Durante la reunión con campesinos en Jalpan Lea aquí la transcripción
Palabras del delegado zero en el acto público Lea aquí la transcripción
Fotos enviadas por Victor Camacho
Fotos enviadas por John Gibler
Jalpan, Sierra Gorda, Querétaro
Reunión con campesinos adherentes
5 de marzo del 2006
Voy a decir algunas cosas, otras las voy a decir ahí en la plaza. Lo principal es que hay que volver a hacer la Sexta Declaración, quitándole las dos primeras partes. O sea, la primera parte dice: nosotros somos el EZLN y explica qué es lo que somos, y luego en dónde estamos. Nosotros lo que les proponemos es que en esas dos partes cada quien diga quién es. Como organización, o como persona, dices: yo me llamo así, o mi organización se llama así, ésta es la situación en la que estamos, esto es lo que he hecho, y aquí estoy topando pared. O sea, veo estos problemas, he intentado por un lado y por otro, y no puedo resolverlo.
Porque eso es lo que explica la Sexta Declaración, por parte del EZLN. Nosotros veíamos estos problemas, nos organizamos, luchamos y topamos pared. Llegó un momento en que no podemos avanzar. Y entonces, nos preguntamos: ¿y ahora qué hacemos? ¿Y ahora qué sigue? Y entonces, es ahí donde nosotros decimos: para poder saber qué sigue, necesitamos explicar cómo está el mundo y cómo está nuestro país. Y entonces, son las partes que siguen: la tercera y la cuarta.
Entonces, dice: no pues aquí el mundo es, y nuestro país pues está dominado por los capitalistas. Y nosotros decimos que es pues que nuestros problemas como pueblos indios y como campesinos, que somos nosotros. Nosotros somos de allá de Chiapas, de las montañas del sureste mexicano. El responsable es el capitalismo. Que nos quitó las tierras por despojo. Y que las sigue quitando todavía.
Que nos roba nuestro trabajo. Allá la mayoría siembra café, maíz, frijol, y a la hora que va al mercado, pues lo chinga el coyote, lo sabemos, en todas partes pasa así. Y a un precio muy bajo. Entonces, no sale. No sale que está uno todo el día trabajando y lo que vende no le da para vivir, para trabajar otro día.
Y también es el responsable pues de la discriminación, el desprecio que recibimos como pueblos indios, decimos nosotros. Porque es el gobierno y el sistema capitalista el que desprecia a la gente por su color, por su cultura, por su forma de vestir.
Y también lo que vemos es que cuando alguien se organiza para luchar, pues viene la represión. A veces, es represión legal. Que no te dejan agarrar trabajo, o te quitan tus derechos. O te amenazan de que algo te va a pasar. Eso hacen mucho los caciques, lo sabemos bien pues. Y a veces, es represión física, que es que te avientan a la policía, al ejército, y entonces es la cárcel, o el cementerio, o que de plano tienes que andar de fugitivo, de delincuente pues.
Entonces, nosotros decimos: éste es, este sistema es el responsable de nuestra miseria. Y entonces, nosotros pasamos a preguntar en cada lado de la República, si ustedes —ahora aquí en Jalpan, con Arroyo Seco y Jalpan y Landa y Pinal, que son los cuatro municipios con los que estamos hablando— si piensan lo mismo. Porque, a lo mejor, no piensan igual. Tal vez piensan pues que es porque dios así quiso: que uno es pobre y es jodido. Tal vez piensan pues que es mala suerte.
Pero si piensan pues que la pobreza, la corrupción, todo lo que está es por alguien que está aquí en la tierra, que se está enriqueciendo de nuestro trabajo, que es el que nos oprime, el que se burla de nosotros, y el que nos desprecia, entonces estamos del mismo lado. Nada más cambió la historia. Cambió la historia, porque allá es en Chiapas, en comunidades indígenas. Y aquí es en Querétaro, en comunidades indígenas, mestizas y ladinas. Con los mismos problemas.
