En la galería Makul Já
Bueno compañeros, compañeras, les quiero decir algunas palabras de lo que hemos escuchado y escuchamos en otras partes. Algunas irán dirigidas a los compañeros que vienen del sur de Veracruz, otras para los compañeros de Tabasco y otras de manera general.
La Sexta Declaración de la Selva Lacandona tiene un método de reflexión y ahí es donde encuentra uno el punto de enlace que es el que estamos planteando. Empieza por quiénes somos y eso se propone que cada quién responde esa pregunta quiénes somos y en dónde estamos es la siguiente pregunta. Y luego empieza a preguntarse y a contestarse porqué somos lo que somos y estamos donde estamos.
Según nuestra reflexión colectiva vimos que el problema de nosotros como pueblos indios tiene un responsable que es un sistema: el sistema capitalista. Entonces ahí cada quién puede reflexionar su dolor, su historia, su indignación, su rabia, que es lo que nos está convocando. Entonces, puede llegar a la conclusión de que el responsable es la astrología —que si Venus no se junta bien con Júpiter—, o que es mala suerte, o que es el destino divino o cualquier otra situación.
El punto de confluencia es cuando todos llegamos a la conclusión de que nuestro problema, nuestra injusticia, nuestra rabia, nuestra indignación, sea como jóvenes, sea como mujeres, sea como musiqueros, sea como trabajadores de la cultura, sea como obreros, sea como campesinos o sea como pueblos indios, el responsable es un sistema; eso es lo que va a dirigir nuestra lucha. En ese sentido, la Sexta Declaración y la Otra Campaña no busca que —dejando sin tocar el sistema en el que estamos— nada más cambie la clase política. Una mala lectura de la Sexta Declaración es la que lo lleva a pensar que de lo que se trata es de salvar a la clase política —aparte que es imposible—, o cambiarla por otra.
Y a la hora que la Sexta Declaración dice: “el responsable de esto es el sistema capitalista”, marca su destino. O sea, que la Sexta Declaración y el movimiento que genera no terminan hasta que se transforma el sistema capitalista. Quiere decir que estamos dirigiendo a lo que nosotros pensamos y que mucha más gente piensa —según estamos viendo desde que se emitió— que el responsable es un sistema y hay que dirigir las fuerzas hacia ese sistema. Que todo lo que está pasando después en la clase política, en el trato a las mujeres, en el criterio para relacionarse con la juventud o en la definición de juventud o en la definición de cultura, en lo que es el arte o no es arte, en lo que son los pueblos indios, en lo que es la lucha obrera, los sindicatos, en los trabajadores del mar, decimos nosotros, como los pescadores y los campesinos, todo eso, el responsable es un sistema de relación, que es el sistema capitalista.
Y entonces la Sexta Declaración empieza por hacer una reflexión sobre ese sistema y, ojo, empieza por la economía, no empieza por la clase política. Lo que pasa es que lo que como que está brincando más es este desbarajuste de la clase política. Muchas veces parece que la reflexión va sobre ese lado; que se trata de optar de que a lo mejor ahora sí va a salir uno bueno, uno bueno y uno bueno, y es la trampa en la que está encasillada esta izquierda dudosa; de que si es el menos peor el candidato del Partido de la Revolución Democrática. Pero el EZLN no le entra ahí en su reflexión y supone que a los que está invitando no entran por ahí; van a llegar ahí, pero van a entrar por abajo. Y hace una descripción de lo que define a ese sistema social, al capitalismo, y es una relación económica.
Esta relación se está basando sobre cuatro ejes fundamentales: es producto del robo o el despojo, producto de la explotación, producto del desprecio, del racismo hacia el diferente y producto de la represión; son los cuatro ejes que define. Sobre eso se va a construir todo lo demás y empieza a definirse. A la hora que está señalando la Sexta que es un sistema económico, político, social, que se llama sistema capitalista el responsable por estas situaciones, sólo la transformación profunda, rotundamente, va a permitir que se resuelvan otros problemas.
El EZLN dice: “nuestras demandas sólo se van a resolver después de un proceso de años y colectivo”, grupal —los que han trabajado en comunidades indígenas saben que así es—. Se dice lo que pasa: de lo que se trata es de transformar todo el sistema. Y el EZLN dice: “habrá otros como nosotros que piensen, o analicen que su problema, su lucha tiene que ver con el sistema, si es así, llamémoslos y juntos vamos a luchar”, pero sin traslapar, sin juntar una lucha con otra, sin absorber, eso decimos nosotros.
