Acto público en Monclova
Reunión con adherentes
Monclova, Coahuila
Acto público
19 de noviembre del 2006
Buenas tardes Monclova. Queríamos platicar un poco lo que estamos haciendo nosotros los zapatistas, y lo que estamos haciendo en la Otra Campaña. Porque saben bien ustedes que me escuchan, la gente del pueblo, que cada tanto viene aquí, a Monclova o a Coahuila, gente de los políticos que viene a prometer soluciones, a cambio de que les demos el voto. Y viene el PRI, y viene el PAN, y viene el PRD, y el Verde Ecologista, y el Partido del Trabajo, y el PANAL y Convergencia.
Y todos los políticos vienen aquí y les prometen muchas cosas. Que si votan por ellos, si los llevan a la presidencia municipal, o a la gubernatura del estado, o a la presidencia de México, entonces van a resolver sus problemas. Y luego vemos que cuando ya llegan al poder, no se vuelven a aparecer aquí. O simplemente se olvidan de todo lo que prometieron.
Y tal vez piensen, si ésta, la Otra Campaña está prometiendo lo mismo, o está buscando lo mismo. Y no es así. Nosotros hemos llegado hasta el norte de la República, somos de Chiapas, del último rincón de este país. Y somos indígenas. Somos indígenas de raíz maya. Y venimos al norte porque estamos buscando a la Monclova rebelde, a la Coahuila rebelde, al norte rebelde, al que no se deja, al que no se rinde, al que está guardando esa memoria de las injusticias y atropellos que recibe, para un día cobrárselos al responsable.
Y venimos hasta acá, porque queremos aprender. Y hemos aprendido muchas cosas del norte de la República. Hemos aprendido que es también México. Y hemos visto también otras cosas. Hemos visto por ejemplo que ese banco que está ahí, que dice “Bancomer”, y el otro banco que está allá que dice “Scotiabank” son extranjeros.
Esos bancos les quitan a los ahorradores un tanto de dinero. Le quitan a los compañeros, a los compatriotas que están en Estados Unidos, que mandan su dinero a sus familias, le quitan otro tanto. Que le prestan a algunos y le quitan otro tanto. Y el dinero que ese banco está sacando se está yendo a otro país. Porque los dueños de ese banco están en España.
Y hemos visto que los dueños de aquél banco también son extranjeros. Y ese banco y ése otro, y las grandes empresas los hemos visto en todo el país, desde Chiapas, desde la Península de Yucatán hasta el norte, hasta el noroeste, hasta la Península de Baja California. Y en todos los estados de la República están ésos. Que están siempre cerca del que dice que gobierna. Del que manda.
Y vemos que ése que está ahí, no importa qué nombre tenga —porque va cambiando según cada lugar donde pasamos, cada estado—, siempre obedece a ésos que están allá. El que manda en este país es el extranjero. El que obedece es el gobierno, que debía estar obedeciéndonos a nosotros y que debería preocuparse por nosotros.
Y lo sabemos bien que la policía que obedece a ese gobierno no persigue al ladrón que es dueño de ese banco y que es un extranjero. Y que no debería tener propiedades en este país, porque este país es de los mexicanos. Tampoco persigue al dueño del otro banco. Al que persigue es al señor que vende globos. Y le roba 5, 10, 15 pesos diarios. Persigue a los chavos skateros que porque dicen que atentan, si los que atropellan a la gente y los humillan son los policías y los funcionarios de ese gobierno.
Persiguen a la gente pobre, a los que tienen su pequeño puesto en el mercado, o su pequeño comercio. Ahí llegan los funcionarios y les dicen que tiene que pagar una cuota para el papel de no sé qué, y de otra cosa, y de otra cosa. Y si ustedes están sentados en la banca, tranquilos, un domingo, pasan y les preguntan y ¿usted qué está haciendo aquí?
Pero ese mismo presidente municipal, o Moreira en Saltillo, cuando entra a ese banco, entra de rodillas. Cuando entra a ese otro banco, entra con la cabeza gacha. Eso es lo que hemos aprendido y lo que hemos visto. Porque todo lo que están haciendo los gobernantes. Los gobernantes de los estados, y los gobernantes en los municipios, es servir al que tiene más.
Hemos visto lo que ha pasado aquí en el campo. En el campo de Coahuila. Cómo han destruido los ejidos, las tierras comunales. Les quitan con engaño a los campesinos la tierra. Y cuando ya no tienen nada, tienen que irse a trabajar al otro lado.
Y los que se hacen dueños de esas tierras: primero el gobierno, pero sabemos que el gobierno es como un coyote, como un intermediario, que le roba la tierra a los campesinos y luego la mal barata al dueño de ese banco y de ese banco. Lo sabemos, porque si le rascamos a la información, descubrimos que ésos son los que se están quedando con todo.
Miren: fuimos a la Comarca Lagunera. Esa tierra era rica. Era un orgullo para Coahuila y para todo el país. Está completamente destruida. Y ahí la que manda es la Leche Lala. Toda el agua se la está robando. Todos los campos se los está robando para las vacas, para la leche, que nunca vamos a tomar por el precio que hay. Por lo que cuesta.
Y vimos también en Torreón que hay una empresa minera que se llama Peñoles, que está envenenando a todo el pueblo de Torreón, porque están respirando plomo. Que no se mira, pero ya los niños están siendo envenenados.
Y fuimos a Saltillo, y resulta que el agua ya no es del pueblo. Ahora es una empresa que es extranjera, de España, Aguas de Barcelona, que es el mismo país donde está el dueño de ese banco. Y nosotros somos indígenas de Chiapas, y nos acordamos que hace 500 años los españoles llegaron a conquistar estas tierras. Nos robaron nuestra cultura y nuestra tierra y se llevaron nuestro oro, exactamente como ese banco y ese otro banco se están llevando el dinero de todos nosotros.
Yo le quiero pedir a la gente que está escuchando que piense. Nosotros no venimos a pedir votos, no queremos ser presidente ni de Monclova, ni gobernadores de Coahuila, ni presidentes de México. Porque para ser estas tres cosas, ustedes saben que hay que ser ladrón y criminal. Y nosotros no somos ni ladrones, ni criminales.
Sabemos que lo que le falta a Moreira, al presidente municipal y a Fox, son dos cosas: decencia y vergüenza. Porque ni tienen decencia, y son unos sinvergüenzas. Lo hemos visto en estos seis años y en los años que lleva Moreira.
Nosotros queremos decir que lo piensen. Los hombres y mujeres que ya tienen edad, más de 50, de 50 años, si van a encontrar otro trabajo. Nadie nos va a contratar. Sesenta o setenta años, tratados como si fueran un estorbo. Como si hubiera sido un chicloso, un dulce que se hubieran comido los grandes ricos, y ahora tiraran la envoltura a la basura.
Pero no somos chiclosos ni envoltura, somos seres humanos. Y ¿dónde está todo lo que nos deben? Lo que nos robaron durante tantos años de trabajo. Si es gente que no es ladrona, porque si fuera ladrona, sería presidente de la República. Es gente que trabajó todo su tiempo y merece respeto. Y en lugar de darle respeto le dan una limosna, si es que alcanzó la pensión. Y esa pensión es de mil 600 pesos, que no alcanzan ni siquiera para comprarse unos lentes que se necesitan cuando ya se cansa la vista.
Vámonos más para antes: los hombres y mujeres maduros que trabajan —si es que tienen empleo—, ven que el salario mínimo no alcanza. 45, 50 pesos al día dice el salario mínimo. Yo les pregunto: ¿cuánto gana el presidente municipal de Monclova? y ¿cuánto gana el gobernador de Coahuila?, y ¿cuánto gana el presidente de México?
Porque a los jubilados, la gente de edad que me está escuchando, que le dan mil 600 pesos al mes —si alcanzó jubilación— tiene que saber que Fox, por seis años nada más —no por 30 o 40 años que estuvieron trabajando ustedes—, por seis años de hacerse tarugo, se va a llevar 3 millones 350 mil pesos, para pasar su vejez. Más lo que se haya robado en esos seis años. Porque ya sabemos que salen ladrones y se siguen ladrones.
