En el auditorio de la CNUC, durante la reunión con adherentes
Toluca de Guadalupe, Tlaxcala
Reunión con adherentes
22 de febrero de 2006
Porque prácticamente aquí aunque ya se fue un buen tanto, pues compañeros y compañeras, estamos todos los que sobramos en este sistema, los que no quieren allá arriba: los jóvenes y por eso los persiguen, las mujeres por eso las hostigan. Y hay una historia triste que puede ser triste, que puede ser alegre, y que el final todavía está por escribirse, y ya que estamos aquí donde se ha visto primordialmente la participación de la mujer y su decisión de lucha, cualquier historia de cualquier mujer, ya grande que fue niña y que siendo niña fue golpeada, sufrió el abuso de sus mayores, y luego finalmente se enamora con alguien, con un hombre que la abandona luego con dos niños, un niño y una niña, y entonces a esta opción de dolor, cada quien le puede poner de las compañeras que están aquí presentes quitarle o agregarle datos, sobre el dolor, la humillación, el desprecio, la persecución, el acoso que como mujeres se tiene desde que son niñas hasta que ya son ancianas. Y está el problema ese de que uno llega a decidir qué va a hacer con ese dolor, y hay mujeres que deciden acumular ese rencor y dirigirlo a los hombres o dirigirlo al destino y encerrarse en una iglesia o encerrarse en la casa o encerrarse en la amargura de ese dolor que es imposible de negar.
Y hay otras mujeres que deciden cambiar ese dolor por una rebeldía y deciden transformarlo junto con otras en una lucha. La otra campaña es el lugar de esa compañera, la que decidió en lugar de lamentarse por todo lo que pasó, luchar porque nunca más le vuelva a pasar a una mujer de cualquier edad, la historia que tuvo que cargar o que hemos tenido que cargar como mujeres.
Compañeras y compañeros, como ustedes saben, yo vengo aquí a nombre del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Estamos solos en esta vuelta, vengo solo por parte del EZLN y los compañeros y compañeras me pusieron que iba con el número de Zero, de delegado Zero para avisarles a todos ustedes que íbamos a regresar más compañeras y compañeros, más delegados; ya no para estar solo un día aquí con ustedes en Toluca de Guadalupe y una semana en Tlaxcala, sino para estar con ustedes más tiempo ahí en sus casas, en sus lugares de trabajo, en sus lugares donde se reúnen los jóvenes, donde se reúnen los trabajadores, los campesinos, los que están luchando por la defensa del medio ambiente o por la defensa de la tierra.
Nos mandaron primero a nosotros, a mí en este caso, pues para irlos conociendo a ustedes, para que cuando vengan los compañeros y compañeras que van a venir, los comandantes y comandantas, pues ya sepamos bien quiénes son compañeros y quiénes no.
Porque lo sabemos bien que luego hay gente que se presenta como que es muy zapatista, o que es muy buena, que está en la lucha, y resulta que lo único que está buscando, pues es un cargo electoral por algún partido político; nomás busca pues que lo tomen en cuenta, aunque no tenga ningún trabajo, pero ya en estos tiempos que hemos estado por varios estados de la república, pues nos empezamos a dar cuenta mero quién es el compañero, quién es el compañera.
Y estamos buscando precisamente a gente como ustedes. Compañeras trabajadoras sexuales o trabajadores sexuales también, que hemos encontrado en otras partes. Jóvenes punketos, darketos, skateros, no sé, hay muchas opciones ahí; gente mayor de edad, trabajadores, campesinos, obreros, estudiantes, maestros y eso es lo que hemos ido encontrando a nuestro paso.
Ustedes saben que nosotros nos alzamos en armas el primero de enero del ‘94 y entonces se dijo que México estaba como dormido, engañado por estos malos gobernantes que nos decían que ya todos los problemas de nuestro país se habían solucionado y entonces el alzamiento fue como despertar, como decirle a la gente: No es cierto, hay muchos problemas, faltamos nosotros los pueblos indios, faltamos nosotros los jóvenes, las jóvenas, faltamos los ancianos, las ancianas, faltamos los campesinos, los trabajadores. Y resultó que en ese alzamiento había muchos pendientes, muchas deudas que allá arriba no estaban tomadas en cuenta, porque como les dije al principio, aquí es un perfecto ejemplo, de que estamos los que le sobramos al sistema capitalista.
Y entonces lo que estamos haciendo aquí en la Otra Campaña es invitándolos a todos ustedes que son compañeros y compañeras de la Otra Campaña, de la Sexta Declaración, a que vamos a despertar a México de otra mentira. Y la mentira es, que está ahorita, precisamente, por eso lo hicimos en este año, es que sólo se puede hacer política allá arriba, que sólo pueden hacer política los licenciados, los que tienen estudios, los que saben hablar mucho, los que saben gritar en el micrófono o los que tienen dinero para comprar una candidatura. Ahorita lo que se está diciendo en todas partes es que esa es la única forma de hacer política y es la única forma de resolver las cosas; que allá arriba una persona o un grupo de personas digan qué es lo que se tiene que hacer y entonces ya empiecen a cambiar las cosas.
