El Subdelegado Zero en la Colonia San Juan de la Presa, Salamanca, Guanajuato.
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En San Juan, Salamanca, Guanajuato, 12 de Marzo de 2006.
Miren compañeros y compañeras, esto que nos han contado de la empresa esta Techem, es una muestra de lo que están haciendo los empresarios con la ayuda de los políticos en todas partes del país. Esa empresa ha decidido que no les importa, a esos, a sus propietarios, la vida de ustedes y la vida de sus hijos y la vida de todos nosotros. En efecto como han señalado los compañeros, la contaminación debe estar penada por la ley, pero resulta que la ley está para servir a los de arriba y no a los de abajo; y nosotros queremos saber por qué esa empresa no se puso en la zona residencial de Salamanca o en el rancho de Vicente Fox, por qué escogió precisamente una colonia popular y que piensa que vamos a hacer, cuando estamos protestando por las enfermedades que estamos padeciendo por esta empresa, nos dicen «si no te gusta vete a otro lado», como si fuera tan fácil dejar lo que uno tiene, que aunque es poco no hay nada más que eso, y a lo mejor no nos estamos dando cuenta y nos estamos echando el volado cada mañana a ver si no nos va a tocar la leucemia, el asma, las enfermedades bronquiales, las enfermedades de la piel que nos platicaron aquí, y entonces estamos pensando que ese es el problema del otro, de la otra familia, que «a mí nunca me va a pasar, porque vine nada más aquí de pasada o porque le toco mala suerte al otro, por eso fue que se enfermó». Y no va a ser así compañeros y compañeras, a todos nos va a tocar si no hacemos algo; la empresa tiene que indemnizar a toda la gente de esta colonia, la enferma y la no enferma, tiene que pagar con oro, lo que ha hecho de destrucción en estas tierras, tiene que pagar, tiene que pagar todas las cuentas y los tratamientos médicos de la gente que está enferma y de las generaciones que le sigan y tiene que entregar esa empresa a los trabajadores y a la colonia para que empiece a operar con sanidad que es lo que le falta, y con madre, que tampoco tienen madre.
Lo que pasa, lo que pasa compañeros y compañeras, es que no vamos a lograr nada si pensamos que el gobierno va a meter en cintura a esos dueños, no lo va a hacer, porque está recibiendo dinero de ellos, porque está recibiendo apoyo, y son ellos los que modifican las cantidades de contaminante, los mismos gobernantes, la misma gente que tiene que investigar qué pasó, y esto es gracias al sistema de corrupción que hay allá arriba; en México, los gobiernos desde el presidente municipal, hasta el presidente de la república están pagados por los ricos, y si entra otro va a ser lo mismo, porque quién nos va a tomar en cuenta si estamos en Salamanca, a quién le importa Salamanca, a quién le importa San Juan, allá arriba no importa, porque nadie nos ve, nadie nos escucha; cuántos políticos han abierto las campañas electorales para que la gente de San Juan diga su problema, cuántos medios de comunicación han abierto sus cámaras, sus micrófonos, las páginas de sus periódicos para que la gente de abajo, sencilla y humilde diga «esto es lo que nos está pasando, nos están asesinando y el asesino está aquí cerca, aquí vive, todos saben quien es, la autoridad tiene la denuncia y nadie hace nada contra él», cuándo ha pasado esto. Por eso nosotros decimos que este sistema como está, como lo explicaron los compañeros artistas plásticos, o culturalosos como les decimos nosotros, explicaron que el problema de la cultura es el sistema, igual que explicó la maestra, igual están explicando los compañeros que están señalando el proceso de contaminación aquí en este lugar.
