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Palabra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

May032006

jornada de trabajo del día 3 de mayo en la mañana

El delegado zero en la Alameda Lea aquí

Palabras en el mercado de La Merced Lea aquí

En el barrio de Tepito Lea aquí

Viaje en Metro

Hemiciclo a Juárez, La alameda, Distrito Federal
Acto de la diversidad sexual

3 de mayo del 2006

Buenos días compañeros, compañeras, compañer@s.

No sé si alcanzaron a escuchar todos las historias, no sólo de dolor —como la del compañero al que le han aventado encima todo el aparato del Estado, nada más por exigir el derecho a existir, a la vida—, sino también las historias de lucha. Los compañeros y compañeras ambulantes que trabajan aquí en La Alameda y en el centro de la ciudad, de los compañeros y compañeras trabajadores y trabajadoras sexuales, de su rebeldía, la forma en que se organizan, y como están presentando ya una propuesta de nuevo mundo.

Allá fuera y allá arriba nos están criticando porque estamos diciendo que acá, en la Otra Campaña, estamos los mejores, las mejores y l@s mejor@s —o como se diga—. Dicen que estamos diciendo que somos los más buenos, los más puros.

Nosotros no estamos diciendo eso. Estamos diciendo que acá abajo, acá en la izquierda, está la gente mejor de este país, a la que nadie ha visto, ni ha reconocido, ni ha respetado su dignidad y su existencia.

Nosotros estamos aprendiendo, como zapatistas y como la Otra Campaña, la existencia de muchas diferencias, no sólo su existencia, sino sus resistencias y sus luchas. Nosotros acá, en la Otra Campaña, estamos contando otra historia, no suplantando voces, sino dándoles volumen, dándoles micrófono y, sobre todo, dándoles oído. El oído de los que somos acá abajo en todas partes.

Hace algunos años, un zapatista, Elías Contreras, vino acá a la ciudad de México, andaba recorriendo la parte de aquí atrás de La Alameda en una madrugada, cuando se fue a asomar al parque donde está el monumento de Vicente Guerrero y una frase que los zapatistas hemos hecho nuestra: “Vivir por la Patria o morir por la libertad”. Quiso ser detenido por unos judiciales, y quien lo salva: el héroe o la heroína es una trabajadora o trabajador sexual trasvesti, al que nombramos en la novela de Muertos Incómodos como la Magdalena.

Nosotros como zapatistas representábamos en Elías Contreras nuestro desconcierto, nuestra admiración y nuestro respeto por una diferencia, que desde el inicio de nuestro alzamiento en 1994, fue solidaria con nosotros: el movimiento de los diferentes, de las diferentes. Y nosotros encontramos esta semejanza, como homosexuales, como lesbianas, como transgénero, como lo que sea que somos, nuestra propia existencia significa un insulto y una amenaza para los que están allá arriba.

Ahora resulta que el sólo exisitir, que el estar, que el ser como uno es, sea como indígena, sea como lesbiana, sea como homosexual, sea como transgénero, significa allá arriba una agresión. Y no se trata sólo de las agresiones de los policías extorsionadores o de los juniors que se dedican a cazar en las noches a los diferentes.

Contaba Elías Contreras que cuando andaba platicando con la Magdalena ahí, en esa calle de allá atrás, se acercó un carro de lujo, y con esas armas que llaman de gotcha empezaron a agredir a otra mujer, o trasvesti, o trabajador o trabajadora sexual. Detrás de ese carro de lujo, una patrulla de la policía del Distrito Federal escoltándolo. Le dispararon, le insultaron todo lo que quisieron a ese compañero o compañera, mientras Elías Contreras trataba de detener la furia y la indignación de la Magdalena. No es una novela desgraciadamente, es la realidad aquí en la ciudad de México.

No era una novela, es la realidad que se está viviendo acá.

Hace un rato, pasó una compañera a hablar a nombre de la gente que está trabajando aquí en La Alameda, en la calle, que está trabajando aquí en el Centro Histórico. Denunció cómo los policías, ésos que están allá, los funcionarios que están allá arriba, están tratando de limpiarlos, de sacarlos de aquí, de barrerlos como barren la basura cada mañana o cada que se les ocurre aquí en La Alameda, para que los ricos no sean ofendidos en su vista y en su olfato por nuestra existencia.

Acá arriba, en la ciudad de México, se construyó una mentira durante los últimos años: que allá arriba el PRD iba a ofrecer para todos los que somos abajo, una oportunidad de una vida mejor. Y resultó que no, que allá arriba, el poder volvió a operar su licuadora, el estómago en que se ha convertido y digirió a la izquierda. Hizo un proceso de digestión sobre esa izquierda y la convirtió en una derecha pintada de amarillo y negro.

Hemos aprendido también a respetar, no sólo la existencia de los trabajadores y trabajadoras sexuales, también su lucha, las formas en que se están organizando.

Allá arriba —y queremos repetir lo que dijo la compañera— hay también un proceso de enfrentar estas diferencias y estas organizaciones. Porque resulta que si hace un buen impacto en las encuestas, entonces el candidato se va a fotografiar con homosexuales, con lesbianas o con trabajadores y con trabajadoras sexuales. Pero si las encuestas dicen que va a salir al revés, entonces nos miran como apestosos y como apestosas.

