Palabras del delegado zero en el mitin en la colonia triqui Lomas de San Ramón, San Quintín Lea aquí la transcripción
En la reunión con adherentes Lea aquí la transcripción
San Quintín, Baja California
Mitin en la colonia triqui Lomas de San Ramón.
16 de octubre del 2006
Compañeros, compañeras: buenas noches. Traemos un saludo de las comunidades indígenas zapatistas. Nosotros somos de Chiapas, de las montañas del sureste mexicano. Hace unos momentos estuvimos escuchando cómo vive y cómo trabaja la gente aquí en el Valle de San Quintín, aquí en Baja California.
Y queremos decir esto, porque en el resto del país no se conoce lo que está pasando aquí. En los grandes medios de comunicación sólo salen las tarugadas que dice Vicente Fox y los diferentes políticos. Y están diciendo que en México todo está bien, que los indígenas y la gente pobre están contentos con el seguro popular, que se respetan los derechos de los trabajadores y que la gente está contenta y por eso apoya a Felipe Calderón que —como todos sabemos— va a llegar a la presidencia gracias a un crimen, a un fraude que hizo Vicente Fox.
Y lo que estamos haciendo nosotros es recogiendo la palabra y llevarla lejos. Porque aquí nos platicaron que ustedes se levantan a trabajar a las cuatro de la mañana y regresan a su casa otra vez hasta las cinco de la tarde, a veces más tarde. Si me sale bien la cuenta son trece horas. Y entonces, ¿por qué sólo les pagan ochos horas?
Y nos cuentan también, que les pagan 80, 90 o 100 pesos. Y nosotros hicimos la cuenta, lo que se necesita para vivir, porque sabemos que hay que pagar la luz, o a la renta —si es que están rentando la casa—, que hay que comprar jabón, pasta de dientes, algo para comer, algo de ropa, algo de zapatos. Y según nuestra cuenta se necesita para vivir, más o menos así, como pobres: 485 pesos al día. Quiere decir que una familia aquí en el Valle de San Quintín, tendría que trabajar exactamente tres o cuatro veces lo que está trabajando ahorita, pero si el día sólo tiene 24 horas. Si tendría que trabajar para ganar lo necesario para vivir, un solo trabajador, tendría que trabajar cuarenta horas al día, sin comer y sin dormir, para nomás irla pasando.
Y entonces lo que resulta es que también, el hombre o la mujer —y a veces hasta los niños— tienen que entrar a trabajar. “Órale”, dicen. Pero ¿dónde están los respetos a los derechos laborales? Saben que si se enferman no lo respetan, si se enferman es que te estás haciendo pato —dicen—, que te estás engañando, que no es cierto que tienes nada. Vas con el doctor y te dice: “todo está en tu cabeza”, no importa que te estés muriendo.
Y si eres mujer y te embarazas, ¿a poco te van apoyar para que das a luz?, ¿a poco te van apoyar para que vas a criar al niño los primeros meses? Y eso es lo que dice la ley laboral, y aquí no se está respetando. Y además de eso, todavía, compañeros y compañeras, se van a burlar por el color que tienen, por su estatura, por la lengua que hablan, por la ropa con la que se visten, por la cultura de indígenas.
Y aquí lo que viene pasando es que en este país, los indígenas ya estaban antes de que llegaran los españoles, antes que llegaran los gringos, los franceses, los coreanos, los japoneses, y antes de que llegara el idiota de Vicente Fox a decir que era presidente de México, aquí los indígenas ya vivían. Y cómo es posible que ese señor que no hace nada, se vaya a llevar de pensión —para pasar su vejez—tres millones, trescientos cincuenta mil pesos. Y no hizo nada, lo sabemos bien, porque ya pasaron seis años y ya va de salida. Y lo único que hizo fue comprarle las toallas a su señora, comprarle su ropa, hacer que sus hijos de su señora —que son los hermanos Bibriesca—, estuvieran haciendo tranzas con tierras como ésta del Valle de San Quintín, en otras partes de la República.
Si ustedes quieren ganar ese dinero, tienen que trabajar 90 años, todos los días, de lunes a domingo, sin descansar un solo momento, para ganar lo que ese señor se va a llevar por seis años de no hacer absolutamente nada.
Y lo sabemos si alguien tiene una injusticia y quiere ir a reclamar con el funcionario, empezando porque lo ven mal porque es indígena. Si acaso le hacen caso, le dicen: “date otra vuelta”, o le dan un papel y no le cumplen. Y según lo que escuchamos ahora —no estoy inventando—, son historias que nos contaron aquí mismo. Y no importa si hablan con el presidente municipal o si hablan con el gobernador o con el diputado, o con el senador, saben que no los van a respetar porque no son gente de dinero, gente rica.
Y aquí puede que no haya drenaje y que no haya pavimento, pero si vamos a las colonias ricas de Ensenada, ahí vamos a ver que hay muchas cosas. Y ¿por qué?, si la gente que está trabajando está aquí.
Cómo va a ser que va a representar a los indígenas del Valle de San Quintín un terrateniente —que es el que dirige la comisión legislativa, aquí en la cámara de diputados, o sea en el congreso del estado de Baja California—, pues ese no va a ver por sus derechos, va a ver por el derecho de los terratenientes.
Y nos enseñaron también, el daño que les hace en la piel que estén trabajando con químicos a la hora que están haciendo el trabajo en el campo como jornaleros. Y ¿a poco les dan protección?, o ¿a poco si se enferman los van a ayudar?, ¿reciben aguinaldo?, ¿reciben pensión? No reciben nada compañeros, y están todo el día trabajando, y ven que en lugar de mejorar, cada día las cosas son más caras.
Nos explicó un compañero: “aquí se ganan 47 pesos de salario mínimo”, 80, 90, 100 si te va bien, si trabajas en una de las fincas o en una de las haciendas —como se dicen ahora—. Pero resulta que a la hora que vas a comprar las cosas hay que pagarlas en dólares, como si esto fuera territorio norteamericano.
Y nosotros venimos de Baja California Sur y vimos grandes colonias con letreros en inglés, donde vive gente que no es de este país y es tratada con respeto. Y los que hicieron este país —que son los indígenas— son tratados como si fueran extraños, peor como si fueran extraños o extranjeros: como si fueran animales que estuvieran haciendo daño. Y los que están haciendo daño en este país son esos ricos y esos políticos que están pagados por ellos.
Nosotros no estamos proponiendo… Mira, acaba de pasar un proceso electoral y vino el PRI, vino el PAN y vino el PRD. Y dice que si votas por ellos va a cambiar las cosas. Hay gente aquí que lleva más de treinta años en el Valle y ya pasó PRI, PAN y PRD y no ha cambiado nada, lo sabemos. Entonces nosotros decimos —allá en Chiapas y en todos los estados de la República nos estamos organizando y también con la gente que está del otro lado, en Estados Unidos trabajando— de que tenemos que cambiar este país, y tenemos que deshacernos de esos políticos, de todos, porque todos son una bola de ladrones.
Y también, que la tierra tiene que ser de quien la trabaja, esa tierra que están trabajando tiene que pasar a su propiedad, no a propiedad del terrateniente. Y que ustedes decidan cuál es el precio de ese producto. Y que los niños puedan ir a la escuela, no nada más a la primaria, que sabemos que terminan pocos, y a la secundaria llegan unos pocos, y a la prepa casi nadie y a la universidad, olvídate. Y si llegan hasta arriba, siempre van a seguir siendo un indio o una india, para ellos de allá arriba, como si fuera una vergüenza ser lo que somos, hablar como hablamos y tener el color que tenemos.
