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Palabra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Abr202006

en Chilpancingo e Iguala, 20 de abril

Palabras del delegado zero en el acto público de Chilpancingo (Lea aquí)

Saludo con los maestros de la CNTE-CETEG (Lea aquí)

En el mitin en Iguala (Lea aquí)

Fotos de Chilpancingo

Fotos en Iguala

Chilpancingo, Guerrero
Acto público

20 de abril del 2006

Buenos días, buenas tardes Chilpancingo.

Mi nombre es Marcos, Subcomandante Insurgente Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Hace cinco años, llegamos aquí a Chilpancingo, en la Marcha por la Dignidad Indígena. Entonces pedimos para nosotros, para los pueblos indios de este país, para los pueblos originarios, el respeto a nuestros derechos y a nuestra cultura. Mucha gente se congregó aquí, para apoyar esta demanda, no sólo de los zapatistas, sino de todos los pueblos indios de este país y de toda la gente digna y honesta que hay abajo.

Después de esto, los principales partidos políticos traicionaron las demandas del pueblo mexicano y de los pueblos indios, lo traicionaron y votaron una ley que no reconoce a los pueblos indios, a los pueblos originarios de estas tierras como seres humanos, como ciudadanos de este país.

Esos tres partidos: el partido PRI, el partido PAN y el partido PRD han secuestrado la política para ellos, la han convertido en una prostituta que se vende y que se compra según quien tiene más dinero.

Ellos, los que están arriba, no sólo nos desprecian y nos humillan a nosotros, los pueblos indios, también desprecian y humillan a los pequeños comerciantes, a la hora que dan leyes y toman proyectos que sólo benefician a los grandes comerciantes, a los grandes centros comerciales. Persiguen a los ambulantes, tratan de extorsionarlos igual como extorsionan con grandes impuestos y con grandes costos en la luz, en el agua y en el teléfono a los pequeños comerciantes.

Persiguen, humillan y desprecian a los trabajadores de la ciudad, a los choferes, a los empleados, a todos los que hacen andar esta ciudad y que hacen andar todas las ciudades en Guerrero y en todo el país. De todas las maneras, tratan de robarles el dinero, de todas las maneras los extorsionan, les quitan lo poco que pueden ganar con su trabajo limpio y honesto, mientras ellos allá arriba se siguen enriqueciendo.

Desprecian y humillan, como ancianos y ancianas, para ellos, como ancianos, como gente de la tercera edad, somos un estorbo, alguien que ya no produce, alguien que ya no compra, alguien al que hay que mantener y que —en el mejor de los casos—, sólo es objeto de limosna, de caridad. Después de toda una vida de trabajo y de lucha, la gente de edad es despreciada por los gobiernos, que ni siquiera voltean a verlos.

Nos desprecian y nos humillan como jóvenes, como mujeres y hombres, estudiantes o no estudiantes, que enarbolamos nuestra edad con la rebeldía que va acompañada. Que buscamos nuestra música, nuestra forma de hablar, nuestra forma de vestir, sólo para que allá arriba den las órdenes que nos traten como delincuentes, que nos persigan como vándalos. Mientras son esos los que están allá arriba, los que son los verdaderos criminales, los verdaderos ladrones.

Nos desprecian y nos humillan como mujeres, a la hora que nos tratan como un objeto de decoración, como algo que puede comprar la belleza que ellos mismos allá arriba están ofreciendo como modelo. La mujer que es perseguida y hostigada, no sólo en la casa o en la calle, sino también en el centro de trabajo. La mujer que es despreciada y humillada por un sistema, y que la obliga a luchar por su dignidad como género.

Nos desprecian y nos humillan como trabajadores del campo y de la ciudad. Nos roban el campo, nos roban en nuestro producto, nos roban en nuestro trabajo, nos quitan los derechos laborales. Y cada vez que nos levantamos, que luchamos por nuestros derechos, la radio y la televisión y los grandes periódicos, que están vendidos con los poderosos, nos tratan como si fuéramos una minoría.

Todo esto ya lo sabíamos, y lo habíamos recorrido durante mucho tiempo. Y ahora que es el periodo electoral, vienen acá los candidatos a prometernos que van a cambiar. ¿Qué ha cambiado con el señor Zeferino Torreblanca? Nada ha cambiado en este estado que no haya sido para peor.

Hemos recorrido la parte de la montaña, la costa grande y la costa chica, aquí en este estado, no gobierna Zeferino Torreblanca, sino los guachos, los soldados, la policía y los grandes propietarios de los centros turísticos y de los centros comerciales.

Zeferino Torreblanca, ese rostro amarillo y negro de Vicente Fox, que comparte con ellos el zorruno intento de despojarnos de nuestra dignidad y de nuestra justicia. Zeferino Torreblanca nos ha dado una muestra aquí de lo que es el otro Guerrero, mentira que es el estado que se desarrolla, mentira que es el estado del turista, mentira que es el estado donde avanza la sociedad.

Es un estado militarizado en las comunidades indígenas, es un estado militarizado en el campo, es un estado amenazado por un sistema policial en las ciudades. Es un estado que sólo es administrado para acabar de ser destruido en beneficio de ésos, los que tienen todo.

