A: Elena Poniatowska.
Reciba vuesa beldad múltiples y espectaculares reverencias. Que acallen las fanfarrias su incómodo saludo. Dejad que mi equino rocinante acerque su torpe paso hasta el pie de la ventana vuestra, que mi intrépido atrevimiento se llegue hasta vuestro balcón, y que pueda yo, con la incómoda amenaza de despeñarme hasta el suelo (¿En qué piso vive vuestra excelencia? ¿No podríamos negociar una planta baja? ¿No? ¿Y una piscina a distancia prudente? ¿Un amable cojín de suaves plumas? ¿Un catre siquiera?), hacer formal invitación para que tenga a bien usted posar, sobre estas rebeldes y amenazadas tierras, la suave planta del rubio pie vuestro. Podremos hablar de muchas cosas y, lo más importante, callar de una cantidad mayor. O, si no, podremos vernos con aire distante y serio, a lo lejos veré yo que mis tiernos guerreros os brinden mil y una atenciones. ¿Fecha probable para que aterricen ángeles en esta tierra de demonios (Prigione dixit)? Dicen que dicen que los astros, la Luna, las mareas, los retenes y desalojos podrán hacer una amable conjunción el día 23 de este incierto julio. ¿Lugar, hora y agenda probable de tan afortunado suceso?: con los amables portadores de la presente. Si no es posible en fecha insinuada, no preocuparse, los transgresores no tenemos horario fijo, trabajamos a destajo, es decir, de tiempo completo; el «año sabático» lo trocamos, años ha, en «vida selvática».
Vale. Salud y traiga una de esas incómodas «bolsas de dormir» porque aquí, a más de digno, el suelo es duro.
Desde las montañas del sureste mexicano
Subcomandante Insurgente Marcos
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