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Palabra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Jun132006

el delegado en Radio Educación, 7 de junio

Parte I

Parte II

Parte III

ENTREVISTA EN RADIO EDUCACION
7 DE JUNIO DEL 2006

Marco Antonio Díaz (MAD): —Cinco de la mañana con cincuenta y tres minutos, escucha usted “Del campo y de la ciudad” y estamos recibiendo a unos compas que vienen a acompañarnos y a platicarnos. Estamos al aire —estamos al aire acomódense por favor—, bienvenidos. Les decíamos al inicio del programa —aunque llegaron un poquito más temprano— que íbamos a tener una sorpresa aquí en “Del campo y de la ciudad”: está con nosotros el Subcomandante Insurgente Marcos, Delegado Zero, delegado para plantear toda la propuesta de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y estacionados, por el momento, desafortunadamente, por un asunto de represión allá en San Salvador Atenco, pero yo no me voy a extender porque afortunadamente, —¿te puedo hablar de tu?—

Subcomandante Insurgente Marcos (SCIM): —Claro, sí.

MAD: —Afortunadamente estás, Subcomandante Insurgente Marcos, tú para que nos platiques qué está pasando ¿qué pasó con la Otra Campaña? ¿Por qué? ¿Por qué estás estacionado en el DF? Que gacho está aquí ¿no?

SCIM: —Sí.

MAD: —El olorcito y todo eso. La Otra Campaña venía planteando una serie de asuntos ahí, de observación, de radiografía de lo que está pasando en nuestro país, y hasta ahí estábamos cuando ocurrió lo de Atenco. Podríamos… bienvenidos, bienvenidos todos ustedes, bienvenidos nuevamente, podríamos plantear una especie como de resumen, una especie de reflexión de lo que ha pasado a lo largo de estos meses.

SCIM: —Bueno, primero que nada un saludo a los radioescuchas de Radio Educación, y a todos los que con su trabajo preceden al sol: los hombres, las mujeres que están trabajando, principalmente los transportistas, los choferes, la gente del campo, los pequeños comerciantes que ya cuando el resto de la gente se levanta, pues ya están ahí los autobuses, las combis, los peseros, los taxis…

MAD: —Los tacos.

SCIM: —Los tacos, exactamente, las tortas…

MAD: —Los tamales.

SCIM: —El pequeño comercio también, pues un saludo, estamos aquí en Radio Educación como delegados de Radio Insurgente, la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional tomando por asalto el estudio de Radio Educación.

MAD: —Y también invitados.

SCIM: —Bueno, principalmente porque fuimos invitados, si no, ni siquiera hubiéramos podido pasar.

MAD: —A lo mejor sí se puede tomar por asalto, pero esto es un asalto chido como decía Rokdrigo

SCIM: —Sí, en buena onda, pues, de acuerdo. Pues lo que pasó es: cuando el EZLN lanza la Sexta Declaración, lanza una iniciativa de carácter civil y pacífico, otra vez, como la que hemos hecho desde el primero de enero del 94, desde que pasó esto de la primera declaración del alzamiento armado. Y en eso estábamos, planteando que teníamos que echar acuerdo —decimos nosotros— con la gente de abajo, que había que conocer lo que estaba ocurriendo en el México de abajo, tanto en el campo como en la ciudad, que así se llama este programa. Para ver qué es lo que estaba ocurriendo y ver si había una coincidencia en el análisis de lo que estaba pasando en México.
Y, en este caso, se trataba de dos niveles: lo que está pasando arriba —según como se veía abajo— y lo que está pasando abajo también por la misma gente de abajo. Había en nosotros un… no sólo un desencanto con lo que estaba ocurriendo con la clase política mexicana —independientemente de qué partido político—, sino una verdadera preocupación y rabia por lo que estaban haciendo con nuestro país. Y no me refiero ya sólo a lo que ocurrió con la ley indígena —que desconoció nuestros derechos y culturas como indígenas—, sino a una serie de medidas, tanto en el nivel ejecutivo con Fox, como en el nivel legislativo con los principales partidos políticos. Se estaba dando este proceso de privatización del territorio nacional: leyes pasando por uno y otro lado que permitían lo que nosotros ya estábamos viendo en Chiapas, que era una auténtica guerra de despojo, de recursos naturales, de tierra y que implicaba, en el campo mexicano, que cientos de miles y millones de compañeros y compañeras, pues, de gente del campo mexicano tuviera que emigrar ya no sólo a la ciudad, buscando trabajo, sino incluso a otro país, en este caso, Estados Unidos.
Entonces, nosotros habíamos llegado a la conclusión de que cualquier intento que se hiciera por arriba no tenía un correlato, una respuesta, de la clase política que fuera realmente efectiva, y que había que construir otra cosa. Llevamos varios meses insistiendo en que era necesario en México otra cosa. Y, por otro lado, en el México de abajo ¿cómo se enfrentaba esta guerra de conquista —decimos nosotros, nuevamente— del territorio nacional, este despojo? ¿Cuáles eran las experiencias que se estaban dando?
Entonces, la Sexta Declaración decía: hay que encontrar abajo a otros mexicanos y mexicanas, a ver si coincidimos en este análisis. Digamos que éste es el punto de arranque de lo que es la Otra Campaña. Si me voy muy largo, pues ahí me vas parando, por si… entonces se plantea que hay un análisis de lo que está pasando en nuestro país, ese es el planteamiento central. No es posible arriba encontrar una solución, hay que construir otra cosa, y esa otra cosa tiene que ser civil y pacifica.
En ese sentido, el EZLN plantea no un nuevo alzamiento armado, sino ir construyendo las condiciones de una transformación civil y pacifica. Y una transformación radical, porque el EZLN plantea que no se trata sólo de resolver los problemas indígenas, o de los pueblos indios, sino que éstos sólo se van a poder resolver si se resuelve algo más grande: que es el sistema.
Entonces, se hace una especie de análisis, a grandes rasgos, de quién es el responsable de ese fraude que es la clase política a nivel nacional; de esa coartada jurídica que se le da al despojo de tierras y de recursos naturales de parte, principalmente, de empresas extranjeras y en contra, principalmente, de poblaciones indígenas. Y quién es responsable también de lo que empezábamos a ver en las ciudades: en el pequeño comercio que es hecho a un lado por los grandes centros comerciales, estos mals, o no se cómo les llaman acá, pero, en fin, los centros comerciales que desplazan al pequeño comerciante, que provocan que sean perseguidos los vendedores ambulantes —el comercio ambulante o comercio irregular, como se le dice, a los trabajadores de la calle—; qué es lo que permite que al sector de los trabajadores de la ciudad se les estén quitando todas las ventajas o las conquistas que habían logrado en seguridad social, y que se empezaran a construir condiciones de trabajo muy semejantes a las que había en la época porfirista —exactamente 100 años cuando se dan los movimientos de Cananea y Río Blanco en 1906— ahora en 2006.
Arranca entonces la primera campaña. Se dice: vamos a ver si es cierto esto que decimos. Y en la primera etapa, se invita en general a la gente que está de acuerdo con este planteamiento: es decir, que hay un sistema responsable de nuestros dolores, uno y, dos, que hay que construir una alternativa abajo, y civil y pacífica. Entonces se empiezan a dar las primeras reuniones preparatorias, decimos, ¿no? así como calentando motores de lo que va a ser luego la Otra Campaña.

