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El Charco, Guerrero
17 de abril de 2006 Sup El Charco
Compañeros, compañeras buenas tardes. Gracias por habernos recibido. Para nosotros es muy importante haber llegado aquí al Charco, no sólo por el dolor que manchó estas tierras por el mal gobierno, sino también —como dijeron los compañeros— por la lucha.
Mis primeras palabras quisiera dirigirlas a los compañeros y compañeras indígenas mixtecos y tlapanecos. Nosotros somos también indígenas, pero de Chiapas, somos de raíz maya, nuestros pueblos se llaman según nuestra lengua: tzeltal, tzotzil, chol, tojolabal, zoque y mame. Y lo sabemos bien que nos tienen bien jodidos como indígenas que somos. Nos tienen atrapados entre dos miedos: el miedo de que vamos a morir en la pobreza —como si fuéramos animales—, y el miedo de que vamos a morir por la represión del gobierno si es que nos rebelamos. Y lo sabemos bien cómo nos tienen.
Aquí el gobierno no viene mas que cuando vienen los soldados, cuando vienen los policías. Ni siquiera cuando hay campañas electorales vienen los gobiernos, mandan los camiones y dicen: les vamos a dar una cachucha, una torta, un refresco. Y los llevan para Ayutla o los llevan para Acapulco para un mitin de un partido político. Y luego ahí los dejan botados y a ver cómo se pueden regresar a su tierra, o si no los dejan ahí nomás cerca y a caminarle.
Y luego todo lo que escucharon —si es que se escuchó nada más en castilla— porque luego no toman en cuenta nuestra lengua pues se olvida. Y aquí cuando llegan los gobiernos llegan con sus engaños, porque de por sí lo que quieren los malos gobiernos es acabarnos como indígenas que somos. Les damos asco. Por eso nos explicaba el compañero que tlapaneca quiere decir de cara sucia, porque somos morenos.
Nos desprecian por nuestra lengua, aunque nuestra lengua estaba antes que llegaran ellos, antes de que hubiera castilla o español no había aquí otra lengua más que la que cada pueblo habla. Y con ellos llegó otra cultura y se empezaron a burlar de cómo hablamos, de cómo nos vestimos, de cómo hacemos nuestras fiestas, de lo que es nuestra cultura, nuestro modo de vida.
Y ahí nos están humillando, riéndose de nosotros, que nos agarran como chiste o como insulto —allá en las ciudades se dice “pinche indio” para decir alguien que no sirve—, o también empiezan a decir que los indígenas son holgazanes, güevones, que indígena quiere decir que está pobre porque no trabaja. Pero viera que esos cabrones vienen acá, a cualquiera de los pueblos indios, y que esté de sol a sol trabajando la tierra para arrancarle algo y que entonces sí diga, a ver si es cierto que somos holgazanes o que somos haraganes.
Pero no, ellos están allá en sus grandes casas, en sus palacios de gobierno, en sus grandes hoteles y entonces resulta que allá se fijan aquí, en estas tierras, pero no se fijan en la gente. Lo que se fijan es en los árboles, en el agua, en la tierra que van a poder hacer como una mercancía y van a poder venderla y sacar ganancia. Y lo que están haciendo ellos en todos los pueblos indios es tratar de destruirnos para quedarse con la tierra. Exactamente igual que hace 500 años, cuando llegaron los españoles.
Exactamente igual cuando llegaron los norteamericanos, los franceses, y así extranjeros de otras partes que siempre están llegando para querer apoderarse de nuestras tierras y que nosotros tenemos que resistir. Y ahora… Antes los españoles llegaron con sus generales y con sus curas a imponer su sistema de dominio y ahora están usando a los políticos. Porque lo sabemos bien que los partidos políticos nomás buscan la forma de engañarnos, hacernos creer que ellos van a resolver la situación.
Y como nosotros como pueblos indígenas estamos bien jodidos, y que si no hacemos nada nos vamos a morir o nos van a matar. Así como hacen que esterilizan a las mujeres a la fuerza o con engaños —que también lo hicieron allá en Chiapas—. Llamaban a las mueres para hacerles revisión, y a la hora de hacerles revisión les ligaban, o sea las esterilizaban. Y entonces las pobres mujeres están pensando que no pueden parir o no pueden concebir porque fue mala suerte, o porque dios así quiso. Y resulta que el mal gobierno les metió ahí para que no pueden tener hijos, entonces ya no nacen más indígenas. Y entonces ya los que ya tienen edad van creciendo y van muriendo y se va desapareciendo todo un pueblo, todo el pueblo maya, todo el pueblo mixteca, todo el pueblo tlapaneca, todos los pueblos.
Pero no es nada más que nos quieren matar así porque sí, lo que pasa es que quieren la tierra, lo que pasa es que quieren apoderarse de todo esto como antes, hace 500 años. Y entonces sí nos dicen: si te organizas y te rebelas te voy a reprimir. Porque ese es el trabajo del ejército, el ejército federal no está para defendernos si nos ataca otro país, está para controlar y reprimir a la gente que lucha por sus derechos. Lo sabemos aquí en El Charco, pero lo hemos visto en todas partes de nuestro país donde hemos pasado.
Donde aparece la policía y el ejército no es para traer justicia, es para reprimir al pueblo.
Y lo sabemos bien que en las cárceles hay pura gente pobre, compañeros y compañeras, acaso hay políticos ricos que sabemos que roban, porque hasta salen sus grabaciones o salen en la televisión cómo se están robando el dinero, ésos están libres. Los grandes empresarios que se apoderan de la tierra, que roban con engaños a los campesinos, también están libres. Todos esos grandes ricos que son unos grandes ladrones están libres, y en las cárceles hay pura gente jodida.
Y si le preguntas porqué está ahí, a lo mejor ni sabe porque ese compañero o compañera ni siquiera habla español. Lo metieron y si sólo sabe decir unas cuantas palabras, le hicieron que tuviera un delito y ahora está en la cárcel y tiene que pasar muchos años y ni siquiera sabe porqué está ahí. Y cuando salga —si es que lo dejan salir— tampoco va a saber. Pero todo ese tiempo que estuvo en la cárcel ya lo perdió.
Y entonces, nos dicen estos políticos, éstos que están allá arriba dicen: “pues tú estás atrapado entre el miedo que te mueres de pobreza o que te mueres si te rebelas, entonces lo que tienes que hacer es confiar en otro que te va a ayudar, en un partido político”. Y entonces llega el PRI y te dice: “es que si tú votas por mí te voy a dar todo esto”. Llega el PAN y también dice que va a dar todo eso. Llega el PRD y dice voy a ofrecer todo esto. Llega el PANAL, llega Convergencia Democrática, llega el Verde Ecologista, todos llegan a prometer.
Y cada gobierno que entra las cosas están peor para nosotros. Y cada gobierno que entra hay nuevos ricos, los políticos, y están los pobres de siempre que somos nosotros. Y entonces está ahorita esto de la campaña electoral, y vemos en la televisión o escuchamos en el radio que si el PRI, que si el PAN, que si el PRD y que nos dicen los tres: tú confía en nosotros porque no hay otra, no hay otra cosa, tienes que confiar en nosotros aunque luego te vamos a traicionar como ya lo hemos hecho, hace mucho tiempo.
Aquí en Guerrero gobierna el PRD, que es Zeferino Torreblanca, y nosotros preguntamos si en las comunidades indígenas viven mejor o peor. Estamos igual de jodidos o peor. No cambió nada, pero cambió el gobierno. Antes estaba el Negro… Este cabrón ¿cómo se llama? René, el Negro consentido de Zedillo ¿Se acuerdan que así le decía? René Juárez, sí. Y ahora está Zeferino Torreblanca y aquí sigue la misma pobreza, o a lo mejor está peor.
Porque lo sabemos bien, porque nos han contado compañeros y compañeras mixtecos —de otras partes, de otros estados— que no hay ni dónde arrancarle a la tierra pues para comer. Entonces se tienen que ir los hombres a Estados Unidos a buscar trabajo, las mujeres jóvenes también. Entonces hay pueblos donde puros niños y puros ancianos, ya no hay jóvenes. Y preguntas:
—¿Dónde están?
—Se fueron a buscar trabajo.
—Pero ¿dónde mero?
—No sabemos si están vivos o están muertos.
Como si hubiera sido una guerra y los hubieran obligado a que se van para otro lado cuando… de por sí pasa así en las guerras. Y entonces nosotros decimos que hay Otra Campaña, y Otra Campaña no quiere decir que hay otro candidato, quiere decir que hay otra cosa que no es mirar para arriba.
Nosotros estamos diciendo: ¿para qué vemos para arriba entre los candidatos si no hay cambio? Lo que tenemos que hacer es mirar hacia abajo, mirarnos entre nosotros, como pueblos indios, como campesinos sin tierra, como obreros, como estudiantes, como maestros. Y si nos miramos entre nosotros pues nos conocemos rápido pues, porque hablamos pues el mismo modo, tenemos el mismo dolor. Y a la hora que empezamos a platicar entre nosotros pues conocemos la lucha —así como estamos conociendo la lucha en El Charco—.
Porque antes de que viniéramos aquí pensamos que El Charco nada más es la masacre que pasó, y ahora estamos aprendiendo que no, que hay una lucha, que hay una organización que está luchando por mejorar las condiciones de vida pues, como indígenas y como campesinos que somos. Pero antes no lo sabíamos, antes nomás pensamos pues —mucha gente que viene con nosotros— pues lo que decía la televisión, lo que decía el periódico. Y viera que llegó que tuvimos que llegar aquí para escuchar de ustedes esa historia, no es que alguien nos va a contar.
Y ahora esa palabra de ustedes pues va a llegar para otros lados, porque eso es lo que hacemos. Nosotros recogemos la palabra, junto con los compañeros que vienen en la karavana, y lo mandamos a otros estados, a otros mixtecos, a otros tlapanecos que están en otras partes de la República, a otros pueblos indios. Y entonces ahí todos vamos a empezar a aprender abajo, cuál es la historia realmente de la región en donde estamos. Y vamos a aprender de esa rebeldía y esa dignidad, porque a pesar del dolor que está aquí, en estas tierras que estamos pisando hay también una rebeldía, y hay una historia que tenemos que aprender todos.
Pero esto que estamos haciendo no va a salir en los periódicos y en la televisión. Ahí nomás sale que si el PRI, que dijo, y el PAN y el PRD, y que si se están peleando. Pero lo que está pensando la gente de abajo no sale en ningún lado. No hay ningún candidato que llegue y diga: a ver que habla la gente, a ver qué necesidad tiene.
No, llega el candidato y dice: “yo les prometo que voy a hacer esto, va a haber desayunos, va a haber apoyo pa’ la escuela, va a haber muchas cosas”. Y como hizo Zeferino, como hizo René Juárez, como hizo cualquier cabrón que esté en el poder: en cuanto ya está aquí a agarrar dinero para él. Y de la comunidad El Charco o de las barrancas ni quién se va a acordar, hasta que haya elecciones otra vez.
Entonces nosotros decimos, compañeros, si en lugar de estar viendo pues por quién vamos a votar, por qué no empezamos a mirar a la gente de abajo, a la gente que es honesta, que trabaja, no que está de político. Y vamos a preguntarle: oye ¿cómo es tu historia? ¿qué es lo que te hace falta?
Y nos va a contar, pues que el precio del producto del campo está jodido. Porque estás todo el día trabajando, bajas a la ciudad o lo llevas al mercado y te chinga el coyote. O aunque no te chingue el coyote, todo lo que trabajaste —el maíz, el frijol, lo que estés sembrando— no sale, te lo pagan bien barato.
