Cucapás – Kiliwas, Baja California Norte Lea aquí
Reunión con adherentes en Mexicali Lea aquí
Acto público en Mexicali Lea aquí
Mexicali, Baja California Norte
Reunión con Cucapás y kiliwas
20 de octubre del 2006
Compañeros, compañeras cucapa y de otras partes que están aquí.
Pues lo que hemos escuchado y lo que no escuchamos, pues nos da, nos da una mezcla de rabia e indignación, y de que algo tenemos que hacer.
Nos estaban platicando los compañeros que, por hacer lo que han hecho hace noventa siglos, cuando ni siquiera existía el Estado español —que fue el que vino a conquistar estas tierras—, que era pescar y vivir de la pesca, le ha significado a esta gente, órdenes de aprehensión, hasta por siete kilos de pescado —como la compañera Mónica—.
Y hemos escuchado también cómo personal de la armada de México —de los navales, como se dice— son los que agreden y amenazan de muerte a los pescadores y a las pescadoras. Una muchacha embarazada fue amenazada poniéndole la boca del cañón del arma de un marino, en la panza, porque se negaba a que su panga fuera requisada.
Ahí en Sinaloa escuchamos la historia —ahí en Dautillos— también de un par de pescadores que iban en su panga y que estaban pescando camarón, y que lo tenían prohibido, y que un guarda costas de la armada de México, lo partió, lo hundió, y uno de ellos estuvo a punto de ahogarse.
Y nosotros nos estamos preguntando, cómo en un lugar donde abunda el narcotráfico, el ejército y la armada se dedican a agredir a los pueblos indios en lugar de perseguir a los delincuentes.
Nos estuvieron platicando pues, otras cosas que están pasando aquí, por ejemplo que la empresa que está a la entrada del pueblo —un poquito más para allá— es de particulares, y que promueve la caza y la pesca —es de particulares con capital norteamericano—. Y la gente de aquí —cucapá y kiliwa— es perseguida y declarada delincuente por trabajar.
Nosotros no podemos quedarnos así. He hablado con los compañeros y compañeras de esta comunidad y les he propuesto, a nombre de las comunidades zapatistas, que hagamos aquí un campamento zapatista durante los meses de la pesca: de febrero —finales de febrero—, marzo, abril y mayo, hasta que termine la temporada de pesca. Para estar junto con ellos, pase lo que pase: si son agredidos o aprehendidos, pues tendrán que agredirnos y aprehendernos también a nosotros.
Y les dijimos que íbamos a mandar un aviso urgente a los compañeros de la Otra Campaña, mexicanos y chicanos que están al norte del Río Bravo para que en esos meses nos concentremos aquí el mayor número de gente. Para hacer una especie de escudo que proteja a la comunidad cucapá y kiliwa, para que pueda sobrevivir —como lleva sobreviviendo nueve mil años—, sin ser tratados como delincuentes.
Y hago un llamado aquí —que repetiré en la reunión de adherentes de la tarde— a la Otra Baja California, también para que nos concentremos en esos meses, para garantizar la supervivencia de dos culturas: la cucapá y la kiliwa.
Nosotros no podemos poder decir que somos mexicanos, y pienso que ustedes no pueden decir que son Baja Californianos, si ven que en su época, cuando estén vivos, están aniquilando totalmente a un pueblo, a un pueblo indio en este caso.
Ese es el compromiso que estamos haciendo con los compañeros y compañeras. Y lo único que nos puede detener para venir aquí y plantarnos, hasta que termine la temporada de pesca, es una solicitud formal de las autoridades cucapás y kiliwas para que no vengamos.
Si se quiere solucionar el problema de manera definitiva, la palabra la tiene el gobierno. Si no —como pensamos nosotros— la tienen los pueblos indios de México.
Es todo compañeros, compañeras. Gracias.
Mexicali, Baja California
Reunión de adherentes
20 de octubre del 2006
Les queríamos dirigir la palabra para pedirles un trabajo y para platicarles algo que pasa en Baja California que —por lo que hablaron— ustedes no se han dado cuenta. Y me maravilla que la gente no vea ni lo que ve, siquiera.
Nosotros les estamos pidiendo que se reúnan como adherentes, en sus colectivos, en sus grupos, en sus organizaciones, y definan —no en asamblea, sino en su propia realidad— qué Otra Campaña quieren. Y que, así como se pusieron de acuerdo y se reunieron para recibirnos —que además muy bien lo agradecemos—, también se organicen para que todos los adherentes en la zona que les toca sean consultados y se les pregunte qué Otra Campaña quieren. Como individuos, o como ciudadanos —que decía la compañera—, o como miembros de un colectivo, grupo, organización, o grupo social.
Nosotros estamos proponiendo que dediquemos estos tiempos, de aquí a los principios de diciembre, para que cada persona pueda decidir sobre los seis puntos. Y luego hacer una consulta universal en todo el país, sólo con los adherentes, y podamos definir nuestro perfil.
Si es posible, también, que en esa reunión que puedan tener, donde estén los diferentes adherentes que se agrupan en esta unidad organizativa, acordar algunas tareas comunes —como sugirió un compañero hace rato—, pues también sería bueno.
Miren compañeros y compañeras, a menos de una hora de aquí, hay una comunidad indígena que va a ser aniquilada en poco tiempo. Y no hablo de los cucapás, sino de los kiliwas.
Hoy en la mañana, cuando llegamos a la reunión grande aquí con los compañeros que nos reciben de los jubilados y pensionados de ferrocarriles, algunos reporteros de medios de comunicación masiva, agredieron a compañeros de seguridad y de la karavana. Y lo que están pasando en la noticia es que la karavana los agredió. Que fueron atacados, y ya le preguntaron al gobernador y está en contra de la arbitrariedad que los payasos que viene con Marcos —o sea que ya somos más— no respetan el trabajo de otros y agredieron a la inocente prensa pagada de las televisoras principalmente, y de algunos medios radiales. Pero que, afortunadamente, ya se van de Mexicali mañana.
Ahí está la mala noticia, porque vamos a regresar. Y el problema, compañeros, que escuchamos aquí, en esa comunidad que ustedes tienen aquí a menos de una hora, y que nadie de los que habló se refirió, es que está por desaparecer por decisión propia. Ahí escuchamos que los kiliwa hicieron un pacto de muerte. Y la compañera nos habló de los 3 mil, o 300 mil, o 30 mil indocumentados, y ellos nada más son 54 los kiliwas que quedan. No queda ni uno más.
Y no los platica una compañera cucapá, y nos dice: “a nosotros, si nos aniquilan, todavía quedan dos grupos más en México, en Sonora —en reservaciones, dice ella— y una en Estados Unidos. Pero de los kiliwas, son los únicos que quedan en el mundo. De esos 54, cinco hablan kiliwa, los demás ya no. Y según esto, el pacto de muerte es que las mujeres acordaron no parir más kiliwas. Y que el pueblo desaparezca con el último kiliwa que hay ahorita.
Y eso está pasando aquí cerquita. Y que tomaron esa decisión porque es su forma de protestar contra los despojos de tierra que está haciendo ese gobernador, que se enojó porque dijimos que era un sinvergüenza desde que entramos al Valle de San Quintín. Y que mandó a esos porros, disfrazados de policías, a pegarle a nuestros compañeros y luego presentarse como agredidos.
Ese gobernador lo que ha hecho es lo que están haciendo todos los gobernadores de los partidos políticos, que es quitarle la tierra a los pueblos indios. Miren, yo los escuché a todos ustedes. Nosotros hacemos trabajo en comunidades indígenas zapatistas en la otra esquina. Y yo en lo particular sé cuando un pueblo indio dice que va a hacer algo, lo va a hacer. Y si el pueblo kiliwa decidió ese pacto de muerte, lo va a hacer.
Y yo no sé cómo, los anarquistas y libertarios, los comunistas, los socialistas, los zapatistas civiles, van a poder vivir con eso. No lo sé, porque los escuché a hablar y nadie los mencionó, y los vieron en la mañana. Y los tienen ahí, ¿saben desde cuando viven ahí? Hace 9 mil años. No existía la “A” anarquista, ni la hoz y el martillo, ni el socialismo. Y esas personas son víctimas del capitalismo neoliberal del que tanto se habló aquí.
Y hablamos con los cucapás, que son unos criminales porque están haciendo lo que van haciendo desde hace 9 mil años, que es pescar. Y resulta que ellos salen en sus pangas, a pescar, y sólo pueden pescar una especie. Todas las demás especies no. Si les encuentran una especie, compañera, los acorazados de la armada nacional y las lanchas torpederas, los embisten para hundirlos, si no se detienen. Y si se detienen, les quitan la panga y el producto.