Aquí viene una aclaración, por lo que se está diciendo, porque se dice muy fácilmente: en la Sexta Declaración y en la Otra Campaña no se aceptan partidos políticos. No. Sí se aceptan. Lo que no se aceptan son partidos ni instituciones leales al sistema, porque en la Otra Campaña y en la Sexta Declaración hay organizaciones que son partidos políticos, que tienen una propuesta de toma del poder y una propuesta de cómo debe organizarse la sociedad resultante de la caída del capitalismo. Está el POS, el PCML, el PC, Corriente en lucha, el PPS, son cerca de 10 organizaciones de tipo partidario que tienen esta propuesta y que nosotros suponemos —y no sólo suponemos, sino que en su historia y su ascendencia moral que se han ganado entre su gente, que no es gente que esté en una oficina, sino que hace trabajo obrero, campesino, estudiantil, con maestros— que ellos no se están planteando como leales al sistema. La organización política que es leal al sistema, esa nada más cambia y hace algunos ajustes; como que la casa está igual y unos la pintan de un color y otros de otro color, pero ninguna de esas organizaciones políticas leales al sistema —decimos nosotros— cuestiona la existencia de la casa, ni quién la habita, ni quién está afuera.
Estas organizaciones políticas, que algunas están aquí con nosotros, están con la Otra Campaña, y hablarán como ustedes en su momento, en alguna etapa. Y van a decir: “bueno, no sólo está mal esto sino, además, la casa que hay que construir —que nosotros decimos la casa donde estén los de abajo y a la izquierda y toda la gente explotada—, tendrá estas características; tienen una propuesta programática. Ellos y nosotros, junto con muchas organizaciones, coincidimos que lo que falta, que lo que hay que hacer primero es empezar desde abajo, no por arriba. No en el sistema para cambiar lo de arriba, sino desde abajo, destruir ese sistema que es el responsable de que los jóvenes nos cuenten lo que nos están contando, que las mujeres sufran violencia y todo eso.
Se trata de que las mujeres encuentren su espacio en la Otra Campaña, lo creen. Aquí se habló mucho de creación; el lugar de la creación es la Otra Campaña, porque nada está definido más que lo fundamental. Es el destino que hay que destruir el sistema capitalista y a partir de ahí, ¿qué va a pasar después? Hay opciones, hay propuestas, que nosotros pensamos que hay que discutir, escuchar, analizar, criticar, y no desechar porque es la moda. Porque sabemos que desde lo que ha pasado en los últimos años en la historia mundial, ya es la moda rechazar una propuesta de transformación; sea socialista, comunista o como se le vaya a llamar, sin que se conozca fundamentalmente en qué consiste.
La Otra Campaña debe ser un espacio de discusión política, teórica, de debate, debe de haber agitación realmente. Sí la práctica, pero parte de esa agitación política es también la discusión y el debate teórico. Los compañeros que trabajan con las ideas, deben de abrir ese espacio y mantenerlo, si no lo que va a suceder es que la Otra Campaña se va a convertir prácticamente en un movimiento anti-intelectual. Y un movimiento anti- intelectual, anti-reflexión teórica, se convierte en un movimiento espontáneo. Puede ser muy grande, muy radical y va a cosechar derrota tras derrota.
Ahora, la ventaja que tiene la Otra Campaña como vamos viendo nosotros en los cuatro estados que llevamos ahora —Chiapas, Yucatán, Quintana Roo, Campeche y ahora que estamos empezando Tabasco— es que va a producir una riqueza de realidad, que los elementos clásicos o de moda para explicarlos teóricamente son insuficientes. Si la aparición del zapatismo llevó a los teóricos a emplear nuevas herramientas, nuevas formas de reflexión, lo que ya está produciendo la Otra Campaña, requiere un esfuerzo parecido. Entonces, nosotros estamos diciendo que hay que crear ese espacio de agitación, de discusión política y teórica. Que se genere en toda la Otra Campaña ese espacio de discusión política y teórica. O sea, que no sea una estructura acabada que diga: “entonces aquí llegas, te pasan los estatutos, los lees, estás de acuerdo, firmas y ahí te mandamos cuánto va a ser por la inscripción, o por la cuota”; sino que sí se esté generando continuamente —y no sólo en el centro, sino en los estados— esta discusión y este debate teórico, y que sea un referente para los jóvenes o para los adultos ó los que estén interesados, pero también para los compañeros campesinos, los pueblos indios, los obreros. Ahí se está discutiendo algo. Esto va a ser benéfico para la Otra Campaña, benéfico para el país y para cualquier tipo de lucha, compañeros.