Y pasa también —te cuenta— pues es que llegan los güachos y hacen quesque su patrulla y se pasan a llevar todo lo que encuentra. Y si encuentran mujer la chingan, tú familia, tu mujer, tu mamá, tu hermana, tu hija. Y la chingan nomás por querer chingar, por decir: nosotros somos poderosos y tenemos el arma, y tú eres un pinche indio, y no nos importa qué vas a hacer. Ni siquiera es porque tienen ganas, es namás porque quieren joder. Y pasan y destruyen lo que sea, y se van otra vez, o los van —como nos platicaron los compañeros de las barrancas que se organizaron para corretearlos—.
Y entonces, nosotros, nos está contando toda esa historia y nos está… y empezamos a darnos cuenta que es nuestra misma historia como gente jodida. Y entonces vienen trabajadores aquí en la karavana y están oyendo lo que dicen aquí. Y ustedes van a escuchar en la Otra Campaña cómo es su dolor de ellos, de los obreros, cómo les hacen trampa para quitarles sus derechos sindicales, cómo los hacen trabajar hasta 14, 16 horas al día y les pagan 45 pesos un día. Y no les quieren dar derecho para nada.
Y van a escuchar que los estudiantes dicen: “no pues nos tienen bien jodidos porque dicen que la escuela es gratuita, y ni madres tienes que dar cooperación”. Y los maestros también, que nos los dejan organizarse, que les pagan bajos salarios.
Y vamos a escuchar la historia de los pueblos indios de aquí, y oímos a los wirrarika, los huicholes en Jalisco, en Durango, en Nayarit y es la misma historia que ésta. La de los mixtecos, zapotecos en Oaxaca, o en Puebla, o donde quiera que hemos andado. Pero no lo sabíamos. Y entonces si empezamos a encontrar que estamos igual de jodidos, y entonces nos preguntamos: ¿por qué?, ¿por qué estamos jodidos?, ¿por qué está jodido usted?, ¿por qué están jodidos todos ellos?, ¿por qué estamos jodidos nosotros?
Y entonces uno puede decir: “no pues es que tenemos mala suerte”, o es que de por sí así somos los prietos, sales moreno cuando te paren, te chingaste ya, vas a ser pobre toda tu vida. Pero el negro René Juárez es rico, entonces resulta que el color no es. Y aquí hay gente que es blanco o güero pues y también está en la lucha, entonces el color no tiene nada que ver.
“No pues es que dios así dijo. Dios dijo que a tí te toca ser pobre, y ahí en el cielo ahí te va a compensar”. Pero resulta que no, que tampoco porque hay otros que dicen: no, dios tiene otro trabajo, aquí lo que hay que hacer es luchar por la justicia. ¡Eh! Le empezamos a buscar a ver dónde, porqué estamos jodidos. Y entonces vemos que estamos jodidos porque hay otro que es el que está rico: que es el que se está quedando con las cosas, que es el que se quiere quedar con estas tierras, que es el que manda al ejército, que es el que compra al gobierno, que es el que nos está matando cuando nos manda esterilizar, cuando nos manda matar con balas, o con programas de gobierno.
Y entonces hacemos la cuenta y decimos: si somos un chingo de gente que está jodida, y son unos cuantos los que se están enriqueciendo a costa de nosotros, entonces ¿por qué no nos echamos trato? ¿Por qué no hacemos un movimiento —como dijo el compañero— de toda la gente que está abajo, pero ya no para cambiar de gobierno, sino para tumbar al gobierno?
Porque ya lo hemos visto, puedes buscar ejemplos donde quiera, en los partidos que están allá arriba nomás están viendo a ver cuánto agarran. Y no le importa si la comunidad de aquí se destruye, como quiera aquí no llega la televisión, ni la radio, ni los periódicos. Llegan los… cuando llega la Otra Campaña, o llegan los orejas quesque son periodistas —como nos explicaron— nomás para dar información de quién se está organizando para chingarlo.
Nosotros decimos: bueno, y para qué vamos a estar volanteando así de que ¡viva López Obrador!, ¡viva Calderón!, ¡viva Madrazo! Si ve lo que proponen: ¿acaso proponen un cambio para pueblos indios? Ni madre. Proponen un cambio pues para la propiedad de la tierra, tampoco. Y si nosotros le preguntamos a los campesinos qué quieren, dicen: “la tierra tiene que ser del que la trabaja” —así dijo Zapata y así cualquier campesino dice—, así tiene que ser. Pero además, quiero pues que viene la ayuda y que mi producto lo que saca de la tierra tiene precio, sino pa’ qué chingaos estoy trabajando.
Por eso se deja la tierra, porque si no sale pues la jornada de trabajo pues mejor se van a buscar trabajo a Estados Unidos. ¿Y quién queda acá? Y entonces se empieza a romper todo. Faltan los hombres, faltan las mujeres, la comunidad se empieza a desmoronar como si hubieras hecho un montón de arena y le empiezas a quitar abajo y se cae.
Entonces nosotros decimos: si no va a haber ningún cambio arriba, pues lo tenemos que hacer abajo. Pero no es que lo vamos a inventar así nada más, que nos vamos a sentar nosotros: bueno ahora cómo le hacemos. Y vamos a decir, como cualquier partido político: ahora así va a ser.
Nosotros estamos diciendo es Otra Campaña, mejor vamos a escuchar qué dice la gente. Qué dice la gente de El Charco, no qué dice otra gente que es de fuera en lugar de lo que dice la gente de El Charco, o la de Guerrero pues. Si hay un estudioso muy chingón en la Ciudad de México, que dice: el estado de Guerrero, y te explica todo bien. En lugar de hablar con él, mejor vamos con la gente de Guerrero, que mismo ella nos platique. Pero no vamos a hablar con Zeferino, ni con Salgado Macedonio, ni con los empresarios, vamos a hablar con la gente que trabaja, a la que nadie escucha, a la que nadie ve.
Porque nomás lo que quieren es tu tarjeta de elector, y si no tienes: “no me importas”.
Y si sí tienes: “órale, préstamela, porque así yo voy a llegar al poder”.
Entonces, lo que estamos diciendo nosotros en la Otra Campaña es otra campaña porque nosotros escuchamos. Y vamos tomando nota y vamos haciendo que la palabra de cada quien se llegue lejos. Ahorita como apenas se está entiendo y está todo este problema de la represión, pues muchos compañeros y compañeras que están aquí no muy se animan a hablar. Porque qué tal que los van a mirar, o qué tal que tienen miedo de que no hablan castilla. Dice: “es que si paso y hablo en lengua, pues se van a burlar de mí”. No nos vamos a burlar porque igual somos nosotros, compañeros.
Allá pues acaso hablamos español, los meros comandantes zapatistas que van a venir en la siguiente vuelta, no hablan español, ni saben leer y escribir, hablan pura lengua. Unos cuantos entienden un poco español. Si lo oyes hablar español te da risa, porque lo hablamos chueco, porque lo que está revuelto pues con nuestra lengua. ¡Eh! pues nos reímos de bien como compañeros, no como nos burlan los ricos pues.
Y entonces se trata que esa palabra, primero que da un poco de pena, pero cuando se ve que el movimiento lleva buen camino, pues entonces sí se dice: este soy, yo también soy aquí. Y aquí yo les quiero explicar una cosa bien clara, pa’ que me entiendan bien: nosotros no los vamos a llevar por otro camino. Nosotros no les vamos a decir: ya déjate esa organización y éntrate en otra organización. No. Nosotros lo que estamos diciendo en la Otra Campaña: cada quien donde está, según su modo, según su idea, vamos a juntar. Porque el que nos tiene oprimidos es el mismo, es el gran rico y el político que lo sirve.
Entonces, vamos a hacer este acuerdo pero no para sacarlos a todos y que “ora va a ser Marcos el presidente”, o “ora va a ser otro cabrón el presidente”, o “ora vamos a hacer otro partido político”. No. Lo que vamos a hacer es cambiar el país, como de por sí se ha cambiado en 1810 y en 1910 es con un movimiento de abajo. No había que es un partido político. Lo que había es un movimiento con muchas organizaciones, mucha gente que le quiere entrar.
Y no es que nos vamos a ir todo para Acapulco o todos nos vamos pa’ México, cada quien en su lugar defender y luchar. Pero ya no solo. Porque en veces, a veces nos apartamos nuestra organización y lo vemos mal a otro que está en otra organización. Pero a lo mejor es porque no conocemos pues cómo es. Si lo escuchamos y decimos: “bueno, vamos a ponernos de acuerdo. Tú estás allá, yo estoy acá. Yo este es mi modo, allá es tu modo. Pero a tí te está chingando ese, a mí también ¡vamos por él!” Eso es lo que estamos diciendo nosotros.
Porque ahorita tenemos ese miedo y entonces nosotros estamos diciendo: vamos a hacer Otra Campaña, vamos a hacer que el miedo lo tengan los de arriba, ya no nosotros. Y el miedo que tienen que tener es que en cada lugar la gente que está abajo —que a lo mejor no tiene conocimientos, a lo mejor no tiene estudios, a lo mejor es muy pobre, a lo mejor ni siquiera sabe hablar español, pero es la que trabaja la tierra, la que trabaja las fábricas, la que trabaja en las ciudades como choferes, como empleados, como pequeños comerciantes, todo lo que hay de por sí gente abajo— que se está empezando a organizar. Pues el que tiene que tener miedo es ése.
Entonces lo que nosotros decimos claramente es eso: la Otra Campaña es otra porque no está luchando por las elecciones ¿sí? La Otra Campaña es otra campaña porque está oyendo a la gente y sacando un apunte, y haciendo que en todas partes de México se conozca lo que no va a salir en ningún lado. O sea que nos veamos y nos escuchemos, porque nadie nos ve y nos escucha allá arriba, sólo entre gente jodida nos vamos a ver y escuchar. Y entonces en que empecemos a sacar el acuerdo ¿qué es lo que necesitamos? ¿qué es lo que necesita El Charco? Para qué le vamos a ir a preguntar a un académico de la Autónoma de Guerrero qué necesita El Charco, mejor hablamos con la gente de El Charco.
Y entonces ahí va sacándose el plan de lucha, por qué vamos a luchar. Porque no se trata nomás que vamos a chingar al gobierno, sino qué vamos a proponer. Bueno pues aquí en esta zona lo que se propone es que se respete la forma, el modo como está organizando la gente. Y que se den los apoyos para que esa gente pues pueda avanzar. No qué se le ocurre al gobernador o qué se le ocurre al presidente de que: les voy a traer una cancha de básquetbol, o les voy a traer pues balones. lo que se le ocurra, luego se le ocurre cada pendejada al gobernador —¿a poco no?—. Por qué no se le pregunta a la gente: bueno ¿qué necesita? Tanto. Bueno, vamos a conseguir la paga.
Y si se necesita una escuela… otra escuela o… o un tanque de agua o… no sé, lo que necesita cada quién. Es preguntarle a la gente, no llegar y decirle: ¡órale! Y se toma la foto y adios. Si es que viene, si no manda a un gato de esos que tiene a que venga aquí, y ya nomás le pega la foto el gobernador al lado de ustedes, para que diga: Ahí estuvo el gobernador. Pero sabemos que no vino. Pero pues quién va a decir que no es cierto.
Y entonces se va juntando todo eso pero en todo el país, compañeros, no namás Guerrero, y no nada más la región mixteca y tlapaneca. Todo. Pero toda la gente jodida, y entonces ahí hacemos pues nuestro nuevo plan de lucha. Y nos alcemos todos juntos, no separados. Cuando llegue que el acuerdo de todos, y entonces sí… ¿pa’ qué nos vamos a detener? Si ya estamos todos organizados por qué nos vamos a detener que entre otro cabrón a gobernarnos. Mejor que se vayan a la chingada todos y hacemos otra forma —que es como decimos los zapatistas— que el gobierno ya no mande, que obedezca.
Porque se supone que el gobierno tiene que obedecer, que los güachos tenían que servir al pueblo, no estarlo chingando. Que los policías debían proteger al pueblo, no a los ricos pues. Entonces todo eso tiene que cambiar —decimos nosotros— y entonces tenemos que hacer una nueva ley, una nueva Constitución.
