Invita a la proyección de
TELETIRANÍA
Lunes 21 de Mayo, 6 de la tarde
Museo de la Ciudad, Querétaro
Guerrero 27, Centro Histórico
A través de la agenda mediática
se avanza en otra agenda, la de la
destrucción del Estado mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos
Canal 6 de julio, México, 2005. TELETIRANÍA, “la dictadura de la televisión en México”, es un documental realizado por el Canal 6 de Julio con base en una investigación sobre los contenidos y las conductas públicas de los concesionarios de este medio de comunicación que reclaman para sí el Poder total. En este análisis se hace visible la clase política que, atemorizada, se somete a los intereses de los emporios televisivos. La telecracia se impone a los ciudadanos: es el gobierno de la mentira hecha verdad a fuerza de repetirse una y otra vez a través de la pantalla chica, la suplantación de la voz de los ciudadanos por la de los opinadores públicos, la legalidad en manos de un payaso que da las noticias, la justicia como talk show, la democracia como la posibilidad de votar para elegir al ganador de tal o cual concurso. Así, en México se construye (¿o destruye?) una relación donde no mandan más los políticos profesionales sino los dueños de las empresas y sus intereses.
En México, Televisa y TV Azteca controlan el 86 por ciento de canales de televisión abierta y el 80 por ciento de las estaciones de radio. Los dueños de estas empresas son miembros de las familias más ricas del país. De esta manera, el control queda en manos del poder económico de las empresas trasnacionales mientras se mantiene la apariencia de que se tratan de “medios democráticos, abiertos y preocupados por los problemas sociales”, convirtiéndose en un sistema de manipulación amplio y sutil, que en general más que informar o comunicar pretende imponer una realidad a través de opiniones y valoraciones presentadas como verdades absolutas.
La privatización de la señal de televisión en los años 80´s inicia un proceso en el que la relación entre la clase política y los medios de comunicación se invierte. Con el Estado desmantelado por el neoliberalismo, la clase política, que sustentaba su existencia en un supuesto consenso acerca de la necesidad de un gobierno en manos de Políticos profesionales, entre en una crisis de legitimidad que arrastra a los medios de comunicación, encargados de reproducir esa relación. En su lugar queda la mentira repetida, la venta de los opinadores públicos al mejor postor, el poder político en manos de los dueños del dinero. Igual que en otros dominios del capital, impera la lógica de la ganancia y se distrae a la población para que los señores del dinero y el Poder sigan desmantelando el país.
¡QUE EL QUE MANDE, MANDE OBEDECIENDO!
¡A TRABAJAR JUNTOS HASTA QUE EN TODO EL PAÍS EL PUEBLO MANDE Y EL GOBIERNO OBEDEZCA!
¡VIVA LA AUTONOMÍA ZAPATISTA!
¡VIVA EL EZLN!
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