeros de la Otra Campaña, dicen: “sacamos cuarenta kilos de camarón supon, —nos decían— treinta tengo que usarlo para pagarle al gobierno el impuesto que me pone por dejarme pescar camarón y los otros diez kilos se los lleva el inspector o la policía porque inventa un pretexto de que no tengo un papel o algo y se lleva todo, y resulta ahora, entonces —dice él—, que si trabajo, trabajo para el gobierno, ni siquiera puedo poner en la mesa el camarón que necesita mi familia para comer, mucho menos para vender, para poder comprar ropa, medicina, para mandar a los hijos a la escuela”.

Y no los platicaron una familia de pescadores, así como ustedes hablaron —igual—, con el mismo modo y con la misma forma: sencillo y claro, sin buscar palabras duras o rimbombantes, porque así es como vivimos. Y ahora dice este pescador de Chiapas, de Tonalá, de la Costa de la Costa pacífico de Chiapas dice: “y ahora con la veda, es un delito trabajar —dice—, este país está loco, porque la gente que trabaja es un delincuente, y la gente que roba es gobernante”.

Y lo sabemos bien pues que los gobernantes en Sinaloa, en Chiapas, en cualquier parte de la República son los que roban, los que deberían estar en la cárcel. Y un pescador que está todo el día arañándole al mar para sacarle algo para comer y, además, para poder conseguir algo de paga para resolver sus necesidades: ese es un delincuente. Entonces decía este compañero, este pescador: “es que esto es como una guerra”.

Yo les pregunto. Vamos a la colonia donde vive el presidente municipal de Navolato o donde vive el gobernador de Sinaloa, y vamos a ver si cerca de su casa hay un basurero y van a ver que no.

Vamos a preguntarle ¿cuánto se gasta en salud? y va a decir: “yo no gasto nada, me lo paga el mismo estado”.

¿Y qué trabajo hace el presidente municipal, el diputado o el gobernador? Nada. Porque su trabajo debía ser estar pendiente de la gente de Sinaloa. Y hasta donde yo sé, este lugar es parte de Sinaloa y es deber de los gobernantes, del presidente municipal, del gobernador y de las cámaras de diputados, estar pendiente de la gente que —como ya dijeron ustedes—, sólo se acerca a la hora que quiere el voto. Y entonces sí promete muchas cosas, y ya no lo vuelven a ver, ni siquiera cuando se va.

Tal vez lo van a ver en las noticias, cuando salga que se robó dinero o que resulta que era narcotraficante —además de diputado, de presidente o de gobernador—, como ha pasado muchas veces en el noroeste de México. Y entonces, bueno, pues ya, pero además ni siquiera está en la cárcel, porque se escapa o mete un amparo y todo eso.

Y todos esos derechos que tienen los grandes políticos para no entrar en la cárcel no valen a la hora que es una gente pobre. Esto que nos explicaron ustedes es como una guerra pues, porque no lo vamos a llamar de otra forma. Si uno ve aquí: ve el basurero, ve toda la insalubridad que hay, y ve a la gente que se está muriendo de hambre, es como si hubiera pasado una guerra, como si hubiera caído una bomba y estuviera matando a los niños de enfermedad. Y eso es lo que quieren: que se vayan ustedes.

Si no los pudieron doblegar con toda las prohibiciones que pusieron en el camarón, entonces las grandes armadoras, junto con los grandes empresarios y el gobierno, lo que hacen es tiran el precio del camarón.

A nosotros nos lo hacen con el café, nosotros somos indígenas de Chiapas. Nosotros sembramos maíz y frijol, que es lo que comemos y, con el café, que vendemos, con ese conseguimos un poco de dinero para comprar algo de ropa, el machete para trabajar y, si alguien se enferma, poder conseguir la medicina. También tiraron el precio del café, porque las grandes plantaciones querían poner el precio más alto.

Entonces en lugar de correrlos de aquí, que venga la policía y los saque, lo que hacen es: vamos a tirar el precio del camarón y que salga más caro trabajar que no trabajar. Porque ustedes lo explicaron muy bien, entre la gasolina, el hielo y todo eso, a la hora que vende el camarón, resulta que le estás poniendo dinero para poder venderlo y no sacas nada.