Ese es el plan compañeros, lo estoy haciendo así sencillo porque de por sí es sencillo, no es así con palabra muy dura, ni muy rebuscado. Y de por sí lo vamos a hacer. Pero vamos a sacar el acuerdo de todos. No es que rápido ya lo vamos a hacer en un lado, sino que vamos a sacar el pensamiento de todos los que están en la Otra Campaña, no que están con pie arriba y otro abajo. No se puede porque el camino de arriba se va para un lado y el camino de abajo sigue por abajo, y si está uno con los dos pies se le abren las patas y se duele aquí o se quiebra.
Entonces no se puede, hay uno que está jugando de que: “yo estoy en los dos lados”. Pero no se va a poder, porque nosotros estamos yendo contra el sistema, no contra un partido político. Y todos los partidos políticos que se ponen de lado del sistema, todos se van a ir a la chingada, todos.
Y no es cierto que necesitamos quién nos mande, nosotros como zapatistas ya lo vimos: porque ahí en nuestras comunidades no manda gobierno federal, no manda gobierno estatal, no manda gobierno municipal, mandan las mismas comunidades. Y estamos mejor que antes, mucho mejor. Tenemos escuelas, hospitales, mejor vivienda, hay mejor trato a las mujeres, los niños pueden ir a la escuela, pero no hay gobierno, gobierno de esos de los partidos políticos.
Y ahí los que son Junta de Buen Gobierno, que los elige mismo la comunidad, comen igual tortilla o frijol lo que come todos, no tiene sueldo. Y él tiene que cocinar su comida ¿Cuándo han visto pues que Zeferino o el negro Juárez va a estar cocinando su comida? Ahí si llegas y tocas: “quiero hablar con los gobierno”. Pérate porque están cocinando, o están barriendo donde están, o están lavando la lona, lo que sea… Pero tiene que trabajar como cualquiera. Y cada tanto se cambia, y cuando acaba, otra vez de campesino. ¿Cuándo has visto pues que los gobernantes cuándo acaban se van a trabajar otra vez? Se van a rascarse los huevos al extranjero, pues todo el dinero que robaron.
Y en cambio las mismas comunidades pues está mejor organizado. Y ahora entra otro, no importa que no sé leer y escribir, no importa el chiste es que tiene bueno su corazón. Porque además va a gobernar gente igual.
Entonces si nosotros estamos viendo eso allá y aquí nos están platicando también que su idea es la misma, esto que ellos llaman poder popular, o sea que la misma gente se organice. Pa’ qué chingaos vamos a estar manteniendo a un güevón que está allá, que ni se acuerda de nosotros, que ni conocemos más que en la foto que nos mandan del cartel. Y que además nos está dando puros daños. Porque es el que manda la policía a La Parota.
Ayer estuvimos en La Parota, que son gente como ustedes pues. Que les quieren poner una chingada presa que va a inundar todos sus pueblos, y les están diciendo que les van a pagar dinero, y ya lo saben que es mentira. Y les están diciendo que todos los van a agarrar y los van a llevar a otro lugar y les van a hacer unas casas bien bonitas, y ya saben que es mentira. Ellos dicen: ni madre, no va a haber presa. ¿Quién les mandó la policía? El gobernador, o sea ni los… Pero antes fue, antes cuando era candidato fue y les dijo: no, yo los voy a apoyar —nos estaban platicando— y esa gente lo apoyó para ser gobernador. Y cuando llegó al poder, anda vete, luego, luego el que los mandó chingar fue él, y ya mató a tres el gobernador que ellos apoyaron.
Entonces nosotros decimos compañeros: para qué vamos a usar nuestra fuerza para apoyar a un candidato que ya sabemos que se nos va a voltear, y que no van a cambiar las cosas para nosotros. Porque no van a cambiar, se van a poner peor. No va mejorar el precio de nuestro producto, no se van a ir los güachos, no va a haber más escuelas, ni hospitales porque lo que quieren es que desaparezcamos ya. Que los mixtecos sólo sea un nombre que aparezca en el libro de historia, pero que no encuentres un mixteco en ningún lado. Y que si alguien es mixteco que se avergüence y que diga que es otra cosa. Eso es lo que quieren, que nos desaparezcamos.
Entonces en lugar de meter la fuerza allá arriba, mejor metamos la fuerza abajo. Y cada quien con respeto, porque no se trata de que llegamos y vamos a dar la orden: a ver aquí El Charco tiene que ser así. Si es que estamos diciendo que el mismo pueblo manda, entonces El Charco hay que preguntarles cómo, cómo va a ser aquí. Eso se llama respetar a cada quién. Pero para respetarnos tenemos que conocernos, por eso hay que escuchar su palabra.
Pero no nada más yo, no nada más zapatista, porque vienen otros compañeros. Ahí ven sus banderas, sus carros —bueno los que pudieron subir porque estaba dura la subida acá—. Pero vienen de otras partes de México, viene gente de organizaciones políticas de izquierda que no están en las elecciones, pero son organizaciones políticas de izquierda que hacen trabajo con obreros, con campesinos, con estudiantes, con maestros. Hay compañeros que son de grupos, de colectivos que hacen eso de tomar película, fotos, graban y hacen periódicos, hacen programa de radio y lo mandan pues para donde quiera. Pero nadie más lo va a hacer. Si tú piensas pues que Televisa va a sacar la reunión de aquí no la va a sacar. Pero estos compañeros sí.
Y entonces esa es la palabra que se va haciendo más grande y más grande. Entonces otros empiezan a conocerlos a ustedes. Y ustedes pues con los compañeros aquí con los que se organizan pues tienen que preguntar: “oye a ver cómo está pues los mayas en Quintana Roo que son indígenas también”. Van a escuchar su palabra de ellos, no otro que va a hablar, mero de ellos. Y va a ver que está igual que aquí. Pero está en el otro lado, compa, hasta la Península de Yucatán. Y luego vamos a ir con los tarahumaras hasta Chihuahua y vas a ver que es la misma historia. Y es la misma chingadera que quieren hacer, que los quieren destruir, y que se quieren quedar con su agua, con sus bosques, con sus tierras.
Aunque uno vea aquí bien triste, les voy a platicar lo que me contó una mixteca, de la mixteca de aquí pero del lado de Puebla, casi pegado con Guerrero. Nos dice:
—Puta, en nuestra tierra no hay nada. Le rascas, le rascas no hay qué, pura piedra.
Y llega un pinche funcionario de gobierno y dice:
—Veinte pesos por metro cuadrado, tu tierra.
Y van y le preguntan a la autoridad del pueblo, y la autoridad dice:
—No.
—¿Por qué?
—Pues porque… por qué vamos a vender la tierra.
Va la compañera ésta y dice:
—No.
Y entonces el otro dice:
—Cien pesos metro cuadrado.
Y ya piensa mal ¿no? Por qué rápido cambió, si está viendo ella es campesina está viendo que la tierra no da nada. Entonces van con unos compañeros de la ciudad, esos de organización no gubernamental, dice:
—Oye, aconséjame qué está… —porque hay gente buena ¿no?—.
Ese empieza a investigar. Resulta pues que la pinche piedra es mármol, y que lo que quiere el rico pues es sacar el mármol para hacer las casas como las que hacía este cabrón Durazo y… bueno cuanto cabrón que ahí pues, en Acapulco tienen sus casas. Y al campesino ese lo están engañando, que su tierra no sirve para nada, porque lo que quieren es quedarse con la cantera de mármol para sacar esa piedra, venderla bien cara —porque la venden bien cara— y entonces aunque le está ofreciendo cien pesos metro cuadrado como quiera está ganando mucho.
Pero decía la gente de ahí:
—Si ya no tenemos esto ¿qué hacemos? Porque nuestros hombres y nuestras mujeres jóvenes se fueron a Estados Unidos. Ya nomás están ellas, son puras señoras y sus chiquitos, y unos que otros ancianos que no se han muerto.
Y dicen:
—No, ni madre, nosotros vamos a quedar en nuestra tierra. A ver cómo le hacemos.
Y entran en La Otra Campaña, dicen:
—Porque aquí en la Otra Campaña vamos a encontrar otros compañeros y vamos a hacer que esta tierra vuelva a producir lo que necesitamos nosotros, no lo que necesitan los ricos.
Entonces están todas estas trampas que hay. Si encontramos todo esto, y estas luchas si las juntamos. Y sacamos un buen acuerdo de un movimiento grande que respete cada organización, cada grupo, cada persona, cada individuo, pues en todo el país, pues es una fuerza muy grande compañero, muy, muy grande.
No hay soldado que va a poder, ni oreja que va a poder oír todo. Ya vienen bien cansados, unos vienen desde Chiapas los orejas. Ya a cada tanto lo ves que se está haciendo así en el oído porque ya se ataranta de tanto oír tantas cosas. Y entonces nosotros estamos levantando pues este movimiento, pues ahí los dejamos que escuchen, porque de por sí haz de cuenta que está escuchando su sentencia de muerte. Porque es el sistema el que va a morir y ese cabrón se va a quedar sin trabajo, va a tener que trabajar no a estar de güevón oyendo nada más gente para hacerle daño. Eso es lo que va a pasar.
Pero lo que estamos haciendo ahorita es buscando ese movimiento y diciendo en cada lado: compañero, compañera tú como estás organizando lo vamos a respetar. No es que te vamos a poner otro encima. Y vamos a escuchar tu palabra y va a ser tomada en cuenta junto con todos. Y juntos echemos ese trato. Y entonces el único acuerdo que tenemos entre todos, esto de la Otra Campaña es esa bandera que tiene ese compañero allá. Esa es la única bandera, y debajo de esa bandera que es la bandera de México todas las demás banderas y grupos, no importa cuál sea. Porque de lo que se trata es de liberar este país. Y nosotros decimos: se trata de hacer otro México.
Y uno piensa pues cuando oye: “puta, pues va a tardar mucho”. Ni madre. Si uno piensa que a lo mejor le va a tocar a los hijos. No, porque la destrucción que están haciendo arriba es tanta, que si no hacemos algo orita —bueno no ahorita así ya— pero en poco tiempo, ya no va a haber nada compañero, va a chingar todo. Entonces no es que va a pasar dentro de muchos años. En cuanto empecemos a conocer nuestra fuerza, y empecemos a hacer el acuerdo entre todos, ya vamos a tener que empezar a discutir cómo le vamos a hacer y cuándo.
Porque ya la tierra pues ya está muy adolorida. Decimos allá en nuestros pueblos, que la tierra así cuando le están haciendo daño duele. Y los más viejos lo sienten como que la tierra está protestando. Entonces ya la tierra —según decimos nosotros— ya dice que ya se va a morir si no hacemos algo y tenemos que hacer algo.
Y ese es el mensaje que les traemos compañeros. El mensaje que le traemos es que la Otra Campaña orita está oyendo, y que su palabra de ustedes va pa’ que lo conozcan otros compañeros. Pero que dando y dando, que ustedes también hagan el empeño para oír a otra gente, que ya habló o que va a hablar, que es gente como ustedes. Y que luego vamos también —como estamos diciendo ahorita— que según su organización eso lo vamos a respetar. El que quiera entrar como organización, el que quiera entrar como persona, que quiera entrar como familia, también se puede, como colectivo, como grupo.
A lo mejor alguien están pensando: “no pues es que yo, si no me meto en nada, no me voy a meter en problemas. De balde compañero, de balde. Van a pasar a chingar todo. No importa si no eres PRI, ni PAN, ni PRD, ni zapatista, ni otra Campaña, ni colectivo de aquí, nada. Porque eres indígena y porque estás en esta tierra, por eso te van a chingar.
Entonces tenemos que unirnos todos, no importa qué organización sea. Pero no para meter a alguien allá arriba. Sino para levantar a todo el pueblo junto y cambiar nuestro país. Esa es nuestra palabra compañeros compañeras. Gracias.
