Palabras del delegado zero
Acto Público en Guadalajara, Jalisco.
Y venimos a traer esta cuenta y esta carga que llevamos, para buscar aquí en occidente otro viento, otro aire, que se una al nuestro y al que hemos ido recogiendo por nuestro paso; al dolor de niños y niñas prostituidos por gobernantes y grandes empresarios; al dolor de jóvenes perseguidos, golpeados e incluso asesinados por su apariencia, el dolor de homosexuales, lesbianas, transgénero, que también aparte de que tienen que esconderse en vida, ahora tienen que esconder la muerte por el desprecio y el racismo que hay a quienes tienen el SIDA; el dolor de jóvenes estudiantes que ven cómo la escuela se convierte también en un negocio y se ven obligada a abandonarla; el dolor de maestros, que ven reducidos sus sueldos conforme lo van confrontando con los precios; el dolor de trabajadores que ven recortados cada vez más sus derechos laborales y son obligados a trabajar catorce, dieciséis horas diarias, por cuarenta y cinco o cincuenta pesos al día; el dolor de mujeres, presas de la violencia, ya no sólo intrafamiliar, sino la doble violencia de ser agredidas y luego ser agredidas por las autoridades: si andas así, te lo mereces, si te portas así, te lo mereces – esa doble humillación que como mujeres se padece, el hostigamiento, el acoso, la persecución, por el simple hecho de ser mujeres. Hemos visto también, y hemos escuchado, el dolor de los ancianos, el dolor de haber sido catalogados ya como prescindibles, como sobra, como lo que no sirve. El dolor de trabajadoras y trabajadores sexuales extorsionados por la policía y también cooptados y manejados por los gobernantes, que allá arriba a la derecha simulan una doble moral, la que condena toda manifestación de libertad y pretende absolver los pecados – que con mucho añico van consiguiendo en la semana – en la misa o en la bendición que reciben de las autoridades religiosas. El dolor de los pueblos indios, doblemente despreciados por pobres y por ser indígenas.
Y venimos cargando estos dolores por todos estos estados y en cada lugar entender que este dolor es una rabia, una indignación, que no encuentra respuesta allá arriba. Y llegar acá a occidente, pasar por los gobiernos gobernados por el PAN, por el partido de Acción Nacional, y por su brazo armado y clandestino: el Yunque, y ver la misma historia que ha sembrado el Partido Revolucionario Institucional en todos los estados y en más de setenta años en la historia de nuestro país.
Hemos llegado a Occidente, a Guadalajara, a Jalisco, con esta carga, y allá arriba durante todo el trayecto nos están gritando que tenemos que mirarlos allá, que allá hay una solución para esos dolores, y el PRI nos promete, y hay quien nos dice que hay que mirar para allá, que volviendo al pasado corrupto y criminal que lo caracterizó entonces podremos coleccionar despensas, gorras y playeras.
Y Acción Nacional nos dice, miren hacia mí, hacia la destrucción que ha llevado adelante el gobierno de Vicente Fox, miren hacia mí y les garantizo que van a ser absueltos, allá en la vida eterna, por que aquí son todos ustedes unos condenados: los condenados de la tierra, del agua, de la montaña, de la calle.
Y hay quien suspira, y nos dice, miren arriba, al amarillo y negro, y apuestan todos sus suspiros y quieren que eso hagamos nosotros, para ver si llegando el PRD se le hace un segundo piso al país y ahí si pueden estar más seguros y más lejos de nosotros.
Lo que hemos encontrado, no es el mismo hastío de antes hacia la clase política, hemos encontrado una rabia y un coraje contra lo que están haciendo esos que están allá arriba. Hemos encontrado una indignación que ha encontrado lugar acá, en la Otra campaña, por que aquí en la Otra campaña están los trabajadores y las trabajadoras sexuales, están los ancianos, están los jóvenes punks, los anarkolibertarios, los metaleros, los darketos, los eskateros, los “como se llame cada quién”, están todos los que están despreciando allá arriba, los trabajadores del campo, los trabajadores de la ciudad, los campesinos, los estudiantes, los maestros, los pueblos indios, está todo lo que le sobra a los que están allá arriba, aquí en la Otra campaña ¡pura gente decente, compañeros y compañeras!
Y en cada parte donde llegamos nos preguntan cuál es el horizonte, cuál es el destino de la Otra campaña, si finalmente no estamos buscando un cargo público, o a la hora de la hora vamos a torcernos y a decir: pues tal candidato es el menos peor, o el menos malo…y nosotros estamos diciendo claramente lo que hemos escuchado: el responsable de nuestros dolores, el objetivo de nuestra indignación y nuestra rabia es un sistema y quién lo sostiene y quién lo representa, el objetivo de la Otra campaña es derrocar al Supremo gobierno y acabar con los ricos y los grandes propietarios.
