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Guerrero 27, Centro Histórico

Para las culturas incaicas el cóndor es inmortal, el mito cuenta que cuando a un cóndor se le acaban las fuerzas sube a algún pico alto y saliente de las montañas, repliega las alas, encoge las patas y se arroja en picada a las montañas. En ese momento sucede la muerte simbólica del cóndor, pero es una muerte que también es una vida, porque al caer, el cóndor vuelve al nido y al comienzo del ciclo de la existencia.

Yawar Mallku. La sangre del cóndor, película del cineasta boliviano Jorge Sanginés y del grupo UKAMAU, se filmó en 1969, dos años después de la muerte del Ché en tierras bolivianas. Esta película habla sobre la rabia, la rebeldía y la dignidad que se imponen desde el altiplano boliviano cuando del lado del poderoso y sus grandes ciudades sólo habla el desprecio por la vida, por la mujer y el migrante indígena, desprecio por la sangre del cóndor capaz de siempre renacer. Al tiempo que miramos la desgracia de una familia que está sujeta al desprecio de los habitantes citadinos y sus instituciones de salud, nos enteramos de las políticas higienistas y racistas de esterilización forzada de las mujeres indígenas. Con la dignidad y la rabia entre los dientes, el pueblo, después de consultar a la hoja de coca, decide enfrentarse con sus victimarios.

Hoy, después de más cuarenta años, escuchamos con claridad aquellos ecos de la lucha de los pueblos indios en contra del desprecio y la muerte.

Los zapatistas practican la autonomía no sólo como un deber ético en el presente, sino como la práctica de los pendientes de lucha que dejaron los antepasados rebeldes.

¡VIVA EL EZLN!

¡VIVA LA ESCUELITA ZAPATISTA!