Para conseguir lo que se propone, el ahora político hará alianzas con los que tienen los recursos económicos, se rodeará de quienes han llenando sus bolsillos con el dinero de la corrupción y se han hecho poderosos a costa del mismo pueblo que dice representar. Conforme su carrera asciende, esas alianzas serán más fuertes y pronto empezará a parecerse a los que, no hace mucho, eran el enemigo a vencer. A su lado, la inseparable compañía de la prensa le dará sentido a la forma de hacer política desde el Poder, una política basada en discursos y no en acciones, basada en una opinión pública construida desde los medios de comunicación y sus intereses particulares y viceversa, una política que centra el poder de decisión en una persona y donde el pueblo cuenta como cuentan los votos en las urnas.
Todos los hombres del rey es, por lo tanto, más que un relato de aspiraciones personales. En esta película encontramos ideologías y prácticas políticas que, según vemos, son repetidas en los diferentes países. Se trata, más bien, de un retrato de la clase política de mediados del siglo pasado en el contexto del Estado Nación capitalista. Como los E.U. sí, pero no sólo.
Frente a la crisis de legitimidad de la clase política de ahora- y con ella, la de los medios de comunicación- nos remontamos al pasado cercano para tratar de encontrar los elementos de continuidad en la política de arriba- como la corrupción y la mentira- y aquellos que hoy aparecen como parte de la crisis del Poder en su conjunto. Es decir, nos preguntamos ¿cuál era antes el papel del Político?, ¿por qué se planteaba la transformación en el terreno de lo electoral?, ¿qué implicaba la conducción del Estado? Y cuál es el papel del Político ahora en medio de un Estado desmantelado por el propio sistema que lo creó… ¿cuál es ahora el poder del Poder?
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