A la discusión no hay que sacarle, lo que pasa es que no hay que perder de vista lo que se está insistiendo aquí: el trabajo. Porque finalmente es donde nos vamos a definir; y en eso tienen razón: habrá gente que llegue aquí, habla bien bonito y parece que es bien radical, y resulta que no —como el ejemplo que ponía el compañero—, que son muy radicales pero a la hora del trato con su pareja son unos hijos de la fregada, más reaccionarios que los del PAN o peor aún.
Entonces, se tiene que crear ese espacio nuevo, generarlo y alimentarlo, pero si estamos de acuerdo en que el objetivo es que el sistema capitalista es el responsable y hay que transformarlo, no hay que perder de vista que ese sistema capitalista produce luchas diferenciadas. Porque se dice: “aquí todos somos iguales y luchamos por la igualdad”; ¡ni madres! nosotros los pueblos indios no, porque siempre entramos en una lucha y a la hora de la hora quedamos atrás otra vez, como siempre. Nosotros sí estamos, y es el encargo que tenemos como EZLN que vamos hacer el acuerdo y vamos a marchar y a entrar a la Otra Campaña defendiendo lo de los pueblos indios. Porque nosotros vamos a ganar, o sea, todos los que estamos en la Otra Campaña vamos a ganar, y no queremos que se repita la historia de la Revolución Mexicana y de la guerra de Independencia y de las guerras contra las intervenciones extranjeras, y que otra vez los indígenas estén quedando afuera. No se trata de que los indígenas participen y sigamos viviendo en chozas de madera y alumbrándonos con quinqué y adorando al padre sol, o a la madre luna o cualquier cosa que alguien piense que es un indígena. Lo que queremos es vivir bien, con dignidad, pero que se respete nuestro modo de indígenas que somos, tenemos nuestra cultura, nuestra lengua, nuestra forma de vestir. Vamos a pelear por ello. Lo hicimos, desafiamos al hombre más poderoso de este país en 1994 —ahorita ya no vale nada, se quiere recuperar, pero entonces estaba en la cúspide—, lo desafiamos y cayó; cayó esta parte del sistema de partido de Estado.
Estamos dispuestos a enfrentar lo que sea y a quien sea, porque eso que se ha logrado no lo vamos a perder. Vamos a hablar con los compas indígenas —como hablamos con los compas indígenas mayas de la península, como los Chontales acá o los zoques, la parte que esté tocando— y en cada lado vamos a estar hablando con los compañeros indígenas para decirles: “sí, vamos a luchar por nuestro salario, por vivienda digna, por educación, por el respeto a las mujeres y, además, nosotros como indígenas tenemos que luchar por nuestros derechos y la cultura. Y al final de todo esto va a resultar un México más justo, más digno, con una nueva ley que sí tome en cuenta a los de abajo, que sí sea dirigido por los trabajadores del campo y de la ciudad, pero va a tener ese espacio de reconocimiento a los jóvenes, al trabajo cultural, a la creación artística, a los pueblos indios como lo que son, a los de la tercera edad (o a los más mayores, decimos nosotros), a los niños; todo eso, deberá tener los apartados, si no, no va a ser otra cosa.
Entonces la responsabilidad de que la Otra Campaña sea otra campaña, es de quienes la forman, no se trata de venir a exigir denme un espacio como joven, o como musiquero, o como mujer, o como pueblo indio; sino que uno le entra y está abierto el abanico y dice: “órale, vamos a hacer este espacio, vamos a conquistarlo y vamos a defenderlo”. No debe salir de aquí un partido político, porque ya hay partidos políticos con esa propuesta. La riqueza de la Otra Campaña es que es un movimiento, donde caben muchas organizaciones, muchas formas de lucha y, en ese sentido, permite la libertad sobre una línea general.
