Reunión con colonos, jóvenes e individuos
Reunión con trabajadores
Palabras del Delegado Zero en la reunión con jóvenes y colonos
Puebla, 16 de febrero del 2006
Bueno, compañeros, compañeras:
En nombre del EZLN queremos agradecerles otra vez la palabra, sobre todo la de los jóvenes, antes de ellos los colonos. Antes de que llegaran la mayoría de los que están aquí, habíamos unos cuantos y escuchamos la palabra de los colonos. Sus luchas contra los afanes del gobierno por bajar todavía más el nivel de vida en la zona urbana, aquí de la ciudad de Puebla, pero también de otras ciudades.
Y ahora de los jóvenes, pues escuchamos las palabras de todos ustedes. Ya van varias veces que los topamos y que escuchamos su palabra y sus luchas. Creemos que tenemos nosotros un panorama más amplio de lo que se dijo acá, porque hay todavía muchas luchas de jóvenes que no dijeron su palabra acá, pero que nosotros las llevamos.
Nosotros pensamos, como zapatistas, que los jóvenes enfrentan una serie… una especie de acoso por varios lados. Uno de los lados que enfrentan es el acoso éste de la versión que tienen los medios de comunicación masivos de lo que debe ser la juventud, y de lo que debe ser la rebeldía. Está por ejemplo esa propuesta de que ser rebelde, o la rebeldía ligth, pop, Hello Kity, esto que nos propone la televisión pues, que dice que la rebeldía de los jóvenes pues es algo pasajero, intrascendente, sin ninguna trascendencia. Y entonces ese uno de los —ah ahora sí se oye, mi voz varonil se había perdido, la verdad estos dulces no sé cómo se usan—.
Compañeros, compañeras, les decíamos que está esta propuesta de los medios masivos de comunicación, que les proponen a los jóvenes una forma de ser jóvenes y una forma de ser rebeldes que no tiene ninguna trascendencia en la sociedad, y en lo que estamos proponiendo nosotros, ése es uno de los acosos que se sufren. El otro acoso viene de otras generaciones que vienen a plantear esto de que la juventud, conforme va arrancando las hojas del calendario, debe arrancar sus convicciones y sus principios. Y termine uno siendo aquello contra lo que combatió de joven.
Pero como hemos escuchado acá, el problema no es generacional. No se trata nada más de que si no nos comprenden o no nos entienden. Sino que los jóvenes, en su quehacer cultural, en su quehacer rebelde, en su quehacer social, enfrentan directamente el poder del Estado, la represión, la persecución, la cárcel, y no pocas veces la muerte.
Sin embargo, también vemos que en este espacio que es la Otra Campaña —que como explicaban los compañeros de Espiral 7, se batalla para hacer entender a todos que es un espacio de todos y no un espacio del EZLN—, se debe construir un espacio especial para la juventud, para sus demandas. Y no reducir a la juventud a los estudiantes, porque hay muchos jóvenes —como hemos escuchado ahora en nuestro paso por Puebla y en otros estados— que no estudian, que se la están rifando —como dicen ellos— por sacar el varo, por sacar la manutención de cada día. Y, aun así, se dan espacio para poder discutir, acordar, y hacer acciones que los vinculen con otros sectores que realmente empiecen a cuestionar lo que está pasando en todo el país.
Y un poco está este espejismo de la reunión en la que estamos, que parece que sí, que la reunión surgió de pronto y ahora podemos hablar y alguien nos puede escuchar, o nos podemos escuchar entre nosotros. Y está esta palabra —y esa suena injusta— que apareció varias veces de que este espacio se puede perder, ignorando todo el trabajo previo: todas las reuniones, las discusiones, los trabajos que hicieron posible que estuviéramos aquí escuchándonos y que estuviéramos aquí hablando.
No se trata de que aparece un personaje —en este caso Marcos o cualquier otro— y entonces la gente automáticamente se reúne, empieza hablar, y vámonos otra vez cada quien a su casa o a sus cosas. Se trata que hay aquí —que es lo que nosotros vemos aquí y en todos los actos que ha habido en el estado de Puebla— un trabajo previo que no ha sido fácil. Ha habido discusiones, rupturas, malas ondas —como dicen ustedes— y, como quiera, este empeño conjunto que es la Otra Campaña ha permitido que gente que no ha estado en el trabajo pueda acercarse y decir su palabra. Los compañeros y compañeras han estado insistiendo una y otra vez que ese espacio ya está abierto, que no es que se haya creado sólo para nuestro paso por Puebla, sino que se propone seguir trabajando en las problemáticas que enfrentan como jóvenes, o como colonos, o más al rato como trabajadores, o antes como pueblos indios.
