Ejército Zapatista de Liberación Nacional
A la prensa nacional e internacional:
9 de enero de 1998.
Damas y caballeros:
Va carta para los protagonistas del 12 de enero. Nosotros por acá «sin novedad», todavía perseguidos en esta nueva campaña de exterminio que inició en Acteal y que ahora se disfraza de «desarme indiscriminado».
No deja de sorprender la inmovilidad de los poderes federales Legislativo y Judicial frente a las acciones de un general del Ejército, José Gómez Salazar, que ha decidido dar un golpe de Estado, pasa por encima de leyes dictadas por el Congreso de la Unión, se constituye a sí mismo en juez, persigue zapatistas y reparte culpas y castigos a quienes considera responsables. Mientras se sigue violando la ley para el diálogo, la Cocopa no acaba de entender lo que ocurre (y se lo sigue tomando con muuucha calma), y el nuevo gobernador del sistema repite el estilo de no decir nada con muchas palabras, tan caro a los políticos del PRI.
Por lo demás, es comprensible que el desarme de los paramilitares no se realice. Todos los soldados están ahora ocupados persiguiéndonos a nosotros. En fin, como ya es costumbre, el gobierno dice una cosa y el Ejército hace otra.
Vale. Salud y que la nueva matanza que ahora promete «Paz y Justicia» no tome por sorpresa a «las instituciones de la República».
Desde las montañas del sureste mexicano.
Subcomandante insurgente Marcos (Alias Speedy González).
México, enero de 1998.
P.D. QUE SE SUMA A LAS ENTREVISTAS BANQUETERAS (de «banqueta», no de «banquete», aunque en el caso de Gobernación parecen más lo segundo).- El ezetaelene se suma al llamado que el secretario de Gobernación hace a un tal Sebastián Guillén para que contribuya con su esfuerzo al logro de la paz en Chiapas. Sí, que contribuya (donde quiera que se encuentre) y que se discuta con unas jaibas rellenas o, de perdis, con una carne asada a la tampiqueña.
P.D. QUE ASESORA A LA SEDENA.- Estamos pensando seriamente sumarnos a la demanda de «desarme indiscriminado». Digo, para que también desarmen a los paramilitares, porque todos los soldaditos están empeñados en desarmarnos a nosotros. Si es que sobran algunos, sería bueno que los mandaran con los de «Paz y Justicia». Dicen que necesitan un corte de pelo y que les arreglen sus aparatos electrodomésticos. Los de «Máscara Roja» no quieren corte de pelo (por obvias razones), sino que les arreglen los dientes. Los de «MIRA» claman por clases de educación sexual y los «Chinchulines» por dulces y juguetitos.
A nosotros no nos manden peluqueros ni dentistas. Mejor (como decía mi General Morelos) échenos unas bombitas porque estamos muy aburridos con tantos aviones, helicópteros y tanques. Como quiera, ni nos van a acabar ni nos van a callar. ¡Yepa, yepa, yepa! ¡Andale, ándale! ¡Yepa, yepa, yepa!
Por cierto, cuando Zedillo acabe de colocar a su gabinete para el 2000, díganle que el asalariado de Rojas, el diputado Samuel Sánchez (el comandante del grupo de criminales llamado «Paz y Justicia») ya avisó que va a ensangrentar sus territorios. Al general Gómez Salazar avísenle que el cuento del «reglamento» del EZLN ya lo usaron en 1994 y en 1995. Hay que renovarse, digo ¿no?
P.D. OTRA.- Dice la mar que más que unirnos a la marcha del 12, mejor les digamos que se apuren a alcanzarnos porque nosotros empezamos a marchar desde principios de este año y vamos a paso veloz.
P.D. QUE VUELVE A LA MANIA DE CONTAR CUENTOS DE MADRUGADA.- El Sup Speedy González busca a la Rosita, perdón, a la mar, o a la Rosita, bueno, es lo mismo, para contarle la historia de…
El cuento de la lima con crisis de identidad
Había una vez una lima que mucho se angustiaba. «No soy ni limón ni naranja», se decía y mucho se preocupaba la lima en el árbol. Y mucho miraba a las naranjas del árbol de enfrente y mucho también miraba los limones, y mucho se angustiaba porque no era ni de las unas ni de los otros. Entonces llegaron el Saúl y el Andulio y cortaron la lima y se pusieron a jugar fútbol usándola como pelota. «¡Estoy curada!», exclamó la ex lima mientras el Andulio driblaba al Saúl y se enfilaba con decisión al marco enemigo que era, por supuesto, el gallinero. El grito de «¡goool!» despertó a un cuchito que, creyendo que era pollo, dormía en la viga del gallinero. Tan-tan. (Moraleja: El clóset no tiene sólo una puerta).
La Rosita ni caso le hizo al Speedy, sólo dijo: «este cuento está más tonto que el otro». Ni modos.
P.D. COLABORACIONISTA.- Para colaborar con el golpe de Estado que el general José Gómez Salazar protagoniza en el sureste mexicano, aquí mandamos una lista de otros involucrados (extranjeros, además) directamente en el movimiento armado de los transgresores de la ley. Como prueba de su participación se ofrecen libros de ellos encontrados en algunos campamentos «de los que se inconformaron»: Miguel de Cervantes Saavedra, William Shakespeare, Eurípides, Esquilo, Sófocles, Heráclito, Sócrates (vía Platón), Homero. ¡Investíguenlos!
Vale de nueve.
El Sup. (¡Yepa, yepa, yepa! ¡Andale, ándale, ándale! ¡Yepa, yepa, yepa!).
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