De cuando acá se dijo que aquí se va a pagar a la gente según su color. La gente tiene que ganar según su trabajo, que es lo que vale.
Y ni siquiera podemos decir que hay justicia, porque ustedes lo saben bien, que las cárceles en Baja California y en todo el país, están llenas de gente pobre. Y los grandes ladrones —que son los políticos— están libres. Sabemos —porque luego sale en las noticias— que un diputado es drogadicto, que vende drogas, que se roba niñas para violarlas, gobernadores, hasta el presidente de la República que se roba el dinero para su propia familia y para favorecer a los hijos de su señora, esa que se llama Martha Sahagún. Lo sabemos, no es ninguna, no es algo que no sepamos, sale en los periódicos, en la televisión, en todos lados.
Pero no los vamos encontrar en la cárcel —que es donde debían estar—, en la cárcel vamos a encontrar a una pobre gente que se puso a vender un día que no lo dejaban, y llegó la policía y la pateó, como pateó a una niña un policía allá en Ensenada —nos platicaron, a una niña en el estómago—, porque no le gustó que fuera lo que es: que es indígena. Y esto ya pasó antes cuando la época de Porfirio Díaz. Esas jornadas laborales y esos salarios, son los mismos que tenía la gente cuando Porfirio Díaz y cuando se levantó para derrocarlo. Y es lo mismo que ha pasado desde hace muchos años.
Y nosotros no queremos que las cosas cambien y que ahora entra otro político y que las cosas siguen igual para los indígenas. Que no importa que habla muy bonito o que promete muchas cosas, como quiera como indígenas nos van a seguir despreciando. Como quiera nos van a seguir humillando en el trabajo, en el campo, como jornaleros agrícolas. Como quiera nos van a seguir despreciando a nuestros hijos. Y nosotros no podemos heredarle a los hijos la vergüenza, que es lo que nos están imponiendo. Que ellos crezcan con la vergüenza de ser indígenas: triquis, mixtecos, zapotecos —lo que es cada quien—, que tuvo que dejar su tierra para venir a Baja California, pero no para estar de flojo o para ser un criminal, vino a trabajar, porque en su tierra no hay trabajo.
Y lo que nosotros queremos hacer, es que su voz de ustedes de esta situación, ahora sí se conozca. Porque lo sabemos que los periódicos no lo van a decir, ni la televisión. Lo único que lo va a decir es que entre nosotros mismos empecemos a contar la historia, y eso es lo que vamos a hacer nosotros.
En cada lugar donde vamos a pasar de la República, y cuando hablemos con otros compañeros vamos a contar lo que está pasando aquí en el Valle de San Quintín, y no nada más para ver si le da vergüenza a ese Fox o al gobernador de Baja California, o al presidente municipal de Ensenada. Lo vamos a hacer para que gente como ustedes en Oaxaca —que es de su misma sangre—, u otros indígenas en otras partes del país lo escuchen, y estén de acuerdo de luchar junto con ustedes, porque aquí haya justicia, igual que en sus tierras.
Y que aquí pueda crecer con dignidad alguien que tenga la sangre triqui, mixteca, zapoteca y diga, y la gente lo respete por su trabajo, no que lo mire con desprecio nada más porque es indígena.
Eso es lo que estamos proponiendo nosotros, no estamos buscando ningún cargo, lo que queremos es decirles que si se organizan aquí para luchar, que no vayan a luchar solos. Que nosotros podamos apoyarlos en Chiapas, o los compañeros en Jalisco, o en Michoacán, o en todas partes de la República donde estemos. Que si aquí se empieza a luchar, la gente de Tijuana y de Ensenada y de Mexicali que está también en la lucha, esté junto con ustedes apoyándolos. Y que ya no sea que sólo nos enteramos de una lucha cuando alguien muere o cuando alguien está en la cárcel, sino que ustedes mismos tomen la palabra y se dé a conocer en otros lados.
Y que aquí en el Valle de San Quintín, manden los que viven y trabajan en el Valle de San Quintín, no un cabrón licenciado que a saber de dónde viene, que ni conoce lo que es aquí. Y que ese mismo que ustedes decidan, y lo vayan cambiando y todos vayan aprendiendo a gobernar, porque gobernar no es de alguien que sabe mucho, es el que tiene vergüenza, ese es el buen gobernante. Y ésos que están allá arriba, lo sabemos bien, son una bola de sinvergüenzas, todos, no se salva uno solo.
Entonces compañeros, si ya llevan 30 años, 15, 16, los que lleven aquí en el Valle de San Quintín, ¿vamos a esperar que a ver si otro? Ya van a ser seis años, a ver si va a acabar ese Calderón… Y dentro de seis años vamos a ver que estamos peor, ni siquiera igual, vamos estar peor. Y entonces vamos a esperar a ver si llega otro. Y nos vamos hacer grandes y vamos a morir, y nuestros hijos van a seguir esperando a ver quién lo va a resolver.
Nosotros decimos que ya llegó la hora, que ya basta. Y no estamos promoviendo un levantamiento armado —como hicimos nosotros—, lo que nosotros queremos es hacer lucha por los derechos, civil y pacífica en todo el país. Pero todos de acuerdo, todos apoyándonos, no cada quien por su lado. Porque ahorita, a lo mejor, ustedes piensan que San Quintín queda muy lejos de Chiapas. Pues ya no, porque ya venimos a escucharlos. Y con estos compañeros que vienen, que están tomando la grabación y la foto, va a llegar a otras partes de la República.
Y entonces a lo mejor no puede llegar su voz directo, pero a través de estos medios va a llegar lo que contaron ustedes, no lo que yo invento. Porque eso es lo que está haciendo Fox, inventando que en Baja California todo está bien, que vengan los gringos a vivir, que vengan y pongan sus casas, como si no existe San Quintín, como si no existen los triques, los mixtecos, los zapotecos y la gente indígena y no indígena que está trabajando aquí, como si no fuera que los están explotando, como los están explotando.
Entonces compañeros y compañeras, nosotros no venimos a prometerles nada más que una cosa: vamos a tumbar al gobierno, un día va a llegar que lo vamos a hacer. Y la tierra va a ser otra vez de quien la trabaja, no que lo que hizo Salinas fue cambiar otra vez el artículo 27: que ya los ejidos y las tierras comunales ya no son de los pueblos, ahora son del que las compra. Eso va a pasar. Y no es que alguien lo va a venir a traer de fuera, ni Pancho Villa, ni Zapata, ni Marcos, ni nadie: aquí mismo la gente, en cada lugar, se va a organizar y eso es lo que vamos a hacer, porque ya no se pude vivir así, como estamos viviendo.
Y si uno va a morir así como animal, igual se le muere el miedo y mejor pelea, pero no queremos con lucha armada. Lo que queremos es organizarnos y exigir nuestros derechos y quitar al gobierno. Y poner a otro que nosotros mismos elijamos, de aquí mismo, y si no sirve pa’ fuera. Y otro, y otro hasta que salga uno bueno. Y hasta que los críos crezcan, y crezcan con verdad y con honestidad, y entonces entiendan que tienen que servir a su pueblo.
Y entonces ser triqui, mixteco y zapoteco en el Valle de San Quintín no va a ser un dolor, va a ser una alegría y un orgullo. Y eso es lo que queremos.
Gracias compañeros. Gracias compañeras.