Qué bueno que nos trajeron aquí, que bueno que no fuimos a hablar con los políticos o con los empresarios, que bueno que la Otra Campaña está escuchando estos dolores, porque de todo esto que estamos escuchando va a salir esto que les voy a decir: si hasta ahora su lucha contra esa empresa, y no es sólo para que se haga un saneamiento en sus sistemas, tiene que pagar ya el daño que hizo, no puede decir «ya de aquí en adelante me voy a portar bien» porque todo lo que hizo, la muerte y la destrucción que provocó en las familias de aquí y que va a seguir provocando por muchos años, tiene que pagar por ello. Si esa empresa está aquí, y que es de capital extranjero, es que está ganado mucho dinero, compañeros y compañeras, no puede decir que no tiene dinero porque si no tuviera no estaría aquí, y ha escogido este lugar porque el gobierno le ha dicho que la gente de aquí no va a decir nada, no va a protestar, va a pensar que su enfermedad es una maldición de dios o que se mala suerte, no va a pensar la gente que el responsable es esa empresa, no va a pensar que ella, la empresa es la que nos está asesinando aquí en donde estamos. Y resulta que no, que gracias por fin, que hay gente, hombres y mujeres que viven acá, que se rebelan y dicen «no se cierto, no es dios, no es el destino, no es la mala suerte, es una empresa capitalista la que nos está asesinando».
Y nosotros venimos a escuchar esto aquí, a Salamanca y venimos escuchando también todo esto por el resto de la república, y cuando el compañero dice «nunca más una Salamanca contaminada», ni siquiera en Salamanca, decimos nosotros, todas esas empresas que están contaminando deben salir, pero no salir nada más así, tienen que reponerle a la comunidad y a la ciudad de Salamanca, la ciudad de Salamanca de abajo, a la humilde y sencilla, todo el daño que hicieron. Porque ahora resulta que venimos a descubrir en Salamanca, aquí en San Juan, que el capitalista, el empresario, el rico, no sólo nos está robando en el salario, en los precios, con la ayuda del gobierno, quien de aquí de las señoras puede decir que ha bajado el precio de la luz, no es cierto, ha subido; el precio del gas, el impuesto predial, el precio del azúcar, de la sal, del aceite, del arroz, del frijol, de las laterías, lo que sea que se consuma va para arriba, y quien de aquí que es trabajador puede decir que su salario a subido lo suficiente para poder pagarlo, no ha subido; quien ha dicho aquí, que las mujeres pueden salir a la calle a cualquier hora y que van a ser respetadas; quien puede decir aquí, que una mujer, un joven, un anciano, puede salir en la noche y encuentra en una esquina a unos ladrones y en otra esquina a unos policías y corre y le pide ayuda a los ladrones en contra de la policía; y eso que pasa aquí en Salamanca pasa en cualquier parte del país, y nosotros estamos pensando si es porque el gobierno está mal o si es porque el sistema está mal, y vamos haciendo las cuentas de los partidos políticos que pasan, no importa cualquier color, y vemos que pasan y nos sueltan una palabra y nos dicen «ahora sí, ahora sí va a salir, dame a mí el voto», y vemos que entran pobres y salen ricos, y no salen enfermos, porque aquí si alguien se enferma aquí en San Juan, a ver a donde consigue la medicina, pero si un rico se enferma, a Europa o a Estados Unidos se va a curar. Pero en todo caso, si esta tierra está buena por qué no se viene aquí el presidente municipal a vivir, por qué no pone aquí el palacio municipal, por qué no viene Fox a poner su rancho aquí, por qué los empresarios no ponen su casa aquí, porque saben que aquí hay muerte.
Lo que nosotros venimos a decir aquí en la Otra Campaña, compañeros y compañeras es que nosotros ya no creemos en los políticos, en los partidos políticos y que además, no sólo no creemos, sino que nos vamos a organizar para sacarlos a todos de donde están, a todos, desde el regidor, el presidente municipal, el gobernador, el presidente de México, los secretarios de estado, los diputados y senadores; y los vamos a sacar de la manera más rápida que es sacando a quienes les pagan, a quienes les están pagando para que se corrompan, a los grandes empresarios, como son los dueños de esa empresa que está contaminando aquí.
