EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
Calendario de la resistencia
Marzo: Veracruz, la tercera estela.
(Un virrey modernizado o el PRD, una izquierda agradable a la derecha)
Ahora es el viento, y no la mano, quien da vuelta a las hojas del calendario. Después de un desorden momentáneo, como es ley, aparece venturoso Marzo soplando una palabra: VERACRUZ. Sobre la palabra, van la mano y la mirada…
Veracruz. Según el INEGI, este estado contaba, en el 2000, con casi 7 millones de habitantes, de ellos tres cuartos de millón eran indígenas. En este territorio habitan indígenas huastecos, tepechuas, otomíes-hñañúes, totonacas, popolocas, mixtecos, zapotecos, mixes, nahuas, chinantecos, mazatecos y mayozoques.
Marzo: la nube cede el tiempo al águila-sol y ésta, con donaire azul, abandona los cielos de Puebla para adentrarse en los de Veracruz. Vuela el águila bordando de historia y resistencia las orillas de la Sierra Madre Oriental. Abajo, en las cercanías del río Tecolutla, se alza El Tajín. Planea el ave sobre la plaza del Arroyo, los juegos de pelota, la plaza de la Pirámide de los Nichos. Ahí, el águila-sol baja a tierra en la cabeza de los valores. No para contar una historia pasada, sino para atestiguar una presente.
La Pirámide de los Nichos, el antiguo calendario, ahora roto y rearmado para marcar los días del Poder de hoy… con el apoyo de la policía y el ejército.
En Veracruz, el virrey cree que se ha modernizado, pero su modo de gobierno es el mismo con que los gobiernos del PRI han herido, por décadas, las tierras de México. Aquí las labores de gobierno no las cumple el señor Miguel Alemán. Ocupado como está en dar imágenes y anécdotas para las páginas de sociales, el señor Alemán ha cedido, en los hechos, el gobierno a un capitán del ejército: el secretario de Seguridad Pública. El es el encargado de atender los reclamos de los veracruzanos y resolver sus demandas. Para unos y otras tiene siempre una respuesta: represión.
Y mientras el gobernador Alemán toma importantes decisiones (como elegir a cuál fiesta va a acudir, qué foto saldrá en los periódicos, qué traje se pondrá para el baile por venir), otras cosas ocurren: los productores de papa en el estado pierden la mayor parte de su cosecha. A esto se le suma el incumplimiento de compra por parte de la empresa Sabritas. Resultado: campesinos sin productos y sin precio para sus productos. En Córdoba y en otras regiones del estado, los productores de café se movilizan. En Tezonapa los campesinos no piden subsidios, sino reconocimiento al precio real del café. En los negocios el aromático alcanza los 40 pesos por kilo, mientras a los campesinos se los pagan a un peso o a cincuenta centavos.
Hombre de imagen pública (y por tanto preocupado por la apariencia personal), el virrey ha llenado de peluqueros las zonas indígenas veracruzanas. Pero estos peluqueros llevan uniforme verde olivo y fusiles G-3, y, además de cumplir con su misión estética, entran en negocios con narcotraficantes y taladores de madera. Así quedan rapados los cerros y peinados de nuevo con plantíos de narcóticos, y se engordan los bolsillos del general en turno, después de «mocharse» con el señor gobernador.
Los «buenos gobiernos» federal y estatal (cuando se los permite su trabajo en los medios de comunicación) llevan adelante una política económica exitosa: Veracruz no produce ya café, alimentos, ganado; ahora este estado (como muchos otros de la República mexicana) tiene como principal producto de exportación a las personas. Sí, cada semana salen hasta 3 autobuses, llenos de mexicanos, rumbo a la frontera. ¿Destino? La Unión Americana. Van en busca del alimento que su tierra, rica como pocas, les da, pero que les es quitado por la voracidad hecha empresa y gobierno.
Familias enteras deben dejar todo, muchas veces por un engaño. Frecuentemente los «enganchadores» les prometen vivienda y buenos salarios. Pero al llegar se encuentran con galeras colectivas y salarios miserables. Y aun así, se van. Cualquier cosa es mejor que el promedio de 8 pesos diarios que ganan con su trabajo en tierras veracruzanas. La crisis de los pequeños productores de café ha beneficiado a los finqueros, que así encuentran abundante mano de obra a un precio ridículo. Resultado: los ricos son menos, pero más ricos; los pobres son más y más pobres.
