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Palabra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Oct122006

Acto público en la colonia Lombardo Toledano, 10 de octubre

En el acto público en la colonia Lombardo Toledano

Descarga de audio y texto al final del artículo

Colonia Lombardo Toledano, Culiacán, Sinaloa.
10 de octubre

Buenas noches compañeros, compañeras: ¡híjole! pues está difícil por todo lo que se ha dicho. Voy a tratar de explicar algunas cosas que nos estamos proponiendo. Tal vez algunos han sabido de nosotros, por las noticias, por los periódicos, por la televisión, lo que es el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. A grandes rasgos: es una organización de indígenas mayas, de los pueblos tzeltal, tzotzil, chol, tojolabal, zoque y mame. Que así se llaman nuestros pueblos. Que hablamos lengua indígena, no hablamos español.

Debido a las condiciones en las que estábamos, de miseria, de olvido, de marginación, nos organizamos y nos levantamos en armas el primero de enero del 94. Así nos dimos a conocer, cuando miles de indígenas tomaron las principales ciudades de Chiapas. Y luego hubo una gran movilización para que dialogáramos con el gobierno. Eso hicimos.

Y empezamos a demandar, desde entonces, que en nuestro país se respetara a los indígenas. Se respetara su lengua, su color, su cultura, su modo de ser, como decimos. Cuando llamamos a toda la sociedad a que nos apoyara, empezamos a conocer otros problemas. Problemas de los jóvenes, que son perseguidos por su forma de vestir, de pensar, de ser. Problemas de las mujeres, que también son despreciadas, acosadas y perseguidas nada más porque son mujeres. Problemas de los ancianos también, que son hechos a un lado nada más porque ya pasó su época. Problemas de los trabajadores, de los campesinos, de los estudiantes, de los maestros y de los colonos.

Y durante esta lucha, nosotros vimos que toda esta gente como ustedes nos apoyo. Como dijo el compañero abogado: “teníamos muy claro qué era lo que quería el EZLN”, y lo que quería el EZLN es lo que sigue queriendo todavía que es: que nos respeten a los pueblos indios, como personas normales, como cualquiera. No que nos traten como objeto de limosna, o que nada más servimos para tomar fotos. O nada más servimos para hacer artesanías. Somos gente que tiene su propio pensamiento, su propia forma de ver la tierra, de ver el aire, de ver el mar, de ver el mundo y de relacionarse. Y durante más de 500 años hemos estado resistiendo el dominio de los aztecas, el dominio de los españoles, de los norteamericanos, de los franceses, y de los que disque mexicanos que han pasado por los distintos gobiernos.

Nosotros ya no queremos que siga siendo así: que tengamos que avergonzarnos del color que tenemos, de nuestra estatura, de que no hablamos español. De que les da risa la forma en que pronunciamos las palabras que apenas estamos aprendiendo. ¿Por qué si somos mexicanos, antes, mucho antes que aquí se hablara castilla? Y no solos nosotros como pueblos indios zapatistas, sino como explicó el compañero del Congreso Nacional Indígena, de todos los pueblos indios de México que tienen el mismo problema.

Y no sólo se trata sólo de desprecio. Se trata que nos están quitando nuestra tierra, nuestra agua y nuestro aire. Porque lo que está haciendo este sistema está convirtiendo todo en que si fuera una mercancía. Pasamos por el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, y vimos que sobre tierras indias están construyendo unos grandes ventiladores, para producir energía eléctrica que no va a ir a las comunidades, va a ir a las fábricas. Y esa es una forma de hacer una mercancía el aire, que es nuestro. Y a nadie se le ocurre pensar que esas grandes torres con esos grandes abanicos van a afectar a las aves, van a afectar la tierra, con los derrames de aceite que van a provocar. Y todos piensan que es una gran idea porque va a haber luz, pero no va a haber luz en la comunidad indígena que vive al lado. Le van a quitar también eso.