Sabemos por ejemplo que Zedillo privatizó, vendió los ferrocarriles. Y acabando de ser presidente, se fue a trabajar con la empresa que compró los ferrocarriles. Entonces, nosotros vemos de estos trabajadores y hacemos la cuenta: no alcanza. Según nuestra cuenta, para poder vivir más o menos, sin pena, se necesita un salario mínimo de 485 pesos, sólo para comer, sólo para vestir y para tener una casa decente donde vivir.
Pero seguimos haciendo cuentas. Y revisen ustedes cuántos políticos ganan el salario mínimo. Ninguno. Ganan miles de pesos diarios. Y cada vez ustedes hagan la cuenta el trabajo que ustedes hacen en la fábrica, en la tienda, en la calle, donde trabaje cada quien. Y haga la cuenta cuántas horas trabaja y porqué cada vez gana menos. Y el político, que no trabaja nada ¿por qué cada vez gana más?
Como si fuera una empresa la política. Y el que se metiera, cada vez se hiciera más rico, nada más que sin trabajar, ni producir.
Si nos vamos más antes, y es usted mujer. Desde que nació, cuando ya está jovencita, o adulta, la desprecian porque piensan que si es mujer no piensa. Sólo unos trabajos le van a dar. Y va a tener que ver mucho si es usted bonita, y si tiene buen cuerpo. Y eso le van a exigir que sea amable, que dé favores. No van a tomar en cuenta cómo piensa, ni su capacidad de trabajo.
Y si es hombre, lo que va a interesar es que baje la cabeza, que aprenda a obedecer. Porque en el momento en que empieza a protestar y a exigir sus derechos: para afuera. Al fin que hay muchos que quieren el trabajo.
Y si es más joven todavía y quiere ir a la universidad, y le gusta vestirse de otra forma, porque así es cada quien. A algunos les gusta la música norteña y vestirse como norteños, y a otros no, y se visten de otra forma. Y ahora resulta que por eso son delincuentes.
Ustedes saben que aquí en Coahuila y en el norte de México, y en todo nuestro país, los delincuentes están en los palacios de gobierno. Y la gente que está en la cárcel es gente pobre, que muchas veces ni siquiera sabe hablar español.
A lo mejor es la gente que tenía que vender algo en la calle, y llegó la policía y no tienes permiso: pa’ arriba. O a lo mejor era un chavo que estaba patinando en su ska: no pues estás violando las leyes de tránsito, pa’ dentro. O si no, tienes que mocharte.
Y entonces, no hay tranquilidad. Ni si eres niño, ni si eres anciano. Ni si eres hombre o si eres mujer. Si trabajas o no trabajas no hay tranquilidad, porque ése que está allá arriba nada más está buscando la forma de molestarnos y de robarnos.
Miren: pasamos por un municipio —no estoy echando mentiras— en Tlaxcala. El presidente municipal puso un impuesto por ventanas. Según cuántas ventanas tenía una casa, tenía que pagar un impuesto. Puso un impuesto a cuántos perros tiene. Si tienes un perro tenías que pagar un impuesto, si tienes dos, más. Y así. Y luego si tienes gatos. Y luego la gente que tiene que andar en bicicleta, no puede porque se ve fea la ciudad. Sólo podían andar en carro, nada más. Y al que hacía esto le ponía un impuesto.
Pues así hemos visto que en cada lugar los políticos nada más están viendo la forma de quitarle a la gente. Y entonces, nosotros decimos: si nos vamos a hacer igual que ellos, o si vamos a buscar otra salida.
Miren: el norte de México y Coahuila tiene un gran aprecio en la historia de nuestro país. Gente de aquí de Coahuila y de Monclova ha demostrado que es gente brava, rebelde, decidida y sin miedo. No puede ser que en todas partes del país encontremos esta gente, y ésos que están allá arriba, y ése que está de su sirviente, siga pensando que vamos a aguantar todo este tiempo.
Nosotros queremos pedirles que piensen si vamos a seguir así. Porque sabemos que cada día está la angustia de qué va a pasar al otro día. Si no sabemos si nos va a detener la policía, por lo que se le ocurra, ni siquiera porque hagamos un delito. Ni siquiera sabemos si vamos a tener trabajo. Ni siquiera sabemos si nos van a pagar. Ni siquiera sabemos si nos va alcanzar para pagar la luz, o el agua, o el drenaje o el predial.
Ni siquiera sabemos si vamos a poder vivir con tranquilidad otro día. No importa si eres niño, joven, adulto o anciano. Y entonces, nosotros decimos, pensamos, que lo que tenemos que hacer es unirnos nosotros que estamos en Chiapas y ustedes que están en Monclova y en Coahuila, y luchar juntos para librarnos de ése que está ahí y para sacar del país a ésos que están allá.
Y entonces, todo lo que estamos produciendo, la riqueza de Monclova, sea para los que son de aquí. No que venga un político de fuera a llevárselo. Nadie, no importa cuál sea. Si sea Marcos, si sea López Obrador, Calderón, Madrazo, el que sea, no, ninguno.
Se trata que toda esa riqueza se reparta en la misma gente. Y van a ver que se va a vivir mejor. Que va a alcanzar para el agua, para la luz, para el teléfono, para una mejor casa, para una buena escuela. Que va a volver a producir el campo. Y que esa fábrica de Altos Hornos de México se va a llenar otra vez de trabajadores.
Y otra vez va a brillar la luz en la mirada de la gente, que ahorita está apagada. Porque parece que no hay esperanza. Entonces, nosotros no venimos a decirles que voten por nadie. Hay que votarlos pero con b grande: “botarlos”, sacarlos de aquí. Lo que nosotros estamos diciendo es que hay que organizarnos. Y levantarnos todos en un movimiento civil y pacífico. Y derrocar al gobierno de Monclova, y al de Coahuila y al de la capital de México, y al de Chiapas. Y al de todos los estados de la República.
Y quitar a todos esos políticos y meterlos a la cárcel que es donde deben estar. Y la gente pobre que está en la cárcel, que salga otra vez a trabajar. Y van a ver que va empezar a florecer más. Y entonces, vamos a tener que preguntarnos ¿qué hacemos con el dueño de ese banco? Hay que correrlo, y ese banco tiene que ser propiedad de la gente. Y entonces sí van a bajar los intereses. Entonces si va a haber crédito para la tierra, para el campo, para comprarse una casa. Porque va a ser su propio banco.
Y ese Altos Hornos de México va a ser de los trabajadores. Y la Universidad Autónoma de Coahuila va a preparar profesionistas que sirvan en el campo y en la ciudad a la gente de abajo. No gente que esté obedeciendo al extranjero.
Si hace 500 años vinieron ellos a robarnos, aquí están otra vez, no es broma. Pregúntenle ustedes si es que sabe leer el presidente municipal —yo creo que no, pero a lo mejor tal vez sabe— si sabe quién es el dueño de ese banco. Y les va a decir: es un extranjero. ¿Y el del otro banco? también es un extranjero. Y en todas partes donde haya dinero, es el extranjero el que es propietario.
Y entonces, ustedes pregúntenle ¿por qué si somos mexicanos, por qué está mandando aquí un extranjero? Y él les va a decir: no, pero yo soy mexicano. Y ustedes tienen que decirle la verdad: tú eres un gato de ésos que están allá. Y nosotros no queremos un gobierno que obedezca al que nos está explotando. Queremos un gobierno que nos obedezca a nosotros. Porque eso es la democracia: que el pueblo manda, y que el gobierno obedece.
A lo mejor piensan pues que si nos levantamos aquí nada más pues va a caer el ejército, la policía. Pero nosotros no estamos diciendo que cada quien se levante solo. Sino lo que estamos diciendo es que nos pongamos de acuerdo. Si hacemos todos, todo, al mismo tiempo, no hay fuerza que pueda oponerse a nosotros. Es tan grande lo que hemos visto en todo nuestro país.
Donde quiera hay campesinos dispuestos a rebelarse. Donde quiera hay obreros que están cansados de que les quiten sus derechos laborales. Donde quiera hay jóvenes que están ya hasta la madre de que los están golpeando como si fueran criminales. Donde quiera hay mujeres que ya están cansadas que las estén atacando, violando y asesinando. Donde quiera hay gente que quiere pelear. Hay ancianos y ancianas que no quieren seguir siendo una envoltura basura, algo que ya no sirve.