Y ¿qué es lo que pasa? Que la gente dice: “no, pues es que aquí ya no se puede trabajar, vámonos para otro lado”.

Y empiezan a desaparecer las cooperativas y los pequeños productores de camarón, y el que va de gane es la armadora. Y van a ver que cuando desaparezcan esto va a subir el precio del camarón, porque entonces si ya van a poder ponerle el precio ellos, porque nadie más va a vender camarón.

Y entonces, todas las familias que su tradición, y que es lo que saben hacer, así como nosotros sólo sabemos trabajar el campo, los pescadores saben trabajar el mar. Y ahora resulta que vienen licenciados que ni siquiera se meten al agua en la bañera —yo creo que ni se bañan—, mucho menos conocen el mar. Y dicen: “aquí se va hacer esto, y esto, y esto”. Y ¿dónde está la voz de los pescadores que son los que sí conocen?, ¿de cuando a acá el pescador va a hacer que el mar se muera?

Ahora resulta que le están diciendo: “No, tú no hagas eso, porque entonces el mar se va morir, yo lo voy a proteger”. Y no es cierto, están protegiendo a las grandes armadoras. Lo que quieren es hacer que todos ustedes se vayan de aquí y les dejen el campo libre a ellos. “Vamos a romper la cooperativa bajando el precio, vamos a romper a las familias llenándolas de enfermedades y de desprecio”, porque para ellos, eso es lo que somos nosotros para los políticos: el basurero.

Y como para acá no vienen turistas, por acá no viene la televisión, ni la radio, ni los periódicos, nadie se va a dar cuenta que estamos viviendo en medio de la basura, como si fuéramos animales de la basura, que son lo más bajos: las ratas.

Y resulta que los grandes políticos —que son los que no están trabajando— están viviendo en grandes residencias. Y ustedes hagan la cuenta: vean cuando alguien entra de político, de dirigente, y que entra así que no tiene ni con que taparse la cola, y al rato ya tiene casa, carro, bien vestido, ya habla de otro modo y cuando nos topa en la calle, voltea para otro lado, ¿o qué no?

Pero a la hora que quiere el voto, sí se baja acá y dice: “yo, con ustedes y hasta morir”, y no sé que, pero en el momento en que están en el poder ya se olvidan. Y entonces nosotros tenemos que pensar dos cosas: podemos pensar que ojalá que llegue uno bueno, ojalá que uno nos va a salvar, ojalá que un político sí va a cumplirle al pueblo —pues nosotros llevamos esperando quinientos años eso y no pasa—.

Y así nos pasó a nosotros. Nosotros somos indígenas de Chiapas, de raíz maya. Somos mexicanos. Y nosotros no teníamos nada, más que un pedazo de tierra lleno de piedras para trabajar. Sembrábamos maíz y eso es lo que comíamos. No había escuela, no había hospitales, no había nada, no existíamos. Entonces sembrábamos un poco de café y tratábamos de venderlo. Como nosotros no hablamos español, hablamos lengua maya, llegábamos a la ciudad con nuestro bulto de café, así como ustedes llegan con el camarón.

Y llegábamos y topábamos al coyote —que le decimos nosotros—, que es el intermediario, y nos engañaba con el precio, porque como no sabemos español, entonces no decía una cantidad y nos daba otra. Y entonces él agarraba ese café y lo vendía más caro. Pero entonces a nosotros no nos quedaba nada, porque allá no hay carreteras ni caminos, entonces había que pagar el camión para poder llevar el café a la ciudad, y a la hora que regresaban, ya no quedaba nada, se gastó todo en llevar el café, o sea no sale —decíamos—, no sale trabajar el campo.

Y pasó entonces también, que así como platicaron ustedes, hubo muchas enfermedades y los niños se empezaron a morir en serio, a morir, menores de cinco años. Y entonces dijimos nosotros: ¿para qué queremos a los gobiernos? Lo que tenemos que hacer es que se vea qué es lo que está pasando aquí y, por eso, nos alzamos en armas hace doce años, el primero de enero del 94.

Nosotros, somos mexicanos, porque en las noticias estuvieron diciendo que somos extranjeros y no sé que. Y los jefes del EZLN son indígenas, que la mayoría no habla español, nunca fue a la escuela, pero sabe lo que quiere, y sabe que tiene que luchar por conseguirlo.