Nosotros queremos decirles que lo que hemos escuchado en el transcurso de nuestro paso por la República, ya por todo el sureste mexicano —prácticamente ya recorrimos lo que es el Plan Puebla Panamá, faltándonos Centroamérica—, y hemos visto que hay de dolores a dolores. O sea, hay sufrimientos que no tienen espacio aquí en este auditorio, y que han debido llegar a nosotros, a nuestros oídos, por otros lados que no son en una reunión de jóvenes, o en una reunión de colonos, o en una reunión urbana. Porque alguien dijo aquí que el que se muere de hambre es porque quiere, o que si lo matan es por que se deja matar. Y otras cosas absurdas como las que se dijeron acá.
Y no es cierto, compañeros y compañeras, hay gente que no tiene qué comer. Y son compañeros aquí de Puebla, de la Mixteca, que nos han platicado el dolor y el sufrimiento, y la indignación y la rabia, para poder sacarle a la tierra algo que comer. Y hay veces que no es posible. Y que esa rabia y esa indignación se pierda, quede sola, solitaria, quede aislada, y finalmente se convierte en una animalidad de unos compañeros y compañeras nuestros, de la Otra Campaña, y además de paisanos de ustedes de aquí de Puebla.
Nosotros pensamos que la Otra Campaña debe ser la capacidad de voltear a ver al otro, pero no sólo al otro inmediato, o no sólo al otro que es como nosotros: joven o estudiante, o trabajador, o pueblo indio. Sino es necesario voltear a ver al otro que está abajo. Por eso la Sexta Declaración plantea el problema de un sistema económico, político y social, e ideológico, que es el sistema capitalista. Que es el que está construyendo abajo —en este México de abajo que nosotros estamos insistiendo en que hay que escuchar, y que hay que ver— está construyendo una verdadera guerra de exterminio. Y habrá quien lo ve, y habrá quien no lo ve, pero eso sí sigue existiendo. Y este México está por reventar. Es lo que hemos escuchado y lo que hemos sentido en nuestro paso por toda la parte del sureste de México, que es la que llevamos recorrida.
Lo que nosotros les estamos planteando es que hay que insistir en esto de otra forma de hacer política. Y que, de una u otra forma, también hay que resistir dentro de la Otra Campaña las tendencias que puede haber para homogenizar, que alguien mande, que alguien diga qué es lo que tiene que hacer, que alguien tire línea, así sea zapatista o no zapatista. Hay que resistir ese empeño y hay que construir, en esto que señalaron acertadamente: que a la hora de escuchar, de hablar y de contarse, empieza a germinar la imaginación y la creación.
Afortunadamente, con esto de la Otra Campaña, es algo tan nuevo que no hay un manual. Porque por lo regular siempre recurrimos a un manual: un manual para hacer una revolución, un manual para hacer el amor, para ponerse un condón o para quitárselo —porque luego se batalla con eso—. Y en el caso de la Otra Campaña, no existe esta posibilidad y eso es una ventaja que tenemos que aprovechar. Los colectivos no tienen que tener miedo a discutir o a juntarse con otros, si se sigue insistiendo en que no debe de ser la Otra Campaña propiedad privada de nadie, y tampoco propiedad colectiva de un grupo que se ponga de acuerdo, que diga vamos a darle por este lado.
Y en ese sentido, la esperanza nuestra como zapatistas de que la Otra Campaña no se convierta en aquello que estamos criticando, está precisamente en los grupos y colectivos de jóvenes. Fundamentalmente los que hacen trabajo cultural. Y cultural me refiero a lo más amplio, que va desde el arte, la información, la cultura, la musiqueada, la grafiteada, todos los quehaceres que han ido construyendo. Y esa lucha la tienen que mantener. Y en esa lucha, nosotros como zapatistas, vamos estar junto con ustedes. Nosotros sólo les pedimos que volteen a ver otros sectores que, así como ustedes —como jóvenes, son perseguidos y acosados por varias partes—, tienen también una lucha, una historia y una resistencia que contar y que merece ser escuchada, no sólo por el respeto mínimo que le debemos al compañero, sino también porque hay mucho que aprender ahí. Me refiero a la de los pueblos indios de nuestro país, que sigue siendo la parte fundamental y la raíz de nuestra historia, y será la parte fundamental de la transformación que nos estamos proponiendo.