En la Sierra Norte de Veracruz ni la caña ni la peña ni los cítricos tienen precio. Lo que más ha producido el campo son migrantes, debido a los recortes presupuestales. Además han sufrido fuertes represiones del gobierno de Miguel Alemán. Sin embargo, la organización trasnacional de nahuas, tepehuas y otomíes avanza; al igual que el municipio de Texcatepec con la organización de comuneros otomíes: Comité de Defensa Campesina. En esta zona, confluyen las rebeldías de hñañúes, tepehuas y nahuas con el Comité de Derechos Humanos de la Sierra Norte de Veracruz-Radio Huayacocotla, la Agrupación de Derechos Humanos Xochitépetl y la Unión Campesina Zapatista. La región tiene la enorme ventaja de contar con la única radio comunitaria independiente del país: Radio Huayacocotla, que transmite (a contrapelo de Gobernación, que la ha intentado cerrar varias veces) en nahua, tepehua y ñyuhú. Texcatepec es el municipio número 23 en cuanto a marginación en el país, es el municipio más pequeño de la región y pese a ser muy pobre, son de la gente que más ha resistido el Progresa y el Procede.
Ilamatlán es otro municipio siempre en resistencia… como pueden, pues es tantito menos pobre que Texcatepec. Es el municipio 24 en marginación en el país y el cuarto a nivel estatal. Las cifras oficiales señalan que más de 95 por ciento de la población del municipio de Ilamatlán está desocupada. Este municipio está cerca de invertir la proporción nacional entre empleados y desempleados, lo que significa que por cada veinte personas en edad de trabajar, sólo una tiene oportunidad de hacerlo.
En Ixhuatlán de Madero, a partir de la represión ocurrida el 14 de junio de 2001 (cuando fue atacado el contingente de más de setecientos hombres y mujeres que marchaba ese día hacia Xalapa para demandar la construcción de un hospital en Campo la Mata, cerca de sus comunidades, y no en el corredor urbano -como quería el gobernador), las comunidades indígenas de este municipio decidieron constituir el Frente Indígena Ixhuateco para luchar contra las respuestas salvajemente represivas del gobierno de Miguel Alemán Velazco.
El problema en el campo de Veracruz se puede resumir en tres palabras: explotación, represión y corrupción.
Porque los que no se van, resisten y luchan. Ahí está el Consejo Popular Indígena de la Sierra de Zongolica que, uniendo a maestros bilingües y otros luchadores sociales, busca convertirse en alternativa de lucha civil y pacífica.
En el sur de Veracruz, las comunidades nahuas agrupadas en el Frente Popular del Sur de Veracruz resisten y se organizan.
En Coyutla, habitada en 90 por ciento por indígenas totonacas, la corrupción, la discriminación y la represión produjeron algo lógico: rebeldía. Ahí nació y se mantiene el Movimiento Ciudadano Coyuteco, formado por el pueblo. Sí, por el pueblo, punto. Ahí, sin distingos de partidos políticos, los ciudadanos se organizan, discuten, acuerdan y llevan adelante sus demandas. Desde finales del año 2000 sus exigencias de fin a la corrupción y a la discriminación han encontrado como respuesta amenazas, golpes y balazos. Los coyutecos, en consecuencia, formaron un Consejo Municipal Autónomo. Cuando una de sus reuniones fue atacada por pistoleros del gobierno, las mujeres salieron a enfrentarlos y los pusieron en fuga. Estas son algunas de sus palabras:
«La gente está dispuesta a seguir luchando, ya no tiene miedo porque estamos organizados. Hemos demostrado que somos más fuertes que los que compran las conciencias y los que han saqueado a nuestro pueblo. Nuestra causa es la justicia con dignidad y el respeto a nuestra autonomía. Los totonacos tenemos muchas maneras de resistir por medio de la danza, la música, la fiesta, por medio del trabajo comunitario (que aquí le llamamos «mano vuelta»). La vestimenta, los ritos, mitos y narraciones son parte de la resistencia. Todo esto nos ayuda a mantener viva nuestra cultura, y a defender nuestros derechos como pueblo totonaco».
Y siguen:
«Las líneas de acción que nosotros vemos son: lograr la solución de los problemas de Coyutla, que se retome el proyecto de la Ley Cocopa, que se cancele definitivamente el evento Cumbre Tajín por comercializar el símbolo de nuestra cultura, y lograr que se reconozca nuestro Consejo Municipal Autónomo».