Hicimos el trato con el gobierno de que vamos a dialogar para que se acabe la guerra. Y ¿qué quieren? dijo. Nosotros queremos que nos respeten como indígenas que somos, porque por ser indígenas nos tratan como si fuéramos animales. “Está bueno”, dijo el gobierno, y firmó un papel que no cumplió. Ningún partido político lo cumplió.

Entonces nosotros dijimos: ¿para qué queremos al gobierno si nomás lo estamos engordando y enriqueciendo? Y entonces, nosotros mismos nos organizamos e hicimos nuestra propia autoridad. Y logramos construir nuestras escuelas y nuestros hospitales y nuestro sistema de salud que ahí, mal que bien, ahí van tirando, pero nos faltan muchas cosas y vemos que no podemos solos. Que tenemos que unirnos con otras gentes para luchar, pacíficamente, civilmente —no estamos diciendo que hay que alzarse en armas—, sino que organizarnos todos para exigir nuestros derechos.

Y entonces, vamos pasando por cada lugar, y nosotros decimos: tenemos que hacer otra política. Porque la política de arriba ¿qué es? Que llega el candidato, tira su rollo, reparte unas gorras o unas tortas, y anda vete, se va. Y luego el líder sindical o lo que sea, dice: tienes que votar por el PRI, o por el PAN, o por el PRD, por el que sea, porque si no te voy a descontar o te voy a quitar. Bueno, va y se vota. Y al final las cosas siguen igual, no importa qué partido político pasa.

Entonces nosotros dijimos: vamos a hacerle al revés, vamos a andar por cada parte del país, ahí donde no va la gente, donde no van los políticos y vamos a hacer que la gente diga sus problemas, que diga cómo está luchando, cómo se está organizando, y que en otras parte de México también se conozca.

Y entonces nos juntamos entre varias organizaciones, porque no sólo viene el EZLN aquí, viene el Partido de los comunistas, viene el Frente Popular Francisco Villa Independiente —que hace trabajo con colonias—, viene la Uníos, vienen grupos y colectivos que hacen comunicación y periodismo alternativo, trabajo cultural, vienen de muchas partes del país, que los escucharon —como los escuché yo—, y que los van a escuchar otros compañeros y otras compañeras en otras partes del país, que es gente igual que ustedes. No los grandes políticos. No los grandes medios de comunicación.

Entonces lo que nosotros estamos planteando es: si los compañeros y compañeras de aquí, de Sinaloa, de este lugar, de este municipio, de este estado, de esta parte del país, se organizan para exigir sus derechos y nadie los escucha, y nadie los apoya, se van a quedar solos. Pero si ustedes se organizan y esto que están planteando del camarón, del seguro social, que ojalá salga en las noticias, porque el baboso de Fox dijo que había el seguro popular y que ya todos estábamos sanos y estaría bueno que escuchara esto y que las cámaras tomaran los basureros que están acá afuera, porque de los moscos no necesitan platicarles, porque ahorita yo veo que todos se están rascando, todos los que venían en el autobús y también los periodistas.

Y que le enseñaran a Fox, “ahí está tu gobierno que dices que seguro popular”, o “ahí está Calderón, tú que dices que hay que privatiza más cosas, esas son las cosas que hay que cambiar y que no quieres cambiar”.

Si ustedes plantean estos problemas y se organizan y empiezan a luchar, si lo hacen ahorita así nada más, van a luchar solos. Pero si lo hacen junto con nosotros, van a recibir el apoyo, no sólo de los zapatistas de Chiapas —que son indígenas mayas—, de pescadores que están igual que ustedes, de organizaciones obreras, de organizaciones campesinas, de colonos, que van a conocer primero su lucha, no porque se las cuente yo, sino porque ustedes mismos la contaron, de su propia voz.

Y a la hora que estén demandando, que tengan un problema, que en otras partes del país también se levante la voz para pedir justicia. Y al revés, que cuando el campesino o el obrero o el pescador en la Costa de Chiapas, o en Quintana Roo, tenga un problema, también la gente aquí de Dautillos lo apoye. Así nada más diciendo: “¡órale, échale ganas!”. Porque a veces pasa que cuando estamos luchando nos sentimos solos, que nadie nos va a hacer caso, que nadie se está dando cuenta de lo que está pasando. Y a partir de ahora, lo que pasa aquí en Dautillos se conoce en todo el país y en otras partes del mundo.

