Jueves 22 de Febrero, 2001
Guiomar Rovira, 22 de febrero del 2001
La comandanta Esther forma parte de la delegación del EZLN que partirá hacia la Ciudad de México en breve. Ella representa a las mujeres indígenas de la región tzotz-choj, viste blusa de flores tzeltalera y falda azul. La entrevista tiene lugar en la comunidad de Moisés Gandhi, cabecera del municipio rebelde Che Guevara. Esther es una mujer resuelta, de palabra fácil, que no duda en prender su propia grabadora para guardar registro de todo lo que decimos.
-Háblanos sobre la marcha, ¿conoces la Ciudad de México?
-Es la primera vez que voy a la Ciudad de México. Vamos a pasar por muchos estados y estoy contenta, porque no nomás voy a conocer muchos lugares o a pasear, sino que voy a ir al Distrito Federal para hacer trabajos y para ir argumentando durante el trayecto que es lo que nosotros pedimos y llegar al Congreso de la Unión a explicar que es necesario que se haga ley los acuerdos de San Andrés, que se apruebe la propuesta de la Cocopa.
«Queremos que se reconozcan los acuerdos de San Andrés, para nosotros como indígenas son muy importantes, porque mientras no estamos reconocidos como que estamos olvidados, y aunque hacemos trabajos aquí, pero no nos reconoce, no nos toman en cuenta. Ya no queremos seguir como antes, como que no existimos. Queremos que sea reconocido nuestra forma de hablar, de vestir, de organizarnos, pero lo que está mal ya no lo vamos a seguir.»
– Como parte de la marcha zapatista, van a encontrarse con otros pueblos indios en el Congreso Nacional Indígena en Michoacán…
– Sí vamos a participar ahí porque es muy importante, porque en nuestro país, México, no nada más hay indígenas aquí en este estado, sino que a nivel nacional, entonces se va a hacer un CNI y nosotros vamos a estar para invitar a todos a que luchen para que nos reconozcan como pueblos indios, porque la ley de la Cocopa no es nada más para los zapatistas, sino que queremos que se haga ley, para que entonces ya sea para toda la nación mexicana.
-¿Crees que con la caída del PRI del gobierno tanto en Chiapas como a nivel federal ya haya un cambio?
– Nosotros no hemos dicho que ya está Fox y ya cambió. No. El cambio de por si no lo hacen ellos. No es porque ya se cayó el PRI que vaya a haber cambio, gane quien gane, ya hemos visto. Es el pueblo de México el que tiene que construir el cambio que quiere.
«Del gobierno de Fox, vemos que no quiere cumplir las tres señales que pedimos nosotros, que se retire de 7 posiciones de las 259 donde están los ejércitos, que salgan los presos zapatistas y que lo reconozcan los acuerdos de San Andrés. Según dice que sí ya cumplió pero vemos que no.
-¿Qué les vas a decir a las mujeres que te encuentres durante la marcha?
– Que luchemos todas juntas, porque no nada más nosotras las indígenas estamos sufriendo. Sí claro, nosotras tenemos que luchar más porque como indígenas estamos triplemente despreciadas: como mujer indígena, como mujer y como mujer pobre. Pero las mujeres que no son indígenas también sufren, por eso las vamos a invitar a todas a que luchen para que ya no sigamos sufriendo. No es cierto que la mujer no sabe, que nada más sirve para estar en la casa, eso no sólo pasa en las comunidades indígenas sino también en las ciudades.
– ¿Por qué van sólo 4 mujeres en la delegación de 24 comandantes zapatistas?
– Porque el trabajo no nada más lo vamos a hacer las que vamos. Vamos a ir 4 mujeres pero las que se quedan hacen trabajos aquí, no nada más las que vamos allá, y aquí no hacen nada, sino que aquí se hace otro trabajo.
– ¿Qué deseo tienes, qué te gustaría que pasara?
– El deseo que tengo es que, regresando de la marcha, sienta que no sólo nosotros estamos, sino que sentimos que no estamos solos, porque no nada más van a acompañarnos gente de la nación mexicana sino también de otras naciones. Mi deseo es sentir que la lucha no es nada más para nosotros los zapatistas sino para toda la gente.
LA TRIPLE MARGINACIÓN
-¿Cómo explicarías la participación de la mujer en el EZLN?
-La situación de la mujer indígena es muy difícil, sufre dentro de la casa, por la falta de alimentos, las enfermedades. Cuando una mujer ve sufriendo a sus hijos es un gran dolor. Si no fuera por el sufrimiento tal vez no lucharíamos. Pero con tanto sufrimiento, las mujeres empiezan a organizarse para luchar, para tener un cambio de vida, pues.
– ¿Cómo era tu vida cuando eras niña?
– Yo cuando era chiquita me acuerdo como sufría mi mamá. A veces ni se conseguía dinero para comprar los frijoles, nomás tomamos tortilla. He pasado por eso y por la enfermedad. Y mi mamá sufría bastante porque somos varios y ya no alcanzaba pues el dinero. Pero mi mamá aguantó todo eso. Aunque no nos alimentamos bien, pero aquí estamos. Vivimos.
Cuando era yo chiquita no sabía hablar en español. Fui a la escuela pero ahí no aprendí nada. Pero cuando ingresé en la organización aprendí a escribir y a hablar español, lo poco que sé, estoy haciendo la lucha pues.
-¿Cómo fue que decidiste participar en la lucha?
