Comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena. Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
30 de septiembre de 1996
A la prensa nacional e internacional:
30 de septiembre de 1996.
Damas y caballeros:
Mucho agradeceríamos la atención a los comunicados anexos. ¡Viva el humor involuntario del priísmo chiapaneco! Los indígenas priístas del ejido San Caralampio, en la Cañada del Río Perlas, le informaron con gran seriedad a la Cocopa que los visitó, que sí han recibido ayuda del gobierno: celdas solares (que encienden cuatro focos y una grabadora) y una granja de borregos. En uno de los estados más pobres del país, con una gran población indígena y recursos naturales que superan a los de cualquiera de los países de Centroamérica, el gobierno mexicano renueva sus deseos: para los productores de energía eléctrica, celdas solares como limosna; para quienes se alzaron en armas por dignidad, borregos como promesa de futuro. «Ojalá así fueran todos», suspira el señor Ruiz Ferro, ladrón socio de ladrones que hoy despacha desde el palacio de gobierno de Chiapas y que sueña con alimentar como animales a los indígenas. «Ojalá», le acompañan en el suspiro dos policías: Eraclio Zepeda y Uriel Jarquín. «No así son todos», contradice el comandante Rolando, indígena rebelde y tzeltal, mientras afila su machete y siente que en su cuerpo no corre sangre de borrego, sino de ser humano.
Vale. Salud y, Benedetti dixit, «Quien/ pecho/ abarca/ loco/ aprieta».
Desde debajo de una de las camas de Numancia (escondido, se entiende).
Subcomandante insurgente Marcos.
México, septiembre de 1996.
P.D. Que hojea, a escondidas, la bitácora del sup. «27 de septiembre de 1996. Es la madrugada 1000 de la guerra. La luna se puso a modo de estarse llena. Un eclipse trató, inútilmente, de ocultarla. Apenas si la manchó… de rojo. Por un instante, la luna semejó un sol, el sol de medianoche. Cumplimos, en estos 1000 días abrimos espacios en el país, en el continente y en el mundo. No fue pequeño el desafío que lanzamos, ahora ya no podemos detenernos…»
«28 de septiembre de 1996. Madrugada 1001 de la guerra. Desde lo alto de la ceiba se alcanza a ver lejos. A occidente hay luces. ¿Una ciudad? Parece. Empezó a llover. Al principio la lluvia duele en el rostro. Claro que después se alivia, pero al principio duele. Yo estaba fumando nostalgias y tratando de recordar un verso, cuando…
-Eso que piensas hacer es una imprudencia -me dice mi-otro-yo.
-¿Tú crees? -le respondo mientras recuerdo por fin a Pavese diciendo «Las calles son como mujeres, maduran firmes». No sé si ya dije que la lluvia, cuando inicia, duele en el rostro. Igual la noche…»
P.D. Que se marea. Leí que una marina es un puerto de abrigo y sirve para protegerse de los huracanes. Eso es lo que yo necesito ahora. Una marina necesito…
P.D. Que se adelanta. Cabeza de los principales diarios regionales y nacionales: «La sociedad civil demanda a Bernal y Del Valle que se definan: o policías o negociadores».
La posdata recurrente. Sección «La ceiba es un buzón». Correcto. Otra nube, otra botella y otra carta de Durito:
«Mi querido, perseguido y acosado Cyrano:
Es mi deber advertirte que el tiempo se te está terminando. Esa ceiba es un excelente blanco para morteros, lanzagranadas, francotiradores, cañones y ametralladoras, y mejor ni te digo de los satélites. Al final de esta carta encontrarás una receta que es infalible para bajar de las ceibas. Síguela al pie de la letra y pronto te verás abajo.
En el entendido de que no durarás mucho y que, digamos, no eres un cliente atractivo para las compañías de seguros de vida, te recomiendo que aceleres los contactos para la publicación de mi próximo libro Cuentos para una soledad desvelada. Previendo que el tiempo se acaba, te mando ahora otro cuento que forma parte de una sección especial que se llamará «Cuentos para embarazarse». Esto se explica solo, nomás hay que leerlo. Va, pues,…
El cuento de los mágicos conejitos de chocolate.
(El neoliberalismo, la libido conejil y los niños).
(Homenaje de Durito a los westerns, ¿remember «El bueno, el malo y el feo»?)
Había una vez tres niños, uno era bueno, otro era malo, y otro era el Sup. Caminando desde lugares distintos, llegaron a una casa y entraron. Dentro de la casa sólo había una mesa. En esa mesa había un frasco de plástico blanco, de esos que se usan para la nieve y el helado, para cada uno de los niños. Dentro de cada frasco de plástico blanco (ojo: sin logotipo ni marca) había dos conejitos de chocolate y un papelito. El papelito decía:«Instrucciones para el uso de los dos conejitos de chocolate»
«Después de 24 horas, esta pareja de conejitos de chocolate se reproducirá y tendrá un par de conejitos nuevos. Cada 24 horas, los pares de conejitos de chocolate que estén dentro del frasco de plástico blanco, se multiplicarán en otro par. Así siempre tendrá, el poseedor de este mágico frasco de plástico blanco (de esos que se usan para llevar nieve o helado), conejitos de chocolate para comer. La única condición es que siempre debe haber al menos una pareja de conejitos de chocolate dentro de este frasco de plástico blanco, de esos que se usan para llevar nieve o helado.»Cada niño tomó su frasco de plástico blanco, de esos que se usan para llevar nieve o helado.
