Segunda Declaración de La Realidad
Palabras del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el acto de clausura del Primer Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo.
Por mi voz habla la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
La Realidad, Planeta Tierra. 3 de agosto de 1996.
Hermanos y hermanas de todo el mundo:
Hermanos y hermanas de Africa, América, Asia, Europa y Oceanía:
Hermanos y hermanas asistentes al Primer Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo:
Bienvenidos a la Realidad Zapatista,
Bienvenidos a este territorio en lucha por la humanidad.
Bienvenidos a este territorio en rebeldía contra el neoliberalismo.
Los zapatistas saludamos a todos los asistentes a este encuentro. Acá, en las montañas del sureste mexicano, cuando un colectivo saluda al que llega con palabra buena, lo aplaude. Les pedimos que todos nos saludemos y que todos saludemos a los hermanos y hermanas de las delegaciones de: Italia, Brasil, Gran Bretaña, Paraguay, Chile, Filipinas, Alemania, Perú, Argentina, Austria, Uruguay, Guatemala, Bélgica, Venezuela, Irán, Dinamarca, Nicaragua, Zaire, Francia, Haití, Ecuador, Grecia, Japón, Kurdistán, Irlanda, Costa Rica, Cuba, Suecia, Holanda, Sudáfrica, Suiza, España, Portugal, Estados Unidos, País Vasco, Turquía, Canadá, Puerto Rico, Bolivia, Australia, Mauritania, México.
Bienvenidos todos los hombres, mujeres, niños y ancianos de los cinco continentes que han respondido a la invitación de los indígenas zapatistas para buscar esperanza por la humanidad y contra el neoliberalismo.
Hermanos y hermanas:
Cuando este sueño que hoy despierta en La Realidad empezó a ser soñado por nosotros, pensamos que sería un fracaso. Pensamos que, tal vez, podríamos reunir aquí algunas decenas de personas de unos cuantos países. Nos equivocamos. Como siempre, nos equivocamos. No fueron algunas decenas, sino miles de seres humanos los que, desde los cinco continentes, vinieron a encontrarse en la realidad de finales del siglo XX.
La palabra que nació dentro de estas montañas, las montañas zapatistas, encontró oídos que le dieron cobijo, la cuidaron y la lanzaron de nuevo para que lejos llegara y diera la vuelta al mundo. La loca locura de una convocatoria a los cinco continentes para reflexionar críticamente sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro, encontró que no estaba sola en su delirio y, pronto, locuras de todo el planeta empezaron a trabajar en traer el sueño a reposar en la realidad, a lavarlo en el lodo, a crecerlo bajo la lluvia, a mojarlo bajo el sol, a hablarlo con el otro, a irlo dibujando, dándole forma y cuerpo.
Sobre lo ocurrido en estos días mucho se escribirá después. Hoy podemos decir que tenemos cuando menos una certeza. Un sueño soñado en los cinco continentes puede llegar a hacerse realidad en la realidad. ¿Quién podrá ahora decirnos que el soñar es hermoso pero inútil? ¿Quién podrá ahora argumentar que los sueños, por muchos que sean los soñadores, no pueden hacerse realidad?
¿Cómo se sueña la alegría en el Africa? ¿Qué maravillas caminan en el sueño europeo?
¿Cuántos mañanas encierra el sueño en el Asia? ¿Cuál es la música que baila el sueño americano? ¿,Cómo habla el corazón que sueña en Oceanía?
¿A quién le importa cómo y qué se sueña aquí o en cualquier parte del mundo? ¿Quiénes son los que se atreven a convocar con su sueño a todos los sueños del mundo? ¿Qué pasa en las montañas del sureste mexicano que encuentra eco y espejo en las calles de Europa, los suburbios de Asia, los campos de América, los pueblos del Africa y las casas de Oceanía? ¿Qué pasa con las gentes de estos cinco continentes que, todo nos lo decía, sólo se encontraban unos con otros para hacerse la guerra o para competir? ¿No era este fin del siglo un sinónimo de desesperanza, de amargura y de cinismo? ¿De dónde y cómo llegaron todos estos sueños a la realidad?
Que hable Europa y cuente el largo puente de su mirada que cruzó el Atlántico y la historia para redescubriese en la realidad.
Que hable Asia y explique el gigantesco salto de su corazón para llegarse a latir en la realidad
Que hable Africa y describa el alargado navegar de su inquieta imagen para venir a reflejarse en la realidad.
Que hable Oceanía y platique el multiplicado vuelo de su pensamiento para irse rebotando hasta reposarse en la realidad.
Que hable América y recuerde el agrandado sentimiento de su esperanza para llegar recordándose hasta renovarse en la realidad.
Que hablen los cinco continentes y que todos escuchen. Que la humanidad suspenda un momento su silencio de vergüenza y angustia. Que hable la humanidad. Que la humanidad escuche que…
En el mundo de ellos, los que en el Poder viven y por el Poder matan, no cabe el ser humano. no hay espacio para la esperanza, no hay lugar para el mañana. Esclavitud o muerte es la alternativa que el mundo de ellos ofrece a todos los mundos. El mundo del dinero, el mundo de ellos, gobierna desde las bolsas de valores. La especulación es hoy la principal fuente de enriquecimiento y, al mismo tiempo, la mejor muestra de atrofia de la capacidad de trabajo del ser humano. Ya no es necesario el trabajo para producir riqueza, ahora sólo se necesita la especulación.