Lo que pasa es que uno piensa que aquí solo como está en la colonia, ¿quién lo va a escuchar?, ¿quién le va a hacer caso?, ya nos explicaron que van con el presidente municipal y los manda con el gobierno del estado, y van con el gobierno del estado y lo manda con el presidente de la república, y el presidente de la república responde «y yo porqué», «si yo tengo mucho trabajo». Y entonces resulta compañeros y compañeras, que aparte que tenemos que gastar por nuestra pobreza, todavía tenemos que organizarnos para defendernos del gobierno, cuando se supone que el gobierno está para servirnos, y eso es lo que nos vienen a prometer en cada campaña electoral, «yo voy a hacer lo que tú necesitas», «yo te voy a servir», y lo único que hace es servirse pues, con la cuchara grande del presupuesto; y si alguien pide apoyo le dicen «no hay dinero, no hay se acabó», pero ¿cuándo han visto que se reduzcan el sueldo los funcionarios?, nunca; ¿Cuándo han visto que un funcionario entra pobre y sale pobre?, nunca; ¿cuándo han visto que un funcionario de cualquier nivel, pone dinero para que se resuelvan los problemas?, nunca; por qué, chingada madre, vamos a creerles ahora, si antes nos han estado haciendo todo lo que nos han estado haciendo; y estoy hablando por muchos mexicanos, no sólo por los zapatistas, porque en todos los estados que hemos pasado, nos han dicho lo mismo: «no vamos a seguir manteniendo a esa bola de haraganes y no creemos que cambiando de partido político se van a resolver nuestros problemas», miles, cientos de miles de mexicanos en todo el país, están diciendo «lo que hay que cambiar es el sistema», por qué tenemos que estarle pidiendo al patrón que, por favor, haber si es posible, nos puede aumentar el salario, casi rogándole, porqué, si la riqueza que se genera en esa empresa la producen los trabajadores. Probemos a pensar que pasa si no está el empresario en ese lugar y vamos a ver que se siguen produciendo las cosas, y probemos a pensar que va a pasar si en esa fábrica no están los trabajadores, no sale nada compañeros, absolutamente nada; entonces ¿quién está produciendo esa riqueza?, los trabajadores, entonces ¿por qué lo hacen trabajar tanto tiempo, por qué le pagan tan poco, por qué lo desprecian y lo humillan, por qué lo amenazan con despedirlo con cualquier pretexto? Cómo va a llegar a su casa y decirle:
-«no vieja, pues ya me corrieron y ahora a ver cómo le hacemos»,
-«pues empaca, viejo, y te vas pa’l otro lado».
Y así hay cientos, miles de mexicanos que tienen que cruzar la frontera, entonces pa’que madre estamos en esté país, si este país nos está expulsando.
Y estamos hablando nosotros como indígenas, porque nosotros somos indígenas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y resulta que nos tratan como extranjeros en esta tierra, nos desprecian por el color, por el tamaño, por la lengua, por la cultura, ¿con qué derecho?. Vale más aquí alguien que en la cartera tiene dólares, que alguien que en el corazón tiene dignidad; si no hacemos un cambio, de deveras, no las cosas que están saliendo en la televisión, en la radio, en el periódico, entonces compañeros y compañeras, no sólo San Juan va a ser destruido ni sólo Salamanca, ni siquiera sólo Guanajuato, todo el país que ahora llamamos México, va a desaparecer en manos de esta bola de destructores y criminales, que además se mantienen de los impuestos que paga la gente.
Tenemos que hacer algo, no podemos esperar mucho tiempo a ver si el que sigue a lo mejor si sale bueno, y así otros seis años, y otros doce, y otros dieciocho y otros veinticuatro, y que la gente se siga muriendo de enfermedades causadas por esa empresa y que nadie diga nada; porque eso fue lo que nos pasó a nosotros, nos mataba el sistema, nos mataba por ignorancia, ni siquiera sabía que existíamos y nadie decía nada, y nos tuvimos que alzar y en armas. Y ahora nosotros estamos haciendo esto de la Otra Campaña para decirles que hay que alzarnos pero no con armas, sino con movilización pacífica y civil, que la gente d San Juan ya no esté sola, ahorita que se escuchó su palabra va a llegar muy lejos, no sólo porque yo donde vaya pasando voy a contar esta historia de dolor y de rebeldía que me han contado, sino porque también aquí hay otros ojos, otros oídos, otras manos que van a contar su historia ya ahorita, para que llegue a otras partes.