Si los partidos políticos del PRI nos metieron en esta noche de dolor durante más de 70 años, si el relevo de Acción Nacional sólo significó el fraude más gigantesco que ha recibido este país, y si en los estados que gobierna y en los municipios que gobierna el PRD, nos ha dado una muestra de al servicio de quién está, entonces, ¿por qué nos piden que les creamos otra vez?, ¿por qué nos piden que volvamos a caer en su engaño?, ¿por qué nos piden otra vez que les renovemos el negocio que han montado allá arriba?

Según nosotros, nosotras, acá en la Otra Campaña, el camino de la solución de nuestros problemas no está arriba. Nosotros no venimos a pedir el voto por un candidato, ni por ninguno de los que están allá arriba, ni por Marcos ni por nadie. Estamos tratando de levantar un movimiento desde abajo, que no luche por el poder, sino que luche por organizar a la gente, para poder conquistar sus derechos, para poder defenderse de las arbitrariedades del gobierno, para poder conquistar lo que todos buscamos: una vivienda digna, un hospital con medicinas y buenos doctores, una escuela que enseñe. Todo lo que necesitamos cada quien en su lugar; eso es lo que tenemos que conquistar con nuestras propias manos.

De allá arriba, sólo vamos a obtener simulaciones, la misma simulación que se vende del estado de Guerrero, que se concentra sólo en la zona turística de Acapulco y que le dicen al resto del mundo, y al resto del país “este es el mundo feliz”, el mundo imaginario de Zeferino Torreblanca. Este ese el mundo imaginario, feliz, para ellos, los que están arriba, pero que está construido sobre la miseria, el dolor y la rabia de millones de guerrerenses.

No hemos venido a inventar esto, hemos escuchado las palabras de ustedes mismos, de gente de abajo, humilde y sencilla, en la costa grande, en la costa chica, en la montaña, en el centro. En todas partes hemos escuchado esta palabra de rabia y de indignación. En todas partes hemos escuchado el dolor, de impuestos que aumentan, del alto precio de la luz, del alto precio del agua, de que no hay servicios públicos, ni nada que no sea para los poderosos.

Y cada quien va arrastrando este dolor y esta indignación y se pregunta que ¿qué vamos a hacer? Si vamos a votar por uno y por otro. Y dentro de tres años, y dentro de seis años, darnos cuenta de la mentira. Y otra vez ver en nuestras casas, en nuestras calles, en nuestros centros de trabajo, que seguimos peor todavía que antes.

Tenemos que pensar qué vamos a hacer compañeros y compañeras, desde Chiapas hasta Baja California Norte. Por todos los estados de la República se están juntando hombres y mujeres que están diciendo: ¡ya basta!

Como hace 100 años —antes de la Revolución de 1910—, como antes de la Guerra de Independencia en 1810, este país, está buscando entre sus mejores hombres y mujeres, a aquellos que estén decididos a decir: ¡ya basta! Y empiecen a organizar a más pueblo, a más gente de abajo, no para enriquecerse, no para llegar a un cargo, sino para cambiar de una vez, definitivamente, las cosas en este país.

Tal vez alguno piense que es muy difícil, que allá arriba son muy poderosos, pero son pocos. Acá abajo somos más poderosos todavía, pero no nos hemos dado cuenta, no volteamos a mirarnos entre nosotros. Cada vez que vemos miramos hacia arriba y cada vez que escuchamos, escuchamos al que está arriba.

Llegó la hora de vernos entre nosotros, llegó la hora de escucharnos entre nosotros, de saber que no estamos solos, que la misma injusticia que padecen unos, la padecen otros. Y que la misma decisión de luchar contra esa injusticia, es de todos.

No puede ser que cada vez tengamos que organizarnos para defendernos del gobierno. En ninguna parte se puede llamar democracia, cuando un gobierno se dedica a agredir, a extorsionar y a explotar a los ciudadanos. Se supone que los gobiernos están para servir al pueblo, no para servirse a ellos mismos.

Si recorremos las cárceles de Guerrero, encontraremos pura gente humilde y sencilla, no encontraremos a los grandes políticos que —ahora o después— descubriremos en las páginas de los periódicos, en las grabaciones de la radio, o en los videos que transmita la televisión, robándose millones y millones de dinero que debía estar destinado a obras públicas.

Todo esto que estamos viendo del México de abajo va a ser destruido por esos que están allá arriba. No les importa el costo, no les importamos ni en nuestro dolor, ni en nuestra soledad. Ellos apuestan a que nos van a engañar de nuevo, a que de nuevo vamos a poner nuestra esperanza en otro, en otro allá arriba.

Pero ahora resulta que surge otro movimiento nacional, gigantesco, no pequeño, no de unos cuantos, no en una parte del país, sino en todas partes donde vive y trabaja, y sufre la gente de abajo.

Nosotros tenemos que elegir compañeros y compañeras. Pero ya no se trata de elegir quién nos va a explotar, quién se va a burlar de nosotros, quién nos va a traicionar, quién nos va a voltear la cara. Se trata de elegir otro camino. Esto es lo que propone la Otra Campaña.

Lo que estamos proponiendo es organizar un levantamiento nacional en todas partes, al mismo tiempo, en toda la gente que es humilde y sencilla, que está cansada de la situación en la que ocurre, tanto campesinos como pueblos indios, como estudiantes, como jóvenes, como mujeres, como trabajadores del campo y de la ciudad, como maestros, como ancianos y ancianas. Todos los que sobramos en este país durante tres, durante seis años, y sólo contamos un día, una hora, un minuto, lo que tarde cada quien en llenar la boleta electoral, que va a significar el cheque para que durante tres años o durante seis años, ésos, los gobernantes estén robando.