Y ahí hay una compañera cucapá que tiene una orden de aprehensión por siete kilos de pescado. Y tiene 30 órdenes de aprehensión pendientes, porque tiene que salir a pescar. Aquí, 40 minutos de Mexicali, sin cruzar ninguna frontera. Y esa gente está con miedo de qué va a pasar, porque sólo hay la temporada de pesca, de finales de febrero a mayo.
Y ellos ven los grandes barcos de las empresas pesqueras, que están pescando lo que quieren y no les hacen nada las lanchas torpederas de la armada mexicana. Y a ellos que andan con sus panguitas, cada vez que salen a pescar para vivir, para comer, los meten a la cárcel, o les quitan las cosas, o los multan, o tienen que mocharse con el funcionario.
Entonces, ellos acuden, va el compañero Alfonso y dice: “no pues es que viene la Otra Campaña”y no sé qué. Y dicen: “vengan, que venga aquí, porque pensamos que así nos van a ver y nos van a escuchar”.
Y fueron los compañeros de la karavana, y fueron algunos de ustedes, fue Alfonso, y todo eso. Y estaban desesperados, porque sentían que era ahora sí que el último bote —hablando de barcos y de pesca—, y que si ese barco se iba y no había ningún cambio pues iban a desaparecer, como cultura.
O sea, iban a asesinar a un pueblo entero. Ya nadie, ya no iba a existir el kiliwa en este mundo, porque no hay en ninguna otra parte del planeta. Y los cucapás están resignados a que van a desaparecer, pero tienen la esperanza de que quedan otros en Sonora, y otros en Estados Unidos. Hasta que les pase lo mismo.
Y se suma eso a los pueblos que ya han desaparecido y a las culturas. Pero —como dicen ustedes— se supone que ya hay Otra Campaña. Y cómo podíamos dar la cara a la gente y decirle que la vamos a organizar, para cambiar el mundo, si dejamos que eso pasara aquí nomás, aquí cerca.
Nosotros somos indígenas zapatistas, vivimos en la otra esquina. Nosotros vamos a venir ahí, con ellos, para que eso no ocurra. Vamos a venir en la temporada de pesca. Y vamos a estar acampamentados ahí, en su comunidad, y vamos a hacer brigadas para ir con ellos a pescar. Para que si los detienen, nos detengan a nosotros. Yo esperaba que la Otra en Mexicali, y que la Otra en Baja California, nos acompañara. Y que la Otra en el otro lado, también nos acompañara. Pero si no se habla, si no los ven, entonces quién va a hablar y quién los va a ver.
Porque todos esos periodistas que se quejaron de que ustedes les pegaron, cuando sabemos todos y los vimos que fueron ellos los agresores, ellos de por sí no los ven. Es más les pagan porque no los vean, porque se callen. Porque el gobernador pueda seguir diciendo que en Baja California todo mundo es panista y vive bien, y no que está pasando todo lo que hemos visto.
Pero a la Otra Campaña no le pagan, pero es su deber luchar contra esas injusticias. Yo quiero hacer un llamado, hemos aprendido algo en la Otra Campaña, y sabemos que los anarquistas y libertarios sostienen la fraternidad y la solidaridad con cualquier movimiento contra una injusticia. Yo les reclamo que hagan honor a esa “A”, y volteen a ver a sus compañeros. Y vayamos juntos, finales de febrero hasta mayo, con ellos a pelear.
Y le reclamo a los de la hoz y el martillo del Partido de los Comunistas, su compromiso con las causas sociales, para que hagan lo mismo. Y a los socialistas. Y a los zapatistas civiles. Y a los que no son nada, más que su propia conciencia y su propio espíritu de indignación, que lo tienen aquí. No está en Chiapas ese genocidio, está aquí en Baja California, en un pueblo indio que fue el que levantó también este país.
Si hay compañeros y compañeras chicanos y mexicanos que son de la Otra Campaña en el otro lado, pues organicémonos y vengámonos en bola. Hagamos un escudo ahí. Nos están platicando que un marino de la armada de México le puso a una indígena cucapá —que se negaba a que le quitaran la panga— la boca del cañón en la panza de embarazada. O sea, antes de nacer, ese indígena cucapá —hombre o mujer no sabemos qué va a ser, es mujer porque ya me la presentaron— le pusieron el cañón del arma del glorioso ejército mexicano, antes de que saliera. Y aquí no se dice nada.
Y si no se dice aquí, entonces ¿quién lo va a decir? Si no la llevan esa voz o esa imagen de que estuvieron los medios de comunicación, entonces ¿quién lo va a hacer?
Nosotros estamos pensando que si convencemos a la Otra Campaña de que definamos ya nuestro perfil en diciembre, y en enero podamos hacer nuestra declaración. Ya no la Sexta Declaración, sino la declaración primera de lo que es la Otra Campaña, en febrero —finales de febrero— empecemos ya a venir a estar más tiempo con ustedes. No un día o dos, o unas horas, sino a pasar largo tiempo con ustedes.
Nuestra idea era empezar en el sureste, porque así empezó la gira. Pero ahora estamos viendo pues que habrá que empezar en la esquina contraria. O sea, en Baja Norte, o Baja California, como dicen ustedes. Y empezar pues con ese pueblo indio, hablar con los kiliwas y decirles lo que se grita en las marchas, y en los mítines y se pone en los carteles, pero demostrárselo: que no están solos.
Y que no vale la pena morir así, si se puede morir peleando. Porque además no se está muriendo una persona, sino se está muriendo toda una cultura. Si nosotros no hacemos eso, con qué cara vamos a criticar al gobernador o a Accción Nacional, o a Calderón, o a Bush, si estamos haciendo lo mismo, pero por omisión.
Entonces, nosotros les pedimos que en esas tareas que vayan a acordar, la próxima semana o cuando se vayan a reunir —que acuerden ustedes—, hagan el plan —si se puede— de cómo se puede organizar esto. Porque ahora sí que, como la Otra Campaña más cercana a esta zona, pues les va a tocar la coletada. Y va a ser muy triste que la Otra en Mexicali esté en otro canal, mientras medio mundo se está movilizando a 40 minutos de aquí.
Porque vamos a invitar a gente de todo el mundo, a que venga a evitar ese genocidio. Etnocidio le dicen, porque dicen que somos etnias, pero somos pueblos. están aniquilando a un pueblo. Y que los kiliwas y los cucapás de Baja California digan: hubo alguien que hizo algo, porque no pasara lo que parecía inevitable la víspera. O sea, antes que la Otra Campaña volteara a verlos y los escuchara.
Eso es lo que les queríamos decir compañeros y compañeras. Les agradecemos realmente su palabra. Pensamos que en muchas partes van a darse una idea, a grandes rasgos de lo que ocurre acá. Esperamos que los compañeros que están resistiendo contra las altas tarifas eléctricas en Chiapas, en Quintana Roo, en Yucatán, en Veracruz, y en otras partes de la República, al escucharlos, intenten comunicación para tratar de generar un movimiento nacional.
Pero pase o no pase eso, nosotros venimos aquí, a finales de febrero, principios de marzo, y ahí vamos a estar en esa comunidad, en el delta del Río Colorado, para tratar de defender una forma de vida que, finalmente, de eso se trata la Otra Campaña: de defender la vida, no de proclamar la muerte. Gracias compañeros, gracias compañeras.
Mexicali, Baja California
Acto público
20 de octubre del 2006
Buenos días Mexicali. Me subí aquí, porque quiero hablar incluso con los que están más atrás. A eso venimos: a escuchar a la gente, no importa dónde esté, y a hablar con ella. Voy a pedir permiso de que me dejan extenderme un poco, porque creo que hay muchas cosas que hay que responder. Quiero explicar lo más que se pueda. Y si después de eso, alguien quiere preguntar lo que quiera, pues lo haré.
Entre otras cosas voy a contestar lo que el señor Coutade Pedrero estuvo distribuyendo en esta reunión. Miren, nosotros llegamos a esta esquina del país, que es Mexicali, desde otra esquina: desde Chiapas, desde las montañas del sureste mexicano. Y nosotros somos indígenas de raíz maya. Somos de pueblos indios que nos llamamos tzeltal, tzotzil, chol, tojolabal, zoque y mame, que son las lenguas que hablamos. Así como hace rato el compañero que habló del Congreso Nacional Indígena es un jefe purépecha y habla purépecha, nosotros hablamos lengua de raíz maya.
Miren, en 1994, estaba el cabrón este de Carlos Salinas de Gortari. Y él empezó a vender al mundo la idea de que México ya estaba bien. Que ya éramos un país del primer mundo, que todos éramos felices, y que todos vivíamos bien. Y por eso ya podíamos comerciar y tratarnos como iguales con los gringos y con los canadienses. E hizo el Tratado de Libre Comercio.