Suljaa’, Costa Chica-Montaña, Guerrero
Acto público
18 de abril del 2006
Buenos días, compañeros, compañeras. Nuevamente traemos el saludo de las comunidades indígenas de Chiapas, de las comunidades zapatistas.
Anoche estábamos explicando porqué tenemos que luchar, como pueblos indios que somos. Hace un rato, el compañero Marcelino nos explicó todos los males que traen los malos gobiernos y los ricos a los pueblos indios. No sólo aquí en la Costa Chica y la Montaña, no sólo Guerrero y Oaxaca, sino en todo el país está pasando estos grandes males que hacen los ricos y sus malos gobiernos. Que destruyen nuestras comunidades, que hacen que tengamos que buscar trabajo en otras partes, incluso que tenemos que ir a buscar trabajo a los Estados Unidos.
Nos explicó muy bien, también, cómo los malos gobiernos y los ricos destruyen la naturaleza, cómo destruyen los árboles, el agua y la tierra para hacer sus grandes negocios. Y nos explicó también, cómo los políticos nos engañan. Que parece —cuando quieren las elecciones— parece que están del lado de la gente pobre y humilde, y luego ya cuando llegan al poder sólo se empiezan a hablar con los grandes ricos y se ponen como que son sus sirvientes.
Todo esto que estamos viendo y que estamos sufriendo en nuestros pueblos indígenas, tanto en Guerrero, como en Oaxaca, como en Chiapas, no nada más como pueblos indios es este dolor. Sino que también hay gente en las ciudades: obreros, trabajadores de la ciudad, colonos, estudiantes, maestros, hombres, mujeres, niños y ancianos que están sufriendo también este dolor que están haciendo con nuestra patria.
Nosotros como pueblos indios no podemos solos, no podemos ni allá en Chiapas, ni aquí en Suljaa’. Tenemos que unirnos con estos compañeros y compañeras que son de la ciudad. Tenemos que unirnos, pero también como pueblos indios que somos, pidiendo que estos compañeros y compañeras respeten nuestra lengua, nuestra cultura, nuestra forma, nuestro modo de gobernarnos.
Queremos también, que en esta unidad, también los reconozcamos a ellos y los respetemos como organizaciones políticas de izquierda —que hay y que tienen trabajo en todo el país—, como grupos, organizaciones de campesinos que no son indígenas. También de trabajadores de la ciudad, que sea sindicatos o agrupaciones.
Y también tenemos que respetarlos y hacernos compañeros de ellos, como grupos o organizaciones de estudiantes, o de maestros. Y también como organizaciones y grupos que luchan por defender los derechos humanos, también defender la naturaleza. Por también promover la cultura; por ejemplo, esto que sabemos de las radios comunitarias, o de las radios libres, o de las radios alternativas. Todo esto que estamos haciendo toda la gente que está abajo, que es humilde y sencilla, no sólo en el campo sino también en la ciudad. Y no sólo como pueblos indios.
Estos compañeros y compañeras que están en todo México, están también en la Otra Campaña. También ya están cansados de las trampas y las mentiras de los malos gobiernos. Nosotros y nosotras, en la Otra Campaña no estamos apoyando ningún partido político de los que está arriba, que quiere el poder. Ni PRI, ni PAN, ni PRD, ni Convergencia, ni PANAL, ni Verde Ecologista, ni cuanta madre que hay allá arriba, que nomás son una bola de ladrones que quieren llegar al poder para enriquecerse, mientras nosotros estamos sufriendo.
Nosotros estamos queriendo otra cosa, por eso nos hemos organizado aquí en la Otra Campaña. Lo que está pasando ahorita, compañeros y compañeras, es que cada uno de nosotros está sufriendo solo en su pueblo, en su comunidad, en el campo. Cada quien está sufriendo el dolor y el desprecio y la humillación como que somos indígenas.
Pero, ahora lo que estamos tratando de hacer es unirnos todos, todos los que estamos abajo, todos los que trabajamos, todos los que somos pobres, para derrocar al gobierno, para sacar a los malos gobiernos del municipio, del estado y de la federación. Y también para correr a los ricos, que son los que destruyen la naturaleza, los que nos quitan la tierra, los que se roban nuestro trabajo.
Esto de la Otra Campaña es un gran movimiento nacional, donde hay pueblos indios de todo el país. No nada más zapatistas, no nada más mixtecos, no nada más tlapanecos, sino que todos los pueblos indios se están uniendo, y no nada más pueblos indios. Se están juntando obreros, campesinos que no son indígenas, gente sin tierra, peones agrícolas, peones pues de las fábricas, estudiantes, jóvenes, maestros, mujeres, grupos, colectivos, personas, familias, gente que en todo el país se está uniendo aquí en esto que es la Otra Campaña.
Lo que nosotros queremos no es poner un mal gobierno, no queremos poner a alguien que nos traicione. Lo que queremos es cambiar nuestro país, acabar con el sistema que nos tiene así jodidos y empezar a hacer otro, otro México. Otro país donde se tome en cuenta a la gente, donde realmente la gente pobre pueda vivir con dignidad, y no nada más unos cuantos cabrones ricos, que están allá en Acapulco disfrutando junto con los políticos sus borracheras y sus fiestas, mientras la gente pobre se está muriendo de hambre o tiene que sufrir la represión de la policía y el ejército.
Nosotros lo que estamos haciendo, compañeros y compañeras, es pasando en cada lugar para escuchar la palabra de la gente humilde y sencilla. Y les estamos diciendo que nos vamos a unir en este movimiento, con respeto, con respeto a su organización, a su lengua, a su cultura. Y que juntos, unidos, todos los pueblos indios de México, con todos los trabajadores del campo y de la ciudad, de una vez le partamos la madre al mal gobierno, a todo —no importa cómo se llame— y hagamos otro país.
Que corramos de este país a todos los grandes ricos, y entonces empecemos otra vez a organizarnos, y que la tierra sea como dijo Emiliano Zapata: ¡Que la tierra sea de quien la trabaja! Que los territorios que son de los pueblos indios regresen a los pueblos indios, no que ahorita están en manos de unos cuantos poderosos, que ahora nos acusan que nosotros estamos invadiendo la tierra, que nosotros estamos despojando.
Si fueron ellos, ellos los de arriba, los ricos, los que nos están robando la tierra. Lo que queremos hacer es organizarnos para echarlos a ellos fuera, con todo y sus policías, con sus ejércitos, con sus malos partidos políticos, con sus malos gobiernos.
Para eso los estamos invitando, compañeros y compañeras, les pedimos que lo piensen, que se informen bien cómo es esta palabra. Porque vamos a recorrer todo el país, a invitar gente de todas partes, y luego vamos a hacer la cuenta, vamos a ver cuántos somos, y ver si tienes… si tenemos firme nuestro corazón y nuestra decisión. Y si de una vez vamos a cambiar esto, desde abajo, desde la izquierda —decimos nosotros— porque no se trata de cambiar las cosas para que sigan igual, sino cambiarlas de una vez totalmente, completamente. Que ya no estén unos arriba y otros abajo, sino que todos estemos parejo.
Nosotros, ustedes, sabemos bien como indígenas que somos, que siempre nos tienen como pobres, que siempre nos tienen como para dar limosna, nada más para hacer artesanías. Que es en las comunidades indígenas donde no hay agua, donde no hay luz, donde no hay teléfono, donde no hay buenas casas. Que son los indígenas los que tienen las peores tierras. Que son los indígenas los que son despreciados por como hablan. En cambio los grandes ricos tienen las mejores tierras, tienen sus buenas casas, con bastante agua, con luz, con muchos teléfonos.
Y entonces, lo que nosotros decimos es que esa tierra que nos quitaron tiene que volver a nuestras manos, a las manos de los pueblos indios. Eso es lo que muchos llaman reconstitución de los pueblos indios. O sea que nos vamos a volver a hacer de nuevo, pero ahora según nuestro modo. Y no vamos a aceptar que nadie, nadie, nos venga a mandar; sino que así como es nuestro modo como pueblos indios, que lo que sabemos es que el pueblo manda, y el que gobierna tiene que obedecernos.
Compañeros y compañeras, ahorita va a ser lo de las elecciones. Ahorita nos van a decir que hay que votar por un candidato o por otro, por un partido político o por otro. Pero ya lo sabemos que las cosas no cambian, ya lo sabemos —como explicó el compañero— que cuando son gobernantes namás empiezan a pasar bien su vida, mientras nosotros seguimos sufriendo.
Lo que nosotros les estamos proponiendo a ustedes es que vamos a unirnos, vamos a conocer su lucha, vamos a saber cómo somos, quiénes somos y en dónde estamos. Y entonces, vamos a hacer un gran acuerdo, el acuerdo del México de abajo, el acuerdo del México rebelde y digno. Y no es que nos vamos a levantar nada más en un lado, sino que todos parejo y al mismo tiempo, y van a ver cómo esos grandes ricos y esos malos gobernantes van a tener miedo, y van a tener que huirse. Y si no se huyen, los vamos a meter a la cárcel a todos.
Compañeros y compañeras: ¡éntrense en la Otra Campaña! No vamos a pelear con armas, sino que vamos a pelear con movilización pacífica. No es que nos vamos a ir al monte, sino que cada quien en su comunidad, en el campo, se va a organizar. Y va a organizar esa lucha junto con otros, y ya no va a pelear solo, sino que va a pelear junto con todos los compañeros y compañeras, con toda la gente del campo y de la ciudad, que se está organizando para esta gran lucha, para hacer otro México.
Esto es lo que es la Otra Campaña, compañeros y compañeras, que pasamos a escuchar la palabra de la gente, que pasamos en cada lugar a hacer un Programa Nacional de Lucha donde se diga qué es lo que vamos a tener todo, lo que merecemos como trabajadores del campo y de la ciudad. Y cuando hagamos este país vamos a hacer otra ley, una nueva Constitución. Y en esa Constitución sí tiene que venir el respeto a nuestros derechos y a nuestra cultura como pueblos indios; el respeto a la naturaleza, a nuestros territorios, a nuestras tierras.
Tenemos que conseguir buen precio para los productos del campo, para los productos que hacemos como indígenas. Buena vivienda, buena educación, buena salud, buena alimentación. Todo lo que no tenemos porque se lo están tragando los malditos ricos que están allá arriba, y sus pinches gobernantes que están a su servicio.
Compañeros y compañeras ¡éntrense en la Otra Campaña! Piénsenlo aquí mismo donde están, o en su pueblo en su comunidad, ahí se organicen y ahí se den a conocer en esta lucha para hacer este gran acuerdo de la lucha que queremos.
Gracias compañeros, gracias compañeras.
18 abril 2006
Con la policía comunitaria
Compañeros, compañeras: buenas tardes, ya casi noches. Primero le agradecemos al Consejo Regional de Autoridades Comunitarias el que nos hayan invitado, y también a todos los que hablaron.
Compañeros policías, nunca habíamos dicho los zapatistas esto cuando hablábamos con un policía. Hace unas horas, cuando recibieron a la karavana y al convoy de la Comisión Sexta del EZLN les di un saludo militar. Mi nombre es Marcos, Subcomandante Insurgente Marcos, soy el jefe militar de oficiales y tropas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Y además ahora traigo la representación de los pueblos, comunidades indígenas. Cuando los saludé, saludé a compañeros que sabemos que están haciendo un servicio a la comunidad y que lo están haciendo sin paga, igual que nosotros.
Nosotros conocemos desde hace tiempo su experiencia, y venimos hasta acá para decirles que los admiramos a ustedes y a otros como ustedes que han cumplido ese servicio, y que han logrado lo que el gobierno no ha podido: que es darle tranquilidad en lo que se refiere a la seguridad, a la gente de estas tierras.