Entonces, si convierten también en mercancía el agua —a lo mejor ustedes se acuerdan que antes, uno pasaba por un lado y pedía un vaso de agua y le dan—. Ahora tiene que comprar la botella que tiene una marca. Y es más cara muchas veces que un refresco. El agua, y ya no se diga la tierra, que se está convirtiendo también en una mercancía cada vez más apreciada. Y que vimos, incluso en los litorales que dan al mar, cómo quiere ser apropiada por las grandes empresas hoteleras, turísticas, y las grandes armadoras. Como vimos en los pescadores ayer en la mañana, y hoy también en la mañana, aquí cerca de Culiacán.

Y nosotros estamos viendo todo esto, y yo veo aquí a compañeras y a compañeros que son colonos, que pueden ver cada día en su casa cómo las cosas no están cambiando, no importa que arriba cambien. Sigue legando alto el recibo de la luz, sigue fallando el drenaje. Se puede ir la luz y como quiera sigue llegando la cuenta como si tuvieran el foco prendido todo el día y toda la noche. Hay que pagar el impuesto predial. Hay que ver cómo el presidente municipal o el síndico se va enriqueciendo y la calle sigue sin pavimentarse. Hay que ver cómo crece el vandalismo, el consumo o el miniconsumo como dicen de drogas, y la policía está cuidando a los grandes ricos o a los narcotraficantes.

Y aquí nosotros queremos decir algo de entrada: que hemos visto ahora en este pequeño recorrido que llevamos de Sinaloa. En Sinaloa, ser reportero o periodista es más peligroso que ser guerrillero. Y no sólo eso: también es más peligroso que ser guerrillero, ser joven; ser punk. Y es más peligroso ser mujer. Y es más peligroso sero pobre finalmente. Porque uno nada más tiene para defenderse su propia rabia y su propia indignación, frente a toda la prepotencia y la arbitrariedad que hay de las autoridades.

Porque nosotros acabamos de ir a esta comunidad de pescadores y están viviendo en medio de la basura. Les están quitando el camarón, que es lo único que tienen para comer y para poder vender. Y resulta que los camiones que debían recoger la basura, están ocupados recogiendo la basura del presidente municipal y no la de la gente que está viviendo ahí. Y toda esa gente que está sufriendo ahí, y en las partes que hemos pasado de Sinaloa, es igual a la gente de ustedes, e igual a la gente nuestra.

Preguntaba el compañero ¿a dónde vamos? Lo que nosotros queremos hacer es defender a nuestro país. Porque eso que se está destruyendo que es nuestra vida. No sólo la de su casa aquí en esta colonia y en las colonias cercanas. También en ese litoral del mar. También en las montañas indígenas. También en todos los trabajadores que nos explicaron cómo les están quitando la seguridad social. También en todos los jóvenes que son perseguidos nada más porque no se dejan, porque son rebeldes. También en las mujeres que son acosadas como si fueran objeto, o despreciadas cuando ya no tienen el patrón de belleza que están imponiendo ellos.

También a los periodistas y reporteros que están todo el día macheteándole, buscando una noticia, hacen la nota y resulta que se las cambiaron. Y claro, el que se enoja porqué cambió la nota se enoja contra el reportero y no contra el dueño de la empresa. Y a la hora que sí sale la nota completa —como el compañero que nos platicaron ese compañero José Alfredo—, pues lo desaparecen porque está denunciando una complicidad entre el narcotráfico y los gobernantes. Y nadie lo va a buscar, la misma autoridad se va a hacer pato.

Nosotros vamos recorriendo el país y nos encontramos estas muestras de heroísmo. Porque es heroísmo, se los decimos nosotros que nos alzamos en armas. Es heroísmo, dice bien el compañero punk cuando dice: “para nosotros, tú eres igual Marcos”. Sí, y nosotros no sólo los vemos como iguales, sino los vemos con admiración y respeto a ellos y a muchos de ustedes. Porque están enfrentando su dolor de una forma digna, y se empiezan a organizar cada quien como puede. A lo mejor no están las cámaras de televisión, ni los periódicos detrás de ustedes para preguntarles y sí están detrás del EZLN, por como fueron las cosas. Pero eso no quiere decir que sean menos sacrificados y menos heroicos que nuestras comunidades. Pero el problema —también lo dijo un compañero—: ustedes están aquí, nosotros estamos allá. A lo mejor ni siquiera conocen a los pescadores que vimos en la mañana, o a los que vimos ayer. O a los estudiantes y maestros de la autónoma de Sinaloa que están en Mazatlán. Pero a lo mejor los empiezan a conocer y empiezan a unir su lucha, sin que nadie mande al otro. Sino cada quien respetando su lugar.