MAD: —O sea, ¿esto allá en la selva?

SCIM: —En la selva. Llegan, agrupamos por organizaciones políticas de izquierda, organizaciones sociales, grupos, individuos, colectivos. Y empezamos a ver que sí hay coincidencia en este análisis, pero todavía no nos imaginábamos lo que íbamos a encontrar ya a la hora de nuestro paso por cada estado de la república. Digamos que se hace una primera radiografía, muy general, principalmente de gente que simpatizaba con el zapatismo, no con el método de lucha sino con el planteamiento político. Es decir, no se hizo contacto con organizaciones armadas de ningún tipo; sí con muchos sectores que antes vieron con simpatía la lucha del EZLN por la cuestión indígena y que, de una u otra forma, siempre estaban planteando esta pregunta que ahora tratamos de resolver: ¿Y nosotros qué? Nosotros que estamos en otras partes de la república como pueblos indios, nosotros que somos campesinos no indígenas, nosotros que somos trabajadores de la ciudad, nosotros que somos jóvenes, que somos mujeres, que somos homosexuales, lesbianas, trabajadores sexuales, trabajadoras sexuales, ¿nosotros qué? Sí estamos de acuerdo con esta lucha, pero nosotros somos otro sector que también padecemos necesidades y queremos construir otra alternativa.
Se da digamos un primer acuerdo con todos estos grupos, organizaciones, familias, individuos y se hace la ruta, una ruta que empezara desde el sureste y terminara en el noreste, noroeste de la república y que realmente recorriera todas las partes de nuestro país, del México de abajo y, en la medida en que no se estaba planteando aspirar a un puesto de elección popular, agarrar cargo, decimos nosotros, pues nuestra…

MAD: —O hueso dicen por ahí

SCIM: —Sí… nuestra propuesta sería una campaña diferente a la electoral, sería otra campaña, y es ahí donde agarra el nombre de Otra Campaña para diferenciarse de las otras de arriba. Pues bueno, empezamos con esto. Ya había dónde llegar, quién te cacha, quién te invita un taco, un café o algo, para que no llegues ahí, porque es una campaña que sólo se da a ese nivel. Sabemos que no va a haber ninguna atención de los medios de comunicación porque todo va por el lado de la cuestión electoral, y en el momento en que nosotros decíamos: “no pues por ahí no hay nada”, pues perdía el atractivo éste de que ¿qué íbamos a declarar? que incidiera a favor o en contra de un candidato.
Pero a la hora que estamos arrancando y que decimos: la clase política esto y otro, porque nosotros teníamos que hacer ese deslinde, porque antes nosotros sí pensábamos que arriba se podía hacer algo. De hecho, los primeros diez años de vida del EZLN —de vida pública— dedica a tratar de construir una interlocución con la clase política o con ese sector que nosotros interpretábamos como de izquierda o progresista —ni siquiera de izquierda—, porque decíamos: éstos sí pueden entender que es necesario que se salde esta cuenta histórica con los pueblos indios; no puede seguirse avalando desde arriba una guerra de conquista, quinientos años después. Nos equivocamos, pensamos nosotros, nos equivocamos en la caracterización de la clase política y en construir esta interlocución que finalmente no tuvo resultado.
Entonces, nosotros necesitábamos avisarle a la gente: ya no estamos por ahí, ahora estamos por otro camino, aunque sigue siendo civil y pacífico. Entonces hacemos una especie de análisis de la clase política, de crítica, y los grandes medios de comunicación agarran las partes que les convienen, las que, según ellos, trataban de equilibrar la ventaja del candidato del PRD, entonces muy adelante en las encuestas —que son la manera en como la modernidad mediática sustituye al voto, ahora mediante las encuestas es como se está decidiendo quién queda—.

MAD: —Y la tele, ¿no?