Y ésos, hombres, mujeres, niños y ancianos, están diciendo: ya no, ya basta. Ya fueron cien años. Ya es tiempo de que vuelva a cambiar la historia. Y lo que nosotros les estamos diciendo es que el cambio que estamos proponiendo es que cada quien sea respetado. Nosotros somos indígenas de Chiapas. Queremos que nos dejen en paz, que nos dejen trabajar la tierra, que no se burlen de nuestro color, ni de nuestra lengua, ni de nuestra forma de vestir, ni de nuestra cultura.
Y nosotros queremos que aquí en Monclova la gente que trabaja sea la que vive bien, y no los zánganos como el que vive ahí y los dos que viven allá, que ni siquiera están aquí. Eso es lo que nosotros queremos. Yo les pido, respetuosamente, que lo piensen. Que lo vean ahí en sus casas. Que vean a la hora de su salario, lo que hay que pagar de cuentas. Y saquen la suma y la resta. Y vean lo que pasó hace un mes y hace un año, y hace seis años. Y vean cómo cambiaron los gobiernos. Y cada vez fue peor en esa cuenta.
Y si ustedes se preguntan ¿por qué pasó eso? De veras, si lo piensan bien, van a ver que la culpa la tiene ése y los dueños de esos bancos. Y el nuevo dueño de Altos Hornos de México. Si estamos de acuerdo en eso. Si estamos de acuerdo de que los políticos ya no. Sino que ahora la gente. Entonces, vamos a unirnos. Vamos a organizarnos. No para levantarnos en armas, ni para ponernos un pasamontañas en la cara.
Cada quien lo que es en cada lugar, y ahí exigir los derechos. Y van a ver que ése que está ahí, sale corriendo. Y el que está allá de que son los dueños de allá, ni siquiera se presenta. Y cuando tengamos toda esa riqueza, no es que cada quien va a jalar a ver cuánto agarran. Sino la misma gente se va a poner de acuerdo. Y entonces, esa imagen que está ahí va a ser de orgullo. Porque ahorita significa que los mineros son explotados.
Y después va a significar que viven bien ellos, y todo lo que tiene que ver alrededor. Y los chavos, la banda, va a poder andar en patines donde quiera y en buenos lugares. Y la gente va a poder pasearse en las plazas y en los parques sin la angustia, sin el pendiente de qué va a pasar. Y la policía va a servir a la gente. Y va a perseguir a los criminales.
Por eso nosotros decimos que se va a voltear el mundo de como está ahorita. Porque ahorita el que manda está ahí y nosotros obedecemos. Y la democracia no es eso. La democracia es que nosotros mandamos y ellos tienen que obedecer. Y lo primero que va a haber que hacer es ponerle salario mínimo a los diputados locales, a los presidentes municipales, al presidente de la República. Y lo que ganan ellos ahora, es lo que va a ganar cualquier familia de trabajadores.
Eso es lo que estamos proponiendo compañeros y compañeras. Les pedimos que lo piensen, porque de por sí lo vamos a hacer. No importa que sea solos, lo vamos a hacer. Y si la gente que tiene edad piensa que no lo va a ver, se equivoca. Estoy hablando de pronto. Felipe Calderón no va a acabar la presidencia de México.
Y las elecciones de julio fueron las últimas elecciones presidenciales de esa clase política. Aquí en este país, en Coahuila, en el norte, en Monclova, y en todo México, va a haber una rebelión grande. Mucho más grande que la de 1910, mucho más grande que la de 1810.
Y va a ser mucho más grande porque ahora sí va a quedar cabal, parejo este país. Que es lo que merecemos como mexicanos y como mexicanas. Gracias.
Monclova, Coahuila
Reunión con adherentes
19 de noviembre del 2006-11-22
Buenas tardes compañeros, compañeras. Antes de hablar voy a leer el documento que nos entregó el compañero Luis Gallardo, que está a nombre de la Confederación de Transportistas Mexicanos, la Conatram, los traileros pues, como nos explicó él.
Dice:
“Yo Luis Gallardo Hernández, representante de operadores y traileros del país, deseo transmitir una idea para que México por mi conducto siga recuperando su economía en el ramo del transporte.
“El gremio de operadores nos comprometemos con México a transportar todos los alimentos, materias primas, materias elaboradas, exportaciones, importaciones, a la mitad del precio de como lo hacen los transportistas actualmente.
“De esta forma se crearía una cadena de precios bajos que beneficiarían tanto al productor, al intermediario y al consumidor, generando una mejor economía en el país. Y así sucesivamente, la economía subirá un 50 por ciento.
“Que las empresas productoras tengan sus propias cajas, y nosotros las transportaremos y las pondremos en su destino, utilizando el puro tractor para hacer esos movimientos.
“El operador tendrá un patrimonio para su familia, cuidará su equipo y colaborará para el desarrollo del país.
“Enderezando los caminos de México.
Dejar de luchar es empezar a morir”.
Firma Luis Gallardo Hernández, secretario general nacional de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos.
Compañeros y compañeras, queremos tratar de volver a contar la historia que hemos escuchado aquí en Monclova, y en otras partes del norte de México.
Resulta pues que el trabajador, el obrero, que está en la fábrica o en la maquila, en Altos Hornos de México, o en cualquier nombre que esté tomando la industria en nuestro país. Y ahí ve que está trabajando tantas horas al día. Llega, checa su tarjeta, recibe cierto equipo y se encuentra con otros igual que él, u otras igual que ella.
Y es ahí en el centro de trabajo donde empieza a desempeñar su labor, y está junto con los que son semejantes de él. Ahí junto con ellos se empieza a dar cuenta de varias cosas: una, de que los riesgos, peligros y lesiones que sufre uno, pueden ser los que sufra él. Por ejemplo, una maquinaria que le amputa un miembro a un trabajador. Un gas que lo está envenenando. Una luz que lo deja ciego. Lo elemental que se vive en cualquier fábrica que es el riesgo a la salud del trabajador.
Cuando sale de la fábrica, o de la maquila, o de cualquier empresa en la que trabaje, regresa a su casa y vuelve a estar solo. En esa casa es donde él tiene que enfrentar junto con su familia que el salario no da para vivir dignamente. Tiene que pagar la renta, o tiene que pagar la hipoteca de la casa. Tiene que pagar la luz, el gas, el predial, el agua. Si tiene hijos tiene que ver lo de su educación, su ropa, su salud —si alguien se enfermó—.
En ese lugar es donde está confrontando la injusticia que lo hace trabajar durante muchas horas y, sin embargo, lo que recibe de pago por esa jornada laboral no le alcanza. Pero en su familia, en la calle, donde está fuera de la fábrica, el trabajador se encuentra solo. Y lo que hace el resto de la sociedad es convencerlo de que solo, solitario, sin otros, tiene que resolver ese problema. Y le empieza a ofrecer falsas salidas —decimos nosotros—, o falsas ideas de cómo va a resolver ese problema.
Uno, es decirle que tuvo mala suerte. Que en realidad su error fue no haber nacido con el apellido Bribiesca y ser hijo de Martha Sahagún, o no apellidarse Fox, o no apellidarse Moreira, o cualquiera de los cabrones políticos que tenemos arriba. O que es mala suerte, o que dios así lo quiso, o que lo que pasa es que no estudió.
Cualquiera que sea la respuesta que se dé ese trabajador o esa trabajadora. En el dado caso que piense que es estudio, va a hacer un esfuerzo extra porque sus hijos no sigan el mismo camino. Que sus hijos puedan estudiar y tener una profesión, y puedan tener un trabajo digno. Y no sufran lo que él tiene que sufrir ni en su fábrica, ni en el transporte, ni en su casa.
Y entonces consigue trabajar, ahorrar, privarse de algunas cosas para mandar a sus hijos o a sus hijas a la escuela. Libra la primaria, que resulta que dice el gobierno que es pública y gratuita y laica, y resulta que no, que tiene que pagar un uniforme, que le piden una cuota de padres de familia, que le piden una colaboración para la fiesta, otra para el cumpleaños del director o de la directora. Y que esa escuela que era gratuita, resulta que no lo es. Y se lleva una parte del presupuesto.