Resulta que nuestras demandas legítimas, ofrecen una ley allá arriba que luego es consultada con el alto clero, con los grandes empresarios, y empieza a modificarse, hasta que no tiene nada que ver con lo que se demandó en un principio.

Nosotros los sabemos como indígenas zapatistas, eso fue lo que ocurrió con nuestras demandas. Allá arriba, los partidos políticos consultaron con los poderosos y cambiaron todas nuestras demandas para ofrecernos una ley que no tiene nada que ver con lo que demandamos.

Escuchamos ahora esa diferencia que vive y que lucha en la ciudad de México y que es ignorada por los medios de comunicación, porque no es de buen gusto, porque no es de buenos modales. Y no sólo aquí en la ciudad de México, en toda la Republica hemos encontrado esto. En Yucatán, en Veracruz, encontramos homosexuales y a lesbianas, a homosexuales sufriendo no sólo el desprecio de una sociedad por ser diferentes, además por ser portadores del VHI, del VIH, SIDA —perdón, estamos aprendiendo—.

Y luego resulta que la lucha por la diferencia es también la lucha por la vida, por existir. Y está esta nuestra desesperación, que vemos también en los compañeros y compañeras, de que allá arriba no haya solución y tengamos que buscar otro espacio, otro lugar donde sea respetada no sólo nuestra diferencia, sino también nuestra experiencia de lucha, nuestra forma organizativa. Ellos, ellas, nosotros y nosotras, sabemos que ese lugar es la Otra Campaña.

El día de mañana, vamos a recorrer con las compañeras indígenas, aquí de la ciudad de México, la otra gran mentira que se ha construido sobre esta ciudad: que allá arriba el PRD ofrece respeto a la dignidad indígena.

Vamos a escuchar sus historias, las formas en que son perseguidos y perseguidas, nada más porque ser indígenas y, además, por ser trabajadores y trabajadoras ambulantes. Esta es la historia del México de abajo que no sale en las primeras planas de los periódicos ni en los noticieros, pero la injusticia que se está viviendo uno y otro día, está cobrando ya víctimas.

No se trata de que estos compañeros y compañeras, en la sociedad, en el trabajo, e incluso en las organizaciones que se dicen de izquierda, les digan: “pinches indios, pinches indias, pinches putos, pinches putas”. Se trata que todo este clima de racismo y homofobia empieza a cobrar vidas. Y no se trata que los maten, que los torturen, por ser seres humanos. Los matan, las matan, los torturan y las torturan, simplemente porque son diferentes.

El hecho de que hayan descubierto a un asesino serial, que está firmemente convencido que le estaba haciendo un bien a la sociedad, a la hora que secuestraba, torturaba y asesinaba homosexuales, es el síntoma de una sociedad que está dispuesta a todo, incluso al crimen, para eliminar al diferente.

Nos han dicho también, los compañeros y compañeras, que allá arriba se da un dobles. Resulta que ser homosexual, lesbiana, transgénero, también tiene que ver con la paga, con lo que se tiene en el bolsillo, con el dinero. Y si una cosa es el trato que reciben allá arriba los homosexuales, lesbianas y tansegéneros y otra, muy diferente, lo que se vive en la calle.

Resulta que es un sistema que también está seleccionando quién es el diferente y en dónde. Porque una cosa es ser prostituta en Los Pinos, como Martha Sahagún, y otra muy diferente trabajadora sexual en la calle de la ciudad de México.

Hemos aprendido de estos compañeros y compañeras, el tránsito entre puto y puta, a sexoservidora. Y cuando en Apizaco no decían las compañeras: “nosotras no estamos al servicio de nadie, nosotras no nos vendemos, nosotras no somos prostitutas, nosotras somos trabajadores y trabajadoras, y como tal exigimos respeto a nuestros derechos”.

Estamos aprendiendo. La Otra Campaña es esta gran escuela de los de abajo, pero no se queda sólo en que aquí existimos, aquí luchamos y esto somos. Va más allá, va hasta a organizar, con respeto a la autonomía e independencia de cada organización y de cada diferencia, en un gran movimiento que se levante y que sacuda entre otras cosas, la hipocresía que está allá arriba, a veces pintada de PRI, a veces pintada de PAN, y ahora, como es la moda, pintada de amarillo y negro.

Compañeros y compañeras: ¿hasta qué punto va en serio esto de la Otra Campaña? Nos acaban de informar que los pequeños comerciantes en Texcoco fueron desalojados por la policía con brutalidad. El gobierno del PRD en Texcoco cumplió su amenaza y atacó a los compañeros y compañeras. Sabemos que hay heridos y tal vez algo más grave, depende de la información que no estén pasando los compañeros y compañeras del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, los compañeros de Atenco, después del mitin de Taltelolco, veremos si en lugar de la reunión de adherentes, nos trasladamos allá para apoyar a los compañeros y compañeras.