SCIM: Sí, los grandes medios de comunicación. Si antes era el dedazo el que decía “éste es el que va a quedar”, en el presidencialismo, ahora son los grandes medios de comunicación y las empresas de encuestas —que están muy ligadas también a los medios de comunicación— que dicen “por este lado”. Entonces, aunque criticábamos a Acción Nacional, al Revolucionario Institucional, a los pequeños o a los enanos, que son estos partidos de empresa familiar, como el Verde Ecologista, y también al PRD, los grandes medios agarraban sólo la parte que era la crítica al PRD —todavía no a López Obrador, sólo al PRD— y, entonces, se empezó a manejar esto de que si nosotros somos pagados por Salinas, que si le estamos haciendo el juego a la derecha, que ¿por qué Fox no nos atacó? Entonces quiere decir que hay un trato en lo obscurito, que es lo que se acostumbra en la política mexicana ¿no?
Como eso fue arriba, a nosotros no nos preocupó. Porque abajo, en efecto, con todas las demás organizaciones sí se entendía que era un deslinde con toda la clase política y que la apuesta era construir otra cosa, todavía no acabamos de definir ¿no? Seguimos con esto, ya conforme avanzaban las campañas presidenciales, ya precisando nuestras críticas en los tres candidatos principales: Madrazo, Calderón y López Obrador. Y empieza nuestro paso por el México de abajo —decimos nosotros—, fundamentalmente, hasta que nos paramos aquí en la ciudad de México, en el México rural.
Si al principio pudiera pensarse —por lo que se manejó en determinados medios de comunicación— que la Otra Campaña era un buzón de quejas móvil —nosotros bromeábamos diciendo que era el diván psicoanalítico de “adhiérase, nosotros vamos”—, porque las primeras reuniones con los adherentes, con la gente que se estaba acercando a la Sexta Declaración y a la Otra Campaña, eran como esta historia de un dolor que cambiaba el nombre del que lo decía, pero era el mismo el nombre del responsable: la misma empresa, el mismo monopolio, la misma complicidad de un departamento del gobierno federal, del estatal o del local. Pero, conforme va avanzando esto a través de la república, se va transformando en una especie de bitácora de las luchas de abajo. Luchas incluso —nosotros lo decimos— más heroicas que la de las comunidades indígenas zapatistas, en el sentido de que levantaban una resistencia, una rebeldía, y construían una alternativa sin la atención mediática que sí tiene la comunidad zapatista, que tiene el EZLN.
Entonces, lo que al principio parece ser una radiografía del dolor —que estaba esta desesperación en muchos compañeros y compañeras, no del EZLN, pero sí de la Otra Campaña, que decía: bueno, cómo es posible que con tanto dolor… ¿qué va a salir? finalmente vamos a decir “no, pues esto está de la fregada”; con tantos dolores no va a salir nada bueno— y empezamos a descubrir que no es cierto, que la suma de dolores no es un dolor grande, sino empieza a construirse la posibilidad de un alivio. Empieza cada quien a contar su historia, a decir esto que nosotros explicamos de esta forma: el pase de lista. “Yo soy esto” y “estoy aquí”, y a la hora que habla de quién es cada quien, es su historia de lucha, no sólo la historia de despojo que ha sufrido, sino también la historia de lucha ¿ya hay protestas de los radioescuchas?

MAD: —No, para nada.

SCIM: —Todavía…

MAD: —Hay una que otra felicitación, pero estamos atentos a lo que estás planteándonos, porque es la oportunidad de tener un resumen de viva voz de parte del Subcomandante Insurgente Marcos. Llámenos, son seis de la mañana con nueve minutos, escucha Del campo y de la ciudad, la otra radio, aquí transmitiendo desde la gran Tenochtitlan, y, no, no hay quejas, puedes continuar por favor.

SCIM: —Bueno, porque luego me dicen que nomás se quejan. Entonces, empieza cada quien a decir esto soy, y empezamos a descubrir en otras partes del país un síntoma común al campo mexicano: es un despojo de tierras, de recursos naturales y su destrucción. No se trataba sólo de quitarle a campesinos, a ejidos, a tierras comunales a pueblos indios, extensiones de tierra y, con ellas, bosques, costas, litorales, manantiales…

MAD: —Germoplasma, el germoplasma de nuestro maíz.

SCIM: —(Todo eso, lo que luego fuimos aprendiendo por otros compañeros y compañeras que tienen estos conocimientos) …sino la destrucción de esos recursos naturales, y nos llamaba la atención de cómo eran sectores, no perdón, territorios que, antes, no habían recibido la atención de las grandes empresas, o de la avaricia de los poderosos —decimos nosotros—, porque estaban muy alejados de la estructura de comunicación. ¿De qué servía una tierra rica si no tenía carreteras, si no tenía forma de comunicación para poder ser explotada y apropiada? Y no, resulta que crecían las carreteras; este supuesto avance de la infraestructura que debía traer beneficio a los pueblos, a la población rural, que debía traerle aliento al pequeño comercio, aliento a la producción del campo, mejor producto para los productos del campo. Y resulta que no, que con esa red de comunicación estaba llegando todo un ejército de ocupación, desarmado primero, y luego ya armado, que estaba destruyendo los pueblos. Cómo era posible que donde entraban carreteras no llegara el progreso, sino llegara la desertificación de pueblos enteros.
Las carreteras no servían para que los poblados mejoraran su nivel de vida, sino servían para que agarraran los carros que los llevaran a la frontera norte y pudieran cruzar al otro lado para conseguir, en otro país, lo que no podían conseguir en nuestro país, a saber: una vivienda digna, un salario justo —ni siquiera estábamos hablando de que fueran propietarios de grandes extensiones, sino que hubiera en la mesa algo digno para comer—; nosotros decíamos que en la mesa no se sentara el hambre y la desesperación, sino se sentara la esperanza, que pudieras comer algo ¿no?
Entonces, todo esto lo empezamos a ver en la Chiapas no zapatista —digamos en las grandes extensiones de territorio en donde no estamos nosotros—, sobre todo en la costa de Chiapas, donde además acababa de pasar esta catástrofe natural del huracán Stan que nos permitía ver a nosotros que, cuando hay una catástrofe, llegan los medios de comunicación y, detrás de los medios de comunicación, llegan las máquinas gubernamentales a arreglar la ruta de los medios de comunicación, no lo que realmente está necesitando la población.