Lo sabemos que no es así porque ya lo hemos visto en todos los partidos políticos. Entonces se trata con esto de la Otra Campaña de hacer política de abajo y despertar al resto de nuestro país juntos como EZLN, juntos como la Otra en Tlaxcala y despertarlo y demostrarle que sí se puede hacer política desde abajo, con otro sentido, con otra forma de relacionarse, que es lo que estamos haciendo, poder escucharnos entre nosotros y poder aprender a conocernos y a respetarnos. De eso se trata esta primera parte de la Otra Campaña. Toda su palabra de ustedes no sólo la recogimos nosotros, también la recogieron otros compañeros y compañeras que vienen en la Caravana y que van a hacer que esa, su palabra, incluida la que fue callada, la que no se dijo pero se representó en un canto o se representó en esta seña le decimos nosotros, ustedes le dicen obra de teatro, que representó también esa lucha como mujeres que se tiene aquí en Tlaxcala por la propia historia.
Entonces lo que necesitamos compañeros y compañeras es volver a despertar al país, ahora juntos y demostrarle que sí podemos transformarlo desde donde se debe de transformar, que es desde abajo. Está este problema que siempre nos dicen y yo creo que los compañeros y compañeras jóvenes lo van a entender muy bien, que cuando uno plantea un ideal, la gente le empieza a decir: Pues está muy bonita tu idea pero es una utopía, es algo que no se puede realizar. Y está esta idea de que tú lo que quieres hacer es alcanzar el horizonte y el horizonte siempre se está moviendo y nunca lo alcanzas y ese mundo que estás soñando tú, donde los trabajadores tienen salario digno, una buena vivienda, donde los ancianos son respetados y reconocida toda su vida de trabajo, donde los jóvenes no son perseguidos y tienen espacios para manifestarse, donde las mujeres son reconocidas y respetadas como seres humanos y como seres humanos y como mujeres que son, con sus características, donde los pueblos indios no son despreciados, donde hay buenas escuelas, donde hay empleo. En fin, ese mundo del que estamos hablando en la Otra Campaña nos dicen: Eso está muy lejos, no va a llegar pronto, ahorita lo que se necesita es la elección, votar, elegir, algo hay que hacer ahorita en lo inmediato, tu lucha es muy bonita pero es imposible, es un ideal, es algo que no se va a poder realizar y nosotros como zapatistas usamos esto que dicen de que cuando vamos caminando hacia el mundo que queremos es como si el mundo que queremos es el horizonte y cada vez se va moviendo y moviendo y moviendo y nosotros los zapatistas decimos y le proponemos a la Otra Campaña es que ya no nos vamos a cansar, a perseguir un horizonte que siempre se está yendo más lejos y más lejos.
Cuando nosotros dijimos ya basta, dijimos ya estuvo bueno, no voy a perseguir ese horizonte, voy a construir aquí, donde estoy, junto con otros otro horizonte, otra cosas, otro país y otro mundo. Y entonces no se trata de que estemos planteando algo que es imposible de hacer porque hemos visto las luchas que ustedes tienen, que nos han platicado, la que nos han platicado otros compañeros y compañeras en los nueve estados ya con este que llevamos recorridos, la que ya hemos escuchado que hay en otras partes de la Otra Campaña, en otras partes del país y la nuestra propia como zapatistas.
No estamos persiguiendo un imposible, es posible, y que lo estemos levantando ya el primer piso de ese horizonte de justicia, de libertad, de democracia, de dignidad que estamos construyendo es el empezar a conocernos, el empezar a ser esta red que está tejiéndose por abajo y que cuando está completa va a levantarse porque eso es lo que estamos promoviendo nosotros, un levantamiento nacional y no sólo contra un mal gobierno como se ha repetido aquí muchas veces, sino contra un sistema, el sistema capitalista que es el único responsable del desprecio a los jóvenes, del desprecio a las mujeres, del desprecio a los ancianos, del desprecio a los trabajadores, del desprecio a todos, a todos los que sobramos en ese sistema, el sistema capitalista.
Pero resulta que en esta cuenta que estamos haciendo en nuestro recorrido pues no somos cien, doscientos, ni mil, ni cien mil, somos millones que estamos en esa situación y que hasta ahora con esto de la Otra Campaña nos estamos dando cuenta que es en nuestras manos y en nuestra cabeza y en nuestro corazón donde está la posibilidad de construir ese horizonte aquí, a la mano, aquí en Tlaxcala, aquí en Toluca de Guadalupe, aquí en este país que se llama México y entonces a la hora de que estamos encontrándonos unos a otros empezamos a sentir en nuestro corazón como un calor que tiene mucho de rabia.
La rabia que vamos escuchando en cada quien, con su lucha, con la injusticia que padece, pero también es un calor de que nos hace ser compañeros y compañeras, y entender que podemos levantar eso de una forma más grande.