Nosotros no estamos proponiendo un cambio de gobierno por otro, lo que estamos proponiendo es derrocar al gobierno y no detenernos ahí. Sino sacar de este país a los grandes ricos, a los propietarios de los grandes centros comerciales, de las grandes extensiones de tierra, de los grandes centros turísticos, de las fábricas, y de los bancos.

No puede ser que la gente que no trabaja, cada vez viva mejor, cada vez gaste más, mientras la gente que trabaja todos los días, cada vez viva peor y cada vez gane menos. Si nosotros, ustedes, pensamos que las cosas no se pueden poner peor, estamos equivocados. Si ahora hay poco en nuestra mesa va a haber menos. Si ahora tenemos que gastar mucho en sostener un hogar, vamos a gastar más. Si ahora ganamos menos en el trabajo que tenemos, vamos a ganar todavía menos.

El pequeño comercio va a desaparecer, no va a ser negocio vender nada, que no sea en los grandes centros comerciales. Los trabajadores del volante, los empleados, todos los que trabajan en la ciudad, se van a convertir en peones acasillados, hasta que todos ellos sean también suplidos por otros.

Todo este país va a quedar desierto, toda la gente va a tener que buscar trabajo en otro lado, en otro país y, siempre, ellos de allá arriba, tratarán de buscar y de encontrar a otros que puedan hacer el trabajo que hacemos por menos o por nada.

Tenemos que elegir, compañeros y compañeras. Y lo venimos a decir aquí en Chilpancingo, que no tiene nada que deberle de historia de lucha y de dignidad al resto del país. Aquí, donde nacieron los Sentimientos de la Nación. Aquí donde la historia de Guerrero se concentra, ya no sólo en el dolor, sino en esos hombres y mujeres que deciden por fin darle una vuelta a la página de la historia y volver a escribir con la letra de la gente humilde y sencilla, con la gente de abajo.

Nosotros los estamos invitando a esto de la Otra Campaña, nadie se va a enriquecer aquí. No estamos repartiendo gorras ni playeras, no se trata de que Marcos ni nadie venda el movimiento, sino que concentremos cada uno nuestra fuerza en nuestro lugar, y hagamos nuestro el movimiento. Y lo mantengamos en el buen camino, hasta llegar al destino que merecemos y que necesitamos que es: otro México.

Allá arriba viene fuerte el bombardeo de los medios de comunicación: que si un partido, que si otro, que si un candidato o si otro, que si una silla vacía o ocupada, que si un debate —que a nadie le interesa—. Todo eso que está allá arriba, trata de convencernos de que nos olvidemos de nuestro dolor, pero resulta que tenemos que regresar a la casa, a la calle, al trabajo, a confrontar esta injusticia.

Llegó la hora y llegó la hora porque ya encontramos a esos hombres y mujeres que estábamos buscando en Guerrero. Ya encontramos a esos hombres y mujeres que buscábamos en todo el país, y ya está avanzando esto que llamamos la Otra Campaña. Y que nosotros decimos que es otra, porque queremos hacer otra forma de hacer política. No la que tienen allá arriba secuestrado los partidos políticos —como si nosotros no contáramos—, no la que reparte nada más promesas. Sino otra política, que escuche a la gente y que la tome en cuenta, a cada uno.

Otra política que se encamine a juntar las demandas de todo el pueblo de abajo y pueda levantar un Programa Nacional de Lucha. Otra política que aviente a la basura todas las leyes que han hecho allá arriba para despojarnos, y pueda hacer una nueva Constitución, más justa, más libre y más democrática, que la que nació en estas tierras.

Compañeros y compañeras, nuestro mensaje no es para cualquiera, no es para pedir un voto, es para pedir un compromiso. Entre los que nos escuchan, entre los hombres y las mujeres que están escuchando habrá alguien que sienta en su corazón que ésta es la hora en que tiene que hacer.

Ya estuvo bueno que unas cuantas personas nos digan qué es lo que tenemos que hacer. Ahora se trata que cada uno de nosotros tome su propio destino en sus propias manos y empecemos a construir juntos lo que necesitamos y lo que merecemos: un país con democracia, con libertad y con justicia.

Ninguna de las tres cosas las tenemos ahora. No tenemos democracia, porque sólo nos ponen a escoger entre de tres a cinco imbéciles —o imbécilas—, para ver cuál de ellos nos va a gobernar. No hay democracia, porque en cuanto llegan al poder, presidentes municipales, diputados locales, senadores, diputados federales, presidentes de la República, secretarios de Estado, todos ellos se dedican a enriquecerse y en hacer las leyes que beneficien a los más poderosos.

Como hace 500 años los extranjeros se apoderaron de estas tierras, ahora los extranjeros vuelven a poner sus ojos en las tierras mexicanas. Y los soldados que están haciendo la conquista son los partidos políticos que están allá arriba.

Como mexicanos, como mexicanas, tenemos que organizarnos para enfrentarlos, derrotarlos y volver a liberar este país en una segunda independencia. Se trata de organizarnos para un movimiento nacional, civil y pacífico, que eche fuera a todos los malos gobiernos y eche fuera a los ricos, que son los que los mandan.

