Reunion con adherentes y simpatizantes del pueblo Teenek
Aldzalup, Tancanhuitz, Huasteca potosina
Reunión con adherentes y simpatizantes del pueblo Teenek
27 de noviembre del 2006.
Buenas tardes compañeros, compañeras de Aldzalup. Gracias que nos recibieron, también gracias a los compañeros que vienen de otras comunidades.
Miren, nosotros también somos indígenas, de Chiapas, y de allá venimos. Y tenemos más o menos los mismos problemas que ustedes han platicado aquí. Pero nosotros ya con los compañeros que vienen de la karavana que son de otras organizaciones, de otros grupos, que vienen de todas partes de México, pues también lo vieron que no nada más allá en Chiapas, ni no nada más aquí en la Huasteca, sino en todo el país está igual.
Miren, hay tres palabras que son la mera clave para ver si es de derecha o es de izquierda. Es la palabra: libertad, justicia y democracia.
Según cada quien qué hace, ahí se ve si es derecha o si es de izquierda. Por ejemplo, la palabra justicia: si es de derecha —que es como está ahorita en México—, pues la justicia es de quien la compra. No importa si no tiene la razón ¿sí? Lo que se trata ahí es que el juez y las leyes es como una mercancía que hay, que se compra en la tienda. Pues ¿quién la va a comprar? El que tiene la paga, porque es una mercancía cara.
Entonces, no importa si ustedes tienen razón en su demanda, si ustedes se pelean con un rico, que invade su tierra —por ejemplo—, y van y le ponen una demanda ahí en el juez. Pues el rico va y le paga al juez y dice: “no, pues el que está mal es la comunidad de ahí de la Huasteca, el que está bien es el rico”. Aunque lleven todos los papeles, no importa, porque eso es lo que hizo, es que convirtió… El de derecha convirtió la justicia en una mercancía, bien cara además.
¿Y cuándo vamos a conseguir dinero para comprar la justicia? Se suponen que la justicia era para defender al pobre del rico, y resulta que no: que la justicia nada más está para servir al rico, así piensa el de derecha.
Y si no me creen, pues basta que ven los periódicos, las noticias, ¿cuánto gana un juez? Una millonada. Y lo único que hace es que va a firmar un papel “que éste ganó y éste perdió, éste ganó y éste perdió”. Y cuando está firmando quién va a ganar, el rico es cuando le da el dinero.
Entonces, por ejemplo, si llega un terrateniente, y que le gusta esta tierra, porque ahorita no le gusta, por eso no hay carretera, pero van a ver que si le gusta, rápido van a meter la carretera, y entonces va a meter una demanda y va a decir: “yo demando a la comunidad de Aldzalup, de que son invasores”.
Y ustedes van a decir: “¿por qué?, si aquí nosotros estamos antes de que llegaran los españoles”. Pero hay una cosa que se llama el Procede y el Procecom, que mete el gobierno, que es que destruye al ejido.
Y entonces cada ejidatario ya no es ejidatario, es pequeño propietario. Y entonces nada más busca quién se va a vender de una autoridad, y lo compra. Y ése dice, hace todas las firmas, las engaña, pues y dice: “no pues, toda la comunidad de Aldzalup está de acuerdo que vendió la tierra”. Y la comunidad no sabe nada.
Y a la hora que la comunidad se da cuenta y echa pleito jurídico —o sea de ley—, pues el rico, el latifundista, le paga al juez, a Reforma Agraria, a la Procuraduría Agraria, a todos compran. Y entonces, ahora sí que el pobre campesino, el ejidatario, el comunero, queda así como indefenso.
Esa es la justicia del gobierno, la justicia del rico, la justicia de la derecha. Y nosotros no queremos esa justicia.
Bueno, vamos a agarrar la otra palabra, que es la libertad. La libertad para el rico, para el de derecha, es que él pueda moverse donde él quiere, comprar lo que él quiere, meter su tienda donde él quiere, sin que haya nada que lo detenga.
Por ejemplo, antes no se puede que entran los productos gringos a México, ¿por qué no se puede? Pues porque pierde el que produce en México.
Por ejemplo, ahora va a abrirse el frijol, con eso del Tratado de Libre Comercio, entonces el frijol mexicano ya no se va a vender, no va a tener precio. Y entonces, ¿cuál se va a comprar? El gringo.
Igual el maíz, igual los puercos —o sea los cuches, o los, no sé cómo le dicen aquí, nosotros le decimos cuche allá al puerco, pues, al cochino— igual está entrando de allá. Entonces todo el que tenía su producción de carne de puerco, pues quiebra, no tiene pues precio para su producto.
Entonces dice: ¿para qué estoy todo el día trabajando? Has de cuenta que todo el día está trabajando en la naranja, y llegan al mercado, y pues le pagan muy barato. Y entonces uno dice: “para qué voy a estar si no me sale, me tardo más, me gasto más en cuidar la planta, que en vender el producto”. Pues ¿qué hace? Deja la tierra y se va a buscar trabajo a otro lado. Y ahí es donde se apoderan de la tierra.
Entonces, la libertad para el de arriba es que él puede entrar donde quiera, aunque haga esclavos. Porque les pueden platicar esos compañeros que traen cámara, pregúntenle ustedes, porque ellos vienen a preguntar, ahora le preguntan ustedes. ¿Es cierto que vieron que hay haciendas como en la época de Porfirio Díaz?, y les van a contar que sí. Donde están trabajando criaturas de menos de 15 años, por 40, 50 pesos al día, 14, 16 horas diarias. Y están trabajando sembrando la tierra con químicos que les queman las manos.
¿Hay salud?, ¿doctor?, ¿buen pago?, ¿vacación? Nada, como esclavos están pues. Entonces la libertad es que el gringo, el extranjero pueda venir y meterse sin que nadie le diga nada. Pero si un mexicano quiere cruzar pa’al otro lado: ¡ah!, luego, luego lo agarra la migra.
