El día 4 de junio de 2013, nuestro compañero detenido Rosario Díaz Méndez comunicó que una nueva sentencia condenatoria quiso sigilar la puerta de su celda para otros veinte años, que se sumarían a los veinte y cinco años dictados en enero de 2013, respectivamente por la acusación de secuestro y homicidio. Cuarenta y cinco años lejos de sus bosques, su esposa, sus hijos. Ocho ya pasaron.
Es un veredicto vergonzoso que ya no nos agarró de sorpresa. La actitud de los jueces en los tribunales de Chiapas, como en el resto del país, sigue siendo la de encubrir, injusticia tras injusticia, a sus colegas o
funcionarios que avalaron la fabricación de delitos de los ministerios públicos y policías. Así funciona esta maldita maquina legal: una telaraña de intereses particulares y corporativos que permite a todos los funcionarios de seguir flotando; miles de manos que limpian y encumbren a otras miles de manos que roban, reciben mordidas, aceptan y firman declaraciones hechas bajo tortura o cierran expedientes sin leerlos,
esperando disposiciones de arriba.
Rosario en su denuncia recuerda porqué está preso. Por defender el derecho al acceso al agua potable en su pueblo, Huitiupán, tuvo que enfrentarse con el entonces presidente municipal Hernán González López del PRI, el
cual lo amenazó con que se iba a vengar. Meses después Rosario fue acusado de un secuestro y un homicidio que ocurrieron en la región: sin prueba alguna, su nombre fue anexado a los relativos expedientes ya abiertos, con
la sola firma del Comandante de Policía de Simojovel. Los presuntos testigos que, según el MP y el comandante, confirmarían la participación de Rosario en los hechos NEGARON su testimonio, declarándolo falso y confirmando la integridad moral y la inocencia de Rosario, como recuerda él mismo en su última denuncia. Lo mismo pasa con las víctimas del secuestro y lo supervivientes de la emboscada que desencadenó el homicidio: ninguna de ellas reconoce a Rosario.
Todos estos hechos se han llevado y explicado en las aulas, pero la cerrazón de los jueces demuestra que hay algo más que les importa que la verdad y la justicia. Nos da la sensación de que estén atrapados en un
juego de encubrimientos recíprocos, pues al confirmar la inocencia de Rosario, quedarían descubiertas muchas otras fichas de este dominó infame jugado sobre la vida del compañero.
Sin embargo, la lucha continúa. Rosario, integrante de la Voz del Amate junto con Alberto Patishtán, desde su prisión sigue denunciando atropellos, retrasos, abusos y mañas en su caso y en los de los demás compañeros de la Sexta y del penal en general. Sigue la lucha en el tribunal, pues la sentencia emitida en enero de 2013 por Jaqueline Angel Juan por el cargo de homicidio quedó sin validez por el recurso de apelación interpuesto por la nueva estrategia de la defensa legal y ahora que se ha repuesto el procedimiento se aportarán pruebas importantes y contundentes para echar abajo la fabricación del delito del ministerio público de Simojovel. Y en la calle seguimos luchando por liberar a nuestr@s pres@s y construir una justicia de abajo, que barra de una vez
con estas togas clasistas, racistas y viles.
Invitamos a las organizaciones adherentes y, en general, a la gente de corazón honesto a mantenerse atentas y sumarse a las campañas y movilizaciones que se lanzarán para seguir exigiendo la libertad inmediata de Rosario Díaz Méndez y tod@s l@s demás pres@s polític@s del país.
Grupo de Trabajo “No Estamos Todxs”
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