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Palabra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Jun241999

La historia de la Vía Láctea 

Ejército Zapatista de Liberación Nacional
México.

A la prensa nacional e internacional:

Damas y caballeros:

Va texto con nuestra posición sobre los últimos acontecimientos. En el dado caso de que lo arrumben en internet o lo olviden en su casa, ahí cuando menos avisen que algo salió. Gracias pues.

Nosotros no tenemos automóviles, ni circulamos por el periférico, pero acá encendimos velas para decir que sí apoyamos el movimiento de huelga de la UNAM. Y no nos importa que nos sigan atacando con policías y soldados, y que ocupen más poblados, y que continúen deteniendo arbitrariamente indígenas acusados de ser zapatistas, nosotros vamos a seguir apoyando a los estudiantes universitarios simple y sencillamente porque les asiste la razón.

Vale. Salud y, antes de que boten el comunicado en un rincón, ¡feliz dos mil! ¿O qué?

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos

México, junio de 1999.

P.D. Ya no entendí nada. ¿O sea que, para el gobierno, el »New York Times» es el periódico más importante e influyente del mundo si aplaude la política económica de Zedillo, y cuando da nombres de políticos mexicanos vinculados al narcotráfico (Liévano, Hank) entonces es un panfleto al servicio de oscuros intereses que buscan dañar a México? Como quiera, y de consuelo, el Secretario de Gobernación se fue a fotografiar en un palco futbolero con uno de los »presuntos», Hank González.

P.D. QUE ESCARBA. Total, que debajo de la campaña »elimina un ultra» (o un huelguista universitario), del temblor, de la ejecución de Paco Stanley, de la visita del más grande criminal del país (Carlos Salinas de Gortari -digo, si el tema es la seguridad pública, hay que reconocer que hay de criminales a criminales-), de la carrerita de Zedillo para esconderse en Guadalajara, y del »blindaje» financiero, quedó sepultado el caso del apoyo económico de Cabal Peniche a la campaña de Zedillo con dinero del narcotráfico.

P.D. QUE BUSCA UN SALVAVIDAS. Según se sabe, los barcos que se »blindan»… se hunden.

P.D. CURIOSA. ¿Qué precandidato del PRI acaba de declarar que no se le considere como neoliberal y en la Secretaría de Energía, Minas e Industrias Paraestatales, en el periodo de 1982 a 1986, intervino en el proceso de venta de más de 300 organismos estatales?

2000

«Pero hay un rayo de sol en la lucha
que siempre deja la sombra vencida»
Miguel Hernández

1999, 24 de junio. Ya la noche de San Juan reina en las montañas del Sureste Mexicano. Y reina como es ley, es decir, lloviéndose. Vientos marinos trajeron hasta lo alto de esta ceiba una cajita de recuerdos. De una de las comisuras de la abierta boca del cofrecito sobresale una serpentina de luz y, con ella, una historia. En ella se aparece de pronto, como lluvia nocturna, el Viejo Antonio y, como si tal cosa, me pide fuego para encenderse el cigarro y la memoria. Por encima del rudo tamborileo de la lluvia sobre el techo de nylon, se levantan las palabras del Viejo Antonio para, puesto que recuerdos y luminosas serpentinas, contar…

LA HISTORIA DE LA VIA LACTEA

Antes de que la lluvia desnude a la montaña, allá arriba se ve un largo camino de luz polvosa. Desde allá viene y se va hasta allá, dice el Viejo Antonio con apenas un gesto de un lado a otro. »Vía Láctea» dicen que se llama, o también lo nombran »Camino de Santiago». Dicen que son muchas estrellas que a saber por qué se dan en estarse juntas y pequeñitas, haciéndose hendidura y caminito en el ya de por sí agujereado cielo. Dicen, pero no así es, dicen también. Cuentan los más viejos de nuestros viejos que eso que se ve allá arriba es un animal herido.

Hace una pausa el Viejo Antonio, como esperando la pregunta que no hago: ¿un animal herido?