Se trata compañeros y compañeras, de algo más grande que la Revolución mexicana del 1910, de algo más grande que la Guerra de Independencia. Se trata de la lección más heroica que este país va a recibir en toda su historia y que va a ser impartida por hombres y mujeres como ustedes, por hombres y mujeres como ustedes a los que nadie ve hasta ahora, a los que nadie escucha, como hombres y mujeres, como los que dignamente levantan aquí la lucha en el estado de Guerrero.

Les pedimos que lo piensen, que se informen y si es que están de acuerdo, que entren en su lucha con su propia organización, sea como individuo, sea como familia, sea como colectivo, como grupo, como organización social, que mantenga su autonomía y su independencia, que haga crecer su organización, pero que no la mantenga sola, que se una junto con nosotros, con los zapatistas y con todas las organizaciones, grupos y colectivos, familias, e individuos que ya estamos en al Otra Campaña.

Acá abajo, abajo y a la izquierda, en la Otra Campaña, está el único futuro posible de este país, el único que lo va a hacer libre. Acá abajo está la victoria, allá arriba está la mentira.

Gracias compañeros, gracias compañeras.

Chilpancingo, Guerrero
Reunión con maestros de la CNTE-CETEG

20 de abril del 2006

Buenos días compañeros y compañeras.

Ya llevamos buena parte de Guerrero, hoy terminamos. Y cada tanto los pueblos paren una generación de inconformes —no siempre—. Cada tanto, un grupo de hombres y mujeres empiezan a llegar por caminos distintos, a hacer cuenta de su indignación y de la injusticia. Cada tanto, esa generación de hombres y mujeres empieza a decir: ¡no! y empieza a decir: ¡ya basta!

Por diferentes caminos y por diferentes razones esta generación de hombres y mujeres empieza a ver que las cosas están mal. Y empieza a plantearse la pregunta fundamental que es la que hace parir a la historia sus grandes destellos luminosos: ¿qué hacemos?

Y entonces empiezan a abrirse varias posibilidades. Los caminos fáciles que nos ofrecen allá arriba: vamos a delegar en otro, en un líder, en un partido, en un dirigente la solución de estos problemas, que a veces no siempre nos afectan directamente, pero siempre toca nuestra dignidad como seres humanos

No se trata sólo de padecer una injusticia, sino conocer de otras y sentirlas como si fueran propias. Organizaciones sociales, organizaciones campesinas, no gubernamentales, de trabajadores, de gente de abajo, empiezan a conocer sus propios dolores. Y empiezan a conocer otros dolores y a sentir crecer esta indignación, y ven con desconfianza la oferta que viene de allá arriba .

Algunos de ellos, algunos productos de esa generación de inconformes optan por el camino fácil y vienen a cosechar la larga historia de derrotas que adornan nuestro pueblo.

Otro grupo, acaso más pequeño en número, pero más grande en corazón, decide construir algo nuevo. Y entonces esta generación de hombres y mujeres voltea a ver su historia, en este caso la historia de Guerrero, y vienen a esa luz no sólo las luminosidades de Cabañas, de Vázquez Rojas, sino de toda la gente —que a veces sin nombre ni apellido— empezó a construir en este estado y en este país otra posibilidad que entonces fue sólo un sueño: un Guerrero justo, libre y democrático, dentro de un país, México, justo, libre y democrático.

Sin embargo no basta con volver la vista atrás y recoger esos ejemplos en su decisión, en su determinación y, sobre todo, en su no rendirse a pesar de que tenían todo en contra. Y esta generación de hombres y mujeres vuelta la vista hacia atrás, hacia la historia, empieza a ver hacia el presente y a ver que faltan herramientas para construir ese otro camino. Y empieza a buscar a otros como ellos, a encontrarlos como ellos y como ellas, y a darse cuenta de que tenemos que fabricar esas herramientas para abrir el camino hacia el destino que necesitamos

No se trata sólo de decir “no” a lo que esta allá arriba, sino de construir otra opción, otra cosa. Eso es lo que hace la Otra Campaña, y eso es lo que hacen los hombres y mujeres producto de esta generación en la que nos encontramos, que estamos eligiendo este otro camino con todo en contra, desafiando todo, incluso nuestras propias realidades. Incluso la realidad que nos venden los medios de comunicación masivos. Incluso lo que nos dice la lógica más elemental y la prudencia y la madurez que predican los de arriba, ocultando que lo que están predicando es la resignación y la rendición.

La Otra Campaña, lo hemos dicho en otras partes, no es para cualquiera. La Otra Campaña está buscando en cada lugar del país a esos hombres y mujeres producto de esta generación que parió por fin este pueblo de México. Desde Chiapas hasta Baja California Norte, en el sureste, en el sur, en el centro y en el norte del país, en las dos costas, la Otra Campaña ha empezado ya a agrupar a esta generación de hombres y mujeres.

Aquí en Chilpancingo, aquí en Guerrero venimos a saludarlos a ustedes, por fin nuestros compañeros y nuestras compañeras.

Durante mucho tiempo hemos estado separados, conocíamos de nuestras luchas, sobre todo de nuestras derrotas y de vez en cuando de nuestras victorias. Tal vez el conocernos a la distancia despertaba simpatía, pero no iba más allá. Llegó el momento en que este país necesita esa generación y la necesita ya, actuando. Llegó el momento en que debemos dejar de sentir sólo simpatía unos a otros y tenemos que construir juntos el camino, respetando nuestras diferencias, reconociendo las herramientas que cada quien ha ido construyendo y que serán parte del país que se va a levantar con la Otra Campaña.

