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Palabra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Sep301999

7 veces 2. Carta tres. Dos acosos, dos rebeldías (y, claro, algunas preguntas). 

DOS ACOSOS, DOS REBELDIAS
(y, claro, algunas preguntas)

Carta tres

Cartas, relaciones, cartas:
tarjetas postales, sueños,
fragmentos de la ternura
proyectados en el cielo,
lanzados de sangre a sangre
y de deseo a deseo.

Miguel Hernández.

Esta vez de la luna sólo un difuso resplandor. Y sólo por un rato, porque ya llega la lluvia y todos a callar. No habla, más bien grita esta lluvia de las montañas del Sureste Mexicano. Y a pesar de los gritos, pocos son los que escuchan y entienden.

Cuando llueve, allá abajo todo parece tan callado. Tal vez no. Tal vez es sólo que la tormenta de esta noche borra cualquier otro ruido que no sea el de su taconeo sobre techitos, lodos, animales y sombras. En fin, siendo noche y siendo lluvia, no deja de ser extraño que esté aún encendida aquella luz. Sí, esa, la de aquel rincón. Esa champita parece solitaria tabla en medio de una tormenta en altamar. Pero no, quien dentro hace de capitán y tripulación, todo uno, reposa boca arriba, los ojos bien abiertos, la mente a saber dónde.

Algo hay sobre la mesita, al lado de la velada vela. Parece una hoja con algo escrito. A ver. Sí. Anote usted. Bueno, pues parece una carta. Mmh. Encabezando la hoja, al centro, se lee: «Ejército Zapatista de Liberación Nacional, México». Después, más abajo y a la izquierda, la palabra «agosto» tachada, luego «septiembre» igualmente tachado y después «agosto-septiembre». ¿Está usted apuntando todo? Bien. Mmh. Le siguen varios números tachados sucesivamente: «6», «8», «15», «27», a continuación el número «1999» y, punto y aparte. «A los Estudiantes de la UNAM». Dos puntos. Después sigue lo que sigue, es decir…

Si esta carta que les mando parece a veces un «collage» de tarjetas postales y cartas, pues es porque así fue saliendo. Les empecé a escribir en agosto y ya es septiembre, así que bien puede cargar el calendario con la culpa de la probable incoherencia.

Les escribo a nombre de todos los hombres, mujeres, niños y ancianos del EZLN. No es mucho lo que pueda agregar a lo que ya antes hemos dicho sobre lo que para nosotros, los zapatistas, representa y significa su lucha. Siguen en nosotros, acaso más grandes todavía después del desafío que asumieron al venir a las montañas del Sureste Mexicano a acompañar a los indígenas que resisten contra la ocupación militar, la admiración, el respeto y el cariño hacia todos ustedes, los estudiantes y «estudiantas» que sostienen y llevan adelante el movimiento en contra de la privatización de la UNAM.

Como seguramente sabrán ustedes, después de que un grupo de estudiantes, maestros, trabajadores e investigadores de la Escuela y el Instituto nacionales de Antropología e Historia (ENAH e INAH), junto con otras personas de la sociedad civil, se trasladaron a Amador Hernández para ser testigos de la militarización de la zona, se desató en tierras chiapanecas una feroz campaña de linchamiento y persecución en contra de todo lo que pudiera parecer «joven estudiante». Para el ejército federal, migración, la policía de seguridad pública, judiciales, paramilitares, priístas y funcionarios de diverso tamaño, toda persona joven y mestiza era «un parista del DF».

No importaba que no fueran de la UNAM, que no fueran estudiantes, o que no fueran del DF, para el gobierno y anexos todos eran culpables de ser jóvenes y de parecer estudiantes. Al grito de «fuera los ultras de Chiapas», decenas de jóvenes fueron y son hostigados, perseguidos, vejados, humillados y amenazados de muerte.

Moción. Si este clima de linchamiento encontró uno de sus soportes ideológicos en la argumentación de un sector de la izquierda, es algo que no debe sorprendernos. La derecha carece de pensamientos y argumentos, el uso de la fuerza es lo único «racional» que concibe. Pero cuando tiene necesidad de un «pensamiento», ahí está la izquierda para darle razones y argumentos. El calificativo de «ultras», soltado tan a la ligera (y ocultando la pereza mental de intentar siquiera entender y explicar un movimiento social), fue rápidamente apropiado por los medios electrónicos e impresos de derecha, por la pandilla de Barnés y por ese preclaro defensor de los derechos animales que es El Croquetas Albores.

