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Palabra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Abr062006

reunión con adherentes y simpatizantes, Morelia, 5 de abril

Palabras del delegado zero en la Prepa 1 del Colegio de San Nicolas de Hidalgo

Fotos enviadas por el Escuadrón Charlie Parker

Reunión con adherentes y simpatizantes en la Prepa 1 del colegio de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán.
5 de abril, 2006.

Compañeros, compañeras, ya somos menos que los que empezamos. Buenas tardes, ya noches, compañeros adherentes y simpatizantes de aquí de la ciudad de Morelia.Primero, quisiéramos que, llegado su momento, en la coordinadora regional y en la coordinadora estatal, los compañeros del colectivo “Reflexión en la acción: rumbo proletario” aclararan una información donde establecieron una alianza con otra organización de izquierda para formar parte de las redes ciudadanas de Andrés Manuel López Obrador, porque hemos insistido que la Otra Campaña no es un espacio electoral, y nos parece que si esto no está claro, es una franca muestra de oportunismo y bajeza de parte de los compañeros el seguir presentándose como adherentes siendo que ya eligieron allá arriba.

Compañeros y compañeras, queremos invitarlos a levantar un poco la mirada del espejo, del dolor que tenemos como skinheads, como anarco-punks, como libertarios, como estudiantes, como pescadores, como indígenas, como mujeres, como maestros, investigadores, como personas de la tercera edad. Aparte del dolor que tenemos por el lugar que ocupamos en la sociedad, el dolor que cada quién agrega en su vida personal, y les pedimos que levantemos la mirada de ese espejo, incluso el que incluye nuestra rebeldía, sea como colonos en contra de la arbitrariedad, representada por una gasolinera impuesta además con la burla a los ciudadanos, sea la criminalización del trabajo como en el caso de los compañeros pescadores en Janitzio, sea como el desprecio y la humillación para la lengua, como explicaron los compañeros otomíes, las mazahuas y antes, en otro día, los puréhpechas, sea el desprecio al buscar otras salidas, otros caminos para la ciencia, para el arte, para las humanidades, otro camino para la organización estudiantil, otro camino para la organización obrera, otro camino que cada quien va construyendo, a veces a nivel individual, para tratar de sanar su corazón de esa forma, a veces en colectivo para resolver un problema más amplio, y les pedimos esto, porque es necesario que quienes están en la otra Campaña no olviden lo que la señala como su orgullo, como su dignidad: el ser anticapitalista y de izquierda.

Precisamente cuando allá arriba buscan lo imposible, es decir, volver saludable, humano, al capitalismo, es precisamente esto lo que nos está diferenciando de la gente de allá arriba. Ellos que están allá arriba nos están ofreciendo una solución parcial. Nosotros decimos, una no solución a nuestros problemas: al de los pescadores de Janitzio, al de los colonos de la colonia Felicitas de Río y a cada uno de los que hemos escuchado aquí en sus problemas y en sus dolores. El capitalismo no es sólo un sistema que nos explota, no sólo es un sistema que nos reprime, que nos desprecia, que nos hace a un lado, y que no más nos va despojando, no sólo de la tierra, del trabajo, sino de la dignidad, incluso en el lugar más íntimo que podamos elegir: la recámara, si es que alguien tiene recámara, la casa, la calle, el centro de trabajo. Si levantamos la cabeza y levantamos con ella la mirada, hay que ir al centro de este sistema. Según nosotros los zapatistas, recordamos la canción de guerra que se entonaba en el imperio británico a finales del siglo XIX, decía más o menos: “No queremos pelear, pero si Jingo lo dice, tenemos las armas, tenemos los hombres, y claro, por supuesto, tenemos el dinero.” Desde entonces los grandes capitales lo dicen una y otra vez: lo que este capital necesita es una guerra y así es como nosotros concebimos la etapa actual del capitalismo, esto que se llama también neoliberalismo, como una nueva guerra: una nueva guerra, ahora de conquista.

