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Alain Berliner, Francia – Bélgica – Reino Unido, 1997. Al Poder le incomoda la diferencia que se teje desde la horizontalidad; el Poder no soporta al rebelde que lo cuestiona; el Poder siempre temerá que los hombres, mujeres, niños y niñas decidan por sí mismos lo que quieren para su presente y futuro.
Ludovic tiene siete años, su pequeñez de niño no le impide cuestionar al poder patriarcal que lo rodea, su sensibilidad distintiva es suficiente para cuestionar al “deber ser” que se sustenta en la imposición y el acallamiento. Ludovic lucha contra un gigante que históricamente nos ha dicho cómo tenemos que vestir, qué tenemos que pensar, cómo deben ser nuestras familias, cómo y de qué forma tenemos que amar, cómo y con quién es que debemos practicar nuestra sexualidad.

El contexto en el que vive Ludovic es el de la burguesía europea, para la cual es fundamental la reproducción de ciertas normas y formas de pensar. El poder económico, el poder patriarcal se sustenta en la anulación de la diferencia, todo aquello que atente contra él es considerado peligroso. Es por eso que le temen a Ludovic.
La lucha de los zapatistas es por construir formas diferentes de hacer política, de organizarnos, de vivir respetando las diferencias; los zapatistas dicen que hay tantas palabras como colores, y colores como pensamientos y que el mundo que queremos será mejor cuando quepamos todos los pensamientos y colores que somos y queremos ser. Mi vida en rosa es una película con la cual comenzaremos un ciclo de reflexiones sobre los otros amores y la otra sexualidad relacionadas con la construcción de la rebeldía y la resistencia. La construcción de otra política implica también el cuestionamiento constante sobre nuestros cuerpos, nuestras preferencias y gustos sexuales, nuestras formas de amar y querer a l@s otr@s, sobre las formas en que imaginamos a nuestras comunidades.

“Yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú”, esta frase zapatista nos servirá para reflexionar acerca de la resistencia al Poder, una resistencia que será más fuerte y grande conforme reconozcamos que nuestra fuerza está en las diferencias de tod@s l@s que som@s, en los otr@s amores, esos eternos rebeldes que históricamente han cuestionado al “deber ser”, al Poder.