Está prohibido, están haciendo una barda ahí grande, la fuimos a ver, porque también fuimos hasta allá. O hay unos terratenientes, unos rancheros —les dicen— del otro lado, que nomás se están paseando en sus carros, viendo a ver a quién matan, porque son mexicanos, pues.
Y entonces los mexicanos, mexicanas, que cruzan del otro lado, los agarran y les inventan delito. Lo vimos pues en una comunidad aquí en la Huasteca, del hijo de una señora que es indocumentado, y lo agarraron y le dijeron que mató un cristiano. Y él no mató a nadie. Pero como es indocumentado, no se puede defender.
Entonces, la libertad del rico, del de arriba, del de la derecha, es la libertad para explotarnos. Y eso quiere decir que nos hace esclavos. Como cuando Porfirio Díaz y como cuando las grandes haciendas de la época de los españoles en la Colonia, hace 200 años, les estoy hablando, y hace 100 años les estoy hablando.
Pero lo vimos el mes pasado en Sinaloa y en Sonora, que es el norte. Que las noticias dicen que el norte está todo bien, que toda la gente vive bien. Y ya lo vimos que no.
Y la otra palabra, es esta palabra que se llama democracia. Y qué dice pues la palabra democracia de ellos, los ricos: democracia es que vas a hacer tu elección cada tres años, cada seis años, te ponemos tres, cuatro güeyes ahí —o vacas—, quesque son candidatos, y tú votas. “El que tú escojas, ése va a ser”.
Y entonces viene el político y te empieza a decir —has de cuenta que está vendiendo jabón— te dice: “es que mi jabón es más bueno”. Y luego llega el otro: “es más bueno y más bueno”. Y prometen todo lo que prometen —que ya sabemos que no van a cumplir pues—, pero entonces ya votas y dicen: “ya es democracia, porque ya pusiste tu voto”.
Pero entre ellos son los mismos, son los mismos. Ése, si tú lo ves, ése estaba antes en el PRI y ahora está en el PAN o ahora está en el PRD, o al revés, se van brincado de… Hasta son los mismos nombres, las mismas familias, no está pues el Marcelo de los Santos Fraga —que es el gobernador aquí de San Luis—, que es De los Santos, ésos de los grandes caciques pues de San Luis Potosí. Antes era PRI, ahora PAN, y al rato PRD, no sabemos pues de cuál va brincando.
Entonces según ellos, la democracia es que entre los mismos políticos, se reparten el pastel.
Y entonces, ahí está el problema que es: la libertad, la democracia y la justicia para el de derecha.
Y entonces ¿qué hace el gobierno con esa democracia? Porque vamos a usar el ejemplo del piloncillo, que dicen ustedes. Nosotros le decimos la panela y nosotros le hacemos —no sé cómo le hagan aquí— con trapiche. Es que está uno poniéndole la caña y hay un animal que es que está dando vuelta y vuelta. Cuando no hay animal, pues uno mismo tiene que estarle empujando vuelta y vuelta, y ahí se va sacando el piloncillo, la panela decimos nosotros. Claro, nosotros no lo usamos pa’vender, nosotros lo usamos pa’echarle al café, que es lo que allá se hace.
Lo que ustedes hacen con la naranja y el piloncillo, es lo que nosotros hacemos con el café. Lo cosechamos, lo cargamos, lo llevamos pues en el lomo, porque ni siquiera hay para bestia. Y lo llevamos y ahí en al cabecera municipal nos tapa el coyote. Nuestra gente no habla español habla pura lengua, lengua allá de nuestra tierra, de raíz maya.
Y entonces el coyote, el intermediario, lo engaña en el peso, le dice: no, pues es que son 50 kilos. “No son 20, y si no te gusta, vete de vuelta otra vez, de regreso”. Pero pues el señor ése ¿qué va a hacer?, ¿a poco se va a comer el grano de café?, pues lo tiene que malvender.
Y entonces empieza pues toda esta injusticia que vimos. Igual, si es el ganado. Nos acaban de platicar, ahorita donde acabamos de pasar, allí en la Cebadilla, dicen: “es que llega el intermediario, y dice: ‘no que tu vaca está gorda, pues es porque está sebosa. Y si está flaca, pues está muy huesuda’”. Entonces les paga muy barato.
Pero les digo yo: en la ciudad la carne no baja de precio, está pa’arriba, pa’arriba y pa’arriba. Y a ellos les pagan menos y menos, y menos. Entonces ¿dónde se está quedando la diferencia? Pues se está quedando en el intermediario, que es lo que afecta pues esta parte que estamos viendo ahorita de la Huasteca. Pero luego vemos qué dice el gobierno, pues tiene que dar la cara, tiene que hacer algo.
Miren, yo les voy a decir qué pasó pues. Has de cuenta la naranja que tienen ahí —que eso es lo que les va a tocar a los pobres, dice Fox—. Y entonces has de cuenta que la pelan bien así, pero que no se desgaja, y entonces agarra unos gajos Fox, otros Martha Sahagún —que es su mujer, que es una ladrona— y otro agarra el de la Sagarpa, y otro agarra el Marcelo de los Santos, y otro agarra el presidente municipal.
Y cuando das cuenta ya no quedó nada. Que iba para abajo, para los pobres. Pero el gobierno tiene que decir que dio. Entonces vuelve a pegar la naranja, pero la pura cáscara y la pone, y se toma una foto. Pero nadie sabe que la naranja ya no tiene gajo. Y eso es lo que nos está pasando pues en todas partes donde pasamos.
Que si hay que hacer algo para el rico, eso tiene que ser de buena calidad. Si es algo para el pobre, nomás píntalo —como dijo el compañero—. Que dice: “vamos a arreglar la calle de aquí que viene a Aldzalup, pues ponle así con plumón o con pintura, como que tiene pavimento”. Y cuando llueve, pues se va a deslavar, pero ya tomaron la foto, ya no le importa a nadie pues.