Hace muchos tiempos, cuando ya los dioses más primeros se habían creado el mundo y se la pasaban haraganeando, los hombres y mujeres se vivían la tierra trabajándola y botándola y así se la pasaban. Pero cuentan que un día, en un pueblo se apareció una gran serpiente que se alimentaba de hombres. O sea que sólo se comía a los varones, a las mujeres no las comía. Y ya luego que se comía a todos los hombres de un poblado, se iba a otro y hacía lo mismo. Rápido se avisaron los pueblos entre sí de este gran espanto que les llegaba y muchos miedos platicaban de esa gran culebra, que si era tan gorda y larga que alcanzaba a rodear a todo un poblado, como una pared que no dejaba ni entrar ni salir, y que ahí nomás decía que si no le daban a todos los varones nomás no dejaba salir a nadie, y así algunos se rendían y otros peleaban, pero grande era la fuerza de la culebra y siempre ganaba. Con miedo se vivían los pueblos, esperando nomás el día en que les iba a tocar que llegara la grande culebra a comerse a todos los hombres, enteros se los tragaba la serpiente. Cuentan que hubo un hombre que logró escapar de la serpiente y se fue a refugiar en una comunidad que ya de por sí había sido atacada. Ahí, delante de puras mujeres, el hombre habló de la culebra y de que había que luchar para derrotarla porque mucho era el daño que hacía en estas tierras. Las mujeres se dijeron ¿qué podemos hacer si somos mujeres?, ¿cómo vamos a pelear contra ella sin hombres?, ¿cómo vamos a atacarla si ya no viene para acá porque ya no hay hombres, todos los comió ella?

Se fueron las mujeres, muy desanimadas y tristes. Pero una quedó y se acercó al hombre y le preguntó qué cómo pensaba que podía pelearse contra la culebra. El hombre dijo que no sabía pero que había que pensar cómo. y, juntos, el hombre y la mujer se pusieron a pensar y se hicieron un plan y se fueron a llamar a las mujeres para decirles el plan y todas estuvieron de acuerdo.

Entonces sucedió que el hombre se empezó a mostrar sin pena por en medio del pueblo y de lejos lo miró la serpiente, porque muy buen ojo tenía esta culebra que lejos veía. Y entonces se llegó la serpiente y rodeó con su largo cuerpo el poblado y dijo a las mujeres que le entregaran a ese hombre que andaba ahí o si no pues no iba a dejar que nadie entrara o saliera. Las mujeres dijeron sí te lo damos, pero tenemos que reunirnos para sacar acuerdo. Está bueno, dijo la culebra. Y entonces las mujeres se pusieron en círculo alrededor del hombre y como eran muchas pues el círculo se iba haciendo más y más grande, hasta que topó de por sí con el círculo que el cuerpo de la serpiente tenía en torno al pueblo. Entonces el hombre dijo está bueno, me entrego. Y se caminó hacia la cabeza de la serpiente y, cuando la culebra se entretenía comiendo al hombre, todas las mujeres sacaron palos filosos y empezaron a picar a la culebra en todo el cuerpo y, como eran muchas y estaban en todas partes y tenía la boca llena con el hombre que comía, la serpiente no podía defenderse. Y nunca pensó que los débiles la atacarían de tal forma y en todas partes, y pronto se vio muy débil y derrotada. Y dijo entonces: perdónenme, no me maten. No, dijeron las mujeres, te vamos a matar de por sí porque mucho mal haces y te comistes a todos nuestros hombres. Hagamos un trato, dijo la culebra, si ustedes no me matan de una vez entonces yo les regreso a sus hombres porque de por sí los tengo en mi panza. Y entonces las mujeres pensaron que está bueno, que no la mataban, pero que la gran serpiente ya no iba a vivir en esas tierras y que sería expulsada. Entonces la culebra dijo: pero dónde voy a vivir y qué voy a comer, no hay trato. Y entonces estaban ahí con este problema cuando la mujer primera dice que hay que preguntarle al hombre que vino, a ver qué piensa y le dice a la culebra: suéltalo al hombre que acabas de comer y vemos si tiene una idea de cómo podemos hacer. Soltó la serpiente al hombre que ya estaba medio muerto y medio vivo y con trabajos habló el hombre y dijo que había que preguntar con los dioses primero a ver qué se podía hacer, y que él podía ir a buscarlos porque ya estaba medio vivo y medio muerto. Y fue el hombre y encontró a los primeros dioses dormidos bajo una ceiba y los despertó y les contó el problema y los dioses se reunieron para pensarse y sacar un buen acuerdo y ya entonces fueron a ver a la serpiente y a las mujeres victoriosas y escucharon y dijeron que la culpa era de la serpiente y que debía ser castigada, que devolviera pues a los hombres que había tragado y que no moriría, y la culebra vomitó a todos los hombres de todos los pueblos. Y entonces los dioses dijeron que la serpiente tenía que irse a vivir a la montaña más alta y que, como cabía en una sola montaña pues tenía que usar dos montañas, las más altas del mundo, y en una tendría la cola y en otra la cabeza, y de comida comería luz de sol y las miles de heridas que le habían hecho las mujeres guerreras no iban a cerrar nunca y ya se fueron los dioses y ya se fue triste la culebra, la gran serpiente, a las montañas más altas y en una puso la cabeza y en otra la cola y extendió su largo cuerpo de lado a lado del cielo y, desde entonces, come de día la luz del sol y de noche esa luz se le derrama por todos los agujeritos de sus heridas.