San Quintín, Baja California
Reunión con adherentes
15 de octubre
Compañeros, compañeras: buenas tardes. Voy a decir una parte de la palabra ahorita y otra en el mitin. Primero que nada queremos agradecerles que nos hayan recibido. Luego, luego se ve pues cuando están recibiendo gente que tiene la sangre indígena, que da lo mejor que tiene. A veces es lo único que tiene y como quiera nos está recibiendo bien.
Miren, yo les quiero hablar de estas personas que vienen con nosotros, porque del EZLN ahorita sólo vengo yo. Es primera vuelta que estamos viniendo para conocer primero, y luego van a venir más compañeros y compañeras, que son los jefes nuestros. Por eso sale que yo soy Subcomandante, porque encima mío hay quien me manda que son Comandantes y Comandantas, porque hay hombres y mujeres que mandan.
Entonces, estos compañeros pues, es que nos pusimos de acuerdo —ahorita les voy a platicar la historia—, pero ellos son de otras organizaciones, de otros grupos y colectivos, pero ahora sí que como que ya echamos trato y dijimos: “aquí el problema es éste”. Y el problema es que están los ricos y están los pobres. Y los pobres, o sea los trabajadores, sólo pueden tener justicia si se organizan y luchan, pero no para cambiar un gobierno, sino para cambiar a todo el país.
Entonces, nos organizamos y dijimos: “vamos a recorrer todo el país, pero ya no vamos a hablar con los políticos”. Porque ya hablamos —ya lo platicó el compañero Carlos—. Ya hablamos, ya dimos todas las vueltas que están diciendo ustedes, nosotros las dimos también y ellos también. Entonces, ¿qué vamos a hacer? Vamos a hablar con la gente que está jodida, que nos cuente pues cómo está su lucha, porque si no va a parecer pues que México es lo que dice Fox: “que todo está muy bien, que todos los inditos están muy bien”. Todas las pendejadas que dice, o que dice Xóchitl Gálvez.
Dijimos: no, que hable la gente. Y no vamos a ir a tirar pues el rollo así como los políticos, sino que hable la gente y la vamos a escuchar. “Órale”, dijeron ellos, “vamos”. Nos organizamos, juntamos un poco de paga y trepamos y nos vamos hasta Baja California. Y vamos a San Quintín y le pedimos a los compañeros que son también de la lucha, que están aquí en Baja California, pues que nos busquen modo de cómo vamos a hablar con los compañeros y compañeras de San Quintín. Y acá llegamos.
Entonces, hay unos compañeros aquí y compañeras, que son los que traen las cámaras y los micrófonos, que están grabando. Ellos no son de Televisa, ni de TV Azteca, ni de los grandes periódicos. Ellos son que se llama de medios alternativos. Entonces, ellos no se venden. Ellos lo que hacen es que están agarrando su palabra de ustedes, y lo están haciendo que lleguen a Oaxaca, por ejemplo. Que llegue a Chiapas, que llegue a Estados Unidos, que llegue a Europa, que llegue a Oceanía. A todas partes, porque de por sí ellos ya tienen su modo.
Así como ustedes saben trabajar la tierra, ellos saben trabajar eso. Y en lugar de ponerlo para que van a ganar paga y hacerse ricos —como los grandes que tienen los grandes periódicos—, ellos dicen: no pues yo voy a pelear con esto que sé hacer, que lo que sé hacer es sacar la voz del que está abajo y llevarla lejos”. Y fíjense, ustedes lo saben pues, porque cuando tenemos un problema, y nos organizamos bien, pues nos mandan a un político. Y ese echa su rollo, su verborrea —como dijo un compañero pues—, echa su verbo. Y pues habla bien bonito pero no le entendemos qué está diciendo. Porque habla con palabras muy duras, decimos nosotros.
Y ya nos vamos a nuestras casas, y:
—¿Cómo te fue?
—Pues bien bonito que habló ése.
—Y ¿qué dijo?
—Pues no sé qué dijo, pero habla muy bonito.
Pero viera que la misma gente de abajo, aunque sea con batalla y que empiece a contar su historia y su dolor, y otro igual en Oaxaca lo está oyendo. Otro triqui, otro mixteco, otro zapoteco. Pues entonces va a decir: “oye pues esos compañeros son de nuestra sangre”. Y lo escucha un maya y dice: “ése es el mismo problema que tenemos nosotros”.
Entonces, el trabajo de ellos, no es que están paseando pues. Y no es que son del EZLN: son de otras organizaciones, pero su trabajo es ése: que ustedes hablaron y ahí va, en su grabadora y en su foto. Y ahí van a ver ellos allá y en otras partes del mundo: “esa es gente de abajo”. No están hablando los licenciados, ni está hablando Fox, ni Xóchitl Gálvez. Está hablando mero la gente de San Quintín.
Y entonces, se rompe un poco eso de, como decía un compañero: “es que como que estamos encerrados, porque estamos muy lejos, mismo de Tijuana”. Pues ya no se diga de la Ciudad de México, que hay que venir en avión o en barco pues como venimos, y luego en carretera. Pero estos compañeros lo que van a hacer es llevar su palabra, para que llegue lejos, y se conozca la injusticia. Porque también viene de un periódico nacional y de una revista nacional. También se va a conocer ahí.
Pero lo más importante es que gente igual que ustedes los va a escuchar. Y sólo aquí los puede escuchar, en ningún otro lado. Porque ustedes no van a poder ir a Yucatán, ni a Tamaulipas, ni a Ciudad Juárez, ni a Michoacán. Pero su voz va a llegar ahí. Porque hay otros como ustedes que están diciendo: “puta madre, esto que me está pasando ¿por qué? No es justo”, como dice el compañero.
Eso es lo que estamos haciendo nosotros. Nosotros no estamos prometiendo que si es Marcos gobierno, o que si tal señor va a ser gobierno, va a salir las… No, nosotros decimos, estamos diciendo: vamos a hacer que se escuche la palabra de la gente, y que la misma gente de abajo se empiece a conocer lo que le duele. Así como cuando van al doctor y dice: “bueno, ¿qué tiene?” Pues uno tiene que decir qué tiene. No es que lo cuenta pues la tía, sino que uno mismo cuenta cómo le está doliendo. Pues eso lo que nos está doliendo es nuestro país. Y lo que tenemos que hacer primero es conocernos, y organizarnos para ponernos de acuerdo.
Yo les voy a contar un poco la historia de nosotros. Nosotros somos mayas, indígenas de raíz maya. Y así como ustedes se llaman triquis o mixteco, o zapoteco, nosotros nos llamamos: tzeltal, tzotzil, chol, tojolabal. ¡Uta!, nosotros estamos bien jodidos. Antes de que nos alzamos en armas, todo el día pues nos tienen aventados en el cerro, pura piedra. Ustedes son campesinos y saben trabajar la tierra, saben lo que cuesta cuando hay pedregal. Cuesta un chingo y luego da bien poquito. Apenas un poco de maíz, para tener tortilla y pozol —que es el que hacemos nosotros con el maíz, una bebida—, esa es la comida: tortilla, frijol, un poco de verduras tal vez, y de repente, si hay necesidad, vas a matar un pollo, y ya, si va bien.