Eso es lo que vemos que hace el gobierno en cada lugar. O sea que nomás está engañando que está ayudando a la gente —porque la está engañando—, como por ejemplo ese programa de Oportunidades, donde quiera que hemos pasado en la Huasteca dicen que no llega.
Y nos platicaron lo de la tercera edad. Yo les voy a decir lo que pasa: porque le pasan a los de la tercera edad y les piden los datos. Y con esos datos el funcionario va a México, y le dice: “aquí hay tantos, 100 ancianos y ancianas”, le dan el dinero, pero ya no viene. Y ya él mismo le pone la firma. Y sale en el anuncio de Fox: “yo ayudé a 100 ancianos de la tercera edad ahí en la Huasteca potosina”.
Y como aquí nadie viene a preguntarles, pues nadie sabe que es mentira. Ahora sí que hasta que llegó la Otra Campaña, estamos oyendo que es mentira. Pero viera que no venimos —como dijo el compañero: que hay que venir pa´ darse cuenta—, pues a lo mejor nos vamos a creer lo que está diciendo la televisión. Y lo que está diciendo la televisión es que todos, que ya no hay pobres. Y no son 50, son 80 millones de mexicanos en extrema pobreza, pero cada quien está solo porque no nos conocemos.
Entonces viera que tenemos nuestra televisión, nuestra radio y ahí mismo empezamos a contar, pues en todas partes de México se va a saber cómo está la Huasteca. Y la Huasteca va a saber cómo está las otras partes de México. Pero como no hay televisión del pobre, ni radio, ni periódico del pobre, entonces nosotros decimos: pues vamos a hacer la Otra Campaña. Que sea que vamos a juntar gente para pasar por todo el país, para oír la palabra de cada quien. No lo que dice el gobierno, sino lo que dice cada quien. Y vamos a llevarlos a otros lados para que se conoce, porque si no, pues no se conocen.
Miren, ustedes saben que hubo una desgracia hace casi un año, nueve meses, de una mina allí en Coahuila, que son unos… los mineros son los que trabajan ahí bajo la tierra, que están sacando carbón, con ese carbón hacen, para la luz eléctrica, los focos, allá en el norte.
Entonces resulta pues, que se metieron… Salió en las noticias que se metieron unos mineros y que explotó la mina y se murieron 65. Y pues dice: “pues es que dios así lo quiso, ni modo”. Mentira, ya nos contaron sus viudas, no es cierto, ellos dijeron: “hay peligro, si bajamos ahí, puede explotar”. Y el patrón les dijo: “si no bajas, te vas”.
Y pues ¿dónde va a encontrar trabajo ese cristiano, pues? No puede irse que ahora yo voy a ser ingeniero, pues él es minero, toda su vida fue minero, es lo único que sabe hacer. Pues se tuvo que meter. Y el patrón sabía que había peligro y no le importó: los mató.
Pero nosotros no lo sabíamos, hasta que su misma gente nos contó, dice, porque dice: “mi marido me contó: ‘hay peligro en la mina, puede explotar’. Y no hay con qué vas a apagar ni nada, se supone que la mina tiene que tener su equipo de seguridad, no había nada y como quiera tuvieron que ir”.
Entonces estábamos viendo —pues ahora sí que en todo el país— y escuchando esas cosas en el campo: pues vemos que están quitando todas las tierras a los ejidatarios y comuneros, peor si son pueblos indios. Porque como la ley está en castilla, en español, y los pueblos indios no hablan español, pues los engañan. Entonces no importa que has pasado miles de años, ahora está prohibido pues.
Fuimos allá en Baja California con un pueblo indígena que se llama cucapá. Ellos llevan —mira les voy a contar— 9 mil años pescando, es su trabajo pescar. Nueve mil años son 90 siglos, o sea que no había España, no había nada de lo que hay ahorita, y ellos ya estaban ahí.
Y ahora resulta que hay una ley que es un delito pescar, que porque si no se acaba el pescado. Entonces fuimos y nos platicaron esas compañeras —que son las jefas, ahí de los cucapás— y dice: “pero, pues mira, ahí están los barcos y a ellos no les están diciendo nada, los barcos grandes, y nosotros pescamos en una lanchas. Para nosotros está prohibido, pero para el rico no”. Pero si no vamos pues no lo sabemos, si no nomás sale que Fox dice que está protegiendo la naturaleza. Mentira.
Ahí fuimos a San Luis Potosí, a la capital, y el presidente municipal de la capital de San Luis y el gobernador De los Santos, está dejando que entre una minera, que porque… ¿Sabes qué va a sacar? oro y plata, igual que hace cuando los españoles, igual. Pero pues va a destruir donde estaban los centros ceremoniales de los huachichiles, o sea de los indígenas mero de ahí del valle de San Luis Potosí, lo va a destruir la historia ésa, pero además va a soltar un veneno en la tierra y en el aire, que va a afectar a todo.
Y que dice: “sólo va a estar ocho años y ya se va”. En ocho años se va llevar el oro y la plata de ahí del cerro de San Pedro —se llama—. La minera se llama San Xavier, pero el lugar se llama el cerro de San Pedro. Se va a llevar el oro y la plata y va a dejar la muerte. Porque los niños y ésos van a empezar a tener enfermedades y no van a saber porqué. Y sí sabemos porqué, porque ya nos contó la gente de ahí, va a ser la enfermedad por la minera esa.
¿De dónde es la minera?, es de otro país, exactamente como dijo el compañero ahorita, se están metiendo los extranjeros y se están apoderando de la tierra. Entonces, se quedan con las tierras ejidales, se quedan con las tierras comunales de las comunidades indígenas.