Logra llegar a la secundaria, y ahí resulta que los libros son más caros, que también hay colaboraciones, entonces la secundaria tampoco es gratuita. Llega a la preparatoria, y también: más costo. Llega a la universidad, si consigue entrar a una universidad pública, una universidad del Estado, también se encuentra que no es cierto que es gratuita, sino que tiene que pagar una colegiatura, una colaboración, tiene que pagar por un laboratorio, tiene que pagar por un seminario, tiene que pagar por algo que le está dando la universidad.
Pero ese muchacho o muchacha se esfuerza y termina la carrera. Así se le dice, la carrera —y quiero usar la imagen de la compañera Paty que nos dijo—, imagínense de una corredora o un corredor que hace la carrera, llega en primer lugar, gana, y a la hora que va a recibir el premio, lo recibe otro u otra. Y eso es lo que pasa con la mayoría de la juventud en México que estudia. Termina una profesión, y a la hora de buscar el trabajo no lo tiene, no lo encuentra.
Y la explicación es que el que obtuvo ese trabajo, o ese premio en la carrera, es el que tiene palancas con el gobierno, o con el empresario.
Y entonces, esa atleta, o ese estudiante, o ese profesionista que ya terminó su carrera, regresa a su casa con el coraje, con la rabia de esa injusticia, y se encuentra solo otra vez.
Volvamos otra vez con el trabajador de Altos Hornos de México, con el minero de la Minera México, que regresa otra vez a su centro de trabajo. Y ahí empieza a encontrarse con otros que son igual que él. Y empieza alguien a meter la idea: ¿por qué no nos organizamos para defendernos? Porque aquí se comete una injusticia que nos metan a trabajar sin botas industriales, que nos permitan que no nos resbalemos en los aceites, o en los líquidos que se caen, con guantes especiales, con máscaras, con todo lo que se necesita para poder trabajar para proteger un poco la salud.
Y alguien propone que la forma de organizarse, de agruparse, es un sindicato. Y entonces, esa forma de lucha se pasa del individual, del que alguien pensaba de que sólo es su esfuerzo, su trabajo individual el que lo va a sacar del problema, de la dificultad. Y empieza a reconocerse con otros. Por eso se dice que ese nivel de organización primaria es donde el obrero empieza a adquirir conciencia colectiva. Ya somos varios, somos muchos pues.
Y ahí en el sindicato, es donde empiezan a pelear con la empresa. Donde empiezan a decir: bueno, necesito que me des esto para trabajar, porque no es justo que me tengas en estas condiciones de salud.
Bueno, pasa el tiempo y la empresa se da cuenta que el sindicato es un problema, porque tiene que responderle a sus demandas, si no el sindicato se pone de acuerdo con todos los demás y hace tortuguismo, por ejemplo. Empieza a producir menos en el mismo tiempo. Y a la empresa no le conviene, lo que a ella le conviene es que se produzca más en poco tiempo. O si el sindicato se trinca en una demanda grande, pues para la producción. Entonces, no hay productos.
Entonces, lo que empieza a hacer la empresa es empezar a trabajar para jalarse al líder sindical. Para ver si lo puede convencer que se ponga de su lado. Y les digo esto porque nos han platicado en varias partes y aquí lo vuelven a recordad con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que resulta que aquéllos que deberían defender al trabajador, defienden al patrón, y se ponen en contra del trabajador.
Y si alguien quiere democratizar ese sindicato, pues lo echan o le mandan golpeadores, o le levantan cargos judiciales para meterlo en la cárcel. O simplemente lo despiden y —como nos platicó el compañero Acosta— lo ponen en una lista, que es la lista negra, que se circula entre todas las empresas. Entonces, si ese compañero o compañera va a buscar trabajo en otro lado, no le dan. ¿Por qué? Porque checan su nombre en la lista y dicen; no pues es que éste lucha por los trabajadores.
Entonces, llega un momento en que el trabajador, el obrero, dice: no pues el sindicato no sirve tampoco. Porque debía defenderme y en realidad es el que está acordando a favor de la empresa y en contra mía. Que fue lo que nos platicó el compañero que pasó con el sindicato minero, con Napoleón el padre, porque ahorita está Napoleón el hijo, peleándose con el otro por ver quién le va a robar a los mineros.
Y entonces, ese líder sindical dice: sí, despidan a 6 mil trabajadores. Que decir despidan a 6 mil trabajadores es decir: manden a la angustia de no saber de qué va a vivir a 6 mil familias, que un día tenían trabajo y un salario, y al otro día no tenían nada. Y sin embargo, tenían que seguir comiendo; tenían que pagar la renta o la hipoteca, porque se quedaban sin casa; tenía que pagar la luz, porque si no la cortaban; tenía que pagar el agua, porque si no también se la cortaban; tenía que vivir.
Y llegó un momento en que ese trabajador ya no tenía lo necesario para poder vivir. Porque le quitaron el empleo.
Entonces, esta parte es donde empieza el resentimiento, o la desconfianza del trabajador, del obrero, hacia la organización sindical. ¿Para qué nos vamos a organizar en un sindicato?, si como quiera para poder lograr eso, nos van a estar golpeando, nos van a amenazar, nos van a correr. Y luego, ¿qué tal que el líder sale como Napo, o como Napito? Entonces, mucha gente, muchos obreros le sacan pues.
Y sin embargo, hay obreros que dicen: no, tenemos que hacerlo porque es nuestro deber. Nosotros tenemos que ver por nosotros mismos. Y son esos trabajadores, esos obreros, esas obreras, que son los que vemos siempre al frente de esos movimientos. Siempre son los golpeados, los que terminan en la cárcel o en las listas negras. Varios de ellos están aquí, y de ellas. Y los vimos y los escuchamos.
Esa gente merece el respeto de los que no están ahorita, pero que van a estar. Porque en nuestro país no va a haber otra salida. Eso es lo que nosotros empezamos a ver en esto.
Llega sin embrago, en esto de que dicen: hay que luchar por nuestros derechos. Llega alguien más que dice:
—Oye, ¿ya te diste cuenta lo que está pasando aquí en la fábrica?
—Pues cómo no me voy a dar cuenta si aquí vivo. Me voy dando cuenta que me envenena ese gas, que la jornada laboral no es de ocho horas, siempre me hacen que llegue a tiempo, pero siempre me dejan salir más tarde y no me lo pagan. A la hora que me hacen trabajar horas extras, el sindicato o la empresa se hacen pato y no pagan cabal.
Pero éste que está llegando está diciendo:
—No, fíjate bien que lo que estás produciendo tú no es una mercancía cualquiera, es algo que vale mucho, que vale más. Porque si no ¿de dónde saca dinero el señor de Altos Hornos de México? y ¿de dónde saca dinero Napito? Porque ni uno ni otro están trabajando en la línea de producción. Entonces ¿de dónde está sacando el dinero?
Y esta persona que llega les dice:
—Es de tu trabajo.
Entonces, sólo algunos cuantos dicen:
—No pues sí es cierto.
En realidad, si sale Napito la fábrica sigue trabajando. Si sale el patrón, el dueño de Altos Hornos de México, Altos Hornos sigue trabajando. Sólo hay una cosa que si le quitamos, Altos Hornos no trabaja: los trabajadores, los mineros, los obreros. Si les quitan eso, entonces se paraliza. Ahí está el poder del sindicato, que pudiera organizar eso. Pero también ahí está lo que llaman los compañeros la conciencia del trabajador de su poder a la hora de producir.
Y entonces, alguien dice:
—Y ¿qué pasa si tú que eres el que trabajas aquí, eres el dueño de la fábrica?
—No pues cómo si yo apenas tengo la primaria y no sé qué.
—No, pero es que esta fábrica no trabaja con estudios universitarios, trabaja con obreros.
—¿Y entonces?
—Pues se trata que los obreros, los empleados, manden en la fábrica. Ellos decidan los salarios, las condiciones de seguridad, los horarios de trabajo, la jornada laboral, las condiciones de trabajo, y cuántos empleados tiene.