Si piensan ellos, allá arriba, que van a seguir reprimiendo impunemente, que van a seguir golpeando y asesinando a los diferentes, están equivocados. La Otra Campaña no es un movimiento sólo de la palabra, es un movimiento también de la acción.

Compañeros, compañeras, compañer@s, como zapatistas, es un honor tenerlos de nuestro lado.

Gracias compañeros, gracias compañeras.

Mercado de La Merced, Distrito Federal.
Acto público son comerciantes y trabajador@s sexuales

3 de mayo del 2006

Compañeros y compañeras: les voy a pedir por favor atención para un mensaje que les vamos a pedir de favor que les pasen a los otros locatarios, a los otros trabajadores y trabajadoras sexuales, a toda la gente de abajo.

Nosotros somos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Si ven la televisión, la radio, los periódicos, han dicho muchas mentiras sobre nosotros. La verdad es que nosotros somos indígenas, mexicanos, de Chiapas. Y nos estaba matando el gobierno, porque no nos daba ninguna ayuda ni nos tomaba en cuenta.

Fue hasta que nos organizamos y nos levantamos en armas, que entonces voltearon a vernos. Nos quisieron comprar, nos quisieron rendir, nos quisieron matar. Y ninguna de las tres cosas pudieron con nosotros. Esa es la verdad de lo que está pasando allá.

Allá con nosotros el gobierno no manda: ni el federal, ni el estatal ni el municipal. Mandan las mismas comunidades indígenas. Tampoco manda Marcos, por eso es Subcomandante, porque allá los que mandan —los Comandantes— son los indígenas, las indígenas, que la mayoría de ellos ni siquiera habla español, ni siquiera ha ido a la escuela, pero sabe más, mucho más, que cualquiera de los pinches políticos que están allá arriba.

Ahora estamos haciendo, compañeros, compañeras, ahora estamos haciendo esto de la Otra Campaña y queremos explicarlo bien. Nosotros no estamos pidiéndole el voto para nadie. Nosotros no queremos ser gobierno, lo que queremos es tumbar al gobierno.

Nosotros no queremos que, por favor, no beneficien tanto a los centros comerciales. Nosotros queremos expulsarlos del país a todos esos centros comerciales. Nosotros no queremos, no queremos hacer un movimiento para que un líder se enriquezca, no queremos hacer un partido al que todos se van a meter, y darnos cuenta después que los jefes que llegan allá arriba, se corrompen y se venden y, luego, como quiera, para nosotros acá abajo, las cosas siguen igual.

Nosotros hemos escuchado su palabra, esa es la Otra Campaña, no que alguien hable por ustedes, sino que ustedes mismos expliquen los problemas que tienen como locatarios, como trabajadores y trabajadoras sexuales, como gente humilde y sencilla, que allá arriba —hay que decirlo claro—, nadie nos ve y nadie nos toma en cuenta.

Para qué hacen tanto escándalo de que Marcos trae el rostro tapado. ¡Que se quite la mascara!, dicen. Si como quiera todos nosotros que traemos el rostro descubierto nadie nos ve, quién sabe quienes somos. No estamos viendo pues que las cámaras de las televisiones se apagan cuando hablan ustedes, porque no los toman en cuenta. Más que a la hora que hay que extorsionarlos.

Porque el mismo funcionario y la misma policía, es la que extorsiona al locatario y extorsiona al trabajador y a la trabajadora sexual. Y lo que hacen es que nos enfrentemos entre nosotros, que nos regañemos, nos insultemos y nos demos cuenta finalmente después, que el mismo que nos está jodiendo a uno, es el mismo que está jodiendo a otro.

Y no tiene, no tiene madre, ustedes lo saben bien —como locatarios y como trabajadores sexuales y trabajadoras sexuales y como vendedores ambulantes—, no amanece todavía y ya están dándole. Ya se metió el sol y están dándole. Y, como quiera, lo poco que se saca hay que mocharse con el policía, con el funcionario, con la delegación con cuanto cabrón viene aquí a apropiarse de un dinero que no ganó.

Y todavía estamos viendo por todos lados de la República, porque nos acaban de avisar que pequeños comerciantes, así de mercado como ustedes, están siendo desalojados por el gobierno perredista en Texcoco. ¿Y saben porqué los quieren desalojar?, porque son feos, porque afean la ciudad —así dicen—. Entonces se trata de que esté todo limpio y ustedes ensucian, no es que estén tirando basura, es que son ellos, como que existen como hombres y mujeres que ensucian.

Y le rascamos un poco y resulta que el presidente municipal del PRD en Texcoco, quiere meter un Wal Mart, un centro comercial, y sacar a todos ésos que le hacen la competencia. Porque cualquier gente que realmente sepa comprar, sabe que es mejor lo que se vende aquí, que en el pinche supermercado del centro comercial, lo que pasa es que engañan con la publicidad, que pintan ahí un tomate muy bonito y resulta que es de plástico, lo sabemos bien lo que está aquí.

Y nosotros como Otra Campaña lo que estamos promoviendo es que la gente ya no compre en los centros comerciales, que compre en los mercados municipales, que compren con los ambulantes, las cosas salen mejor y sale más barato.