Luego, a los trabajadores de la ciudad, si antes tenían seguro social, se los están quitando, lo van a tener que pagar. Ya vez cómo está ahí, porque ahorita que veníamos subiendo hay una clínica que dice “el seguro popular”, pero ya nos dijo el compañero que pasó dice que sólo el doctor, sólo llega lunes y viernes. Pues ni modo que le vamos a decir: “hoy es lunes te toca enfermarte”, hoy es lunes. Además, se tienen que enfermar ahorita, porque al rato ya no, ya no se pueden enfermar hasta el vienes.
Pues qué chingadera es ésa —perdón la palabra compañeros, pero es una fregadera pues— si te enfermaste en martes, ni modo te toca morirte. Si te toca en lunes la enfermedad, entonces sí te vas a curar, o si no espérate al viernes. Pero pues uno no se enferma porque escoge una naranja, uno se enferma porque le llegó así.
Pero sí va a salir en la televisión que “el seguro popular, todos están muy contentos”. Y van a agarrar a un cristiano pues por ahí y todo, y lo van a vestir de teenek y van a decir: “el teenek recibe el apoyo de Vicente Fox” y va a salir Fox tomándose la foto. Lo sabemos pues, porque lo vimos.
Nos platicó una compañera pues, aquí cerca de la Huasteca pero del lado de Veracruz, que dice que llegaba llorando de coraje porque vio en la televisión que Fox sale diciendo que llevó ayuda a su comunidad. Y dice: “yo soy de mi comunidad y nunca llegó nada, ni él ni nada, y ese lugar que está en la foto no es mi comunidad, quién sabe dónde sea”. Pero sale el nombre que estuvo en su comunidad. Entonces está llorando de coraje, dice: “porque, ¿cómo le voy a decir yo a tanta gente que no es cierto?”. Pues no hay pa’ dónde hacerse.
Entonces no importa pa’ dónde le ves, no importa qué tamaño sea el gobierno. Si es el zorrito que está de presidente municipal aquí o si es el becerro que está ahí en San Luis Potosí, o si es el cabrón —de cabra— que está ahí en México, en Los Pinos pues, que ya se va Fox, pero llega Calderón. Es lo mismo, no va a cambiar pues.
Entonces no importa cuál sea su tamaño, nada más su trabajo es jodernos pues, ése es su trabajo. Pero aparte le estamos pagando por eso. Y toda la ayuda que dice el gobierno, cada quien va agarrando su parte y se va haciendo rico, y abajo ya no llega nada.
Y entonces nosotros decimos que tenemos que contestar otra vez las tres palabras: justicia, libertad y democracia, pero ahora en la izquierda. Porque yo les digo pues, que la izquierda no es que vamos a escribir con al mano izquierda, izquierda se dice el que quiere que cambien las cosas para bien del pueblo, y vamos a explicar porqué.
La libertad. La libertad de la gente de izquierda es que nadie nos mande, nadie. Que nadie venga a decirle al teenek, aquí a Aldzalup, a la comunidad de cada quien, que nadie viene a dar órdenes. Sino que la misma comunidad se manda, porque así es nuestra costumbre de por sí.
Pero así en cualquier lugar de México: “yo soy libre, es que a mí nadie me da órdenes”. Pues hagan de cuenta así que se junta todo el pueblo teenek y se hace así, y todos los pueblos indios, y todos los pobres de México y dicen: “nuestro país va a ser libre”, quiere decir, que ningún extranjero nos va a mandar. Eso es de izquierda y es lo que decimos nosotros.
Nosotros decimos: “nosotros luchamos por la libertad en Chiapas, que nadie mande ahí más que las comunidades indígenas de Chiapas”. Y aquí ¿quién va a mandar?, no el zapatista, va a mandar la comunidad teenek. Eso es la libertad, porque si no lo decimos así, entonces decimos: “no, pues ahora va a mandar el PRD y ése nos va a mandar aquí y allá”. No, lo que nosotros queremos es que aquí mande la misma gente.
Y la misma gente diga qué es lo que hay que hacer, porque ya vimos que ahí está el dinero, porque si no hubiera dinero no hubiera ricos. Y sí hay ricos, y cada vez son más ricos. Si no hubiera dinero no habría políticos, porque ahora sí que el político de eso vive pues, de robar.
Entonces ahí está el dinero, pero ¿por qué no se usa bien? Porque no hay libertad de que las comunidades decidan.
Buenos, ahora también de izquierda: la justicia. La justicia es que el que tiene delito lo pague, eso es lo justo, pues. Y el que no tiene delito pues no lo pague.
Miren compañeros, todas la cárceles del norte de la República están llenas de indígenas que no hablan español. Y están en al cárcel porque no saben de qué están. Hubo un asalto y vieron a un indígena por ahí y lo agarran. Le dicen: “tu eres el culpable”, pues el otro no sabe qué le están diciendo y lo meten. Y sale en el periódico: “ya detuvieron al ladrón”. Y es mentira.
Entonces resulta que en las cárceles están las gentes humildes. Y los criminales, ¿en dónde están? En el gobierno del estado y en la presidencia municipal. Lo sabemos pues, porque ellos son los que tienen delito, de que roban el presupuesto, se roban la tierra que pueden —porque se ponen de acuerdo con prestanombres de los terratenientes y los latifundistas—, y algunos hasta han matado gente, pues. Ésos son los que debieran estar en la cárcel, eso sí sería justicia, de izquierda.
Y los que están presos en la cárcel debían salir, porque es gente que tiene necesidad y quiere trabajar pues, entonces decimos: “eso es lo justo”.
Y ¿qué es lo justo también?, que el que trabaja viva bien y el que no trabaja vive mal. Y aquí compañeros el que no trabaja es el político, seguro. Es el patrón, seguro. Es el latifundista, seguro, él no anda pepenando la naranja, él le paga a los peones para que lo hagan, ¿si? ¿Y qué es lo justo entonces? Que ése no gane. Y ¿quién va a ganar? El que trabaja.