¡Un momento! ¿Dijeron El Tajín? ¿No es ahí donde el virrey Alemán se ufana de haber logrado la comercialización moderna de la historia?
Sí. El señor Miguel Alemán se burla, no sin un poco de lástima, de quienes viven de la venta de artesanías. El no vende artesanías, él vende zonas arqueológicas enteras. Aunque, claro, no faltan aguafiestas:
En la región de Totonacapan, en Papantla, se realizan actividades en defensa del patrimonio cultural mexicano y, en particular, de la zona arqueológica de El Tajín. Todo esto a contracorriente del gobierno de Miguel Alemán, que se propone privatizar toda la zona. El objetivo de Alemán tiene color verde dólar. Los eventos onerosos en El Tajín tienen como público y cliente principal al extranjero. Pero el Frente por la Defensa del Patrimonio Cultural (conformado por varias organizaciones) ha denunciado en repetidas ocasiones que el proyecto gubernamental pretende desmontar la zona para erigir un hotel de cinco estrellas y un casino para turismo internacional.
La comercialización de El Tajín es, también, su destrucción. Cada vez que el señor Alemán monta sus «chows», se rompen basamentos prehispánicos para poner estrados y bases de reflectores. El INAH es cómplice porque se lleva una tajada.
Como parte de su lucha, el Frente por la Defensa del Patrimonio Cultural ha metido una demanda penal contra el virrey, misma que la «justicia» archivó en el gabinete de la «i» de «imposibles», «inconvenientes», «irrespetuosos». Pero abajo, quienes luchan siguen en la «r» de «resistencia» y «rebeldía».
En las zonas urbanas también se necesitarán trabajos de remodelación estética, pues aumentan las zonas marginadas.
En Poza Rica, tierra herida por los pozos petroleros y el sindicalismo charro, se guarda memoria pasada y presente de la resistencia. Desde las luchas de 1934 y 1958, hasta la lucha y la muerte (manchada por la sospecha ruin) de Digna Ochoa. Así, trabajadores de Pemex, maestros, empleados del sector salud, amas de casa, y religiosos se reúnen, discuten y acuerdan actividades de información y defensa de la cultura.
En las zonas textileras como Río Blanco, Nogales y Ciudad Mendoza hay mucho descontento por la falta de empleo. En Nogales los obreros lograron quitarle la fábrica al patrón, pero no han recibido ayuda gubernamental para echarla a andar. En Ciudad Mendoza hay obreros que siguen peleando su liquidación desde hace más de 10 años. En Río Blanco hay incertidumbre en el empleo, porque la fábrica trabaja una temporada y cierra en otras, a los trabajadores les modificaron su contrato y ahora tienen condiciones como las del porfiriato. En Nogales, como respuesta a la lucha de los ciudadanos para que no se llevaran el agua de su manantial a los parques industriales, el gobierno de Miguel Alemán los acusó de «sedición» y los metió a la cárcel.
En la región de Tezonapa, a los transportistas del Valle de Tuxpango no les quieren reconocer sus concesiones, a pesar de que son ellos quienes dan servicio a las comunidades. En Ixtaczoquitlan luchan desde hace tiempo contra la contaminación que provoca Cementos Apazco, mientras en los alrededores de la cementera aumentan los males congénitos y los abortos involuntarios.
En la región de Orizaba el pueblo enfrenta el desempleo, pues el corredor industrial está tronado (de 5 fábricas textiles, sólo una trabaja), y las empresas como la cervecería, cementos y Kimberly han recortado muchas plazas de trabajo. Los jubilados protestan por las ridículas pensiones que reciben, que para nada les alcanza, y dicen que ya no votarán, porque mientras los funcionarios tienen buenos salarios a ellos les dan una miseria por 30 o 40 años de trabajo. El transporte urbano prepara un aumento de precios. La falta de vivienda es un jugoso negocio para las constructoras privadas, que cuentan con el apoyo del gobierno estatal y de los municipales.
Sin embargo, aquí se desarrolla trabajo de apoyo a los migrantes (Comité de Apoyo a Migrantes «Ricardo Zapata»), a mujeres que sufren la violencia y a trabajadoras sexuales (Cihuatlahtolli -Palabra de Mujer-), además de la Organización de Mujeres de Jalapilla. Estas mujeres fueron las que se encargaron de la comida y seguridad de la Marcha Zapatista en su paso por Orizaba.