Y la tierra buena, plana, con agua, el finquero —finquero le decimos nosotros al terrateniente, les decíamos, porque ya los correteamos—. Y entonces, viene este Salinas de Gortari y dice: “no pues, se acabó”. El Artículo 27 que puso mi General Zapata de que la tierra es de quien la trabaja, ya no. “Ya no hay tierras para repartir”, y además, el que tiene tierra: ejidatario, propiedad comunal, ahora ya la puede vender. Y se puede comprar, y te la puede quitar el banco. Antes no se podía. El ejidatario siempre es propietario de la tierra y nadie se la puede quitar. Ahorita, se compra y se vende.
Y ¿quién la va a vender? Pues el que tiene necesidad, compañeros. Y ¿quién la va a comprar? El que tiene dinero. Y ¿cuándo hemos tenido nosotros? Lo único que nos sobra es necesidad. Y en todas partes del país donde hemos pasado esto es lo que hemos encontrado: que los campesinos están vendiendo su tierra. O se las están quitando con engaños.
Porque ustedes han contado y nosotros lo sabemos en cualquier parte. A cuánta gente pues que no habla castilla —así le decimos nosotros al español—: “fírmale aquí y te doy cien pesos”. Y firma y tras que no sabe que está firmando que ya entregó su ejido. Lo sabemos que es que luego corrompen al comisariado ejidal, o al agente municipal. Que lo embolan, lo emborrachan pues —así decimos nosotros que se embola—, y al rato, ya dijo: “ya todos firmaron”. Y ¿cuál? Pues la comunidad ni sabe, el ejidatario ni sabe. Cuando da cuenta ya no hay tierra. Y cuando da cuenta esa tierra donde está trabajando y donde trabajó su papá y su mamá, y sus abuelos, y sus bisabuelos, y así hasta antes de que llegaran los españoles, ya no son de él. Él está despojando, y lo meten a la cárcel, por estar en su tierra.
Y el que llegó con engaños y que se apoderó de la tierra es el presidente municipal, es síndico, es diputado local, es diputado federal, es senador, hasta es gobernador. O hasta presidente de la República.
Esta es la historia que estamos viendo. Ustedes nos contaron que ya hay unos que ya tienen 30 años aquí. Yo estuve pasando la cuenta: pasó López Portillo —que entró en 76—, ¿les cambió algo? Nada. Llegó Miguel de la Madrid, ¿cambió algo? Sí, se puso peor. Llegó Salinas, más peor. Llegó Zedillo, más peor. Llegó Fox, más peor. ¿A poco nos va a ir mejor con Calderón? Que ya sabemos que no va a… Entonces, si nosotros estamos pensando eso y dice: “¡uta! vamos a esperar a ver si quiera dios que manda a un hombre que sea cabal” —o mujer—, pues no compañeros. Nosotros sabemos que así no es.
Cuándo en la tradición de lucha del pueblo triqui ha sido una persona que se levanta, no es cierto, es siempre el pueblo. Igual nuestros pueblos. Y si hacemos la cuenta con huicholes, con nahuatls, con los purépechas, con nosotros pues, con los de raíz maya, nunca es que sale uno, es que el pueblo se organiza y así conquista las cosas. Miren, a nosotros así como están contando así nos hacían. Nosotros caminas tres, cuatro días para agarrar un carro de redilas, de tres toneladas, así le decimos nosotros. Y luego pagas 15, 30 pesos por que te lleve a la cabecera municipal. Si la mujer está enferma, llega —no sabe hablar castilla, habla lengua—, no la reciben: va a tener que parir en la calle. Si es que está embarazada y va a dar a luz. Si está enferma, se va a morir en la calle.
Entonces, imagínate la cuenta que hace alguien que dice: “estoy enfermo, voy a caminar 3 días, tengo que pagar 30 pesos de ida y 30 pesos de regreso, para morirme allá, mejor me muero aquí”. ¿Si me entienden? Entonces, llega un momento pues como explicó la compañera, pues sí nos da miedo la represión. Pero cuando ya te vas a morir se acaba el miedo también. Y entonces, lo que pasó en nuestras comunidades, es que llegó el momento en que había que pensar si nos vamos a morir así, o vamos a morir peleando.
Y entonces, lo que llegó en el pensamiento es que hay que morir peleando. Y nosotros pensamos, pues órale, vamos a levantarnos en armas. Y vamos a atacar la ciudad del rico. Y que México se de cuenta cómo están viviendo los indígenas. Compañeros, porque acuérdense, cuando estaba Salinas de Gortari, parece que no hay indígenas. Acaso alguien habla pues de los indígenas. Lo único que se habla es de La India María, ésos son los indígenas.
Pero nadie está hablando de que hay mixteco, que hay triqui, que hay zapoteco, que hay maya, que hay tzotzil, que hay nahuatl, que hay purépecha. No se habla, más que a la hora que compras la artesanía. Y yo les cuento lo de la artesanía, porque la finada Comandanta Ramona, que era nuestra dirigente, era artesana. Nunca fue a la escuela, no hablaba español, y lo que hacía era como estas pulseras que traigo yo. Y las vendía en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas. La ciudad de San Cristóbal de Las Casas, antes de que nos alzamos en armas, los indios no pueden caminar en la banqueta, tiene que caminar en la calle. Porque la banqueta —decían los que mandan ahí— es para la gente, no para los indios.
Hubo un muerto en 1993, un año antes de que nos alzamos en armas. Y le preguntan a un finquero, o sea a un terrateniente: “oiga, que mataron a un indígena aquí los soldados”, y no se qué. “Aquí vale más un pollo que la vida de un indio”. Y el que dijo eso, ahorita es del PRD, que apoyó pues para el gobierno del PRD. Y así está pues, todo lo que estamos pasando. No les voy a contar nada nuevo, porque ustedes lo saben, como dijo el compañero.
Si tienes un color, tienes un tamaño, si tienes una lengua, y o no te ven, o te ven con asco. Hasta —no se nota por el pasamontaña— pero hasta arrugan la nariz, cuando están cerca de uno. Nada más por eso, no les importa cómo te llamas, ni qué has hecho, ni si trabajas, ni si estudiaste, ni si tienes dinero. Tú vas a una tienda de ricos, así como estás, aunque lleves la paga, no te dejan entrar. Porque te ven y dicen: “no pues éste no va a poder pagar”. “No, está cerrado”, ya te dicen. Y pasa una señorona, toda güera, así flaca como les gusta ahora y ya: “pásele señora”, aunque no lleve la paga ella.
Lo sabemos pues, y ustedes lo saben y no sólo es en el campo de trabajo donde están como con aldeas agrícolas, en la escuela, en la calle, cuando van al cine, a donde vayan que se muevan, si es que pues que son indígenas ya las están viendo mal.
Bueno, ya no les cuento pues lo que pasó, nos alzamos en armas. Y tras que no salió como pensamos porque ni se alzó el pueblo, ni tampoco nos pudieron derrotar. Entonces, lo que nos dijo la gente es que vamos a buscar pues el diálogo. Ya contó el compañero Carlos lo que pasó: dialogamos con el gobierno. Fíjate compañera, pusimos muertos, pusimos millones de personas en las calles, y nos traicionaron. Lo que van a hacer con ustedes es engañarlos. Los van a traer vuelta y vuelta. Y a lo mejor les dan un vestido a ustedes, una botella de trago a los hombres. El gobernador se va a tomar la foto con ustedes, y anda vete, no va a cambiar nada para el Valle de San Quintín.