No obstante que era evidente que Chiapas era el lugar más inapropiado para exhibir la credencial de estudiante de la UNAM, decenas de hombres y mujeres -jóvenes, estudiantes y universitarios- viajaron hasta el Sureste Mexicano y unieron sus voces a las de los indígenas rebeldes en la comunidad de Amador Hernández.

Moción a la Moción. En su camino rumbo a Amador Hernández, a su paso por La Realidad, pude escuchar a varios hombres y mujeres representantes al CGH y de la base estudiantil de la UNAM. Les pregunté cómo veían su movimiento, su situación actual y sus perspectivas. Menudearon los discursos flamígeros llamando a tomar- conciencia- y- seguir- adelante- compañeros- la- lucha- es- por México- y- no- debemos- retroceder- ni- un- paso- atrás. Yo sé que da un poco de risa que eso nos lo digan a los zapatistas, pero no nos reímos, escuchamos y esperamos. Ya luego parece que se dieron cuenta que no estaban en el CGH y que se podía hablar, argumentar y, sobre todo, escuchar al otro.

Hablaron todos y cada uno, y todos escucharon. Fuera de un estudiante de Letras, la característica común era la falta de sentido del humor, cosa lamentable en quien lucha por un cambio y algo terrible en quien es joven. Pero todos fueron y son sinceros, creen en lo que hacen (algo cada vez más raro de encontrar en el mundo de la «política»).

Había quienes veían al movimiento desgastado y quienes lo veían bogante y en ascenso. Había quienes defendían la posición de mantenerse firmes en las demandas del movimiento y había quienes estaban por la flexibilización. Hubo muchas razones en uno y otro lado, todas buenas, de peso, reflexionadas y argumentadas. Sus palabras, actitudes y convicciones me parecieron muy lejanas a las que parecieran predominar en las maratónicas sesiones del Consejo General de Huelga. No sólo eso, uno y otro bando se quejaron de que en el CGH no se podía argumentar o discutir, que lo que predominaban eran los gritos y los insultos. Y uno y otro lado defendían al CGH como representativo y legítimo. «Y sin embargo se mueve» fue la frase que sintetizó la agridulce valoración que hicieron del CGH.

Hablé también. No, no les dije consignas. Les dije la verdad, que iban a ganar, que los respetábamos, que los queríamos, que los admirábamos, que seguíamos con atención lo que hacían y lo que dejaban de hacer. Que veíamos muchas cosas nuevas en ellos, y también muchas cosas viejas muy encerrados en sí mismos (todo gira alrededor del movimiento universitario, y si no gira pues debe hacerlo), falta de sentido del humor, seriedad acartonada, y, sobre todo, poco oído para el otro.

De notar el hecho de que, en la pintura del México nuevo que trazaban en sus alegatos, la palabra «indígena» no aparecía por ningún lado. «Falta que tengamos un lugar también con ellos», le dije a Tacho. «Falta», me respondió mientras ensillábamos los caballos.

«Y sin embargo se mueve» dije y me dije cuando regresó el primer grupo de Amador Hernández, con otro brillo en la mirada y hablando hasta por los codos de las comunidades indígenas zapatistas. «Hay de universidades a Universidades», le digo a Tacho mientras ensillamos los caballos. «Hay», responde sonriendo Tacho ya con el pie en el estribo.

Pero no fue sólo con Albores y sus ladridos con los que la UNAM y Chiapas mostraron sus coincidencias. Estas vienen de antes:

Mientras en Chiapas los protagonistas son indígenas mexicanos, despreciados y olvidados, en la UNAM el movimiento lo realizan jóvenes mexicanos igualmente despreciados y olvidados. En su inicio, abundaron las dudas de que el levantamiento zapatista fuera realizado con la fuerza de indígenas, y que esta sola fuerza haya sido capaz, como lo fue, de conmover el sistema político mexicano exhibiéndolo en toda su mediocridad; en la UNAM de 1999 se duda de que los jóvenes «de la generación X», los sin causa, organicen y lleven adelante una huelga que, en su fundamento, cuestiona la política privatizadora del Estado Mexicano.