Y entonces si empezamos a cortar esas injusticias que tenemos y hacer justicia, van a ver como empieza a haber un precio justo para la naranja y para el piloncillo, o para el ganado —como nos dijeron hace rato en al Cebadilla—. Porque nosotros veíamos esta diferencia de que en la ciudad es más cara la carne y a ellos les pagan más barato. Y ¿si ellos hacen el trato directo qué?, pues van a ganar más ellos y le va salir mejor la carne a la gente. Igual la naranja, igual el piloncillo, igual la miel de abeja, todo lo que se produce en cada lugar. Pero no nos dejan porque no hay libertad.
Si tu quieres hacer ese trato ¡bah!, tienes que hacer un proyecto y un papel, y otro, y vas a darte vuelta a San Luis, y luego te vas a México, y luego regrésate a Valles, y ahí te traen dando vuelta como pelota. Y mientras tanto no hay solución. ¿Para qué vamos a pedir permiso? Cuando alguien va a ser libre no pide permiso —dicen los compañeros zapatistas— nosotros no necesitamos permiso para ser libres. Y como no tenemos esa libertad porque el gobierno está con su pie encima nuestro, y no nos deja levantarnos.
Y entonces la otra palabra, que es la democracia. Y es que ahora sí vamos a poner un candidato bueno. Pues no hay candidatos buenos compañeros, pa’ dónde le busques, no hay. Porque viera que son buenos, pues no son políticos, estarían en su pueblo luchando. Y entonces ¿cuál es la democracia de izquierda? La democracia es que mande el pueblo.
Y entonces, por ejemplo, que el presidente municipal de aquí obedezca a la comunidad. Porque ahorita es al revés, él da órdenes: “se va a hacer esto” y la comunidad tiene que obedecer. Y ¿si fuera al revés? Porque la palabra democracia quiere decir “el pueblo manda y el gobierno obedece”.
Entonces si le cambiamos la vuelta —así como decimos nosotros— y decimos: “ya el gobierno no va a mandar, ahora nos tiene que obedecer”, pues entonces ya no importa quién está ahí. Porque lo primero que vamos a hacer es que le vamos a poner el salario mínimo, a ver si no va a brincar ¿sí?, porque si no trabaja no va a ganar.
Y entonces él tiene que venir a pedir permiso o a recibir la orden de la comunidad, no a que la comunidad le pida. Si ustedes quieren que pavimenten esta carretera, ustedes tienen que ir a la presidencia municipal y se van a parar ahí, y a ver si los dejan entrar. Si no, les dicen: “date otra vuelta la próxima semana y la otra semana, yo no sé, no hay dinero, vete”, y lo traen vuelta y vuelta, ¿qué no?
Y debiera ser al revés, el presiente municipal debía venir aquí donde estoy yo parado y decir: “pues tengo tanto dinero, ¿qué hago?” —o sea pedir orden— y entonces ya ustedes dicen: “no pues vas a hacer lo de la carretera y si no lo haces, castigo, te sales”. Eso es, porque si el gobierno da una orden y no se cumple, castigo ¿qué no? Y ¿si es al revés?, que la comunidad de la orden y el gobierno no obedezca, castigo o se le quita del cargo y se pone a otro. Esa es la democracia que nosotros queremos.
Y entonces ¿eso qué quiere decir?, pues que cada comunidad, la comunidad aquí, que están aquí, por ejemplo de la Ceiba, los que llegaron de San Antonio, de San José, de los pueblos de aquí alrededor, pues ya su problema no va a ser cómo le hacen con el gobierno que los está explotando, o que no hay mercado. Ahora el problema va a ser: ¿qué necesitamos?
Necesitamos ponernos de acuerdo para ver qué orden le vamos a dar al presidente, porque si uno le dice una cosa y otro le dice otra, pues no va a saber pa’ dónde. Y entonces ¿qué se necesita? Organización. Eso es: que el pueblo esté organizado para que se ponga de acuerdo y entonces sí puede poner su decisión.
Bueno, si está tan fácil, entonces ¿por qué no lo hacemos? Pues el problema es que cada quien piensa que está solo. El que está pepenando la naranja dice: “puta, está bien jodido aquí, pero pues ya nomás yo”. Y ¿por qué? “Pues porque dios aquí me puso, así me tocó la mal suerte, viera que nazco allá en Los Pinos me va ir mejor o si me apellido Sahagún o no sé, o Fox, pero pues me apellido Martínez y Ramírez y me chingué”.
No, resulta que en la Ceiba están igual, en San José están igual, y en toda la Huasteca están igual. Y yo se los digo, no les voy a echar mentiras. Y si no me creen, pregúntenles a esos compañeros: en todo el país está igual. Entonces no es cierto que estamos solos, así en nuestro dolor —decimos nosotros—, no estamos solos en el dolor. Pero si cada quien lucha solo, ahí está el problema pues.
Porque si esa señora se rebela, dice: “yo no estoy de acuerdo presidente municipal” —como platicó el compañero—, pues la perjudican. Dice: “ah tienes delito, eres terrorista” le van a decir, o no sé que tontería le vayan a inventar y lo van a perseguir. Pero si se junta un buen tanto, ya el presidente municipal dice: “¡ah caray! no, vamos a dialogar”.
Y ¿qué es lo que va a hacer? Va a echar mentiras. Va a decir: “sí les voy a arreglar la carretera”, y nomás va a dejar pasar el tiempo. “Es que ya no se puede porque está lloviendo, es que ya no se puede porque hace mucho sol”. Pues no hay pa’ dónde hacerse. Y mientras se está quedando con el dinero, porque sí lo pidió. Porque él va con Marcelo de los Santos y dice: “ya se organizó la gente de la Huasteca y ahora ¿qué hago?”. “No pues dales lo que piden”. Y le da el dinero, pero él no lo da, se lo queda.