Que bueno que el compa musiquero que le da al regae a lo mejor dice: “vengo y le propongo a la comisión coordinadora que puedo hacer un concierto”, y la comisión coordinadora le dice que no, por lo que sea. Dentro de la Otra Campaña él puede hacer el concierto; no tiene que consultarle a nadie. Porque ya tiene un compromiso con una línea y él, como musiquero, va a denunciar al capitalismo, va a luchar contra la indiferencia y todo eso, y no tiene que pedirle permiso a nadie.
Si comenzamos a hacer una estructura que coaccione a la gente entonces nos vamos a convertir en algo muy rígido. De lo que se trata es que toda la gente que le esté entrando, donde ande, agarre esta lucha y la inscriba. Los compañeros que hacen trabajo en las universidades como profesores, los compañeros que están en resistencia civil —con todo este problema del desmadre del petróleo que nos platicaba Rosendo—, lo que platicaba de los artesanos el compañero, lo de la resistencia de la luz que nos contaban los compañeros, se trata de que a la hora que se está trabajando con la gente, explicando es que aquí no vamos acabar, sino hasta que acabemos con el sistema que es el responsable de esto.
En el momento en que va avanzando la Otra Campaña se debe crear ambiente, va a ser producto natural de un ambiente de agitación social. ¿Qué quiere decir? Que en lugar de que se van fusionando todos en una sola organización, al revés, surgen más organizaciones. De hecho, aquí vienen compañeros que se llaman el Colectivo de colectivos, que se forma a raíz de la Sexta; la Sexta provoca que se agrupen y se hagan un colectivo. Y en el trabajo que ustedes hagan en Tabasco, de agitación, de difusión, va a aparecer gente, ahí, qué le vamos a decir: “organízate, y así organizado como estás o individualmente entras en la Otra”. No le vamos a decir deja de luchar; “no abandones tu organización”, es lo que hay que decirle, “mantente en ella, hazla crecer, hazla fuerte, consigue lo que estás buscando, pero éntrate con otros”.
Sí está el problema éste de los compañeros y compañeras que dicen: “yo estoy, no necesito firmar o adherirme”. Sí se necesita compañeros, porque aquí hay un compromiso a la hora que entras, y quienes están proponiendo esto, que son los zapatistas, le dan un valor a la palabra —como se ve que no se tiene en las ciudades— y, entonces, a la hora que un compañero dice: “yo estoy y esta es mi palabra”, a la hora que me estoy adhiriendo, le estoy diciendo a los demás compañeros: “soy tu compañero” y están adquiriendo un compromiso. El único compromiso que se les está pidiendo a la hora de ingresar a la Sexta es que te comprometas a contar tu lucha a otros y entonces, en correspondencia, que te comprometas a escuchar. No vale que nomás decimos pues a mí me duele esto y estoy haciendo esto y tengo mi propia historia, y no nos interesamos en qué está pasando en otros lados.
Los compañeros de los petroleros que nos decían cómo está su lucha… la primera baja que tuvimos en la guerra, que es el compañero Subcomandante Pedro, era obrero y trabajaba aquí en Tabasco y él nos contaba cómo lo tenían: abriendo y cerrando válvulas, mirando una aguja; pero que los líderes sindicales lo llevaban a hacer talachas a sus casas, que fuera por el mandado, y contaba todo, cómo estaba la enajenación. Nosotros sí lo entendemos, no consideramos que los trabajadores petroleros o los de la Comisión Federal de Electricidad sea la aristocracia del barrio —por decirlo de alguna manera—, pero es necesario que esa historia que ustedes cuentan, o la de los compas del Seguro Social, la conozcan otros. ¿En qué lugar va a ser eso? Va a ser aquí en la Otra y no sólo aquí en Tabasco, va a ser en la Otra nacional; es ahí donde se va a escuchar esa voz. Entonces, el compañero que está en Guerrero —por poner un ejemplo—, indígena que está peleando contra la presa de la Parota, se está comprometiendo a escuchar cómo está la lucha de los de PEMEX o los de plataformas; entonces, en correspondencia, él espera que escuchen cómo es su historia y su resistencia.