Desde el inicio del alzamiento, las dos más grandes televisoras privadas claman por el aniquilamiento de los indígenas y, en complicidad con el gobierno y parte de la prensa escrita y radiofónica, organizan una campaña de desprestigio; en la UNAM y desde el inicio de la huelga, TV Azteca y Televisa se dedican con particular énfasis a calumniar a los estudiantes, las acompañan buena parte de la prensa nacional y la radio, el gobierno y Rectoría hacen la segunda voz. «Son sólo unos cuantos indios manipulados», gritan en la televisión, «son unos cuantos jóvenes holgazanes y manipulados», se desgañitan en TV Azteca y Televisa. El gobierno insiste en que detrás del levantamiento indígena hay «intereses oscuros”, “universitarios blancos», la «iglesia roja», «el prd»; Gobierno y Rectoría repiten una y otra vez que detrás del movimiento de huelga de la UNAM hay «intereses extrauniversitarios», «zapatistas», «el prd».

La demanda principal de los indígenas zapatistas es «AQUÍ ESTAMOS», «queremos un país que nos incluya, un país libre, democrático y justo, no luchamos por despensas ni molinos de nixtamal, nos levantamos en armas por un México mejor»; «AQUÍ ESTAMOS», «queremos un país que nos incluya, educación pública gratuita, no luchamos porque a nosotros no nos cobren el semestre, hicimos una huelga por la educación gratuita para todos los mexicanos», dicen los estudiantes de la UNAM. El gobierno ofrece láminas para techo y despensas a los alzados, «¿qué más quieren?, depongan las amas y ríndanse» claman en los medios de comunicación; Rectoría ofrece disfrazar las cuotas, «¿qué más quieren?, entreguen las instalaciones y ríndanse», gritan en los medios.

El gobierno pone de negociadores a personajes torpes, inexpertos, fascistas y represores, con instrucciones de reventar el diálogo; Rectoría pone una «comisión de enlace» autoritaria, intolerante, fascista, con instrucciones de reventar el diálogo. Los «abogados» de la ultraderecha, Carrancá y Rivas e Ignacio Orihuela demandan que se desconozcan los Acuerdos de San Andrés, exigen el empleo de la fuerza pública y la masacre de los indígenas alzados: Orihuela y Carrancá y Rivas exigen el uso de la fuerza pública en contra de los estudiantes en huelga. Zedillo, en los momentos más difíciles y complejos del diálogo, empeora todo con sus declaraciones amenazantes y su reiterado ultimátum al EZLN; Zedillo entorpece el diálogo entre autoridades universitarias y huelguistas con sus declaraciones y «torpedea» la propuesta de «los 8 eméritos» con la amenaza de usar «la fuerza legítima del Estado» si dicha propuesta no es aceptada.

Los intelectuales de derecha no escatiman tinta para pedir la intervención del ejército federal y la aniquilación de los zapatistas; los intelectuales de derecha exigen mano dura contra los huelguistas. La Coparmex exige la represión de los indígenas zapatistas; La Coparmex pide el cierre de la UNAM y la represión contra los que participan en el movimiento universitario. Una vez en el diálogo, el EZLN hace todo lo posible por mantenerlo y el gobierno hace lo suyo por romperlo; en la UNAM los estudiantes flexibilizan su propuesta y dan muestras claras de querer dialogar, y el gobierno y Rectoría hacen hasta lo imposible porque el diálogo fracase. El gobierno acusa al EZLN de intransigente y no querer el diálogo; Gobierno-Rectoría acusan a los estudiantes de intransigentes y no querer el diálogo. El Gobierno y sus plumas difunden la versión de que al interior del EZLN hay una línea «dura» que no quiere el diálogo y que se enfrenta a una línea «conciliadora»; el Gobierno y sus anexos difunden la versión de que el movimiento universitario está dividido entre «ultras» y «moderados» y la «mayoría de los huelguistas están siendo manipulados por los ultras», los «ultras», por su parte acusan a los medios de comunicación de aliarse a los «moderados» para «vender» la huelga.