Aquí dijeron los compañeros, lo de la suspensión de pagos, de impuestos. Nosotros lo vamos a llevar a todo el país, para que en todas partes todos los pequeños comerciantes no paguen impuestos. Porque lo que sabemos bien, lo que sabemos bien es que los que están exentos de impuestos son los grandes centros comerciales. Les arreglan sus calles, les ponen agua, les ponen luz, estacionamiento, su gran centro, hasta su aire acondicionado, y todavía les quitan impuestos —según esto que para que generen empleos—, y entonces la gente vaya a comprar ahí y ya no vaya a comprar con la gente de abajo, humilde y sencilla.

Nosotros no venimos a pedirles que se metan en un movimiento, venimos a decirles: organícense aquí, como ya están o como ustedes quieran. Y a la hora que haya que enfrentar… Porque los van a querer desalojar, esa es la verdad, los ricos ya tienen el Centro Histórico y van a empezar a crecer y a crecer. Lo que ellos quieren es nada más ver gente limpia, que huela bien, bien vestida en sus tiendas. Y la gente de abajo no le importa si se tiene que ir a Estados Unidos o se tiene que ir a la chingada, esa es la verdad.

Y a la hora que vayan a enfrentar eso —porque ustedes lo van a enfrentar como lo han enfrentado otras veces—, que no estén solos, que podamos levantar junto con ustedes a todos los pequeños comerciantes, locatarios, trabajadores sexuales, trabajadoras sexuales, a toda la gente de abajo en el país. Pero ya no nada más para defendernos, sino para de una vez, quitarnos de encima esos pinches gobiernos, que no importa de qué partido político son, nada más nos están robando.

Seguramente si nos organizamos aquí mismo, ustedes pueden conducir este mercado mejor que cualquier funcionario, que ni siquiera ha sido pequeño comerciante, ni siquiera sabe lo que es talonearle en la calle, ni siquiera sabe lo que es ganarse el pan, los frijoles, las tortillas —a veces ni eso—. Nada más estar ganando para mocharse con el funcionario para que le deje el local, saben lo que es eso, ustedes mismos saben lo que hay que levantar eso.

Entonces lo que necesitamos es que la gente que se deja engañar por la publicidad y se va al centro comercial, ya deje de ir ahí, que no compren ahí. Porque además de balde, porque esos centros comerciales los vamos a cerrar y los vamos a convertir en mercados municipales.

Entonces les pedimos a las compañeras y compañeros trabajadores y trabajadoras sexuales, hablen con más gente. A los locatarios, a los comerciantes ambulantes, esto que están levantando de su lucha por dignidad, porque nadie les vino aquí a enseñar cómo organizarse. Ustedes mismos tuvieron que hacerlo.

Y ahora se trata que esta voz que dijeron aquí y en La Alameda, se escuche en otras partes del país y se escuche en Texcoco. Y van a ver como más gente que es como ustedes va a decir: “así hay que hacerle, así hay que organizarse”. Y ya no para que otro nos mande, sino para que nadie mande aquí, más que la misma gente que está organizada.

Y el comercio va a funcionar mejor, y las cosas van a ser más baratas para la gente humilde y sencilla, y los campesinos van a tener precio para su producto. Y todos nosotros vamos a empezar a vivir bien, sin miedo, sin angustia, que es lo único que tenemos ahorita.

De esto se trata este movimiento de la Otra Campaña. No que alguien venga a decir qué es lo que hay que hacer, sino escuchar a la gente y aprender de ella. Y entonces hacer el Programa Nacional de Lucha. Porque vamos a tumbar ese gobierno, eso es lo que les pido que avisen a los demás.

Aquí en esta ciudad, aquí en este país, va a haber un movimiento civil y pacifico en todas partes. Y vamos a tumbar al gobierno y no nos vamos a detener ahí. Vamos a sacar a todos los ricos y vamos a hacer otra ley, nosotros acá abajo, que nos beneficie. Donde ahí se diga quién va a pagar impuesto y quién no, y que la gente jodida no pague nada, porque además, lo que hacemos nosotros, es que este país avance. Y aquéllos, los que están allá arriba, son los que se están enriqueciendo y lo están vendiendo, así como dice ese cartel, lo están vendiendo.

Y entonces, nosotros como indígenas allá en Chiapas, como zapatistas, lo que vamos a hacer es agarrar su voz de ustedes y que llegue lejos. Y me cae de madre que esto de la suspensión de pago de impuestos lo vamos a llevar hasta el último rincón del país. Y que nadie, que nadie de abajo ya pague impuestos. Y si quieren hacer algo, entonces organizados los enfrentamos, pero ya no nada más aquí en esta calle, no nada más aquí en La Merced, y no nada más en la ciudad de México, sino en todo el país.

Y entonces a ver si los de allá arriba se van a tener que poner a trabajar, porque de lo que están viviendo, es de eso, de lo que nos están quitando.

Aquí nosotros, nosotras, tenemos un trabajo digno. Nosotros no estamos robando, los que están robando y asesinado, son ésos, los políticos. Y las prostitutas no están en La Merced, están en el gobierno, en la cámara de diputados y senadores y en Los Pinos.