A lo mejor se va a prender, a lo mejor no, a lo mejor es algo que ya se sabe, pero inmediatamente está ese compromiso de solidaridad, de que somos compañeros, eso es lo que estamos diciendo. Estamos diciendo, entonces, que si los golpean, los de la Parota esperan que CAOS brinque; así como CAOS espera que si les pasa algo brinque el EZLN. A la hora que el EZLN está diciendo “seamos compañeros”, es que le vamos a entrar con ustedes. No los estamos invitando a la lucha armada, sino a una lucha pacífica, civil, de movilización. Tampoco los estamos invitando a una lucha por un puesto electoral, eso sí debe de quedar claro.
La situación como está ahora con este sistema hace que esté agotada —según nosotros y según muchos compañeros— esa vía por los votos; pudiera abrirse después o no, aquí no se esta condenando una estructura organizativa, eso hay que tener cuidado, porque entonces se va a decir, entonces ningún partido, No, ya están estos compañeros pero tienen otra trayectoria y otra autoridad moral, y en todo caso hay que confrontar sus ideas en esta discusión y en este debate político.
Lo que sí está claro, compañeros y compañeras, es quién es el enemigo, es este sistema y quienes lo representan. A la hora que el EZLN arranca en San Cristóbal, el 1 de enero de este año, la campaña dice: “los enemigos son éstos —no dice los partidos políticos—, los que mandan en este país”; y lo define el Pacto de Chapultepec, es la contra Sexta Declaración. Hacia eso vamos y ellos tienen sus ejércitos, sus policías y sus partidos políticos.
Entonces, esa es la propuesta que está haciendo la Sexta Declaración, que cada quién reflexione o defina su historia, a nivel individual, de grupo, o más plural o más organizada, o según el nivel de cada quien, según su lucha en donde está, y que defina la responsabilidad y que identifique al enemigo. Si el enemigo es el sistema capitalista, aquí tenemos que encontrarlo; si es otra cosa compañeros, se equivocaron de canal, claro, hay que irse a otro lado. Y entonces en base a esa definición de quién es el enemigo, entonces sigue qué vamos a hacer y entonces hacemos el acuerdo; se dice: vamos a hacer lo contrario de lo que hacen los demás, vamos a hacer otra política.
¿Cuál es la política que se conoce? La de arriba, la que las cúpulas se ponen de acuerdo y ya le dicen a la gente qué va a hacer. O la del grupo que dice: “vamos a hacer esta lucha, con estos objetivos, con esta estructura, ¿quién le quiere entrar?” y ya, esa es una forma de hacer política. Nosotros decimos: hagamos otra forma de hacer política. Primero, que tome en cuenta a la gente, que la escuche, pero no nada más así como diván, como psicoanalista —se dice pues que la Otra Campaña es como un diván psicoanalítico nacional—: “adhiérase, nosotros vamos”. No, se trata pues, de que esa palabra se escuche, que se haga grande y ya está ese compromiso, entonces vamos a hacer esto de escuchar a la gente, pero hacia un rumbo y el rumbo es construir el Programa Nacional de Lucha. Si nos vamos a enfrentar contra este sistema aquí —en particular o en general, o en colectivo o por región, cómo te afecta, cuáles son tus demandas—, porque a la hora que nos enfrentemos a ese sistema, nos van a preguntar ¿y ustedes qué proponen?, pues aquí está, ahora sí que la tarea, pero eso ¿quién lo hizo?: la misma gente. Y es así donde la gente —como hicimos nosotros— hace suya la lucha, no es de alguien pues.
Entonces no estamos proponiendo un trabajo de gestoría compañeros, no se trata de que vamos a hacer los trámites de los campesinos, o a pelear el registro del sindicato, o a que les bajen los precios de la luz. No. Para eso hay organizaciones como la de estos compañeros. Aquí va a ser el espacio donde ustedes van a encontrar el apoyo de otros, también nuestro, pero también de otros compañeros. Entonces, éntrate, y —como dijo el compañero— vamos a apoyarnos mutuamente. Van a recibir el apoyo de mucha gente y ustedes también se supone van a dar el apoyo. No por pago, sino porque entendemos que es la misma lucha.