Unir esa lucha y unirla en Sinaloa, unirla en el noroeste de México, y unirla en todo el país. Y como explicó también el compañero de Coahuila: ahí cambian las cosas. Porque si alguien se para y dice: “muera el mal gobierno” todos dicen qué valiente, pero no pasa nada. Pero si alguien en lugar de plantarse frente a un micrófono y decirlo, empieza a organizarse con el vecino: “vamos a ver el problema de la luz”. Y les cuento el problema de la luz porque lo vi en Chiapas, en Quintana Roo, en Yucatán y en los 22 estados donde he pasado.

Y la gente más jodida es la que paga más luz. Y los grandes centros comerciales no pagan luz. Y las grandes fábricas no pagan luz. Y ¿quién está pagando la luz? Pues los colonos. Y eso cuando llega la luz, y si se echa a perder o se corta y eso, a ver hasta cuándo la van a reconectar. Y pónganle lo del teléfono, lo del impuesto predial. Y que las señoras me digan si estoy echando mentiras y no es cierto que, cada vez, aunque llegue un tanto de paga, cada vez llega menos a la mesa. a la hora que hay que comer. Y cada vez se va más en la luz, en la renta, en lo que es de la casa para poder vivir, porque hay que meterse en un lugar, no podemos vivir como animales en el campo.

Y si esas cosas están pasando ahora vamos a voltear para arriba, vamos a ver si está cambiando, si los políticos se están empobreciendo o están enriqueciéndose. Cada vez son más ricos. ¿Por qué si ellos no trabajan y ustedes sí trabajan, por qué ustedes son más pobres y por qué ellos son más ricos? Nosotros decimos: porque hay un sistema. Y si vemos que es igual aquí en Sinaloa, y en Chiapas, y en Veracruz, y en Yucatán, yen Michoacán y en Chihuahua, y en Coahuila, y en todas partes. Y todos empezamos a decirnos: ¿por qué? Ya estuvo bueno. Ya Basta fue el grito de los zapatistas. ya estuvo bueno, ya no, ya no queremos ser así.

Y si ya probamos a través de los partidos políticos de que a ver, por favor, pon atención, mira cómo están las comunidades indígenas, has una ley que los respeten. Y no quisieron hacer, los tres: PRI, PAN y PRD. ¿Por qué en lugar de hablar con ellos, mejor no hablamos con ustedes? Porque nosotros ya hablamos con ellos y vimos que son unos mentirosos. Así como los engañan a ustedes, nos engañaron a nosotros. Y lo van a dar cuenta, porque si se organiza todo el comité y dice: “órale, vamos la colonia y a pedirle al presidente municipal que tenga cabal la luz o que baje el precio”, va a decir: “está bien, vamos a firmar un acuerdo” y no lo va a cuplir. Va a seguir llegando igual la cuenta y si no pagan lo van a cortar.

Y si en todo el país se organizan todas las amas de casa, todos los trabajadores que viven en colonias populares y dicen: “no cortan la luz y no vamos a pagar el precio que están pidiendo, vamos pagar lo que podemos pagar”. Y lo que yo puedo pagar es tanto porque esto es lo que gana de sueldo mi gente que está trabajando. Pero si lo hacen nada más en esta colonia, o en su casa, pues se van a burlar de ustedes… dice: ah, no hay problema, viene el de la Comisión Federal de Electricidad y les corta la luz. Pero si es en todo el país, es diferente.