Y entonces esto que está pasando, así como el nombre del responsable y el nombre del cómplice que dijeron aquí va a ser escuchado en otras partes de México y en otras partes del mundo. Y no sólo, sino que otros compañeros y compañeras mexicanos en otras partes de la república que es está pasando lo mismo van a tomar está lección que dieron ustedes y van a pedir conocerlos, y va a salir su imagen de ustedes, su foto de ustedes y esa gente en otra parte va a ver que son iguales, que no están hablando políticos, ni gente trajeada, sino que está hablando gente humilde y sencilla; y en esa voz, no sólo va a venir la indignación, sino va a venir el llamado para levantarse y tumbar al gobierno y a los patrones, hacer otro país, eso es lo que está proponiendo la Otra Campaña. Nosotros no venimos aquí a prometerles que si votan por nosotros porque nosotros no estamos promoviendo el voto para nadie, ni siquiera para nosotros mismos. Nosotros lo que estamos haciendo es escuchando la palabra de cada quien y que se haga grande esa palabra y que llegue lejos, no que se quede aquí nada más en las paredes de sus casas o en estas calles o en los lotes baldíos que hay ya contaminados; sino que vaya a todo Guanajuato, que vaya a todo el bajío, que vaya a todo el centro de México y a todo el país y que llegue incluso con los mexicanos y mexicanas que han cruzado del otro lado de la frontera, y que llegue a la gente que está luchando en otros países. Y nosotros sabemos el valor que tiene esa palabra de dignidad y d rebeldía porque a nosotros nos ha apoyado mucha gente así como son ustedes; y ahora lo que estamos diciendo es que ya no se trata de apoyar a los zapatistas, sino se trata de apoyar a los mexicanos y mexicanas que están preparando este alzamiento en todo el país.
Y a lo mejor uno piensa, pues no sale en la televisión, no sale en el periódico, pero como quiera lo que está pasando compañeros y compañeras, es que está creciendo, porque donde estamos pasando hablamos con gente como ustedes, y gente como ustedes habla con otro y con otro y con otro; y así pasó en la revolución mexicana de 1910, y así pasó en la guerra de Independencia de 1810, y ahorita va a volver a pasar querámoslo o no lo queramos.
Y entonces nosotros lo que estamos haciendo es invitarlos a que le entren. Aquí no se trata de que se alzan en armas, ni que se van aquí de San Juan, aquí de lo que se trata es que aquí mismo su lucha, la lucha que llevan como mujeres, como jóvenes, como colonos, como trabajadores, se una con la lucha de todos, y ustedes puedan levantar la voz y decirle a otros mexicanos, a los Otros mexicanos y mexicanas de la Otra Campaña, «apóyenos, tenemos este problema», y entonces si que salga su palabra con el apoyo de organizaciones del norte de México, que salga con el apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, de campesinos de otros pueblos indios, y van a ver que no están solos; porque aquí el problema no somos nosotros, el problema es el país que se nos está muriendo.
Nosotros lo vamos a hacer compañeros y compañeras, ahora sí que pasamos a avisarles, nada más, y a preguntarles quién de ustedes está decidido a luchar aquí con sus medios, no a levantarse en armas, sino a hacer movilizaciones pacíficas, para que se resuelva este problema aquí, aquí en San Juan, aquí en Salamanca y aquí en todo el país. Todos aquellos pues, que están dispuestos, nos vamos a unir en esto de la otra campaña y cuando acabemos de hacer el recorrido en junio por todo el país, vamos a decir, somos estos, esta es nuestra fuerza, y entonces ya nomás tenemos que decidir para cuándo y contra quien, contra quién ya sabemos, para cuándo falta averiguarlo.
Gracias Compañeros, compañeras.
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