La marcha zapatista… Orizaba…
Si nos dijeran que podríamos regresar a un lugar de los que visitamos en la marcha, pero sólo a uno, escogeríamos Orizaba. Aquí coincidieron varias circunstancias afortunadas: unos organizadores abiertos, tolerantes e incluyentes; ong’s activas y comprometidas, comunidades indígenas luchadoras, medios de comunicación locales particularmente sensibles a la causa indígena, y un pueblo (formado por jóvenes estudiantes, obreros, amas de casa, colonos y empleados) especialmente noble.
¿El resultado? Lo que iba a ser un rápido saludo de la Marcha del Color de la Tierra, se convirtió en uno de los actos más festivos y combativos de todo el recorrido. No sólo en la plaza, también en la calle. Estuvieron, y vivos, todos los colores.
Todos, hasta el gris…
Antes, en diciembre del año 2000 y después de que el EZLN anunciara públicamente su intención de marchar al DF, en una de las reuniones donde la fracción de legisladores del PRD discutía los Acuerdos de San Andrés, la diputada Rosario Tapia pidió la palabra y dijo así: «Compañeros, es indispensable que nos pongamos de acuerdo con el PRI y con el PAN para sacar lo de los Acuerdos de San Andrés, para evitar que la comandancia del EZLN llegue a la Ciudad de México. Eso sería mortal para el PRD y, por otro lado, sería un triunfo para ellos y no para el Congreso. Mucho menos para nosotros».
Un poco después, cuando estaba por iniciarse la marcha, en la reunión del Comité Ejecutivo del CEN perredista, el vocero del PRD (y hoy secretario general nacional de ese partido), Navarrete, declaró: «El principal peligro para el PRD es la conversión del EZLN en un partido político, mientras más se tarde la aprobación de la ley, más chance tenemos de que se aísle el zapatismo».
Lo que entonces se echó a andar como una propuesta aislada, se convirtió en decisión en Orizaba.
Orizaba, año del 2001, la plaza llena…
En un rincón se encontraban dos personajes de la política: los senadores Jesús Ortega (jefe de la bancada perredista en el Senado) y Demetrio Sodi de la Tijera (miembro perredista de la Cocopa). La plaza de Orizaba siempre ha sido un lugar difícil para las manifestaciones políticas, y los dos senadores estaban ahí para atestiguar el fracaso en la convocatoria de los zapatistas. Con el rostro desencajado y cenizo, veían a la gente y la escuchaban. Entonces se miraron entre sí, entendiendo que había que hacer todo lo posible para que esa fuerza no saliera definitivamente a la lucha abierta… nunca.
En un lado, Jesús Ortega, nativo de Aguascalientes, ex fiel seguidor de Rafael Aguilar Talamantes en el Partido Socialista de los Trabajadores, diputado de 1979 a 1982, expulsado del PST en 1987, miembro del PSM y después del PSUM, nuevamente es diputado de 1988 a 1991, en 1989 se suma a la corte más próxima a Cuauhtémoc Cárdenas, desde 1993 su trabajo en el IFE le permite ligarse a los órganos del PRD en los estados, de nuevo diputado de 1994 a 1997 (entonces coordinador de la fracción de diputados del PRD), fue un cortesano de Cárdenas hasta el año 2000, cuando incluso le aconsejó el retiro (hoy es uno de sus principales detractores), es ahora senador de la república y coordinador de la bancada de su partido en esa cámara.
Sin haber dirigido ningún sector social, sin ninguna producción intelectual, sin dotes de tribuno, sin carisma alguno, el senador Jesús Ortega es un botón de la gran muestra de dirigentes del Partido de la Revolución Democrática.