Entonces, lo que nos estamos proponiendo los compañeros y compañeras del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en la Otra Campaña es unirnos, ponernos de acuerdo. Si ustedes ya nos apoyaron para conseguir la ley indígena y no se pudo. Nosotros decimos: vamos a apoyarnos ahora también a ustedes, en su lucha. Pero ya no nada más por eso, sino para cambiar este país. Porque si no lo cambiamos, no va a haber México, no va a haber bandera. Los políticos van a estar vendiendo pedazo tras pedazo, y va a llegar un momento en que el himno nacional o la bandera, va a ser propiedad privada de alguien. Y cada vez que alguien cante el himno, va a tener que pagar una cantidad, como si estuviera cantando canciones de… no sé algo dijeron aquí de Niurka y Boby —ni siquiera sé si cantan pues, pero— como si fueran artistas pues a los que hay que pagarles.
Y todo lo que nos hace ser cada quien, a nosotros como indígenas, a ustedes como parte de Sinaloa, de Culiacán, lo que le hace ser cada quien y que nos une sigue siendo esto que se llama México todavía. Y que tenemos que defender de alguna forma.

Qué hermoso sería pues que aquí organizaran un movimiento como el que organizamos nosotros —no en armas, sino civil y pacífico— para pedir mejores tarifas de luz, por poner un ejemplo, para el drenaje que mencionó el compañero, para que hubiera seguridad para los niños y para las mujeres, para que pudieran andar de noche sin temor de que las van a matar, ya no digas de que les vayan a faltar el respeto o que las vayan a violar: que las vayan a matar, y que nadie se preocupe. Y que desde el otro lado de la República, en Chiapas, en las montañas del sureste mexicano los zapatistas dijeran: nosotros apoyamos a los compañeros de Culiacán, Sinaloa.

Y que, junto con esa voz se levantara la voz de los de Atenco y también dijeran: apoyamos a Culiacán. Y en Coahuila, y en Tijuana y en Michoacán, y en todas partes. Y cuando hubiera el problema allá, que también se levantara la voz de los de Culiacán y dijera: nosotros apoyamos Chiapas, apoyamos Atenco, apoyamos Coahuila, apoyamos Michoacán, donde están las voces de cada quien y donde cada quien se está organizando.

Entonces dice bien cuando el compañero dice: nosotros no venimos a pedir que van a votar por nosotros. O que si ustedes ponen la esperanza en Marcos, como antes la pusieron en López Obrador, o en Felipe Calderón, o en Madrazo, se van a resolver los problemas. No, nuestra experiencia como comunidades indígenas es que no se necesitan redentores, ni salvadores. Lo que se necesita es que el pueblo se organice y tome su destino en sus manos. No que se la regale a otros.

Igual como reportero, igual como colonos, igual como estudiantes, igual como jóvenes anarquistas, punks, libertarios, igual como mujeres, como estudiantes, como ancianos, como trabajadores. ¿Por qué vamos a esperar que otro va a decidir por nosotros? Si nosotros somos los que estamos aquí y conocemos los problemas.

Y lo vimos ahora cuando estuvimos con los pescadores y sus familias. Y nos decían eso: “pues es que pasa un presidente, y otro y otro, y aquí no hay solución. Y ya no tenemos nada que hacer más que irnos. Vender e irnos a otro lado, a buscar trabajo en la ciudad o en otro país”, que es Estados Unidos.

Entonces, lo que nosotros les estamos proponiendo compañeros es que se organicen aquí, con sus demandas. No que luchen por los derechos indígenas, que luchen por sus derechos. Por el alto costo de la vida, por mejores salarios, por una seguridad social que los abarque a todos, por mejor educación, por respeto a las mujeres jóvenes y a los ancianos. Por respeto y educación para los niños. Todo lo que son sus propias demandas, que también son nuestras. Ya no se trata como antes de que vamos a hacerle caso a los zapatistas, para que a los pobres indios los respeten. No, vamos a salvar a este país como mexicanos y mexicanas que somos, de abajo.