Porque si hay un problema en el Valle de San Quintín y alguien viene a darse cuenta, lo que hace el gobierno es darle dinero al reportero, para que no salga nada. O sea, para que no nos vean y para que no nos escuchen. Y entonces, nosotros estamos pensando: pues ya lo hicimos todo eso, y resulta pues que los gobiernos no escuchan. Lo sabemos. Y entonces, ¿qué hacemos? Pues tenemos que tumbar al gobierno, a todos: al presidente municipal, al gobernador del estado, al presidente de la República, a los diputados, a los senadores, y a meterlos todos en una cárcel, y vas a ver que entre ellos se van a robar, porque a eso se dedican.
Y lo saben bien pues. Porque denme el nombre de un político que no sea rico. Y denme un nombre, el de un indígena que esté trabajando todo el día y que sea rico, ninguno. Y ¿qué hace el político? Nada. y ¿qué hace el indígena que trabaja? Todo el día está dándole. Y ¿por qué éste no tiene y el otro sí tiene? Es lo que estamos preguntando nosotros. Entonces, nosotros decimos: no pues vamos a preguntar a otros a ver quién quiere luchar. No con las armas, sino que nos ponemos de acuerdo. Porque ustedes lo saben, si alguien se organiza en un lugar y lucha por sus derechos, le avientan la policía, el ejército, está solo.
Ya nos enteramos hasta que ya hay muertos, o que ya están en la cárcel. O que ya hay desaparecidos. Pero viera que nos ponemos todos de acuerdo, y vemos la fuerza todo junto. No nada más aquí en el Valle de San Quintín, y no nada más en Baja California, sino en todo México. Nada más de pueblos indios: habló el compañero Carlos, es del Congreso Nacional Indígena, ya lo explicó. Ahí estamos en lucha pacífica muchos pueblos indios. También estamos nosotros. Pero cada quien tiene su modo: ellos como pueblos tienen su modo y lo respetamos, y nosotros el nuestro y nos respetan. No es que alguien va a mandar. No es que nosotros les vamos a dar órdenes a los náhuatls o a los purépechas. No, ellos mismos deciden cómo.
Ahora compa, imagínate, que llega el día en que tú dices: “ahorita vengo, voy a visitar a mis familiares en Oaxaca, y agarras un avión. Uno va a decir: ¡uta! nombre cuándo va a agarrar un avión, cuándo va a ser, si apenas estamos peleando a ver si es municipio San Quintín. Y si el pueblo triqui, en el valle, es reconocido. Porque eso lo explicó Carlos: lo que querían los Acuerdos de San Andrés es que cada pueblo es reconocido como tal. Y entonces, la lucha no es porque que se hace el municipio de San Quintín, es porque el pueblo triqui, o mixteco, o zapoteco —que vive en Baja California— tiene sus propios derechos y sus formas de gobierno, y sus necesidades y las tiene que resolver el gobierno.
Pero no lo van a hacer, estos gobiernos no lo van a hacer. Porque nosotros sabemos que el que le paga al gobierno es el rico. Y ustedes saben bien que el que paga manda. Y a poco el rico le va a pagar a los gobiernos —porque eso es lo que hacen— para que haga justicia. No, pues si ellos viven de la injusticia. Ustedes creen que le van a obligar al patrón de la empresa que nos dijeron de aquí del valle, de las que hay: tienes que pagarle lo justo a los trabajadores, y el salario compactado que estás haciendo está violando la ley, porque además estás haciendo trampa, porque te estás ahorrando un chingo de dinero y según esto ya va metido ahí, y no es cierto, lo sabemos que no es cierto.
Bueno, compañera, pues fuimos a Quintana Roo. Estuvimos ahí en Chiapas, fuimos a Quintana Roo y encontramos indígenas mayas. Que les quitaron su tierra. Y ¿sabes qué hay ahorita en su tierra? Un hotel. Y ¿sabes que no pueden entrar? Y es su tierra. Ni siquiera para limpiar el jardín, ni eso pues. Y fuimos a Yucatán: unos pescadores también indígenas mayas, en la cárcel. ¿Por qué? Que porque están pescando camarón sin permiso. Una lancha que es más chiquita que este cuarto. Y un barco que es dos, tres, veces este edificio, lleno de camarón, pero es del empresario. A ése no le hacen nada, pero a dos indígenas que están pescando los meten a la cárcel que porque están destruyendo la naturaleza. Si esos indígenas estaban ahí antes de que llegaran los españoles, hace 500 años. Y la naturaleza no se destruía. La naturaleza se empezó a destruir cuando vino el capitalista. Esa es la verdad y lo sabemos bien.
Y es el que donde entra empieza a destruir. Explicó el compañero Carlos que cuando hay un problema entre comunidades —que los hay de por sí—, cuál es el modo pues que tenemos que nos arreglamos hablando. Donde entra el gobierno hay hasta muertos ¿qué no? Y mucha gente tiene que salir de sus tierras, porque cuando se enfrentan entre comunidades hasta muertos hay. Y si le rascas ¿por qué se pelearon? Pues que se metió el tribunal agrario, que se metió la Reforma Agraria, que se metió el presidente municipal, o el gobernador, que es el que hizo que se pelearan. Y los dos están bien jodidos.
Entonces, estamos haciendo pues esa cuenta. Vamos a Puebla compañeros; ahí hay unas fábricas que hacen los pantalones de mezclilla. ¿Saben quién es el dueño? El cabrón éste que anda agarrando niñas: Karer Nacif, no sé qué. Su amigo es —¿cómo?— (Kamel Nacif) Ése pues. Éste sí agarra una niña chiquita y se la lleva pues para hacer su pendejada. Ése es el dueño.
Compañera: las trabajadoras, 14, 16 horas diarias, 45 pesos al día. Olvídate que si tienen sindicato, que si aguinaldo, que si prestaciones, que seguro social. No pueden ir al baño, porque el capataz —así le dicen allá, ustedes dicen mayordomo—, el capataz le dice: “que te estás haciendo pato, lo que no quieres es trabajar”. Entonces, si va al baño tiene que ir el capataz con la mujer a ver si va a orinar o a cagar. De veras. O si no, lo cierran el baño, dicen: está descompuesto, no pueden entrar, y ahí se tiene que aguantar todo el día, a ver qué va a hacer. ¿Te vas a embarazar? Olvídate estás despedida. Nada que vamos a poyarte para que puedas dar a luz bien, y luego para que puedas tener al chamaco unos cuantos meses… Nada, para afuera estás despedida.
Y luego que si se le antoja al capataz la muchacha, pues si no le hace el favor, para fuera también. Entonces, ahí lo vemos pues que están explotados como trabajadores, pero aparte se burlan de ellos por su modo. Porque son indígenas que venían de la sierra, que buscaron trabajo ahí y ahora son obreros. Se burlan de ellos porque son indígenas: por cómo hablan, y por su color, por su tamaño y por su cuerpo. Y aparte también las explotan y las chingan porque son mujeres. Pues pa’ dónde va a salir.
Total, empezamos a andar por varios lados, y vamos ahora pues ahora en Sinaloa —venimos de Sinaloa y Baja Sur—, en Sinaloa pues, unos pescadores, Teacapán se llama la comunidad, nadie sabía nada hasta que llegamos ahí. Pero no llegamos a pedir el voto, llegamos: cuenten el problema. “Pues el problema aquí es que no nos dejan pescar el camarón, y de eso vivimos”. Y llegas a ver la comunidad, es como ésta compañeros, pero con un chingo de zancudos. Y ahí nomás, —¿qué caminamos? como dos, tres kilómetros cuando íbamos de salida— un hotel, pero bien bonito, limpio. Entonces decimos: ¿por qué el que está trabajando, si trabaja es un delincuente? Porque no crean que los meten a la cárcel porque venden drogas o porque matan gente o porque roban. Los meten a la cárcel porque están trabajando. Y si no quiere entrar a la cárcel, tiene que darle una mordida al funcionario. Eso es Sinaloa, Teacapán.