A su derecha, Demetrio Sodi de la Tijera, defeño, ex gerente de empresas públicas y privadas, coordinador general del DDF en los tiempos de Ramón Aguirre, ingresa al PRI en 1975, diputado federal por el PRI cuando se concreta el fraude salinista contra Cárdenas, asambleísta -con la bendición de Salinas- del PRI en la segunda Asamblea Local del DF (91-94), formaba parte del grupo de Manuel Camacho Solís hasta que éste no es elegido candidato presidencial por el PRI, sale del PRI en 1994 después del asesinato de Colosio, dirigente de Alianza Cívica en 1994 y miembro del Grupo San Angel en el mismo año, en 1996 participa en el Foro de la Reforma del Estado (organizado por el EZLN) con una ponencia donde auguraba que el PRI se mantendría en el poder por mucho tiempo y que sólo las candidaturas conjuntas de PAN y PRD podrían derrotarlo, entra al PRD -animado por el triunfo de Cárdenas en el DF en 1997, diputado del PRD en 1997-2000, ahora senador del 2000 al 2006. Como senador, además de impulsar la contrarreforma indígena, ha buscado llegar a acuerdos con el PAN en lo de la privatización de la energía eléctrica, votó en contra de renegociar la entrada en vigor del capítulo agropecuario del TLC, y en no pocas ocasiones se manifestó en contra de los campesinos rebeldes de San Salvador Atenco.
Hace unos días, el analista político Armando Bartra hacía una especie de balance de los 9 años del TLC y de la presencia pública del EZLN. No me detendré en criticar el análisis frívolo y superficial de las iniciativas zapatistas, sino en un señalamiento: el maestro Bartra decía que no debíamos buscarle caras de «Lulas» (en referencia al hoy presidente de Brasil) a nuestros políticos, pero que había que luchar, no sólo desde abajo, también desde «arriba» (es decir en las cámaras) por la transformación de México. De acuerdo en lo de no verle cara de «Lula» a los políticos. Pero parece también un error verle al PRD mexicano cara de PT brasileño. ¿Y dónde está el equivalente al MST (Movimiento de los Sin Tierra) carioca?
Parece que el único argumento para sostener que hay que apoyar al PRD es que no hay otra cosa, que si no se le apoya, entonces el PRI y el PAN y la madre del muerto, y el sectarismo y todas las desgracias, caerán sobre nosotros. Recientemente, como respuesta a las críticas al PRD hechas por los 7 comandantes y comandantas del EZLN, el primero de enero de este año, la presidenta de ese partido, Rosario Robles, llamaba a no pelear entre «amigos», e insistía en que lo de la votación de la ley indígena había sido un error y así se había reconocido.
¿»Amigos»? ¿»Error»?
Según se desprende de las defensas a ultranza que los senadores Ortega y Sodi hicieron de la contrarreforma indígena (cuando ya ni Bartlett ni Cevallos la defendían, pues era mayúsculo el repudio nacional e internacional), no se trató de un «error táctico». Bajo la visión de Ortega y Sodi realmente no es muy importante que a las comunidades no se les reconozca su carácter de «entidades de derecho público»; tampoco que no se hable del «disfrute colectivo de los recursos naturales» (¡según Ortega esto es innecesario!); incluso lo del territorio, en tanto el «hábitat abarca lo del territorio».
Con todo lo anterior, los reclamos y la oposición de los pueblos indios de México en contra de la Ley, que los senadores quisieron y quieren limitar a «gente cercana al EZLN y al subcomandante«, sólo se reduce a que los pueblos indios no comprenden la «sabiduría» de los legisladores perredistas.
Pero el asunto es que los senadores de la izquierda mexicana defendieron una ley que es de derecha. Y cuando el señor Cárdenas Solórzano indicó votar por la contrarreforma indígena («¿Eres un senador del EZLN o del PRD? ¡Vota por la unidad del partido!», habría dicho, olvidando que los senadores no son del EZLN, pero tampoco del PRD, del PRI o del PAN, sino senadores DE LA REPUBLICA), lo hizo por una ley de derecha.
La alternativa era clara: o con los pueblos indios (y los millones de mexicanos no indios que apoyan sus demandas) o con la contrarreforma indígena de Cevallos-Bartlett-Ortega. Y el PRD eligió, y eligió de acuerdo al perfil que se construye: el de una izquierda agradable y cómplice de la derecha.
La aprobación de la ley Cevallos-Bartlett-Ortega (by the way, ninguno de ellos fue elegido por votos -entraron al Senado como cuota de partido-), es decir, del PRI-PAN-PRD fue, en efecto, un triunfo de la clase política mexicana en contra de los pueblos indios (y no sólo contra el EZLN), pero un triunfo pírrico, que se desvanece ya ante el avance de los procesos de autonomía y de resistencia no sólo en los indígenas.
¿Los diputados perredistas se «salvan»? Bueno, el voto en contra de la contrarreforma se acordó en la fracción parlamentaria de la Cámara de Diputados con apenas 3 votos de diferencia. Y los diputados del PRD están aprobando varias cosas que tienen que ver con dicha contrarreforma.