Y la pregunta que les van hacer es: ¿qué van a hacer?, ¿van a esperar a que un político les resuelve el problema o ustedes mismos se van a organizar de alguna forma para exigir sus derechos?

Porque sí es una fregadera —no sé otra palabra para decirlo— que el camión de la basura que se descompone sea el que viene a Dautillos. ¿Por qué no se descompone el que limpia la casa, la cuadra, donde vive el presidente municipal de Navolato? ¡Qué casualidad! O qué casualidad que el camión que se descompone es el que recorre toda está zona y el que está bueno el camión, es el que recorre la zona residencial donde viven los ricos en Navolato, o en Culiacán. ¿Por qué no nos hacemos esas preguntas?, ¿por qué no le decimos al presidente municipal, cambiémos? “Tú quédate con los descompuestos y mándanos los que sí sirven”. Porque no le importa, pero si nos organizamos y les exigimos le tiene que importar, porque no puede estar fingiendo que está gobernando si la gente que gobierna no está conforme, está indignada, porque eso es lo que sentimos ahora, que hay indignación por eso.

Si nosotros denunciamos lo que están haciendo las empresas camaroneras, las grandes armadoras, y lo escuchan los compañeros de Michoacán, de Chiapas, de Oaxaca, que es toda la zona donde hacen pesca de camarón, y dicen: sí es cierto, pongámonos de acuerdo y obliguemos a las armadoras a respetar el precio. Porque ustedes no ponen el precio, si pusieran el precio del camarón ustedes podrían sacar: “tanto de la gasolina, tanto de la chinga de estar todo el día en el agua, tanto del hielo y tanto de llevarlo al mercado; por lo tanto el precio del kilo del camarón es tal”. Y ese debía respetarse porque es así como se está reconociendo su trabajo. Y no que hacen toda esa cuenta —échale que sale cien pesos— y van al mercado y el kilo de camarón lo dan en cuarenta, resulta que le tuvieron que poner sesenta pesos ustedes de su bolsillo. Y ¿de dónde? Porque todavía hay que mandar a los hijos a la escuela, o si alguien se enferma hay que curarlo, y más si es una enfermedad —como nos platicó la compañera— que es de alto costo, que hay que darle medicina que es muy cara, pues menos. Y ni modo que va a dejar que su hijo se muera o que le pase algo porque tiene ese problema.

Y lo sabemos que cuando alguien empieza a rebelarse, a protestar —como nos platicó el compañero—, lo sacan, lo persiguen o lo amenazan de muerte. Porque aquí sabemos de la historia de una familia, que dos muchachos tuvieron que salir porque están amenazados de muerte. Y ¿por qué están amenazados de muerte?, ¿porque son narcotraficantes? No ¿Mataron a alguien? Tampoco. ¿Por qué? Porque no están conformes con la situación y cualquiera que se rebela, luego luego lo quieren pegar, así como al compañero lo despidieron, a cualquiera que se quiera rebelar.

Pero si ya nos juntamos y alguien es atacado o reprimido por su lucha, pues entonces, nosotros lo que decimos es: tenemos que protestar en todo México, como pasó con los compañeros y compañeras de Atenco, que en todo México se movilizó y también en otras partes del mundo. Imagínense qué hermoso que algo le pase a alguien aquí de Dautillos por luchar, y que alguien en Europa diga: “yo no estoy de acuerdo con la represión que hubo en Dautillos”. Y entonces, Dautillos empieza a aparecer en el mapa, no nada más en el mapa de los explotadores, que son los que están destruyendo este poblado, sino en el mapa de los que se están organizando y luchando junto con otros en Sinaloa y junto con otros en el noroeste de México, y junto con otros en todo el país.

Entonces nosotros, toda esta gente que viene de la Otra Campaña, no les estamos pidiendo el voto, ni estamos viendo que si Marcos, o Don Sergio va a ser presidente municipal de Navolato y entonces sí va a mandar los botes de basura. Nosotros lo que estamos diciendo es que la gente de aquí tiene que organizarse sola, y tiene que poner a sus propios dirigentes, porque ustedes se conocen entre sí, a mí no me conocen, pero entre ustedes sí, y en su misma gente sí sabe los problemas.