Imagínense que el obrero pudiera decidir: tenemos que ampliar aquí la planta laboral para que entren mis hijos que ya criaron, que también necesitan un trabajo. Y entonces, tiene que haber aquí el derecho de los trabajadores de Altos Hornos de México a que sus familiares tengan el empleo asegurado. Imagínense. El empleo asegurado, y junto con ese empleo, la seguridad social, el apoyo en la vivienda, el apoyo en gastos, la jubilación, el aguinaldo. Todo lo que debía tener cualquier trabajador por lo que está produciendo.
Pero resulta que no, que en las condiciones actuales el trabajador está ahorita —según nos están platicando por todas partes donde pasamos— igual que como estaba en los tiempos de Porfirio Díaz. Nos están hablando los compañeros de Servicio y Desarrollo y Paz del cierre de una maquiladora. En todas partes donde hemos pasado en las maquiladoras en el norte de la República, en el centro y en el sureste —porque ya están en todas partes—, las jornadas laborales son de 14 y 16 horas por 45 pesos al día.
Y ahora que hablaba el compañero joven de los problemas que se tienen, la mayoría de esa planta laboral anda entre los 18 y los 22 años. Y la mayoría son mujeres. Y nos platicaba alguien que prefieren las maquiladoras contratar mujeres porque dice: con las mujeres no hay un trato estable. La muchacha entra mientras se va a casar, o al rato se embaraza, o al rato tiene que cuidar los niños, entonces, solita se va, aunque no la tenga que correr.
Y en cambio, cuando es un varón, pues ése tiene que pensar en su familia, entonces empieza a exigir derechos, y contrato y prestaciones y un montón de cosas. Por eso, las maquiladoras prefieren a las mujeres jóvenes. Claro, cuando esas mujeres son de la Otra Campaña, pues sale peor, porque son las más bravas, y las que organizan y las que repelan ¿no? Pero en su idea de ellos era así.
Entonces, están planteando eso en todo el país. Y nosotros decimos: nosotros vemos pues que va a explotar, que va a reventar. Porque uno puede estar pensando: bueno, pues yo cuando menos tengo el trabajo asegurado. Pero nos acaban de platicar aquí en Saltillo que hay un lugar que se llama creo Allende, un municipio que es pequeño pues de Coahuila, que los obreros y las obreras se acostaron a dormir, y al otro día ya no había fábrica. Había un galerón sin máquinas, ni patrón ni nadie, ni nadie que les dijera: te debo tanto por indemnización, tanto por despido, tanto por jubilación. Nada, desapareció la maquila.
Y lo más seguro que esa planta maquiladora, al otro día haya abierto sus operaciones en Guatemala. O en China, o en Corea, no sabemos pues. Porque eso es lo que hace la globalización. Desaparece de un lado y aparece en otro, casi al mismo tiempo. Y lo que va dejando es una estela de destrucción y de muerte.
Porque resulta que esas maquiladoras contaminan el agua, el aire, contaminan la tierra y se van cuando ya no se puede más. Y la gente que queda viviendo donde trabajaban, es la que va a respirar ese aire contaminado, la que va a beber esa agua envenenada. Y la que va a querer trabajar la tierra destruida, y que no se va a poder.
Y tal vez el trabajador de Altos Hornos de México, los 5 mil que quedaron después de tener 20 mil, piensa que pues a lo mejor es seguro que mañana va a tener trabajo. Pero ¿por qué? Así pensaban los 6 mil 500 que fueron despedidos. Y luego los otros casi 10 mil, entre 9 mil que se fueron echando fuera, fuera, y fuera. Y no puede decir que sólo echaron a los grillos —se dice—, o sea a los políticos, a los que echaban política que había que organizarse.
Porque a menos que Altos Hornos de México tuviera 15 mil activistas políticos, en realidad despidieron al que fuera. Así: de tin, marín, de do, pingüé. Claro, escogieron a los que querían organizar, pero también al que pensaba que “yo, si no me meto en problemas, no me va a pasar nada”, también lo despidieron. Y también de un día a otro se quedó sin trabajo.
Y si se pasó toda su vida —como nos platica don Luis, u otro de los trabajadores— haciendo eso, ahora se encuentra afuera, en el mercado laboral, con 40, 50 o 60 años. Y no sabe hacer otra cosa, porque toda su vida se pasó haciendo ese trabajo. Y ahora tiene que ser albañil, o tiene que vender cosas en la calle, o distribuir los periódicos que amablemente están aquí tomando toda la nota —que no les van a publicar, pero bueno, hacen el esfuerzo—.
Entonces, de pronto se encuentra con eso. Y resulta que no importaba si tenía una conciencia política o no. Porque ese señor y esa señora decían: no, pues yo si no me meto en política, pues no me va a pasar nada. Y sin embargo, ahí está, está en ese problema. Y entonces, la opción que queda no es si te vas a meter a política, te vas a meter en problemas. Es que si existes y eres un trabajador, tienes problemas. Órale.
Entonces, nosotros decimos: ¿por qué? ¿quién es el responsable de esos problemas? No es el Partido de los Comunistas porque ellos, al revés, ellos llegaron a decir: hay que organizarse por los derechos. Claro, los corrieron. Pero también corrieron a los que no pensaban como ellos. Entonces, ¿quién es el culpable?
Nosotros decimos: pues es donde tenemos que estudiarle. Y vemos: no pues que aquí el que es culpable son dos, decimos nosotros: es el dueño de Altos Hornos de México, y el político que está a su servicio. No debiera Moreira preocuparse por qué pasa en Altos Hornos de México y Monclova. Si no me equivoco, según veo el mapa, Monclova es parte de Coahuila. Y el papel de un gobierno es preocuparse por la gente de su estado —de un gobierno de estado—. Entonces, él debía estar preocupado por las condiciones que hay en Monclova. No nada más sacarse las fotos en Saltillo y poner sus letreros en la Comarca Lagunera, porque estuvimos ahí.
En la Comarca Lagunera hay un campo destruido, mucha miseria, y un chingo de monumentales que son esos letreros grandes que dicen: “Moreira, yo he hecho muchas cosas”. Y algunos son ridículos, porque dice: “tantos empleos”. Y detrás del letrero: un campo destruido, casas destruidas. Y sí sale su foto en todas partes.
¿Por qué? Porque Moreira quiere un cargo con Calderón —o con el que vaya a quedar—, o quiere luego ser senador. Porque no sabe hacer otra cosa, más que ser político. Y ahorita ser político, es ser como un artista de cine: mientras más salgas en el periódico —aunque sea diciendo tarugadas—, pues más gente te conoce. Y nomás que tienes que pararte de una forma y de otra, y decir tales palabras para que la gente vote por ti. Pero si no vota por ti, no importa, nos arreglamos. Pues así llegó Calderón, llegó con un arreglo con Fox y con Ugalde el del IFE para que le pusieran los votos que no ganó. Por eso es un presidente ilegítimo.
Entonces, nosotros decimos: están pasando estas cosas. Si y vimos que el Partido de los Comunistas no es responsable, ni el activista político, entonces, el responsable es el patrón de la empresa que cada vez nos quiere sacar más por el mismo salario. Porque ya nos explicaron pues los compañeros que va a aumentar cuatro y medio millones de toneladas la producción, pero no van a aumentar los empleos. Y creo que tampoco va a aumentar el salario, creo. Pero si van a doblar la producción, el salario del obrero en Altos Hornos de México, debía ser el doble. No va a ser así. Lo único que van a hacer es meter más maquinaria y hacer que trabajen más por el mismo salario.
Entonces, el dueño de Altos Hornos de México va a tener más dinero. Y va a poder con ese dinero comprar a Moreira —que tampoco es muy caro porque ése se vende por cualquier cosa—, y comprar a Napito —ése sí sale más caro, porque se fue con no sé cuántos millones de dólares, por eso está escondido en Canadá, dicen. Está en la ciudad de México hombre, ahí atrás de Fox que se está haciendo pato, para no encontrarlo—, o a Elías, o al que pongan. Porque ya sabemos que ninguno de ellos estuvo en ninguna planta minera.
Y están representando a los trabajadores mineros. ¿Por qué? Si no son mineros. ¿Por qué representa a un trabajador alguien que no es trabajador? Y ya que voy encarrerado ¿por qué dirige un periódico alguien que no es periodista? —ese fue un pequeño calambre—. O ¿por qué alguien…? Porque es el propietario de las cosas, y ahora sí que si no quieres, pues vete a trabajar al periódico del Partido de los Comunistas, o a Rebeldía o cualquiera de los medios alternativos, todos éstos son despedidos de los periódicos.