Porque no estamos hablando pues de los partidos políticos de arriba, ni de los grandes empresarios. Si de eso se tratara, en lugar de estar reunidos aquí con ustedes, estaríamos reunidos con el presidente municipal o con el gobernador, en un hotel de lujo. Y con mucha gente acarreada para que aplaudieran muy fuerte. Y no es lo que queremos. Lo que queremos es escuchar sus problemas.
Miren, aquí vienen compañeros que tienen unas cámaras y grabadoras. Algunos son de la prensa que ya conocen. Pero otros son de prensa que no conocen que se llama alternativa. Son compañeros que vienen de otras partes de México y de otras partes del mundo, que están conociendo su problema también. Y lo que están haciendo es no que se quede aquí en Culiacán, sino que llegue a Mazatlán, que llegue a Nayarit, que llegue a Jalisco, a Chiapas, a Quintana Roo, a Yucatán, a Estados Unidos, a Europa, a Oceanía. A otras partes que empiezan a conocer como viven realmente los mexicanos. Y que no se lleven la imagen de que México es Fox, diciendo tonterías una y otra vez. Que no se lleven la imagen de que México nada más es que al pobre de López Obrador le hicieron fraude y está muy triste y está jalando a la gente para que lo apoye para que él mande. Nosotros no estamos metidos en eso, de una vez lo decimos.

Nosotros no estamos buscando quién nos va a salvar, ni un redentor. Lo que estamos buscando es gente como ustedes para hacernos compañeros, para hacernos compañeras, para apoyarnos. Y no para levantarnos en armas, sino como dije hace rato, para algo más difícil, y a lo mejor más heroico, que es luchar por nuestro país cada quien en su lugar, por medios civiles y pacíficos.
Porque si se la rifan esos reporteros de que si sacan una nota que no le gusta al director, los corren. O si denuncian a alguien de arriba los desaparecen o los matan. Y si se la rifa el joven porque se pinta el color de una manera, o porque se viste de una forma, o porque se hace un tatuaje, o porque se pone un percing. O una muchacha porque se viste de determinada forma. O una señora porque está exigiendo sus derechos para sus hijos en la escuela. O una empleada de un centro comercial, porque está exigiendo de que ella entra a trabajar a las 8 y sale a las 4 de la tarde, y nunca es así, siempre la hacen que se tiene que quedar más tiempo y no se lo pagan, pero ahí de ella si llega tarde. Eso sí se lo descuentan, pero nunca sale a tiempo, ni tiene derechos. Y en el momento en que quieran la van a despedir.

Si esas son las demandas, y eso es lo que se está haciendo, pues es algo que hay que reconocer y que nadie lo va a decir compañeros, compañeras, no va a salir en ningún periódico. Va a salir que “ahí los indígenas zapatistas y ahí Marcos, qué valiente” o lo que sea. Pero no va a salir la valentía de ustedes que nosotros sí estamos reconociendo. Y los que sí van a recoger esa valentía y la van a dar a conocer a otros, son estos compañeros de los medios alternativos, y estas compañeras. Y entonces, otro en otra parte va a entender esa lección y si dice; sí es cierto, para ser digno y rebelde y para luchar por la libertad, no hay que ponerse un pasamontañas y alzarse en armas, hay que exigir los derechos de cada quien donde está. Y no importa si es señora, porque aquí un compañero habló de Ramona. La Comandanta Ramona no sabía hablar español, nunca fue a la escuela y es como cualquiera de ustedes señora —era, porque ya murió—. Y era la que dirigió el ataque de San Cristóbal el primero de enero de 94. Era la que nos daba las órdenes pues. En lengua, porque no hablaba español.

Y si nosotros encontramos en la gente de abajo a líderes así, como ustedes, aunque ahorita no se den a conocer. No los que salen en los partidos políticos y salen en la televisión, sino los que nadie ve, pues este país merece un mejor futuro que el que le va a ofrecer Calderón. O el que le va a ofrecer el que quede, en Sinaloa, o en Culiacán, o en todo México.

