Comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
Al pueblo de México,
A los pueblos y gobiernos del mundo,
A la prensa nacional e internacional:
Hermanos y hermanas:
En algunos medios de comunicación electrónica y en alguna prensa escrita nacional ha aparecido una información sobre la supuesta deserción de 14 miembros del EZLN. Esto, no obstante que es evidente que se trata de una farsa, ha provocado que diversos personajes de la política nacional aprovechen para poner en primera fila su ignorancia y falta de inteligencia.
Con el fin de aclararle a estos personajes la trampa en la que cayeron y que permitió que exhibieran su torpeza, el EZLN les informa lo que realmente ocurrió:
1. El señor Alfredo Jiménez Cruz, que trabaja en la presidencia municipal de Ocosingo y es uno de los proveedores de armamento y equipo del grupo paramilitar MIRA en Las Cañadas, recibió órdenes, provenientes de Tuxtla Gutiérrez, de preparar un simulacro de rendición de zapatistas. Para este acto, en Tuxtla Gutiérrez decían tener ya preparado un grupo de periodistas que le darían al hecho el vuelo necesario para opacar el rotundo éxito que la consulta zapatista del 21 de marzo de 1999 había alcanzado.
2. En coordinación con las guarniciones federales asentadas en la zona de Las Cañadas, el señor Alfredo Jiménez Cruz se internó en la selva en horas de la noche del día 28 de marzo, llevando uniformes semejantes a los usados por los zapatistas y armas de diversos calibres. En ninguno de los retenes que supuestamente tiene el Ejército federal «para aplicar la ley de armas y explosivos» fue detenido o molestado el señor Jiménez Cruz.
3. A las 1:00 horas (una de la mañana) del día 29 de marzo, el señor Alfredo Jiménez Cruz llegó, con un camión de 3 toneladas (propiedad del ayuntamiento municipal de Ocosingo), al ejido La Trinidad, ubicado en la cañada de Las Tazas, cerca de la comunidad de Avellanal.
4. En ese lugar lo esperaban los 16 miembros del MIRA que simularían ser zapatistas «arrepentidos». Todos ellos pertenecen al PRI y, desde que se activaron los grupos paramilitares en la selva Lacandona, entrenan bajo la tutela de mandos del Ejército federal y reciben apoyo económico de la Secretaría de Desarrollo Social. Sus nombres son:
Domitilo Hernández Paniagua, Héctor Hernández Paniagua, Jesús Hernández Paniagua, José Hernández Paniagua, José Alvarez López, Jesús Alvares López, Francisco Alvarez López, Alejandro Alvarez López, Francisco Alvarez Méndez, Vicente Pérez Castellanos, José Pérez Castellanos, Heriberto Constantino Pérez, Florentino Hernández Méndez, Miguel Mendoza Pérez, Omar Pérez Mendoza y Simón Lorenzo Hérnandez.
5. El mismo día 29 de marzo, a las 2 de la mañana, los paramilitares disfrazados de zapatistas salieron de La Trinidad rumbo a la cabecera municipal de Ocosingo. Armados y uniformados, no hubo retén federal que los detuviera o revisara.
6. En horas de la mañana llegaron al lugar que las autoridades estatales habían preparado para la puesta en escena: un balneario a orillas del río Jataté, en las afueras de la ciudad de Ocosingo. Lo que siguió es ya conocido: la farsa del cruce del río, la lectura del texto (redactado por el señor Alfredo Jiménez Cruz), la «entrega» de las armas, las fotos, las declaraciones.
7. Las armas «entregadas» a Albores, regresarán al grupo paramilitar MIRA a través de los mandos del Ejército federal, y los «zapatistas arrepentidos» recibirán a cambio de su actuación en este teatro, 20 cabezas de ganado y un montón de promesas.
Todo esto lo informamos para que la prensa tenga la historia completa y no sólo el «acto» del balneario.
Ojalá y le den a esta información el mismo realce que le dieron al teatro de la «deserción». Los paramilitares (hoy supuestos «zapatistas desertores») están ahora en su comunidad. Pueden ustedes viajar a esos lugares y preguntar con los habitantes de ésa y de las comunidades vecinas sobre la «militancia» de esas personas. Ahí está la verdad.
Sobre todo lo que ocurrió queremos repetir lo siguiente.
Primero. El dinero que supuestamente se invierte en Chiapas no es para mejorar el nivel de vida de los indígenas, es para sostener la campaña de contrainsurgencia. Los proyectos económicos no llegan ni siquiera a los indígenas priístas, porque van dirigidos a tratar de romper la unidad zapatista. Como los zapatistas no se venden y para los priístas no hay nada (porque eso no es noticia), entonces se opta por disfrazar a miembros del PRI como zapatistas y hacerlos participar en las ridículas operetas de Albores Guillén.
Segundo. Es de esperar que, dada la desesperación de los priístas por obtener aunque sea un poco del mucho dinero que el gobierno de Chiapas recibe, otros indígenas se presten a la simulación de convertirse al zapatismo para luego «rendirse». Así que habrá, es seguro, más espectáculos «todo pagado» de la compañía teatral que habita en el palacio de gobierno de Tuxtla Gutiérrez.
Tercero. Es de lamentar que los gobiernos federal y estatal, en lugar de cumplir con los acuerdos de San Andrés y comprometerse con la vía del diálogo, opten por faramallas de este tipo y se nieguen a reconocer que su política de guerra y mentiras fue derrotada ya en la opinión pública, según se demostró en la consulta del 21 de marzo.
Cuarto. Los zapatistas no se rinden ni entregan sus armas, mucho menos al «croquetas» Albores.
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!
Desde las montañas del sureste mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos
Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
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