Entonces, si nosotros vemos que está pasando y decimos: bueno, pues es que aquí el problema es que el patrón ése se está quedando con lo que yo produzco, y el político está para servirlo a él, no para servirme a mi. Aunque me dijo, cuando vino a pedir el voto, que me iba a servir a mí. Y no cumplió, entonces, aparte es un mentiroso, eso dicho sea de paso.
Y entonces, nosotros decimos: el hubiera. Y ¿qué pasaría si el trabajador de Altos Hornos de México fuera el dueño de Altos Hornos de México, no una persona, sino todos los trabajadores? Y que ellos se pusieran de acuerdo: pues ya se fue el señor Altos Hornos de México —qué lástima nos da—, o ya lo metieron a la cárcel los zapatistas porque robó dinero o lo que sea. Y ¿ahora quién va a dirigir la empresa? Pues nosotros, entonces pongámonos de acuerdo, y a ver quién va a administrar. Tú Pancho… no. O ya pasaste, ahora ponemos a otro. Y van a ver que trabaja esa empresa.
Si las compañeras y compañeros de la maquiladora —¿cómo se llama?— Monclova International están ahí trabajando, y ellos son dueños —y ellas— son dueñas de la maquiladora. ¿A poco ellas van a decidir: vamos a cerrar aquí y a quedarnos sin empleo todas? Pues no. Van a decir: no aquí nos quedamos y vamos a echar trato con la otra maquiladora, que también va a ser de trabajadores, para que se siga produciendo lo mismo.
Y entonces sí, el que está en Singapur, o no sé dónde esté el hijo de la fregada que es el dueño —o hija de la fregada porque ahora hay equidad de género cuando se trata de chingar a la gente nada más— tiene que cumplir nuestras condiciones. Y no se puede llevar la maquinaria.
Nadie, ningún trabajador o trabajadora va a decidir: yo voy a cerrar mi planta de trabajo. El que la decide es el patrón. Ningún trabajador organizado va a decir: vamos a quedarnos con menos empleos. Al revés, va a decir: vamos a subirnos el sueldo todos. Tampoco mucho pa que nos alcance. Pero, además, vamos a pensar en nuestros hijos. Porque todo esto se trata —como dijo la compañera— de los chavos y las chavas.
O sea, nosotros tenemos que darles seguridad para que sus problemas no sean los que tengo yo. Y los que tengo yo ahorita es: ¿cómo le voy a hacer para no morirme? Y el problema de ellos debe ser: ¿cómo le hago para vivir mejor? Ya, lo que ellos decidan. Tampoco se trata de decirles cómo van a hacer lo que tienen que hacer.
Pero ya esos problemas de la supervivencia, que es como si estuviéramos en la época de las cavernas, donde cada familia tenía que salir a buscar, a enfrentarse hasta morir para conseguir el alimento, o para defenderse de las enfermedades o lo que sea. Debiera ser que si estamos en el siglo XXI, los problemas de la gente debieran ser: ¿cómo vivo mejor y más tiempo?
Si nosotros sabemos que cuando pasan de los 45, 50, ya no hay empleo. Y en ese momento pues ya es un viejo —como se dice—, o una vieja. Entonces, ya no sirve para nada, porque ya no puede producir. Ya no lo necesito. Y lo que hizo antes ¿quién se lo paga?
Está el problema de los ex braceros. A ésos aparte de robarles en el trabajo, les robaron el ahorro. Pues no se puede hacer que ya se pasó. Pues es que ya estás viejito, ya no te toca nada. ¿Por qué? si yo trabajé tanto tiempo. Porque igual van a trabajar los que siguen. Entonces, no puede ser que cuando acabe de trabajar, dejó de servir. Si es un ser humano, no es un trailer que ya no sirve. Como le dicen al compa Gallardo ¿no?, es que tus camiones ya están muy viejitos.
Pues así le están diciendo a toda la población de la tercera edad en México:
—Ya estás muy viejito, ya no puedes entrar a este país —no al parque vehicular de Altos Hornos de México—, al país ya no puedes entrar.
—Y ¿qué hago?
—Pues ahí te doy una limosna: mil 600 pesos mensuales de pensión —si eres pensionado, si no eres pensionado pues vete a la iglesia a ver si alguien te da algo pues—.
Y ustedes saben que con mil 600 pesos, ni para la medicina que está uno tomando pues. Que tiene que tomar pues por enfermedades que ya dan con la edad.
Entonces pasa todo eso. Nosotros decimos: si los trabajadores y las trabajadoras toman ellos lo que les pertenece, porque ellos lo hicieron. Ellos son los que hacen el producto, los que hacen el acero, hacen lo que produzca la maquila. Pues entonces, ellos no van a decidir la muerte, ni la carencia, ni la miseria, ni la humillación de otros, porque son trabajadores. El patrón sí, porque no es trabajador.
Un campesino que tenga la tierra y que la trabaje y que tenga buen precio, no va a vender su tierra. ¿Para qué? Si le da de comer a él y le permite sacar algo de dinero. Y que lo… El que hace que vende la tierra es que ya no hay precio para el producto, que también nos contaron ahí en Saltillo.
De una región de varios ejidos: uno es Candelaria, otro es La Luz, y el otro nombre se me escapa. Dicen: estamos trabajando todo el día. No tenemos apoyo para maquinaria, ni riego, ni fertilizante. Y nosotros producimos melón, y no hay precio para el melón. Entonces, ¿para qué trabajo, si no siquiera saco lo que me costó hacerlo? Pues vendo y me voy a Estados Unidos. Y ¿cuándo no pueda cruzar a Estados Unidos? O ¿si lo matan cruzando a Estados Unidos? O ¿si lo agarra la migra y lo regresa?
Todas estas cosas que están pasando, no son cosas que inventé compañeros y compañeras. Son lo que me han contado mismo la gente de ahí. Bueno. Pues entonces, nosotros decimos: nos vamos a quedar en que vamos a quitar a Napito o a Elías y a poner un buen sindicato. Pues a lo mejor le atinamos y sale un buen líder. Y ¿si no?, y ¿si sale un cabrón, o una cabrona, o cabra pues —pidiendo perdón por la expresión—?
Nosotros decimos: mejor vámonos por todo. Vamos a organizarnos no por mejores condiciones de trabajo. Vamos a organizarnos por tomar las empresas en nuestras manos. No en las manos de Marcos, en las manos de los mineros.
Que los medios de comunicación —para que no pongan esa parte— sean de los reporteros, no del director. Y ellos decidan qué sale y qué no sale. Y cómo sale, porque hay días que están taloneándole a la nota —ahorita no sé desde a qué horas estén aquí, porque íbamos a llegar a las once y llegamos tarde—, a lo mejor ahí estaban asoleándose. A lo mejor sacan la nota y van a decirle: no, pues es que lo que dijo el… Don Luis Gallardo no nos conviene y no se publica. Y entonces él dice: ¿y yo pa qué chingados estuve todo ese día ahí? Si ellos tuvieran esa capacidad de decidir —porque es una empresa también y son trabajadores como cualquier otro— pues las cosas empezarían a andar de otra forma. Nosotros decimos: mejor, no sería perfecto pero sería mucho mejor que como está ahorita.
Y si así como pensamos que el trabajador se empieza a dar cuenta de que es explotado cuando está en la fábrica, y cuando regresa a su casa es cuando está solo —o trabajadora—, nosotros decimos: a lo mejor lo que pasa es que cuando vemos nuestro dolor cada quien: nosotros como indígenas en Chiapas, ustedes como trabajadores de la ciudad aquí en Monclova, piensan pues es que eso sólo está pasando aquí. Pero alguien está llegando a decirles: no, es en todo el norte de México, en todo Coahuila.