Y entonces, en esta misma lucha se marcan las diferencias: tenemos que respetar ese modo también. No podemos hacer que todo mundo piense que la forma de luchar es meterse a una reunión a discutir elementos teóricos, pero hay quién sí lo piensa así; y no podemos pensar que alguien piense que sólo se puede luchar contra el capitalismo en un sindicato, o en una movilización, o en un bloqueo de calles. Si hay compañeros y compañeras —que ahorita se planteó aquí— que plantean que su forma de enfrentar a este sistema es a través de su producción artística, ese es su espacio. Y tiene que ser, porque a la hora de que triunfe todo esto si no está cabal lo de la creación artística, no quedó completo, quedó ese pendiente y va a ser una lástima que tanto empeño, tanto sacrificio y tanta luz que va a generar este movimiento, estemos quedando pocos de un lado. Pero eso no lo va a hacer el sindicalista, el sindicalista va a tener su espacio por ese lado. Son los mismos que se encargan de la creación artística: tienen que entrar, abrir ese espacio, mantenerlo y hacerlo grande y defenderlo. Y tienen que convencer al resto. Por eso decía el compañero que es un proceso didáctico, educativo, plural —en cuanto a los maestros—, que es un pueblo que está enseñando y es el mismo pueblo el que está aprendiendo. Entonces, finalmente, esa su producción artística tiene que producir efecto en los que no somos artistas, que pensamos que eso no importa, para poner un ejemplo, o no importa tanto. Los artistas pueden pensar: el trabajo sucio de pegar carteles o gritar ¡muera el supremo gobierno!, eso no. También ese otro espacio tiene que luchar por convencer; así como decimos que no debe de haber anti-intelectualismo, tampoco tiene que haber teoricismo.
Entonces, resulta que hay muchas fuerzas en la Otra Campaña, que jala cada quien para su lado, y se hace esta vectorial que, se dice, que todo lo que sale por un lado empieza a agarrar un rumbo nuevo, compañeros. Pero nosotros no decimos mero cómo es, sí sabemos a dónde va, y así hacemos la propuesta, y no los engañamos, aquí no vamos por el reconocimiento de los derechos y la cultura indígena, ni vamos porque haya mayores oportunidades, ni por respeto a la mujer. Vamos por todo y con todos; entonces, que cada quien luche pues, por ese pedazo. En eso tenemos que ser sinceros con ustedes, y con toda la gente lo estamos siendo; no es lo que habíamos hecho antes de que vamos a hacer una lucha y apóyame. Vamos a hacer una lucha entre todos, que es nuestra, de todos los que están, no sólo nada más de un grupo al que apoyan los demás.
Entonces no se puede seguir planteando el problema de la Otra Campaña como de simpatía hacia el EZLN, porque aquí no se trata de simpatizar con una organización, ni siquiera de simpatizar con una causa, sino de hacerla nuestra. Entonces, a lo que nosotros los invitamos cuando hablamos de la Otra y de la Sexta, es a que esas historias que nos cuentan, las reflexionen, ubiquen su historia y si al final de la suma y de la resta sale abajo capitalismo —doble contra sencillo que va a salir— órale hay que entrarle aquí, y entonces aquí va a haber partidos, conciertos, movimientos, grupos culturales, pinturas, poesía, bloqueos de carreteras, tomas de tierra, todo lo que hace una revolución o una lucha general, rica y nueva.
Lo que se está planteando por el otro lado es que: “no, vamos a hacerle algunas reparaciones a la casa porque se está cayendo”, arreglar el techo —que es lo que están proponiendo algunos partidos políticos—, ampliar un poco más la puerta para que entren un poco más. Pero nosotros estamos viendo que abajo ya se va a caer, o sea, los cimientos ya están todos jodidos y pues estamos adentro y nos va a aplastar, no basta con una remodelación de la casa, sino que hay que echarla abajo y construir otra cosa, abiertos, tolerantes, pero además entrarle a la discusión, escuchar estas propuestas, de estos compañeros y de otros, y mantener en todo momento —como nace la Otra Campaña— el respeto a los que la forman.
Por eso, en la primera salida el EZLN no elige hablar con todo mundo, no elige hacer lo que en la marcha del 2001, de que se sube a un templete, llega un chingo de gente, tira rollo y ya. Porque de lo que se trata es de otra cosa, entonces que se le de prioridad a la palabra, primero pues del compañero, eso es elemental, si no nos conocemos entre compañeros ¿qué caso tiene que conozcamos a otros? No es que estemos siendo sectarios para que nadie entre, lo que estamos haciendo es empezar por el principio, primero vamos a conocernos. Ahora en Tabasco pues ya conozco a los compañeros, antes no los conocía, sabíamos que había Otra en Tabasco, que era muy pequeña, mucho más pequeña de lo que está aquí, entonces ya nos conocemos.