Entonces, ahora sí que hicimos el primer acuerdo: estamos de acuerdo que el problema es que hay un sistema, que es el capitalista, el que nos tiene así. De ahí pasa la cuarta parte que dice: ¿en México cómo está? Pues lo vemos porque aquí vivimos. No estamos hablando de la India, o de Nicaragua, o de Guatemala. Estamos hablando de México. Y a la hora que estamos contando nuestra historia, pues estamos diciendo la historia de nuestro país es ésta, y aquí en México está este sistema capitalista. Por eso estamos así.
Y entonces, ¿cuáles son las formas de resolverlo? pregunta ahí mismo la Sexta Declaración. Dice: pues hay unos que piensan que es por cambio de autoridades. Hay unos pues que dicen: no pues lo que pasa es que la autoridad es babosa, atarantada. Y lo ven claro pues porque oyen a Fox y dicen: no pues éste de plano está atarantado, se cayó cuando nació y se le dio en la cabeza y por eso está medio tarugo. Entonces, qué tal que llega uno que sí, que está en su juicio y que no va a hacer tantas babosada. Entonces, a lo mejor sí va a hacer bien las cosas.
Entonces, nosotros decimos: no, no importa quién llegue, como quiera va a ser lo mismo. Como quiera va a favorecer a los caciques, a los terratenientes, a los patrones y a los políticos corruptos. O sea, que ahí nosotros decimos: por arriba no hay solución. Más que nomás es una falsa esperanza. Bueno, a lo mejor éste sí no roba mucho. Fíjate que ya la gente empieza a ver que el político ya no sirva a la gente, sino nomás que no se robe mucho, porque luego es muy descarado. Pero igual que robe, nomás que no se robe mucho.
Y entonces, nosotros decimos: no, entonces, si por arriba no hay solución, ¿qué tal que por abajo sí? Entonces es ahí donde nosotros decimos: ¿qué vamos a hacer? Pues lo que necesitamos es hacer lo que no ha hecho nadie que es: escuchar a la gente, su historia, su lucha, su problema. Y entonces, proponerle porqué no unimos todas las luchas de abajo, de la gente sencilla y humilde, no de los que andan allá arriba —los grandes políticos, los empresarios, que son los que salen en las noticias, en los periódicos, todo eso—, sino así la gente que nadie toma en cuenta, a la que nadie ve. Que nadie sabe su nombre, que los ven pasar y como ni se acuerdan.
Pero uno sí se acuerda de la cara de Madrazo, de Fox, de López Obrador, de Felipe Calderón, porque todo el día están ahí saliendo. Pero ¿quién se va a acordar de la cara de uno? Y peor de los zapatistas con —para decirle a la compañera— los zapatistas para que los miren se tienen que tapar la cara. Porque si andan sin capucha, pues nadie los conoce. Pero es así como su uniforme ¿no? Por eso lo traemos así.
Entonces, nosotros decimos: bueno, si organizamos toda esa gente y le decimos: vámonos por todo. No por un cambio de gobierno, sino por todo: que la tierra sea de quien la trabaja. O sea, vamos a acabar con la reforma de Salinas del Artículo 27, que ya no permite el reparto de tierras y, además, está privatizando la tierra ejidal y comunal. Entonces, quitarlo, y ahora, toda la tierra que tienen los terratenientes, que sea tomada por los campesinos. Todos los obreros agrícolas, que sean dueños de las tierras que están trabajando.
Que los trabajadores, en la ciudad, sean los dueños de las fábricas, no el patrón. Los medios masivos de comunicación, que sean de quienes trabajan en los medios masivos de comunicación. Y así, en cada lado que se cambie todo el sistema. Y que cambie la forma en que nos relacionamos con el gobierno, porque ahorita nosotros votamos por alguien y durante tres años, en los municipios, seis años en el gobierno del estado, y seis años en la presidencia de la República, nos mandan. Nos dicen: así se hace esto. Y lo vemos claro porque dicen: pues aquí en Jalpan se necesita un balón de básquetbol. A lo mejor ni les gusta el básquetbol, pero el gobierno dijo que le sobraba un balón de básquetbol y ahí va, y se va a tomar la foto Fox. Y la gente de Jalpan va a decir: para qué chingados yo quiero un balón de básquetbol, si a mí ni me gusta.