Que seamos capaces como grupos, como colectivos, o como jóvenes individuales, de apartar un poco la mirada del espejo y empezar a mirar al otro, que va a estar junto con nosotros y que se la va a rifar junto con nosotros, ya no por un varo, ya no para correr de la tira, ya no para tirar un gobernador, sino para trasformar de raíz completa, absolutamente y definitivamente este país, y el sistema que se está manteniendo.
Si la Otra Campaña no logra conseguir eso —y por eso hay que entender esta primera parte en la que estamos de la Otra Campaña—, de nada va a valer que echemos discursos flamígeros sobre la toma del poder y del sistema que va a seguir, si la Otra Campaña no puede construirse como un movimiento de compañeros y compañeras que se reconozcan como tales. Por eso viene esta primera etapa, que a lo mejor les desespera a algunos, a nosotros nos satisface. Se insiste mucho en que hablen y en que se escuchen. Y el hecho de que nosotros estemos aquí y le demos prioridad a la palabra de ustedes, y que en estas sesiones —que pueden ser muy cansadas o muy largas— se obliguen también a escuchar al otro. Y a escuchar otras propuestas a veces nada más diferentes, a veces nada más diversas, a veces francamente contradictorias.
No hay que tenerle miedo a la discusión, al intercambio de ideas. Y sí, finalmente insistir en que es en el trabajo conjunto donde se va enderezando esto y en donde esas diferencias empiezan a adquirir rumbo y sentido. Y se trata pues, de dirigir nuestra mirada y nuestro corazón muy lejos. Hacia ese horizonte que no es cierto que se va a ir alejando cada vez, sino que lo vamos a ir acercando porque lo vamos a construir. El horizonte que nosotros queremos, como zapatistas y creo también como Otra Campaña, no es algo que esté lejano, no es algo que exista siquiera, sino es algo que vamos a tener que construir entre todos, ahora sí, entre todos.
Nosotros, lo que hemos logrado allá en la montañas del sureste mexicano es sólo una parte, así como el alzamiento fue sólo un parte de un gran movimiento de rebeldía. Nosotros usábamos la imagen de un iceberg, que decía que sólo una punta de un gran movimiento que se estaba gestando abajo había salido. Y que esa punta tenía el color moreno de los pueblos indios y tenía el detalle geográfico de ser las montañas del sureste mexicano. Y resulta que sí han estado saliendo en todos estos años, y antes, muchas puntas de ese iceberg de rebeldía social que hay en nuestro pueblo, en la parte de abajo y de a la izquierda que constituye nuestro pueblo mexicano.
Si esto no se veía o no tiene el impacto mediático del alzamiento zapatista se debe a situaciones de allá arriba, no a situaciones de allá abajo. Y la Otra Campaña se propone enlazar todos esos picos que están asomándose en la historia de nuestro país. Y empujar juntos por que todo lo que está abajo, y que siempre es lo más grande, lo más denso, lo más voluminoso, pueda emerger y desborde las aguas que lo cubren y construyan un nuevo continente, en este caso un nuevo país: el México que estamos luchando y queriendo.
Hemos empezado esta Otra Campaña, nuestra participación en ella, porque como insistieron aquí es algo que viene desde antes, desde la Sexta Declaración, desde las discusiones que empezaron a hacerse en torno a ella, desde las definiciones. Nosotros hemos empezado nuestra participación recorriendo el país, precisamente en campañas electorales, para insistir en esto de que se trata de otra forma de hacer política. Hemos insistido en eso en cada parte en la que pasamos y en insistirle a la gente, a los hombres, a las mujeres, a los niños y a los ancianos, que se trata acá de tomar una parte activa, como actores. ¡No más como espectadores! que es la propuesta de la política de allá arriba. De ser actores en esta transformación que estamos levantando, e incluso en la definición del proyecto que se está levantando.
Según nosotros la Otra Campaña empieza a armar, con la discusión de cada persona o de cada familia —porque la mayoría no estaba aquí, pero una compañera habló de esto de la participación de la familia, a lo mejor nadie lo escuchó, nosotros sí porque ese es nuestro trabajo y nuestro deber—, como familia, como individuo, como colectivo, como grupo, empieza a componer la pieza de un rompecabezas cuya figura no sabemos cómo va a quedar. Y entonces, se trata de que a la hora de que cada quien va construyendo su parte, su figura de ese rompecabezas, empezamos a darle forma a ese gran rompecabezas que va a ser un nuevo país. Y que sí va a tener la figura y el color que ahora tiene, pero va a ser de otra forma, de otro modo, va a ser otro país.