Compañeros y compañeras: nosotros les pedimos que pasen esta palabra. No se trata de que alguien va a ganar, no se trata de que alguien nos va a decir qué hacer. Ustedes mismos. Y que platiquen su lucha, que cuenten cómo se organizan, y van a ver que otros pequeños comerciantes van a decir: “sí, eso es lo mismo, eso es lo que queremos”.

Me cae que en todas partes del país, la gente más brava que dice: “órale hay que entrarle en la Otra Campaña”, son los jóvenes, mujeres —que las chingan como ya sabemos—, los pueblos indios y los pequeños comerciantes, ambulantes, todo, como se llame cada quien. Porque saben que ya no hay otra salida, si nos cierran esta fuente de trabajo, ni siquiera va a haber chamba de delincuente —porque hay mucha demanda por los políticos pues—.

Entonces, no nos va a quedar más que tenernos que irnos a otro país, o luchar. Nosotros les decimos: hay que quedarse aquí y hay que luchar. Pero no vamos a detenernos por poquito, vámonos por todo. Porque eso todo, es nuestro.

Ese es el mensaje que les traemos. Gracias compañeros, gracias compañeras.

Tepito, Distrito Federal
Acto con comerciantes

3 de mayo del 2006

Barrio de Tepito, vamos a estar tranquilos, aquí estamos en un lugar seguro para la gente de abajo, humilde y sencilla.

Nos avisaron que iban a venir comerciantes, aquí de Tepito, y que los líderes del PRI y del PRD se los prohibieron. Y que si venían los iban a castigar. Como quiera, nos hicieron saber que están en la lucha. Y que si hay modo, pasar por ahí también para saludarlos. Como quiera les vamos a pedir… Ellos piensan, los líderes esos del PRI y del PRD, que si no los dejan venir no se van a enterar, pero de por sí se van a enterar.

Hace unos meses, cuando sacamos esto de la Sexta Declaración, donde llamamos a unir todas las fuerzas de la gente que está abajo, compañeros y compañeras de Tepito fueron a la Selva, allá donde estábamos nosotros. Nos platicaron de la lucha de acá, nos regalaron libros además para que estudiáramos la historia de Tepito y nos invitaron a que viniéramos. Hemos cumplido, aquí vamos a comer, en este lugar que nos está recibiendo y, esperamos, que no sólo nos alimente lo que nos van a dar, sino también su rebeldía y su organización.

Nosotros sabemos la campaña de desprestigio que hay en contra de Tepito, no sólo en contra de Tepito, sino en contra de todo el México de abajo. Y como saben que no van a poder con La Merced, que no van a poder con la gente de La Alameda, que no van a poder con la gente de Tepito, entonces está esta propuesta que ahora nos están contando: que le van a echar otro piso a la ciudad, encima. Porque no nos quieren ver, porque saben que nuestros pequeños comercios no sólo venden mejor cosas, sino más baratas. Y lo que ellos quieren es que la gente sólo consuma en los grandes centros comerciales.

Y eso que nos están contando del paso a desnivel encima de Tepito para dejarlo abajo, como de por sí es Tepito, de la gente de abajo, es para que los de arriba nada más se estén conectando entre sus grandes residencias de lujo con sus centros comerciales. Y también para que los trabajadores que les sirven olviden Tepito, y no me refiero sólo a Tepito como un centro comercial, sino como un centro de rebeldía, como una historia de lucha.

Esto que nos están contando y muchas otras cosas, tenemos que hacerlas dar, que las oigan, que las escuchen en todas partes de México. Porque si sólo se atienen a lo que dice la televisión, la radio, los periódicos, pues se les da esta idea de que en Tepito nada más pasan cosas malas. Y resulta, lo sabemos bien, que las cosas que pasan mal en este barrio, es por el gobierno, que son los que están en conexión con el crimen, pero la gente honesta, la gente luchadora, que es la que nace aquí, aquí crece, y aquí lucha por su dignidad, tiene en nosotros, en los zapatistas, compañeros y compañeras.

Hasta antes de esto, nosotros estábamos allá, ustedes acá, ustedes sabían de nuestra lucha y nosotros de la de ustedes, pero se llegó el momento en que tenemos que unirnos. No se trata que nosotros vengamos hasta acá ni ustedes vayan a Chiapas, sino que ustedes luchen aquí en su barrio, nosotros en nuestras montañas. Y que unamos esas luchas con toda la gente de abajo: con los locatarios del mercado de La Merced, con los trabajadores y trabajadores sexuales del centro de la ciudad de México, con los obreros, con los campesinos, con los estudiantes —como la compañera que pasó aquí de la Casa Nacional del Estudiante—. Así en todas partes eso es lo que estamos haciendo.

El gobierno y los ricos piensan que si no se junta mucha gente es que va mal. Y no sabe que la gente que se está juntando es la que está más decidida. Y no sabe que esa gente que se está juntando es la que está hablando con otra, y con otra, y con otra, y en cada lugar se está entrando más gente.

Miren compañeros y compañeras, hubo un lugar donde tuvimos un acto público con cinco personas. Escuchamos su palabra y hablamos, porque nosotros lo que nos importa no es que se junte mucha gente acarreada, sino que la gente que llegue a hablar, hable una historia de lucha, y la gente que llegue a escuchar, escuche otro mensaje.

