Ejército Zapatista de Liberación Nacional
México.
CLAUSURA DEL ENCUENTRO «MAGISTERIO DEMOCRÁTICO Y SUEÑO ZAPATISTA»
1º. de Agosto de 1999.
Maestras y maestros:
Durante estos dos días, diversas posiciones se han manifestado sobre los temas del encuentro. Sin embargo, todas giran en torno a un mismo eje: la necesidad de la palabra que se encuentra y, a través de ella y por ella, movimientos que se encuentran y se descubren andando hacia un mismo destino, enfrentando los mismos obstáculos, sufriendo las mismas agresiones de los mismos enemigos de siempre.
Se pudiera decir que el puente que une a un promotor de educación indígena, como los que ayer hablaron aquí frente a ustedes, con una maestra o maestro de primaria o secundaria de Baja California, de Jalisco, de Veracruz, de Guanajuato, del Estado de México, de Chiapas o del Distrito Federal, es la misma pesadilla que el poderoso impone; bajos salarios, represión como respuesta a sus demandas, falta de democracia sindical, malas condiciones laborales, planes de estudio absurdos e inútiles, métodos pedagógicos incapaces y opresivos, alumnos que no tienen las condiciones mínimas que les permitan dedicarse a la escuela como se de y necesita. Tantas y tantas cosas que ustedes expusieron en sus ponencias y que han salido en pláticas formales e informales.
Sí, una misma pesadilla unes al magisterio de todo el país. Pero no sólo. También, según hemos descubierto en este encuentro, el puente que une al magisterio democrático tiene mucho de sueño.
Y es éste sueño el que convierte al puente inicial del magisterio democrático en múltiple y, sin quererlo, ya se desembarcan sueños hacia obreros, electricistas, estudiantes universitarios, indígenas rebeldes, campesinos sin tierra, amas de casa inconformes, colonos inquietos, comunidades eclesiales de base luchando el compromiso con los pobres, religiosos y religiosas honestos, artistas e intelectuales hartos de la jaula de oro en la que el Poder los mantiene, homosexuales y lesbianas perseguidos, mexicanos y mexicanas que dicen y se dicen, que murmuran, que a veces gritan, «!Ya basta!»,
Y si ahora hablo de puentes es porque quiero recordarles que nadie en este país, tiene mejores oportunidades y mejores herramientas para tender puentes que los maestros y maestras. Además de sus demandas propias, el magisterio es espejo y ventana de lo que ocurre en todo el país, por ellas y ellos se miran las contradicciones y contrastes de un país puesto en venta por una banda de ladrones, pero que se resiste a morir como Nación.
Nosotros los maestros democráticos podemos hacer esos puentes. Si hasta ahora no los hemos hecho es porque estamos aún encerrados en nuestros propios horizontes que, aunque amplios, no a todos incluyen, o porque nos hemos olvidado que ser maestra o maestro es ser también hacedores de puentes. ¿He dicho «nosotros los maestro democráticos»?
Un momento, ¿no somos indígenas rebeldes , zapatistas, transgresores de la ley de gravedad y de las otras, piedras en el zapato del poderoso, incómodos testigos de los desfiguros de la clase política, desafiantes críticos de la vieja política, soldados que combaten para que no existan los soldados, seres nocturnos sin rostro y sin nombre, sombras de las sombras, muertos necios y habladores, soñadores, utópicos irremediables, irreverentes, y otros etcéteras que ahora se me escapan pero que se pueden encontrar en cualquier columna, revista, noticiero o comentarista con los que el gobierno repite mentiras que ni él cree?
Sí, somos todo eso y más. Pero también somos maestros democráticos y trabajadores electricistas y estudiantes universitarios y trabajadores de la ciudad y del campo y artistas e intelectuales y religiosos y religiosas y colonos y homosexuales y lesbianas y mujeres y hombres y niños y ancianos comunes y corrientes, es decir, rebeldes, inconformes, incómodos, soñadores.
Por eso, lo más importante que les queremos pedir los zapatistas es que nos vean como otra sección sindical democrática. Que no nos vean como alguien al que hay que ayudar porque pobrecitos, por lástima, por limosna, por caridad.