El objetivo de la Otra campaña no es sólo acabar con el que está arriba a la derecha, sino que nunca nadie más esté encima de nosotros, diciéndonos lo que tenemos que hacer. El objetivo de la Otra campaña es construir otro país, empezando por hacer otra política, una política donde se escuche a la gente primero que nada, donde la gente explique sus problemas, sus necesidades, su rabia; una política que no busque tomar el poder para luego engañar y enriquecer al que llegue allá arriba; una política donde la gente mande y el gobierno obedezca; una política que empiece a recabar estos dolores, estos sentimientos, en un Programa Nacional de Lucha y entonces podamos al fin alzarnos contra el Supremo gobierno, derrocarlo, derrotar al sistema que está sosteniendo y volver a levantar Otro País, un país de abajo y a la izquierda, un país con los humildes, con los que nadie toma en cuenta, con los que nadie mira, con los que todos desprecian, con nosotros, los que hacemos andar las máquinas, los que hacemos que parir los frutos a la tierra, los que hacemos que los productos circulen, los que hacemos que el arte florezca, nosotros, los de abajo, los que allá arriba no quieren, los que sobran, los que se niegan a aparecer en una encuesta, nosotros, nosotras, los nadie de este sistema.
En nosotros, nosotras, en la Otra campaña, está la única posibilidad de que eso que llamamos patria, de que eso que llamamos México pueda sobrevivir. Ninguna oferta allá arriba tiene contemplada la sobrevivencia de este país, su única propuesta es acelerar o hacer más lenta la destrucción que estamos padeciendo.
Compañeros y compañeras, no estamos levantando un movimiento, estamos siendo testigos de él.
Si alguien piensa erróneamente que esto va para largo plazo, y se consuela: tal vez dentro de cien años, está muy bonita la Otra campaña, pero eso de hacer Otra política no checa todavía, tal vez dentro de un siglo, dentro de dos o dentro de tres, está muy equivocado.
El dolor que hemos ido palpando, acá abajo, en todos los territorios que hemos caminado, ya no tiene mucho tiempo para estallar. Y venimos a avisarle a la gente, que todavía no se decide: va a haber un levantamiento Nacional, civil y pacífico. El viejo grito de ¡muera el mal gobierno! va a volver a escucharse, y el gobierno va a caer, con él van a huir los grandes propietarios, y entonces toda esta gente vamos a decidir qué país y cómo va a ser, desde abajo.
Y hay quien va a elegir asistir como espectador, que alguien le cuente qué pasó en el año de 2006 y en los años que siguieron; hay quien va a elegir esperar, a ver que pasa, y no entender que el año de 2006 es el año de elegir, pero no entre quién nos va engañar, entre quién nos va a desilusionar, sino elegir entre si vamos a ser participantes directos, actores, de este gran movimiento o vamos a esperar a que alguien nos cuente qué es lo que va a pasar.
La Otra campaña es el espacio de todos aquellos que quieren luchar. La Otra campaña es el único espacio donde cada organización, grupo, colectivo, individuo o familia recibe el respeto, y no se trata de que alguien mande sobre el otro, sino de que todos seamos iguales y que todos decidamos sobre el rumbo que estamos siguiendo, este rumbo que está marcado como anticapitalista y de izquierda. No vamos a conformarnos con menos.
Aquellos que allá arriba calculan que es posible administrar aspirinas y analgésicos para los dolores que tiene esta tierra, están muy equivocados. Este gran movimiento, que ya es nacional, ya está caminando, no sólo aquí en Guadalajara, no sólo aquí en Jalisco o en el Occidente, también en todos los rincones de nuestra patria.
Nosotros venimos a invitar a todo aquél que todavía está dudando, aquél que todavía tiene las esperanzas puestas allá arriba, si se va a decidir ahora o va a esperar a sumar a su dolor la desilusión y el engaño. Nosotros ya no, ¡Ya basta! ¡Ya no más! No vamos a aceptar más mentiras de nadie, ni de nosotros mismos ni mucho menos de los que están allá arriba. Nosotros vamos a construir este movimiento y ya lo estamos levantando.
Aquellos y aquellas que tengan su corazón bien puesto, donde debe de estar: a la izquierda, tienen en la Otra campaña la única oportunidad de poner su nombre en la historia, en la historia que va a empezar a contar desde ahora, el año cero, el año de 2006.
Compañeros y compañeras: cada quien tiene su dolor y lo puede contar, en este lugar, en la Otra campaña va a ser escuchado y tomado en cuenta; cada quien tiene su dolor y tiene que elegir si lo sufre sólo o lo alivia en colectivo, en grupo, en un movimiento, en la Otra campaña, como ama de casa, como joven, como niño, como anciano, como trabajador del campo, como trabajador de la ciudad, como homosexual, como lesbiana, como transgénero, como joven punk, anarkolibertario, eskatero, darketo, como estudiante nada más, como trabajador de la ciudad, como obrero, como empleado.
Cada quien, cada uno de nosotros cargamos este dolor y tenemos que decidir si esperamos que allá arriba lo van a resolver o lo hacemos entre nosotros. En la Otra campaña pensamos que el alivio definitivo lo vamos a construir entre nosotros.
Compañeros y compañeras, esta es la Otra campaña, la única esperanza de que este país siga siendo, la única esperanza de que ser mexicano o mexicana no sea una vergüenza o sea una nostalgia. Esta es la Otra campaña: la posibilidad de que este país renazca y se convierta en un ejemplo para todo el mundo, esta es la Otra campaña de nosotros, abajo y a la izquierda.
¡Gracias compañeros, compañeras!
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