Vamos más arriba, al Dautillo: una colonia igual que ésta, son pescadores. Pero ahí está el altero de basura, mucho zancudo y gusanera. Y la mayoría pues son niños chiquillos, que están en la escuela —hasta fuimos a la escuela junto con ellos—. Y van a protestar al gobierno municipal, que porqué no recoge la basura. Y el presidente municipal les dice: “es que está descompuesto el camión”. Y entonces, nosotros les preguntamos: y porqué se descompuso el camión de la basura de ustedes, porqué no se descompuso el camión de la basura del rico. Hubiera sido así cabal, se descompuso el de la basura del rico, entonces, tú no hay problema, al que se le junta la basura es al rico. ¡No! Siempre las cosas que salen mal, es la que está del pobre.
Que vamos a estudiar, dice el compañero, que haya becas. Fuimos a hablar con los estudiantes de la Autónoma de Sinaloa, te dicen: “no importa que estás chingándote todo el día estudiando”. Y eso que es público y gratuito, mentira. Como ahí nos explicó el compañero: que cuota en cooperación —pero ahí sí ni cooperación voluntaria—, si quieres presentar un examen, ir a un laboratorio, tienes que pagar. Entonces, sí entras gratis, pero si quieres pasar de año, tienes que pagar. Y acaban la carrera y no hay trabajo.
Pues ahí lo vimos pues, nos platican:
—Que tal se recibió de médico.
—Y ¿qué está haciendo?
—Manejando un taxi.
—¿Pero a poco estudió para eso?
—No, estudió para ser doctor.
Y a ustedes les están mandando a los practicantes, ahí están los doctores manejando los taxis. O el otro que es ingeniero, ¿qué está haciendo? Está vendiendo tacos. Y el otro que es químico farmacéutico está en el otro lado en la pizca del algodón, o del tomate, o de lo que haya.
Entonces, nosotros decimos: bueno y ¿para qué va a hacer todo ese trabajo si luego no hay chamba? Brincamos a Baja Sur, a Baja California Sur, en el barco, quesque no nos quieren subir que porque ¿quién es el Marcos? Cruzamos como quiera, llegamos. Fuimos a Los Cabos, que es la mera punta de la península. ¡Uta! unos hoteles bien bonitos. Tienen luz, agua, teléfono, internet, campo de golf, alberca, bien bonito todo. Y ahí nomás está donde viven los trabajadores, no hay ni drenaje. Y ¿sabes qué? les llega la cuenta. Les cobran el drenaje y no tienen drenaje.
Bueno, vamos a La Paz, porque lo dije que lo iba a decir: una colonia igual también que ésta. Gente humilde que trabaja igual: pequeños comerciantes, ambulantes, trabajadores, empleados, amas de casa. Y les ponen una chingada antena de la IUSACEL, ésas de los teléfonos celulares. Ahí en medio, hagan de cuenta que está al lado de su casa la antena: 15, 20 metros de altura y hace un ruidazo pero bien duro. ¿No entró el huracán el otro día? Y pues los niños —los niños nos contaron, no crean que estoy hablando yo—, el niño agarró el micrófono y dijo: “pues estamos toda la noche con pendiente —dijo, ande—, porque tronaba, como si se va a caer”. Entonces, sacaron sus lamparitas para ver pa’ dónde va a caer la antena, pa’ correr para el otro lado —como aunque los chiquillos ¿no?—, pero se para una señora que anda con bastón, no puede caminar, y dice: “y yo pa’ dónde corro? Yo lo que tengo que hacer es que caiga para el otro lado, pero del otro lado vive un hijo”.
Y entre ellos ahí está metido. Se organizaron y dijeron: “que se apague esa madre”, lo apagaron. “Que se la lleven”, quedó en la ley: sí se la van a llevar. Ahí está la antena, porque no se la quiere llevar la empresa. Y están con el pendiente de a ver que pase un ventarrón o algo, y se caiga y pueda haber una desgracia. Entonces, sí va a salir en el periódico: que murieron niños, que murieron señoras, que murieron señores porque les cayó una antena encima. Pero no va a decir que estuvieron demandando a la autoridad que lo quitara. Y yo dije que iba a decir el nombre del presidente municipal de ahí: es Castro Cosío, que es del PRD. Yo dije: yo donde pase voy a decir, hasta que esa antena la quiten, y ahorita estoy cumpliendo aquí en San Quintín.
Bueno, venimos para acá, porque está retirado, pasamos por Santa Rosalía: puras señoras compañeros, que trabajan en la industria del calamar. ¿Sabes quién es el dueño? coreanos, si Corea queda bien lejos, pero ahí están metidos pues. Y las despidieron y están contando cómo trabajan. Todo el día dándole, y ¿sabes cómo les paga? Les pagan por centavos, cada kilo de calamar que limpian. Y estaban haciendo la cuenta pues, porque les pagan entre 6 y 50 centavos por kilo, 30 centavos por kilo. Y el kilo de calamar en el Wal Mart —esa pendejada— está en 75, 80 pesos el kilo.
Y ¿quién se queda con los otros 89 pesos? Pues el dueño. Y le da un tanto al presidente municipal y al gobernador, y al Fox, y al que se ponga a modo para que no hagan nada. Y las despidieron ¿les dieron indemnización? Nada, compañeros. ¿Alguien las escuchó? Sí, la Otra Campaña. Y pusimos estos micrófonos de los compañeros y ya no podíamos cómo que ya no hablaran. Bien bravas estaban las señoras, y empezaron a sacar los nombres.
Porque que cada quien sabe que el dolor de cada lugar tiene un nombre. Quién es el que es responsable, no es así que es dios, o que es mala suerte. No, aquí el cabrón se llama tal. Así como el cabrón se llama Castro Cosío en La Paz, en cada lugar tiene un nombre, lo sabemos. Es el gobernante que se vende, el síndico que hace maña, el funcionario que no cumple, el que nos trae vuelta y vuelta, o el policía que nos humilla, todo eso.
Entonces, lo que nosotros estamos diciendo es que lo que tenemos que hacer es organizarnos, pero ya no pelear solos, compañeros. Si nosotros claro decimos, porque cuando estamos viendo todo decimos: no, pues si hay un chingo de fuerza —porque estamos pasando por todos lados—, nosotros decimos: órale. Pues como la guerra de independencia, como la revolución mexicana. Y hacemos la cuenta y decimos: pero si cuando fue la guerra de independencia los indígenas quedamos igual. Y cuando fue la revolución mexicana, quedamos igual. Pues esta vuelta no puede ser igual.
Si vamos a cambiar las cosas, tiene que cambiar para los pueblos indios. Y por eso hicimos el acuerdo con el Congreso Nacional Indígena. Aparte de todos, como pueblos indios tenemos que pelear pa’ que no va a pasar lo mismo. Porque al gobierno de por sí lo vamos a tumbar, y de por sí vamos a correr a los ricos. Pero qué tal que entra otro cabrón que nos va a hacer igual que como nos han hecho antes. Eso no estamos de acuerdo. Nos tienen que respetar como indígenas a cada quien que es.