Pero en nuestras comunidades no llegaba carretera, no llegaban los hospitales, las escuelas. Ni siquiera llegaban las casillas electorales. En el municipio de Ocosingo, que es el más grande del país —todavía más grande que Ensenada, aquí en su estado, que es un municipio muy grande, lo acabamos de recorrer—, el PRI ganó las elecciones —antes del alzamiento— con el 110 por ciento de la votación. Y todos los indígenas, que son la mayoría en ese municipio, ni siquiera sabían el nombre del presidente municipal que había ganado las elecciones.
Nuestros niños se estaban muriendo, no llegaban a los cinco años —niños y niñas—, y se morían de diarrea, de calentura. Lo que se puede curar en cualquier lugar de este país con una pastilla, ahí ni siquiera había pastillas. Nosotros vivimos de sembrar maíz y verduras. Y la paga que necesitamos, el dinero que necesitamos para vestirnos, o para comprar alguna medicina si nos enfermamos, la conseguimos de sembrar café.
Como allá no había carreteras, teníamos que caminar dos o tres días cargando 50 kilos en la espalda, hasta llegar a la carretera, y pagar un camión de redilas —o de tres toneladas, les decimos nosotros—, y después de 6, 7, u 8 horas, llegar a la cabecera municipal. Nosotros no hablamos español, hablamos lengua maya. Y ahí en la entrada de la cabecera municipal estaba el que nosotros le decimos el coyote, y ustedes le llaman el intermediario. Ése nos bajaba del camión y nos ofrecía menos por el precio. Menos de lo que estaba el precio del café. Y nos decía que si no queríamos, que nos regresáramos con el café otra vez a nuestras comunidades. Entonces, nos pagaban lo que querían.
Nuestros niños se estaban muriendo, y la tierra que teníamos era la que estaba en los cerros. En pendientes y llenas de piedra. Miren, nosotros acabamos de venir de Ensenada y ahí nos platicaron que en el Valle de San Quintín una hectárea rinde lo que diez hectáreas en Sinaloa. A nosotros, una hectárea, en maíz, nos daba media tonelada con muchos trabajos. Y los grandes terratenientes, los finqueros que vivían ahí, les daba de 6 a 8 toneladas de maíz. Pero no sembraban maíz. Tenían puros potreros para su ganado.
En Chiapas, en las comunidades indígenas, vivían mejor los animales que los indígenas. Pero resulta que los indígenas son seres humanos, y son sobre cuyas espaldas se levantó este país. Y ellos estaban mucho antes de que llegaran los españoles, y los gringos, y los japoneses, y los coreanos, y todas esas empresas que ahora estuvimos viendo en Baja California y en Baja Sur.
Entonces, nosotros llegamos a esta conclusión, compañeros: nos vamos a morir, ¿nos morimos como animales —así como ven que un perro se muere en la calle de calor, nada más que allá de hambre—, o nos morimos peleando? Entonces, nos alzamos en armas. Nuestra gente es igual que ustedes compañeros, no crean que son entrenados ahí como Rambo, o esas cosas. Somos bajitos, chaparritos, gorditos, o flaquitos —según las lombrices que tenga cada uno—.
Y con ésos nos estuvimos preparando diez años. A lo mejor un día se va a necesitar, pensamos. Y llega un momento en que las señoras —veo aquí que hay muchas señoras—, o sea las mamás indígenas, llaman a cuentas a los maridos y les dicen: “a poco estoy pariendo hijos para que se mueran”. Porque ustedes saben bien, señoras, lo que pasa en el cuerpo de la mujer cada vez que da a luz: se va desgastando y desgastando.
Y una cosa, además, es eso que, algo que nunca van a entender los cabrones hombres, es lo que es parir. No importa qué progresistas sean, nunca van a poder parir. Y entonces, pues no estaban sembrando verdura, estaban pariendo hijos. Y no era posible ver que se estuvieran muriendo. Porque para nosotros, cuando un niño se muere, se empieza a morir el pueblo, y con él, la cultura y la lengua. Porque la gente crece y se hace anciana y muere.
Entonces, si nosotros dejábamos que nuestros hijos se murieran, lo que iba a pasar es que íbamos a desaparecer como pueblos indios. Así como han desaparecido pueblos indios aquí en Baja California y en Baja Sur. Porque ya los fuimos a buscar, dijo el compañero, y no los encontramos, y a los que encontramos son muy pocos. Algunos kumiai aquí cerca en Tecate.
Bueno, entonces llaman las señoras y dicen: “bueno, para qué tanta organización y tanta lucha, ahorita ya tenemos que tomar la decisión”. Entonces decidimos que teníamos que morir peleando. Órale, entonces, pues nos fuimos. Pero no crean que fuimos unos cuantos, compañeros, fuimos varios miles de indígenas armados, con armas. Porque luego la televisión sacó a unos con unos palos. Y si ustedes ven las fotos de antes de ésa, está el mismo indígena asesinado —porque lo asesinaron, tiene un tiro en la cabeza, no murió peleando, lo tomaron preso vivo y lo ejecutaron, así como los narcotraficantes ejecutan a la gente—, entonces, en una foto está sin nada y en la otra foto ya tiene un palo al lado.
Y entonces, empezaron a decir, los medios de comunicación empezaron a decir: “esos zapatistas no tienen madre, porque mandan a los indios a pelear con palos de madera”. Mentira, peleamos con armas. Y les ganamos. Les tomamos siete cabeceras municipales. Esos policías que ven bien alzados allí, como… los del estado, corrieron, en calzones, porque ni siquiera alcanzaron a ponerse los pantalones. Porque los agarramos de madrugada.
Y luego ya empezamos a pelear con el ejército. Y yo le digo al señor Armando Curtade Pedrero que si no le tuvimos miedo a las balas y a las bombas, porqué le vamos a tener miedo a las críticas, y ahorita voy a contestar cada una de las que hace. Porque nosotros no somos perredistas que nos negamos a recibir críticas y a responderlas.
Salimos a pelear, compañeros, y nosotros pensamos: o se va a alzar todo el pueblo de México, o nos van a partir la madre. Y no pasó ni una cosa, ni otra. Porque el pueblo de México se alzó pero no para, no en armas, sino para decir que teníamos que buscar un diálogo con el gobierno —como dijo un compañero: hay que hacer un acuerdo—. Órales, dijimos nosotros, pero ya nos habían mirado.
Y nuestra gente es gente como ustedes. Y si sale pues en las fotos y todo eso, a sus familias les van a hacer daño. Aunque su familia ni sepa qué está haciendo. Entonces llegó en la idea de los compañeros: “hay que taparnos las caras, para que no nos conocen y así no le hacen daño a nuestra familia”. Y ¿saben cómo pensamos? Con el paliacate, como los bandidos en las películas, ponernos así. Pero en los Altos de Chiapas hace un chingo de frío. Y entonces, los indígenas tejen pasamontañas, para cubrirse del frío. Entonces, esos compañeros se pusieron pasamontaña.
Y órale, así atacamos las ciudades. Siete cabeceras municipales, la más importante de ellas: San Cristóbal de Las Casas. Que hagan de cuenta que están en Baja California. O sea, allá los turistas por arriba y qué amables, y la gente que trabaja ahí, como perros: humillados, explotados, despreciados.
Y entonces, resulta que este país y todo el mundo voltea a ver a los indígenas. Y entonces, se da cuenta que es mentira lo que dice Salinas, que no es cierto. Que hay indígenas que están viviendo peor que antes de la llegada de los españoles. Y fíjense, los volteó a ver cuando se taparon la cara. Porque cuando tenían la cara descubierta, les pasaban a un lado, y como si hubiera pasado un animal.
En San Cristóbal de Las Casas, compañeros, que es una ciudad más pequeña que Mexicali, los indígenas no podían caminar en la banqueta. Tenían que andar en la calle como los animales y los carros. La banqueta era sólo para la gente, y los indígenas no eran gente.
Entonces, nuestro símbolo que era el paliacate rojo, se pasó a ser el pasamontaña. Yo no les pido a ustedes que se quiten la falda o el pantalón cuando vamos a hablar. Para nosotros, es nuestra forma de vestir ese pasamontaña. No estamos escondiendo nada. Y nosotros, a Mexicali, no le hemos robado nada y tapamos nuestro rostro. Y el gobernador les muestra la cara y les roba todo lo que quiere. Y no se diga de Fox.
Entonces, el problema aquí no es el rostro. Porque nosotros no venimos a que queremos ser presidente, gobernador, ni nada. Nosotros venimos a escuchar sus problemas y que se hagan grande y que se conozcan.