MAD: —Y que sigue requiriendo

SCIM: —Sí, todavía. Y viene otra vez la temporada de lluvias y resulta que nosotros señalábamos hace meses que en Chiapas se estaba construyendo una escenografía de que se estaba resolviendo, y las escenografías pues se acaban. Y en este caso, es otra vez la lluvia la que la está tirando. Nosotros decíamos, finalmente, éste es nuestro territorio, nuestra tierra, nuestra gente, lo sabemos que así están las cosas y vamos a ver qué pasa en el resto del país.
Vamos a Quintana Roo: lo mismo. En el caso de Quintana Roo, Yucatán y Campeche que es digamos la zona maya de la península —o sea la población indígena ahí es mero maya, nosotros somos de raíz maya pero somos otros—, vemos también lo mismo: despojo de tierras comunales, apropiación de recursos naturales, a un grado insultante. Nosotros veíamos en Quintana Roo litorales de las playas de Quintana Roo con un muro, con una pared semejante a la que está construyendo el gobierno norteamericano en la frontera norte, nada más que dentro de nuestro territorio, construido por empresas extranjeras y con el silencio de los gobiernos. Y había ahí un grupo de ejidatarios que estaban peleando y decían: “ahora físicamente no podemos entrar, ya no sólo porque es propiedad privada, hay una barda, en efecto, que está apartando esa playa para que pueda venderse a las empresas hoteleras”. Subimos más para arriba, Playa del Carmen, Cancún y ahí entramos en contacto, por primera vez, con grupos ecologistas y nos hicieron una radiografía escalofriante que nos decían: “aquí, si tú atentas —aquí y en general en el mundo—, si haces algo contra la naturaleza, la naturaleza te dice ‘va’ y luego viene con la factura a cobrar”. Y ellos nos explicaban todos los destrozos que provocan los huracanes —ahora que viene otra vez la época de huracanes—, decían: “todo esto es posible porque antes hemos destruido lo que la misma naturaleza había construido como defensa para la tierra”.

MAD: —Los manglares, sí.

SCIM: —Los manglares, los arrecifes corales, todo eso y nos explicaron. Mira, entonces, esto, esto y esto, y mira, sí hay una ley, hay una ley que está puesta para que sea más barata pagar la multa que respetar las disposiciones ecológicas. Y nos dan el primer aviso: nos dicen, en México el departamento gubernamental encargado de proteger la naturaleza, no sólo no la protege, es el encargado de destruirla. Y empiezan a decir están estas leyes y éstas y éstas, que están permitiendo todo esto. Y nos hacen una radiografía del subsuelo, sobre todo en la península: aquí está toda esta agua que está abajo, que está siendo drenada, envenenada y todo lo que está arriba, esa belleza que está siendo privatizada por las empresas hoteleras, está acabando con esto, están destruyendo lo que es la fuente de su riqueza.
Aparte de estar viendo que se estaba destruyendo esto como riqueza natural de nuestro país, llamaba la atención la estupidez del poder económico que estuviera destruyendo lo que le iba a permitir sobrevivir como poder económico ¿no? —que es un distintivo que luego vamos a ver más adelante de otra forma—. Y arriba… así se destruía el subsuelo y arriba, en la superficie, se estaba destruyendo todo el tejido social. O sea, se está construyendo un mundo virtual en torno al aparato turístico en Yucatán, en la península de Yucatán. Y ni siquiera esta gen… la vieja coartada de la entrada del turismo es que esto va a generar empleos. Se dice: es necesario que entren las grandes empresas hoteleras y los grandes centros turísticos porque eso produce empleo en la población…

MAD: —Y fuente de divisas, pero ¿para quién?

SCIM: —Y ni una cosa ni otra, porque luego resulta que las empresas hoteleras importan fuerza de trabajo de otros estados, más barata que la que está ahí. Y, finalmente, si no quieres trabajar por el bajo salario, pues traigo gente de Chiapas, de Campeche, de Yucatán o de otras partes de la república, o de Guatemala y de Belice a que vengan a trabajar aquí. Y luego resulta que los meseros, las mucamas, todo lo que es el aparato del hotel digamos, o del centro turístico, hasta el nivel gerencial, ya vienen en paquete. No se está generando empleo ahí. Y las divisas que entran se van para otro lado, no hay ningún impacto para la gente que vive ahí ¿no?
Entonces, nosotros decimos, bueno, esto se trata de una ocupación. Y ¿dónde está la resistencia jurídica, que tanto se vanagloria el gobierno federal? Y resulta que no sólo no hay una resistencia jurídica, sino que hay un aval jurídico para que esto entre. De tal forma que cualquier movimiento que se resista a esta conquista del territorio nacional por empresas extranjeras —no hay ninguna empresa nacional ahí—, esa resistencia, esa lucha social, se convierte automáticamente en un delito. Y empezamos a detectar lo que va a aparecer en el resto del país: la lucha social en México es un delito y, como es producto de la pobreza, resulta que ser pobre en México es ser un delincuente. Y eso es lo que luego va a saltar en Atenco. ¿Le sigo? o…

MAD: —No, aguántanos tantito

SCIM: —¡Órale!

MAD: —Son seis de la mañana con dieciocho minutos, está usted escuchando Del campo y de la ciudad. Es que recuerda que hay que identificarnos porque luego no saben si están oyendo Monitor.

SCIM: —¡O que la! ¿de plano?

MAD: —Porque mira, hace unos programas ha habido personas…
… Creo que la intención sería hablar un poco más acerca de la represión en Atenco, que es en donde se atranca la Otra Campaña y es donde toman la decisión de quedarse en la ciudad de México hasta no ver libres a los hermanos presos políticos, y hermanas, gachamente masacrados allá en San Salvador Atenco. Ahí estamos en la parte de la historia.