Y eso es lo que les decía, porque va a llegar el día aquí que en el Valle de San Quintín, va a estar la comunidad triqui, no el municipio del Valle de San Quintín, va a quedar como se quieran llamar ustedes triquis, mixtecos, lo que sea de aquí. Y toda esa riqueza que se está llevando el otro, se va a quedar ustedes. Y ustedes van a decir: “no pues a éste… ya de plano le hizo daño que no estaba comiendo”.
Fuimos nosotros a Ixmiquilpan, indígenas ñañhu, otomies, corrieron al dueño del hotel, y ahora es propiedad de la comunidad donde estaba el hotel. Y era un hotel bien bonito, pero es de la comunidad y lo hicieron cooperativa. Entonces, la ganancia se la reparten. Compañeros, compañeras: los niños están becados hasta la universidad, no van a gastar un quinto, ni en libros siquiera. Porque es tanta la paga que está dejando que alcanza para todos. Y antes, cuando está el patrón sólo alcanza para él. Los demás con 45, 50, 100 pesos si bien te va.
Y fuimos a otras partes y vemos pues esto de los salarios. Esto de la canasta básica que decía un compañero. Compañeros: para poder vivir más o menos bien, así al día tenías que ganar 485 pesos al día. Entonces, tienes que trabajar… te tendrían que pagar diez veces lo que te están pagando ahorita, si no pagas renta y si no te enfermas, porque entonces se necesita más para la medicina. Y si todo el día estás encerrado, nada de que vas a ver televisión, o vas a ir al cine, o a echar baile, nada de eso.
Entonces, todo esto que está pasando, nosotros decimos: lo que tenemos que hacer es organizarnos, conocernos entre nosotros, que se conozca lo que está pasando en el Valle de San Quintín en todo el país. Pero no para ver que lo oye Fox y a ver si le da vergüenza y hace algo, o al gobernador de Baja California. Es a ver si la gente que es igual que nosotros dice: yo estoy igual, viera que nos juntamos podemos hacer lo que queremos, porque es lo que sabemos hacer: luchar. Si no supiéramos luchar, los españoles nos hubieran terminado hace 500 años. Y si no nos terminaron es porque sabemos resistir. Pero ahora se trata de conquistar pues esa libertad que queremos.
Y entonces, lo que está proponiendo pues el compañero Carlos y vinimos a proponerles nosotros, no es que nadie los venga a mandar. Ustedes mismos organícense, y cuando van a luchar, que nos pongamos de acuerdo y nos respetemos. Y si ustedes luchan aquí, los apoyemos en otras partes. Y si nosotros luchamos en otras partes, nos apoyen también ustedes.
Esa es nuestra propuesta, gracias compañeros, gracias compañeras.
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Cuanto dolor, cuanto dolor en verdad se escucha en todos estos comunicados, cuantos delitos, cuantas injusticias, y aun más ¿
Cuanto tiempo seguiremos aguantando? la pobreza, la marginacion, de millones de lugares, si en verdad estamos viviendo un Porfiriato, una degradacion como en epoca de los colgados de B Travel, triste historia de este país que vende su suelo aun mejor postor, y es que es cierto todo esto, las infamias de los trabajos en donde se les explota a todos, no solo a los campesinos, sino de igual forma a los que trabajan en las fabricas y en las maquiladoras, que son cerradas, privatizadas o simplemente como bien dice el sup Zero se cambian de lugar,yo tal vez nunca e ido a sonora, baja californa o a Tamaulipas, pero el dolor de una deshumanización a sido palpable en la frontera, entre la tierra y el despotismo norteamericano, que se debaten entre la avaricia y el consumo, sin importante el ser humano, las personas, sus almas, su necesidad, estos son los discursos, más nostaligicos, más doloros, más tristes que he escuchado, pero de igual forma, los que nos deben de llenar de orgullo para luchar, de ganas de pelear por un mejor mañana, no esta todo perdido, somos muchos peleando por el mismo objetivo, la dignidad, la utilización de las leyes por el bien de la igualdad, y si en verdad tal vez sea dificil pelear, tal vez los libros de historia se equivocan, tal vez nunca hemos sido libres y es que paso la conquista por nuestras vida y lo indipendencia también, la revolución y las reformas institucionales que de nada han servido, hoy seguimos siendo esclavos, lo peor del caso es que nuestro país, este hermoso país, con sus lagos, rios, valles, montañas y mares, esta sindo dia tras dia marginad, violentado por el mismo gobierno y por los mismos que habitamos aquí, la desigualdad, el racismo, son cosas que no podemos tolerar mas, es insoportable la situacion en el país, pero mientras sigamos habiendo personas que luchamos por un ideal… entonces no todo esta perdido, yo creo que si se puede derotar aun sistema si podemos enseñar, educar, cambiar y luchar, no importando cual sea el presio o cuanto el sacrificio que tengamos que hacer por ser libres, libres de todo, de nosotros mismos y así poder conseguir, la dignidad para todos, pues el dolor solo se sana con el tiempo ese mal recuerdo no es posible que sanarse mas que con el tiempo, es increible que el ser humano tenga que llegar a la deshumanización para darse cuenta, que el sueño que persigue hoy, ya no es el de un bien economico, sino de un bien social, espiritual, emocional llamado DIGNIDAD DE TRABAJO, DIGNIDAD DE SER, DIGNIDAD DE LUCHA, y que es la esencia misma del ser humano…
EL SER HUMANO TRABAJA POR NECESIDAD, PERO MERECE:
1.-DIGNIDAD
2.-RESPETO
3.-LEGALIDAD
4.-CALIDAD DE VIDA.
Y ESTO ES ALGO QUE NI CON O SIN EL DINERO SE PUEDE OBTENER HOY EN CUALQUIER TRABAJO….
SALUDOS A USTEDES Y EN VERDAD ESTA SITUACION EN BAJA CALIFORNIA Y SONORA ES MUY DOLOROSA Y VERGONZOSA…Y POR ELLO ES INASEPTABLE…Y POR ELLO VALE LA PENA LUCHAR. HASTA EL FINAL.
Comentario de xolo xochilt — octubre 17, 2006 @ 11:55 am
Estimad@s compañer@s, este es un llamado a nuestr@s compañer@s de medios alternativos que están en la Karanava, les solicito que nos presenten más información de los contextos e historias con los que se están encontrando, pues sólo rescatan lo que dice el Sub y pues está página cumple con creces con ese cometido. De tal forma, que lo que les pedimos es que nos transmitan esas experiencias para encontrarnos y reconocernos con l@s otr@s compas que están por las tierras del norte. En ese sentido, el trabajo de Hermann Belinghausen es notable. Menos mal que ya se unio a la Karavana. Pero necesitamos más información con esa lógica. Venga pues, mi reconocimeinto a toda la Karavana por su invaluable trabajo y saludo afectuoso.
PD. Una felicitación por las imágenes, pues nos dejan ver, encontrarnos y reconocernos con nuestr@s compas.
Comentario de Melesio — octubre 17, 2006 @ 7:14 pm
Saludos a los administradores de Enlacezapatista, me gustaria mucho que pusieran los audios de algunas de las personas que participan con su palabra cuando el Delegado Zero lo esta escuchando. Que se oigan por este medio sus voces, claro es importante lo que siempre dice el Delegado Zero, por que el nos da un panorama final a travez de sus comentarios de como esta la situacion en el llugar en que se encuentre, pero creo que seria bueno que tambien pusieran un pequeño audio de las paricipaciones de los participantes.