Pero, ya en el terreno de los supositorios, pensando que sí, que sólo fue un «pequeño error» que debemos perdonarnos como «amigos», entonces ¿qué significa lo que sigue?
1) El PRD lleva tres años seguidos votando a favor del presupuesto federal. Ellos se justifican señalando que no han sido los proyectos originales de Fox. La realidad es que en Hacienda se manda un presupuesto que ya saben que deberá ser «modificado» por los diputados (aumentando un poquito a educación, salud, etc.), con lo cual se asegura su voto. Si es verdad, como dice la teoría económica, que el presupuesto representa el modelo económico en funciones, entonces el PRD lleva tres años votando a favor del neoliberalismo y contra los mexicanos, y su voto ha significado votar a favor de pagar la deuda externa, de limitar el crecimiento, de seguir fielmente los dictados del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
2) Los diputados del PRD están poniendo en práctica los acuerdos que se votaron mayoritariamente sobre la Ley indígena, tanto en lo que tiene que ver con las leyes reglamentarias, como en lo de las partidas presupuestales. Votaron en contra, pero son garantes de la implementación de esa ley.
3) En el Senado el PRD votó a favor de las modificaciones a la Convención Internacional sobre desaparecidos, con lo cual se garantizó el fuero militar (los soldados solamente serán juzgados por tribunales militares) y la no retroactividad, con lo cual se garantizó la impunidad.
4) En diciembre pasado varios legisladores del PRD (entre otros, el senador Sodi) votaron con el PAN y el PRI sobre no exigir que se suspendiera la aplicación del capítulo agropecuario del TLC.
5) Simplemente para darse una idea del dispendio que significaron las elecciones internas del PRD, un anuncio de 20 segundos en el noticiero de López Dóriga, en Televisa, cuesta 465 mil pesos. Se pagaban a los brigadistas (muchas veces miembros de pandillas de varias colonias pobres) 60 pesos por hora en el día para pegar propaganda, y 80 pesos la hora en la noche para quitar la del contrincante. Se calcula que el costo de la campaña previa del PRD fue de cerca de 80 millones de pesos.
6) El señor Ramírez Cuéllar, de El Barzón, uno de los «líderes» del movimiento campesino actual, ¿no fue precandidato del PRD a la delegación Venustiano Carranza del DF que, por supuesto, está mayoritariamente poblada por campesinos? ¿Cuántos de los candidatos del PRD a puestos diversos han sido alguna vez líderes sociales? ¿Cuántos precandidatos del PRD a las delegaciones ni siquiera aparecieron en las boletas de encuesta? ¿Cuánto se gastaron los precandidatos que se anunciaron en radio y televisión? ¿Cuánto se gastó en la avioneta que promocionaba a uno de los precandidatos?
7) ¿Un partido de izquierda recurre a las encuestas para elegir a sus candidatos y dirigentes? ¿Un partido de izquierda promociona nombres y rostros en lugar de principios y programas? ¿No es verdad que el 67% de los municipios que gana el PRD, los pierde en la siguiente elección por gobernar como lo hacen el PRI y el PAN? ¿No es cierto que el discurso del PRD no le «llega» a los jóvenes, a los indígenas, a los ecologistas, a las mujeres, al nuevo movimiento campesino? ¿Cuál es la posición clara del PRD en los asuntos internacionales?
El PRD, es cierto, alguna vez fue un partido de izquierda. Ya no. Ha optado por sumarse (a la cola) a la lógica de la clase política y sólo aspira a ser el peso que modifique la balanza, olvidando que al dueño de la balanza eso le tiene sin cuidado. Se ha ligado ya orgánicamente al aparato de Estado y depende económicamente, es decir, políticamente, de él. A su interior se ha formado ya una nueva clase de políticos que vive del presupuesto y hace todo lo posible por mantenerse en él. Ya no hay principios, ni programa… y, ergo, ni partido.
A los zapatistas no se nos escapa el hecho de que hay mucha gente honesta y consecuente en el PRD (la saludamos). Pero no es ella la que decide el rumbo y el perfil de ese instituto político.
Una y otra vez se nos dice que, ni modo, no hay otra cosa. Pero, como dijo el Comandante Tacho el uno de enero, SI hay otra cosa…
Desde las montañas del sureste mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
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