Quisiera recordar un poco lo que me han contado de la experiencia de la Policía Comunitaria, que no se refiere sólo a perseguir a los delincuentes, sino que también significa algo de aplicación de la justicia según nuestros modos, según nuestras costumbres como pueblos indios. Sabemos, por la experiencia que se ha tenido, que cuando un delincuente es detenido y es entregado a las autoridades del gobierno, inmediatamente lo sueltan. Y entonces llega —como nos platicaron— con más furia, con más coraje a atacar a los pueblos.
Sabemos que en las cárceles del gobierno no están los delincuentes, sino están los pobres. Sabemos que si alguien comete un delito, un crimen, puede pagar y comprar la justicia para quedar libre y seguir haciendo sus maldades.
Pero sabemos también aquí, según la experiencia que nos han platicado y que conocemos, que como Policía Comunitaria y como comunidades organizadas para administración de la justicia no se preocupan sólo por eso, sino también por dar castigo, un castigo que vuelva a esa gente que hace sus delitos otra vez al camino de la comunidad, al camino del colectivo.
Por eso pensamos que la experiencia de ustedes, que ya lleva diez años, no sólo ha traído tranquilidad aquí a sus pueblos, sino ha traído a todos los pueblos indios de México y de América Latina una experiencia nueva que tenemos que aprender. Tenemos mucho que aprender de ustedes, no sólo de su entrega y su sacrificio, y del riesgo que corren, porque no cualquiera se anima a enfrentarse, sin ningún pago a cambio, en contra de delincuentes. Y no sólo se anima a eso, sino también a desafiar al gobierno que los desconoce como lo que son: como una autoridad elegida por la comunidad, respetada por la comunidad. Y eso es lo que se llama legitimidad, que es lo que no tienen las autoridades del gobierno.
Las experiencias que hemos escuchado aquí nos sirven a nosotros y sirven a todos los compañeros y compañeras que están en la Otra Campaña, que están aquí en la karavana o que a través de los compañeros y compañeras de la karavana se van a enterar en otras partes de México y del mundo, de la experiencia de ustedes contada con sus propias palabras. Como dijo el compañero: “no se trata de hacer discurso con palabras duras, sino el platicar las cosas tal y como son”.
Es un honor para mí —y hablo a nombre de las tropas insurgentes del EZLN y de las comunidades indígenas— haber recibido su saludo en la carretera, y haber recibido la hospitalidad de la comunidad que ahora nos recibe. Sin embargo, nosotros pensamos que hay otros problemas que se vienen encima.
Nosotros somos indígenas, igual que ustedes, nada más que otra parte del país. La mayoría de nuestra gente no habla español, habla lengua maya, nada más que en distintas formas. A una lengua maya le dicen tzeltal, a otra tzotzil, a otra chol, a otra tojolabal, a otra zoque, a otra mame. Son cientos de miles de indígenas hombres, mujeres, niños y ancianos que son zapatistas, que la mayoría —como decía— no habla el español, no sabe escribirlo y nos entendemos en nuestra propia lengua. Así hemos podido construir primero lo que es el EZLN y después lo que es el avance nuestro en la autoridad civil, los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas y las Juntas de Buen Gobierno.
Esta es la primera vez que llegamos a este pueblo, pensamos que vamos a volver a llegar y junto conmigo vendrán los Comandantes y Comandantas, ustedes los van a conocer y van a ver que es gente igual que ustedes: indígenas, hombres y mujeres sencillos y humildes, y a partir de ellos y con ellos van a conocer más de la experiencia de las Juntas de Buen Gobierno, y más de cómo nos organizamos nosotros.
Con ellos también vendrá el oído de nuestras comunidades, para aprender cómo organizaron de su sistema de justicia, cómo organizan la Policía Comunitaria, cómo organizan los rondines, la vigilancia y cómo han logrado echar hacia atrás a los delincuentes que antes los llenaban de pena en sus casas y en los caminos.
Pero antes de eso, traigo otro mensaje, el mensaje que estamos viendo allá nosotros y que nos cuentan nuestros jefes que —les repito— son indígenas como ustedes. El mensaje que traemos es que se viene una gran desgracia, la peor, la más terrible: que es la destrucción de nuestra nación, de nuestra patria mexicana. Nosotros vemos que está pasando eso porque sentimos en la tierra, en nuestra naturaleza, en nuestra madre —como dijo una compañera— que está viniendo un gran dolor que va a acabar por destruirla por completo.
Ustedes aquí tienen grandes avances: están organizados como comunidad autónoma, tienen su propio sistema de justicia, igual nosotros. Además nosotros con nuestra misma organización autónoma tenemos hospitales, escuelas, le quitamos la tierra a los grandes finqueros y ahora es propiedad colectiva de los campesinos que antes no tenían nada. Y sin embargo con todos esos avances que tenemos pensamos que no va a durar, que se viene un gran ataque de los poderosos en contra de todos, principalmente en contra de los pueblos indios.
Pero no sólo eso, también en contra de los pobres, de la gente humilde y sencilla de la ciudad, de los obreros, de los empleados, de los maestros, de los estudiantes, de los ambulantes, de los que venden en el mercado, de los pequeños comerciantes, de los que trabajan en la calle. O sea de la mayoría de la gente en este país. Y nosotros pensamos que la única forma que podemos hacer para acabar con esa desgracia, para que no ocurra, para que no destruya nuestro país, es uniéndonos todos, pero respetando las diferencias que tenemos.
Nosotros sabemos que los partidos políticos que están en las elecciones llegan y les dicen que hay que votar por ellos. O sea hay que obedecerlos, hay que seguirlos. La Otra Campaña no está proponiendo eso. La Otra Campaña está proponiendo que cada quien hable y diga su problema y encuentre quién es el culpable de ese problema.
¿Quién es el culpable de los asesinatos, de los robos, del abigeato, de las violaciones que hubo aquí? ¿Quién es el culpable de que el precio de nuestros productos en el campo sea muy bajo? ¿Quién es el culpable de que no haya hospitales, de que no haya buenas carreteras, que no haya drenaje, que no haya agua, que los bosques se estén acabando? ¿Quién es el responsable que dos comunidades —como nos están platicando aquí— estén peleando entre sí, por culpa de las autoridades de Reforma Agraria que están dando títulos a uno en contra de la otra
Si buscamos cada quien en su lado quién es el culpable del dolor que tenemos, de la miseria que tenemos, vamos a encontrar que el culpable es un sistema. Es ese sistema que hace que unos sean ricos y que sean muy poquitos, y que muchos seamos muy pobres.
Pareciera ser que ahora, diez años después de que se fundó la Policía Comunitaria, doce años después que el EZLN se alzó en armas, y muchos años que tiene cada comunidad y pueblo indio que ha llevado su lucha sola, pareciera que podemos seguir con nuestra pobreza y ahí poco a poco irla llevando. Lo que estamos viendo nosotros es que no va a ser posible, que vienen por nosotros, vienen por nuestra tierra y que lo quieren todo y lo quieren ya.
Hace un rato, pasó un señor que en forma deshonesta usó esta tribuna para manifestar su intención del voto en contra… perdón a favor de lo que él llama la opción menos mala. Nosotros hemos insistido que La Otra Campaña no es electoral, que no es el lugar para andar diciendo que hay que votar por uno y por otro. Esa gente ha sido deshonesta con nosotros, con La Otra Campaña y con este pueblo, porque ha usado eso para decir, antes que nada, una mentira.
Esta es la portada del día de hoy del diario El Sur —¿es de hoy?—. Aquí dice… Nosotros estuvimos hace dos días en La Parota. En La Parota son campesinos como ustedes y como nosotros, y les quieren hacer una presa que va a destruir varias comunidades. No sólo eso, les están diciendo que les van a quitar la tierra y que los van a acomodar en otro lado.
La gente de ahí, ejidatarios y comuneros, se organizaron y dijeron que no van a permitir que entre esa presa. No van a permitirla porque el gobierno los está engañando y les echó mentiras para poner el proyecto. Así como está haciendo mentiras en muchas partes para meter el Procede y el Procecom. Como los ejidatarios y los comuneros no están de acuerdo con ese programa, entonces lo que hace el gobierno es comprar a algunos traidores y hacer que se pasen de su lado. Pero la mayoría de la gente no lo quiere, y esa gente —cuando la fuimos a ver— nos dijo lo que ya le había dicho a otros: que iban a resistir con su propia vida en contra de esa presa, y que estaban dispuestos a pelear con su vida. Que los habían amenazado con que entrara el ejército a esos lugares para que, a fuerza, se hiciera la presa.
Ahorita no está haciendo calor, hay viento fresco, estoy hablando tranquilamente. Vuelvo a repetir: si el ejército entra a La Parota tiene que entrar a las comunidades zapatistas. Van a tener que construir esa presa con una guerra, o no construirla. Lo que está haciendo Zeferino Torreblanca, el gobernador de este estado —que tanto entusiasmo provoca como perredista en el señor que pasó hace rato— es ofrecer la aniquilación de esas comunidades indígenas a cambio de un puesto en el gabinete con López Obrador.
Y su secretario de gobierno también va detrás de eso. Lo que están diciendo a los grandes ricos es: “yo te hago la presa, no importa quién muera”. Porque los campesinos de ahí ya dijeron que iban a morir, pero no iban a dejar su tierra. “No importa quien muera yo voy a cumplir tus órdenes. Y a cambio de eso, tú me tienes que dar un puesto ahí donde va a estar el próximo presidente de la República”. Si un partido es capaz de hacer esto…
Nosotros pensábamos antes que algo pasaba con las sillas gubernamentales, que al que se sentaba ahí lo hacían idiota. Y luego nos dimos cuenta que no, que hay que ser idiota para poder sentarse ahí. Pero lo que está demostrando estas declaraciones de… las declaraciones de Chavarría y del presidente estatal de ese partido —que tanto entusiasma al señor que pasó hace rato— lo que está diciendo es que para ellos Guerrero es una hacienda —como la porfirista—, y ellos son los capataces.
Yo no dije que el problema… que el asunto de La Parota era mío. Es del EZLN y lo vengo a ratificar como jefe militar de las tropas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
En varias partes, en varias partes hemos pasado, compañeros y compañeras, no estamos usando palabra dura. Donde quiera que hemos llegado en comunidad indígena nos han dicho que los partidos políticos parten, dividen. Y lo que es la vida comunitaria, el acuerdo que se hace, se rompe porque entonces uno es de un partido y otro es de otro, y se empiezan a pelear entre ellos.
Bueno, dirán pues que es el modo que tienen allá arriba para resolver las cosas. Pero el problema es que no se resuelven. Ustedes saben qué ha pasado con el partido PRI, con el partido PAN y con el partido PRD. Saben que las amenazas venían siempre de arriba, aunque cambiara el color del partido político. Las amenazas que están recibiendo al proyecto de la Policía Comunitaria, y no sólo a ese sino al sistema de justicia comunitario que han levantado, venían del PRI, del PAN y ahora del PRD.
¿Qué es lo que está haciendo la Otra Campaña? Y aquí empiezo a contestar las preguntas que hizo el compañero. ¿Cuál es el objetivo, el destino pues de La Otra Campaña?
Primero es conocernos, porque había mucha gente que no conocía la experiencia de la Policía Comunitaria, como no sabía tampoco lo que pasa en La Parota, o en El Charco, o en Zihuatanejo, o en los lugares pues donde hemos pasado.
De la Policía Comunitaria lo único que se sabía es que había un grupo de ilegales —o sea ustedes— que querían hacerse justicia por su propia mano. De La Parota sólo se sabía lo que decían los medios de comunicación: es que un pequeño grupo de ejidatarios se oponía al progreso y al desarrollo de Guerrero. De El Charco sólo se sabía que unos acelerados habían provocado al pobre ejército que había tenido que responder y había tenido que matar a quienes los estaba agrediendo.
En cada parte de la República hay una historia de lucha, y encima de ella hay una mentira. Y esa es la mentira, es la que conoce la mayoría de la gente. Y esto es porque los gobiernos, los ricos, lo que están haciendo es echando humo encima de las cosas para que no se vean.