Como pueblos indios y como mexicanos que hemos padecido las agresiones de diversos países, no sólo del imperio español, también del norteamericano, del francés, en hechos reales, invasión de ejércitos y ahora con este gran imperio del dinero, que está gritando para todos lados que lo que necesita para seguir adelante es una guerra, una guerra, la última, decimos nosotros, la cuarta guerra mundial, la que implica por un lado la desaparición de la humanidad como lo que es o por otro lado su sobrevivencia. A la hora de que alguien hace una guerra…y disculpas otra vez si estamos hablando como militares, como soldados que somos, como guerreros…lo que trata a lo hora de conquistar un territorio, es de destruirlo, de despoblarlo y de reordenarlo, de volverlo a acomodar según su conveniencia. En el avance del capitalismo a nivel mundial llegó esto que nosotros llamamos la etapa de la globalización, la etapa neoliberal en su presentación filosófica, ideológica, de teoría económica, de teoría política, y entonces se empezaron a destruir los estados nacionales entre ellos el nuestro. Apenas hace unos años, la política exterior de este país, incluso la política social al interior de nuestra república, era radicalmente diferente a lo que estamos viendo ahora. Cada quién en su lugar está sintiendo una agresión, más enconada que antes. No es que los ricos se sigan conformando con la riqueza que nos arrancan día a día, sino que ahora se ve, se siente, esta agresividad, está codicia desbocada que hace uso de todos los medios legales, violentos, ilegales, ilegítimos, para despojarnos de lo último que tenemos. Según nosotros lo que a pasado allá arriba en el poder es que están manejando la crisis en que los ha metido esta avaricia, difiriendo o trasladando esa crisis a esos estados que están siendo destruidos. La clase política en cada país, en concreto en nuestro país, a dejado de ser ya formada por políticos y ha sido suplida por gerentes, ni siquiera por empresarios. El gerente es un administrador del propietario, es la imagen modernizada del capataz en la hacienda porfirista y si uno hace un recuento de historias que vienen aquí en esta publicación que acaban de presentar los compañeros de la caravana, o en los periódicos, buscando en la nota roja, o en la nota política, o buscando detrás en los silencios de los noticieros radiofónicos o televisivos, empezamos a encontrar esta guerra de rapiña y esta agresión desbordada en contra de la gente más humilde y sencilla. Pudiera ser una sorpresa que los grandes capitalistas en el lugar de estarse peleando por el dinero se estén peleando por la poca moneda que hay en los bolsillos de la gente más explotada. Y sí eso es lo que estamos viendo, lo que estamos recogiendo aquí en la Otra Campaña, pero el responsable de todo esto, este sistema que no tiene patria, o que está tratando de acomodarse en la nueva patria y decir: “Ahora la patria del dinero es todo el mundo y ya no una sede, los Estados Unidos de Norteamérica, la Europa Imperial, el Oriente que resurge, sino, fuera las fronteras, fuera los límites territoriales, los límites a las barreras que plantean las leyes y ahora sí vamos a dominar donde quiera, en todo momento, en todo lugar. Esa es la ventaja que nos da la modernidad.” Y esto que pasó hace unos meses, cuando nos cuentan que el gobierno norteamericano aplica las leyes en territorio mexicano, que pudiera llamarnos a sorpresa, nos da risa en el momento en el que vemos la respuesta de la clase política, no sólo de Vicente Fox, sino de los tres principales partidos políticos que se están disputando la presidencia.

Hemos pasado a ser, no imperceptiblemente, de forma brutal una colonia más, una estrella más en la bandera de las barras y las turbias estrellas, que es como nosotros llamamos al gobierno norteamericano. No se conforman con eso, sino que quieren destruir completamente nuestro territorio, despoblarlo, obligarnos a desparecer como habitantes, convertirnos en migrantes o en nuevos peones dóciles y en este proceso de destrucción están tratando de reordenar, de volver a acomodar las cosas.