Ustedes, hombres y mujeres, están convocados aquí hoy en Chilpancingo, nuestros compañeros y compañeras de la Otra Campaña en Guerrero son para nosotros un orgullo, una admiración y una nueva generación de maestros y maestras —para nosotros los zapatistas—. No sólo quienes eligieron de por sí la profesión del magisterio sino los que cada quien y cada cual en su lugar están levantando esta otra bandera, la bandera de la dignidad rebelde.

Sabemos bien todos que allá afuera nos desprecian, se burlan de nosotros y cuentan en sus números lo poco que somos. Si contaran corazones aquí en esta sala verían lo grande que es este movimiento y lo grande que va a ser el mañana que va a parir.

Nos tocó a nosotros compañeros y compañeras, a nosotros y nosotras los de la Otra Campaña parir a este otro país de nuevo, como en 1910 y como en 1810. Ahora estamos dando los primeros pasos, los primeros pasos para conocernos, para saber de nuestras luchas, para empezar a hacer acuerdos.

Vendrán luego días importantes y definitivos para este país. No vendrá de arriba la respuesta, no existe en ninguna parte, tenemos que construirla nosotros y nosotras. Ése es el reto de la Otra Campaña. El futuro de este país, de esta patria que llamamos México, está en la manos de hombres y mujeres a los que nadie nunca volteó a ver, a los que nunca tomó en cuenta. De los que ignora su nombre y su rostro.

Así llegó y así tenemos que afrontarlo. Podremos hacerlo, no sólo porque somos la gran mayoría de la población a la que tenemos que poner por este camino, también porque somos quienes estamos en la Otra Campaña, los mejores y las mejores, hijos e hijas de este país.

Dentro de unos momentos vamos a ir a marchar al centro de la ciudad, con esa marcha vamos a decirle a Zeferino, a Vicente Fox, que hay otro Guerrero que empezó a andar y que con él empezó a andar otro país, otro México.

Gracias compañeros.

Palabras del Delegado Zero en Iguala
20 de abril

Compañeros, compañeras de Iguala, buenas tardes.

Nos volvemos a ver aquí después de cinco años. Mi nombre es Marcos, Subcomandante Insurgente Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Hace cinco años, llegamos a estas tierras para pedir al Guerrero digno y rebelde que nos apoyara en nuestra lucha por el reconocimiento de los derechos y la cultura indígena. Después de estar acá con ustedes y de recibir el apoyo de todos, hombres, mujeres, niños y ancianos de Guerrero y de todo el país, fuimos al Congreso de la Unión y una indígena, una mujer, llevó nuestra palabra. Explicó lo que sufren los pueblos indios en este país y demandó, exigió, de los políticos, que cumplieran las demandas de todos los indígenas, que eran apoyadas por toda la gente noble y honesta de este país.

Desgraciadamente, los partidos políticos: PRI, PAN y PRD le dieron la espalda a la gente y aprobaron una ley que nos vuelve a poner como limosneros, como objeto de burla o de caridad y limosna. Ahora hemos regresado para acá en éste es el último acto que estamos en Guerrero para seguir adelante recorriendo otros estados de la República.

Hace unas horas, ayer, gente del gobierno del estado, de Zeferino Torre Blanca y del Partido de la Revolución Democrática, dijeron que nosotros ya nos vamos de Guerrero y que ellos se quedan. Nosotros los zapatistas, en efecto, nos vamos, pero vamos a regresar a estar con ustedes, ya no vendré solo, vendrán los compañeros Comandantes y Comandantas a luchar junto con ustedes por otro Guerrero y por otro país.

A esos que están allá arriba los van a ir, los vamos a ir, los vamos a echar no sólo en Guerrero sino en todos los estados de la República y en la presidencia también, para echarlos de sus grandes negocios que tienen en la política.

Ellos, allá arriba, han convertido a la política en la puta más cara y más inútil del mundo. Con nosotros, con nuestros impuestos, con nuestro trabajo, estamos pagando las campañas electorales más caras en la historia de este país, y de muchos países del mundo. Y todavía vienen a decirnos que ellos, los que están allá arriba, nos van a salvar.

Durante todos estos días que hemos recorrido Guerrero, hemos visto un estado destruido, ahora bajo la jefatura del Partido de la Revolución Democrática con Zeferino Torre Blanca. No hemos encontrado ninguna voz a favor de su gobierno y en cambio muchas críticas, dolores e injusticias que se han padecido. Eso es lo mismo que va a pasar en el resto del país si sólo nos conformamos con esperar que otro allá arriba nos resuelva.

Compañeros y compañeras, nos pasamos la vida esperando justicia. Nos pasamos la vida esperando que alguien va a resolver nuestros problemas. Los problemas que tenemos en el hogar: comemos mal y poco, no tenemos servicios, la luz sube de precio, el teléfono, el drenaje cuando hay, el agua cuando llega. Todo empieza a subir de precio y los salarios de la gente que trabaja no suben.

Cada vez las cosas son más caras, cada vez pequeños comerciantes tienen que cerrar sus negocios. Cada vez más gente tiene que recurrir a irse a otro país: a Estados Unidos, o a otra ciudad, a otro estado a buscar trabajo. Poco a poco nos empiezan a echar de nuestras tierras como campesinos, como obreros, como empleados, como pequeños comerciantes, como estudiantes y como maestros.