Lo primero que está haciendo La Otra Campaña es pasar en cada lugar y que la misma gente cuente su historia de lucha.
No es lo mismo que alguien nos platique qué pasa aquí con el proyecto de la Policía Comunitaria, a que sean los mismos que lo hacen lo que lo cuentan. Por qué se tuvo que hacer, cómo es que le hacen, qué problemas han tenido, cómo piensan resolverlos. Es su propia palabra la que está hablando, no la mía, ni la de otro. Y es esa palabra de ustedes que la va a escuchar otro como ustedes. No la va a escuchar Zeferino Torreblanca, ni Chavarría, ni López Obrador, ni Calderón, ni Madrazo. Porque a ellos ustedes no le interesan, a nosotros sí.
Y gente como ustedes, así sencilla y humilde, hay en todas partes de la República. Y hay mucha gente que quiere saber cómo va a hacer con la inseguridad, cómo va a hacer con los delincuentes que ya sabe que el gobierno los suelta y hasta les paga, o está en trato con ellos pues para hacer los delitos. Y a la hora que empiecen a conocer su historia de ustedes, van a ver que se van a convertir en lo que son para nosotros ahorita, en unos maestros. Y todos los demás vamos a ser alumnos de aprender de su historia.
Y aquí no importa si la mayoría no sabe leer y escribir. No importa si se habla el español chueco o volteado. Lo que importa es la experiencia de lucha, y cómo lo resolvieron. Y eso es lo que vamos a aprender nosotros y, junto con nosotros, donde quiera que vamos a pasar.
Escuchamos a los compañeros de El Charco. Fue un crimen lo que hicieron ahí los soldados, un crimen, un asesinato. No fue un enfrentamiento, que es como dice el ejército. Había unas personas que ya estaban rendidas y las mataron, y nos contaron que las mataron por ser indios. Esa palabra que dijo ese oficial del ejército federal es la palabra que tienen todos los gobiernos capitalistas y el sistema para nosotros. Nos van a matar porque somos indios, no por otra cosa. Y nos van a matar porque quieren nuestras tierras, nuestros bosques, nuestros manantiales. Todo lo que hay que para nosotros no es una mercancía, para ellos sí lo es.
Y no importa qué partido político, porque dicen que la derecha y que la izquierda y no sé qué madre. Pero si alguien tiene este mínimo de decencia —que parece que ese señor no la tiene— para ver quiénes están en torno a López Obrador, va a ver que están los mismos que estaban con Salinas, con Zedillo. Los mismos que han explotado a este pueblo de Guerrero, al de Chiapas y al de todo el país durante más de 70 años, nada más que ahora son perredistas, y ayer eran priístas o panistas.
Nosotros decimos: en lugar de estar viendo para allá arriba, y estar haciendo esta tontería de que a ver quién es el menos malo, porque mejor no empezamos a escucharnos abajo, a conocernos. Y en lugar de hacer una gira para pedir que van a votar por Marcos —que sería el menos malo de los cuatro, ya que estamos en eso— en lugar de estar haciendo eso, lo que tenemos que hacer es que la gente hable, que cuente su historia y que todos la escuchemos. Y a la hora de estarlos escuchando nos estamos conociendo.
Este pueblo tiene nombre desde antes, y es conocido por el gobierno de que: “ah sí, Malinaltepec, está en tal lado” y todo eso. Ahora tiene el nombre de una lucha, que antes no tenía. La tenía para ustedes, pero no para el resto del México de abajo. Y ahora todos pueden decir: la Policía Comunitaria.
Desde que venimos desde Zihuatanejo nos están diciendo: “tal día llegamos con la Policía Comunitaria”. No nos decían que íbamos a San Antonio del Rincón, nos decían: “vamos con los compañeros de la Policía Comunitaria”. Porque es esta lucha y este ejemplo el que les dio rostro, el que les da nombre, y así va a ser conocido.
Nosotros no les estamos pidiendo que deshagan esto, ni que deshagan el CRAP y ahora se hagan PRD o ahora se hagan cualquier color. Nosotros lo que les estamos diciendo es que se hagan más fuertes con esa lucha que tienen y que, respetando esa forma que tienen, unan su lucha con la lucha de El Charco, con la lucha de La Parota, con la lucha de Zihuatanejo, con la lucha de todo el Guerrero que vamos a recorrer, y con la lucha de todo el país que vamos a recorrer. Porque no nos vamos a parar hasta que lleguemos al norte, a Baja California Norte, y regresemos luego a México a informarle a todos, todo lo que vimos.
Y ahorita lo que llevamos hasta acá en Guerrero, más todos los estados que hemos recorrido, hay una rabia y una indignación pues que no cabe aquí en este pueblo, no cabe en este estado, no cabe en este país —y ojo para ese señor— no cabe en las urnas electorales. Si cupiera ahí, entonces no encontraríamos lo que estamos encontrando en cada estado.
Cada vez más gente, más irritada, buscando otra cosa. Más gente que no se conforma con el menos malo, sino que quiere lo bueno, lo mejor. Y lo mejor, lo bueno, para este país está abajo, en la gente que lo camina, que lo trabaja, que lo sufre. No en la bola de haraganes que está allá arriba, sentado como diputado, como senador, como gobernador, como presidente de la República o como dueño de una empresa, o dueño de un banco, o dueño de una industria, o dueño de un centro comercial. Esos dos es lo que está diciendo la Otra Campaña que son los responsables de nuestra desgracia, de la que tenemos ahorita y de la que va a venir.
Bueno, pero dicen: “bueno pues están mal las cosas, pero pues vamos a votar por uno que, a lo mejor, un poco más o menos nos va. No, pensamos nosotros que no, que si siguen las cosas igual se va a destruir todo, todo lo van a conquistar —como hace 500 años— y todo lo van a poner en venta.
Y no les importa qué pase con nosotros. No les va a importar la Policía Comunitaria, ni las señoras, ni la falta de escuela, ni nada. Van a apoderarse de estas tierras. Antes fue con la cruz y la espada del Estado Español, ahora va a ser con los capitales extranjeros y con las leyes que están pasando los partidos políticos allá en las cámaras de diputados y senadores.
Hoy en la mañana estuvimos en la Radio de Suljaa’, y hace rato pasaron las compañeras de la Radio de Buenavista. Hay una ley que dice que eso es ilegal, así como hay una ley que dice que todos los compañeros policías son ilegales. Hay una ley que como indígenas somos ilegales. Hay una ley que dice que como pobres somos ilegales y nos tienen que acabar.
Porque, además, esos ilegales que somos, esos transgresores de la ley —dice el ejército federal de los zapatistas— son los dueños de la tierra —como decía el compañero, cuando habló al final—. Este territorio que es indígena, que es indio, que es nuestro y que lo tenemos que defender porque aquí nos tocó ese trabajo de defenderlo, de hacerlo crecer, de que no sea destruido. Ese territorio es el que va a ser conquistado si no hacemos algo. Y si no lo hacemos abajo. Porque arriba sólo va a venir la ley y la… la ley para que venga la destrucción. Y entonces no va a valer si vamos a estar solos.
Cuando hago el recuento de cómo nos contaron la historia de cómo nace la Policía Comunitaria, es que asaltan a uno, violan a otra, pero si sólo esa persona quiere hacer algo no puede. Si sólo una familia quiere hacerlo no puede. Cuando ya se está juntando todo una población es cuando ya se puede. Y cuando se junta la población de varios municipios, pues ahora sí que corrió el criminal, ahora sí que tuvo miedo. Porque no es lo mismo enfrentar a una mujer, que a 650 policías comunitarios.
Hagan de cuenta que lo mismo está pasando en todo el país. Que hay una bola de delincuentes, asaltantes y violadores, pero que están bien trajeados, bien perfumaditos, bien bañaditos, que comen bien, que además son los que mandan. Y entonces, tenemos que preguntarnos si vamos a dejar que roben en todo el país, o vamos a juntar, como se juntó la Policía Comunitaria, como se juntó el Consejo Regional de Autoridades Comunitarias, pero en todo el país, y juntos defendernos y traer tranquilidad a toda la gente de abajo.
Porque el problema de la tranquilidad no es nada más que no nos asalten, el problema es que necesitamos alimentación, vivienda, salud, educación. Necesitamos tierra, precios para los productos, y buenas semillas, no las transgénicas que están metiendo. Todo lo que están haciendo pues para destruir la tierra, todo necesitamos echarlo atrás y vivir con dignidad.
Aquí en este lugar, en San Antonio del Rincón las calles deberían estar pavimentadas y con drenaje. Y no está así porque aquí no viven los ricos, los ricos viven en Acapulco. Igual si en La Parota las calles están todas jodidas, y no hay buen drenaje y no sale bien el agua, a veces se va y todo eso, es porque ahí no viven los ricos. Entonces, todo lo que está haciendo el gobierno es al servicio de ellos, no al servicio de nosotros.
Si piensan que cambiando de partido político van a cambiar las cosas, ustedes los guerrerenses, son los que menos pueden decir eso, porque ya probaron varios caldos de sopa. Y todos están desabridos. Pero ahorita lo que está cambiando es que esto que sigue es la destrucción total. Eso es lo que vemos nosotros. Y nosotros, créanme, que pensamos que estamos avanzados, que tenemos muchas cosas que no teníamos. Y aún así pensamos que la vamos a perder. Y pensamos que todo o cada quién va a perder lo que tiene, si no nos unimos juntos. Como pueblos indios, como campesinos, pero también junto con los compañeros de la ciudad, con los colonos, con los obreros, con los estudiantes, con los maestros. Porque ellos también están igual.
Si ponen atención a lo que se está diciendo en la Otra campaña en otras partes de México van a oír que hablan ellos. Y ellos dicen todo lo que les están haciendo. Y van a escuchar la misma rabia y el coraje que tienen ustedes cuando nació la Policía Comunitaria: “¿por qué el gobierno no hace nada?, y ¿por qué cuando me organizo para hacer una solución, el que me ataca primero es el gobierno? Si es el que se supone que me tiene que ayudar?”
Entonces, lo que está haciendo la Otra Campaña ahorita es conociéndonos entre todos los que están abajo, y que estén de acuerdo, porque tampoco es fuerza. Si alguien es muy tarugo y dice que todavía va a ver si allá arriba en las votaciones va a encontrar algo, pues cada quien es libre pues de ser lo tarugo que sea. Pero la gente que está abajo, si dice: “nosotros sí queremos hacer esto”. Pues primero que nada vamos a presentarnos.
Por eso la Sexta Declaración empieza así ¿quiénes somos? y ¿dónde estamos? Ahorita lo que venimos aquí con ustedes, con las autoridades comunitarias, con la Policía es para preguntarles ¿quiénes son? y ¿dónde están? y ya nos contestaron. La pregunta que falta que respondan ustedes —y no yo— es: ¿cómo ven el país? Si lo ven que están bien así como están, o faltan cosas. Y ¿quién es el culpable de las cosas que faltan?
Y si piensan que esas cosas que les faltan se las va a dar alguien allá arriba, o las van a tener que conquistar ustedes, como conquistaron su seguridad y su justicia. Porque a ustedes nadie les puede decir que vino el gobernador y resolvió el problema de la delincuencia y de la justicia, lo tuvieron que hacer ustedes. Así pensamos nosotros todos los problemas, los tenemos que hacer nosotros no los gobiernos, los malos gobiernos. Sino nosotros como comunidad.
Y entonces, si es que hacemos el acuerdo, pues para qué vamos a estar separados. No se trata de que ustedes entran en zapatista, ni nosotros nos vamos a entrar en Policía Comunitaria. Cada quien donde está nos vamos a apoyar mutuamente —decimos nosotros—. Nos vamos a poner de acuerdo para luchar juntos, pero cada quien en lo que es.