SCIM: —Sí, entonces, esto que explicaba: el despojo de tierras, su destrucción y lo de la lucha social de resistencia que se criminaliza es lo que en Atenco se define de manera más claramente. La gente de Atenco, como toda la gente del campo, del campo de abajo —porque hay un campo de arriba—, es solidaria, y lo que hizo el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra —que es la organización ésta que surge para la resistencia al despojo de la tierra para el aeropuerto— fue entender que su lucha había triunfado por el apoyo y la solidaridad de otras organizaciones. Entonces, se creó en ellos esta ética del compromiso de solidaridad incondicional, en el sentido de que no buscaban sacar raja política. Nosotros estamos acostumbrados a que si alguien se acerca, te dice: oye, yo te hecho la mano, pero ¿a qué hora va a venir la cuenta, a que hora va a venir la factura? En el caso del PRD, ese es el eterno reproche con el zapatismo, dice: si nosotros te dimos la mano ¿por qué ahora la estás mordiendo?, por decirlo de otra forma.
Entonces, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, no importa qué lucha fuera —por pequeña que fuera— ahí estaban apoyando y diciendo: éstos son adherentes. Y el principio de la Otra Campaña es éste de que “ya no más, solos”. Hasta ahora, hemos enfrentado cada quien nuestra lucha aislados, separados, y, a veces —no pocas veces—, enfrentados abajo, y ahora es necesario construir una red en el elemental sentido de apoyarnos mutuamente.
Entonces, la gente de Atenco recibe la solicitud de ayuda de este grupo de floristas de Texcoco. Van y ayudan. Les cae la tira municipal perredista y luego la tira estatal príista y luego la tira federal panista, ahora sí que les cayó toda la clase política encima, porque están haciendo esto que debemos hacer todos abajo que es apoyarnos entre nosotros. Nosotros sentíamos como EZLN —y como Comisión Sexta hicimos ese llamado a la Otra Campaña—: nosotros no podemos seguir como que no pasó nada. Todavía sin saber todo el horror que se había construido en el ataque a Atenco, solo sabíamos que había atacado la policía y que había detenido gente, todavía no sabíamos cómo lo hizo ni lo que hizo después de las detenciones.
Entonces, nosotros decimos: nosotros no podemos hacer como que no pasó nada y ahora el siguiente estado y la siguiente reunión o el siguiente acto público. Decimos: aquí nos quedamos hasta poder ver a esos compañeros afuera, que es donde deben estar ellos, y deben estar adentro los grandes políticos que han construido, han hecho de la política un negocio, ¿no? la han prostituido hasta ese grado. Y luego, cuando ya nos quedamos aquí y empezamos a conocer la historia, sobre todo por la valentía fundamentalmente de las mujeres presas, que pudieron haber elegido quedarse calladas —y yo creo que les han de haber ofrecido: tú cállate, que no pasó nada, y vas pa´ fuera— y ellas eligen: no, eso se tiene que saber. Y empezamos a conocer toda esa historia, la otra historia, diferente a la que habían construido los grandes medios de comunicación en las primeras horas, a saber: que el pueblo de Atenco había agredido a los indefensos policías, que quién sabe que estaban haciendo ahí en el territorio del poblado.

MAD: —¿Hablas del 4 de mayo o del 3?

­SCIM: —Del 3 de mayo, a la hora que los medios están diciendo: “¿cómo es posible que estén haciéndole así a la policía, como si fueran calzones?”

MAD: —La repitieron…

SCIM: —¡Ajá! La imagen esta del policía que es pateado por un poblador y, luego, editando toda la parte en donde los policías golpean, no con los pies —bueno, aparte con las patadas—, con toletes, con armas, con escudos, incluso baleados.

MAD: —Sí, incluso.

SCIM: —De todo esto nos vamos enterando después y se empieza a construir, ahora sí que la otra historia de lo que fue Atenco. Y nosotros decimos: esto no, aquí ya no tiene nada que ver si eres de un partido u otro. Nosotros, por ejemplo, dijimos: en el caso de la agresión de la mujer, cualquier mujer que sea honesta y consecuente —no importa cuál sea su filiación política— no puede quedarse callada a la hora de descubrir lo que hicieron con las mujeres.

MAD: —Sí.

SCIM: —Nosotros decimos: en Atenco, ser mujer era un delito extra. Si eras luchador social ya eres un delincuente y, en este caso, ser mujer era otro delito que había que cobrar. Y nosotros decíamos: no se trata aquí de que a la policía le dijeran vas y buscas mujeres y las violas y las agredes, sino que vas y conquistas ese territorio y todo lo que encuentres, todas las cosas es parte del botín de guerra. Y, entre las cosas, está la cosa mujer, la cosa joven, la cosa anciano, porque cuando se revisa la lista de los detenidos en Atenco, ahora sí que detuvieron, golpearon y mantienen en prisión, ahora sí que como a los botones de muestra del México de abajo. Hay ahí campesinos, hay mujeres, hay estudiantes, hay trabajadores, hay hasta profesionistas.

MAD: —Hay un compa parapléjico, tengo entendido, que lo acusan de golpear ¿cómo es posible?

SCIM: —Sí, que ni siquiera se podía mover, está enfermo, ya de mucha edad… menores de edad, les hicieron todas la barrabasadas de las que fueron capaces. Y que, ahora, se descubre no sólo que fue un acto ilegítimo, sino que fue ilegal y que se están haciendo patos por un cálculo político mezquino. Dicen: “nosotros no podemos liberar a esa gente porque entonces, políticamente, ¿quién va a perder, cómo va a incidir esto en las encuestas?”. Aunque saben que tienen a todos esos presos —no sólo a los que están adentro de la cárcel, sino a los que liberaron con fianza pero siguen con el proceso de amenazarte: te voy a meter, te voy a meter otra vez, etcétera—, todo eso es completamente, además de ilegítimo, es ilegal.
Y nosotros decimos que ya no es sólo lo que nuestro deber como zapatistas y nuestro deber como la Otra Campaña, sino, en el caso de las mujeres, el deber de cualquier mujer con dignidad. Porque, eso que les pasó a estas compañeras, es lo que les está pasando a las mujeres en la calle ahorita, a esta hora, aquí en la ciudad de México: el ser agredidas, hostigadas, golpeadas y violadas porque son mujeres. Y que no es lo mismo ser mujer arriba: diputada, senadora, esposa de presidente de la república, por ejemplo —bueno, ahí van de gane también la prole ¿no? en este caso los Bibriesca—, que ser mujer abajo: la mujer que ahorita nos está escuchando, o que está caminando al trabajo, o que está abriendo su tiendita, o que está poniendo su pequeño puesto en la calle, o que está levantando las cosas ya en el campo ahorita ya para empezar a la chamba o ya la está siguiendo. Esa mujer, por ser mujer, está siendo agredida. Es agredida porque es pobre y ahora es agredida porque es mujer.
Entonces, no puede ser que la gente diga: bueno, ahorita vamos a ver qué está pasando en el debate, y cómo se vistió Patricia Mercado, o cuál es el modelito que trae Martha Sahagún y estar ignorando esto. Porque ni siquiera se trata de que es algo que a lo mejor no se sabe, porque lo que está… lo que se hizo con las mujeres de Atenco, se sabe por todos lados.