¿Quién va a decir mejor los problemas de un pueblo pescador que un pescador, o que una mujer que es familia de pescadores? ¿Quién va a entender mejor los problemas de la educación, sino un ama de casa que sabe lo que cuesta mandar a alguien a la escuela? Y luego, tanto batalla para mandarlos a la primaria, y luego a la secundaria, y luego a la técnica, y si el muchacho o la muchacha quiere ser profesionista, a la universidad, ¿de dónde va a salir la paga? Y uno puede ver que el muchacho y la muchacha es inteligente y que va a aprender y que merece saber, ser doctor, ingeniero, químico, lo que sea, pero ¿de dónde va a salir el dinero si todo se lo está llevando el camarón? Y además, cuando ya tenemos precio, ¡nos meten a la cárcel por trabajar! Y ¿vamos esperar entonces que haber si entra el nuevo presidente municipal y haber si entonces sí? Lo saben que no va a cambiar.

¿Si va cambiar con Felipe Calderón? No va a cambiar, cualquier político que entre no va a cambiar. Lo que nosotros decimos es que tenemos que organizarnos y conseguir aquí, nosotros mismos, esas cosas.

Imagínense, por ejemplo, que sacan —lo que nos platican— que pasa el camión de la basura y que ya no llega acá porque está lleno, pues lo paran y le dicen: “sabes que m‘hijo, baja la basura aquí, vacías el camión y vas con nosotros y vas a recoger la basura porque la vas a recoger. Y entonces sí ya te vas otra vez. Y esa que quedó tirada, a ver cómo le haces, tú la recoges o llévasela al presidente municipal y se la pones en su casa”.

Ojalá y que ahora que están los medios de comunicación aquí de Sinaloa se conozca esta situación, porque es injusto, están matando a la infancia de aquí con esos basureros, y con esas condiciones de higiene. Y están matando a todo el pueblo, con eso que están haciendo con el camarón y están haciendo criminales. ¿Qué es lo que quieren que haga la gente de aquí?, ¿qué se vaya de narcotraficante?, ¿qué se vaya de político? —que es donde ganan bastante dinero—, ¿o que se vaya a Estados Unidos a buscar trabajo? Y entonces ¿quien va a trabajar aquí?, ¿dónde van a quedar los mexicanos si a los que están trabajando tienen que irse a buscar la chamba a otro lado?

Nosotros pensamos que su lucha no sólo es justa, pero lo que no debe ser es que quede sola compañeros, compañeras. Lo que nosotros decimos es que se tienen que unir, respetando cómo es su forma, cuál es su forma de organizase, su forma de pensar, de tomar decisiones, junto con los que están en Chiapas que son pescadores igual que ustedes, con los de Quintana Roo que están en la cárcel por pescar, no por robar ni por vender drogas, es porque pescaron.
—Y usted ¿a qué se dedica? —le preguntan a ese pescador—.
—Pues a pescar.
—¿Y su papá?
—A pescar.
—¿Y su abuelo?
—A pescar
—¿Y su bisabuelo?
—A pescar. Mi familia es de pescadores, pero antes era una forma de vivir y ahora por esa forma de vivir estoy en la cárcel.
—¿Por qué lo metieron en la cárcel?
—Porque me encontraron cuarenta kilos de camarón en época de veda.

Y ahí donde lo están agarrando, compañeros, compañeras, está pasando el barco camaronero de la armadora, repletas las bodegas y la Marina no dice nada. Al que está chingando es al que está bien jodido. Y ese compañero que les estoy platicando no habla español habla lengua maya, es de Quintana Roo y está en la cárcel. Y estamos haciendo porque salga, porque su caso se conozca, porque se solidaricen otros, porque al rato va ser uno de ustedes o de otro lado, pero si nadie se da cuenta y nadie mira para abajo, tenemos que mirarnos entre nosotros y entre nosotros apoyarnos.