Esto que podrá parecer muy teórico es lo que se empieza a ver en la lógica que hay detrás de la persecución obsesiva y criminal en contra de las mujeres. Ya no se trata de hostigamiento sexual solamente. No se trata de cosificación de su ser femenino. No se trata sólo de verlas como adorno, sino verlas ya como un enemigo del sistema. Las agresiones violentas que llegan incluso al asesinato de las mujeres, se están convirtiendo ya en una pauta del sistema, o en esta etapa del sistema capitalista. La saña también con que se persigue a los jóvenes por la diferencia, porque se pintan de determinado color el cabello, porque lo cortan de determinada forma, porque usan piercings o tatuajes, porque usan el negro como bandera distintiva. Todo esto es también ya una pauta, una ley del sistema capitalista. ¿Por qué las mujeres? ¿Por qué los jóvenes? y como venimos diciendo desde hace 513 años y más recientemente desde hace 12 años, ¿porqué los pueblos indios? Y si vamos rascándole más, encontramos ahora a los ancianos, también sujetos a esta violencia para desaparecerlos. Los pueblos indios, por supuesto, ahora con el agravante de que el capital ha descubierto que existimos, sí, pero se dieron cuenta a la hora que hacen los estudios sobre el subsuelo, sobre la existencia de manantiales, de mantos acuíferos, del bosque, de la riqueza natural por llamarla de alguna manera. Entonces el gran capital, descubre que existimos y descubre también que existen homosexuales, lesbianas, transgéneros, y como decimos nosotros, “cada quién su modo” porque en esto del amor, como en esto de la lucha, cada quién busca cómo acomodarse y con quién. Nosotros menos que nadie estaríamos aquí para juzgar, ni permitiríamos que la Otra Campaña se convirtiera en un nuevo tribunal moral. Lo que nosotros decimos es que esta preocupación por las mujeres, por los jóvenes, por los ancianos, por los pueblos indios, y también en forma tendencial, pero todavía creciente, por los niños, es que en estos sectores fundamentales, jóvenes, mujeres, pueblos indios, es donde se está gestando esta rebelión, o esta inconformidad, a veces espontánea, a veces en forma organizada, en contra de esa lógica: la lógica del capital, la lógica de la mercancía.

Y queremos avisarles que hay que ponerse abusados con los monigotes que el capital pone delante de nosotros, para que empecemos a pelear contra esos monigotes y a él lo dejemos en paz. Una de las grandes mentiras del capitalismo es el mercado, el pensar que se puede combatir y derrotar al capitalismo en el mercado, que se puede combatir y derrotar al capitalismo sólo con una medicina alternativa, sólo con una cultura alternativa, sólo con otro arte, por llamarlo de alguna forma, sólo con otra organización dentro de las universidades, es el espejismo que nos están presentando una y otra vez. Según nosotros ni como jóvenes, anarco-punks, libertarios, skinheads, como se llame cada quién, como mujeres, niñas, jóvenas, adultas, ancianas, como ancianos de por sí, todo esto no va a ser posible sino entendemos que hay que atacar el núcleo del problema, al responsable, al que está más allá arriba de todos los dolores que estamos teniendo aquí. Y la Otra Campaña lo que está haciendo no sólo es el recuento de los dolores, de las rabias, y por supuesta también de las rebeldías, sino que se esta haciendo ese intento, por eso se dice anticapitalista y de izquierda, de que todos levantemos la mirada hacia ese enemigo común y es ese el que nos va a hacer que no perdamos el tiempo en pugnas internas, inútiles, según se ve al paso del tiempo, o en disputas por protagonismos, o en disputas por verdades que a la hora de la hora, resulta que no son tan verdades o tan verdaderas. Si nosotros logramos levantar la cabeza y encontrar a la hora de levantar la mirada, la cadena de mando, decimos nosotros, que tiene su alta jefatura en el poder del dinero, entonces, no sólo podremos levantar este movimiento a la hora que lo podamos unir, entonces, sólo entonces, podremos hablar de la victoria, de una victoria cierta a la hora que reconozcamos, no sólo que el responsable de nuestros dolores es este sistema, esta imbricación entre poder económico, y poder político, por eso nosotros siempre hablamos de que hay que derrocar al gobierno y hay que sacar a los grandes propietarios. A la hora que entendamos esto, que es este el núcleo central de nuestro dolor, el responsable de nuestra rabia y nuestra (inaudible), entonces podremos enlazar realmente esto que ahora estamos viendo aquí en Morelia, que hemos visto en todo Michoacán y que hemos visto ya en los 17 estados que hemos recorrido del país y es seguro que veremos en el resto de nuestro territorio, de nuestra patria: Rebeldías dispersas, compartimentadas, no pocas veces enfrentadas unas a otras y que en el mejor de los casos están a la defensiva, estamos a la defensiva tratando de sobrevivir frente a esta agresión.