Queremos que nos vean como sus compañeros compañeras, dispuestos como el que más a movilizarnos y apoyar las luchas del magisterio. No sólo porque sus demandas son justas y porque ustedes son personas buenas y honestas, también y sobre todo porque también son nuestras demandas.
Porque nada estará completo ni acabado si el magisterio sigue oprimido por el charrismo sindical, si continúan las malas condiciones laborales y los bajos salarios, si la educación sigue siendo para reproducir oprimidos y opresores, si la escuela sigue estando, para millones de mexicanos, tan lejos como una vivienda digna, un salario justo, un pedazo de tierra, una alimentación suficiente, una salud cabal, una libertad de pensamiento y asociación, una democracia popular, una independencia auténtica y una paz verdadera.
Ahora, aprovechando que están aquí, queremos pedirles algo especial. Queremos pedirles que apoyen al movimiento estudiantil de la UNAM y a la lucha del Sindicato Mexicano de Electricistas. El uno en contra de la privatización de la educación y el otro en contra de la privatización de la industria eléctrica. Actualmente los estudiantes están siendo víctimas de una feroz ofensiva gubernamental y de los medios de comunicación electrónica al servicio de los poderosos. La lucha de los estudiantes y su cabeza colectiva, el Consejo General de Huelga, es también la lucha de todos nosotros y no se les debe escatimar apoyo alguno. Les pedimos no solo que los apoyen, también que se los hagan sentir, que sepan ellos y ellas que los maestros y maestra democráticos apoyan su lucha y la hacen suya.
Maestras y maestros democráticos:
El EZLN es ejército y es zapatista, sí. Pero también es de «Liberación Nacional». Y eso quiere decir no sólo que su lucha abarca todo el país, también significa que su lucha es por y para todos los mexicanos y mexicanas.
Quiere decir que nuestra lucha es también por los maestros y maestras, pero sobre todo quiere decir que las luchas del magisterio son también nuestras luchas.
Queremos que entiendan que ustedes han tendido un puente hacia los zapatistas. Y que los puentes son para cruzarlos sí, pero para cruzarlos a ambos lados.
Y este puente que tiene mucho de sueño y realidad desvelados, fue hecho para que ustedes vengan a nosotros, pero también para que nosotros vayamos hacia ustedes.
Ahora recuerdo lo que comentaron los compañeros y compañeras delegados zapatista a la Consulta del 21 de marzo pasado cuando regresaron. Ellas y ellos decían «las maestros y los maestros nos recibieron muy bien, son compañeros y compañeras». Para nosotros es más que una medalla, un diploma, una diana o un homenaje. Es un compromiso, y más que nada es un compromiso de nosotros hacia ustedes.
Por eso les pedimos que nos vean como nosotros los vemos, como compañeros y compañeras. Que sigamos encontrándonos directamente, sin intermediarios. Sea que ustedes vengan o sea que nosotros vayamos. Vengan como secciones sindicales, como grupos escolares, como individuos, como tendencias, como organizaciones magisteriales, como quieran. Manténganos informados de sus luchas, de sus demandas, de sus problemas y de sus triunfos. Unos y otros son también nuestros.
Vengan a las comunidades, traigan a sus demás compañeros y compañeras, a sus familias, a sus alumnos. Todos y todas serán bien recibidos. Si quieren también traigan a sus líderes charros, ésos no serán bien recibidos, pero no es mala idea para deshacerse de ellos.
Hermanen sus escuelas con las de las comunidades. Hermanen sus secciones sindicales con comunidades y municipios autónomos. No dejen que se pierda el puente o que solo se quede en un sueño (o una pesadilla, según el asiento que le tocó y tocará a cada uno en el viaje de venida y de regreso).
Que tiemblen los poderosos allá arriba, que sepan que los maestros y maestras democráticos del sindicato más grande América y los zapatista se están encontrando, se están descubriendo y se están poniendo de acuerdo en algo peligrosamente subversivo, revolucionario y desestabilizados: en luchar juntos por la democracia, la libertad y la justicia para todos los mexicanos y mexicanas.
Vale. Salud, buen viaje y, si es necesaria una referencia más clara, de aquí en adelante ésta es la Sección 1,111 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la educación, que es como también se conoce al magisterio democrático en México.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos
México, Agosto de 1999.
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