No se trata de cambiar de gobierno, ni de hacer un partido político, ni de pedir elecciones, ni de repartir camisetas ni gorras. De lo que se trata es de hacer otro país. Y no se trata que nadie venga de fuera a decirle a Tepito cómo debe organizarse, porque si alguien sabe organizarse, es la gente de Tepito.

Se trata que las leyes que ahora sirven para que los policías extorsionen a los pequeños comerciantes, a la gente pues que trabaja abajo, que los policías ahora agarren a los ricos que son los verdaderos delincuentes.

Se trata entonces de sacar a los ricos de este país y de sacar también junto con ellos a los malos gobiernos. Y que cada quien, nosotros así donde estamos, nos organicemos, así Tepito puede tener mejor gobierno si la misma gente decide qué es lo que hay que hacer, en lugar de que venga una delegada o delegado, que quien sabe de dónde viene, que ni siquiera conoce el barrio, ni siquiera sabe los usos y costumbres de acá, simplemente viene a mandar y a obligar a que vamos a obedecer todos.

Y entonces nosotros les pedimos que les pasen esa idea a los comerciantes que están aquí de Tepito, a los colonos, a las colonas, que les digan: si dejamos que allá arriba sigan las cosas, Tepito va a quedar abajo. Como si hubieran cavado un gran agujero y hubieran sumido el barrio entero junto con su gente bajo tierra. Si no pueden hacerlo, lo van a hacer de esta forma: construyendo encima de este barrio, su otro, el que tienen allá arriba, sus carreteras, sus pasos a desnivel. Y ni siquiera van a voltear para abajo, como no sea para escupir sobre nosotros.

Y entonces el trabajo digno que cada quien construyó va a desaparecer. Y entonces va a tener que optar en ser un sirviente de esos centros comerciales o de esos poderosos, o tener que buscar trabajo en otro lado, y en otro lado ya no hay.

Entonces no nos queda, esa es la verdad, no nos queda más que luchar. De por sí lo hemos hecho, de por sí lo han hecho ustedes. Difícilmente aquí se puede meter cualquier cabrón que no sea de acá, y que quiera hacer algo y la gente no le responda. Pero ahora se trata de que esa lucha, la de ustedes acá en Tepito, la de nosotros allá en Chiapas, y todas las que hemos ido encontrando por todas partes donde vamos, nos unamos en una sola lucha.

Pero ya no para que otro se enriquece, ¿para qué? ¿Para qué vamos a hacer un gran movimiento y vamos a quedar igual abajo? Vamos a hacer un movimiento donde nosotros quedemos parejo todos, que nosotros mandemos, cada quien en su lugar, que las leyes sean para servirnos a nosotros, que la policía nos sirva a nosotros, a la gente de abajo humilde y sencilla. Y que los gobiernos que empiecen a corromperse, botarlos. Los gobiernos tienen que obedecer y el pueblo tiene que mandar, ese es el mensaje, pues, de la Otra Campaña.

Y entonces, ¿nos vamos a detener ahí? No. Lo que se trata es de sacar a todos los grandes centros comerciales, a los dueños de los bancos, a los dueños de las fábricas, a los dueños de la tierra. Sacarlos de este país o meterlos a la cárcel si es que tienen delito. Sacar a toda la gente pobre que está ahorita en la cárcel, para que tenga ahora un trabajo digno. Meter ahí a los ricos y a los malos gobernantes.

Y hacer otro acuerdo —es lo que decimos nosotros—: una nueva Constitución. Ahorita lo sabemos como comerciantes, como empleados, que llega la tira, llega el funcionario a decirnos: “estás violando tal ley” —que a saber quién chingados hizo— y lo único que hace esa ley es que está chingando a la gente de abajo y está beneficiando a la gente de arriba.

¿Cuándo han visto que haya un operativo policiaco en un centro comercial? Nunca. Siempre los operativos policíacos es contra el pequeño comercio, contra los barrios. ¿Qué es lo que quieren? ¿que están vendiendo mercancía ilegal? No es cierto, ilegal es lo que están vendiendo allá arriba. Lo que pasa es que no quieren competencia, lo que saben es que cualquier gente de abajo, en cualquier parte del país, sabe que lo que se vende en Tepito es mejor, que lo que se está vendiendo allá arriba. Todo: sea una película, un calzón, un brasier, un aparato de sonido, lo que sea, que se consigue acá, es de mejor calidad y a más barato precio que lo que están haciendo ellos. Entonces es una competencia muy fuerte. Entonces, como no los pueden derrotar porque están muy organizados, entonces lo que hace es, como si les echaran tierra encima.

No podemos permitir eso, pero eso lo quieren hacer en todo el país. Como no pudieron destruirnos como pueblos indios, pues también quieren pasar por encima de nosotros. Y entonces empezar aventarnos hacia abajo, a bajo tierra, porque no vamos a tener otra opción para vivir más que luchar o darnos por vencidos, por rendirnos.