Moción a la moción de la moción. Son varias las preguntas que flotan en torno al movimiento:

  1. ¿Por qué los maestros eméritos que se presentaron al CGH para explicar y argumentar la propuesta de «los 8», no les dijeron a los estudiantes que ni Rectoría ni el gobierno van a cumplir ningún compromiso? ¿No es cierto que cuando menos dos de los ocho eméritos de la propuesta de marras fueron asesores del EZLN en los Diálogos de San Andrés y uno de ellos estuvo en casi todo el proceso de diálogo y negociación? ¿Olvidaron decirles lo que ocurrió después de que el gobierno firmó los primeros acuerdos? ¿No es cierto que no cumplió, ni cumple ni cumplirá? ¿Es «ultra» pensar que Rectoría y el gobierno no van a cumplir su palabra, no importa que firmen o prometan lo que sea? Dicen los maestros eméritos que ellos se comprometen a poner en juego su autoridad moral para respaldar el cumplimiento de los acuerdos a los que se lleguen, pero ¿no olvidan decirles que los Acuerdos de San Andrés han movilizado a personas y organizaciones en todo el mundo, no sólo en México, que han puesto en juego su autoridad moral (igual o mayor que la de los eméritos) y el gobierno no ha cumplido? ¿No es cierto que intelectuales con todos los grados académicos imaginables, premios Nobel, cantautores, pintores, escultores, escritores, danzantes, actores, científicos, investigadores, líderes políticos y sociales, organizaciones no gubernamentales, gente de la calle o del campo, personas con nombre y rostro reconocido, y personas sin nombre y sin rostro se han movilizado en México y el Mundo para exigirle al gobierno que cumpla su palabra? ¿Lo ha hecho?
  2. Cuando menos dos de los ocho eméritos han dado clases de ética y escrito algunos libros sobre el tema. Días antes de que el CGH discutiera la propuesta de los 8 eméritos, el señor Ernesto Zedillo Ponce de León amenazó con el uso de la fuerza pública «si la generosa y lúcida propuesta de un grupo de maestros» no era aceptada, ¿es ético sostener una propuesta que necesita el argumento de la amenaza de la represión para mostrar su «generosidad» y «lucidez»?.
  3. En días pasados, el CGH «vetó» a varios universitarios de los llamados «moderados» impidiéndoles que hablaran a nombre del CGH o participaran en sus comisiones. El argumento fue que daban entrevistas, hacían declaraciones o publicaban sus posiciones en medios de comunicación. Miembros del «Heróico» (¡JA!) Comité de Huelga de Ciencias Políticas y Sociales han dado frecuentes entrevistas a periódicos nacionales y hasta visitas guiadas a reporteros (con descanso en el puestos de tacos), ocupando varias páginas (con fotos a color) en un semanario nacional, ¿por qué el CGH no hace lo mismo con ellos? Si el criterio de «veto» es el número de líneas ágata, ¿contó el CGH el espacio ocupado por los así llamados «moderados» y lo comparó con el usado por los supuestos «ultras»? ¿El método para ganar una argumentación es imponer el silencio a la parte contraria? El CGH, ¿se hace más fuerte «depurando» y convirtiéndose en un ente homogéneo? ¿Esa es la «universidad» que quiere el CGH? ¿No significan el Reglamento General de Pagos, el CENEVAL, y todo eso contra lo que se levanta el pliego de los 6 puntos, un intento de «depurar» la universidad y convertirla en un ente homogéneo con puros estudiantes «que sí puedan pagar»?
  4. El 4 de agosto de 1999, la policía del gobierno del Distrito Federal reprimió a estudiantes huelguistas de la UNAM. La foto de los jóvenes estudiantes obligados a estar de rodillas, con las manos en alto y contra una reja, rodeados de policías, las narraciones de las jóvenes vejadas por los «representantes de la ley», además de las declaraciones del señor Cárdenas después de la represión (declaró que es «un aviso para que se tome conciencia sobre la necesidad de reanudar el diálogo» golpear para dialogar, remember Chiapas), resolvieron muchas dudas que había que en las montañas del Sureste Mexicano, pero ¿por qué el silencio de los intelectuales de izquierda? ¿Tolerancia e inclusión para todos menos para «los ultras» (además los reprimidos no eran «ultras», sino estudiantes sin «corriente»)? La izquierda hoy en el gobierno del DF, ¿no era «ultra» apenas ayer?
  5. Lo escrito por un intelectual del PRD en una columna periodística de que hay que levantar la huelga porque el conflicto en Chiapas requiere de toda la atención, ¿no es una excelente muestra de que ser intelectual no significa ser inteligente?
  6. Contra el movimiento de huelga de la UNAM en la izquierda perredista se argumenta que ya lleva mucho tiempo, que afecta la imagen de Cárdenas, que distrae atención de Chiapas, y que es de nacos (no lo dicen así, para eso está el más cómodo de «ultras»), ¿no hay ningún argumento coherente y razonable para pedir el levantamiento de la huelga? (digo, además de que ya lo negociaron).
  7. Además de ser la arena de competencia entre «ultras» y «moderados» a ver quién dice la porra más «ingeniosa», a ver quién manipula mejor, a ver cómo y en dónde se cobran las «derrotas» o se restriegan las «victorias», ¿el CGH sigue siendo la cabeza visible, representativa y legítima del movimiento universitario?