Hablamos con el gobierno, compañeros, nos sentamos. Hubo muchas cámaras y micrófonos. Y “¿qué quieren ustedes zapatistas? Si quieren cargo les damos”. Nos ofrecieron. “¿Dinero?” Mucho. Nosotros dijimos: no, lo que queremos es que se reconozcan los derechos de la cultura indígena. Que no se burlen de nosotros. Que no nos humillen.
Porque nuestras mujeres hacían este recorrido que les platiqué e iban a morirse en la puerta de la clínica del Seguro, porque no podía hablar español. Y porque el doctor, la enfermera, se burlaban de ello y decían: “tú qué pinche india, ni siquiera sabes hablar”. Entonces, decimos: no, queremos que nos respeten y que reconozcan nuestro derecho.
Y a la hora que salimos a pelear, esas tierras que estaban en manos de los terratenientes se las quitamos. Y pasaron a ser, no propiedad de Marcos, ni de Tacho, ni de Ramona, ni de Zebedeo. Se repartió la tierra entre las comunidades. Y ahora se trabaja en colectivo. Y donde antes había animales, ahora hay maíz, frijol, verdura, que va a nuestras mesas. Ya no va a la panza del terrateniente.
Allá los terratenientes tenían lo que se llama el “derecho de pernada”. O sea, cada vez que una muchacha se iba a casar, primero pasaba por la cama del terrateniente y luego ya se la entregaban —usada, decían ellos—, se la entregaban al marido. Y nadie podía decir nada.
Y ustedes creen que con todos esos años de humillación, y con todas esas formas, nosotros íbamos a estar tan tranquilos esperando a que llega López Obrador, o alguien ¿a salvarnos? Ni madre. Nosotros dijimos: nosotros tenemos que luchar por nosotros, porque si no este país no nos va a ver.
Hicimos el acuerdo. El gobierno dijo: “sí, voy a reconocer tus derechos, sí es cierto lo que dices”. Y todo el mundo dijo que era cierto lo que decíamos. Lo que no estaban de acuerdo es que hubiéramos alzado en armas. Pero ya habíamos hecho todo lo demás. Habíamos hecho marcha, mitin, metido solicitud. Cualquiera que sabe aquí cuántas vueltas tiene que dar en cualquier oficina del gobierno. Y le dicen: date otra vuelta, y otra vuelta. Ahora imagínate si eres indígena y no sabes hablar español. Ahora imagínate si no viste como ustedes, sino que viste ropa indígena como la compañera, ni siquiera pasa la puerta.
Lo saben bien. Pero si llega alguien trajeado y perfumado: pásele señor, como no. Ni cola tiene que hacer. Ni —como nos explicó el compañero—, ni siquiera pagar la luz, cabal, como pagan los demás.
Hicimos el acuerdo y el gobierno no cumplió. Y le quiero decir al señor Armando Curtade Pedrero que el que votó en contra de nuestra demanda, fue el PRD. Junto con el PAN y junto con el PRI. Y les voy a dar un nombre: Jesús Ortega. Él fue el senador del PRD que dio la orden a los senadores de votar en contra de la demanda de los pueblos indios. Y ese señor fue el coordinador de la campaña de Andrés Manuel López Obrador.
Porque ahora resulta que les hicieron un fraude, y que cometieron muchos errores. Y estos señores están buscando a ver quién tuvo la culpa. Y como no pueden reconocer que la regaron gacho. Porque engañaron a toda la gente diciéndole que se podía por la buena. Que nada más había que poner un voto. Compañeros, nosotros no pusimos un voto, pusimos sangre, nuestra, porque nos morimos, quedamos heridos. Algunos combatientes tienen todavía las esquirlas, los pedazos de bomba, de granada, adentro del cuerpo y así andan.
Y entonces, nos voltearon a ver. Nosotros dijimos: nosotros aquí el gobierno no va a mandar. Aquí va a ser la autonomía indígena, dijimos. O sea que el mismo pueblo pone a quién manda, y si no sirve lo quita. Y entonces empezó a llegar ayuda, de ustedes, de Mexicali. De todo el estado de Baja California, y de toda la península. Pero ese dinero, en lugar de que sirve pues para que alguien se enriquece, empezamos a construir escuelas. No las construyó el gobierno, compañeros, las construimos nosotros con nuestras manos.
Y el dinero que entraba se usaba para comprar cemento, lámina, mesa bancos, útiles escolares. Y nuestros niños y niñas que antes apostaban a morirse, ahora tienen que batallar en la escuela para aprender a leer y a escribir, y para aprender historia de México. Pero no la historia que enseñan en las escuelas oficiales, sino su historia, donde los indígenas tienen dignidad.
Bueno, entonces, nosotros hacemos esta cosa que hicimos que dialogamos con el gobierno y esperamos a ver si va a cumplir, y no cumple, y no cumple, y no cumple. Y entonces dijimos: no pues lo que se necesita es mucha presión. Hicimos la marcha indígena hace cinco años, en el 2001. Ustedes lo vieron en la televisión, porque ésa sí salió en todas partes. Y juntamos millones de gentes, compañeros, compañeras. Millones que decían: sí, que en la Constitución diga que aquí los pueblos indios hay que respetarlos.
Y a la hora que se va a votar, no les importó. Tres partidos políticos: PRI, PAN y PRD. Y ahorita ya no se acuerdan. Ahorita ya están llorando porque se les hizo un fraude y ya no se acuerdan de las fregaderas que hicieron.
Entonces, nosotros dijimos: ¿qué vamos a hacer? ¿A poco vamos a hacer otra vez a pedirle al gobierno que cumpla, si ya vimos que no cumple? Y que no importa qué partido es. Cualquiera que esté allá arriba, nada más le importan sus intereses. Y lo sabemos bien. A veces se dice, a veces no se dice. El político es un cabrón que se enriquece sin trabajar. Porque no hace nada. Lo único que hace es estar sentado en su silla y firmando papeles a favor de los ricos. Y de vez en cuando se toma una foto con las televisiones, para que digan que está haciendo algo.
Bueno, nosotros dijimos: bueno, pues lo que tenemos que hacer es hacer a un lado al gobierno. Lo que tenemos que hacer es no confiar ya en el gobierno, sino buscar nosotros mismos nuestra salida, nuestra libertad, nuestra justicia, nuestra democracia.
Y entonces dijimos: ¿será que la gente pues se va alzar en armas con nosotros? Pero ya vimos que no. Entonces dijimos: no, entonces lo que tenemos que hacer es un movimiento civil y pacífico. Un levantamiento civil, pacífico, no con armas. Porque no estamos diciendo que hay que alzarse en armas, ni ponerse el pasamontaña —peor si ya nos explicaron lo del calor aquí en Mexicali—.
Entonces, empezamos a hacer nuestro plan: no, pues lo que tenemos que hacer es ir a hablar con los compañeros y compañeras de todo el país y que nos cuenten. Porque no se trata… si ellos ya nos apoyaron cuando estamos luchando en Chiapas, pues nosotros tenemos que apoyar a Mexicali. Pero ¿cuáles son las demandas de Mexicali? Pues a ver qué dice el periódico, pero pues los periódicos dicen mentiras. ¿Por qué no vamos mejor a Mexicali y le preguntamos a la gente cuáles son los problemas?
Porque en el resto del país, no se sabe este problema. Sabe que hay mucha temperatura, pero esto que está pagando menos el gringo que se está llevando la energía eléctrica que la señora que vive aquí enfrente o al lado, eso no lo sabíamos. Y nos lo contaron ustedes ahorita. Y ahorita otras cosas que nos estuvieron contando los jubilados y pensionados del ferrocarril.
Entonces nosotros decimos: bueno, pues vamos a hacer esto. Pero la gente va a pensar que vamos a llamar a votar por uno o por otro. No, vamos a decir claramente que todos los partidos son iguales. Y vamos a decir claramente que el PRD —que dice que es de izquierda— traicionó. Y no es cierto que es de izquierda, es de derecha. Porque ahorita ya no se acuerdan pues, que López Obrador estuvo pidiéndole de favor a los ricos que lo apoyaran. Y se alió muy fuertemente con el hombre más rico del país, que es Carlos Slim. Y todo lo que es el centro de la Ciudad México, cuando él era gobierno en la Ciudad de México, se lo vendió. Y ahora resulta que no lo apoyó.
Bueno, nosotros decimos: vamos a criticar a todos, y vamos a decir claramente que el PRD traiciona al pueblo. Y lo pusimos. Y aquí respondo a la primera pregunta, dice: “poco antes de iniciar esta campaña, la Otra, y a inicios de la misma, usted hizo una serie de denostaciones —dice— en contra de un candidato de izquierda”. No sé qué candidato era de izquierda. Me imagino que él piensa que es López Obrador, aunque López Obrador le declaró a los gringos que él no era de izquierda.