Entonces, lo que nosotros les estamos ofreciendo no es que vamos a resolver el problema. Nosotros les estamos ofreciendo que si ustedes se organizan para resolverlo, los vamos a apoyar, en todo el país, porque estos compañeros que ven que vienen con la Karavana tienen trabajo en todo el país, y algunos tienen trabajo en otros países, porque llegan sus noticias a otras partes del mundo.

Y a lo mejor alguien dice: “yo te ayudo haciendo un documento”. Y otro dice: “yo te ayudo porque tu voz, la van a escuchar en España o en Francia, o en Estados Unidos o en Australia”, que queda bien lejos.

Entonces nosotros los invitamos a eso, a que se organicen ustedes mismos, mantengan su autonomía. Que no esperen de los políticos nada, todo lo que tengan lo van a tener que conquistar ustedes mismos, para ustedes y para sus hijos —como dijo el compañero—. Y unidos con otros, podemos conseguir no sólo que nos dejen trabajar —como dicen que pasó este año—, sino que el trabajo valga, porque de qué sirve que no te molestan para trabajar, si a la hora de la hora el camarón no tiene precio.

Debíamos luchar juntos en todas partes porque los productos, del campo y del mar que son de la gente trabajadora, sí tengan precio. Porque pasamos por otra parte de Veracruz, dicen
—Compañero Subcomandante, está la bodega llena de maíz
—¿Y luego?
—No lo puedo vender porque no hay precio, me sale más caro moverlo al mercado que tirarlo, entonces lo tengo guardado ahí a ver si sube el precio.
— Y ¿quién va a subir el precio?
—Quien sabe —dice—, el gobierno es el que dice este es el precio, y ahorita está muy bajo, no me sale.

Entonces, de qué sirvió que esos campesinos estuvieran todo el día trabajando la tierra, si su producto no tiene precio. Así como ustedes explican: “de qué sirve que estamos en el trabajo todo el tiempo, en el mar para sacar el camarón y a la hora de la hora no tiene precio o, tiene y se nos hecha a perder porque no hay hielo, porque no hay congeladora”.

Entonces nosotros estamos señalando esto, ¿por qué la gente que trabaja no tiene?, ¿por qué la gente que trabaja tiene los basureros, la insalubridad, no tiene seguro médico, no tiene precio para su producto? y ¿por qué el que no trabaja vive en una buena casa, tiene buena salud, tiene un bonito jardín, tiene un buen sueldo, no se enferma o si se enferma lo atiende un gran doctor? ¿Por qué si no trabaja?. Y es donde nosotros decimos: ahí está mal.

Y eso sí no podemos echarle la culpa a dios, que dios así quiso. Porque si ustedes piensan que estamos así porque tenemos mala suerte, o porque dios nos hizo tarugos o porque nos hizo cobardes, están equivocados, dios tiene otro trabajo. Nuestras condiciones, nuestra libertad, nuestra justicia, nuestra democracia, la tenemos que conquistar nosotros mismos organizados, y no que venga otro a mandarnos, nadie, ni Marcos ni nadie, sino la misma gente de aquí.

Eso es lo que nosotros les estamos proponiendo, compañeros y compañeras, ahora de por sí les digo, con estos compañeros y compañeras de otras organizaciones que vienen en la Karavana: su voz no se quedó aquí, ni siquiera se queda en el cuaderno que llevo yo. Ya está llegando, va a empezar a llegar, por la la Internet y por otras formas que tienen ellos, va a empezar a llegar a otros compañeros y compañeras, miles en México y en otras partes del país.

Y ahora que vamos a Estados Unidos —bueno vamos a ir a la frontera pues— y vamos a hablar con los compañeros mexicanos que están del Otro lado, pues les vamos a contar toda esta historia. Y a lo mejor muchos de ellos nos van a decir: “sí, yo por eso tuve que salir de México, porque no hay trabajo, porque no hay justicia y porque no hay democracia”.

Y entonces, lo que tenemos que hacer es que haya trabajo justo, que haya buena vivienda, que haya educación, que haya salud, todo lo que necesitamos pues para poder vivir en paz. Si no es que queremos tener unos grandes carros, queremos que los hijos no se enfermen, que puedan estudiar hasta la universidad, que el camarón tenga precio, eso es lo que queremos, no queremos enriquecernos. Porque eso lo que es justo por el trabajo que tenemos.