Pero ahora resulta que no es nada más ese dolor, ahora resulta que nos persiguen por ser jóvenes, que nos hostigan y hasta nos matan por ser mujeres, que nos desprecian y nos hacen a un lado por ser ancianos. De allá arriba sólo estamos recibiendo desprecio y burla. Ahora, la más grande: la electoral.

Cualquiera que tenga un poco de dignidad, no puede menos que enojarse y hacerse rabiar con las campañas electorales, que se reducen nada más a escoger una cara, un rostro con pelo o sin pelo, para ver quién nos va a gobernar. No hay ninguna propuesta real, concreta, para nuestros problemas. Y tenemos que elegir, sí, pero no elegir si vamos a apostar nuestra esperanza a otro engaño.

Nos hemos pasado la vida esperando justicia y resulta que ahora nos damos cuenta que tenemos que tomarla con nuestras propias manos. Durante mucho tiempo, cada vez que luchamos, cada vez que nos levantamos por nuestros derechos, sufrimos desaparecidos, presos, muertos.

Y ahora está esta propuesta de la Otra Campaña, que no se trata de erigir a alguien en el poder, no se trata de llevar a un nuevo líder ahora a que se enriquezca, a que se corrompa, a que se enriquezca a costa nuestra. Lo que se trata ahora es de acabar con un sistema, de derrocar al gobierno, a los malos gobiernos municipales, estatales y federales, que son los que nos tienen así.

Se trata de no detenernos ahí, sino echar fuera de este país, de Iguala, de Guerrero, de México, a los grandes comerciantes, a los banqueros, a los grandes industriales, a los grandes terratenientes. Se trata de hacer un gran movimiento civil y pacífico que sacuda a este país desde abajo, lo haga temblar, haga que caigan los grandes poderosos y otra vez, como en 1910, como en 1810, volvamos a levantar otra nación.

El pueblo de Guerrero siempre ha sido ejemplo de lucha y no sólo de lucha, siempre ha sido el ejemplo del pueblo que se levanta por los demás pueblos, por otros estados. Ese fue el mensaje de Lucio Cabañas Barrientos, el mensaje de Genaro Vázquez Rojas, el mensaje de todos los guerrerenses y las guerrerenses que en Iguala y en el resto de este estado, se han levantado por justicia. Nunca un guerrerense, una guerrerense, ha peleado por sí mismo, siempre ha peleado por nuestro país.

Y ahora venimos nosotros desde Chiapas, desde otras partes de la República, porque en la Otra Campaña no nada más está el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, sino miles, miles, de organizaciones de izquierda, organizaciones sociales, sindicatos, grupos, colectivos, personas, familias, que en todo el país han dicho: ¡ya basta! Y están dispuestos a organizarse juntos para, a nivel nacional, derrocar a los ricos y a sus gobiernos.

Venimos aquí a Guerrero a pedirles que la historia que le corre en las venas a los hombres y mujeres de estas tierras, vuelva a voltear no sólo al Guerrero de abajo, también a todo el México de abajo. A los indígenas y a los mestizos, obreros, campesinos, estudiantes, maestros, trabajadores, ancianos, mujeres, niños, adultos, jóvenes, a todos lo que estamos aquí abajo y que somos el objeto de la burla y de la humillación de los que están allá arriba.

Compañeros y compañeras, ustedes bien saben que los partidos políticos sólo tienen diferencia en el color y en el candidato, pero no en su forma de gobernar, ni siquiera en su forma de robar. Sólo nos damos cuenta de los crímenes que hacen cuando se descuidan y aparecen en la radio, en la televisión, o en los periódicos. Pero cuánto no se han robado, cuánto no han despojado, a cuántos no han encarcelado y asesinado sin que lo sepamos.

Hasta ahora aquí en Guerrero luchábamos solos, solos en Chiapas, solos en cada parte de la República mexicana. Y llegó la hora de que tenemos que contestar si estamos dispuestos a unir nuestras fuerzas contra un solo enemigo: el gobierno y los ricos que lo mantienen.

No estamos promoviendo un partido político, tampoco un cambio de gobierno, estamos proponiendo otro país. Uno que se levante desde abajo. Uno donde tengamos todos, ustedes —hombres y mujeres—, nosotros —hombres y mujeres—, rostro, nombre, con dignidad. Y no sólo el número que somos para los de allá arriba, que sólo somos el número que tiene nuestra credencial de elector, o el número que tienen los billetes con los que pagamos o lo que recibimos, si es que algo recibimos de paga.

Compañeros y compañeras: ¿hasta cuándo vamos a soportar la burla, el engaño y la destrucción? No mucho, no más. Este gran movimiento de la Otra Campaña ha encontrado en todo Guerrero y en todo el país, a los hombres y a las mujeres que necesita. Los que sienten correr por su sangre la misma dignidad y rebeldía de Morelos, de Vicente Guerrero, de Miguel Hidalgo, de Francisco Villa, de Emiliano Zapata, de Lucio Cabañas, de Genaro Vázquez Rojas.

Hace cinco años venimos a pedirles que nos apoyaran en nuestra lucha, ahora venimos a pedirles que sean nuestros compañeros y nuestras compañeras. Que luchemos juntos por otro Iguala, por otro Guerrero, por otro México.