Entonces, si nos organizamos y peleamos juntos, luchamos, no con las armas, sino así pues con nuestras demandas, como tenemos nuestra tradición de la lucha pacífica pues. Pero todos al mismo tiempo, no hay pa’ dónde se van a hacer.
Y entonces la Otra Campaña eso es lo que está proponiendo. A mí me da mucho gusto que el primer pueblo de la Huasteca fueran ustedes, porque yo creo que sí lo entendieron. Porque no hay salida, no hay otra —así dicen en otro lado: no hay otra, más que la Otra—, de la Otra Campaña. No hay otra forma de salvar a nuestro país, porque este país sólo se salva si se salva su gente. Y su gente somos nosotros, no es Fox ni es Marcelo de los Santos, esos son puros güeyes y vacas. La gente que hace este país es la gente que está abajo y los pueblos indios primero.
Entonces nosotros decimos: si nos ponemos de acuerdo todos y nos levantamos al mismo tiempo y sacamos a los gobiernos que no sean… Y sacamos a los ricos, pues ya encarrerados, ¿pa’qué nos vamos a detener?
Pero ¿y luego, qué vamos a hacer? Ahí está el problema, porque no nada más es que nos ponemos bravos y damos palos, y luego llega otro y… porque el rico así es. Llega otro, manda un licenciado —como dice el compa—, empieza a tirar: “bla, bla, bla, bla”. Y al rato ya nos durmió y ya es presidente municipal, y nos vuelve a dar órdenes.
Entonces nosotros decimos: no, lo que tenemos que hacer es volver a organizar la relación del país, y hacer una nueva ley, una nueva Constitución.
Entonces viera que las leyes que hay aquí, se hacen en teenek, ya cambia. Porque si el mestizo quiere dar órdenes tiene que saber qué está diciendo la ley en teenek. Porque ahorita es al revés: el teenek tiene que saber español, y si no sabe español, pues que dios te bendiga y a ver qué va a pasar. Y debiera ser en lengua la ley. Pero además debiera ser que lo hace la gente teenek, que dice: “aquí la ley va a ser, así se va a cuidar la naturaleza, así se van a hacer las carreteras, así se va a enseñar en la escuela”. Porque en la escuela no enseñan lengua, debieran enseñar la lengua.
Y debiera ser que tuviéramos orgullo de ser indígenas, no que nos avergonzáramos. Porque luego ya ven allá se burlan los mestizos, dicen: “no pues porque estás muy prieto, estás muy prieta, estás chaparro, gordo”, como es cada quien. Y luego si hablamos el español, como lo hablamos así medio chueco, pues se burlan. Pero viera que saben que nosotros hablamos dos lenguas y ellos con trabajo hablan el español, o peor Fox que sólo ingles pues, el español lo dice también chueco.
Entonces nosotros decimos: ahí es donde hacemos un nuevo acuerdo y lo ponemos en la ley, pero ahora sí la ley hacerla nosotros, no un licenciado en México, ese es el cambio.
Entonces nosotros decimos: si pasamos éste… Así como que la Otra Campaña va dando sus pasos, apenas, ¿no? Entonces, el primer paso es que vamos a conocer lo que hay en México —es lo que estamos haciendo ahorita—. Ya recorrimos todos los lugares, aquí ya los últimos, mañana acabamos ya todo el país. Y ya sabemos quiénes son compañeros, y quiénes son ojetes, hojaldras pues, porque hay unos que nomás se asoman para hacer daño pues.
Entonces, si ya nos presentamos… Como que nos encontramos en la calle: “¿cómo estás?, y ¿cómo te llamas?”, y es donde cada quien dice qué es. Y empieza a contar qué me duele: “pues me duele la panza y me duele el pie” y no sé qué. Nomás que no está hablando del cuerpo, sino está hablando de la comunidad: el precio del producto, la calle, la falta de salud, de educación, todo eso, nos empezamos a contar.
Y entonces, ya conociéndonos nos vamos diciendo: pues a mí me pasa lo mismo. De veras, no importa si tú me preguntas un pueblo indígena maya en Yucatán: lo mismo que dijeron ustedes. Y si me brinco con los cucapás a Baja California —que está en la otra esquina—, igual, lo mismo. Si vamos con yaquis, mayos, yoremes, rarámuris, de los zapatistas nuestros, o de cualquier lugar, es lo mismo. Y es gente igual que ustedes, compañeros, no crean que estamos hablando con licenciados y con gente… No, nosotros hablamos con gente decente pues.
Y entonces si ya hacemos esa parte, ¿ahora qué sigue? —decimos nosotros—, pues ahora sigue decir, es preguntarle a la gente: ¿por qué luchamos? Porque si no van a decir: “bueno y ustedes ¿qué quieren?, ¿quieren ser partido político?, ¿quiere ser presidente el Marcos?, ¿qué quieren?”. Y entonces es ahí donde tenemos que contestar qué queremos. Ése es el Programa Nacional de Lucha. Qué queremos.
Pero es diferente lo que va a decir alguien en Yucatán a lo que digan aquí en la Huasteca. Y a lo mejor es diferente aquí, a lo que digan en la Cebadilla. En la Cebadilla van a decir: “queremos precio para el ganado”, o aquí: “quiera dios que hay ganado, pues no hay más que naranja y caña, entonces queremos precio para esto, queremos carretera”.
Por esto vamos a luchar, porque a la hora que vamos a ganar, no vamos a dejar que alguien nos dice allá: “no, la Huasteca no importa, ahorita lo más importante es la frontera”, y nos chinguemos. No, porque luchamos todos por lo mismo.