Pálida es la serpiente, por eso no se mira de día, y por eso de noche sólo se alcanza a ver la luz que se le va cayendo y la deja vacía hasta que, al otro día, el sol la alimenta de nuevo. Por eso dicen que esa larga línea que brilla de noche allá arriba, no es sino un animal herido…

Eso me cuenta el Viejo Antonio y entiendo entonces que la Vía Láctea no es más que una larga serpiente de luz, que de día se alimenta y de noche se desangra.

Ha dejado de llover en esta noche de San Juan. Pronto el cielo se tornó moreno claro y claro se alcanza a ver que una serpentina de luz cuelga de la gruesa figura de mil heridas, de lado a lado, de uno a otro horizonte. Suave cae el plateado cairel en lo alto de esa ceiba que allí abajo gotea otra lluvia hacía más abajo. Del espejo sin rostro que en ella desvive, rebota el brillo y va más lejos, hasta allá, hasta ese rincón donde detrás de una sombra se ve…

  1. LA EDUCACION PÚBLICA EN LA MIRA DEL FUSIL

»La vida se libraba, ¡con qué gesto!
De morir, ¡con qué arte!»
Miguel Hernández

En octubre de 1998, se realizó en París, en la sede de la UNESCO, la Conferencia Mundial de Educación Superior. En esta reunión, el Banco Mundial fijó su posición respecto a lo que debía ser la reorganización de la educación superior en el planeta. En forma apretada, ésta es la propuesta de la globalización de la educación superior.

Para el Banco Mundial es necesaria una renovación »radical» de la educación superior, de modo de transformar la universidad »clásica» o »tradicional» (cuyo fundamento es la docencia y la investigación) para que responda a las demandas del mercado neoliberal, es decir, define la educación superior como un bien privado, como cualquier bien o servicio de los que ofrece el mercado. Conforme a esto hay que redefinir a los actores del proceso educativo superior. Los »consumidores» son las empresas, los »proveedores» son los administradores y profesores, y los »clientes» son los estudiantes. En este caso, dice el Banco Mundial, los »proveedores» no saben qué es lo que conviene al mercado, los »consumidores» saben mejor que nadie qué es lo que »vende», entre otras cosas porque ellos son los »compradores».

Un primer paso es convertir la universidad en una empresa autofinanciable. Para esto, el Banco Mundial recomienda el aumento de colegiaturas, la eliminación de becas totales o parciales, el cobro total de servicios y apoyos universitarios, préstamos y cobro de éstos al interés bancario vigente a través de compañías privadas, impuesto a graduados, reorientar la formación de profesores para convertirlos en empresarios, venta de investigaciones y cursos, y aumento y promoción de las universidades privadas. La toma de decisiones en la educación superior debe pasar, según el Banco Mundial, a los consumidores.

El Banco Mundial asienta que los gobiernos y los universitarios no son sensibles a las necesidades del mercado global. Por esto se propone cambiar la asignación de presupuestos según criterios clásicos (matrícula y prestigio), a los criterios por rendimiento según lo que indiquen los consumidores. Es decir, las universidades deberán reorientarse (es decir, re-asignar presupuestos) según las necesidades de los «consumidores» (las compañías privadas). El Banco Mundial ubica al profesorado como un elemento a «reajustar» según este criterio mercantil. La libertad académica y la definitividad son un estorbo, igual los sindicatos y asociaciones académicas. Es decir, se necesitan menos académicos e investigadores, y «diferentes» académicos, investigadores, trabajadores manuales y administrativos. En suma: readiestramiento y reestructuración. (Todo esto se detalla en el Boletín de Canadian Association of University Teachers, traducción de Luis Bueno Rodríguez, UAM-I).