Yo sé que en las montañas del sureste mexicano —porque de allá vengo— esa palabra no se usa, y que tampoco aquí en Tepito: ni rajarse, ni rendirse, ni venderse. No es que lo descubrimos, así hicimos esta historia, pero llegó el momento en que tenemos que juntarnos. Y tenemos que juntarnos para que las cosas cambien realmente, no para que vuelva a quedar igual.

Nosotros como pueblos indios sentimos esto junto con ustedes. Qué tal que levantamos un movimiento y resulta que a todos los comerciantes ahora les van a poner otro líder, que los va a extorsionar, que les va a pedir cuota, y que los va a obligar a ir a un mitin, si antes al PRI, ahora al PRD, al PAN, según quién vaya a quedar pues. Sin respetar el trabajo de la gente.

Y a nosotros también que hagamos un movimiento y que otra vez los pueblos indios quedemos olvidados, como en la Revolución mexicana, como en la Guerra de Independencia.

Entonces nosotros decimos: hagamos otro movimiento, pero luchemos por nuestro lugar ahí. Que nadie hable por nosotros, sea como Tepito, sea como pequeños comerciantes, sea como la gente de abajo, humilde y sencilla, que hay mucha: albañiles, empleados, choferes, gente que está abajo, que está todo el día batallando para conseguir un poco de paga y que se la quitan los que están arriba.

Veo pues que hay muchas compañeras acá. Ustedes digan pues si lo que estoy diciendo estoy echando mentiras: ¿no subió la luz?, ¿el gas?, ¿el predial?, ¿el teléfono?, ¿el drenaje? —si es que llega— El agua a lo mejor no llega, pero la cuenta llega. Los precios de los productos que consumimos, ¿no es cierto que si somos pequeños comerciantes hay que mocharse con la tira un tanto, otro para el funcionario, otro para la delegación, otro si no pasas lista cuando vas al mitin? Y resulta que descubrimos que estamos como esclavos trabajando para otro que no trabaja.

Y entonces vemos en nuestra mesa, en nuestra casa, en la calle, en nuestro centro de trabajo, que estamos peor, pero estamos chambeando más. Y el que está arriba, sea que es diputado, delegado, funcionario, presidente de la República, jefe de gobierno, todo eso, todo eso, que no trabaja, cada vez vive mejor. Y que ahora ya tienen otra casa, que ahora ya tienen carro nuevo, que ahora ya tienen otro traje, otros zapatos. ¿Por qué si no trabajan ganan más y por qué nosotros que si trabajamos ganamos menos? Entonces nosotros decimos, pues es que ellos nos están quitando la riqueza.

Entonces a la hora que les quitemos a ellos sus grandes comercios, no les vamos a robar, les vamos a quitar lo que es nuestro, lo que nos pertenece, lo que nos despojaron, ese es lo que dice la Otra Campaña.

Lo que pasa es que cuando sacamos esta palabra, que sea un campesino, dice: “sí, a mí me quitaron la tierra, a mí me quitan el precio del producto”. Como comunidad indígena: “me quitan también la tierra comunal”. Como trabajador: “me quitan mi salario”. Como pequeño comerciante: “a veces, hasta me quitan el puesto para que entre un centro comercial”. Como estudiante: “me quitan la educación gratuita, porque hay que dar cooperación y hasta resulta que sale más caro que si te metieras a una universidad no pública”. Como maestro: “me roban también porque no me pagan lo que merezco”.

Y así como cada quien, aparte de que se están robando todas esas cosas, aparte nos miran con desprecio, con asco. Les damos asco porque no somos como ellos. Por eso van echar otro piso por encima. Eso fue lo que hizo López Obrador, su segundo piso, es decirle a los ricos: “no se preocupen de los pobres, los vamos a pasar por arriba”. Eso es lo que está proponiendo para que sean realmente los de abajo y entonces se va a hacer un México subterráneo.

Pero mientras están haciendo eso compañeros, se está vendiendo el país. O sea el centro comercial ese no crean que es de un comerciante mexicano, es extranjero: español, norteamericano, japonés, francés. Y es el mismo el que está chingando el comercio aquí, es el que está despojando de tierra a los indígenas, el mismo nombre. Y es el mismo gobierno el que lo sirve aquí al que le sirve allá. Por eso nosotros decimos: vamos a unirnos, derroquemos al gobierno, saquemos a los ricos, y recuperemos lo que es nuestro. Y entonces vamos a poder vivir con tranquilidad y vamos a poder vivir bien.

Esa es la palabra que estamos llevando en cada lugar compañeros. Y junto con esa palabra, la palabra que otros están diciendo de lucha. Entonces yo les pido que le avisen a los comerciantes de Tepito, que hay una propuesta de los locatarios de los mercados de La Merced que es: suspender el pago de impuestos. Ya no pagar impuestos porque estamos pues jodidos, que paguen impuestos los ricos.

Y entonces vamos a pasar en cada lado y hacer un movimiento para que nadie pague impuestos.

Y entonces, así como nos platicaron la historia de acá, pues a otras partes donde vayamos, nosotros vamos a contar lo que escuchamos aquí en Tepito. Y así en cada lado donde vamos pasando.