Entonces, nosotros decimos: vamos a unirnos. Que ésta, la que es su voz de sus problemas se conozca en todo el país. Y que sepan en todo el país que hay compañeros y compañeras en Culiacán, que tienen los mismos problemas que tienen en otras partes. Y que vamos a hacer el acuerdo de apoyarnos. Que a la hora que ustedes tengan un problema, a lo mejor van al periódico y a lo mejor no sale, pero si van a la Otra Campaña sale. Y van a ver que les van a llegar mensajes de apoyo, y ayuda de otras partes de gente que ni siquiera conocen. Porque saben que son compañeros y compañeras que tienen un mismo destino que es luchar por que este país vuelva a ser una nación soberana, independiente, libre y democrática, que es lo que no es ahorita.
Entonces, lo que nosotros estamos pensando no es irnos detrás de López Obrados, ni detrás de Felipe Calderón. Para nosotros, son iguales todos esos. Si nosotros en nuestra experiencia vemos que cuando el pueblo se organiza, puede tener un buen gobierno —cuando ya está organizado—, pues lo que tenemos que hacer es decirle a la gente: organízate, pero ya no te quedes solo. Vamos echando trato. Vamos poniéndonos de acuerdo y vamos a conocernos.

Que en otras partes conozcan a Culiacán de abajo. Pero también que el Culiacán de abajo conozca otras partes y vea lo que está pasando en otras partes del país. Y podamos unirnos en esto que es la Otra Campaña. Y a lo mejor, ahorita dicen: pues está el Marcos del EZLN, pero en la Otra Campaña hay muchas organizaciones, grupos y colectivos. Estos compañeros de los medios alternativos que les digo, son de la Otra Campaña y es su forma de luchar. En lugar de ver lo mismo que sale en la televisión, lo que sale en el radio, lo que sale en los periódicos, ellos hacen su propia noticia. Y sí respetan lo que dice la gente. Y no hay un jefe que les va a cortar la noticia, porque ellos son mismos sus jefes, nadie los manda.

Y ese es el espíritu de la Otra Campaña: nosotros no queremos que nadie nos mande. Queremos mandarnos nosotros mismos. Y están los compañeros maestros, los compañeros estudiantes. Nosotros sabemos bien todas las transas que hay en la autónoma de Sinaloa, cómo la están privatizando. Sabemos que los estudiantes no importa que estén estudiando una carrera y que la saquen bien. Al final no van a tener trabajo. El que va a encontrar el trabajo va a ser el que tiene palancas. El que es compadre del que le bolea los zapatos al gobernador. Y no importa si es un tarugo que no sabe si quiera hacer una suma y una resta. La mujer o el hombre que sale muy cabal, con mucha inteligencia, no va a tener el trabajo si no tiene palancas, o si no vende su dignidad.

Entonces, ¿para qué ese estudio? Lo que necesitamos es cambiar el sistema, para que a la hora que alguien va a estudiar, no sólo se garantice que va a estudiar sin que le cueste, sino que —además— cuando acabe la carrera tiene que encontrar un trabajo para lo que estudió. No para otra cosa. Porque ahorita podemos encontrar a mucha gente que tiene grado universitario y que está haciendo otro trabajo: vendiendo tacos, es taxista, es chofer de microbús o de autobús —no sé cómo le digan aquí—. O está en el otro lado en la pisca, o está de mesero también en el otro lado en alguna tienda de esas de Mac Donals. Y si ése viene y nos cuenta y le dice a los estudiantes: “¿sabes qué? ni estudies, porque de balde vas a pasar todo ese tiempo y gastar ese dinero y como quiera vas a terminar igual que yo”.

Y nosotros tenemos que responderle: no va a terminar igual porque nosotros vamos a transformar este país, como se hacen las cosas: desde abajo. Nuevamente, como dije en la mañana —en la colonia de pescadores—: estos compañeros y compañeras que vienen de reporteros, no son los dueños de la televisión ni de los periódicos. Y nosotros confiamos que esa gente está escuchando todo lo que ustedes dijeron, y sí se les retuerce el corazón y la rabia. Y tratan de sacar una buena noticia. Si no sale, no es culpa de ellos. No podemos ponernos en contra de ellos, cuando es el patrón de ellos el que está cambiando las cosas.

Pero tenemos que ver que hay otra comunicación, hay otra información que es la que están haciendo los compañeros de los medios alternativos. Y por ahí podemos enterarnos de lo que está pasando en otras partes.