Entonces, es lo que nosotros decimos el Programa Nacional de Lucha. Entonces, dar otra pasada, otra vez. Y hablar con más gente, porque ahorita sólo llegamos aquí, pero ya vimos que en La Ceiba hay problema, en San José, donde quiera. Entonces, hay que venir y tardar más días, e ir a cada lugar y hablar con la gente. Y preguntarle, y así como apunté yo con el cuaderno, apuntar.
Pero ya sabemos que no es que le vamos a pedir al presidente municipal o al gobierno federal que haya precio para la naranja. Lo que estamos apuntando es: el México nuevo que va a quedar, ¿cómo va a quedar? Y entonces, ahí va a haber una diferencia compañeros, eso hay que ponerse abusados.
Porque nosotros somos pueblos indios. O sea que donde están todas las demandas, además tenemos que poner: respeto a los derechos y a la cultura indígena. Porque eso es lo que nos hace diferentes. Nos tienen que respetar nuestra lengua, nuestro color, nuestra cultura, nuestro vestido, todo.
Y no sólo lo tienen que respetar. Lo tienen que sentir admiración y orgullo, porque aquí se levantó el país, aquí en los indígenas, no en la gente que vino después. Entonces, esas cosas es lo que es el Programa Nacional de Lucha.
Y luego ¿qué sigue? Que nos pongamos todos de acuerdo: ¿cuándo? ¿a qué hora? Porque de repente van a decir: no pues a las seis de la mañana. Y yo voy a decir: no, pues yo apenas me estoy levantando, mejor más tardecito. Nos pongamos de acuerdo un día. Y ese día paremos el país. Y se detiene, porque se detiene.
Todos en su mismo lugar, cada quien. No es que nos vamos a ir para otro lado. Aquí mismo, se para porque se para. ¿Cuánto tiempo? Hasta que se caigan.
Y luego van a decir: “y entonces, ¿quién va a entrar de gobierno?” Nosotros, porque cambió la democracia. Ahora el que va a mandar es el pueblo. “Pero ¿quién va a estar de presidente municipal?” Ahorita vemos… A ver tú, te toca, órale. Pero ya sabemos que no se va a enriquecer, porque ya vamos a decidir nosotros.
“Y ¿si no sirvió?” Pues ya vas pa’ tras. Ahora vamos a poner a la señora tal. También que ya como que se siente Martha Sahagún… Pa’ fuera, otra pues. Así hasta que sale uno bueno.
Pues si ya sabemos que sin gobierno… Sin el gobierno, como quiera, caminan las cosas. Sin el pueblo no camina nada. Y ¿qué vamos a hacer con los intermediarios y los coyotes? A decirles: o te vas a la cárcel o pagas el precio. Porque aquí el precio que acordó la comunidad es éste. “No, pues que no lo voy a pagar”. Pues ahí está la cárcel hermanito, con mucho gusto, ¿quieres un cigarrito, o algo? Porque vas a tardar ahí, porque no te vas hasta que pagas lo justo, y esto es lo justo.
Y si alguien va a comprar a la tienda y dice: no pues yo quiero comprar la leche y no sé qué y está muy cara. Tiene que bajar de precio, si no, se le quita. Y entonces se empiezan a pasar las cosas: de propiedad de arriba a la propiedad del que trabaja. Ése es el dueño de las cosas.
El dueño de la tierra, así dijo Zapata: la tierra es de quien la trabaja ¿no? Pues la fábrica es de quien la trabaja, la mina del quien la trabaja. En cada lugar hay quien trabaja, ése es el que va a ser el dueño ahora.
Y entonces, toda la gente que está jodida, pues va a empezar a vivir mejor. Y toda la cristianada que se iba para el otro lado, ahora se va a regresar. Y hasta van a venir de otros países. Pues para aprender aquí cómo le hicimos.
Eso es lo que vamos a hacer en la Otra Campaña compañeros. O sea, sencillito. no queremos… Nada más vamos a cambiar el país, lo vamos a hacer de nuevo otra vez. Pero no que alguien nos va a decir cómo va a ser. Sino que cada quien tiene que decir cómo va a ser. No vamos a permitir que venga alguien de México a decir cómo va a ser aquí. No, ustedes tienen que decir.
Y yo les digo que lo tengan claro, porque al rato se va a correr la noticia. Y van a preguntar: “oye y ¿cuántos niños se comió el Marcos?”. No pues ya había comido —no es cierto porque no nos dio de comer este compa, nos dijo: vámonos rápido. Estábamos así con la cuchara y órale—. Dice:
—No pues no comió nada.
—Pero ¿qué dijo?
—Pues dice que de por sí nos vamos a levantar.
Así tienen que decirle, derecho, no vamos a echar mentiras.
—¿Pero es que van a agarrar las armas?
—No, pacífico y civil.
—¿Y luego?
—Pues que aquí vamos a mandar nosotros.
—¿Es eso?
—Y tenemos que ponernos de acuerdo, porque cuando empiece la bulla allá afuera —ahora sí que allá abajo, decimos nosotros, porque estamos en la montaña—, pues la gente va a empezar ¿y ahora qué hacemos? ¿y ahora qué hacemos? ¿quién va a quedar de gobierno? Nosotros, nosotros mismos.
—No pero que yo no fui a la escuela.
—No importa, ya vimos que hay puro burro ahorita de presidente de la República, ¿por qué no vamos a poder nosotros?
Porque lo que se necesita es conocer la necesidad de la comunidad. Y eso no se aprende en la escuela. En la escuela se aprende a leer y a escribir, y sumar y restar. Y la geografía y punto. Pero la necesidad de la gente la conoce el que habla con la gente, el que es como la gente pues. O sea, mero ustedes.
Si son de la Ceiba, si son aquí de Aldzalup, si son de San Antonio, si son de San José, de todos los lugares de donde están llegando, son los que conocen la necesidad. Y eso es lo que queremos hacer.
