3 de marzo del 2001
Hermanos y hermanas del Congreso Nacional Indígena
A nombre de mis compañeros de esta delegación por mi voz habla el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
A lo largo de más de 500 años miles de nuestros hermanos han muerto por la explotación y la marginación principalmente a las mujeres. Mueren por el parto porque no tenemos clínicas donde se atiende las pacientes según dice el mal gobierno que ha construido clínicas en las comunidades pero pura casa de elefante, no hay doctor que atienda las emergencias, no hay medicinas suficiente que satisface nuestra salud.
Nosotras hemos sufrido triplemente por ser mujer indígena para vivir nuestra vida, tenemos que ayudar a nuestros hombres para la atención de nuestra humilde familia en el campo y tenemos que atender a nuestra triste cocina para la atención a nuestros hijos. No es que acusamos a nuestros compañeros por haraganes, es que nos vemos obligados para hacerlo, porque si no hacemos nuestro esfuerzo nos moriríamos de hambre.
Nuestro producción son mal pagado y lo que compramos para lo necesario pagamos muy alto, la medicina, la ropa, nuestras herramientas y otras cosas más.
Vimos y sufrimos este sacrificio en sangre y en vida sin esperanza y por esta gran desesperanza tomamos la decisión de organizarnos con nuestra rebeldía para pedir que nos hace falta.
Y lo que encontramos como respuesta de nuestra demanda fue la persecución, la cárcel, la humillación pero no pudieron ver nuestra rendición.
Por eso hermanos y hermanas pongamos nuestra mano en el corazón ayudémonos, luchemos juntos, es tiempo ya que nuestro derecho se incluya, que se escriba en la constitución mexicana, ya es justo y necesario que como seres garantice nuestros derechos.
Es nuestra palabra como mujer, caminemos junto con los hombres, solo ellos no podrán y sola nosotras tampoco podremos.
Pongamos más nuestro empeño, consolidemos nuestra organización como luchadoras social.
Nosotras como mujer zapatista seguimos adelante con nuestra lucha ¡no más engaño! Desde aquí les decimos al gobierno que ya no pongan más en vergüenza nuestra dignidad indígena no descansaremos hasta lograr la Democracia, Libertad, Justicia. ¡Nunca más un México sin las mujeres!
Comité Clandestino Revolucionario indígena comandancia general del EZLN
Desde Nurío Michoacán. México 3 de marzo 2001
Comandante Esther
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