7 de diciembre de 2002
A la Sociedad Civil Española y Vasca.
Península Ibérica, Planeta Tierra.
De Subcomandante Insurgente Marcos
México
Damas, caballeros y niños:
Les escribo a nombre de los ancianos, mujeres, niños y hombres del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, de México, para saludarlos.
En fechas pasadas una carta de nosotros, leída en el Aguascalientes madrileño, desató una polémica y una condena en contra nuestra, porque la misiva era ambigua en lo que se refiere a las acciones de la organización vasca ETA. A pesar de que al inicio de la epístola se advertía que «nada es accidental en los zapatistas» y que nos referíamos claramente a la lucha política, y no a la armada, del pueblo vasco, la falta de una condena explícita al terrorismo se quiso interpretar como un apoyo del EZLN a ETA y a sus acciones.
Debo decirles que la ambigüedad fue propositiva, así como el tono entero de la carta. Buscamos provocar el temperamento hispano de un hombre y echar a andar así una iniciativa noble y honesta que, en la parte que nos concierne, representa acaso la última oportunidad de lograr una solución pacífica digna a nuestras demandas que son, como todos los saben, el reconocimiento a los derechos y la cultura indígenas.
Ustedes saben bien que nosotros no practicamos el terrorismo, y que en repetidas ocasiones, en declaraciones escritas y habladas, hemos condenado el terror, venga de donde venga. Y si esta vez no lo hicimos explícito fue por razones que ya se alcanzan a ver con claridad.
Para los familiares de las víctimas de ETA y del Estado Español, entre las que se encuentran no pocos simpatizantes de nuestra causa, nuestras sinceras disculpas si con esa ambigüedad le faltamos el respeto a su dolor. Deseamos de todos corazón que nos entiendan y que algún día nos perdonen la parte que nos toca.
Lamentamos también que su sufrimiento haya sido manipulado por el gobierno español para distraer y ocultar así su criminal ineficacia en la catástrofe ecológica que se abate sobre el noble pueblo gallego, y el que ha demostrado que se puede organizar y resolver su problema mientras los gobernantes se pasean en las páginas de sociales de los periódicos madrileños.
Como ustedes saben, el juez Fernando Baltasar Garzón Real me ha retado a un debate público sobre diversos temas. Hemos decidido aceptar el debate y poner, como una de las condiciones, que se realice un encuentro entre los interesados y afectados por la problemática vasca, para que se hablen y se escuchen, sin bombas, balazos y órdenes de aprehensión. El tema del encuentro es El País Vasco: Caminos.
Para la realización del encuentro, me he dirigido ya, por medio de una carta, a la organización vasca ETA para pedirle que declare una tregua unilateral de 177 días (iniciando el día 24 de diciembre de este año) y se propicie así un ambiente adecuado para la realización del encuentro.
Nosotros pensamos que algo debe hacerse para cambiar la lógica criminal que se impone actualmente en todo el orbe. Que al terror se le puede combatir con terror, pero no se le puede vencer. Que los argumentos legales sirven para justificar torturas, desapariciones, asesinatos, pero no acaban con aquellos que que, con argumentos ideológicos o religiosos, justifican la muerte de otros.
En el mundo de hoy se nos presenta una opción terminante que, como todas las opciones terminantes, es una trampa. Se nos obliga a elegir entre un terror u otro, y criticar a uno supone apoyar al otro. En este caso, se nos obliga a escoger entre el terrorismo de ETA o el terrorismo del Estado español, y si nos deslindamos de uno es que somos cómplices del otro. Ustedes y nosotros sabemos que la alternativa no es una cosa o la otra, sino la que se construye como camino nuevo, como nuevo mundo.
Sería hermosamente justo y aleccionador que, en medio de un mundo polarizado donde la muerte y la destrucción sólo varían de argumentos y sinrazones (donde condenar las acciones punitivas de Bush equivale a apoyar la locura fundamentalista de Bin Laden), sea en la península ibérica donde se abra un espacio para darle una oportunidad a la palabra.
Sería maravilloso que sea la dignidad ibérica la que le diga al mundo entero que es posible, y necesario, darle una oportunidad a la palabra.
Por todo esto, los estamos convocando a que se movilicen en todo el suelo hispano para demandar, al gobierno español y a ETA, eso: una oportunidad a la palabra.
Vale. Salud y, ¿si no es ahora entonces cuándo?, hay que darle una oportunidad a la palabra.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, diciembre del 2002.
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