Y López Obrador a uno le decía una cosa, y a otro le decía otra. A lo mejor, a él, al señor Armando Curtade, le dijo que era de izquierda, pero al New York Times —que es el periódico que leen los grandes capitalistas en Estados Unidos— le dijo: “no, yo ya no soy de izquierda, antes era pero ya no”.
Bueno, nosotros no empezamos a inicios de la Otra Campaña a criticar, empezamos desde el 2002, a la hora que nos traicionaron. Desde entonces, empezamos a decir —pero nadie nos hacía caso—.
Miren, compañeros y compañeras, en el 2004, el 10 de abril, hay una comunidad indígena donde hay perredistas y zapatistas. Los zapatistas no luchamos por el poder, o sea no agarramos cargo. Y ahí los perredistas querían obligar a los zapatistas que tienen que ser síndicos. Y los zapatistas dijeron: “no, ni madre, nosotros no agarramos cargo”. Entonces, ¿sabes qué hicieron? Les cortaron el agua. Que quedaran sin agua. Hagan de cuenta que a ustedes les corta el agua el partido de izquierda éste, PRD.
Y nosotros no fuimos a atacar a los perredistas. ¿Sabes qué hicimos? Nos juntamos y llenamos bidones de agua, cantimploras, botes de agua, cubetas. Y fuimos a llevarles agua a nuestros compañeros. Y ahí frente a la presidencia municipal que gobierna el PRD dijimos una palabra, compañeros: somos indígenas, no hay que pelear, hay que respetarnos unos a otros.
Acabando el mitin, nos atacaron con armas. El gobierno ése y sus paramilitares. No fue el PAN, ni el PRI, fue el PRD. Y este señor no se acuerda de eso. Y nosotros hicimos la denuncia y los periódicos se hicieron pato, porque entonces el consentido de todos era López Obrador. Y además, ¿a quién le importa unos pinches indios zapatistas?
Después, cuando empieza la campaña de López Obrador, y hacen esto de las redes ciudadanas, sus redes ciudadanas en Chiapas, son ésos que nos atacaron. Y nadie dijo nada. Nosotros nunca le hemos tirado balazos al PRD. Ellos a nosotros sí. Les hemos hecho muchas críticas, sí. Y ellos a nosotros, como el señor Armando Curtade. Nada más que cuando tienen el poder, usan a la policía y al ejército para atacar a los que no están de acuerdo con ellos.
Entonces, nosotros dijimos: ni uno. Vamos a hacer otra cosa. Vamos a recorrer el país y vamos a hablar con la gente de abajo. Que nos diga los problemas y vamos a conocernos. Vinieron las elecciones, dice aquí el señor Armando Curtade Pedrero, dice: “¿por qué usted le dio el beneficio de la duda a un candidato que decía resolver el problema de Chiapas en 15 minutos, y no a quien decía respetar los Acuerdos de San Andrés?”.
Primero: Fox no era candidato, era el presidente electo. Entonces, no es lo mismo una cosa y otra. Y la otra: López Obrador ofreció no respetar los Acuerdos de San Andrés, ofreció cumplirlos. Y a él no le puede tocar cumplirlo, tiene que cumplir el Congreso, porque es el que hace las modificaciones. Entonces, si van a hacer críticas, si quiera pónganlo bien.
Luego dice: “usted promovió no votar durante la pasada contienda electoral, porque el sector social en el que influye, es proclive a votar por un candidato de izquierda”. Primero: no había candidato de izquierda. Y segundo: de 21 estados por los que pasamos, en la mayoría ganó el PRD. Miren: la verdad lo que pasó es que López Obrador ganó la presidencia, y le hicieron un fraude. Y el fraude lo hizo Fox y el IFE, no el EZLN, ni la Otra Campaña.
La Otra Campaña dijo: el que quiera votar que vote, y el que no quiera votar, que no vote. Pero nosotros no quemamos urnas, ni nos robamos los votos. Fue Fox y el IFE. Y así queda.
Entonces, compañeros y compañeras, nosotros empezamos a recorrer todo el país y llegamos a Baja California. Pasamos por Baja California Sur, que es gobernada por el PRD. Y a lo mejor las amas de casa me van a entender esto. Miren, hay una colonia como ésta, que les pusieron en medio una antena de celular, pero no crean que una antena de teléfono celular chiquito. Una antena como de 25 o 20 metros de altura. Que hace un ruidero cuando se prende. Pero además, ustedes saben que las ondas que trasmite pues la antena celular afecta el cerebro. Entonces, empiezas con dolores de cabeza y tú crees que es una gripa, o es el calor, y es la antena celular.
Entonces, la gente de esa colonia estaba intranquila. Luego viene el huracán éste que pasó, y pues empieza a moverse la antena, y el que si se va a caer o no se va a caer. Y ahí nomás están las casas. Y los niños —así como hablaron aquí uno de ustedes—, allá hablaron niños. Dijeron: no queremos esa antena porque nos da miedo que se va a caer y nos va a matar. Entonces, no podían dormir, compañeros. Porque están pendientes a ver de qué lado va a caer la antena.
Y el presidente municipal de La Paz, que es el tiene que encargarse de eso es del PRD y se apellida Castro Cossío. Y no ha quitado la antena. Pero esa antena ¿saben dónde estaba antes? En una colonia de ricos. Los ricos protestaron, e inmediatamente al otro día la antena la movieron. Y estas personas que es gente como ustedes, llevan años pidiendo que se quite la antena y ahí está todavía.
Y ¿eso es lo que vamos a querer compañeros? Llegamos a Baja California, al Valle de San Quintín. Las mismas condiciones de trabajo que tenían en la época porfirista los indígenas ahí en San Quintín, en Baja California. Nosotros decimos: bueno, y qué vergüenza que este gobernador ni siquiera sabe que tiene indígenas en el estado. Pero si nosotros los vimos. Con sus ropas típicas, todo, y hablando además como hablamos los indígenas, así con el español mocho y todo. Y no eran unos cuantos. Todos los trabajadores del Valle de San Quintín. Los mestizos son los terratenientes.
No pues a lo mejor nada más pasa ahí en San Quintín. Vámonos para el Cañón de Buenavista. Puros indígenas compañeros. Ahí el que habla español es raro. Todos hablan triqui, mixteco, zapoteco, porque vienen de Oaxaca. No les quieren regularizar el terreno. Y ustedes saben lo que cuesta vivir así como están. Imagínense sin drenaje, sin luz, sin agua potable. Ya olvídate que esté pavimentada la calle. Así están viviendo.
Bueno, vamos a Ensenada. Y vemos la madre ésta, la regasificadora, que está ahí cerquita, y que si pasa una desgracia, pues la gente que se va a morir es la de Ensenada. Y nomás va a salir en el periódico: “murieron tantos”. Pero no va a venir el nombre de los que se murieron, ni su historia, ni porqué protestó, ni porqué el gobierno no hizo nada.
Llegamos a Tijuana. Y en Tijuana, nos empiezan a platicar la historia de las maquiladoras. Una mujer de 30 años que llevaba tres años en maquila, y que se muere de enfermedad, de cáncer, que le dio en la fábrica, en la maquila donde hacía lentes. De ésos que salen anunciados que son muy chingones. Estuvo trabajando, compañeras, estuvo trabajando tres años para morirse. Y no podía dejar de trabajar, porque entonces se moría de hambre, porque entonces la corrían. Entonces, esa mujer que se llama Marina —yo pregunté su nombre—, y otra que se llama Gladis, se moría si trabaja, y se moría si no trabajaba.
Y el gobernador Elorduy —creo que se llama ¿sí?—, el gobernador estaba jugando cartas con el presidente de Tijuana, Rohn Hank, o a las carreras, o no sé qué madre estaba haciendo. Y ahí mismo nos empiezan a platicar la situación de los pensionados. Miren, yo les traigo un dato que a lo mejor les va a interesar. Porque nos está platicando el compañero aquí, que a un pensionado y jubilado de ferrocarriles le pagan mil 600 pesos al mes. Y tienen que trabajar 30 años.
A Fox le van a dar de pensión 3 millones 350 mil pesos. Y yo hice la cuenta de cómo está, porque para que a los jubilados y pensionados el Seguro Social les pague mil 600, tienen que trabajar 360 meses. Y Fox, dice que trabajó 72 meses, seis años. Pero sabemos que no hizo nada en los seis años, más que decir tarugadas en los medios de comunicación.