Como prueba de que, al menos en los zapatistas, hay conciencia de la importancia del movimiento universitario, aprovecho este viaje para hacerles llegar algunas cartas que les mandan compañeros del EZLN y que se explican por sí solas. Se las mando tal cual, respetando la redacción y ortografía originales. Sale pues, van sin anestesia previa:

I. De Omar, indígena tzeltal, base de apoyo del EZLN:

* Compañeros(as) y amigos(as) estudiantes. Los saludo con un afecto especial de amigos luchadores por una vida más justa. Deceando al todo poderoso que así sea estén bien de salud. Después de mi humilde pero sincero saludo paso a lo siguiente.

Un saludo especial al Consejo general de Huelga y a toda su base de estudiantes. Mucha fe y mucha fuerza y asta victoria.

No he tenido la oportunidad de conocerlos y estrechar nuestras manos de luchadores por una vida mas útil y justa.

Amigos sus luchas es nuestra lucha y no están solos aparte del señor, estamos con ustedes.

Los invito a que continúen asta la victoria y así ser lo que desean.

Que hermoso es morir haciendo el bien pero gacho es morir por hacer el mal.

Nadie nos ara darlo si nuestro afán es bueno, justo y valiente.

Desde las montañas del sureste chiapaneco Aguascalientes IV.

Omar».

II. De unas bases de apoyo del EZLN

«Fecha: Julio.

Asunto: Apollando

Las bases de Apoyo del EZLN Ejército Zapatista Liberación Nacional, internacional, estamos apoyando hermanos estudiando de la UNAM universidad autónomo de México, ustedes no están solos, estamos con ustedes.

Ustedes con nosotros, nosotros con ustedes. No tengan temor. Hermanos estudiantes, ya basta en las injusticias del mal gobierno, de nuestro país queremos la democracia para todos en la nación, donde aya libertad y dignidad para todos los estudiantes la UNAM debería ser gratuita, ay que luchar hermanos estudiantes recuerden que los bases de apoyo del EZLN del sin temor porque queremos la dignidad y la igualdad de nuestra nación e internacional. Hermanos estudiantes estaremos con ustedes cualquier instante.

Un saludo todo, hermanos estudiantes.

Los bases de apoyo del EZLN.

Ejército Zapatista de Liberación Nacional».

 

III. De Veto (no sé si así escribe su nombre el compa o es que está siendo irónico respecto a las últimas decisiones del CGH), base de apoyo del EZLN. Esta carta llegó con todo y sobre (pero sin estampillas), en él se lee: «Pensar es difícil, actuar es más difícil todavía, pero actuar como se piensa es lo más difícil del mundo». «Para la UNAM y Consejo General de Huelga».

«Estimados hermanos y hermanas
Jóvenes estudiantes todos

Al Consejo General de Huelga
PRESENTE

Reciban todos c/uno de ustedes un cordial y cariñoso saludos, esperando que como siempre, resuene sus voces en un solo ideal…

«La educación no es de quien la imparte o la reciba, sino de quien la defiende».

Pues si estimados hermanos; quiero en primera línea decirles que su lucha es nuestra lucha: ¡No a la privatización de la educación!… ¡No a las p… de Barnés y de sus títeres tras él.

Tomemos con valentía a nuestras justas demandas y en un solo corazón unamos nuestro esfuerzo, levantemos la verdad: EDUCACION PUBLICA Y GRATUITA, esa verdad es nuestra bandera.

Todo nuestro apoyo está con las demandas que ustedes exigen, Por estas y tantas razones, nos pronunciamos a favor de una mejor educación.

Sabemos que están muy claros y concientes en la lucha, no es por demás decirles que aunque las cosas suelan ir mal, no hay que desistir. Ni un paso atrás, muchos pasos hacia delante.

Con la conciencia clara, honesta y franca, están derrocando a esa podredumbre de burócratas, porque lo único que saben decir y hacer, es mentir, sí, hacer de la verdad mentira.