Entonces, se necesita cambiar esa relación. Y se necesita que el gobierno obedezca a la gente. Entonces, que la comunidad… Como nos explicaba pues los compañeros, dicen: es que aquí hay una obra pública, y la gente al que le va a servir no trabaja, lo traen de otro lado. Entonces, ellos están haciendo una calle, pues a la gente que viene del otro lado qué le importa si queda un hoyo, no va a caminar ahí. En cambio, si la gente de la comunidad hiciera esa obra pública, aparte que recibe el salario justo, pues le va a poner atención porque es su calle. Es la que la va a usar. Su drenaje, su alumbrado, pues aquí voy a vivir yo, pues tiene que quedar bien. No es lo mismo que lo hacemos para alguien que no conocemos.
Entonces, si se hace eso, es que ya cambió la relación, que es lo que decimos nosotros. Se trata de que el pueblo mande y el gobierno obedezca. Y ahorita es al revés. Y entonces, nosotros decimos: bueno, vamos a buscar a gente que piensa así, que está de acuerdo que por arriba no es —o sea, no es por los partidos políticos—, sino es organizándonos abajo. Vamos escuchando su palabra y vamos haciéndola grande. O sea, que salga de Jalpan, que salga de Arroyo Seco, que salga de Pinal, que salga de Landa, y que se vaya a todo Querétaro, y a todo el centro del país, a todo el Valle del Anáhuac. Y que llegue a Yucatán y a Quintana Roo, y a Baja California y a Sonora, y a Sinaloa, y a todos los estados.
Y entonces, cuánta gente no vamos a encontrar en todo el país que diga: eso es lo mismo que me está pasando a mí. Y me lo están diciendo las gentes que hablan igual que yo, que son iguales que yo. No está viniendo un político a decírmelo. Por eso, aquí no es tan importante qué voy a decir yo, sino la palabra que están diciendo ustedes. Porque así, estos problemas de las comunidades, o lo que explicó el padre y todo eso, lo va a escuchar alguien en otro lado y va a decir: soy yo, nomás como si estuviera viviendo en Querétaro, en la Sierra Gorda.
Y entonces, se va a crear ese sentimiento de unidad. Y entonces sí, se va a levantar la mano —como dice el compa—, pero hecha puño. Y entonces, ahí es donde nosotros decimos: ahí tenemos que hacer un movimiento nacional, civil y pacífico. Y entonces, no cambiar a un político por otro, porque si las cosas siguen igual, igual lo van a corromper. Igual va a salir con sus cosas, y las cosas no van a cambiar.
Entonces, necesitamos cambiar completamente el sistema y hacer otro sistema. Uno donde los trabajadores del campo, de la ciudad, los indígenas, las mujeres, los jóvenes, los estudiantes, los maestros y todo, se relacionen según sus necesidades. No según la riqueza que alguien quiera agarrar. Lo sabemos, por ejemplo en el caso de la Autónoma de Querétaro, pues sabemos que las universidades son para que alguien agarre cargo. Entonces, no importa si el maestro sabe, o si el director sabe dirigir una universidad. Lo que importa es si es compadre del candidato, porque al rato va a ser también el candidato. Y el que está pagando el pato, pues es el alumno, porque le ponen puro marmota a dar clase, que ni siquiera sabe lo que está diciendo. Entonces, sale mal preparado. Aunque le eche ganas. Y a la hora de salir, no hay trabajo,
Si sigue este sistema, esto que nos platicaron de que se está desintegrando la familia, hagan de cuenta así —como dicen que la familia se desintegra porque alguien tiene que migrar para agarrar trabajo—, imagínense el país. Así como la familia se va desmoronando, todo el país se está desmoronando. Entonces, si no hacemos nada, no vamos a tener ni familia, ni comunidad, ni municipio, ni estado, ni país. No va a quedar nada.
Entonces, lo que necesitamos nosotros, decimos, es organizarnos abajo. Y que se tome en cuenta —como decía la compañera—a los de abajo, no a los grandes políticos. Sino a la gente sencilla y humilde y que su trabajo, su lucha, su palabra, su opinión, sea tomada en cuenta igual, aunque no sepa hablar español, aunque hable pame. Eso es lo que estamos luchando nosotros.