Es obvia la coincidencia de este planteamiento con la ofensiva privatizadora y reclasificadora que el gobierno de Zedillo ha dirigido en contra de las universidades públicas del país. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), están ahora en la mira del fusil gubernamental. En grados diversos y con matices, estos institutos de educación superior están sufriendo los embates de una «modernización» que no pretende sino liquidar el concepto de universidad pública.

El ataque privatizador que busca «refuncionalizar» la educación pública superior ha encontrado firmes resistencias de parte del estudiantado, aunque es evidente que son los sectores académico, investigador y administrativo los que son el objetivo principal.

El haber elegido a la universidad pública como blanco prioritario de sus disparos no es inocente en el gobierno. Abatiendo este blanco, otros se presentan más a modo para ser derribados: la historia, la electricidad, el petróleo.

Para privatizar el patrimonio cultural está la Iniciativa de Ley General del Patrimonio Cultural, cuyo objetivo es redefinir la política cultural del gobierno y extender la ola de privatizaciones a los monumentos y zonas arqueológicas, artísticas e históricas de México. La iniciativa de ley en cuestión es un auténtico erizo: sus puntas no sólo hieren al patrimonio cultural histórico mexicano, también atentan contra la investigación antropológica e histórica, la docencia y, por supuesto, contra uno de los movimientos estudiantiles más constantes y combativos en México, el de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Por eso el movimiento estudiantil, no sólo el de la UNAM, también el de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, la UAM, la Pedagógica Nacional y el Poli, enfrentan tantas y tan variadas fuerzas que lo agreden. Y el desconocimiento de lo que esconden las «reformas» que sus autoridades impulsan, es una de las razones por las que se les ha, no sólo escatimado apoyo, sino atacado por parte de sectores que serán los más afectados si esas «modernizaciones» tienen éxito.

Por eso, hoy están…

  1. LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS EN LA MIRA DEL FUSIL

«Pero la cicatriz más dura y vieja reverdece en herida al menor golpe»
Miguel Hernández

En los últimos días, alguna prensa de todo el espectro político se ha unido al gobierno y a Barnés en la afirmación de que los «ultras» (así los llaman) tienen la culpa de que no se levante la huelga. Los llamados «moderados», en ese apresurado repartir etiquetas con el que la «inteligentzia» oculta su ignorancia y su falta de análisis serios, claman justicia. Se quejan de hostigamientos (les gritan, pues) y de amenazas (les dicen «vendehuelgas»), y llaman a todos a una santa cruzada en contra del principal enemigo del movimiento universitario. ¿El Banco Mundial? ¿La política de Barnés? No, la «ultra».

El clamor demandando justicia ha encontrado rápido eco en personas con clara vocación democrática, justiciera y libertaria: Ernesto Zedillo Ponce de León, Francisco Barnés, Diódoro Carrasco, Francisco Labastida, Guillermo Ortega, Abraham Zabludovsky, Ricardo Salinas Pliego, Javier Alatorre, Sergio Sarmiento, y otros venerables y venerados «defensores» de la universidad pública y gratuita.

Incapaces de ganar para sus posiciones a las bases estudiantiles (que son LAS que estallaron y mantienen la huelga), los neo-desplazados de las asambleas se refugian en algunos medios de comunicación para tratar de conseguir ahí lo que perdieron en el movimiento estudiantil, es decir, autoridad moral, legitimidad, credibilidad. Los medios que «redescubrieron» en el caso Stanley el aumento en ventas que los escándalos producen, se han unido en este absurdo frente amplio en contra de los universitarios en huelga, presentando el movimiento en su conjunto bajo la imagen y semejanza, trabajada especialmente para su ridículo, de algunos estudiantes de las corrientes más radicales que se encuentran, junto a muchas otras, en el seno del movimiento.