Que vergüenza para quienes se consideran formadores políticos de la UNAM, grandes eminencias según ellos, hombres educados, pero resulta que los hombres verdaderos y la patria, lo ha calificado como los más corruptos, los más déspotas, hombres, políticos o como quiera que le designe, solo son vacíos como los globos al vacío, con su único interés como la bestia del mal.

Me entristece y es lo más vergonzoso en la humanidad, ver a una máquina despreciada (a lo mejor odiada) como lo es los medios de información, ¡Claro! Algunos; Te Ve Azteca por ejem.

¡HERMANOS TODOS!

Nos enorgullece ver a esa juventud llenos de victoria,
¡Ver a un muchacho con el puño en alto…!
¡Ver a una señorita con la victoria hasta la vista…!
Sí mis hermanos: ¡Hasta la victoria siempre!!

Desde las montañas del sureste chiapaneco, Aguascalientes IV.

Su amigo y hermano en pie de lucha

Compañero Veto.
Base de apoyo del EZLN».

 

Creo que estas cartas sintetizan muy bien lo que ustedes representan para nosotros, y son una muestra de hasta qué punto la UNAM y Chiapas no son espejo una de la otra, sino síntomas de algo que está emergiendo.

«Estudiantas» y estudiantes de la UNAM:

Sé bien que ahora no la tienen fácil (pero, por otra parte, ¿Cuándo la han tenido fácil?), y que los días que siguen (como los que los han precedido) requerirán mucha imaginación y audacia. Sabemos que ustedes saben que la firmeza no está reñida con la inteligencia, y que la razón y el convencimiento no tienen qué ver con el volumen a la hora de exponer los argumentos.

Moción a la cuarta potencia.­ Ya por terminar esta carta, conocimos la del Comité de Huelga de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM (publicada en La Jornada, 19 de septiembre de 1999, dirigida «al pueblo de México». Le aclaramos «al pueblo de México» que los zapatistas NO somos hermanos del «heroico» (¡JA!) Comité de Huelga de Ciencias Políticas y Sociales (nos falta mucho para poner «heroico» antes del «EZLN» sin ruborizarnos un poco siquiera). Sobre lo de que «La Jornada» está «al servicio del PRD», pues ya lo dicen el gobierno y su prensa. Una duda: eso de que «no nos queda otra cosa que la prensa underground», ¿quiere decir que en la prensa underground se puede escribir con mala redacción y faltas de ortografía? Otra duda: como amablemente nos comunica el «heroico» (¡JA!) comité de Huelga de Políticas, La Jornada y Proceso están aliados a la burguesía reformista, ¿entonces Milenio, que les ha dado amplia cobertura, varias páginas y fotos a color, está aliado al proletariado revolucionario? Que conste que no tengo nada contra Milenio (ellos si nos invitaron a su aniversario ­y La Jornada no-, lo que pasa es que llegó tarde la invitación), pero ignoraba su carácter insurreccional (cosas veredes Sancho).

Yo sé que ya lo saben, si se los digo es sólo para que no lo olviden; nosotros, los zapatistas, entendemos su lucha, la apoyamos y, aún cuando todos los abandonen, nosotros estaremos a su lado. No sólo porque es nuestro deber, pero también porque lo es.

Vale. Salud y no se olviden que algunos de sus compañeros y compañeras están en Amador Hernández y tienen enfrente a 500 soldados armados hasta los dientes, (pero nos tienen a nosotros de su lado, así que van de gane).

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos

México, Agosto-septiembre de 1999.

P.D. QUE NO HACE NADA POR LA RIMA.­ Llegaron el Olivio y el Marcelo (7 años aproximadamente) y me dijeron: «Oí Sup, ya lo hicimos una consigna de la lucha ¿vos la vas a oír?» No me dejaron responder, se miraron y empezaron, bastante disparejos a decir: «¡Uva, limón y pistache. Uva, limón y pistache. Vivan la UNAM y el EZLN!»

Yo puse la misma cara que deben estar poniendo ustedes. El Marcelo lo volteó a ver al Olivio y dijo «¿Acaso lo gusta el pistache? ¡Es nuez!» «¡Sale!» dice el Olivio y vuelta los dos ahora con: «¿Uva, limón y nuez. Vivan la UNAM y el EZLN!». Yo aplaudí, ¿qué otra cosa podía hacer?

 

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