MAD: —Sí, afortunadamente, digo, con pena para nosotros los mexicanos y mexicanas que en este país sigan ocurriendo este tipo de cosas y que sea un sello de este gobierno del cambio, entre comillas y signos de admiración, no se vale. Está muy gacho

SCIM: —Sí, y que se construya y que se haya construido una imagen internacional sobre esa mentira. Y además, que en el sector de la clase política —en torno… me imagino que habrá alguien en torno a Vicente Fox y a Martha Sahagún— digan todavía: sí, pues finalmente mi índice de popularidad dice que sí, que soy, que va y que salgo bien. Y no, Fox está terminando su sexenio con la mancha de Atenco, además con toda la suciedad que ha ido acumulando a lo largo del sexenio, pero la de Atenco es el distintivo que siempre trató de evitar. Nosotros decimos: eso no puede quedarse así, con un cálculo político de a ver quién lo va a resolver. Tienen que salir esas personas y, luego, tiene que construirse un movimiento también por justicia. Porque no puede ser de que, bueno, ahora sí discúlpeme, te violé, te agredí, te insulté, te metí tanto tiempo a la cárcel, jugué con tu psicología y órale pues ya vas para afuera. Pero ahora ni siquiera es eso. Entonces, nosotros no podemos permitir que eso pase. No podemos decir: vamos a construir otra política y no importa lo que le pase a nuestros compañeros, mientras no le pase a Marcos, mientras no le pase al EZLN, pues nosotros le seguimos. La Otra Campaña tiene que ser de todos los que son adherentes.

MAD: —Estábamos en Atenco, estamos en la dignidad de la mujeres, en el ataque y muy particularmente te has centrado en esa parte porque sí es muy lamentable lo ocurrido, pero ¿qué es lo que sigue en este momento subcomandante Marcos?

SCIM: —Entonces, en lo que se refiere a la Otra Campaña, este movimiento de solidaridad de inmediato con nuestros propios compañeros, en este caso del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y de otras organizaciones y de personas que ahí andaban así nada más, que detuvieron, permite que la gente, los adherentes, las organizaciones en toda la república se organicen con una causa y pueda levantarse en la Otra Campaña otro estadio de organización. Que, digamos, que se iba construyendo en torno al paso de la Comisión Sexta: se reunía la gente, se acordaba una agenda, una ruta, una serie de actos. Y, ahora, ya no se trataba de recibir a la Comisión Sexta, sino de expresar en nuestra tierra, en la tierra de cada quien y con sus propios modos y medios ese apoyo para esos compañeros. Entonces, se da este movimiento nacional que, por primera vez después de mucho tiempo, como movimientos de abajo podemos decir, ahora sí, en todos los estados de la república hubo algo que se levantó —a veces grande y a veces chico— pero sin ningún apoyo de arriba, con la misma organización de la gente. Y a nosotros nos da… ¿no sé si se puedan decir malas palabras aquí en Radio Educación? porque es radio educación…

MAD: —Sí, sí se puede, yo n, pero tú sí.

