MARCOS, PARA REFORMA, EL NORTE, PUNTO Y MIRA
antes del 8 de marzo
Susana Rodríguez [Mi, 21/iii]. Mientras la Comandancia General del EZLN discutía los acuerdos alcanzados en San Cristóbal de las Casas y determinaba cómo se explicarían éstos para cumplir las consultas en las comunidades del CCRI-CG, al subcomandante Marcos se le asignó atender a periodistas y conseguir flores para la celebración del Día de la Mujer.
Con la promesa de no describir los lugares visitados, por seguridad de los zapatistas y sus familias, a partir de este número presentaremos material informativo que en la selva se genera.
Ante la invitación, la asistencia. En camionetas, jeeps, sedanes o taxis los informadores llegaron a la primera comunidad, la única para muchos.
El acceso de los medios Reforma, El Norte, Punto y Mira es clandestino. «El Churro, equipado con lo necesario y conducido unas veces por Juan Manuel, del periódico El Norte, y otras por el «sub», nos trasladó rumbo a… ¿dónde?
En zona zapatista el subcomandante Marcos habla de lo inmediato: las consultas, sus preocupaciones, su experiencia después del diálogo en San Cristóbal y los tiempos.
Externó su preocupación porque la sociedad civil se forme falsas expectativas del diálogo y otorgó el papel protagónico de esta historia a los indígenas. Ofreció a la Secretaría de la Defensa un mapa para que identifique las zonas zapatistas y deje de «estar justificando gastos» y sobrevolando las montañas y la selva.
«El Comité fue a dialogar, no a negociar. Dejamos claro que no había ni acuerdo ni apretón de manos. La única satisfacción, y lo pusimos por escrito, fue que el Comité se sintió escuchado cabalmente.
De los informadores dijo que algunos se preocuparon más de sí tenía ojos verdes, azules o cafés, si estaba enojado o contento, «o hablaba bonito» pero «pocos entendieron que era un diálogo y no una negociación; ésta vendrá con el tiempo».
El último día de diálogo había más felicidad en el rostro del comisionado Camacho Solís que en el suyo, ¿por qué? ¿Hubo diferencias entre lo que acordaron y lo que se declaró ?
«Estábamos molestos de que manejaran la paz como una cuestión de firma. Insistimos durante todo el diálogo en que no teníamos capacidad de decisión, negociación, y esa era una forma de traernos problemas con los compañeros. El gobierno lo manejó como si ya hubiera acuerdo. Lo que nosotros vemos es que hay un caldo de cultivo favorable para que el conflicto no se resuelva: la agresividad de los ganaderos y los finquero es historia de hace tiempo, y el manejo del gobierno de que ya todo está arreglado, de que sólo falta la rúbrica.
«Lo que observamos en las respuestas es que el gobierno sigue en la línea de dar limosnas, no de cumplir con su deber de satisfacer necesidades. Da una limosna como antes dio el perdón.
«No insistimos ese día respecto a esta posición, porque lo primero que iban a decir es que nosotros somos los que no queremos la paz, con esto no quiero decir que vaya a ocurrir lo contrario. El problema es que no respeten el tiempo para lograr la opinión de las comunidades y eso puede provocar problemas. Lo que puede suceder es que no exista resolución si no un proceso de descomposición muy cruel, muy sangriento dentro del país, no sólo para las clases desposeídas, sino que alcance a la clase media.
«Me refiero a que no depende tanto el acuerdo de paz de si se firma o no, sino de si se cumple o no. Aunque no le den el crédito al EZLN, no nos interesa reivindicar el patrocinio de la idea.»
Agrega que han recibido sobre todo el apoyo de grupos indígenas donde se habla de paz, «pero digna y justa».
«Nosotros ya vimos lo que cuesta una guerra, por muy pequeña que sea. Pero por ella este país no es más democrático, ni más justo, ni más libre. Es un camino largo.
1. Generaciones a futuro
-¿Cuánto tiempo llevará hacer el nuevo Chiapas?
-El ejército zapatista es más ambicioso. Quiere un nuevo país, pensemos en un gobierno democrático. Nosotros no nos engañamos con esa falacia de que los problemas locales hay que separarlos de los nacionales.
«El problema no es decir quiero agua, luz, escuelas, hospitales y que ellos contesten `sí, te lo voy a dar’, pero ¿a cambio de qué?».
Fue un triunfo político dialogar con el gobierno a través del comisionado, pero, advierte, están preparados para continuar la guerra si no hay una solución digna y respetuosa: «Tenemos una estructura organizativa que abarca seis o siete generaciones preparadas para que el movimiento continúe y no se pierda».
Su principal estrategia fue difundir su primera acción militar y que no los confundieran con narcoguerrilla o grupos políticos de izquierda. «Nosotros queríamos llamar la atención y Chiapas no se va a olvidar.»
2. Cuestión de costos
-¿No temen que los informadores poco a poco releguen a Chiapas? ¿Que cuando llegue Luis Donaldo Colosio al estado se hable más de su campaña y se olvide el EZLN?
-Empezó a suceder desde el último día del diálogo. Pareciera que las demandas del EZLN acabaron cuando entramos a la selva, o simplemente vieron si nos mataban en el camino. Al ver que no lo hicieron, se fueron. Entiende, no queremos que estén pegados con nosotros. Los medios deben escoger. La tirada es ésa: si la gente empieza a olvidar, si no aparecen las demandas, se olvidan y entonces eso hace posible que se realice una salida militar controlada. Y si la gente está pendiente de Chiapas o el EZLN, el costo político de una acción como la que señalo es muy alto.
«Si la gente está distraída o no está pendiente, es posible una salida militar que no sea tan costosa políticamente».
-¿No crees que la primera agresión, si se da, pudiera ser del lado de los ganaderos o finqueros?
-Lo más seguro es que sea por ese lado y luego el ejército federal o la policía continúe; es lo más probable. Simultáneamente al diálogo se dio la actitud de finqueros y ganaderos y el gobierno no los controló, sabiendo que podía afectar la continuación del diálogo. A lo mejor quería provocarlo. El escenario inmediato pueden ser problemas de choques, incluso de combates con grupos paramilitares.
-¿Antes de su regreso a San Cristóbal ?
-Ésa es una posibilidad. Como quiera, en un territorio tan grande, con tanto apoyo, el hostigamiento debería ser muy localizado, muy arriesgado; sobre todo el acceso a terrenos minados. Tendrán que jugársela.
Respecto a las avionetas que sobrevuelan la zona zapatista, el subcomandante sonríe y comenta: «Es ilógico que lo hagan. Toda la selva es zapatista. De qué van a dar cuenta: que San Miguel es zapatista, que todas las comunidades son zapatistas, que de aquí hasta San Quintín hay zapatistas, que en la cañada hay zapatistas y así hasta la frontera. También de lado de Las Margaritas y alrededor de Ocosingo. Mejor les doy un mapa. Si matan a los de aquí, también hay zapatistas del otro lado. Tendrían que hacer centenares de unidades de ataque para terminar con los zapatistas, pero luego quedarán en la montaña. A lo mejor volamos con una bomba nuclear, y quién sabe, porque hay cuevas.
Nunca estarán seguros si acabaron con los zapatistas. Nosotros lo entendemos, el ejército federal tiene que justificar sus gastos.
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