Entonces, si ahora le estamos dando privilegio a la palabra, es necesario entender que ese privilegiar la palabra necesita forzosamente darle un privilegio al oído, a escuchar. Y si a veces nos da miedo hablar delante de otros, escucharlos nos da fastidio —que es lo que hemos encontrado también en las partes donde hemos pasado—, el fastidio de tener que escuchar al otro y de tener que ponerle atención para ver qué nos está diciendo.
Entonces, necesitamos construir esa otra forma de hacer política no nada más del EZLN, sino de todos los que participan en la Otra Campaña. Y se trata de que en ese escucharnos, juntos empezamos a enfrentar esas luchas que van surgiendo. Y enfrentarlas —como explicaron aquí los jóvenes de los colectivos que fueron pasando— con creatividad y con imaginación. En ningún otro espacio social, nacional, se va a encontrar esta oportunidad para la juventud. Que no es algo que se esté concediendo, sino es algo por lo que se tiene que luchar dentro de la Otra Campaña, y luego se tiene que defender. Como dije antes: primero dentro de la Otra Campaña y luego ya frente al sistema que estamos enfrentando.
La Otra Campaña, esta otra forma de hacer política, compañeros y compañeras, es de todos nosotros. A nosotros nos toca una parte, pero no está cabal que así sea la chamba. Lo cabal es que cada quien, cada grupo, cada colectivo, cada familia o cada individuo le entre a esto y empiece a corresponder con la Otra Campaña, con el oído. Hay que escuchar lo que ha pasado en otras partes de Puebla, en la Mixteca, en el Valle de Tehuacán, en la Sierrra Negra, en la Sierra Norte, en todos los pueblos donde estamos pasando. Donde se han dicho muchas cosas y se han escuchado muchas historias de dolor, de rabia y de indignación, pero sobre todo de lucha. Y en todos esos lugares está la disposición que dice: “de acuerdo, seamos compañeros, seamos compañeras”. Pero ya esa palabra va dirigida no sólo a nosotros, o no sólo a los que están escuchando en ese momento, sino va dirigida al país, a ese otro país que se está alzando y que está preparando ya un gran levantamiento nacional, para barrer con todo lo que está allá arriba, Marín incluido —dicho sea de paso—.
Está este otro problema sobre el que hay que advertir del espacio, este espacio en el que estamos, el espacio de la escucha y de la palabra, que todavía tiene condiciones que no son las reales que enfrenta cada uno. Sería bueno escuchar la palabra y la lucha de cada quien donde la está dando, no en un auditorio donde alguien llega a decirlo, o tiene que mandar un representante. Sino ir a ver la lucha de los colonos ahí en su colonia, su lucha para oponerse a la contaminación de la tierra con estos rellenos sanitarios, su lucha por la defensa de los mantos acuíferos, por que haya… De los jóvenes por educación pública y gratuita —y laica, agregaríamos nosotros—. Y así, en cada lugar, ver cómo enfrentan a la policía, al gobierno, las trasnacionales, el racismo, todo lo que enfrenta cada quien que nos vino a contar aquí, pero ahí donde lo está haciendo.
Por eso esta parte de la Otra Campaña es sólo la primera parte. Y se trata de que en otra vuelta organicemos ese ir a esas otras partes, que están ocultas del iceberg de la rebelión en México. Y nosotros iríamos junto con ustedes y vendríamos más tiempo. No como ahora que sólo estamos… sólo cinco horas escuchándonos, sino ir con ustedes a esos lugares. Y vendríamos más compañeros de la Comandancia, de la dirigencia zapatista, Comandantes y Comandantas para, ahora sí, ir junto con ustedes y levantar esa lista de demandas que va a ser el Programa Nacional de Lucha.
Nosotros les pedimos que, aparte de que se tienen que reunir para hacer la evaluación y seguir viendo los problemas que tienen como Puebla, o como jóvenes, o como estudiantes, o como colonos, o como trabajadores, empecemos ya a trabajar en lo que va a ser, como estas visitas, pero ahora sí a todos los rincones donde nos reciban y donde nos quieran dar la palabra. Y en ese entonces, sí convertir a la Otra Campaña y a la Sexta Declaración en un movimiento realmente nacional. No sólo urbano, no sólo en algunos puntos que tocamos, sino en todas partes donde haya gente humilde y sencilla, gente que está explotada y que se quiere rebelar. Y que tengamos ahora sí que su corazón con nosotros, en esto que se llama el Programa Nacional de Lucha.