Nosotros, nosotras, de por sí lo vamos hacer, pero necesitamos de ustedes, que nos enseñen de su lucha, de sus dolores. Y necesitamos que se unan a nosotros y nosotros unirnos a ustedes, que no nos encuentre ya el gobierno en sus corrupciones, en sus robos, que no nos encuentre solos mirando siempre para arriba y escuchando siempre las mentiras que nos dicen.

Que nos encuentren mirando hacia abajo, mirándonos entre nosotros y escuchándonos entre nosotros. Y empezar a tender la mano hacia abajo, ya no hacia arriba pidiendo la limosna que además nos niegan. Ya no hacia arriba pidiendo perdón por existir en el país que es nuestro, en el que hacemos caminar las máquinas y hacemos producir el campo. Ya no más levantar para arriba la mano pidiendo perdón o permiso. Ahora levantarla con el puño para desafiarlos de una vez por todas, de una vez y para siempre. O ellos allá arriba, o nosotros acá abajo.

Nosotros, nosotras, la Otra Campaña ya tomamos la decisión: nos vamos a enfrentar a ellos por medios civiles y pacíficos. Y al final, deberá quedar uno de los dos: o ellos, o nosotros. Si ellos quedan no habrá país, si ellos quedan no habrá nada en estas tierras, ni en Iguala, ni en Guerrero, ni en todo México. Si quedamos nosotros, nosotras, ustedes, entonces todo volverá a andar cabal, como debe ser, donde el que trabaja vive con dignidad, y en donde el que no trabaja no tiene nada.

Lo sabemos, lo pueden ver aquí en Iguala y en todo Guerrero y en otras partes del país: aquellos que son los grandes dueños, los que no trabajan ni siquiera como gobierno, que están todo el día sentados o paseándose en los centros turísticos, son los que se enriquecen cada día más.

Cualquier gobernante que entra pobre, sale rico. Cualquier gobernante que entra rico, sale todavía más rico. Mientras ellos crecen con más casas, más carros y más lujos, nosotros cada vez somos más pobres, cada vez tenemos que arañar el bolsillo para encontrar unas cuantas monedas.

No le estoy contando a nadie demagogia, es algo que cada quien vive todos los días. Y la pregunta es: si vamos a esperar de allá arriba un nuevo engaño o empezamos a organizarnos todos acá abajo.

El Guerrero que hemos visto duele mucho, mucho más que hace cinco años cuando lo gobernaba el PRI. Hemos visto toda la zona rural militarizada, ocupada por militares y por policías. Como que ya va siendo hora que Zeferino Torreblanca se decida a gobernar a quienes dice gobernar, en lugar de dedicarse a servir como lo hace, servilmente, a los grandes ricos y poderosos de este estado, de la nación y de otros países.

Hemos visto también como al paso de la Otra Campaña se ha militarizado la costa grande y la costa chica. Hemos visto en todas partes, e incluso frente a frente, los pelotones de soldados tratando de vigilar la inconformidad de la gente. Tal vez olvida Torreblanca y sus secuaces, que el pueblo de Guerrero ya conoce esta historia. Y si antes no lo doblegaron, no veo porqué ahora lo van a doblegar. Sobretodo ahora que ya no está solo, ahora que tiene como compañeros y compañeras a quienes formamos filas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y a quienes estamos en todas las organizaciones que a nivel nacional, grupos, colectivos, individuos y familias, estamos en la Otra Campaña.

Compañeros y compañeras, llegó el momento de decidir y de elegir: vamos a seguir esperando que nos den lo que ya sabemos que no nos van a dar o lo vamos a tomar con nuestras propias manos. No se trata de hacerlo solos, sino juntos todos.

El mensaje de la Otra Campaña es de unidad: de que cada quien en su organización, en su grupo, en su colectivo, en su familia, o en su propio ser individual, tome una decisión de lucha. Y ahí donde vive, ahí donde trabaja se organice y luche, junto con nosotros, en todo el país por cambiar el sistema y salvar al fin, la nación que está muriendo, lo que todavía conocemos como México y que si dejamos que allá arriba sigan haciendo lo que hacen, va a dejar de llamarse así y va a dejar de existir.

Nosotros como indígenas chiapanecos, de raíz maya: tzotziles, tzeltales, choles y tojolabales, venimos a pedirles respetuosamente que sean nuestros maestros en esta lucha en Guerrero. Que nos enseñen a pelear aquí junto con ustedes en Guerrero. Que sean nuestros compañeros y nuestras compañeras.

Que conquistemos otro México, uno donde los indígenas sean mirados con respeto, uno donde se respete a las mujeres, a los jóvenes, a los niños, a los ancianos. Un México donde vivan bien los de abajo, los que trabajan la tierra y en la ciudad, no los de arriba. Uno donde los gobiernos obedezcan al pueblo y no lo manden. Uno donde el gobierno no se enriquezca. Uno donde las cárceles estén llenas de criminales y no de gente inocente. Uno, un otro, otro Iguala, otro Guerrero, otro México. Eso es lo que venimos a proponerles.

Aquí en Iguala y aquí en Guerrero hay compañeros y compañeras de la Otra Campaña. Les pedimos respetuosamente que se informen bien de qué se trata. No estamos promoviendo un alzamiento armado, sino civil y pacífico. Pero unidos todos en todo el país. Si es que analizando nuestras propuestas, nuestras ideas que tenemos como Otra Campaña, sienten en su corazón que es también para ustedes el momento de decidir por abajo y por la izquierda, éste es su lugar.