Y entonces vamos a conocer la historia de cada quien, vamos a hacer este acuerdo que queremos, que es unirnos todos. Y va a llegar el día en que vamos a decir: “tal día a tal hora vamos a tumbar al gobierno”.

Gracias compañeros, gracias compañeras.

 

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https://enlacezapatista.ezln.org.mx/;audio/20060503_SCIM_Alameda.mp3;En la Alameda;

https://enlacezapatista.ezln.org.mx/;audio/20060503_SCIM_Merced.mp3;En la Merced;

https://enlacezapatista.ezln.org.mx/;audio/20060503_SCIM_Tepito.mp3;En Tepito;

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8 Comentarios »

  1. muy chéveres las imágenes de la alameda y el metro,

    saludos

    jaime

    Comentario de jaime montejo — mayo 6, 2006 @ 9:55 am

  2. algo breve…enfocate en Atenco, ….

    que bueno que el sub va en el metro, por que dejeme decirles compas el Metro del DF es un tocador. He enviado mensajes y respuestas el Metro, y empece a una investigacin de que como funciona. Ademas de pasar un año Lune-Viernes en hora pico de la mañana y luego regresar en la noche consecutivo. Empece de usarlo en 1989. Aqui se queda muy claro que el slogan del PRD, PRIMERO LOS POBRES es una mentira de su parte. ¿ Cuantos años han tenido para arreglar eso ? El PRI tambien. Y luego gasten super milliones en el segundo piso de periferico (¿ esta en uso ahora no ?), par que la ciudad se contamina mas, y el trafico se pone todavia mas bruto. Espero que estoy en el DF el dia que tomamos el metro y lo regresamos el pueblo. Seguro que hasta los pasajeros lo pueden manejar mejor que como es ahora.

    Y hablen de la privatizacion de agua. Se esten burlando de nosotros. Todos los años se restringin la agua a lugares como la delegacion mas grande del Mexico DF (Iztapalapa-clase obrero) por 2 o 3 meses minimos, mientras que en Polanco (colonia rica del DF) fluye de la llave como si fueramos en Canada.

    Atenco…. y maten gente para quitarles sus derechos como ciudadanos Mexicanos, y dar libre paso a empresarios estupidos respaldando WALMART. Como si WALMART necesitaba ayuda. Criminales. Estoy de acuerdo que reescribimos la constitucion, por que lo cierto es que en Mexico, los palabras de Benito Juarez solo pertinecen a los de abajo y la izquierda.

    Comentario de Kevin — mayo 6, 2006 @ 5:51 pm

  3. Que tranza banada?? Un favor, alguien puede proporcionarme fotos del Sup saliendo del metro Merced??? Soy del barrio y para el próximo año se tiene contemplado sacar un calendario con imágenes de la Meche, pero como no sabía que iba a llegar por el metro, no estaba prevenido. Favor de mandarlas a mexhiko@hotmail.com o subirlas a esta página. Así mismo ¿cómo puedo subir mis fotos? Tambien tomé algunas del evento en el Mercado.

    Comentario de Marco — mayo 7, 2006 @ 2:13 am

  4. Saludos, en este artículo hay un enlace a galerías de fotos que puedes usar en el calendario. Las fotos que desees compartir con nosotros las puedes enviar por mail a: galeria@ezln.org.mx

    ¡Gracias!

    Comentario de Administrador — mayo 7, 2006 @ 9:49 am

  5. bueno compas muy chido todo pero aguas con la organizacion va?
    por ahi en tepito hacer mas trabajo con los compas de la otra y lo9 que se quieran adherir, en tlatelolco con los que coordinaron seguridad y el de seguridad que viene en la caravana va?

    Comentario de bernarda de jesus — mayo 8, 2006 @ 4:45 pm

  6. Los apoyo,

    Comentario de GABYS — mayo 9, 2006 @ 10:40 am

  7. De izquierda. Somos de izquierda.

    Somos de izquierda porque somos de izquierda, sí, de izquierda, y que nadie lo dude. De izquierda real. No pantomima. No engaño, no mentira. Venimos de abajo, de todos los rincones de la tierra luchando por un mundo mejor. De corazón lo hacemos.

    Nos dirige el color de la tierra y el corazón del pueblo.
    Nuestros caminos parecen solitarios a la Luz de los de arriba.
    Pero abajo ya muchos caminamos por la izquierda lúcida.

    No tenemos nada que perder y sí mucho que ganar.
    No importa que nuestro avance sea despacio.
    De por sí nos late el corazón de forma serena y tranquila.

    De Izquierda son nuestros orígenes, nuestros principios, nuestra identidad…, nuestro destino.

    Comentario de Jonathan — mayo 30, 2006 @ 1:10 pm

  8. Gracias a todos los integrantes de «la otra campaña» y la «comisión sexta» por permir a los loctarios de los Mercados Públicos del Distrito Federal, expresar los abusos del gobierno federal con sus impuestos inconstitucionales y tomar la sugerencia de suspender los impuestos y buscar la exención de los mismos en todo el país.

    Comentario de Eduardo Llamas — diciembre 13, 2006 @ 11:57 am

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