Y luego, ya al final que tengamos todo esto y podamos hacer que emerja todo el iceberg que estaba oculto, pues entonces sí tendremos que hacer una nueva Constitución. Una nueva ley que aterrice todo esto, y que nos garantice a nosotros mismos cómo nos vamos a mandar, cómo nos vamos a gobernar. Porque finalmente lo que está proponiendo la Otra Campaña no es un cambio de gobierno, sino es un cambio de política. La Otra Campaña está enarbolando el derecho de todos a gobernar y a gobernarnos y no, como dijo alguien, “que este derecho esté secuestrado por los partidos políticos”. Y por esos partidos políticos, además, que eso es lo que da más coraje.
Por lo demás, no tenemos ningún problema en que hay que debatir. Si quieren debatir con los partidos políticos, con las redes ciudadanas, en fin, si quieren perder el tiempo no hay problema, lo pueden hacer. Lo que nosotros estamos haciendo es dirigiendo nuestro esfuerzo principal a los que son nuestros compañeros, como ustedes. Y por eso si hemos tenido que elegir, de voltear hacia otro lado, de mirar hacia arriba o de dirigir nuestra palabra a otro oído, los hemos elegido a ustedes, así como ustedes eligieron que iban a ser nuestros compañeros y compañeras.
Entonces, raza, banda —o como se quiera decir cada quien—, chido su palabra —chida perdón—, nos ha llenado mucho de fuerza. Vean hacia otros estados, van a encontrar otras gentes como ustedes, van a encontrar que el movimiento éste de resistencia y rebeldía juvenil es realmente nacional. Van a encontrar otras experiencias y otras riquezas. No le bajen al trabajo, no lo suelten, sigan reuniéndose, sigan proponiéndose tareas comunes, o trabajos comunes, que mantengan esas diferencias dentro de su cauce. Quiero decir, la diferencia sobre la concepción de un color, de un dibujo sobre este mundo que vamos a construir, pero que siempre quede claro quién es el enemigo. Y el enemigo es un sistema que en cada lugar tiene un nombre y un apellido. Y el enemigo también es el político que está al servicio de ese sistema y que en cada lugar tiene un nombre y un apellido. En Puebla se llama Mario Marín.
Es todo compañeros y compañeras, muchas gracias.
Reunión con trabajadores de la volkswagen, telefonistas, maestros y textiles en Puebla. 16 de Febrero de 2006.
Dijimos entonces, tiene que haber otros trabajadores, otras trabajadoras y en algún punto los vamos a encontrar, y a esos son a los que queremos como Compañeros y Compañeras. Nos decían, que la gente, los trabajadores, por ejemplo, los telefonistas o del seguro social o de los grandes sindicatos que estaban en la otra campaña, eran muy pocos, nosotros les preguntábamos si eran más de seis, nos decían sí; ese es nuestro límite para reconocer a un grupo o a un colectivo, seis y a veces con uno basta.
Es para nosotros un honor, de veras, haber escuchado su palabra, y saber nosotros como zapatistas, en las montañas del sureste mexicano, que por fin después de tanto tiempo, tenemos Compañeros y Compañeras trabajadores de la ciudad. Los estuvimos buscando mucho tiempo, por muchas partes, desgraciadamente por nuestro andar armado y clandestino, por nuestro estar en las montañas, por nuestro estar detrás con el rostro oculto no había sido posible. Las condiciones en las que nos encontramos y las condiciones de la lucha de todos ustedes, impedían que este encuentro se diera, fue necesario la Sexta Declaración, y es necesaria la Otra Campaña, para que al fin nos encontremos con ustedes, como lo que somos realmente, como Compañeros y Compañeras. En la Otra Campaña, para nosotros, ustedes los trabajadores, sindicalistas, despedidos, desempleados, en lucha por la democratización de su sindicato o por demandas laborales son, como decimos nosotros nuestros hermanos mayores, necesitamos de ustedes no sólo de su lucha y su palabra, también de su acompañamiento, es poco lo que les podemos ofrecer como comunidades zapatistas y como EZLN, lo único que tenemos es nuestra palabra y es la que les vengo a entregar ahora a ustedes, y a través de ustedes a todos los compañeros y compañeras, que son trabajadores de la ciudad en todo el país y que están en la otra campaña, en cualquier lucha que tengan, así sea muy pequeña, vamos a estar con ustedes, va a estar nuestra palabra de aliento, nuestro acompañamiento según nuestras posibilidades, si en las guardias de sus huelgas, si en sus marchas necesitan pozol o maíz, nosotros lo vamos a mandar para apoyarlos en su lucha. APLAUSOS.