¿Cuál es el objetivo? La pregunta que hicieron. ¿A dónde va pues la Otra Campaña? Pues a que saquemos la palabra de toda la gente de abajo, y entonces podamos responder a la pregunta ¿qué es lo que necesita México? Así como tenemos que responder la pregunta ¿qué necesita Guerrero? y ¿qué necesita San Antonio del Rincón? ¿qué necesita la Costa Chica y la Montaña de Guerrero? Pues no lo va a contestar López Obrador, lo va a contestar la gente que vive, lucha, que trabaja, que sufre en esos lugares. Y esa es la palabra que tenemos que sacar.
Y entonces ahí hacemos lo que llamamos el Programa Nacional de Lucha, donde esté las necesidades de todo. Pero según lo que diga la gente, no lo que según lo que digan los políticos. Y entonces lo que vamos a hacer es derrocar al gobierno, sacar a los ricos y volver a hacer otro país. Ése es el objetivo de la Otra Campaña.
Y en ese otro país, tenemos que hacer una nueva ley, donde estén los derechos y la cultura indígena, pero también estén los derechos de las mujeres, de los niños, donde también esté el derecho del campesino a un precio justo y apoyos para trabajar el campo, donde esté el derecho a la educación. Todo lo que nos está haciendo falta tiene que estar en la ley, y el gobierno que quede tiene que obedecer que eso se tiene que cumplir.
Así como los policías comunitarios tienen que obedecer lo que dicen los consejeros. No se mandan solos ellos pues. Así tiene que ser el gobierno, tiene que obedecer al pueblo no mandarlo —que es lo que está pasando pues ahorita—.
Entonces, eso es lo que está haciendo pues la Otra Campaña. Y ¿por qué lo estamos haciendo ahorita? Por lo mismo. Porque siempre aparece gente que quiere estar como que está apoyando a la gente, y lo que está buscando es un cargo. A nosotros no nos preocupa qué partido va a ganar las elecciones. Porque el que sea que quede lo vamos a tumbar, por eso no nos preocupa por quién van a votar.
Si el señor ese quiere votar por el menos malo —que dice él—, como quiera lo vamos a derrocar a ese gobierno por el que él votó, y a lo mejor que le van a dar un cargo de alguna función aquí en Guerrero. También va a caer.
Entonces, lo que se trata pues compañeros y compañeras, es de eso: ese es nuestro objetivo, este es nuestro camino de la Otra Campaña, y lo estamos haciendo ahorita porque queremos que la gente vea cuál es la diferencia. Si es lo mismo andar diciendo que quiero cargo, a si es lo mismo decir que quiero otro país con la gente de abajo. Y ustedes lo vieron claro, ahora que estuvimos aquí, porque se vio claro que primero hablaron ustedes, y se escuchó su palabra, y esa es la palabra que va a llegar lejos. Y al final ya nada más estoy yo contestando las preguntas que están haciendo.
Ningún partido político allá arriba lo ha hecho. Ningún partido político llega a los pueblos a hablar con la gente y a preguntarle sus necesidades. Nosotros no traemos promesas. Traemos este problema que se llama México que se está muriendo, y les estamos diciendo: Ayúdennos a salvarlo. De la única forma que se puede salvar: que es haciendo otro país justo, libre, democrático.
Tenía que ser ahora, porque es ahora cuando se está definiendo si este país muere o no. Y es ahora precisamente porque se está vendiendo el último engaño, ese engaño de que arriba se van a solucionar las cosas. Si pensamos que va a ser allá arriba y no hacemos nada, va a llegar la destrucción y no vamos a estar preparados.
Lo que nosotros decimos es: que cada quien vote por quien quiera, como quiera nosotros nos vamos a organizar abajo. Y cuando llegue el momento va a estar aquí una fuerza, aquí en Guerrero, aquí en México, de la que esa fuerza que va a estar abajo va a nacer otro país mejor, mucho mejor que el que tenemos ahora, y mucho mejor que el que están proponiendo allá arriba. Porque lo vamos a construir desde abajo.
Eso es lo que vamos a hacer compañeros y compañeras, para que lo piensen. Si voy a ser muy sencillo lo que estamos proponiendo es esto: conocernos entre toda la gente de abajo, echar trato, tumbar al gobierno, correr a los ricos y hacer otro México.
Gracias compañeros, gracias compañeras.
Suljaa’, Guerrero
Reuniónd de adherentes
17de abril del 2006
Buenas noches compañeros, compañeras. Vamos a ir explicando con palabra sencilla y vamos a ir parando cada tanto para que pueden pasar en lengua, en nuestra lengua.
Pues venimos a traer un saludo nosotros pues como zapatistas que somos indígenas también, nada más que de otra parte de México, de Chiapas y de las montañas del sureste mexicano. Ahí donde estamos nosotros llegó esto que estamos hablando ahora de la Sexta Declaración y de la Otra Campaña, que es la palabra que traemos como indígenas que somos, también para que la conozcan ustedes también como indígenas y para entender de qué se trata esto.
Y entonces de lo primeo que voy a hablar es de lo que nos hace diferentes. Porque como pueblos indios somos diferentes a otras partes del pueblo mexicano. Entonces la palabra que traemos es que tenemos que unirnos todos: que sea indígenas, entre pueblos indios que son diferentes –así como están ustedes aquí y nosotros estamos allá-. En varias partes de nuestro país hay muchos pueblos indios, tienen su propia lengua, su propia cultura. Pero yo… no nada más como pueblos indios. Sino a la hora que estamos diciendo: es que tenemos que unirnos con la gente de la ciudad, con la gente del campo que no es indígena pero que también está jodida como nosotros. Y entonces lo que vamos a hablar hoy es de por qué somos diferentes y mañana en el acto público vamos a hablar de por qué somos iguales.
Esto que somos diferentes –decimos nosotros- como pueblos indios: que es que tenemos otro modo. No nada más es la lengua, porque sabemos pues que en otras partes del mundo también hablan otras lenguas. Pero no son indígenas. No es nada más la forma en como nos vestimos: que sea nuestra ropa. No es nada más nuestras formas en que nos hablamos para entendernos. Sino que es otro mo… ponernos de acuerdo entre nosotros. O sea de relacionarnos y otra forma de ver la tierra, el aire, el agua; o sea la naturaleza.
Es diferente nuestro modo como pueblos indios que los modos que tienen en las ciudades o en otras partes. Esto es lo que nos va a hacer diferentes. Y una parte importante de cómo es somos diferentes es la palabra comunidad. Nosotros como pueblos indios la comunidad es lo más importante. O sea que hacemos las cosas en común, por eso se llama comunidad. O sea que no vemos cada quién por nuestro problema, sino que toda la comunidad se pone de acuerdo con la palabra para hacer un trabajo, para ver un problema, para arreglarlo pues.
Esto de comunidad llegó así porque los pinches españoles cuando nos invadieron y conquistaron, y luego los gringos, y luego los franceses, y luego los mismo mexicanos ya de aquí de los malos gobiernos pues nos están rechingando una y otra vez. Entonces los pueblos indios para resistir, para defenderse se hicieron comunidad. Y juntos en comunidad es donde se protege la lengua, se protege la cultura y se empieza a resolver los problemas en comunidad. Eso es un modo nuestro, es muy diferente a los otros. Y entonces lo que quieren esos poderoso de allá arriba es destruir eso, porque así nos destruyen, nos hacen débiles.
Entonces está nuestro modo de comunidad y entonces vienen los gobiernos y los ricos y nos quieren imponer otro modo. Por eso está este problema de los partidos políticos. Porque entre las comunidades, entre sí se ponen de acuerdo quién va a ser autoridad, cuánto dura, qué es lo que va a hacer. Y si hay un problema de la comunidad lo resuelve toda la comunidad. Y en cambio pues, si llega pues un partido político pues ese lo que hace es partir la comunidad: que hay quien va a ser PRI, ya no importa si es amuzgo o mixteco, lo que importa es que si es PRI. No importa si es pobre, lo que importa es si es PRI, o PAN, o PRD, o Convergencia. Entonces lo que nos hacía una sola cosa, una comunidad: que es que somos indígenas, que tenemos una cultura, que estamos jodidos y que nos apoyamos mutuamente, se rompe. Porque ya vino otro modo de afuera y nos dice: eso no vale aquí, aquí lo que vale es qué partido político eres.
Y entonces con ese modo que viene pues, que es que nosotros decimos capitalista, es que las cosas son propiedad de alguien. Así por ejemplo pues la casa de gobierno dicen: ese es propiedad del PRI, o del PAN, o del PRD. Según qué partido es el que está mandando. Pero si es la comunidad, entonces de quién es la casa de gobierno: de la comunidad. De quién es los árboles, el agua: de la comunidad. Pero cuando entra el otro modo, el modo pues de los capitalistas, dice: no esto es propiedad de alguien.
Y ya va… vimos que el compañero nos platicó hace rato que ellos tienen unas tierras y llega un pinche terrateniente y dice: son mías. Y ahora están trabajando su propia tierra, pero para un propietario que es otro cabrón. Y otros también que tenían tierras viene el gobierno y le dice: no, este le toca a otro. Y hace que se peleen entre gente pobre, entre indígenas pues, entre campesinos.
Entonces a la hora que llega el modo de afuera; que es el modo de los capitalistas, de los ricos, de los poderosos; lo que quieren hacer es partir la comunidad dividirla. Porque ya divididos es como nos pueden acabar. Así es como vemos nosotros los indígenas zapatistas.
Y de por sí vemos que nos cuentan que antes los indígenas estaban en las buenas tierras allá abajo, y llegaron los poderosos y quitaron todas esas tierras y aventaron a los indígenas acá a la montaña. Igual nos hicieron a nosotros. Todas las buenas tierras eran de los finqueros –así les decimos a los terratenientes- y a los pueblos indios los aventaron a la montaña donde no se puede sembrar, o se siembra pero muy mal.
Y entonces nosotros estamos pensando por qué ahora se quieren meter acá, si estamos pues acá tranquilos. Igual estábamos pues nosotros tranquilos: sí con probreza, con mucha necesidad, pero como quiera entre comunidad ahí nos vamos apoyando. Y de pronto vemos pues que no les abasta con lo que tienen allá abajo: con las buenas tierras, con sus grandes dineros, con sus grandes casas. Sino que se quieren meter también acá a la montaña.
Y si antes hicieron que la tierra fuera una mercancía y las cosas que usamos, ahora resulta que el agua es también mercancía. Y antes no era propiedad de nadie. Y ahora es que siguieres tomar agua ya es propiedad de la cocacola o de otros pues que te venden el agua embotellada.
Y ahora resulta pues, por la historia que nos cuentan de la radio, que también el aire ya es propiedad de alguien. Y eso no pasaba antes. Y ahora lo que está pasando es que esos ricos se están metiendo también en nuestros modos de nuestra pobreza, para quitarnos todo, todo lo que había antes. Se quedaron con las buenas tierras, ahora quieren las malas tierras. Quieren el agua, quieren el aire, quieren los árboles. Y como eso es lo que está cuidando la comunidad, entonces tienen que destruir al guardián, al vigilante –en este caso de la montaña-.
Y por eso ven ustedes que tanto los están rechingando a ustedes y a muchos pueblos indios también como a nosotros. Porque si nos destruyen a nosotros o a ustedes, entonces ya se pueden apoderar sin problema de todo. Y entonces nosotros vemos como indígenas pues que nos burlan por cómo hablamos, por cómo vestimos, por nuestra cultura y tampoco respetan nuestra forma de gobernarnos.
Y entonces llegó esta lucha pues nuestra, como los zapatistas, y con muchos pueblos indios de México que están en esto que se llama Congreso Nacional Indígena, de que vamos a pedir que los gobiernos reconozcan nuestro derecho y nuestra cultura. Y enton’s hicimos todo este gran movimiento y fuimos con muchos pueblos a hablar con los gobiernos para decirles que tienen que reconocernos. Y les valió madre. No cumplieron pues. Dijeron que sí iban a cumplir, porque habían firmado ya un acuerdo. Y a la hora de la hora lo voltearon, no reconocieron pues nuestro derecho y nuestra cultura como indígenas.