Y entonces, en esta organización, este es el lugar, decimos nosotros. Van a ver pues que vienen los partidos políticos: nadie los va a reunir a preguntarles oigan y ustedes cómo está su problema. Les va a decir como pasó hace rato el carro del sonido a decir: apóyenme y yo voy a darles ayuda a los ciegos y a los discapacitados: sillas de ruedas y todo eso. Pero seguramente nunca los reunió para preguntarles si eso es lo que necesitan.
Entonces, se trata eso de cambiar. Por eso se dice que la Otra Campaña es otra forma de hacer política, porque ahora se trata de escuchar. Y ahora, todo esto que estamos diciendo, pues qué, dónde queda lo que estuvieron diciendo ustedes. Pues eso es lo que se hace a nivel nacional, un Plan Nacional de Lucha. ¿Por qué vamos a luchar? Por lo que la gente de abajo se puso de acuerdo, pero en todo el país.
Y entonces, ya cuando acabamos con el sistema, este sistema capitalista y esta forma de gobernar, entonces necesitamos nuevas leyes que garanticen que la mujer sea respetada, que los jóvenes también no sean perseguidos, que los estudiantes no sólo reciban clases y material para estudiar, sino que tengan garantizado el empleo a la hora que salen de la carrera, o de su estudio. Que los campesinos tengan no sólo la tierra, sino tengan lo necesario para trabajarla, y que el producto tenga precio. Que los trabajadores tengan salario digno, que haya servicios: drenaje, luz, todo lo que se necesita. Que los de arriba sí tienen y que abajo no hay.
Y lo que nosotros estamos diciendo es que el de arriba lo tiene, porque se lo quitó al de abajo. No es cierto que vamos a tener todos allá arriba y abajo igual. Porque el de arriba tiene porque nos lo quita a nosotros. Simplemente porque el de arriba no trabaja. Como nos explicaban pues estos compañeros aquí en Pinal que dicen: pues el presidente municipal de Pinal tiene a sus cuates de él, pero no hacen nada, nada más cobran. Y a lo mejor, ese dinero podría darse para alguien que sí haga algo, o para una obra pública.
Entonces, lo que nosotros estamos diciendo: toda esa gente que no trabaja, que no vive de su trabajo, pa’ fuera, pues pa’ qué estamos cargando con ellos. Y que eso lo tenemos que hacer entre todos, desde abajo.
Entonces, yo les digo que si ustedes lo ven así la Sexta, a lo mejor pueden —aparte de que ustedes ya le entraron— le platican a otro, y le dicen así claro: sí es que éste es año de elecciones. Entonces, hay que elegir si le buscamos por arriba, o le buscamos por abajo. Nosotros, de la Otra, ya elegimos buscarle por abajo. Si tú le quieres buscar por arriba, pues ahí velo, pero vas a ver, nos vamos a ver al rato y vas a ver que va a ser lo mismo, como pasó con Fox. Que pensó que si se iba a cambiar y que al uno o dos años ya se supo que era todo igual.
Entonces, así es donde se va creciendo la fuerza, y fuerza organizada. Y van a ver que así, con esa fuerza organizada dentro de estos municipios, dentro del estado de Querétaro, van a poder con mayores posibilidades las chingaderas que hace el gobierno, o los caciques, o los terratenientes, o los medios de comunicación. Porque por todos lados están atacando. Y entonces, ya podemos decirle, cuando tengamos esto, decirle a la gente que tiene que ir a migrar: “no vayas, quédate”. “No porque ahí estamos muy jodidos”. “Sí, pero vamos a luchar para que eso cambie”.
Y también imagínense el orgullo para la gente que ya está del otro lado de saber que en el país que los vio nacer, su gente está luchando porque ya nadie se tenga que ir a buscar trabajo fuera de su tierra. Por que no se tengan que destruir las familias.
Eso es lo que está planteando la Sexta Declaración. Y eso es lo que estamos haciendo en la Otra Campaña. Se supone que esta es la primera vuelta que pasamos, y volvemos a venir otra vez, pero ya vienen más compañeros del EZLN, indígenas, que son los jefes: los comandantes y las comandantas. Y ya a tardar aquí. Entonces, ya ir con ustedes a Pinal a ver las calles, los problemas, a la escuela, todos eso, junto con ustedes. Para hablar con más gente. Así como ahora vine yo y hablé con ustedes. Ahora, hablar con otros más, pero ya repartidos, con más compañeros. Ya unos van para un municipio, otros para otro. Unos van a la tierra, otros van a la escuela, otros van al mercado. Donde sea cada cosa.