Y es así donde está la propuesta de trabajo, porque si le están entrando a la Otra y están diciendo su palabra para que se haga grande —como dijo un compa indígena maya de Quintana Roo “hay que echarle aire a la palabra para que vuele”—, entonces su primer compromiso como Otra en Tabasco es crear el mecanismo para escuchar las otras palabras. Entonces, no se trata de crear una estructura que coordine, dirija o jerarquice la Otra en Tabasco, sino una con la que tengamos contacto directo, que nosotros les mandemos la información y que esos compañeros y compañeras se encarguen de distribuirla. Nosotros lo que les pedimos es paciencia compañeros, llevamos cuatro estados, este es el quinto: faltan 26 más y el DF. Dennos chance de llegar a junio.
Porque vamos a ver si el gobierno nos da chance y ustedes no, no nos dejan terminar. Y que escuchen qué hay a nivel nacional. Yo lo que les traigo de cuatro meses no les va a gustar: va a tronar todo y desde abajo. Ya estamos viendo sectores muy radicalizados, que ya ni siquiera piensan de que vamos a discutir: ¡vamos a entrarle! y no estoy hablando de lucha armada, sino de movilizaciones para transformar. Y si eso llevamos en los estados aparentemente más apolíticos de la República, exceptuando el sureste —bueno, Chiapas—, Campeche, Yucatán, Quintana Roo se supone que están tranquilos, está el priísmo muy fuerte, o el PAN muy fuerte, que no hay muchas opciones. Si ahí ya estamos brotando el hervor, imagínate que entramos a Tabasco, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, con una gran riqueza de lucha social, que esa sí se conoce. Imagínate acá que no se conoce y que ya está el hervor. Yo lo que les digo es que hay que ponerse las pilas, no los vayan a agarrar reflexionando sobre el sexto sol o no sé qué cosa.
Entonces, lo que hay que hacer es que esa información que están produciendo los compañeros, así como produjeron ahorita ustedes con la información de sus luchas, y que la vamos a dar a conocer en otros lados, en correspondencia, ustedes deben de conocer lo otro. Lo primero es hacer una comisión de enlace y llevársela leve. Cada quien tiene el compromiso de que si le entra en una lucha, lo lógico es que la explique a otros, que la haga grande. Y aquí el problema no es que si encuentras a alguien y te dice: arréglame mi papel, o ¿me vas a dar una torta o qué?, tenemos que ser sinceros y decir: “no, a nosotros no nos toca eso”. “¡Ah, entonces no le entro!” Pues ni modo.
No se trata —como decía la compañera— de tener un gran número de afiliados. Que la gente que le entre, esté clara en eso. Hay que decirle a los compañeros y compañeras que tienen organización que la sigan, que la hagan fuerte; si es pequeña, que la hagan crecer; si tienen una lucha, que la radicalicen; y al que le toque en su lucha social hacer gestoría con el gobierno que lo siga haciendo, pero que no engañe, pensando que ahí está la solución —si es honesto debe saber que no está la solución ahí—, a lo mejor sí consigue un drenaje o algo así. Lo que hemos visto nosotros es lo que platicó un compa por aquí —que es ridículo—: está la infraestructura, de que hay pozos pero que no tienen agua, drenaje que no sirve.
Ahorita en lo que llevamos, ni siquiera eso. Está la promesa de que va a haber algo y no hay nada. El margen de maniobra del gobierno mexicano se está agostando mucho; lo poco que hay lo agarraron para la caja chica de las elecciones. Sí va a venir un bombardeo muy fuerte en las elecciones, pero no hay que desesperarse. Mucha gente se va a ir por ese lado, no son los enemigos, en efecto, pero tampoco son los compañeros, todavía. Lo que estamos creando en cada estado es el medio por el que vamos a ir a escuchar a esa gente y crear ese Programa Nacional de Lucha. Como se dijo aquí, éste es el Delegado Zero, falta el Uno, el Dos, el Tres, todos los demás que van a venir para ir a hablar con esos compañeros, ya en la etapa en la que no está el problema electoral, al revés, donde se está construyendo con dedicación y entereza la desilusión y la desesperanza en la gente que apostó a que eso cambiara.
