EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
Enero-Febrero del 2001.
El Centro de Información Zapatista elaboró esta carpeta con información que puede servir para tener una visión global de la situación actual en México, en lo que se refiere al alzamiento zapatista y su actual iniciativa de movilización pacífica. Hemos tenido cuidado en señalar las fuentes de las que se obtuvo la información, de modo que el lector interesado pueda profundizar más en cada tema.
Siguiendo nuestra costumbre de recurrir al simbólico número 7, la carpeta cuenta con 7 secciones, que abarcan desde la serie de comunicados con los que rompimos el silencio el día 2 de diciembre del 2000, hasta el debate sobre capuchas, armas y demás, pasando por varios documentos interesantes: una síntesis de los Acuerdos de San Andrés, la Iniciativa de Ley de la Cocopa, la posición del Congreso Nacional Indígena, la Militarización en Chiapas, la situación de los presos zapatistas, y las diversas declaraciones del gobierno de Vicente Fox. Al final encontrará el lector dos anexos: uno contiene una serie de preguntas y respuestas sobre el EZLN y la movilización pacífica en curso, y el otro contiene documentos fundamentales sobre la ley para el diálogo y los Acuerdos de San Andrés.
Como introducción general presentamos el siguiente texto:
El EZLN se alzó en armas el 1 de enero de 1994 demandando, entre otras cosas, el respeto y reconocimiento para los pueblos indios de México. Desde el día 12 de enero de 1994, los zapatistas, escuchando las voces de la sociedad civil nacional e internacional, suspendieron sus acciones armadas y entraron en un proceso de diálogo buscando la solución negociada de sus demandas. Después de 2 años, en febrero de 1996, el EZLN y el gobierno mexicano firmaron los primeros Acuerdos de San Andrés (tomando el nombre de la sede del diálogo, San Andrés Sakamach’en de Los Pobres, un municipio tzotzil de los Altos de Chiapas). Estos primeros acuerdos fueron sobre derechos y cultura indígenas. El gobierno mexicano se comprometía, entre otras cosas, a reconocer constitucionalmente los derechos y la cultura de los pueblos indios de México. Ante el incumplimiento de la palabra gubernamental, un grupo de legisladores mexicanos de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), elaboró una iniciativa de ley en el mes de diciembre de 1996, la desde entonces llamada «Ley Cocopa». Hasta el final del sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, el gobierno se negó a cumplir con los acuerdos y el EZLN mantuvo suspendido el diálogo.
Al entrar en funciones el gobierno de Vicente Fox, y ofrecer éste el cumplimiento de los acuerdos pendientes y la solución negociada del conflicto, el EZLN respondió manifestando su voluntad de transitar por la vía pacífica, dejando claro que exigía un diálogo serio, respetuoso y verdadero. El EZLN pidió al gobierno de Fox 3 señales que indicaran el compromiso del gobierno con el diálogo y la negociación.
Con estas señales, el EZLN espera la respuesta a 3 preguntas fundamentales para el éxito del proceso de paz: ¿Está Fox al mando del ejército federal y está dispuesto a abandonar la vía militar como solución al conflicto?; ¿Reconoce el gobierno que los zapatistas son luchadores sociales y no delincuentes?; y ¿No volverá a repetirse la historia de humillación, desprecio y racismo en contra de los indígenas mexicanos?
Hasta el día de hoy, el gobierno de Fox responde que sí y no está dispuesto a abandonar la vía militar, o que más o menos está dispuesto. Esto porque sólo retiró 4 de las 7 posiciones demandadas y ha puesto condiciones para cumplir con las 3 restantes. Sobre los presos zapatistas, sólo se han liberado a 19 de los más de 100 que se encuentran en cárceles del país, por lo que se les sigue usando como rehenes y el mantenerlos presos significa que el gobierno todavía piensa en usar la opción policíaco-militar. Sobre el reconocimiento constitucional de los derechos y la cultura indígenas, la llamada «ley Cocopa» ya se encuentra en el Congreso de la Unión, para lograr su aprobación, el EZLN ha decidido enviar una delegación a la Ciudad de México con el fin de dialogar con los legisladores federales.
El gobierno de Fox ha recurrido a una estrategia publicitaria para construirse una imagen de pacificador y para dar la imagen de un EZLN intransigente, argumentando el temor que tiene de que los zapatistas, al ver cumplidas las señales, vayan a pedir más y alarguen el conflicto. Los zapatistas tienen palabra, si han pedido sólo esas 3 señales no agregarán más. En el momento en que se cumplan se sentarán a dialogar.
Respecto a la marcha zapatista a la Ciudad de México, los poderosos del país (alto clero, clase política, empresarios y ejército) han querido desplazar la discusión a trivialidades: por ejemplo, sobre los pasamontañas y sobre las armas. Sobre el pasamontañas, el EZLN ha sido claro en que forma parte de su ser zapatistas y que irán con ellos puestos. Sobre las armas, el EZLN ha dicho una y otra vez que es respetuoso de la Ley para el Diálogo y que el viaje lo hará desarmado.
En algunos sectores del gobierno se ha manejado la amenaza de que los zapatistas serían aprehendidos porque la ley sólo los protege en Chiapas. Esto es falso, la ley permite el tránsito por todo el territorio nacional, por lo que la marcha zapatista es legítima y legal. No hay ningún argumento jurídico en su contra.
El EZLN ha repetido en sus últimos comunicados que irá a la Ciudad de México a dialogar con el Congreso de la Unión, que en el trayecto dialogará con la sociedad civil, principalmente con los pueblos indios y el Congreso Nacional Indígena, y que su objetivo es el reconocimiento constitucional de los derechos y la cultura indígenas.
Respecto a las posiciones militares que faltan por retirar, el EZLN ha dejado claro que su desmantelamiento no afecta en nada la capacidad militar del Ejército Federal, que no hay población civil alguna que demande la permanencia de las tropas gubernamentales en esos lugares, y que el número es 7 por ser un número simbólico para los zapatistas.
El EZLN no hará contacto con el gobierno hasta que las señales sean cumplidas porque no quiere que el diálogo vuelva a ser un engaño. Los zapatistas quieren que el diálogo se dé y que tenga éxito para así terminar con la guerra, con las causas que la originaron, y poder hacer política como cualquier ciudadano mexicano.
Vale. Salud y ojalá que esta carpeta cumpla su cometido de diferenciar el ruido del sonido.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Enero- Febrero del 2001.
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