Porque luego de esto que ya pasamos, hay que seguirse reuniendo. Hay que escuchar lo que está pasando en otras partes de Querétaro. O sea, qué dicen los jóvenes de Querétaro, de las ciudades, cómo los persiguen. Las mujeres que no les dan empleo. Los estudiantes, también como habló el compa de la Universidad Autónoma de Querétaro, pero también los maestros de primaria. Mucha gente, y entonces empezar a decir: bueno, esto somos, como Querétaro.
Pero van a empezar a escuchar lo de la Huasteca hidalguense, lo de la veracruzana, y es lo mismo. De por sí es pues como un estado donde empezaron a morder todos los demás estados no: San Luis, Tamaulipas, todo lo que es la Huasteca, donde tiene de varios estados. Pero es la misma historia: cacicazgo, corrupción, explotación, despojo de la tierra, migración. Eso es ahí. Y en otras partes pasan otras cosas.
Y entonces, ahí se van a entender, y otros van a entender que no se trata de discursos ajenos, sino que le están contando a cada quien su propia historia. Pues eso es lo que les queríamos decir, compañeros y compañeras. Gracias.
Jalpan, Sierra Gorda, Querétaro
Reunión con campesinos
5 de marzo
Buenas tardes compañeros y compañeras de Arroyo Seco, de Jalpan, de Landa de Matamoros y de Pinal. Estamos aquí, mi nombre es Marcos, Subcomandante Insurgente Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Nosotros somos indígenas chiapanecos, cien por ciento mexicanos, cien por ciento indígenas. De pueblos indios que se llaman tzotzil, tzeltal, chol, tojolabal, mame y zoque. Que son pueblos de raíces mayas.
Durante mucho tiempo nosotros sufrimos el desprecio y la humillación como indígenas. El desprecio por nuestro color, por nuestra lengua, por nuestra forma de vestir, por nuestra relación con la tierra y con nuestros antepasados. Donde nosotros estamos no llegaban las carreteras, ni los gobiernos, ni las escuelas, ni los hospitales. Nuestras gentes morían de hambre y de soledad.
Las grandes tierras eran propiedad de los terratenientes. Los gobiernos nos engañaban diciendo que había cambio, que había democracia. Y para nosotros seguía la miseria. Nosotros estamos dirigidos por hombres y mujeres indígenas —que la mayoría de ellos no habla español, sino habla la lengua indígena—.
Y entonces, llegó nuestra idea de organizarnos. Y el primero de enero, cuando estaban festejando los ricos lo del Tratado de Libre Comercio, nos alzamos en armas y tomamos siete cabeceras municipales en el estado de Chiapas. Y empezamos a combatir contra las fuerzas federales y las fuerzas policíacas. Después de un tiempo de estar combatiendo, se levantó un gran movimiento nacional pidiendo que tratáramos de hacer un diálogo con el gobierno.
Y empezamos a hacer ese diálogo durante muchos años, hasta que se llegó a lo que se llama los Acuerdos de San Andrés, donde el gobierno decía que iba a reconocer los derechos y la cultura de los pueblos indios de México. Pero lo que hicieron fue engañarnos. No aceptaron esos acuerdos e hicieron otra ley, donde los indígenas seguimos siendo tratados como limosneros, como criados, como sirvientes.
Y entonces, esa traición a esos acuerdos para respetar los derechos de los pueblo indios fue hecha por el partido PRI, el partido PAN y el partido PRD. Esos, los tres principales que están luchando ahorita por ser presidente de México. Después de que nos traicionaron, nosotros vimos la forma de qué vamos a hacer para salir de nuestro problema.
Nuestro problema es el mismo que hemos escuchado hace unos momentos, que nos han contado gentes de los cuatro municipios aquí de la Sierra Gorda en Querétaro. Nuestros problemas son: el despojo de la tierra que, con mañas, nos están quitando los grandes ricos y los gobiernos. Porque lo sabemos bien que los programas de Procampo y de Procede nomás nos están haciendo como que las tierras ejidales y comunales son ahora pequeñas propiedades. Y entonces, como nuestra pobreza está creciendo porque no tenemos buen precio para los productos que hacemos, pues entonces tenemos que vender la tierra.