Y entonces, las compañeras se tienen que poner abusadas, porque entonces los hombres van a decir: entonces, se va a hacer esto. Entonces, las mujeres tienen que decir: no, momento, para. ¿Dónde está el respeto a las mujeres? Tienes que respetarnos como mujeres. “No pues que no, que las viejas…” No, se tiene que hacer, porque es el acuerdo que todos.
Y la gente ya de edad, de la tercera edad, que dicen: no pues los viejitos ahorita no cuentan porque ya están viejitos. No, el acuerdo es que hay que tomarlos en cuenta y hay que respetarlos.
¿Y los niños? “No pues que tú todavía no tienes pensamiento, no sabes ni hablar”. No, hay que tomarlo en cuenta. Porque si vamos a tomar en cuenta a todos parejo. Y cada quien su lugar.
Entonces, así vamos a hacer que tengan respeto los niños, las niñas, los jóvenes, jóvenas, los adultos, adultas, los de la tercera edad —como dicen ustedes—, o los ancianos y ancianas —decimos nosotros—, nuestros mayores, nuestras mayores, los que tienen pensamiento más avanzado, decimos nosotros allá.
Pues ese es el plan compañeros. Está fácil ¿no? Nomás es que le vamos a caminar: uno, dos, tres y ahí le damos. No, está difícil, va a costar. Pero ahora sí va a salir algo cabal, no como antes que nada más estamos sufriendo de balde y no sale nada. Ahorita va a haber sufrimiento, pero ya va a haber salida.
Entonces, les encargo pues compañeros que ahí lo piensan, que platiquen con otros compañeros así de la zona. Y que se preparen para la siguiente vuelta. Y entonces ahora sí hay que… Porque yo nada más estuve tomando apuntes, yo no vi que nadie apuntó. Ahora sí vamos a tener que hacer el apunte todos.
Y lo van a tener que hacer ustedes porque ahí es de donde tiene que salir qué mero se necesita en esta zona y ese es el Plan Nacional de Lucha aquí. Y lo juntamos en todas partes y ya es de todo el país. Gracias compañeros, gracias compañeras.
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Hola
Comentario de Julian Otero — diciembre 1, 2006 @ 9:38 pm
Hola a todos, perdon por el comentario de arriba, cometi un error y solo escribi hola y luego accidentalmente postie ese mensaje. Solamente quiero decir que soy Mexicano y estudio en los Estados Unidos, nunca antes habia buscado informacion acerca del EZLN, he estado checando y escuchando lo que dicen en este sitio web ultimamente, y me parece muy interesante, concuerdo con sus ideas de modificar nuestro gobierno que ha obligado a tantos mexicanos a tener que emigrar hacia otros paises en busca de oportunidades de trabajo que desgraciadamente no son amplias y prometedoras en nuestra propia tierra. Me duele saber que nuestro gobierno ha hecho tantas cosas para solamente satisfacer las necesidades de unos cuantos pocos. Hemos firmado varios acuerdos con los Estados Unidos, todos o la gran mayoria de ellos son totalmente desventajosos para nuestro pais, estoy harto de oir que nosotros somos los desperdicios de los gringos. Lo que quiero comentar aqui es que nunca antes me habia interesado tanto en juntar informacion acerca del EZLN, ojala que algun dia se me pueda dar la oportunidad de ir a alguna de sus conferencias. Es terrible saber que en Estados como Oaxaca o Chiapas se este discriminando tan despiadadamente a los indigenas, quienes estuvieron aqui primero que llegaran los espanoles y se hiciera toda la mezcla de razas, creo que todos somos mexicanos, y como tales, tenemos poder para cambiar nuestro gobierno que nos ha jodido tantas veces, no debe de haber diferencias, todos somos uno, VIVA MEXICO CABRONES!!
Comentario de Julian Otero — diciembre 1, 2006 @ 9:45 pm
primero qe nada un ola a todo mexico de abajo y al gran movimiento
del subdelegado zero
la verdad este mexico no
lo conocia bn pero gracias al
MAE me abrieron los ojos
al mexico de abajo por que io los
tenia tapados por los malditos
cerdos de la prensa la neta
mexico es grandee pero nuestros «dirigentes publicos»
komo se acen llamar no son mas que unos ratas que solo joden a el pueblo de abajo y al riko le da mas la verdad me da rabia lo que hacen en tenek, la huasteca, la cebadilla,
chiapas y muchas komunidades pero aqui estamos en nuevo leon ayudando komo komo se puede y asta komo no se puede a la lucha kontra el kapitalismo y la muerte de nuestra
lengua de nuestra cultura me da tristesa bueno no se que mas decir me quede sin habla kon lo qe estas diciendo en tenek bueno komo dice un kamarada indigena mexiko es uno y todos somos mexico
salud, libertad e izquierdismo
Comentario de jesus — diciembre 2, 2006 @ 12:37 am
Hola esta es la primera vez que busque informacion acerca del EZLN empeze a buscarlo porque escuchando las noticias en un canal en espanol en los Estados Unidos donde he estado los ultimos 10 anos de mi vida a causa de como el gobierno mexicano maneja la economia, entonces escuchando las noticias de como todas las cosas van tan mal y cada vez mas mal me platicando con un conpanero de trabajo le pregunte Y que paso con el EZLN porque ultimamente ya no se ha eschado hablar de ellos. Fue cuando llegue ala conclusion el porque gente como ustedes se convirtieron en este grupo de oposicion al gobierno federal y estoy completamente en acuerdo con ustedes solo les quiero decir que sigan adelante y que ogala logran cambiar la situacion de mexico de nuestro mexico no dejemos que unos lo disfruten es de todos y como tal para todos felicidades y admiracion por sus valor esfuerzo. gracias espero no molestar a nadie con mis comentario
Comentario de Raul Chavez — abril 23, 2008 @ 12:55 am