Si alguien piensa ingenuamente, y por eso se suma a las redes de apoyo a alguien, que allá arriba va a haber una ruta de escape, un respiro siquiera, a la guerra que estamos padeciendo, pensamos nosotros los zapatistas, podemos estar equivocados, que están engañados. No va a haber respiro, no va a haber descanso. Allá arriba están por arreglarse. Todo este desmadre para ponerlo en términos coloquiales que estamos viendo en el estado mexicano, en el gobierno, está por arreglarse de una u otra forma y la clase empresarial que hasta ahora tomó el mando del país va a ser substituida por una clase administrativa. Ya no hacen falta gerentes, ahora se necesitan capataces. Eso es lo que se va a convertir el gobierno, no importa el signo que esté allá arriba. Y si algún idiota piensa que lo que están diciendo los candidatos en sus campañas electorales es medianamente cierto, es algo que por supuesto respetaremos. La Otra Campaña siempre ha respetado el derecho de alguien a decir y pensar tonterías, pero nosotros estamos en otra línea. Nosotros hemos decidido voltear hacia abajo, vernos entre nosotros, y aun está este batalle que vemos ahorita: que cuesta mucho escuchar a otro.

Todavía nuestro oído es muy selectivo. “Aguantemos para escuchar al Sup o aguantemos para escuchar hablar al que va a hablar por nosotros” y a la hora que está hablando otro: “Pues vámonos.” O si ya se tardó mucho en hablar: “Vámonos”. Esta reeducación que está significando la Otra Campaña, tiene que ver sobre todo con el oído. Si no escuchamos al otro primero, no vamos a aprender a escuchar su silencio, y es ese, porque muchas veces no es con la palabra como uno se expresa, sobre todo cuando somos comunidades indígenas. Si se han fijado casi siempre cuando habla un indígena en español pide disculpas, porque va a hablar chueco decimos nosotros, por este reflejo que tenemos nosotros de que se burlen de nosotros, de nuestra forma de hablar. Y muchas veces, mucha gente y no sólo indígenas, sobre todo no indígenas, no hablan por el temor, sea a la muchedumbre, sea al micrófono, sea a la burla, o sea a los orejas que están ahorita tomando nota y fotos. Esto tenemos que aprender a hacerlo porque es así como vamos a reconocer el primer paso, compañeros y compañeras, porque a lo mejor aquí en Morelia los skinheads se encuentran solos, los que buscan otro arte se encuentran solos, o determinadas mujeres en su lucha también se encuentran solas. Pero a la hora que se empieza a escuchar al otro, que se levanta la mirada, que vamos al vuelo de pájaro, van a encontrar a otros muchos en otras partes del país y ahora resulta que los que eran pocos, como dijo una compañera, no son tan pocos y están en todas partes. Segundo lugar: hay que reconocer al que es diferente después de reconocer al que es como nosotros. Reconocer su lucha, conocerla y valorarla y encontrar en ese levantar hacia arriba que vamos hacia el mismo camino, por el mismo paso, aunque llevamos otro ritmo.