No se trata de hacer un nuevo partido político, sino de cada quien respetarnos en nuestras diferencias, unir nuestros dolores, unir nuestra dignidad y por fin, unir nuestra rebeldía. Dirigirla hacia allá arriba, hacerlos temblar. Porque llegó el momento, compañeros y compañeras, que sean ellos, los de arriba, los que tengan miedo y ya no nada más nosotros.

Llegó la hora, compañeros y compañeras, en elegir si sigue el México que está y desaparece, o levantamos juntos otro país, otro México, como se levantan de por sí las cosas: desde abajo y a la izquierda.

Gracias compañeros, gracias compañeras.

 

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https://enlacezapatista.ezln.org.mx/;audio/Sub acto publico Chilpancingo 20 de abril.mp3;Acto público de Chilpancingo;

https://enlacezapatista.ezln.org.mx/;audio/20abril06_sub_ceteg_chilpancingo.mp3;Saludo con los maestros de la CNTE-CETEG;

https://enlacezapatista.ezln.org.mx/;audio/Sub acto publico Iguala 20 de abril.mp3;Mitin en Iguala;

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9 Comentarios »

  1. «NO SE TRATA SOLO DE PADECER UNA INJUSTICIA, SINO CONOCER DE OTRAS Y SENTIRLAS COMO SI FUERAN PROPIAS»
    – SubComandante Marcos
    20 Abril 2006

    palabras sabias que explican esa rabia que sentimos dentro al ver la explotacion ajena.

    la otra campaña, el lugar perfecto para conocer y descrubir a much@s herman@s, que si bien no son herman@s de sangre, lo son de sentimiento !!

    JUSTICIA y LIBERTAD !!

    Saludos desde las Costas del Noroeste Mexicano.

    Comentario de fernando — abril 21, 2006 @ 11:18 pm

  2. Antes q nada qiero expresar mi admiración por el subcomandante Marcos, soy estudiante universitaria, y pues no tengo preferencia por ningun partido politico aún, ya que considero que aunque esten en el poder primero están sus intereses de por medio, sus intereses por el poder, pero de lo que si estoy segura es de la convicción que tiene el subcomandante Marcos, bueno me gustaría estar en contacto con el subcomandante Marcos, tal vez sea mucho pedir, Mi nombre es Lily, soy estudiante universitaria de Tabasco, mi correo es: lilyan 127@hotmail.com y pues me gustaria estar en contacto si se puede algun día con el subcomandante Marcos. Gracias

    Comentario de lily — abril 22, 2006 @ 9:04 pm

  3. Descargas de los archivos de audio en formato MP3 ya están disponibles en el área de descargas que se encuentra al final de cada artículo.

    Comentario de Administrador — abril 23, 2006 @ 4:19 pm

  4. mi comentario es que comparto la idea de que el pueblo es quien tiene que mandar para que se lleve a cabo una verdadera democracia y no un disfraz abotargado por la minoria absolutista y autoritataria de los estupidos que tenemos por gobernantes.

    ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE PORQUE MEXICO TIENE HISTORIA!
    Etamos en la lucha y la resistencia.

    Comentario de jairo — abril 24, 2006 @ 11:58 am

  5. hola:

    un saludos a los zapatistas y al delegado zero, pues soy un ska punk, tuve la oportunidad de verlos aki en ekatepek y estaremos el lunez apoyando la marcha claro ke si, me inscribi al kau, el colectivo de graffiteros, para el ezln, esperando ke los trabajos ke realize oviamente del ezln sean de su agrado bueno eso es todo por hoy estamos en contacto…

    «ABAJO Y A LA IZQUIERDA»

    ZAPATA VIVE¡¡¡¡¡¡¡ Y LA LUCHA SIGUE…..

    SKA-PUNK-SKINHEAD-RUDE BOYS-HIPPIES APOYANDO AL EZLN

    Comentario de diego — abril 26, 2006 @ 8:43 pm

  6. nada

    Comentario de paulino — mayo 30, 2006 @ 5:55 pm

  7. Que tal compañeros!. Estamos en la lucha junto a ustedes!!

    Un saludo atodos los zapatistas, en especial al delegado zero he tenido la oportunidad de a compañarlos a varios eventos como: dos en Iguala uno en Chilpancingo y otro en San Juan chinameca mor. asi como tambien he estado pendiante de las ctividades que se estan realizando en torno a la otra campaña. Pertenesco al Movimiento Popular de Iguala (MUPI) Tal vez no se dan cuenta de nuestras actividades, pero tengan por seguro que los estamos apoyando.

    Zapata vive la lucha sigue!!!!!!

    Hasta la victoria siempre venceremos!!!!!!!!

    Comentario de Atreo — agosto 18, 2006 @ 12:49 pm

  8. saludos a todos de iguala

    Comentario de thomas — septiembre 17, 2006 @ 4:12 pm

  9. CENEG. repudiamos a represion como solucion de los problemas!!!
    ya basta de tantos abusos e injusticias en Guerrero.. repudiamos energicamente la politica represora de Zeferino Torreblanca..

    Comentario de mario enrique nava dominguez — octubre 27, 2006 @ 10:58 am

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