A Proceso, La Jornada El Financiero y Tiempo.
A la prensa nacional e internacional.
Señores:
Ellos… ¿Por qué tuvieron que hacer eso? ¿A quién castigan con esta ignominia? Si tratan de justificar una acción militar en contra nuestra y de nuestra bandera, ¿por qué no mejor matar a uno de nosotros? Sangraría así menos el país que con esta infamia que ahora nos estremece. ¿A quién hacía daño este hombre? ¿Quién recelaba de su alejamiento del grupo que se pretendía perpetuar a través de él? ¿Quién obtiene ganancias de su sangre? ¿Dónde estaban los que lo cuidaban? ¿Quién patrocina esa mano «pacifista» que abre de nuevo la gigantesca puerta de la guerra? ¿Es ésta la lógica, atribuir a la paz un crimen para así negar la posibilidad de la paz? ¿Quién sigue ahora? ¿Cuántos más para dejar entrar, por fin, la democracia, la libertad y la justicia?
Entendemos bien el mensaje que este crimen dibuja en el cielo de la nación. ¿Es necesaria más sangre nuestra? Bueno… lo sabíamos. Pero él no. Vengan. Acá estamos, donde nacimos y crecimos, donde tenemos el gran corazón que nos sustenta, donde moran nuestros muertos y la historia. Acá estamos, en las montañas del sureste mexicano… vengan por nosotros… sabremos recibir a cada quién como se merece… a buenos y malos…
Cuidaos. Ya nada está a salvo, mucho menos de la paz las esperanzas. Vale.
Desde las montañas del sureste mexicano.
Subcomandante insurgente Marcos.
P.D. para los que nadie ve. Salud, hermanos topos zapatistas. Hemos brillado gracias a vuestro paciente y oscuro trabajo. Viene ya de nuevo la negra noche de la infamia. Se acerca el fin de nuestro ciclo. Os prometemos brillar intensamente, hasta cegar al sol antes de desaparecer definitivamente. Hasta la hora última saludaremos al lado oscuro que respaldó nuestro brillo. Luz INTERIOR que se filtró a través nuestro para alumbrar este pedacito de historia. Estaremos al frente, como los que nos precedieron. Honraremos la dignidad de nuestros muertos. Hermanos topos, ya casi se llega el final del camino nuestro… Será entonces vuestro turno, topos queridos. No olvidéis lo que fue el paso nuestro. Fuimos sinceros en ver si otra puerta se abría para caminar nuestra tímida luz. Aprended ya de toda esta lamentable historia. No olvidéis nunca la palabra que nos hizo grandes, aunque sólo fuera un momento: PARA TODOS TODO, NADA PARA NOSOTROS. Adiós amados topos, tened presta la bandera y preparad ya, sin descanso, a los que os habrán de seguir. Llega vuestro turno de cubriros el rostro, borrad ya vuestro nombre, renegad del pasado vuestro, preparad vuestra tierna furia, velad las armas pues la paz se aleja tan veloz como llegó. Permitidnos antes, topos lejanos, como saludo postrero, enviaros nuestra mano izquierda en la sien y, además…
UN REGALO Y UNA CLASE POLíTICA.
Un pedacito de luna…/ Pero en realidad no es uno/ sino dos pedacitos:/ El pedacito del lado oscuro de la luna/ y el pedacito del lado brillante de la luna./ Y aquí lo que hay que entender/ es que el pedacito que brilla de la luna/ brilla porque hay un lado oscuro./ Es el lado oscuro de la luna el que hace posible el lado brillante/ de la luna. Igual nosotros,/ si nos toca ser el lado oscuro de la luna/ no por eso somos menos,/ sino que es porque estamos dispuestos/ a ser el lado oscuro/ que es posible que todos vean la luna/ (y, a fin de cuentas,/ el lado oscuro vale más/ porque brilla para otros cielos/ y porque para verlo/ hay que aprender a volar muy alto).
Y así es que/ son pocos los que están dispuestos/ a sufrir para que otros no sufran/ y a morir/ para que otros vivan,/ y esto es así/ puesto que botas y luna y etcétera/ y punto.
Vale, topos de siempre, os veremos de nuevo bajo tierra…
Subcomandante Marcos
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