Allá hay una manta que habla pues, una palabra de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Lo que nos estamos proponiendo. Y alrededor de ella, en letras muy pequeñas, están los nombres de las organizaciones que convocaron a esto que estamos aquí reunidos. Porque esta es la reunión donde están representantes de todos los adherentes en el estado de Tlaxcala. Nosotros, como zapatistas en la Otra Campaña, leímos con atención esa parte, y dejamos de lado la figura del Sup o lo que tenga ahí. Porque para nosotros lo que importa son esos nombres y las luchas que representan. Nosotros queremos hacer de la Otra Campaña en Tlaxcala una manta diferente a esa que está allí. Una donde aparezca en primer lugar, con letras grandes, la lucha de cada uno de ustedes, el nombre de cada uno de ustedes. Y que el fondo de esa manta sea la bandera de México. Y que allí esté el nombre de Tlaxcala, con el nombre y el apellido de cada uno de ustedes. Y que cada vez que se levante esa bandera tenga el rostro de ustedes, el rostro de todos nosotros, y entonces ya no sea necesario cubrirse el rostro. Y en la historia esa que nos contaron de las mujeres, desde la época prehispánica hasta nuestros días, tenga un final donde la mujer pueda levantarse como joven, como niña, como adulta, como anciana, con dignidad. Y también los pueblos indios y también los jóvenes no indígenas y también las mujeres y los adultos y los ancianos y los trabajadores y todos los que ahorita estamos, como dijo un compañero, arrastrándonos al ras del suelo, mientras allá arriba se están repartiendo las ganancias.
No vamos contra un mal gobierno compañeros, no sólo. Vamos contra todos los ricos, contra los empresarios y contra sus sirvientes, que son esos políticos, desde el presidente de la República, los diputados, los senadores, la Suprema Corte de Justicia, los gobernadores, los presidentes municipales, los presidentes auxiliares, los regidores. Todos los que ahorita están viviendo de nuestro sudor y de nuestra sangre, y de ellas se están engordando y alimentando. Vamos a sacarlos afuera a todos ellos, y entonces, así como la tierra va a ser de quien la trabaja, no va a ser sólo el pedazo de tierra, sino tiene que ir con la maquinaria y los precios para los productos, precios justos. Igual, también serán las fábricas para los obreros, los medios de transporte para los choferes. Para todo aquel que trabaje va a ser suyo el producto de su trabajo, porque ahorita todo se lo están quedando ellos. Y los niños y los jóvenes tendrán escuela, tendrán estudios, buenos estudios, los maestros buenos sueldos y al final habrá empleo, no este volado de que a ver, de qué voy a trabajar si estudié para doctor y ahora tengo que trabajar de lo que me den.
En ese mundo, compañeros y compañeras, que cuando lo platicamos parece que está muy lejos… como sabrán bien los compañeros de la CNUC, que son los que nos están recibiendo aquí, que estoy seguro que hace doce años pensaban: “tal vez, algún día, podamos hablar con los zapatistas aquí en nuestro local”, y llegó el día. Llegó el día porque se trabajó por los dos lados pa´ que pudiéramos encontrarnos. Y a lo mejor los compañeros que simpatizan y compañeras que simpatizan con el zapatismo alguna vez pensaron: “pues alguna vez no va a ser necesario ir a Chiapas, a las montañas del sureste mexicano, para hablar con los compañeros y compañeras”, y llegó el día. Pues así igual, compañeros y compañeras, ese mundo que estamos construyendo ya, ahorita, no va a tardar. No va a tardar porque lo que estamos encontrando en cada lado es esta indignación y esta rabia, que es la que nos está haciendo fuertes y que va a hacer que esa manta cambie, y que el color de esta tierra cambie, incluso que el color que tiene Tlaxcala cambie, y tenga el color que tienen todos los hombres y mujeres que son los que la trabajan, compañeros y compañeras.
Esta fue una reunión completa, redonda decimos nosotros, esta es la Otra Campaña que nosotros queríamos: escuchar su voz y, sobre todo —a lo mejor no se dieron cuenta—, que se escucharan entre ustedes, que los jóvenes escucharan a los ancianos y a las mujeres y los ancianos a los campesinos, a los jóvenes a los maestros, que se escucharan entre todos y se dieran cuenta la fuerza que tienen, en la idea que tenemos todos para cambiar. Y allí nosotros estamos viendo todo en estos días que hemos estado recorriendo, y va a llegar el día que toda la Otra en todo el país se va a poder encontrar y entonces sí va a sentir que tiene la fuerza no sólo para tirar ese sistema, el sistema capitalista, no sólo para corretear a todos esos políticos de los malos gobiernos, también para, con esa misma fuerza, volver a construir otro país, que es el que necesitamos. Gracias de nuevo compañeros y compañeras, buenas noches.
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Comentario de ariana — abril 26, 2006 @ 6:41 pm