Para que un pensionado alcance la pensión de Fox, necesita 20 mil meses de pensionado para igualar, de alguien que trabajo 30 años, a alguien que no trabajó nada durante seis años. O sea, mientras le dan mil 600 a un jubilado, a Fox le están dando el equivalente a 40 mil pesos al mes.
Y nosotros decimos: ¿si es esto justo, o si lo vamos a cambiar o no? Y entonces es ahí donde nos dividimos. Porque a lo mejor algunos de ustedes piensan que lo que se trata es que llegue un buen hombre, que no robe, que sea honesto, y que todos los que están alrededor sean buenos y honestos. Y entonces sí no nos va a robar.
Y nosotros pensamos, los que estamos en la Otra Campaña, decimos: no, no importa quién llegue, sea bueno o malo, no hay solución. Sólo hay solución si los mismos de abajo nos organizamos.
Y entonces, vemos pues que están los grandes patrones y los trabajadores. Y en medio, hay una bola de criminales —que no son los narcotraficantes— son los de los partidos políticos. Y vayan recorriendo toda la historia, o todos los nombres que hay en cualquier partido político, y van a ver que un día aparecen que son del PAN, otro día aparecen que son del PRI, y otro día que aparece que son del PRD. Y entonces, ¿dónde está la diferencia?
La diferencia es a la hora que se va a votar, tú votas quién te va a explotar, nada más. Eliges a tu verdugo, pero no eliges a quién te liberas. Nosotros no estamos pensando de que si vamos a poner a Marcos, o a otro que sea bueno de presidente. Nosotros decimos: hay que derrocar a los gobiernos. Porque nada más están estorbando, no ayudan a la gente.
Porque ustedes están trabajando todo el día. Ya nos explicaron que están trabajando para no morirse, porque si no pagan la luz, entonces, o se mueren de calor, o se mueren de frío. Pero además, que lo digan las señoras pues si no es cierto que cada vez también sube el predial, y el teléfono. Y el precio del huevo, del frijol, del arroz, del aceite, del jabón.
¿Saben cuánto se necesita al día para vivir? —si no te enfermas, si no vas a la escuela, si no compras un dvd pirata o vas al cine—: 485 pesos al día. Para tener 485 pesos al día necesitarías ganar 10 salarios mínimos. Yo me imagino que nadie de 10 salarios mínimos está aquí. Porque si a eso le sumas que te enfermas, que tienes que comprarte zapatos, u otros calzones —porque ya están agujereados o lo que sea—, pues no, llega como hasta mil pesos al día. Mínimo, no para enriquecerse, ni para tener grandes carros, ni nada. Para vivir decentemente sin el miedo de qué va a hacer al día siguiente.
Pero además, lo sabemos, que ni siquiera sabes si vas a tener el empleo, porque a lo mejor al otro día te corrieron. Porque a la hora que te contrataron, firmaste un papel que era tu renuncia, sin fecha. Y en el momento en que el patrón quiera, le pone la fecha de hoy y que te vaya bien. ¿Y te va a defender la ley federal del trabajo o la Junta de Conciliación y Arbitraje? No, el que se va a mochar para que dé el laudo a su favor va a ser el patrón. Porque él sí tiene el dinero.
Porque aquí en México la justicia la compra, es una mercancía. La compra el que tiene. Y si nosotros no tenemos paga, pues el que tiene la paga la compra. Y así va pasando pues en cada lado.
Entonces, nosotros decimos: aparte de que está cara la vida, que hay que estarle dando todo el día a trabajar para mal vivir, aparte estamos manteniendo a una bola de zánganos que son los de los partidos políticos. Porque se les pagó la campaña compañeros. Porqué no dijo el PRD: “no, yo este dinero que me dieron, primero los pobres, lo voy a repartir”.
No, primero los puestos. Porque eso sí, agarraron todas las diputaciones y senadurías que agarraron pues. Ahora nomás falta que digan que perdieron en Tabasco por culpa de nosotros, si nosotros estábamos acá en Baja California, y Tabasco queda en la otra esquina. Pero a lo mejor dicen que allá estaban convenciendo al abstencionismo.
Entonces, compañeros y compañeras, si estamos viendo todos estos problemas, y decimos: bueno y ¿a qué horas va a haber tranquilidad? Porque nos están tratando igual como si fuéramos pueblos indios. Por eso estamos proponiendo que nos unamos, que echemos trato.
Si una mujer joven sale, ¿qué mujer joven puede salir en la noche, vestida como quiera, sin temor de que la van a asaltar, a violar o a matar. Ninguna.
Están los compañeros anarquistas, libertarios, punketos, que se visten como es su modo. Así como nosotros traemos pasamontaña, ellos se visten como su modo. Si hay un crimen, son ellos. Y no es cierto, el criminal es el presidente municipal, lo sabemos bien. Porque está en acuerdo pues con los criminales. Pero a los que le echan la culpa son a ellos, porque son diferentes.
Entonces, ahí unimos a mujeres, amas de casa, jóvenes. Los ancianos ya vimos lo que pasa con los jubilados. Si lo sabemos como los ancianos si es mujer, cuando está bonita y todavía: “sí mi reina por acá”. Y ya agarró edad o peso: “estás bien fea, estás bien gorda, aquí nadie te quiere”. Mismo dentro de su casa el desprecio. Pero igual en el resto de la sociedad. Y si es varón, pues ahora sí a que a ver cuándo se va a morir el abuelo porque ya está dando mucha lata. Porque uno cuando ya está grande, pues necesita medicinas, pero con mil 600 pesos ¿qué?
Les digo porque en Tijuana nos platicó un señor que se gasta mil 200 pesos en la medicina que necesita para no morirse. Le quedan 400 pesos al mes, son 13 pesos al día. ¿Para qué alcanza? Para un refresco y unas papas fritas, ni siquiera. Entonces, de qué va a vivir. Si su hijo, su nuera, o su hija, su yerno, están batallando también para vivir. Entonces ¿qué? Ya le sacamos todo a esos ancianos, y ahora ¿a botarlos como si fuera cualquier basura?
Entonces, a todos nos están despreciando. Y ahí es donde les digo que nos dividimos, porque algunos de ustedes piensan: vamos a hacer un partido político y vamos a poner un buen candidato. Mentira. Eso es lo que decimos nosotros. Nosotros decimos: vamos a mandar a la fregada a los políticos. Y vamos a gobernarnos nosotros mismos. Vamos a
sacar a los ricos de este país, o a meterlos a la cárcel, les vamos a dar libertad para que escojan.
Porque ustedes saben que en las cárceles la gente que está es gente humilde. No están los grandes ladrones. Si no ahí estaría el gobernador, y ahí estaría el presidente municipal, y ahí estaría toda la dirección del Partido de Acción Nacional. O sea, la del PRI, la del PRD, porque es lo mismo. Y entonces saldría toda la gente que tuvo que hacer algún pequeño delito para poder comer. O que está ahí porque no supo qué pasó.
Porque nosotros pasamos en una cárcel en Oaxaca, y hablamos con un indígena que lo agarraron porque no habla español. Hubo un delito, le preguntaban ¿tú de dónde eres? ¿De Chiapas? Vas pa’ dentro, “has de ser zapatista”, dijeron. Y no ha salido. Tiene una condena de diez años, lleva 9 años. Todavía no aprende español, no sabe qué está haciendo ahí. Pero es mexicano.
Y a la hora que nos está contando el compa que habló hace rato, dice: pues cómo puede ser que aquí en Mexicali se esté —porque si ustedes no llevan la cuenta, nadie la va a llevar ¿eh? de los que se están muriendo a la hora de cruzar al otro lado—. Miren, estábamos explicando nosotros ayer en Tijuana: los mexicanos y chicanos que están del otro lado están manteniendo la economía gringa, pero gracias al Fox, también están manteniendo la economía mexicana. Porque son los que están mandando la paga para que pueda vivir su gente.
Entonces, esa gente está sosteniendo dos países. Y entonces, qué está haciendo ese señor ahí, para cobrar 3 millones 350 mil pesos. Y además es un criminal, porque hizo trampa e impuso a Felipe Calderón.
Entonces, lo que nosotros decimos: no importa quién quede, hay que tirarlo. Y tenemos que agarrar nuestro destino. Y que aquí, en Mexicali, no venga a mandar ni PRI, ni PAN, ni PRD, ni EZLN, ni Marcos, ni nadie. Que la misma gente de Mexicali diga: “aquí va a hacerse así”. Y van a ver cómo cambian las cosas. Todos vamos a empezar a vivir de otra forma. Y a lo mejor dicen: “no pues está muy difícil”.