Nosotros allá en las montañas del sureste mexicano, mucho antes de que nos levantamos en armas, el 1º de enero del 94, estuvimos atentos a sus luchas, a las luchas de los trabajadores de la Volkswagen, a la lucha de los trabajadores de teléfonos de México, a los del magisterios, a las luchas de los Compañeros y Compañeras textileros, y una y otra vez nos asombrábamos de su decisión de su entrega y como seguían todavía en la lucha a pesar de la represión o los engaños que iban sufriendo. Siempre tuvimos la esperanza de que algún día pudiéramos encontrarnos con ustedes y pudiéramos pedirles que nos enseñaran, que fueran maestros; nosotros no pretendemos suplantar a nadie, ni farolear, no sabemos nada de movimiento obrero, ni como se dan las luchas, ni cuales son las demandas, ni que es un contrato colectivo, ni que es un sindicato, ni nada de eso, sabemos que hay gente que es explotada, perseguida y reprimida, y que se organiza y lucha y resiste y no se rinde, y que es gente como ustedes, y como ustedes miles, millones en todo el país. Queremos que nos enseñen para aprender que es lo que los mueve en su corazón para enfrentar todo esto, y como quera seguir adelante.
Lo que nosotros vemos que pasa en nuestro país, y quiero recordar aquí lo que dijo una compañera, que pasó que estaba porque le rescindieron el contrato en marzo, al despedirse yo le dije «tal vez al que le van a rescindir el contrato es a Marín». Hay que exigir que le rescindan en contrato a él y a todos los políticos que, como nos han explicado aquí, se han puesto completamente del lado de la patronal, para despojarnos de lo poco que tenemos. Lo que nosotros vemos que está pasando, es que hay una especie de trascabo, una máquina aplanadora que empieza a orillar a los trabajadores hacia el precipicio, y hay un trabajo de los medios masivos de comunicación para presentar a todos los trabajadores de la ciudad que tienen sindicato, principalmente como un sector privilegiado, y a convencer a la mayoría de la población que esos trabajadores tienen que perder esos privilegios, olvidando que los conquistaron con sangre no pocas veces, con desvelo y con lucha, y que todos estemos parejos, abajo. Hay una gran campaña de desinformación en contra de los trabajadores del Seguro Social, en contra de los compañeros del magisterio, en contra de los telefonistas, en contra de los de la Volkswagen, en contra de todo trabajador que tiene un contrato colectivo, que tiene un salario y que tiene un empleo fijo, todo la campaña que hay en los medios está de acuerdo con los empresarios para convencer a la mayoría de la población de que no sólo hay que dejar que ustedes y gente como ustedes que están luchando por defender sus conquistas laborales las pierdan, sino que además hay que aplaudirlo. El caso mas reciente fue el de los Compañeros y Compañeras del Seguro Social, donde hubo una campaña de medios para convencer a la población, no sólo de que no los apoyara sino además que exigiera que sí, que se les quitaran los derechos que tenían.
Y nosotros vemos que está esta especie de aplanadora o trascabo, esta cuchilla, que empieza a aventar a todos los trabajadores y a todas sus conquistas laborales hacia el sótano de este país. Nosotros como zapatistas, sabemos bien lo que hacen los medios masivos de comunicación y por lo regular, siempre desconfiamos de lo que digan de un movimiento, sobre todo cuando ese movimiento es de abajo, y sobre todo, subrayadamente, cuando hablan mal de ese movimiento, nosotros no creemos que el futuro de este país sea que todos estemos en el sótano, sino al revés, queremos por eso aprender de ustedes, y conquistar para todos los trabajadores del campo y de la ciudad no sólo lo que tienen ustedes sino aún más. Durante todos estos últimos años, tal vez desde Salinas, tal vez antes, después con Zedillo, ahora con Fox, y que continuará con cualquiera que siga al frente del estado mexicano, es una ofensiva para precarizar el trabajo total y absolutamente, quitarle cualquier impedimento al gran capital para tratarnos como dijo alguien, como esclavos, eso nos coloca, si la memoria no nos falla, en las grandes movilizaciones obreras y campesinas que precedieron a la revolución mexicana, hace cien años.
De una u otra forma, se trata de que los trabajadores de la ciudad que tienen una serie de ventajas que conquistaron: el contrato colectivo, el derecho a la jubilación, el derecho a aguinaldo y reparto de utilidades, pierdan todo esto, y pierdan el contrato colectivo, que los sindicatos se conviertan en una cosa del pasado o que se conviertan en la caricatura con que actualmente se presentan; y ahora recuerdo aquí, que me informaron, creo que ayer hubo una reunión de Hernández Juárez con alguna de las secciones sindicales, y anunció que se estaba reuniendo con el pacto de Chapultepec, con los partidos políticos y con todo aquel que quisiera ayudarlo a defender a los trabajadores, que estaba dispuesto a reunirse con Marcos, que no le agradaba mucho pero que podía reunirse con él para defender a los trabajadores; a nosotros no nos agrada nada, ni siquiera poco y por supuesto no nos vamos a reunir con él.