SCIM: —Pero es gente bien chingona, es gente bien chingona la que hemos visto, y la que no hemos visto y que ahora conocemos por todo lo que ha hecho en toda la republica, ahora sí que en las 32 entidades federativas, como luego se dice. Entonces, está pasando esto que la gente se está organizando ya sobre trabajos concretos, y se empieza a ver que en esa organización es posible construir puentes que antes no eran posibles. O sea, podemos ver sentada a gente que, de otra forma, es decir, si no hubiera la Otra Campaña, sí se hubieran sentando juntos pero no salía uno vivo, quedaba alguien ahí mal parado —con las disputas que había sobre todo en la izquierda organizada abajo—.
Aquí el problema es ¿qué va a pasar después?, porque está toda esta apuesta de la clase política sobre el dos de julio; que está interpelando a la gente a veces con chantaje, a veces con terror. Con terror sobre todo del lado de la derecha, del lado de Acción Nacional que dice: “es que ahí viene el coco y si no viene, yo lo voy a traer”. De hecho, el candidato de Acción Nacional, Felipe Calderón, dice: “Atenco, la posición federal, estatal y municipal en Atenco es mi programa de gobierno”, lo dijo claramente ayer. “Y aquí o se ahorcan o cabestrean, aquí tienen que bajar la cabeza, humillarse, volverse dóciles, porque para eso voy a tener el ejército, la policía y todo el aparato represivo”. Y la otra política mediática de las otras fuerzas sociales, bueno, en este caso —perdón—, de la fuerza política del PRD —porque en el PRI pues yo dudo que alguien todavía apueste, ya ni siquiera los priístas, ya están buscando para dónde se van—, del PRD, el chantaje de que si no es ahora, ahora viene el coco, ya no de la fuga de capitales, sino de la derecha ¿no?
Entonces, nosotros decimos: allá arriba se está apostando todo eso al dos de julio, y el tres de julio cada quien se rasca con su uñas y, otra vez, a acumular dolores, ahora desilusiones, crudas morales. Es decir: chin, ahora tampoco se pudo. Entonces nosotros decimos que, para ese día, tiene que haber otra cosa organizada en donde la gente diga: “nosotros podemos construir aquí, y vamos a tener un espacio”. Ese es el reto de la Otra Campaña: si le va a poder ofrecer al equipo de Radio Educación, a la familia que nos está escuchando, a la señora que está ahorita caminando para la escuela, o al niño, o al obrero, o al indígena que nos está escuchando, si va a tener un lugar ahí o va a ser un número, como es en el caso de los partidos políticos al que sólo van acudir cuando haya una elección o cuando haya que sacar raja política.
Entonces, la Otra Campaña no es sólo un movimiento antisistémico, en este caso en contra del sistema que nos tiene así. No es sólo un movimiento que quiere construir políticamente una alternativa de izquierda y de abajo. Es también, y sobre todo, un movimiento que quiere construir otra forma de hacer política. Sí, el reto de la Otra Campaña es que si aquí va a valer más el que lleve más gente, el que acarree más gente —el corporativismo—, o si va a valer el peso de las ideas, de los argumentos y que, en ese sentido, vale lo mismo lo que diga una persona individual que lo que diga un líder sindical. La tradición arriba, y abajo, es que no, que el que tiene más gente detrás vale más y no el peso del argumento.
Nosotros estamos insistiendo, y lo hemos visto, que no debemos ser acartonados ni en eso, ni a la hora de hacer las cosas. Si algo ha demostrado la gente de abajo es su creatividad, su imaginación y su inteligencia para buscar muchas formas de manifestarse, de expresarse, que no necesariamente caen en las dos grandes opciones que se habían abierto, a saber: la lucha electoral o la lucha armada. La Otra Campaña está construyendo otra cosa, que no es ni una ni otra. Y, a la hora que nosotros decimos: nosotros no somos anti-electorales, de la misma forma que tampoco somos anti-lucha armada, sino que estamos construyendo una cosa que le saque a la gente esa alternativa. Nosotros decimos: es que aquí, si alguien no cree en las elecciones o a ver qué va a pasar o se abre un campo realmente de cultivo para una propuesta político-militar… Y nosotros sabemos que en las propuestas político-militares, la mayoría de la gente queda excluida: por edad, por capacidad, por lo que esto implica.

MAD: —Por clandestinidad.

SCIM: —Entre otras cosas. Y, en cambio, un movimiento donde no dependamos ni de líderes, ni de ideas que alguien nos venga a decir. Por ejemplo, que alguien venga a decirles a los trabajadores de Radio Educación cómo deben organizarse, cuando es la misma gente la que tiene que organizarse. Nosotros no estamos ofreciendo un nuevo evangelio. Nosotros estamos ofreciendo la oportunidad de construir, en igualdad de circunstancias, un espacio.
No estamos tratando de bordar en vacío. Allá en nuestras comunidades ya vimos que es posible, y no se trató aquí de qué decía Marcos o qué decía el aparato político militar —que es el EZLN— que tenían que hacer las comunidades, sino que se abrió el espacio y las mismas comunidades fueron construyendo no sólo su forma de gobierno, también su forma de resolver los problemas fundamentales de la vida, a saber: vivienda, o sea techo, la tierra, el trabajo, la alimentación, la educación, el lugar de la mujer, el lugar de los niños, el lugar de los ancianos. Todo esto lo han ido resolviendo según sus propios criterios, según su propia experiencia —según nuestro modo, decimos nosotros—, sin que de ninguna manera se pueda decir: bueno, es que, a ver qué dice Marcos cómo se hace el sistema educativo, o cómo se hacen los grupos de mujeres, o cómo se hace la instancia económica, la producción, cómo la empiezan a afrontar.
Si son experiencias propias, sí tienen fallas, tienen fracasos, pero sobre todo tienen victorias que, en el caso del sector rural en México y el sector indígena, se conocen poco. Y no sólo me refiero a los que no son zapatistas, también dentro del zapatismo es poco conocido estos triunfos, estos éxitos en cómo se están organizando las comunidades. La riqueza es tan grande que nosotros decimos: ahorita no podemos tocar ese punto sin ser injustos. Nosotros decimos: en la primera etapa pues va Marcos, luego van los compañeros que son los que tienen de primera mano, ya no se trata de que yo hable por ellos, como hasta ahora.

MAD: —¿Es la siguiente etapa de la Otra Campaña?

SCIM: —Sí, de la Otra Campaña, para nosotros como EZLN, es que más compañeros zapatistas puedan estar conviviendo en los diferentes estados por más tiempo, no así como estamos pasando rápidamente ¿no?
Y yo quiero aprovechar todo esto para hacer un saludo especial a un trabajador de Radio Educación que murió, Raúl Jardón, ese compañero que no sólo pues siempre nos echaba la mano junto con los compañeros de acá para que se conociera nuestra lucha, sino que muchas veces fue allá y nos dio consejos que ahora se aplican en radio educación, ¿no?, lo que… cómo presentarse ante el micrófono, aparte de que fue el puente. Y que para nosotros su pérdida fue muy dolorosa, porque ahora sí que él estaba esperando esto que estamos haciendo ahora ¿no? Y, ojalá, allá donde esté pues vea que sí vamos donde habíamos hablado durante mucho tiempo con él. Y un saludo y un abrazo especial a su familia, siempre les habíamos quedado a deber eso. No olvidamos a Raúl, por supuesto. Y, aún así, la Otra Campaña es tan rica que incluso para Raúl y para otros que nos están faltando hay lugar, como la Comandante Ramona.