Viva la Otra Campaña.*
Comentario de gersain — octubre 17, 2006 @ 7:25 pm
sólo pa saber que posibilidades de escuchar la palabra de la banda, adherente y no adherente, que llena el odio de la comisión sexta… es pues pa saber desde la voz misma de los de abajo, lo que pasa en la parte norte del País… de seguro en Baja Sur y Baja Norte, se haran escuchar, rolen la palabra, si es posible, pa que escuchemos todos en todos lados..
Un saludo pa la banda que camina abajo y a la izquierda…
Comentario de tito — octubre 17, 2006 @ 8:50 pm
Compañer@s ¡Bienvenidos a la otra realidad! Acá en el Norte las cosas no son mejor k en el Sur, las historias de dolor, despojos, abandono, miseria e injusticia, son una constante. La corrupción tiene permiso y el estado de derecho? Bueno… mmmh el estado de derecho, no es más k una broma cruel. Animo compañer@s esto apenas comienza. ¡Abajo y a la izquierda! ¡La Otra Campaña Va! Desde Matamoros, Tamaulipas, un muuuy fuerte abrazo ahora k tanta falta hace. Y apenas es 17…
Comentario de Luz María González Armenta — octubre 17, 2006 @ 9:43 pm
solamente quiero hacer una recomendación a la administración de esta página: creo que la mayor parte de los visitantes somos adherentes o simpatizantes que ya conocemos el rollo del sub, creo que es necesario que se transcriba lo que dicen los compas adherentes de cada lugar porque la función de este medio debe ser el que conozcamos la voz de nuestros compas en todo el mundo, escuchar la palabara de los compañeros para conocer su dolor y su resistencia. La Otra Campaña es un movimiento integrado por una gran gama de organizaciones y no un club de fans del sub.
Comentario de zapo — octubre 18, 2006 @ 11:36 am
Zapo, no seas flojo, si te aburrió el «rollo del sup» y dices que no eres del «club de fans», pues entonces para que andas abriendo esta página??? me parece insultante eso que escribes. Por otra parte, por si tu flojera no te lo permite descubrir, hay cuando menos una docena de páginas web de gente de la otra que pone las grabaciones de otros compas de la otra… pero qué chido es andar insultando y exigir que se pongan a trabajar otros para darle gusto a uno, no? chale.
Comentario de EDER — octubre 18, 2006 @ 6:01 pm
compañer@s pork no hacemos algo para ayudar a los compas de La Paz, B.C.S con relación a lo de la antena de IUSACEL que tanto problema les representa a los habitantes de la Colonia donde esta instalada tal antena y que el Presidente Municipal CASTRO COSIO del PRD no se ha encargado de que sea retirada. Tal vez podriamos organizar una campaña de correos masivos a IUSACEL solicitando el retiro de la mencionada antena. O también que los compas adherentes de esa entidad se organicen y le exigan al Presidente Municipal que la retire o no sé, pero tal vez, algo podremos hacer. Es sólo una sugerencia, desde Matamoros, Tamaulipas, va pues, otro fuerte abrazo para tod@s.
Comentario de Luz María González Armenta — octubre 19, 2006 @ 1:23 am
compa Eder, Zapot iene mucha razon, nosotros aderentes que visitamos esta pagina estamos ansiosos por conocer la voz de nuestros otros compasd e otros estados, la neta la presentacion del sub ya la sabemos y mas o menos como esta su discurso.
No es flojera, es curiosidad, es anciasas de identificacion con los otros, es la busqueda de algo parecido a nosotros,
Atte. gersain
Administradores, hagan caso a estas recomentadiocnes.
Comentario de gersain — octubre 19, 2006 @ 10:25 am
Los audios de los adherentes/simpatizantes los pueden escuchar en la pagina http://www.radiopacheco.org aunque se entiende que l@s compas andan de recorrido y no siempre encuentran la tecnologia necesaria para subir los audios, pero esten pendientes estos compas se estan aventando un jalesote, denles chance, no coman ansias, ya nos escucharemos mutuamente, de todas maneras los audios de Tijuana y Ensenada los tenemos grabados en BC si necesitan urgentemente los audios pueden escribirnos a: laotratijuas@yahoo.com
estamos viendo la manera de subirlos a una pagina.
Comentario de alerta — octubre 22, 2006 @ 3:18 pm
Hola buenas tardes !!
Me da gusto de q ustedes se interen por nosotros los indigenas, lamentablemete esto es real, solo quiero q puedan tomar carta en el asunto, puesto que en el campo agricola don juanito (gonsalez) del valle de san quintin B.C en la temporada de fresa entran a laborar a las 6:30 y salen a come solo unos cuantos minutos, ademas salen hasta las 6 a 7 de la noche no es justo pues no le pagan las horas extras no tampoco se les da aguinaldo justo como lo establecen el articulo 123 quisiera saber que hacer pues si hablamos para repetar nuestros derechos no corres, los mayordomos ganan de mucho mas q los pizcadores yo soy una mizteca y me siento inutil al no saber de que manera poder ayudar a mis paisanos quiero q tomen carta en el asunto porvavor la verdad me da mucho gusto encontrar esta pagina,
La verdad muchos de mis compañeros han querido levantar la voz y no son escuchados q podemos hacer me siento impotente gracias espero contesten este comentario
ok, con quien puedo acudir
Comentario de OLIVIA SALAZAR REYES — junio 27, 2007 @ 1:21 pm
ME GUSTARIA SABER SOBRE LAS ESTACIONES DE RADIO DE BAJA CALIFORNIA,
Comentario de OSUNA GARCIA CONCEPCION ALICIA — noviembre 27, 2008 @ 9:09 pm
QUE INJUSTICIA Y QUE VERGUENZA POR PARTE DE ESTE MALDITO PRESIDENTE PANISTA,GATO DE LA IGLESIA Y PERRO DE LA MAFIA Y EL FRAUDE,QUE TRISTEZA ESCUCHAR COMO MI GENTE SUFRE,PERO EN ALGUN MOMENTO TENDREMOS QUE HACER ALGO,PREPARANOS Y ENFRENTAR ESTA INJUSTICIA QUE NOA ACOGE POR MAS DE 500 AñOS,TENGO 20 AñOS Y ME GUSTARIA ESTUDIAR DERECHO PARA PONER MI GRANITO DE ARENA Y PODER ACABAR CON ESTA MALDITA MAFIA DE INJUSTICIA,POR QUE EL TESORO MAS GRANDE DE CUALQUIER SER HUMANO ES LA LIBERTAD Y LA VIDA DIGNA. ME AUTO NOMBRO JUARISTA POR QUYE SIGO LOS PRINCIPIOS DE ESTE GRAN HOMBRE BENOTO JUAREZ Y COMO DIJO EL RESPETO AL DERECHO AJENO ENTRE LOS INDIVIDUOS Y LAS NACIONES ES LA PAZ
Comentario de RICARDO — mayo 15, 2009 @ 2:33 pm
los ptrabajadores del valle de san quintin no se les ha respetado sus derechos en el campo agricola,el patron no ha reconocido el trabajo que ellos estan haciendo,si el patron hace esto cuanto mas las personas que no son de esta clase, es por eso que se da la discriminacion.
ya es hora de ponerle un alto a esto hacer valer los derechos,porque todos somos iguales y capaces al igual que la gente rica,la gente que es de sociedad no sabe hacer ningun trabajo laboral,por eso la gente del campo merece respeto, y que ellos mismos se sientan orgullosos de ser indigenas
Comentario de magda — mayo 13, 2010 @ 3:10 pm