Y entonces vemos que la tierra donde antes florecía el maíz, el frijol, las verduras, el café, los grandes ricos empiezan a construir hoteles, centros turísticos, centros comerciales, sus grandes casas y sus lujos. Y vimos también que nuestro problema es que no hay empleo. A veces hay un poco de empleo, pero pagan una miseria. Lo sabemos como jóvenes, que hay que trabajar en las maquiladoras o en las fábricas, pero mucho tiempo de trabajo, no ocho horas —como dice la ley—, sino 12, 14, hasta 16 horas al día para ganar apenas una miseria.
Y vimos entonces que, como quiera, no hay mucho empleo y mucha gente —sobre todo jóvenes— tiene que salir del país e ir a buscar trabajo a los Estados Unidos de América, o tienen que dejar el campo e ir a buscar trabajo en las ciudades. Y vimos también que así es como las familias se empiezan a romper, a hacer polvo, a desmoronar, porque uno u otro de los que forman la familia tiene que dejar su tierra, el lugar donde nació, donde están sus amigos y sus parientes. Y tiene que ir a arriesgar la vida, a ver si es que consigue empleo en el otro lado. Y a ver si es que le pagan.
Y vimos pues que esta destrucción de la familia, también empieza a destruir la comunidad. La comunidad en el campo, o la comunidad indígena. Y vimos también que en esta destrucción pues le ayuda mucho lo del narcotráfico, que lo sabemos que hay. Y sabemos también que son los grandes políticos los que son los jefes de ese narcotráfico.
Y entonces, vimos también que lo que está pasando es que los precios de los productos que consumimos, que necesitamos para vivir, cada día son más caros. Cada día sale más cara la cuenta de la luz, la cuenta del agua, del teléfono, el impuesto predial. Y entonces, todo eso que consumimos, junto con los alimentos, sube de precio, pero nuestro salario, o lo que conseguimos del trabajo, no da, no alcanza, no sirve pues para vivir dignamente.
Y cualquier persona lo puede decir cuando lo ve en su casa, a la hora de que tiene que comer. Cuando lo ve en su casa a la hora que junta el salario, o lo que haya obtenido de lo que vendió, y ve todas las cuentas que hay que pagar. Y ve que no alcanza. Y lo vemos también que los pequeños comercios, las farmacias, las tienditas, los puestos del mercado, los ambulantes, cada vez batallan más para sobrevivir, porque llegan las grandes empresas extranjeras, ponen sus grandes centros comerciales, y ya la gente no va a comprar con los pequeños comerciantes.
Y entonces, estamos viendo toda esta destrucción del país. Y además, hay que agregarle, que después de tanto tiempo, las mujeres son perseguidas nomás porque son mujeres. Cuando ya son grandes de edad, cuando son ancianas, se les quiere hacer un lado, igual que si son hombres. Porque aquí en este país no hay respeto a la gente anciana. No hay una valoración de toda la vida que tuvieron de trabajo y, ahora, como ya no pueden trabajar o están enfermos, se quieren deshacer de ellos. Quieren que se mueran lo más rápido posible.
Y vimos también, dentro de esa gente que ya tiene edad, hay gente que estuvo trabajando en los Estados Unidos, de bracero, en los años cuando estaba la guerra mundial. Y que a toda esa gente les quitaron una cantidad de su salario, el diez por ciento, durante muchos años de trabajo —que se junta mucho dinero— y que ese dinero que les quitaron, lo mandaron para que lo guardara el gobierno, el gobierno de México. Y ahora que esta gente necesita ese dinero, el gobierno le dice: no hay, se acabó, quién sabe dónde quedó, está perdido.
Y vimos pues que es una gran injusticia que están cometiendo a esta gente. Porque no está pidiendo limosnas, ni caridad. Está pidiendo que se le regrese lo que consiguió con su trabajo. Lo que era su salario, que pudo conseguir con grandes sufrimientos, humillaciones y peligros que tuvieron que correr.