De eso se trata la Otra Campaña. Cuando estamos hablando de otra forma de hacer política, estamos insistiendo en que tenemos que cambiar nuestra forma de hacer política, nuestra forma como organización, como persona, como familias, como grupos, como colectivos. Por eso la insistencia en cada lugar en que la gente hable, aunque se canse de luego escuchar. Por eso no importa que tarden mucho las reuniones o las asambleas que estamos teniendo, porque es necesario que aprendamos a educarnos en esto: educarnos en el oído. Así es como vamos a poder tender luego los puentes de la palabra y junto con ellos los puentes de la rebeldía. No estamos ofreciendo nosotros promesas, en todo caso la única promesa es al gobierno, que lo vamos a tumbar y al rico que lo vamos a desaparecer. Lo que les estamos proponiendo nosotros es esto y pasando un aviso. Los días que se vienen van a ser terribles, muy duros, sucios, bajos, como pocas veces a encontrado este país, sino hacemos nada así va a ser. Y si lo hacemos también va ser así, pero va a haber una esperanza, la esperanza de otra cosa, de otra organización de organizaciones, de otro movimiento que le dé salida a esa noche que ahora nos están proponiendo hacerla ahora sí eterna de la única forma en la que pueden hacerse eternas las cosas, que es con la muerte. Y eso es lo que nos están proponiendo en resumidas cuentas. La Otra Campaña, si quieren reducirla así, en términos que podamos entender todos, es la lucha por la vida y el capitalismo es la lucha por imponerles a todos la muerte y no importa si eso significa destruir el mismo mundo que están habitando ellos. Mientras haya ganancia, no importa qué agua se contamine, qué monte se destruya, qué pueblo quede desierto, mientras se pueda poner en términos monetarios. Entonces en esta lucha por la vida, no olvidemos mencionar al responsable, y no olvidemos, es lo que pedimos nosotros como zapatistas, darle el nombre que debe tener: es el enemigo. Y no sólo aquí en México, sino en el resto del mundo, la lucha que estamos levantando es por la humanidad, y es por la humanidad porque, del otro lado esos que cantan el jingoísmo, como dicen, está canción que cantaban para invadir otro país, necesitan la guerra y ahora la única guerra que queda es contra la humanidad.

Si ellos ganan, desaparecemos. Si ganamos nosotros, no sólo sobrevivimos, sino que lo haremos con libertad, con democracia y justicia. Habrá quien le quiera dar vueltas y buscar que si Ecuador, que si Bolivia, que si Argentina, que si el Timor…no sé que esté pensando cada quién. Nosotros como zapatistas pensamos que por alguna circunstancia que no vamos a discutir, le tocará luego a los historiadores de este siglo, le está tocando a México este trabajo. No sólo es nuestro deber y nuestra esperanza en este país, sino también en el continente y en el resto del mundo. Si de una u otra forma el zapatismo logró sintonizar una simpatía a nivel mundial, no es porque hayamos hecho determinado uso de la palabra o por el heroísmo incuestionable de las comunidades indígenas. Es porque desde ese momento se está planteando una alternativa, el germen de otra cosa. Y eso es lo que debe plantear en todos sus niveles la Otra Campaña: señalar al enemigo, el capital, al aliado de ese enemigo, la clase política, plantearse el objetivo por el que no habrá que arriar ninguna bandera, que es el derrocamiento de ese gobierno y la destrucción de ese capital y entonces sí, entonces sí, como dijo no sé quién, apenas nos habremos ganado el derecho a volver a empezar. Pero entonces volveremos a empezar ¿cómo es que hay que empezar las cosas? Como se hizo, como se hizo la vida de cada quién: desde abajo.

Este es nuestro mensaje de la Otra Campaña, compañeros y compañeras. Están las palabras de ustedes, están las palabras que se han dicho en el trayecto en Michoacán, en el trayecto en todos los estados y las que van a ir surgiendo en el resto del recorrido. Hay que escucharlas y sobre todo hay que levantar la mirada del espejo y hay que levantarla como de por sí hay que levantar las cosas: con dignidad.

Gracias compañeros, gracias compañeras.

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