Entonces nosotros pensamos ¿por qué es que no cumplió el gobierno? Es que es pendejo, o es tarugo, o por qué no entiende pues. Y nosotros vimos que lo que pasa es que su modo del gobierno es que la palabra no vale. Es una mercancía: se compra y se vende.
Y entonces cuando les convino dijeron que sí, y cuando ya no les conviene dicen que no. No es como nosotros pues los pueblos indios que la palabra vale, que la palabra que uno dice es porque así va a ser, porque hay que cumplir. Los gobiernos no le hacen así. Por eso es que no nos cumplieron. Porque no respetan su propia palabra y por lo que les acabo de decir que es que ambicionan las tierras, la naturaleza pues donde estamos.
Y entonces nosotros volteamos a ver para otros pueblos indios: si es que están bien o están mal. Y vemos pues por todo el país que estamos mal. Que nos sigue que no nos respetan. Nos sigue que nos burlan de nosotros, y ahora pues se da este gran ataque para quitarnos la tierra, el agua, los árboles y hasta el aire.
Y entonces nosotros decimos: hay que voltear también para otros lados, y volteamos a ver en las ciudades también. Y ahí también hay obreros, hay las… en el campo también hay campesino que no es indígena, en las ciudades también hay empleados, hay maestros, hay estudiantes, hay mucha gente pues que está jodida. Y que también los está chingando el gobierno.
Y entonces nosotros decimos: no pus lo que hay que hacer es tirar al gobierno. Pero qué tal que ponemos otro y va a salir igual. Si como quiera van a querer hacer mercancía pues nuestra tierra y nuestra cultura. Entonces nosotros decimos: lo que tenemos que hacer es cambiar de sistema. Ese sistema que se llama capitalismo que hace que las cosas y las personas y las palabras se compran y se vendan.
Entonces si el gobierno es una mercancía pues quién lo compra: el que tiene paga. Y de por sí nos explicaron los compañeros: que o importa qué partido es, es que tenga paga y compra para se presidente municipal. Y luego a robar para recuperar, como si hubiera comprado pues una empresa. Entonces el gobierno ya no sirve a la gente. Sino que el gobierno pues es un negocio que se compra y se vende. Entonces ya no importa si es PRI, PAN, PRD, Convergencia, cuanta madre pues que sea que están peleando. Lo que pasa es que esa gente que tiene dinero y que sabe que si llega al gobierno va a ganar dinero. ¿Cómo va a ganar dinero? Pues haciendo leyes y chingaderas para quitarle a la gente la tierra, si es campesino y si es indígena.
Y ese es pues la trampa del Procede. Lo que quieren hacer pues es que cada quien es un propietario que tiene su mesa, pero has de cuenta que es su tierra, para que se la pueden quitar. Pero que si es de la comunidad no se la pueden quitar. Entonces lo que necesitamos es acabar pues con ese sistema. Y entonces nosotros decimos, rascamos la cabeza y decimos: pues vamos a echar acuerdo, vamos a ponernos de acuerdo con todos. Y nos levantamos y me cae de madre que cae el gobierno. Y corremos a los ricos.
Por qué va a pasar si sale igual que la revolución mexicana, que la guerra de independencia: que como quiera los pueblos indios son los que lo pelean y al rato otra vez igual. Y en la revolución mexicana las tropas de Zapata, de Villa pura indiada pues –como dicen-. Y ganan, tumban a los gobiernos. Y quedan otros y los pueblos indios seguimos igual. Y entonces, lo que nosotros decimos, como zapatistas decimos: no pues tenemos que hablar con los pueblos indios, que tenemos que unirnos a parte. Y tenemos que luchar en esta gran lucha porque se nos tienen que reconocer nuestro modo como indígenas.
Entonces llega nuestra idea de que cuando pasamos por todos lados, cuando hablamos con pueblos indios decimos este problema que tenemos. Qué tal que sí acabamos con el sistema, pero qué tal que nos quieren desaparecer como pueblos indios. ¿Quién va a garantizar que si van a respetar la lengua? Y lo de la lengua es un problema compañeros. Porque resulta que pinches ricos dicen: nos pues es que es un ignorante ese porque no habla español. Y el compañero habla mixteco-náhuatl, dos lenguas. Y dice que es un ignorante. Y el otro cabrón que lo está criticando con trabajo habla el español, y lo habla chueco. Como el Fox, ya ven como habla. Ni siquiera sabe hablar español.
Nuestros compañeros pues no saben leer y escribir, nuestros comandantes y comandantas. Pero hablan cuatro o cinco lenguas indígenas. tzotzil, tzeltal, chol, tojolabal, zoque, cinco leguas habla, pero no habla castilla. Y para el de arriba es un ignorante y lo desprecia. Y a la hora que va un problema con la justicia, sino habla español se rechinga pues. Lo agarra el juez y lo mete a la cárcel, no le entiende qué está hablando. Entonces si va a pasar lo mismo no sirve –decimos nosotros-.
Quiere que vamos a ser el movimiento pero quiere que como pueblos indios tenemos que defender nuestro lugar y tenemos que exigir que en el nuevo México que va a haber tiene que respetarse el modo de los indígenas. Según cada quien su lugar donde está. Según si es aquí de la montaña de Guerrero, si es de las montañas del sureste mexicano, si es en Chihuahua, donde esté cada quien según su forma de gobernarse, su forma de relacionarse como comunidad, tiene que va a ser respetado. Si no pues no va a servir. Eso es lo que pensamos.
Entonces tenemos que pensar cómo vamos a hacer compañeros y compañeras. Por eso vamos a hacer una gran reunión nacional, el día 5 de mayo y el 6, de los pueblos indios del Congreso Nacional Indígena. Porque de por sí vamos a tumbar al gobierno, de por sí vamos a corretear a los ricos de este país.
Pero cómo quedamos como pueblos indios, porque quiere que en el otro México que vamos a hacer, quiere que vamos a tener un lugar de respeto, digno. No que nos siguen tratando como limosnero o como que nos quieren dar una monedita cuando ven un indígena pues, o como chiste, o como insulto. Tienen que respetar nuestro modo, nuestra lengua, nuestra cultura, nuestra forma de cómo nos gobernamos según.
Lo tienen que respetar a güevo. Si no pues otra vuelta los tiramos también a los que siga.
Pero entonces tenemos que hacer el acuerdo entre todos los pueblos indios. Primero para conocernos entre todos y conocer las luchas, los problemas que tenemos, como nos están chingando los gobiernos y los ricos. Y entonces también sacar un pensamiento como pueblos indios para convencer a los demás compañeros que también están en la lucha, los que están en las ciudades o en el campo pues, pero que no son indígenas.
Para que se entiende que en el otro México, que es el que va a salir ahora cuando ganemos, tiene que tener ahora sí lo que quedó pendiente en la revolución mexicana y los que quedó pendiente antes en la guerra de independencia. Es que los pueblos indios tienen que tener un lugar digno en nuestro país y que lo tienen que respetar: que sea hombre, mujer, niño o anciano.
Eso es pues la palabra que traemos compañeros.
Gracias compañeros, buenas noches.
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Delegado, Es espardo en Chilpancingo, pero en la plenaria con aderentes no voya a poder estar presente, yo entiendo, pero si es posible, espero poder hacerkle entrega de mi tesis, seria un placer
Comentario de Eumir Vela — abril 19, 2006 @ 4:49 pm
saludos a las comunidades que se han sabido organizar y tener su propia policia para defenderse de las autoridades que siempre se aprovechan de los pobres de Mexico, saludos desde las montañas del estado de Veracruz.
mexicanos al grito de guerra por que ya se mira el horizonte,
Comentario de gersain — abril 19, 2006 @ 9:11 pm
Hola amigos sigan en la lucha ya que ella los ara grandes y libres para que nadie los umille
Comentario de joel arevalo — abril 20, 2006 @ 5:48 am
Las regiones autonomas son una realidad posible, la continuacion de la revolucion mexicana es tambien una realidad posible, vivamosla juntos.
Victor Hugo desde Chihuahua
Comentario de victor hugo — abril 20, 2006 @ 11:34 pm
Viendo , las fotos que mis ojos acaban de ver …no albergo ninguna duda que mexico pronto sera libre por voluntad del pueblo mexicano. Nosotros desde Venezuela monitoriamos el acontecer no solo de Mexico si no la de los pueblos oprimido por siglos de america central y del sur,..Ud dice Sub Comandante Marcos , cuando llenamos las alforjas y nos incorporamos a su ejercito …que en un segundo el temblor recorrera el mundo El Glorioso Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional esta siendo apoyado por un ejercito de apoyo operacional y logistico integrado por latinoamericanos de distintas nacionalidades…….Ud dice cuando …..Aqui esperamos la señal …Aqui en la patria de Bolivar…Sucre…..Miranda……y paez…Ud no esta solo…..nosotros todos estamos dispuestos a dar la lucha y hacer morder el polvo al enemigo
Comentario de PABLO VERASTEGUI — abril 21, 2006 @ 4:25 pm
SOY INDIO AMUZGO Y ESTUVE EN LA REUNIÓN DE ADHERENTES EN XOCHISTLAHUACA, PERTENEZCO AL MOVIMIENTO POR LA RECONSTITUCIÓN DE COCHOAPA, ME GUSTARÍA QUE ME ENVIARAN FOTOS A MI CORREO: damian_autonomo@hotmail.com. DE PREFERENCIA TODAS LAS FOTOGRAFÍAS DE LA REUNÓN DE ADHERENTES.
Y EN MI OPINIÓN ESTOY SEGURO QUE LA OTRA AVANZA. HASTA LA VISCTORIA SIEMPRE COMPAÑEROS.
VA.
Comentario de MISAEL DAMIAN — junio 6, 2006 @ 4:59 pm
Se requiere de la determinación desinterezada para poder continuar esta lucha no solo fisica, debido a la trascendencia emosional del vaolor que esto tiene. Creo no hablar en plural, no soy tampoco la voz sectorial, pero si represento un ideal que revive día a día en mi andar. Desde aqui manifiensto, Estamos con ustedes y en espera del llamado libertario.
Desde la oprimida capital del estado de Guerrero.
Abajo y a la Izquierda.
EUMIR
Comentario de Eumir Vela Guevara — agosto 16, 2006 @ 1:09 pm
Despues de la visita a la majestuosa montaña guerrerense y hacer una labor de observación hemos decidido realizar una tesis de licenciatura (del 1 al 20 de agosto), conjunta, o sea de a 2,y para ello es importante ir de nuevo para la sagrada montaña a conocer de cerca la policia comunitaria, (que ya conocimos en algunas comunidades como Rancho Viejo y otras), que para nosotros es la respuesta de la gente común que quiere llevar una vida normal y sin crímenes a sus personas, cosa que acá en mi pueblo, el DeFectuoso, parece nunca pasará, y justamente reconocer a la comunitaria como una organización independiente y necesaria para que exista órden en la montaña; cuando el mal gobierno procuraba justicia en aquellos lares prevalecia la impunidad la inseguridad y el abuso de las autoridades, ahora hay paz, cuando aceptaran que el sistema impartidor de justicia no funciona en el país, con sus policias corruptos, con los jefes de la policia corruptos, con sus jueces corruptos, con sus magistrados corrompidos desde que este país se constituye, cuando abriran los ojos los ciegos de poder y materializar la tan mencionada «renovación moral», al menos que dejen de ejercer su ley y justicia inmoral y asesina de hombres y mujeres que no estan representados en su Costitución que es para los poderosos y sus familias, que no incluyen garantías para indigenas, campesinos, homosexuales y en general el grueso de la población que vive en este país que se siente en un estado crónico de indefensión.
Aca desde nuestra trinchera seguiremos el camino ejemplar de las comunidades de la montaña para liberar realmente a la Nación…
Comentario de Leonard — octubre 17, 2006 @ 10:59 am