Es lo que estamos diciendo en donde estamos pasando, compañeros, compañeras. Donde llegamos, primero habla la gente y cuenta su historia, a veces tiene miedo, porque de repente qué tal que le van a hacer algo. A veces tiene pena, porque no sabe hablar delante de mucha gente, o a veces no habla castilla. Y como quiera, tenemos que buscar su voz, tenemos que conocer su historia para que la conozcan otros y para que ya no estemos solos.

Ese es el mensaje fundamental de nuestra lucha, de la Otra Campaña, es que ya no estemos solos más, que no importa si uno está en Chiapas o está en Sinaloa o está en Yucatán, o está en Tijuana o está en Chihuahua, o en la Ciudad de México, ya no esté solo: que sepa que hay alguien que lo apoya, que es igual que él, humilde y pobre y que tiene las mismas necesidades.

Es toda mi palabra, compañeros y compañeras. Gracias.

 

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10 Comentarios »

  1. Sigo sin acceder al rss. En el encabezado de esta pagina (enlacezap..) me aparece lo siguiente: :
    WordPress database error:

    nota del admin: compa, estamos en eso, no es que se nos haya pasado. En días pasados hicimos cambio de servidor para que esta página funcione mejor, pero bueno, algunas cositas las tenemos que ir ajustando. Gracias por el interés y sobre todo por que se ve que le estás sacando buen provecho a la página, y haciendo uso de esas caracteristicas de la pagina, que no están de adorno sino para ser utilizadas; nos alegra saber que si son utiles para l@s compañer@s y nos apresuraremos a componer ese problema.

    Comentario de rosa cruz — octubre 11, 2006 @ 1:56 am

  2. A luta é mundial! mas iremos conseguir vencer? Abraço a todos vocês!

    Comentario de Filie Pinto — octubre 11, 2006 @ 4:51 am

  3. A seguir:::Siempre adelante

    Los esperamos los adherentes en Coahuila. Con la frente en alto.

    Comentario de Arido Norte — octubre 11, 2006 @ 10:46 am

  4. que sigan adelante…
    ustedes son una esperanza para todos
    aqui la cosa està dura igual..pero ni modos le hacemos la lucha

    Comentario de DANIELE — octubre 11, 2006 @ 11:35 am

  5. Comapañeros de Dautillos:
    Reciban un cordial saludo desde el Totonacapan.
    Animo.
    La otra Papantla.

    Comentario de Víctor — octubre 11, 2006 @ 12:02 pm

  6. SALUDOS COMPAÑEROS DESDE QUERETARO HASTA SINALOA, LOS SALUDO Y LOS FELICITO POR SU LABOR DE SER PESCADORES…LABOR HUMILDE PERO LOABLE, SABIO ES EL PESCADOR QUE ENTRE SUS REDES NO SOLO PESCA PESES SINO SUEÑOS DE UN MEJOR PORVENIR, DE UNA LUCHA, DE ESA LUCHA DE QUE TODOS SEAMOS IGUALES, PUES NO EXISTEN LIMITES, NI FRONTERAS, LAS CLASES SOCIALES LAS INVENTARON LOS IGNORANTES, LOS QUE DESDE CURULES, FUEROS Y TRETAS TEJIERON SUS PROPIOS E INFRUCTUOSO SUEÑOS, TAN EGOLATRAS, TAN VANALES, PERO SUS SUEÑOS HERMANOS Y HERMANAS DE SINALOA SON VERDADEROS SUEÑOS, VERDADEROS POR EL SOLO HECHO SE SER SUEÑOS TRAZADOS CON EL CORAZÓN, CON LA ESPERANZA, DE VER UN MEJOR MAÑANA, FUERA DE LA CORRUPCION, DE LAS DROGAS Y TODOS ESOS MALES PERO NOSOTROS SOMOS UN SOLO PUEBLO, UNA SOLA VOZ QUE CALMA JUSTICIA, LIBERTAD, TIERRA, FE Y ARMONIA, LUCHAMOS ENCONTRA DEL CAPITALISMO YANQUI, DE LOS VENDE PATRIAS, COMO SON NUESTROS GOBERNANTES Y MIENTRAS SEAMOS TODOS LOS QUE SOMOS Y SEAMOS TODOS LOS QUE ESTAMOS NUESTRA VOZ SE IRA ESCUCHANDO, POR LOS DIFERENTES CAMINOS DEL MAÑANA, EL DOLOR DE NUESTRA PATRIA ES GRANDE, NUESTRAS CARENCIAS MUCHAS PERO NUESTROS SUEÑOS SON LA MAGIA QUE AUN MANTIENE NUESTRAS ESPERANZAS VIVA ZAPATA.