Muchas de las organizaciones —o como se dice: esfuerzos organizativos— que hay ahorita a la mano —como se dice luego— tienen su horizonte en el 2 de julio. Perdonen que se los diga así, duramente, pero el Foro, el Diálogo se acaba el 2. Ahorita le están echando aire porque Hernández Juárez y Vega Galina quieren su tajada y todo eso. Pero, para no ir muy lejos, esto que me pasaron que se llama Frente Sindical Campesino Indígena Social y Popular no tiene ni una sola demanda indígena. No sé cómo no les da vergüenza ponerse indígena; ni una sola demanda indígena, no dice en ningún lado: respeto a los derechos y a la cultura indígena.
El horizonte que se tiene es ese, ahí no nos vamos a meter. Hay compañeros que piensan que hay que entrarle porque ahí van a tomar contacto con otros trabajadores; adelante, éntrenle. Ahí, nosotros estamos diciendo: cuando estemos en la Otra no vamos a criticar, mientras no se salgan de la línea general ésta de que vamos sobre el sistema y no vamos a entrarle a lo electoral. Los acuerdos a los que lleguen, sus estrategias, sus políticas de alianzas, eso no está en cuestión. Lo digo porque aquí alguien plantea de que no aceptemos a los que no son socialistas; la Sexta no dice que hay que ser socialistas, puede entrar cualquiera si entiende que es anticapitalista. ¿Qué hay después del capitalismo? Hay propuestas, hay muchas, pero hay que escucharlas —estamos por la implantación del feudalismo. No.
Nosotros decimos que nuestro trabajo es servir como el puente o el espacio para que se puedan congregar muchos, pero la Otra es suya compañeros. Yo vine a Tabasco a entregarles la Otra. Ahí la vean y a ver cómo la van a hacer; esto no se va a quedar aquí, se va ir entrando más gente si se aclara qué es la Sexta y qué es la Otra. Ya se va a saber que no es un pecado, o un impedimento, simpatizar, tener el mal gusto de que le guste un candidato actual, lo que no se puede ser es militante, dirigente de un partido institucional o leal al sistema; eso es lo que no se puede. Esa fue la decisión que se tomó. Por lógica elemental, de que la Otra Campaña es otra, no debe de convertirse en una campaña electoral.
Si los compañeros que hacen trabajo culturaloso o musiquero hablan con otros, pues van a entrar más y más. Entonces, se va a necesitar que la Otra en Tabasco haga una reunión, pedimos que en esa reunión hagan un balance colectivo, democrático, crítico, autocrítico, como quieran ustedes, de lo que fue esta primera parte de la visita, que no empieza hoy, sino que empieza cuando se empezaron a juntar, cuando se pelearon, cuando no me hiciste caso, toda la historia que sale y no sale aquí, porque qué va a decir el Sup.
Si estamos en un movimiento de esas características damos por sentado que hay muchas diferencias, que se pueden discutir y no estar de acuerdo, si se está de acuerdo en lo fundamental. ¡Ojo! esa es la trampa con los seis puntos: no vayan a llegar al momento de votar porque va a haber quien gane y quien pierda. Lo de los seis puntos es para que se dé la discusión, se haga rica, crezca y entonces, ya más general, se vea para dónde va. No para ver quién gana en Tabasco y se diga: “no ganamos los que somos de horizontalidad” y “perdimos los que somos de verticalidad”, o al revés, ya no sé, ya me hice pelotas. Se trata de darle elementos a cada organización, a cada grupo, a cada individuo, para que decida qué características va a tener la Otra Campaña. A cada quién, porque les dimos esa garantía. Como zapatistas, vamos a luchar porque la Otra Campaña respete tu espacio, no importa que sea muy grande o si eres muy chico, sino que cada quien agarra nuevas ideas, porque va a conociendo a más.
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todo bien animo puro palante
Comentario de martin.ACEDOV1 — febrero 2, 2006 @ 1:54 pm
todo bien animo puro palante y alos caballos
Comentario de martin.ACEDOV1 — febrero 2, 2006 @ 1:55 pm