– Cuando ya estoy grande empecé a ver la situación dentro de la casa, veo que no tenemos alimentación adecuada, veo que otros sí tienen y nosotros ¿por qué será que no? Mi mamá antes no salía, no participaba en las reuniones. Nomás está en la casa cuidando a sus hijos. Vi que tenía 4 o 5 hermanitos que se murieron, entonces es ahí donde me di cuenta, ¿por qué será que se mueren mis hermanitos? Vi que es necesario luchar, porque si no hago nada, van a seguir muriendo los demás hermanos, eso pensé, y me decidí.
«Y no solo yo, hay mujeres que se decidieron a ser soldados y esas mujeres ahora ya tienen grado insurgente de capitán, de mayor, de teniente. Ahí vemos que sí las mujeres podemos.
– Cuando empiezas a participar como zapatista, ¿encuentras muchos problemas en tu comunidad?
– La verdad me costaba, los hombres no entendían, aunque yo siempre les explicaba que es necesario luchar para que no todo el tiempo estemos muriendo de hambre. A los hombres no les convenía, según los hombres la mujer nada más sirve de tener hijos y deben cuidarlos y mantener a los animales que están en la casa.
«Y también hay algunas mujeres que eso ya lo tienen metido en la cabeza. Entonces yo no les gustaba, algunos hombres decían que no está bien, que las mujeres no tienen derecho de participar, que la mujer es una tonta. A veces algunas mujeres dicen «yo no sé nada», «yo soy tonta»… Yo siempre enfrenté eso, les explicaba que no es cierto, que sí somos mujeres pero sí podemos hacer otros trabajos. Entonces así poco a poco entendieron los hombres y las mujeres también, por eso ahorita están luchando las mujeres, por eso ustedes saben que aquí en nuestra lucha no nada más los hombres están luchando sino que estamos luchando juntos.
– ¿Te apoyó tu familia cuando decides entrar en el EZLN?
– Mi papá sí estaba de acuerdo, como de por sí vio la necesidad de eso, pues me apoyaban, no me decían nada. Por eso pude animarme más. Pero no para todas fue así, la mayoría no tuvieron el apoyo de sus padres, no es su trabajo de la mujer salir a otros lugares, tiene que estar en la casa, pero gracias a dios ya hay un poco de cambio. Antes ocurría eso, los hombres no entendían, a veces lo pega, lo golpea, ha pasado eso, aunque no lo mata de una vez. Pero ya poco a poco es distinto.
CONSTRUYENDO LA RESISTENCIA
-¿Cómo han sido estos 7 años desde el levantamiento armado de enero del 94 hasta hoy?
– La verdad resistimos, aunque de por sí ya tiene años que empezó. A pesar del sufrimiento, aquí estamos todavía, si no fuera que no hubiéramos resistido ya no estuviéramos. Aunque nos han pasado muchas cosas, no por eso nos hemos rendido, hemos podido pues.
«Desde que empezó la guerra el mal gobierno ha metido a los ejércitos, pero siempre quien ha enfrentado ese problema son las mujeres. La militarización ha sido muy dura, pero las mujeres no han tenido miedo, han salido a correr a los soldados, ahí vemos que las mujeres sí tienen fuerza, no con armas sino ya con la fuerza y con el grito, vemos que sí podemos como mujeres».
-Como mujeres zapatistas, ¿han construido algo durante estos años?
– Sí hemos avanzado un poco más. Vimos que no teníamos nada y nosotras mismas nos preguntamos ¿quién nos va a dar si nosotras no hacemos nada? Nosotras mismas tenemos que trabajar para lograr un cambio, apoyarnos para tener lo poco que necesitamos. Entonces las mujeres empezaron a trabajar, a organizarse en colectivos, ya sea de panadería, de hortalizas, de otras cosas más. Vemos el resultado: ya nos ayudamos entre nosotras. El trabajo que hacemos, si lo vendemos, nos ayudamos en dinero, y si no, nos repartimos y ya es algo para nuestra alimentación. Ese es el avance.
«Antes la mujer no participaba en las reuniones, en la asamblea, pues su esposo no lo dejaba. Ahora los hombres ya entienden, la mujer puede ir en las reuniones y el hombre se queda en casa cuidando a los animales. Ahora si los hombres si ven que hay mucho trabajo dentro de la cocina, ayuda a su esposa o a su compañera. Antes no lo hacía, ahora sí, hay un cambio.
– Las niñas en las comunidades zapatistas, ¿crecen con más igualdad?
– Si hablamos la verdad, pues sí, ya hay un cambio, no es como antes, ya se llevan bien el niño y la niña. Nosotras mismas les explicamos a los niños y a las niñas que haya respeto, pues somos iguales, no puede ser que si el niño puede hacer un trabajo, la niña no. Las niñas y los niños van a la escuela. Y ya no nada más ellos, sino también las mujeres grandes, porque ahí aprenden bien, los hombres también van. Porque nosotros mismos ya nos organizamos y ya no estamos en la escuela del gobierno, sino nuestra educación autónoma, ahí entramos todos. Por eso nosotros estamos construyendo desde la base, si quieren ver ese es el periódico mural que hicimos, ese es nuestro trabajo.
– ¿Cómo ves el futuro para la mujer indígena?
– Creo que vamos a lograr el cambio como nosotras queremos, sí se va a lograr, porque veo que muchas mujeres se están organizando, ya no nada más las zapatistas, hay otras organizaciones. Nosotras las invitamos también y así más fuerza vamos a tener, entre todas lo vamos a lograr.
– ¿Qué te gustaría hacer cuando ya hayan conseguido todas sus demandas?
– Cuando ya tengamos todo, yo no te puedo decir ahorita que me gustaría hacer entonces porque todavía nos falta bastante. Nosotros empezamos y no sabemos si lo vamos a ver, pero tenemos esperanza de que sí, aunque ya no lo veamos nosotros, los demás si lo van a ver el cambio que anhelamos nosotras.
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