El unánime clamor en contra de los linchamientos en prensa, que se elevó cuando TV Azteca y Televisa usaron la ejecución de Stanley para movilizar a la opinión pública en contra de Cuauhtémoc Cárdenas, ha sido sustituido por este nuevo linchamiento, ahora en contra de los estudiantes universitarios. No sólo eso, quienes ayer se quejaron amargamente de la forma en que los medios electrónicos «lincharon» a Cárdenas, hoy se apresuran a encabezar la campaña de desprestigio en contra de los estudiantes.

De pronto, los estudiantes huelguistas son sufridas ovejas conducidas por un perverso pastor (que enseña la barriga, ¡horror!), y sólo esperan ser rescatadas por la clara inteligencia que entiende que «no-es-el-momento-para-radicalismos». Vueltas que da el mundo, los argumentos que ayer las autoridades usaron en contra de ellos (cuando encabezaban los movimientos), son ahora esgrimidos frente a estos enemigos «ultras» que son, es innegable, muy cómodos, dan la coartada perfecta que justifica la falta de argumentos para las posiciones propias y la falta de ascendencia moral en un movimiento que, ¿no se dan cuenta?, es nuevo en su fondo y en su forma.

¿Un poco de historia? Cuando el PRD gana las elecciones en el DF, toda una camada de líderes incrustados en los movimientos sociales (y con innegable ascendencia política en ellos) pasó a funciones de gobierno en la Ciudad de México. En la universidad ya existía la «ultra» (¿hubo algún tiempo en que no existiera?) y sus posiciones y argumentos no variaban (ni los gritos ni las acusaciones de «vendehuelgas») en mucho de las de ahora. Sin embargo, la ascendencia moral de los líderes estudiantiles les daba la mayoría. Al abandonar el movimiento universitario para cubrir, primero, trabajos de la campaña electoral, y, después, funciones de gobierno, los líderes universitarios ligados al Partido de la Revolución Democrática dejaron un espacio desocupado.

El tiempo, ¿es necesario recordarlo?, pasa, el espacio es llenado de nuevo. Pero ¿por qué engañarse y engañar diciendo que ese espacio ha sido ocupado por la «ultra», si saben muy bien que ningún grupo o tendencia de las que se mueven dentro de la UNAM puede mantener una iniciativa si no hay apoyo estudiantil? En este caso, ni siquiera la «ultra» dirige (y ellos lo saben) y una nueva generación está en la universidad planteando no sólo la renovación del liderazgo estudiantil, sino también la concepción misma de ese liderazgo.

¿Los estudiantes se gritan en las asambleas y se amenazan? ¿Y en el Congreso de la Unión? ¿No son los diputados y senadores el máximo poder de la federación? ¿No han llegado hasta los golpes?

¿Los estudiantes se pasan horas y horas en asambleas, discutiendo sin llegar a acuerdos? ¿Era diferente cuando los «moderados» lidereaban el movimiento?

Si la «ultra» es un grupúsculo sectario, intolerante y vanguardista, y si la «ultra» es la que impide que la huelga se levante, ¿cómo puede un grupúsculo mantener las instalaciones en huelga, «brigadear» (¿así se dice?), cerrar calles, amenazar y hostigar «moderados» y, además, estar presentes en asambleas que duran hasta 12 horas, todo al mismo tiempo?

Algunos hechos reales y «olvidados» por los medios de comunicación: la «ultra» no ha violado, ni golpeado ni encarcelado a ningún estudiante, no ha tratado de imponer un reglamento de pagos a espaldas de la comunidad universitaria, no ha levantado actas policiacas en contra de universitarios, no ha promovido las clases extramuros y no (es evidente) ha orquestado una campaña de medios en contra del movimiento.

Los rumores sobre armas entre ellos son del tipo «dicen que uno dice que alguien los vio», y son más graves que los que señalaron a funcionarios del gobierno del DF, ex líderes universitarios, escondiéndose en la noche para llevarles naranjas a los huelguistas en los primeros días. ¿No se podría decir, siguiendo la pauta marcada por las acusaciones de que la «ultra» está armada, que se quiere ganar con naranjas lo que no se puede ganar con argumentos? Pero claro, a nadie se persigue y encarcela por llevar naranjas, pero por llevar un arma…