Pero de por sí va a pasar así. Porque cada vez donde estamos pasando, está muy dura la cosa compañeros. Nosotros no estamos pasando a los bares, a los table dance, o a hablar con los políticos. Estamos hablando con gente como ustedes. Y en todas partes nos están diciendo: “ya no, ya basta, ya no se puede, tenemos que hacer algo”.
Y lo que queremos hacer nosotros es, por ejemplo, que Mexicali no pelee sola. Que luche junto con Chiapas. Así como ustedes nos apoyaron, nosotros apoyarlos, pero no en movimiento armado, sino en movimiento civil y pacífico. Y eso es lo que estamos haciendo.
No se trata aquí de poner un partido político o de votar por un candidato. Se trata de que sus demandas como jubilados y pensionados de ferrocarriles, o del sindicato de maestros, como amas de casa, como jóvenes anarquistas, libertarios, punks. Como está cada quien, su demanda, su lucha, no esté sola. Se una con otras.
Y entonces, en el resto del país se sepa lo que realmente está pasando en Mexicali. Porque los medios de comunicación no lo están diciendo. O lo dicen aquí mismo, pero ya para allá no llega. Porque si se enteran allá en Chiapas, en Tabasco, en Veracruz, y en Yucatán, que aquí hay inconformidad por las tarifas de luz, les van a decir: “unámonos, y hagamos una huelga general de pagos en todo el país”.
Y a ver qué hace la Comisión Federal de Electricidad. Porque una cosa es que aquí digan: “no pagamos”. Y otra cosa es que, en todo México, la gente de abajo… Porque son muchos que están igual. Cuando llegamos a comunidades indígenas te dicen: “yo tengo una grabadora, y un foco —porque además sólo tiene un cuarto—, y me llega una cuenta de luz de 800, 1000 pesos al mes, bimestral perdón. Y dice: “¿de dónde?”.
Y ya nos explicaron aquí pues que se vuelve loco el medidor, ahí no hay medidor. Ni siquiera. O sea, la Comisión Federal de Electricidad dice: “pues le toca tanto a tanto”. Y ahí cerca en Palenque, hay un gran hotel y un gran centro comercial, y preguntamos y no pagan luz, están exentos. Pero éstos son además extranjeros, porque es una empresa hotelera, la que tiene eso, y no paga luz.
Y nosotros decimos: ¿por qué el que no tiene paga, y el que tiene mucho no paga nada? A la hora que se sepa esto —porque aquí vienen compañeros de medios alternativos— los van a escuchar en Chiapas, no son zapatistas pero son de la Otra Campaña. Entonces, lo van a escuchar también los de la costa y van a decir: “hagamos la unidad con Mexicali”. Fíjate, desde una esquina hasta la otra. Y llamemos a toda la gente de abajo a que tiene que bajar la tarifa, o tarifa cero. Nada. Por todo lo que se han robado en todo este tiempo, ahora 10, 15, 20 años, sin pagar nada de luz. Y que ahora sí paguen los que tienen.
¿A poco no mucha gente diría: órale? Y es justo, no es nada más que estamos de calientes, lo sabemos pues que sería lo justo. Pero se necesitaría que lo uniera. ¿Lo va unir ese movimiento el PRD? No compañeros, porque ya pasó la elección. Sólo cuando hay elección están muy atentos. ¿Quién lo va a unir? La Otra Campaña. Eso es lo que hace nada más, no viene a mandar ni a dar órdenes.
Nosotros les decimos en cada lugar que pasamos: nosotros no venimos buscando a quién vamos a dirigir o a quién le vamos a dar órdenes. Pero tampoco estamos buscando quién nos va a dar órdenes, ni quién nos va a dirigir. Entonces, ningún partido político. Y a Calderón lo vamos a tirar. Y si nos tardamos, al que siga. Pero yo creo que no tardamos tanto, porque lo que estamos viendo está muy difícil.
Entonces, a eso los invitamos compañeros. Que cuenten su historia, se organicen, y que aquí con la Otra Campaña en Mexicali, se esté conociendo para otros lados. Y que estos compañeros de la Otra Mexicali les cuenten lo que escuchamos en Chiapas, y en Yucatán, y en Quintana Roo, y en Veracruz, y en Puebla, y en Tlaxcala. Y van a ver que son las mismas demandas que ustedes, nada más que ahí ni aire acondicionado hay, ni calentador. Porque no se necesita. Lo que no hay es nada, y como quiera llega la cuenta de luz.
Y les platicaba yo, en Tijuana, que pasamos un lugar donde les están cobrando el agua, entonces va la señora a reclamarle al funcionario y le dice: “señor, pero es que en la colonia no hay agua, pero está llegando el recibo”. Y entonces, decía el funcionario: “no me importa, le vamos a cortar si no paga”. Uta, la señora ya no sabía si reírse o encabronarse, dice: “pues córtala, pues si no hay nada”. A lo mejor pues ahí te vas a dar cuenta.
Y así, muchas historias que entre que dan risa y dan coraje, porque además ese cabrón lo pusimos nosotros, y le estamos pagando su sueldo. Se empieza a oír en todos lados. Pero cada quien piensa que sólo pasa en su lugar. A lo mejor algunos de aquí piensan que esa injusticia es sólo por el gobierno estatal de Baja California, o el presidente municipal de Mexicali. No, donde quiera. Y a veces, es PAN, y a veces es PRI, y a veces es PRD. Ya lo vimos.
Nos falta nada más ocho estados de caminar. Pero ya llevamos 24, y no vemos uno que digas: bueno, pues éste más o menos ¿no? Y el peor que hemos visto en trato a indígenas es Baja California. Es el único estado donde ni siquiera sabe el gobierno que tiene indígenas en su tierra. Y es estas injusticias que nosotros queremos dar a conocer, compañeros y compañeras.
No les venimos a pedir nada, más que escuchen. No les venimos a exigir nada, más que hablen y cuenten su historia. Y van a ver ustedes que, a la hora que empiezan a hablar, otros los van a escuchar. Y no van a ser los medios de comunicación grandes. Va a ser gente como ustedes. Y al rato les van a llegar propuestas. Van a ver. De gente de otras partes del país, que son mexicanos y mexicanas como ustedes. Y la propuesta no va a ser: apoyar a un candidato. La propuesta va a ser: unirse para luchar para vivir mejor. Por ejemplo, lo de las tarifas de luz.
Eso es lo que les queríamos decir compañeros y compañeras. Muchas gracias.
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es una verguenza para mexicali como los medios de comunicacion cocinaron todo un espectaculo para dar mala fama a la otra campaña y como el gobernador elorduy los aplaudio en el noticiero de la noche.
animo
Comentario de alejandro — octubre 21, 2006 @ 7:17 pm
Que vivan los pueblos indios de México y del mundo, que nuestro olvido no mate a los kiliwas que ahora agonizan en esta su tierra invadida por el ansia de poder, de riqueza y de muerte.
Porque el color de nuestra tierra baja californiana no se diluya para siempre en el gris asfalto de la amnesia…
Comentario de ALERTA — octubre 22, 2006 @ 12:31 am
ALERTA; los apoyamos desde el otro lado…..
Comentario de La Adelita — octubre 22, 2006 @ 6:03 am
Gracias a los compañeros que dia a dia van subiendo los audios, porque asi podemos retransmitirlos nosotros desde aca, desde este lejano pais que se llama Chile y que tiene acorralados a nuestros pueblos por los mismo poderos que a ustedes por allá… Quisiera perdirles algo si, es que como aca estamos nada mas sabiendo por estas vias de lo que pasa, si pudiesen poner no solo los audios de los discursos del Zup o los delegados sino unos parrafitos que den cuenta del contexto del lugar, porque aunque tratamos de mirar para alla por este ventana tecnológica igual tenemos estas limitaciones. Nada mas si se puede.. Eso Gracias. Saludos desde Chile
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Comentario de Alejandra — octubre 22, 2006 @ 10:31 am
Companheiros, é para mim, habitante desta terra mas precisamente de um pais chamado Portugal , algo de inacreditavel o que foi comentado pelo Delegado Zero,Marcos. O povo Kiliwa ser exterminado é algo de inaceitavel. Lutemos por eles!! Não deixem que tal aconteça! Todos temos direitos á VIDA. Força!!
Comentario de Filipe — octubre 23, 2006 @ 5:34 am
Que el sub tenga que llegar a jalar las orejas de quienes estan ahi y no pudieron ver lo que pasaba, es una lastima (o una vergüenza). El movimiento no necesita que alguien nos señale el camino. Si de verdad se cree y se quiere construir Otra realidad, de aqui tiene que salir la gente que ve sola, que lo dice antes de que el de fuera lo vea. Que tiene la sensibilidad y la inteligencia de defender primero lo suyo. No necesitamos defender causas ajenas cuando estamos ciegos a las propias. Basta de sectarismos ciegos. Observen. El zapatista no es quien dice que lo es, sino el que puede ver y hacer y protestar. Aunque solo se enteren 54 personas y si misma.