MAD: —Sí, también, con todo respeto a ellos, a los que ya no están pero que siguen, les añadimos el saludo Del campo y de la ciudad. Más llamadas, ya nos estamos yendo. Seis de la mañana con cincuenta y seis minutos, escucha usted Del campo y de la ciudad, la otra radio dentro de Radio Educación que transmite desde la gran Tenochtitlan. Guadalupe Serrano: un agradecimiento y está muy emocionada, dice. En 94, tenía catorce años. Invitan a las doce afuera de Almoloyita el día de hoy en apoyo a los compas de San Salvador Atenco. ¡Hijo! que si puedes repetir lo que dijiste, va estar… para otro programa. Rafael Mirón: lo de Atenco fue provocado por la bestia… fue provocar a la bestia y la bestia atacó, el tigre saltó y mató pero morirá, morirá. Fernando Hernández: un saludo respetuoso y admiración y solidaridad al sub. Verónica Pérez: agradece el esfuerzo y la lucha que hace el subcomandante, como bien lo acaba de decir, sin todos los que vienen el subcomandante se quedaría solito, sin todos nosotros no habría Sub, así es de que, pus aquí…

SCIM: —No los tientes

MAD: —No, pues cada vez seremos más. Socorrito Quiroz: saludos al equipo, que gusto que está en nuestro programa el Subcomandante Marcos. Seis cincuenta y siete, nos estamos yendo, ¿algún llamado particular, qué sigue, alguna fecha, alguna invitación? Hay un chorro de actividades, tengo entendido.

SCIM: —Sí, primero una invitación a todos: el día 11 en toda la república se van a organizar actos culturales, artísticos y de comunicación por la libertad y la justicia para los de abajo, ahora sí. Sabemos que eso no está en la agenda de los partidos políticos, ni del debate, es algo que tenemos que construir nosotros ese espacio. No es sólo para Atenco, es también para todos los problemas que vamos teniendo. Está abierta la posibilidad de iniciativas: pintura, teatro, música, programa de radio, publicaciones, lo que sea, estamos insistiendo en esta parte, una invitación a eso…

MAD: —¿En dónde?

SCIM: —Es en cada, en todo el país, cada Otra, cada regional, o local, o lo que sea, está proponiendo estas actividades. Y la que está permanente es la del plantón en el penal de Santiaguito donde hay un grupo de compañeros y piden siempre pues que vaya gente, porque ahora sí que los que están adentro, los que están presos, lo escuchan. Hay otros en el penal de La Palma, pero los que están ahí sí alcanzan a oír, ahora sí que la bulla que se hace allá afuera. Entonces, piden, pedimos, que se apoye a estos compañeros que están en el plantón, sobre todo con la presencia, que vayan. Aunque no estén todo el día, pues estén un rato y ahí puedan entrarle.

Y queremos, nosotros como zapatistas, nosotros sabemos la importancia del radio allá —por eso tenemos ésta de Radio Insurgente y tratamos pues de aprender de la otra radio, ahora sí que acá— y sabemos la importancia de esta alimentación o retroalimentación —no sé cómo le llaman— de esta participación o interacción de los radioescuchas, allá, o radio participantes. Un saludo pero de veras especial de los zapatistas —ahora sí que por mi voz habla la voz de los hombres, mujeres, niños y ancianos de allá— para la gente de abajo que escucha este programa. Nosotros sabemos que, en efecto, es gente de abajo. Nos ha platicado la gente de abajo, no nos platicó gente de arriba de la existencia de este programa, sino gente de abajo. Un saludo especial a los que nosotros decimos: los que ya se levantaron cuando los demás no se levantan o no se han acostado cuando los demás ya están acostados, que siempre es gente de abajo la que empieza a echar andar, en el campo y en la ciudad, el otro México. Un saludo especial para ellos, un abrazo.

 
 

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7 Comentarios »

  1. les pedimos que nos apoyen ya hay tres muertos y no queremos mas por favor ayuda

    Comentario de hector keri — junio 14, 2006 @ 8:47 am

  2. ¿Que tipo de ayuda y adonde?

    Comentario de Martín — junio 14, 2006 @ 10:26 am

  3. ¿Vivan los maestros en plantón en Oaxaca!, ¡Viva la CNTE!
    ¡Fueron desalojados por la fuerza, con balas, hablan de 2 muertos y 6 desaparecidos!
    Ya recuperaron la plaza.

    Comentario de Martín — junio 14, 2006 @ 10:33 am

  4. Como lo habían anunciado en USA: Hubo un desalojo en la South Central Farm; adherentes a la Sexta arrestados — Los Angeles

    Sería bueno saber que esta pasando en las entrañas del imperio.

    Comentario de Martín — junio 14, 2006 @ 10:48 am

  5. Al menos ahora en un programa de imevision por aca en ny si dieron la noticia del desalojo de maestros en oaxaca , algo corto pero lo dijeron .
    desdede brooklyn saludos .

    Comentario de FRANCISCO FROM BROOKLYN — junio 14, 2006 @ 6:57 pm

  6. creo ke podemos cioncidir en las formas de pensar. solo necesitamos organizarnos para dar un solo golpe certero y efectivo. la sociedad actual requiere de una sacudida, pues nos golpea el imperialismo y hacemos nada por contrarestarlo. En este punto debemos reconocer el gran trabajo del sub y que es un ejemplo a seguir y proyectar esa forma de autogobierno
    ; podemos, pues realizar muchas cosas solo es cuestion de platicar y conocernos para entendernos y accionar de manera racional. como nota final kiero remarkar el papel de los partidos politicos, pues solo son eso «partidos politicos» ke solo kieren absorber el poder y riquezas a costa del pueblo, llegando a asesinar.

    Comentario de alejandro — junio 19, 2006 @ 7:15 pm

  7. Caros amigos e amigas do EZETA sou integrante do núcleo socialista Che Guevara em são josé dos campos, queria deixar meu total apoio ao EZETA de todos e todas Locos e Locas de Brasil, também sou integrante do Comite Avante Zapatista.

    Grande Abraço,

    Rodrigo

    Comentario de Rodrigo Janelato — diciembre 29, 2007 @ 9:09 am

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