Sobre algunos de los grupos de tendencias más radicales o «ultras» que se mueven al interior de la UNAM y su feroz antizapatismo no hay mucho que decir, acaso recordar algunos hechos: ¿Alguien recuerda que el señor Alan Arias era uno de los llamados «ultras-ultras» en sus tiempos universitarios, feroz opositor de las posiciones «claudicantes», «dialoguistas» y «entreguistas» de la izquierda «reformista» (entonces el PCM y el PRT)? ¿No es hoy el señor Alan Arias un empleado de tercera o cuarta categoría en la Secretaría de Gobernación? ¿Y Adolfo Orive? ¿Y Raúl Salinas de Gortari? ¿No era «el Wama» el apodo que el general Chaparro Acosta usaba en el medio universitario para adoptar poses ultra-radicales y detectar a quienes después torturaría en las cárceles clandestinas de la «Brigada Blanca»?

Será la práctica y no el discurso la que, al paso del tiempo, defina radicalidades y consecuencias. Entonces veremos donde están los «claudicantes», «dialoguistas», «entreguistas» y algún otro «istas» que se me escapa pero que no han cambiado mucho de ayer a hoy.

Volviendo a los «perversos» paristas que «mantienen secuestrada la UNAM» (que, ahora lo sabemos, pertenece a Barnés y sus burócratas): ¿Está ganada la huelga? ¿No dijeron ayer, antes de que estallara, que era una provocación y que sería un fracaso, que era minoritaria, etc. (de hecho, esos argumentos fueron los que envalentonaron a Barnés)? ¿Ahora resulta que la huelga sí tenía razón de ser y, además, ya ganó y debe levantarse? ¿No es ese el argumento central del discurso de Zedillo de este 24 de junio? ¿Por qué les van a creer ahora? ¿Cómo claman que se acabe un movimiento por el que no han hecho nada como no sea alentar la campaña de difamación en su contra?

Ahora bien, supongamos que tienen éxito y que la «ultra» recibe el repudio unánime de la población, y el gobierno, sensible como es a las demandas populares, opta por reprimir masivamente el movimiento y golpear a la «ultra» para «liberar» a la UNAM, ¿cómo es la cara de un «ultra»? ¿Hay alguna credencial o identificación de la «ultra» para que el golpe sea sólo para ellos? Finalmente, si negarse a levantar el paro porque, como dice el CGH, no se han cumplido sus demandas, es ser «ultra», ¿no se está llamando a reprimir al CGH en pleno, a los cientos de estudiantes que mantienen la huelga, hacen brigadas y toman contacto con otras organizaciones y a las decenas de miles de universitarios que han asistido a las movilizaciones convocadas por el CGH y apoyan, sin encender la luz de su automóvil, el movimiento por la defensa de la educación pública y gratuita?

¿Cuál es la estatura de una organización cuyos militantes no pueden llevar adelante sus planteamientos políticos porque los «otros» les gritan y les dicen «vendehuelgas»?

¿Ha triunfado la huelga y debe levantarse ya? ¿Debe seguir? Esto es algo que responde y responderá el movimiento estudiantil, los que hicieron la huelga y que la han mantenido a pesar de la peor campaña de hostigamiento mediático que se haya visto en los últimos años.

Ellas y ellos, los jóvenes que hacen el movimiento, son los que decidirán. No la «ultra», ni los «moderados», ni cualquiera de las «etiquetas» con las que se pretenda reducir lo nuevo de este movimiento al cómodo, e inútil, esquema de lo viejo.

No son pocas las iniciativas que la llamada «ultra» ha ganado en el CGH y perdido en las asambleas de escuelas y facultades, y, por tanto, de nuevo en el CGH, ¿Dos ejemplos? La toma de carreteras y el Congreso constituyente. La m ayoría de las escuelas no aprobó la toma de carreteras y se pronunció por un Congreso resolutivo.

Por lo pronto, en su manifiesto del 22 de junio, el Consejo General de Huelga es contundente.

«Hemos sostenido todo el tiempo nuestra disposición e interés en que se abra el diálogo, reivindicando una bandera que el movimiento estudiantil ha reivindicado por más de 30 años, que es el diálogo público y abierto. (…) Porque no tenemos nada que esconder, porque queremos que todos nos vean y nos escuchen, porque queremos que todos sepan cuáles son nuestros argumentos y cuáles los de las autoridades.