Chido por todas y todos los que creen y luchan. Sigan, sigamos.
Comentario de Gaba — octubre 23, 2006 @ 1:46 pm
Es en verdad un desafio intentar que los pueblos y las comunidades no desaparescan, sobre todo cuando ellas han tomado la determinacion de la desaparicion por propia cuenta. lo peor del caso es que esta desicion pesa sobre todas nuestras cabezas, no solo sobre los politicos o el gobiernos, sino sobre todos nosotros, por ser ignorantes ante las carencias, el privilegio y el sentido de la importancia historica de estas culturas, pero sobre toda humana, nosotros tambien somos parte de este exterminio, culpables de que las comunidades tengan que tomar esta absurda desicion, y para ello es imporante desafiarnos a nosotros mismos, a nuestro egoismo, a nuestra falta de interes, es muy facil decirse zapatista, es muy facil andar de un lado a otro predicando que se es zapatistas, pero serlo es sentir el dolor de otros en nosotros, de sus necesidades, de su tristeza y sobre todo de sus desiciones que tambien a nosotros nos afectan, la historia es inegable y no podemos permitir que los pueblos… quienes… estos pueblos que estan desapareciendo, sean exterminados, no puede, no debe ser posible, y esto no por el hecho historico que predican los absurdos intelectuales, sino por el sentido de saber que estos pueblos que estan desapareciendos son hermanos nuestros, tienen sangre y sangran, lagrimas y lloran, vida y cantan, son seres importantes, ellos valen màs que muchos que dicen tener diner, fama, fortuna o conocimientos, los pueblos y las comunidades son verdaderamente humanos, ellos valen la pena por lo que son, porque saben que son, porque son valiosos, y deben de sentirse orgullosos de ser lo que son… VIVAN LOS PUEBLOS Y LAS COMUNIDADES ETNICAS DE TODO NUESTRO PAIS PUES USTEDES SON VERDADEROS PATRIOTAS, VERDADEROS MARTIRSES, VERDADEROS HEROES Y NO VAMOS A PERMITIR QUE DESAPARESCAN… TENGAN FE EN LO QUE HACEN…LUCHEN… PELEN HASTA EL FINAL, CON FE,… CON FERVOR…PORQUE LO QUE USTEDES SON ES EL ORO QUE BRILLA ENTRE LA NEBLINA DE LA NOCHE, ES LA LUZ QUE NOS IMPULSA A NOSOTROS A CREER.. PORQUE USTEDES SON NUESTRA ESPERANZA, FUTURO Y PORVENIR….
Comentario de Xolo Xochilt... — octubre 23, 2006 @ 2:26 pm
Hoy… esta noche, el sueño producto de un día agotador nubla mis ideas, asi que Ud. respetable lector, disculpe la falta de inspiración en éste mensaje… Que bueno que a muchos les atrae y se leen convencidos por la causa justa del movimiento Zapatista y que la Otra Campaña va despertando conciencias y añadiendo adherentes, eso es bueno y creo que navegamos en la misma dirección… Para tod@s salud y saludos!
Ojalá el itinerario (de la Otra…) no tenga demasiada demora o variación.
Marcos, te esperamos en Tampico…!
Petición: que alguien le informe al Sup, que nos escriba un episodio de algún encuentro entre Durito con alguna Jaiba en Miramar.
(Sobre todo Uds. de Enlace Zapatista, no se hagan patos y «enlacen» ésta petición)
Denuncia: Hablando de Miramar (Miramar es el nombre de la Playa de Cd. Madero Tamaulipas, México), resulta que esta aún bella playa está en proceso de privatización, resultado obvio, de algunos funcionarios deshonestos a nivel municipal y estatal (ya saben la misma historia de siempre), el problema es que se está «desdibujando el paisaje» por la construcción de «villas» en terrenos federales y la pregunta es…, ¿Con el permiso de quién, Señores…?
Gracias.
Comentario de jorchymad — octubre 24, 2006 @ 12:00 am
Lo que sucede con los Kiliwas me conmovió profundamente yme lleno de coraje para luchar con la Otra porque ese pueblo originario permanezca con su cultura y sus costumbres .
Comentario de Patricia Haydee — octubre 25, 2006 @ 9:49 am
Compañer@s de La Caravana y de la Comisión Sexta:
Un abrazo desde el defectuoso (D.F.) y me da gusto ver el importante y lleno de dedicación trabajo que están realizando.
Trataré de ser breve haciendo unas observaciones.
Me parece muy muy muy acertado que tratemos de traducir a palabras y casos concretos la teoría, visiones y razones que tenemos para hacer lo que estamos haciendo.
Pero tambien me parece que en todo proceso revolucionario se despiertan en la sociedad dos aspectos que no debemos perder de vista:
1.- Los miedos.
2.- La sensasión, implícita en todo cambio radical, de saber que se va a perder algo y también se va a ganar algo. Si cambiamos algo, tenemos que dar unas «cosas» para ganar otras «cosas».
Esto lo digo porque en mucha gente (sobre todo la poca informada y que ha sido victima de las campañas anticomunistas) tiene la sensasión de que luego de el triunfo de una revolución, tendría que repartir-compartir por la fuerza lo que tiene (por poco que sea)…. Y por poco que sea, lo que ha obtenido lo ha obtenido con mucho esfuerzo…. (eso en caso que esa persona no sea parte de la clase social poderosa o que haya «adoptado» sus usos y costumbres).
Yo siempre he visto como una desviación de la política el ver y enfocar las cosas de manera demasiado particular. Creo que si bien eso de explicarles de que queremos tirar a alguien y de que nos molesta de que ese alguien tenga más dinero y cosas que otras personas, no nos conviene del todo…. o al menos, no conviene de que esto paresca que es el objetivo de nuestra revolución.
Creo que no se trata de quitarle nada a nadie (de hecho por eso luchamos, porque los poderosos nos estan quitando todo-incluso las vidas). No debemos parecer ni un movimiento justiciero ni parecer vengativos… por mucho resentimiento que tengamos.
Creo que es mejor dejarle en claro a todo el mundo, de que lo que queremos es cambiar las reglas del juego…. las formas de jugarlo…. incluso el nombre de el juego.
…. Y hablando de juegos… Compañer»s Adherentes y Simpatizantes:
Recuerden que tal y como nos lo hace ver el compañero Delegado Zero, no se trata de que el E.Z.L.N. nos diga que hacer. No se trata de que hagamos la tarea para pasar el exámen. Se trata de que cada quien autoasumidamente asuma sus tareas en un mismo marco general y las haga en su propia comunidad, en su propia cotidianidad y contexto.
Comparto el dolor y la indignación de los compatriotas Kiliwas y me parece una estupenda idea la de ir a apoyarlos en febrero… pero debemos, ademas de apoyarnos unos a otros, abrir los ojos-oidos.corazones-mentes hacia lo que pasa a nuestro alrededor inmediato y apoyar-incidir en esa situación…..
Y no olvidemos que nuestro objetivo final no es solo librarla… No es un asunto de superación es de transformación.
¡Viva la dignidad del Pueblo Mexicano!
¡Viva la Otra campaña!
Comentario de alejandro Fernandez — octubre 27, 2006 @ 1:55 pm
la dignidad de las personas no estan en juego, ni la de los cucapa, ni kiliwas, ni los pai pai, ni de nadie, de ningun ser humano.
que las gentes que habitan hoy Baja California de un repaso por la historia, para que no se les olvide quienes habitaron estas tierras, por que quien olvida esta destinado ha desaparecer.Baja California es de los bajacalifornianos, no de quien se dice bajacaliforniano. no lo olviden.
y esto va para todos los mexicanos, mexico es de los mexicanos, no de los panistas, ni de los priistas, ni de los peredistas, es de los mexicanos, de ese mexico precolombino que todavia existe, y se lo recordaremos a los politicos agotados en el mexico de sus realidades.
Comentario de Eduardo H. Enicnas Castillo — octubre 27, 2006 @ 6:14 pm
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Comentario de uomo — febrero 26, 2007 @ 11:13 am
Espero verlos a todos en el campamento.. tenemos un comienzo de cambion en nuestras manos.. quien me quiera ayudar a organiozar algo en mexicali para promover la campaña dejenme saber para organizar algo y lanzarnos al Mayor en grupo…
por el respeto, justicia y dignidad de los puieblos indigenas!!
Comentario de Cochita — marzo 2, 2007 @ 12:39 am