Y vimos también que en las escuelas, o en las universidades, los estudiantes no tienen buenos estudios. Y aunque tengan, a la hora de salir, cuando ya acabaron la escuela, no hay trabajo. Y de balde es si salió médico, licenciado, o ingeniero, porque el puesto que hay lo va a agarrar el que es pariente del presidente, o es su compadre, o es el amigo. Porque no le dan los cargos, los puestos, a la gente que más trabaja, sino le da al que es su amigo o a su pariente. Y entonces, los estudiantes, los jóvenes, se preguntan: ¿para qué vamos a estudiar, si aquí el que sale adelante es el que tiene parentesco, no el que tiene conocimientos?
Y vimos también que los maestros son explotados, porque no les pagan cabal su salario. Porque tienen que trabajar en condiciones muy miserables. Y vimos también que como pueblos indios sigue la misma historia. La misma historia de desprecio, como hace 500 años. La misma persecución y humillación por el color, por la lengua, por la cultura.
Y entonces, vimos todo esto que está pasando compañeros y compañeras. Lo escuchamos. No es que nos lo contaron en un libro, o en otra parte del país, sino mismo aquí gente de los cuatro municipios que nos recibieron. Y vimos también —nos contaron— que a la hora que los gobiernos municipales quieren hacer una obra pública, lo vemos que se esconde la verdadera cuenta. Como que no está clara la cuenta del dinero que se gastan, y se ve claro que se están transando una parte. Porque ellos se están enriqueciendo, y mejoran su casa, mejoran sus carros, mejora su forma de vestir. Y lo sabemos bien que no es porque están trabajando, sino es porque se están agarrando el dinero.
Y también nos contaron que a la hora que hacen las obras públicas, en los pueblos, es que traen gente de fuera, no contratan a la misma gente del pueblo. Y las cosas que se hacen pues quedan mal hechas. Porque no las hace gente que la va a disfrutar o que lo está necesitando. Y está toda esta relación, y aquí en Querétaro tiene un nombre. Y aquí en México tiene un nombre que es el Partido de Acción Nacional. Es el PAN el que ha destruido Querétaro. El Querétaro de abajo, el Querétaro de la gente humilde y sencilla. Es el PAN que en todo el país también está llevando adelante todo este programa de destrucción de la familia, de la comunidad, de los pueblos, de la gente de abajo de todo nuestro país.
Igual que el PAN, el PRI que quiere ahora entrar otra vez, después de todos los años que estuvo haciendo miserias y barbaridades, y crímenes en todo México. O si no, también quiere entrar el partido PRD, que también es lo mismo que el PRI nomás que se cambió de color, pero son las mismas gentes que antes eran priístas, y que ahora son perredistas.
Y entonces, nosotros decimos que ¿qué vamos a hacer? Y decimos que lo que estamos haciendo es esto que se llama Otra Campaña. Y es Otra Campaña porque no se trata de que estamos buscando un cargo electoral. Nosotros no queremos ser funcionarios públicos. Nosotros queremos escuchar a la gente y aprender de su laucha. Y unir esa lucha q ue tienen aquí en la Sierra Gorda, con toda la que se da en todo el estado de Querétaro, y con toda la que se da en todo el país.
Y nosotros decimos que es Otra Campaña, porque lo que importa aquí no es lo que viene a decir un político, sino lo que dice la misma gente, donde vive y donde lucha. Aquí, lo que hemos hecho es escuchado a los compañeros y compañeras que están luchando aquí en la Sierra Gorda. Ellos nos contaron los problemas de los campesinos, de los pueblos indios, de las comunidades, de los braceros que no reciben su salario, de los jóvenes que no tienen buenos estudios, de todos que no hay empleo, de todos que hay altos precios, de todos que hay bajos salarios. Y esa palabra es que se crece y empiece a escucharse en todo Querétaro, y en todo el país.
Y eso es lo que estamos haciendo. Y uniendo esa palabra de lucha, esas necesidades, esos dolores que tenemos como mexicanos y mexicanas que somos, para hacer un gran movimiento nacional. Un levantamiento civil y pacífico para acabar con los ricos y los malos gobiernos, que son los responsables de que estemos así.
