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A las bandas todas: Nos han engañado, nos han vendido la idea de que soportaríamos todo, que el ser indignos era sinónimo de ser mexicanos.

Banda:

Nos han engañado. Todo este tiempo hemos vivido en una gigantesca mentira, hemos vivido en medio de una mierda a cuyo olor querían que nos acostumbráramos y que confundiéramos con un agradable perfume. Nos han engañado, nos han vendido la idea de que soportaríamos todo, que el ser indignos era sinónimo de ser mexicanos, que el ser callados era igual a ser pobres, que el nada tener incluía el no tener voz, que podrían humillarnos hasta hacernos desaparecer o hasta arrinconarnos en la parte más vergonzosa e indigna de este país, que obedecer era obedecer las leyes de los menos, que desobedecer era ir contra los más, que seríamos felices con un ropaje extranjero, que podíamos caminar sin problemas entre el lodo y la sangre que este sistema iba dejando, cual huella pestilente, en nuestro suelo, que podían hacer todo, absolutamente todo, sin que nadie dijera nada, sin que nadie gritara el «¡ya basta!» que recomenzara todo.

Se equivocaron, apenas comienza la pesadilla para los poderosos, el sueño de esperanza de los desposeídos apenas inicia. Echaremos a andar, los más pequeños, los más olvidados, los más marginados, los más despreciados, nosotros, ustedes.

Vale, hermanos y hermanas bandas. Salud y paciencia para afilar la tierna punta de la esperanza.

Desde las montañas del sureste mexicano

Subcomandante insurgente Marcos

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