Es más, que le apliquen la cláusula de exclusión y le rescindan el contrato.
Compañeros y Compañeras, este proceso de defensa en el que los tienen a todos ustedes como nos han platicado, porque nosotros recordamos que hace unos años allá en las montañas nos llegaban noticias de movilizaciones obreras para avanzar en las conquistas laborales, y en los últimos doce años sólo hemos escuchado de movilizaciones para defender lo que se tiene o para que no quiten todo lo que se tiene, este proceso que nos tiene a la defensiva, contra la pared, no es sólo con los trabajadores de la ciudad, sino también con los campesinos, con los pueblos indios, y con todos los que laboran en estas tierras, la opción que están dando es aceptar el mínimo necesario para sobrevivir, perder toda la conquista laboral, o irse a Estados Unidos o a otra parte a buscar trabajo, destruir completamente lo poco o mucho que se conquistó en la revolución mexicana y a lo largo de estos setenta años de movilizaciones obreras.
Nosotros pensamos que la única forma de no caer al precipicio que nos haga desaparecer como país, es pasar a la ofensiva, tal vez suene desproporcionado a la hora de que se está hablando aquí de que nos están quitando una cosa, y otra, y otra, pero pensamos nosotros, y esa es la propuesta que estamos impulsando en la otra campaña, que hay que pasar a la ofensiva y a nivel nacional, no en un estado, no en un sector, no en un sindicato, sino todos los trabajadores del campo, todos los trabajadores de la ciudad, todos los sectores explotados, tomar la ofensiva e ir por ellos, Compañeros y Compañeras, ponerlos donde deben estar, donde debe estar Marín, donde debe estar Slim, donde debe estar Azcárraga, donde debe estar Fox, donde deben estar todos los políticos que es en la cárcel, y así como hay trabajadores como los de Euskadi, como los de Pascual, que han demostrado que pueden echar a andar las empresas y producir, dirigidas por trabajadores, nosotros pensamos lo mismo, a lo mejor estamos equivocados ustedes nos dirán, que los mismos trabajadores pueden echar a andar las empresas sin necesidad de los patrones, y al revés no es posible, no es posible que un patrón eche a andar una fábrica sin los trabajadores.
Nosotros les estamos diciendo que dejen esa heroica Puebla de Zaragoza como algo del pasado y ustedes, como trabajadores, vuelvan a levantar esa H de la heroica Puebla, ahora en esto tiempos que se vienen, y que tomen la batuta, que tomen la parte de adelante de esta avanzada en ofensiva para retomar nuestros derechos y conquistar nuestro país de nuevo, de esos que lo han secuestrado, nosotros vamos a estar el primero de mayo en la ciudad de México y nuestra propuesta es hacer otro primero de mayo y que hagamos que ese otro primero de mayo sea en todo el país, no sólo en el centro, que cada ciudad, cada lugar donde haya Compañeros y Compañeras trabajadores sacuda, y empecemos a hacer un trueque del miedo, por que todo este tiempo nos han echo acumular el miedo, cambiémoslo, ahora los que tienen que tener miedo son ellos, los de allá arriba, y entonces nos quedemos nosotros con la victoria.