Y si le dicen al de Altos Hornos de México: es que hay unos ex mineros de la Fundidora de Monterrey que están en la Otra Campaña que les van a contar la historia de cómo los chingaron a ellos. Y es gente que dice: yo tengo una rabia y un coraje. A ver cómo hago para hacerle daño a los que me hicieron daño. Y entonces dice: yo les puedo contar a otros mineros lo que va a ser su futuro. Porque es gente de 60, 70 años que se pasó toda su vida luchando y que ahora es considerado como un loco, sólo porque dice: eso que me hicieron es injusto.
Pero igual se lo hicieron a muchos. Si la gente de las maquiladoras de Puebla —que son las… el dueño es éste que le gustan los niños y las niñas ¿Kamel Nacif? Ese buey— empiezan a platicar con las maquiladoras de aquí de Monclova, pues te van a decir: no pues Puebla está muy lejos. Y Monclova también está muy lejos. Pero hay un puente —un trailer, como diría Don Luis— que anda por todos lados, que ya está en todo lados, que es la Otra Campaña.
Ése es el puente para que se conozcan esas historias. Y se pueda luchar juntos. Y entonces resulta que el problema no es si en la fábrica están juntos y en la casa están solos, o en la escuela, o en la calle. El problema es como dijo la compañera: estamos en un país. Y ese país, estamos juntos. Y está junto Monclova con Saltillo, y con la Comarca Lagunera y con las montañas del sureste mexicano.
El día de mañana, en Chiapas, hagan de cuenta esos compañeros que tiene la cámara. Hagan de cuenta que le pueden poner el play, o sea que avance o detenerle cuando ustedes quieran. Así va a estar el estado de Chiapas mañana. Sólo va a pasar lo que los zapatistas quieran y el tiempo que quieran. Van a cerrar las calles, las carreteras. Y sólo va a poder pasar cuando ellos quiten el stop y pongan el play.
Ahora resulta que así es ahorita, pero el dedo que aplana el botón es el del patrón. Y ¿si fuera el del trabajador? Y ¿por qué lo van a hacer? Por Oaxaca y por Atenco, no por Chiapas. Porque en Oaxaca hay un gobernador que está matando al pueblo. Y porque de Atenco hay unos hombres y mujeres jóvenes —como los q ue están aquí—, o ya de edad —como los que están aquí— que están presos por defender la tierra.
Entonces, unos indígenas de Chiapas, que no hablan español, que nunca fueron a la escuela, pero que se alzaron en armas hace ya casi trece años, van a controlar el estado por unas horas, por un día, mañana: 20 de noviembre, el paro nacional. Y dice: yo no soy obrero, yo no puedo parar una fábrica, ni puedo parar mi trailer, ni nada. Pero en donde yo vivo, que es en todo el estado de Chiapas, aquí no pasa nadie sin mi permiso y sólo va a pasar cuando yo le diga que en Oaxaca hay un pueblo que está siendo masacrado. Y que en Atenco hay unos presos y presas que están en la cárcel injustamente. Y entonces sí, ya lo voy a dejar pasar.
Eso es gente que está luchando. Imagínense que Altos Hornos de México, los trabajadores, dijeran: pues yo quiero mejores condiciones laborales, pero estoy aquí solito. Imagínense que los indígenas de Chiapas hicieran lo mismo. Y que Don Luis Gallardo parara también sus trailers en apoyo a ustedes. Entonces, ahí se ve que Monclova es México. Igual que Chiapas es México.
Y no como está diciendo Fox y Moreira que el norte es gringo. Así lo dice de plano pues. Y si alguien no viene a Monclova, que es el resto del país que no puede venir, pues piensa que es cierto. Porque no los escucha a ustedes. Pero nosotros ya los escuchamos y estos compañeros que vienen de la karavana también, para que lo conozcan esa otra gente.
Bueno. Pelea Oaxaca, pelea Atenco, pelea Monclova. Ya vamos de gane, lo apoyamos en todos lados. Y si… ¿todos al mismo tiempo? ¿Qué patrón aguanta eso? ¿Qué gobierno aguanta eso? ¿Qué periódico o que televisión aguanta eso? Todo el país parado. Así, que le pongamos el stop a la cámara. Y decir: no hay play hasta que cambien estas cosas.
Y ¿qué va a cambiar? Pues que ahora yo voy a manejar la cámara. Voy a manejar la empresa, voy a manejar la propiedad del trailer, los bancos, los comercios, el campo, el mercado, ahora va a ser mío. Pero mío ¿quién? Tuyo ¿de Marcos o del EZLN? No, mío en cada lugar cada quien responde: yo. Así como en la Otra Campaña cada quien está diciendo: yo esto soy.
Entonces, ¿quién va a mandar en Altos Hornos de México? Los trabajadores de Altos Hornos de México. Y van a ver que sube la planta laboral, y sube la producción, y sube el nivel de vida. Luego, luego. Y van a ver que las maquiladoras no van a cerrar. Van a pagar buenos precios y van a producir mejores cosas.
Porque nos decía una compañera en Baja California, dice: es que se pasan diciendo que los mexicanos somos güevones, que no trabajamos y no sé qué. Y entonces, ¿por qué se vienen acá? ¿Por qué ponen sus empresas en México? Porque sí trabajamos. Y nos pagan poco para ganar más.
Entonces, todo eso va a empezar a producir. El campo que no está produciendo, va a producir. Porque ahorita todo se está metiendo de los gringos. Y ahora el año que entra, van a abrir la frontera y se viene el frijol, el frijol gringo. Y entonces, Zacatecas que produce frijol ¿qué va a pasar con ese frijol?
Entonces, todas esas cosas que nos están pasando en el país, empiezan a cambiar si es el trabajador y la trabajadora la que toma —nosotros decimos— el destino en sus manos ¿sí? Porque ahorita lo que estamos haciendo es: aparte de cargar con el patrón, estamos cargando con los políticos.
No debiera estar la policía, en lugar de perseguir jóvenes —que se peinan, o se hace percings, o se hacen tatuajes o lo que sea, o escuchan su música—, ¿en lugar de estarlos persiguiendo a ellos, estar persiguiendo a los ladrones? Y nos van a decir: no, porque el ladrón está en el palacio de gobierno, no te dejan entrar.
Porque eso sí, si persiguieran ladrones, la cárcel estaría llena de políticos. No de gente pobre. O de narcotraficantes. Pero el narcotraficante se mocha con el jefe de la policía. Y ¿pues qué hace el policía? Pues ahora me voy a dedicar a engañar a la gente. Que estoy cuidando la paz social persiguiendo chavos y chavas.
Y el diputado, y el presidente municipal, y el gobernador ¿para qué lo queremos? Lo que nosotros decimos: es que mejor, si ya vamos a mandar en la fábrica, en el comercio, en la banca, en el campo y todo eso, pues entonces, también en el gobierno. Y entonces sí, ya la política no sea un negocio. Que compras. Has de cuenta que pones una tiendita, ahora pones un partido político. Así fue el PANAL ¿sí? Elba Esther Gordillo dice: no pues es que el PRI ya… me estoy peleando con Madrazo. Mejor pongo mi propia tiendita, que es el PANAL, que es el partido ese ¿cómo se llama? PANAL le dicen. El partido ¿qué? Nueva Alianza. El PANAL pues ése. Que fue el que hizo el fraude para que ganara Calderón.
Entonces, ya no va a ser eso. Entonces, ya ahora va a ser que el presidente municipal, la policía, el gobernador del estado y el presidente de la República tienen que obedecer a la gente que está organizada. Es cuando nosotros decimos que el gobierno obedece, y el pueblo manda. Pero eso es sólo si estamos organizados.
Entonces, nosotros lo que estamos diciendo es: vamos a organizarnos. Cada quien en su lugar. Y ponernos de acuerdo para luchar juntos. El país que va a salir de esa lucha de la Otra Campaña, va a ser infinitamente mejor que el que hay ahorita. Y en todo caso, ahí el que va a sufrir por cómo le hace, va a ser el que toda su vida se ha pasado haciendo sufrir a los demás.
Moreira va a tener que trabajar. Imagínense, un político trabajando. Esa sí es una nota de ocho columnas. Moreira haciendo cola para ver si le dan trabajo en Altos Hornos de México. O el presidente municipal.
Y entonces ya, que en el gobierno esté cualquiera de la gente del pueblo. Y si no sirve, se quita, y otro. Porque ya no va a ser el poder de que te haces rico. Ahora va a ser que tienes que hacer lo que la gente te dice.