En resumen, compañeros y compañeras: nosotros no estamos proponiendo que alguien va a llegar y va a arreglar las cosas. Lo que les estamos proponiendo es algo más difícil: vamos a cambiar el país. Para que la gente que trabaja tenga. Y que la gente que no trabaja, se vaya a la cárcel o se vaya del país. Y nosotros sabemos quiénes son los que no trabajan: los políticos, los grandes empresarios.
Y que la gente que sí está trabajando viva con bien, viva con dignidad. Y no tenga que humillarse cada día. Por eso es más difícil lo que nosotros proponemos. Viera tan fácil como ir a echar una boleta, y a ver, ya se arregló todo, y resultó que no. Y a cuántos millones de mexicanos les hicieron creer que sólo van a poner un voto, y ya al otro día va a ser diferente México. Era una mentira, siempre fue una mentira. Y no entiendo cómo todavía siguen siguiendo esa mentira, si lo están viendo claro.

Nunca, nada, nos han dado de arriba. Todo lo hemos construido nosotros. Ustedes aquí, porque hasta donde tengo entendido, la historia de esta colonia es que la arrancaron con la lucha. No vino el gobierno y les dijo: “¿saben qué? vénganse, aquí está la colonia, las casas, la luz y el drenaje a todo dar, vénganse”. No, tuvieron que pelear por cada cosa. Y todavía tiene que seguir peleando para mantenerse. Entonces, ¿por qué vamos a esperar que un político nos va a resolver las cosas, si ya vimos que las tenemos que resolver nosotros?

Nosotros les pedimos que lo piensen. Cada quien según su historia: el ama de casa, el trabajador, el estudiante, el joven, la jóvena —como decimos nosotros—, y vea si es cierto o es mentira lo que estamos diciendo acá. A lo mejor, no es cierto. A lo mejor no tienen problemas para pagar la luz. A lo mejor el drenaje funciona muy bien. A lo mejor abres la llave del agua y sale siempre cabal. A lo mejor les alcanza el sueldo. A lo mejor pueden irse a pasear cuando quieren.

Pero si no es cierto eso que están diciendo, y es cierto lo que decimos nosotros, entonces tenemos que escoger dos cosas: o nos sentamos a esperar a ver quién viene, y a ver si ahora sí lo va a arreglar —que ya los que tienen edad saben que ya pasó uno y otro, y otro, y otro, y no hay cambio—, o nos organizamos entre nosotros y nos unimos.

Y empezamos a hacer nuestras demandas, que son locales, hacerlas nacionales. Imagínense: que la universidad sea pública y gratuita en todo el país, no nada más en Sinaloa. La fuerza que se junta ahí es más grande. Que se respete a las mujeres no nada más en Sinaloa, sino en todo el país. Porque la compañera nos platicó: hay muertas en Juárez, están las violadas y golpeadas en Atenco, y también en Sinaloa, pero en Sinaloa no se habla. De lo que se sabe de Sinaloa es que se vende tomate y que hay narcotráfico, nada más.

Dónde se oye la otra historia, por ejemplo de esas asesinadas, que ahora nos enteramos y que más gente en México se va a enterar por estos compañeros de medios alternativos. Lo que está pasando en este recorrido en Sinaloa, es que estamos encontrando otra Sinaloa, diferente a la del besibol, a la de los tomates y a la del narcotráfico, y a la del gobernador corrupto que hay. Que es gente que está peleando, que está luchando y que está sufriendo y que está diciendo: esta cosa que tenemos, tenemos que transformarla.

Y es ese Sinaloa, el otro Sinaloa, que decimos nosotros, que es el que se va a conocer en el resto del país.

Eso es lo único que les prometemos compañeros: que si luchan, no van a estar solos. Que su dolor no se va a quedar aquí nada más. Ni en esta cancha de básquetbol, ni en Culiacán, sino que la van a conocer otros compañeros de otras partes de México y del mundo. Y que tal vez, más adelante, podemos hacer un acuerdo para que su lucha de ustedes como mujeres, como jóvenes, como amas de casa, como colonos, como trabajadores, como maestros, como estudiantes, se una con otras luchas a nivel nacional. Y entonces sí se consiga. Y entonces, cuando ustedes prendan la luz en su casa, o cuando haya una mesa digna, con comida digna en su casa digan: en Chiapas también está pasando igual que aquí, porque nos organizamos y juntos luchamos.