    Comentario de XOLO XOCHILT — octubre 11, 2006 @ 4:48 pm

  7. quiciera hacerle una pregunta a l@s companer@s del EZLN, de la otra campana, y a los adherientes. Ustedes que piensan de las companias que venden camisetas con las imagenes del che guevara, del seubcomandante marcos, del EZLN, etc…? el otro dia me encontre con un pariente lejano del che y me pregunto «que pensaria el che de la manera que usan su imagen para vender ropa?» este muchacho joven tambien me dijo que no esta contra el capitalismo y que tampoco esta de acuerdo con la manera en que el capitalismo empobrece a la gente que no tiene voz pero que a la misma vez el no quisiera vivir pobre.

    Comentario de juan b — octubre 11, 2006 @ 6:34 pm

  8. Ay perdón, amigos, pero No puedo, no puedo evitarlooooo..
    ahí en la fuente, había un chorrito, se haciagrandote se haciachiquito.
    La patitaaaa… cu-cú, cú-cu. Se me hace que al sup ya mero lo vamos a ver con sombrero de Napoleón. Ay perdón, esque tengo mucha risa, adiós.

    Comentario de Rocío — octubre 12, 2006 @ 6:08 pm

  9. Y de donde salió la tal «Rocio». Creo que ya es la segunda o tercera vez que escribe, puro mensaje de odio y burla, caray, ni el mínimo sentido de expresar alguna crítica, por mas dura que fuera, puro hígado, se ve que odia a los zapatistas, quién sabe si sea sólo una racista o una perredista ardida por que le dijeron sus verdades al otrora hijo pródigo de Slim. Sus comentarios no hacen más que dar pena ajena. Siento lástima por ella, parece como si llegara corriendo, gritara algún ruido raro para llamar la atención, sacara la lengua, y saliera corriendo riendo, como si tuviera alguna afección mental… qué pena.

    Comentario de Juan Meza — octubre 13, 2006 @ 7:44 am

  10. compas tod@s de la otra:
    disculparan la insistencia; primero la pagina es de libre acceso y, segundo, cualquiera puede accceder a la página. de perogrullo? si, verdad?
    bueno, por eso aparecen comentarios como los de la persona llamada rocio; quien es, alguien la manda, cual es su psicopatología, su filiación política y etc. son algunas de las preguntas que pudieramos hacernos en una lógica de análisis por lo mas elemental. pero además pienso que deberiamos de agradecerle a la persona llamada rocio el que intervenga como interviene porque nos dice que la otra campaña de algo sirve aparte de lo que para de por si sirve, si además es util para que rocio pueda
    expresar sus emociones, esas, que le
    causa el vivir en un mundo
    capitalista y que ese mundo capitalista ni siquiera le ha
    de dar aportunidad de intervenir en
    otros lados y aqui encontró donde.
    por ejemplo, a mi en lo personal la actitud de la persona llamada rocio me hace no olvidar que alguien bastante similar a ella va a gobernar al pais a partir del primero de diciembre y que antes cuando fua presidente de su partido y diputado decia que el fzln era la guerrilla urbana zapatista y que habia que reprimir encarcelar y desaparecer a los miembros del fzln.
    entonces ahora que disque va a gobernar hay que estar pilas y entonces hay que contarle el cuento del sapo charquito a tod@s los aderentes de la otra para reforzar que tenemos mucho quehacer por delante para ser muuuuch@s y estar tod@s solidarios para detener la represión y el odio de los ladrones ricos-gobernantes contra los que producimos todo lo que esos cabrones roban o sea el producto del trabajo de los pobres. vale, salud y que vivan la luchas de hoy y las futuras de deautillos en sinaloa y, rocio tienes algun espejo en tu casa?

    Comentario de sustantivo — octubre 14, 2006 @ 5:25 pm

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