Compañeros y Compañeras, es mucho más importante de lo que piensan ustedes, tal vez nosotros porque no somos trabajadores de la ciudad, su palabra, conocer su historia su lucha y las dificultades que enfrentan, no sólo les conviene a ustedes, porque esa gente, que ahora no los conoce, que no sabe de sus luchas, es la que cuando los conozca va a aprender a respetarlos y es la que va a estar a su lado, así como vamos a estar nosotros los zapatistas a su lado, a la hora de sus movilizaciones por la defensa laboral, por la democratización del sindicato, por mejores salarios, por todo lo que ustedes saben, que son sus propias movilizaciones, por eso es importante, aunque haya tomado tiempo, que su palabra se haya escuchado, porque nuestro trabajo en la otra campaña, es que esa palabra se haga grande y llegue a otros lugares, y no me refiero sólo a que llegue a otros telefonistas en el país, o a otros trabajadores textiles o a otros trabajadores de empresas nacionales, o a otros maestros, se trata sobre todo que llegue a los pueblos indios, que llegue a los jóvenes, que llegue a los empleados, que llegue a los campesinos sin tierra, y que entiendan que en el sector obrero, en el sector de los trabajadores, no tienen alguien que está del otro lado, en el lado de los privilegiados, sino que tienen un compañero, un compañero con experiencia en la lucha, con firmeza y con decisión, y con la misma dignidad que nos hizo a nosotros y a todos ustedes y a muchos como ustedes, firmar la Sexta Declaración y decir, «nosotros queremos otra forma de hacer política, queremos un programa nacional de lucha, queremos un nuevo país, con una nueva constitución» y no se trata que en esa nueva constitución, nosotros nos estemos proponiendo sólo ahora sí el reconocimiento de los derechos y la cultura indígena, que fueron firmados hace diez años, el día de hoy por el gobierno federal, y nunca fueron cumplidos, y fueron traicionados por los principales partidos políticos que ahora se están disputando la presidencia de la república, el partido revolucionario institucional que tiene a la cabeza a Roberto Madrazo, el partido acción nacional que tiene a Felipe Calderón como su abanderado, y el partido de la revolución democrática que tiene a Andrés Manuel López Obrador como candidato a la presidencia. Nosotros decimos que en esa nueva constitución tienen que estar los derechos laborales pero ahora en un nuevo México, ya no un México con patrones, ya no un México con líderes charros, aunque fueran nuevos, y aquí la paradoja en México es que este neocharrismo apenas tiene treinta años (si ese es el nuevo como será el viejo), sino que sea en otra sociedad donde los trabajadores tengan garantizados sus derechos, donde el pequeño Marcos no tenga que llorar a la hora que explique una injusticia, que ha visto en este recorrido, porque el ha estado en varias partes de nuestro recorrido y ha visto esto que trató de decirles y que no pudo, que hay gente que no tiene absolutamente nada, y esa gente es nuestra compañera, son nuestros compañeros, fundamentalmente gente del campo, fundamentalmente gente indígena, gente como esa, es la qu le toca el corazón a él y la que nos toca el corazón a todos nosotros, y nos plantea que tenemos que hacer por nosotros mismos y por ellos, otro país, no un remiendo más, Compañeros y Compañeras, eso es lo que están proponiendo allá arriba, nosotros ni siquiera queremos molestarnos en voltear la cabeza, no sólo por que nos duele el cuello, sino también por que se olvida lo fundamental, que la propuesta de la Otra Campaña, que la propuesta de la Sexta Declaración, es mirar hacia abajo, es hacer reuniones como esta en al que estamos, es hacer grande la palabra de cada uno, la lucha de cada uno, la rabia de cada uno, y empezar a unirla y encontrarla con otro, y empezar entonces sí juntos, un gran levantamiento, un gran alzamiento, lo digo claro para los orejas de gobernación, que le informen a Abascal, lo que está proponiendo el EZLN en la otra campaña es un proceso de desestabilización nacional, una rebelión nacional, que acabe, entre otras cosas, con la Secretaría de Gobernación, y deje sin empleo a los orejas que me están escuchando.
APLAUSOS.
Compañeros y Compañeras, no sólo los invitamos a que tomen el lugar que les corresponde, adelante en esta campaña, en esta Otra Campaña, que junto con nosotros empecemos a hacer esa otra forma de hacer política, escuchar al otro, escucharnos, pero no quedarnos callados, no se trata de hacer una lista de demandas o una lista de quejas, se trata de conocer esas luchas y aprender de ellas, nosotros hemos recibid una gran lección el día de hoy en la voz de ustedes, hemos aprendido de la lucha de los del magisterio, de la lucha de los trabajadores de Volkswagen, de la lucha de los trabajadores de Telmex, de la lucha de los trabajadores y trabajadoras textileros, de la maquila, de todos los que pasaron aquí.
Y nosotros pensamos que no es justo, que nosotros tengamos, sólo nosotros ese privilegio de ser sus alumnos, toda la otra campaña debe aprender lo que es el movimiento obrero en México, no el de Hernández Juárez, no el de Vega Gallina -perdón si me equivoqué- ni de esa gente, sino el de los obreros dignos y rebeldes, que es el que está aquí, y que mejor lugar que Puebla, para que esto empiece a levantarse a nivel nacional, a partir de un llamamiento de la otra campaña, de los trabajadores de la Otra campaña en Puebla, para que los trabajadores de la ciudad de todo el país, empiecen ya a trabajar en otro primero de mayo, uno combativo, uno de los trabajadores, uno anticapitalista y de izquierda.
Gracias compañeros, gracias compañeras.
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