¿De qué se asombran? ¿De qué sostengamos con firmeza las características de este diálogo, de que queremos hacer honor a las mejores enseñanzas del movimiento estudiantil? ¿De qué se sorprenden que se planteen condiciones elementales para el diálogo, si lo que se pide es que se deje de reprimir, que se paren las actas, que le paren a la labor de sus corruptas clases extramuros contra la huelga? Esto es lo que el CGH ha planteado».

Parece que está claro.

Los zapatistas apoyamos al CGH si decide seguir la huelga y lo apoyamos si decide levantarla. Lo apoyamos porque ellas y ellos representan legítimamente al movimiento universitario. Tienen el respeto y la legitimidad que se han ganado trabajando con su gente. Son, pues, representativos.

Por otra parte, si ahora quienes mantienen la huelga en la UNAM son «ultras» a los que hay que exorcizar, ¿en dónde estarán los «ultras» de mañana?, ¿en el movimiento urbano popular?, ¿en el magisterio democrático?, ¿en el Sindicato Mexicano de Electricistas?, ¿o en las montañas del Sureste Mexicano? Estas son preguntas que, quienes aspiran a ser gobierno, deben responder.

Sobre la visita que una delegación del CGH hizo a La Realidad y sobre si el EZLN tiene injerencia en el movimiento hay que ser claro: a La Realidad no vinieron los «ultras» porque para ellos somos «reformistas» y «dialoguistas», tampoco vinieron los «moderados» porque para ellos somos «ultras» y «radicales». Llegaron acá estudiantes universitarios y universitarias, y, en una larga sesión que duró 5 horas en que sólo ellos hablaron, expusieron lo que el CGH pensaba de la huelga. Ojo: el CGH y no ellos en particular (que tienen sus puntos de vista personales sobre el movimiento). La impresión que nos dejaron es que ellas y ellos, y a quienes representan, son personas honestas, que creen en lo que luchan y que viven como piensan. Entienden su movimiento y saben que son quienes están en las barricadas y en la brigada quienes le dan rumbo y dirección al movimiento. Ninguno vino a preguntar qué hacer (lo que fue un alivio, porque nosotros no sabemos), vinieron a decir su palabra para que conociéramos las razones de su movimiento. Las conocimos, las entendimos y la apoyamos.

Es más, no podemos ocultar la admiración y respeto que ellas y ellos (y me refiero sobre todo a quienes están haciendo el movimiento cotidianamente, aunque no estén en el CGH) nos causen. Por eso decimos acá que no tenemos injerencia alguna en el movimiento estudiantil, pero creemos que el movimiento estudiantil si tiene injerencia ya en el EZLN (¿leíste bien Rabasa? ¿No da esto para otra declaración en la prensa? ¿Digo, algo tienes que hacer para justificar el cheque ¿o no?).

Tal vez por eso, por la admiración que les tenemos y por el orgullo que nos da el conocerlos y saber de los universitarios, las comunidades zapatistas sufren una nueva embestida policiaco-militar. Tal vez es por eso que estamos de nuevo.

III.- LOS ZAPATISTAS EN LA MIRA DEL FUSIL

«Aquí la vida es pormenor: hormiga, muerte, cariño, pena, piedra, horizonte, río, luz, espiga, vidrio, surco y arena.
Aquí está la basura
En las calles, y no en los corazones.
Aquí todo se sabe y se murmura:
No puede haber oculta la criatura
Mala, y menos las malas intenciones»
Miguel Hernández

24 de junio de 1999, noche de San Juan

En las montañas del Sureste Mexicano se cumplen 2,000 días de guerra. 2,000 días repitiendo el «¡?YA BASTA!». 2,000 días desafiando la muerte, el olvido, el silencio, 2,000 días apostando a la vida, a la memoria, a la esperanza.

Y en la madrugada 2,000 de la resistencia, los tejedores y las tejedoras zapatistas, rastro de múltiple luz y nombre multiplicado, se afanan. Tejen y tejen. Y tejiendo luchan. Y tejiendo cantan.

Hay quien dice que eso que tejen es una red para que no escape la memoria. Hay quien dice que es una tela de diversos colores para vestir la esperanza. Y hay quien dice que eso que se teje la madrugada 2,000, es el mañana…

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos

México, junio 24 de 1999.

En la madrugada 2,000 de la guerra contra el olvido.

 

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