Y ustedes dicen pues que… pues pueden pensar que pues quién sabe cuándo va a pasar eso. Pero hagan de cuenta que Villa les está avisando: mañana voy a atacar Paredón. ¿Se acuerdan cuando atacó Paredón? Es la carga de caballería más grande en la historia del mundo. Entonces, ustedes le hubieran dicho: no pues Villa, estás… Y al otro día ¡pum! Y luego tomó Torreón, y luego fue sobre Zacatecas y se acabó el ejército federal, de Huerta, del dictador Huerta.
Nomás, así, pero sin armas. Y no que viene del norte y baja al sur. Sino que todos: sur, centro y norte nos ponemos de acuerdo y juntos les damos. Y entonces sí, los traileros, los mineros, los indígenas, los maestros, los estudiantes, los jóvenes, al mismo tiempo nos vamos a levantar. Pero por primera vez, vamos a decir: esto que estoy haciendo no es para otro. Es para mí, para mi gente, para lo que representa.
Eso es la Otra Campaña. Perdón si me extendí mucho, pero lo quería decir. Gracias, compañeros, compañeras.
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me siento muy agradecido por que la comunidad se acordo de nosotros y de igual manera lo bueno que fue que vinieran a nuestra ciudad de Monclova Coahuila para que tmb se dieran cuenta de que no estan solos que aca en el norte estamos dispuestos a rebelarnos quisiera mantener contacto att. Luis Oscar RDZ.
Comentario de Oscar Rodriguez — noviembre 20, 2006 @ 9:25 pm
venga carnal@stodos juntos desde el norte hasta elsur del oeste al este todos somos uno viva la otra!!!!resistencia awante paisanos,desde la escandinavia ke tambien resiste jhonny fuck
Comentario de fat aztk — noviembre 21, 2006 @ 1:41 am
gracias por venir a monclova y escuchar todo lo ke pasa aki, es una mentira lo ke dice el gobierno, ke aki en el norte todo esta «bien» y pues fuck off. saludos
Comentario de ulises_laxfresa — noviembre 21, 2006 @ 2:34 pm
Hola Zapatistas, me parece bastante bien que pregonen los problemas de mexico en todo el orbe, pero hay que recordar que tambien se debe luchar por la libertad y la justicia y no solo con palabras sino con hechos que permitan a la población darse cuenta de que existen otros medios para hacerse escuchar y otros partidos para que los representen y no solo los que estan enquistados en el poder, saludos desde Monclova, Coahuila, Mexico
Comentario de Ernesto Romero — noviembre 21, 2006 @ 6:55 pm
este movimiento es el mejor ya que nos escuchan y gritan a los 4 vientos lo pobre que estamos con nuestras exigencias y nadie hace nada nunca hay que rendirnos nosotros somos los dueños de mexico. ¡VIVA MEXICO SOMOS LIBRES!
porcierto me gustaria que vinieran a PUEBLA ¿cuando vienen?
Comentario de hector — noviembre 22, 2006 @ 12:59 pm
ya bajaron de rango al sup??
que no era delegado zero?
Comentario de Omar — noviembre 22, 2006 @ 7:34 pm
Pues a ponerle stop a la camara y todos juntos y cambiemos todos nuestros destinos, saquemos a todos los politicos que son las langostas que estan acabando con nuestro pais al igual que los empresarios extranjero. Hagamos nuestra tarea, hagamos nuestra la sexta declaracion de la sexta.
Presos politicos Libertad,
Viva la APPO y fuera Ulises Ruiz de Oaxaca y de Mexico al igual que todos los politicos.
Tierra Agua y Libertad
alf…
pd, meto el agua pues es la vida y no puede ser privatizada como lo que esta sucediendo en el mundo.
Comentario de Alf Ramirez — noviembre 24, 2006 @ 10:39 am
Shido por apoyar el Skateboarding.. eso me parece muy apropiado para apoyar este tipo de deporte.. GRACIAS!! La banda lo agradece..
Comentario de Alex — noviembre 24, 2006 @ 1:51 pm
Si….. Y Monclova está muy junto a la Comarca Lagunera y cerca San Luis Potosí, el Valle del Mezquital y las cañadas y selvas chiapanecas….
Desde allí se vé El Paso…. Y por absurdo que pueda parecer, Monclova también está por donde está Cuernavaca, la Ciudad de México (donde yo vivo), Mérida y San Cristobal de Las Casas….
Dirán ustedes: ¿Y Cómo es eso?
¿A poco l@s compatriotas de Monclova (o de Saltillo) no necesitan transportarse de sus hogares al lugar donde trabajan? ¿Y no beben agua? ¿Y no conviven con l@s demás (muy a pesar del individualismo capitalista)? ¿A poco no necesitan un espacio donde vivir?….
L@s compañer@s de la Comisión Sexta tienen toda la razón.
Tal vez yo no sabré de fábricas, y sólo Ustedes (l@s compatriotas obrer@s que trabajan en el lugar) sabrán cómo salir del hoyo laboral.
….. Y sin embargo, yo también trabajo, necesito transportarme, comer, comprar material de trabajo, etc.
Estoy convencido de que si de algún modo unifico mis aspiraciones-necesidades con las de l@s demás, podremos tod@s aspirar más fuerte….. y con un intenso soplido….. podamos tod@s derrumbar al régimen.
Cada quien, cada lugar, cada momento es único….. Pero la vida también es única. Solo vivimos una vez, así que: ¿Qué estamos esperando?
¿Dá miedo? Si. Cuando se respira profundo dá mareo. El mareo tambien suele acentuarse luego de ver y de leer los noticieros.
Pero pensemoslo de manera realista:
¿Cuant@s ciudadan@s estamos dispuestos a participar? ¿Cuant@s estamos jodid@s y necesitad@s y deseos@s de mejores condiciones de vida?
De seguro cientos de miles de compatriotas….. Muy probablemente más de el número de policías, soldados y paramilitares que existen en México.
Además es una causa justa, inteligente y honesta. Y si lo hacemos bien organizad@s podemos lograr mucho.
En México abundan los ejemplos «exitosos» de organización de base. El Congreso Nacional Indígena, l@s obrer@s de la Uniroyal y el movimiento bracero son solo algunos de ellos.
Pero todos ellos han sido aislados.
Si en México somos muy chingone(a)s «librandola», no veo porqué no podamos ser igual de fregone(a)s «armandola».
L@s políticos y poderos@s son muy hij@s de la tiznada, del dinero y del cinismo…. Pero eso no sirve de nada para tener una verdadera legitimidad política. Claro que tienen a los soldados y policías a su servicio, pero ¿son sus esclavos? No. Yo creo que tarde o temprano estarán de nuestro lado pues son tan pueblo como nosotr@s.
La razón nos acompaña si lo hacemos con razón…. Y si la aderezamos con una pizca de fuerza, le dá mas sabor…. Los estómagos extranjeros no aguantan mucho picante.
¡Viva La Otra Campaña!
¡Viva la Dignidad de El Pueblo Mexicano!
¡Libertad a los compatriotas tomados prisioneros en Texcoco y Atenco!
Comentario de a. F — noviembre 26, 2006 @ 3:20 pm
Bien por la banda de Monclova!!!, se demuestra que la banda Skate apoya a La Otra, no permitiremos mas represión por parte de los ricos, del gobierno o de quien sea que no nos permita ver lo que está mal del país y que no nos dejen opinar para mejorarlo; es lo peor que puden hacer: callarnos la boca a nosotros los que generamos su riqueza y los que siempre tenemos la peor parte. Pero eso va a cambiar, tiene que cambiar. Y solo actuando se conseguirá.
Aquí en Naucalpan la banda Skate apoya al Sub y a La Otra, ¡¡DONDE QUIERA QUE ESTÉN, APOYO A LA OTRA!!
¡¡MUERAN REPRESORES!!
¡¡MUERA EL CAPITAL!!
¡¡VIVA LA CLASE PROLETARIA!!
¡¡VIVA LA OTRA!!
¡¡¡VIVA LA REVOLUCIÓN OBRERA!!!
Comentario de SIDA — noviembre 29, 2006 @ 5:42 pm