El niño malo no esperó las 24 horas y se comió los dos conejitos de chocolate. Disfrutó el momento, pero ya no tuvo más conejitos de chocolate. Ahora ya no tiene qué comer, pero le queda el recuerdo y la nostalgia por los conejitos de chocolate.
El niño bueno esperó las 24 horas y comprobó que ya tenía 4 conejitos de chocolate. A las 24 horas más ya tenía 8 conejitos de chocolate. Al paso de los meses, el niño bueno abrió una cadena de tiendas de conejitos de chocolate. Al año ya tenía sucursales en todo el país, se asoció con capital extranjero e inició la exportación. Llegó a ser nombrado «El Hombre del Año» y fue inmensamente rico y poderoso. Vendió la industria de conejitos de chocolate a inversionistas extranjeros, y quedó como gerente de la empresa. Nunca probó los conejitos de chocolate, para no mermar sus ganancias. Ya no es propietario del mágico frasco de plástico blanco. No conoce el sabor de los conejitos de chocolate.
El niño Sup, en lugar de conejitos de chocolate, puso helado de nuez en el frasco de plástico blanco, de esos que se usan para llevar nieve o helado. Cambió la premisa del cuento, se empacó medio de litro de helado de nuez entre pecho y espalda, y arruinó la moraleja del cuento de los conejitos de chocolate, aduciendo que todas las opciones terminantes son una trampa.
Neo-moraleja: El helado de nuez tiene peligrosas potencialidades contra el neoliberalismo.
Preguntas para control de lectura:
- ¿Cuál de estos niños será presidente de la república?
- ¿Cuál de estos niños será de un partido de oposición?
- ¿A cuál de estos niños habrá que matar por violar la ley para el diálogo, la reconciliación y la paz digna en Chiapas?
- Si es usted una mujer, ¿a cuál de estos niños le gustaría dar a luz si se embarazara?
Mande sus respuestas a «Hojita de Huapac #69» con copias a la Secretaría de Gobernación y a la Cocopa.Tan-tan y fin del cuento.
Bien, ¿qué te pareció? ¡Oh vamos! ¡No temas decir que es grandioso! Espero que consigas un buen editor, de esos que organizan presentaciones con Carlos Monsiváis y etcétera. Sale y vale.
Don Durito de La Lacandona.
P.D. ¡Ah! Me olvidaba de la receta para bajar de la ceiba. Es muy simple, sólo sigue las siguientes… Instrucciones para bajar de la copa de una ceiba. ¿Está seguro de que quiere bajarse? Camine hacia la orilla con los ojos cerrados. No tema (aunque, claro, un paracaídas no le vendría mal). Pronto llegará a su destino (?).
Fin de la carta de Durito. Nada que agregar.
Sección «De la ceiba al suelo hay la misma distancia que entre el dolor y la esperanza». Me caí. Yo no sé por qué nos acusan de que queremos violar la ley. Está visto que, entre otras, la ley de gravedad es cumplida rigurosamente por nuestro empecinado vuelo…
P.D. Que se preocupa. Creo que el hombrecito gris, que tanto ladra diciendo que si salimos nos va a tomar presos, tiene ahora de qué preocuparse. Revisé el matasellos en la carta de Durito. Es del DF y viene acompañada con una postal del Templo Mayor. La fecha es del 16 de septiembre y no me extraña que, entre tantos tanques de guerra, Durito haya pasado desapercibido.
P.D. Para columnas políticas. Según informes confidenciales, el señor Bernal pronto abandonará la delegación gubernamental en San Andrés. Molesto porque ahora está imposibilitado para ser candidato del PRI (por el cambio en los estatutos) a la gubernatura de Tamaulipas; Bernal aspira ahora a suceder a Chuayffet como titular (Bernal es ahora el que redacta los comunicados de la Segob, por eso la lamentable redacción). A sus más cercanos (Del Valle y Zenteno), Bernal les ha confesado que si no se le hace la de ser secretario de Gobernación, entonces solicitará su ingreso al FZLN. ¿Qué hacemos?
P.D. De despedida. El Olivio sólo dijo: «Adiós compañero Supcomandante Sup». ¿Qué tal? ¿Por qué me pasa esto a mí? Yo que siempre soñé remedar a James Bond en su primera película y decir: «Mi nombre es Marcos, Subcomandante Marcos».
Vale de nuez. Salud y «¿Qué es aquello que reluce por los altos corredores?»
SupMarcos
El Sup escondido debajo de la cama, no porque tenga miedo de que lo maten, sino porque, dice, esa cama siempre es demasiado ancha cuando uno se está solo.
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