Y si hubiéramos pensado nada más en nuestra mesa aquí en Culiacán, no lo hubiéramos conseguido. Porque así como los zapatistas que no nada más se puede en Chiapas conseguir la libertad que necesitamos. Ni en Michoacán, como los compañeros purépechas. Por eso están viniendo también los indígenas de otras partes a escucharlos y a conocerlos.

Eso es lo que es la Otra Campaña compañeros y compañeras. Les invitamos a que lo piensen, que se pongan de acuerdo, y si quieren entrar pues hablen aquí con los compañeros que están aquí en Culiacán. O a qué organización van a entrar. Eso no importa, ustedes se pueden poner el nombre que quieran, puede ser una persona, puede ser una familia, puede ser un grupo, puede ser un colectivo, una organización, lo que quieran.

Dicen: nosotros queremos entrar a la Otra Campaña. Y su compromiso es éste: que cuando a alguien le duela algo en otra parte, ustedes lo apoyen. Y el compromiso de la Otra Campaña, es que cuando a ustedes les duela algo, en todo el país, nosotros los vamos a apoyar. Es todo, compañeros, compañeras. Muchas gracias.

 

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7 Comentarios »

  1. tomando el sentido màs profundo de nuestro pensamiento encontrado en su digno ser, tiene ya en cada uno apoyo. abajo, animo, adelante.
    !todo el poder para la gente!
    !el abajo sinaloa no se deja!

    Comentario de alejandro — octubre 12, 2006 @ 12:09 pm

  2. Pregunta: ¿Los audios o resumenes de lo dicho por la gente en las reuniones donde los ponen?

    Comentario de Hugo — octubre 12, 2006 @ 4:46 pm

  3. saludos a todos los integrantes del EZLN, adherentes y simpatizantes de la «otra».

    Que gusto ver que nuevamente la palabra zapatista está encontrando tierra fértil en el corazón de muchos mexicanos para que rinda el fruto dulce que tanta sangre ha costado, La libertad e independencia del sistema capitalista opresor.

    La lucha no para y crece a cada paso.

    suerte Delegado Zero en su gran misión de acercar la palabra zapatista a todos los rincones de México y de escuchar las voces de dolor que hasta ahorita no contaban con la oportunidad de organizarse.

    Comentario de Christian — octubre 12, 2006 @ 8:10 pm

  4. Desde Chile un tremendo abrazo para todos los compañeros zapatistas y luchadores mexicanos… y si por allá les duele, de por acá también estaremos apoyándoles.., ya sea difundiendo estos dolores por los medios populares -independientes y rebeldes- o bien desde la solidadridad ente los pueblos…
    Con mucha fuerza, rebeldia y cariño
    desde Santiago de Chile

    Programa radial «Independencia Cultural»
    Radio Popular Primero de Mayo 102.9 FM

    Comentario de Alejandra — octubre 12, 2006 @ 8:35 pm

  5. Que bien que se retomo el curso de la otra, que bien que la sexta siga dando frutos por toda la república, ahora si quien sabe compañeros, a hecharle ganas esto tiene que salir adelante, ahora mas que nunca este es nuestro momento. La gente busca bandos y tarde o temprano van a mirar a la otra y se van a dar cuenta de que esto esta dando frutos. Compañeros no hay que dejar que Oaxaca muera sola, Atenco somos todos, hay que estar unidos siempre u Hasta La Victoria Siempre.

    Comentario de Martin — octubre 12, 2006 @ 9:31 pm

  6. el colectivo zapatista de liberacion nicolaita esta con ustedes y sepan que cuentan con nosotros. bueno nosotros como que les pirateamos un poco el nombre pero es por que vamos empezando muy pronto vamos a ser parte de la otra en michoacan region de morelia.bueno nosotros somos pocos aun pero lo que se nececite ahi estamos

    Comentario de c-z-l-n — noviembre 18, 2006 @ 12:49 am

  7. que es chido lo que ustedes hacen pero espero que tengan un limite

    Comentario de ytem — enero 23, 2007 @ 6:55 pm

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