Nosotros estamos tratando de levantar un Programa Nacional de Lucha, donde la misma gente diga qué es lo que se necesita. Y donde el gobierno tenga que obedecer lo que dice la gente. Y no como estamos ahorita, que el gobierno manda y nosotros tenemos que obedecer. Y si no obedecemos, pues nos avienta a la policía, al ejército, o nos amenaza, o los mismos caciques nos persiguen.
Lo que estamos tratando de hacer es acabar con un sistema, que es el sistema capitalista. El sistema que hace que unos que no trabajan, que son los grandes ricos y poderosos, cada vez estén más ricos, y cada vez sean más poderosos. Mientras la gente de abajo, humilde y sencilla, cada vez es más pobre, cada día tiene más necesidades. Tanto que está siendo obligada a dejar su tierra y su trabajo, para ir a buscarlo en otro lugar, donde ni siquiera se conoce el idioma, como es en Estados Unidos.
Y entonces, estamos uniendo este gran movimiento. Y estamos pasando en cada lugar para invitar a la gente a que se junte con nosotros, porque no nada más es juntarse con el EZLN, sino juntarse con muchas organizaciones políticas que hay en todo el país, pueblos indios, sindicatos, grandes movimientos campesinos, organizaciones no gubernamentales, grupos y colectivos culturales y de defensa de los derechos humanos, o de proyectos colectivos, personas individuales o familias que ya somos cientos de miles en todo México, que estamos buscando este otro camino para poder salvar a nuestro país del gran mal y la destrucción que le están haciendo los grandes ricos y los políticos.
Entonces, compañeros y compañeras, no los estamos invitando a apoyar a un partido, tampoco a apoyar a un candidato. Los estamos invitando a apoyarse ustedes mismos. Nadie va a conseguir la libertad que tenemos que tenemos que conseguir por nuestras propias manos. No los estamos invitando a seguir a un líder. Los estamos invitando a que ustedes mismos se organicen y ustedes mismos sean los líderes de sus comunidades, de sus escuelas, de sus lugares de trabajo. Ustedes que conocen bien las necesidades. Ustedes que no son corruptos ni vendidos como los políticos que están buscando cargo. Ustedes que son gente humilde y sencilla, honesta, que no vive del robo ni del engaño, como viven los ricos y los grandes políticos.
Eso venimos a decirles compañeros y compañeras. Que hay que levantar este país de nuevo. Como cuando la revolución mexicana, hace 100 años, como cuando la guerra de independencia. Volvernos a levantar juntos en todo el país y ahora sí hacer otro, pero que quede cabal. Que quede parejo. No como ahorita que unos están arriba y otros, la mayoría, estamos abajo. Gracias compañeros, gracias compañeras.
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Es un verdadero orgullo q una persona con ese valor,esas ganas de luchar,ese amor a su pueblo,a su gente haya pisado mi tierra,gracias Marcos,gracias EZLN,gracias por pisar mi tierra y tratar de abrirnos lo ojos,en lo personal he sido testigo q no ha habido mucho apoyo,lo constate cierta vez q una delegacion Zapatista llego a mi pueblo,pocos los escucharon….se q alla arriba se deben sentir complacidos de saber eso,pues le conviene q sigamos asi,
q sigamos con los ojos cerrados antes su ingaderas,abusos,robos,abuso de autoridad,ahora vivo lejos de mi tierra de mi gente,tuve q salir a buscar lo q alla no tuve,siempre quize estudiar,no pude y deje atras todo lo q conocia….no quiero q nadie mas haga eso,espero y el paso de Marcos por mi tierra haya servido de mucho para q los jodisos nos demos cuenta q no estamos jodidos por mala suerte o porq asi quizo el destino,si no porq alla arriba nos roban la oporunidad de crecer,de ser quienes queremos y encima de todo,cada dia estamos mas jodidos. Solo se acuerdan de nosotros cuando quieren su voto voto mismo q compran hasta con dinero del pueblo mientras tanto la gente trabajadora no alcanza ni para mal comer….viva Marcos,Q Dios bendiga mi tierra y ala otra campaña. Kike
Comentario de Kike — mayo 16, 2006 @ 4:46 pm