Crímenes y guerras se realizan para que las bolsas de los valores mundiales sean saqueadas por unos o por otros.
Mientras tanto, millones de mujeres, millones de jóvenes, millones de indígenas, millones de homosexuales, millones de seres humanos de todas las razas y de todos los colores, sólo participan en los mercados financieros como devaluada moneda siempre a la baja, la moneda de su sangre produciendo ganancias.
Globalización de los mercados es borrar fronteras a la especulación y el crimen, y multiplicarlas para los seres humanos. Los países son obligados a borrar sus fronteras con el exterior en lo que se refiere a la circulación del dinero, pero se multiplican las fronteras internas.
El neoliberalismo no convierte a los países en uno sólo, convierte a los países en muchos países.
La mentira de la unipolaridad y la internacionalización, se convierte en una pesadilla de guerra, una guerra fragmentada una y otra vez, tantas veces como son pulverizadas las naciones. En este mundo que el Poder globaliza para evitarse obstáculos en su guerra de conquista, los gobiernos nacionales se convierten en suboficiales militares de una nueva guerra mundial en contra de la humanidad.
De la estúpida carrera armamentista nuclear, destinada a aniquilar a la humanidad de un sólo golpe y con el arma nuclear, se ha pasado a la absurda militarización de todos los aspectos de la vida de las sociedades nacionales, militarización destinada a aniquilar a la humanidad en muchos golpes, en muchas partes y de muchas formas. Los antes llamados «ejércitos nacionales» se convierten en simples unidades de un ejército mayor, ése que el neoliberalismo arma y dirige en contra de la humanidad. El fin de la llamada «guerra fría» no frenó el armamentismo en el mundo, sólo cambió el modelo de la mercancía mortal: armas de todos los tamaños y para todos los gustos criminales. Se arman cada vez más no sólo los ejércitos llamados «institucionales», también lo hacen los ejércitos que el narcotráfico construye para asegurar su imperio. Más o menos rápidamente, las sociedades nacionales se militarizan y los ejércitos supuestamente creados para guardar fronteras de un enemigo externo, voltean los cañones de sus fusiles y los dirigen hacia dentro.
No es posible que el neoliberalismo se haga realidad en el mundo sin el argumento de muerte que ofrecen los ejércitos institucionales y privados, sin la mordaza que ofrecen las cárceles, sin los golpes y asesinatos que ofertan militares y policías. Represión nacional es la premisa necesaria para la globalización que el neoliberalismo impone.
Mientras más avanza el neoliberalismo como sistema mundial, más crece el armamento y el número de efectivos de los ejércitos y policías nacionales. También crecen el número de presos, desaparecidos y asesinados en los distintos países.
Una guerra mundial, la más brutal, la más completa, la más universal, la más efectiva.
Cada país, cada ciudad, cada campo, cada casa, cada persona, todo es un campo de batalla más o menos grande. De un lado está el neoliberalismo con todo su poder represivo y toda su maquinaria de muerte; del otro lado está el ser humano.
Hay quien se conforma con ser un número más en la gigantesca bolsa del Poder. Hay quien se conforma con ser esclavo. Con cinismo camina la escala horizontal del esclavo que es también amo de otros esclavos. A cambio de malvivir y de las migajas que el Poder le otorgue, hay quien se vende, se conforma, se rinde. En cualquier parte del mundo hay esclavos que se dicen felices de serlo. En cualquier parte del mundo hay hombres y mujeres que dejan de ser humanos y ocupan su lugar en el gigantesco mercado de dignidades.
Pero hay quien no se conforma, hay quien decide ser incómodo, hay quien no se vende, hay quien no se rinde. Hay, en todo el mundo, quien se resiste a ser aniquilado en esta guerra. Hay quien decide pelear.
En cualquier lugar del mundo, en cualquier tiempo, un hombre o una mujer cualquiera se rebela y termina por romper con la ropa que el conformismo le ha tejido y que el cinismo le ha coloreado de gris. Un Hombre o una mujer cualquiera, de cualquier color y en una lengua cualquiera, dice y se dice «¡Ya Basta!».
Ya basta a la mentira. Ya basta al crimen. Ya basta a la muerte.
«Ya basta de guerra», dice y se dice un hombre o una mujer cualquiera.
En cualquier parte de cualquiera de los cinco continentes, un hombre o una mujer cualquiera se empeña en resistir al Poder y en construir un camino propio que no implique perder la dignidad y la esperanza.
Un hombre o una mujer cualquiera decide vivir y luchar su parte de historia. Ya no más que el Poder le dicte los pasos, ya nomás que el Poder le administre la vida y le decida la muerte.
Un hombre o una mujer cualquiera responde a la muerte con la vida. Y a la pesadilla le responde soñando y peleando contra la guerra, contra el neoliberalismo, por la humanidad…
Por luchar por un mundo mejor todos nosotros estamos cercados, amenazados de muerte. El cerco se reproduce globalmente. En cada continente, en cada país, en cada provincia, en cada ciudad, en cada campo, en cada casa el cerco de guerra del Poder se cierra en contra de los rebeldes que la humanidad agradece siempre.
Pero los cercos se rompen. En cada caso en cada campo en cada ciudad, en cada provincia, en cada país, en cada continente, los rebeldes que la historia de la humanidad repite en todo su trayecto para asegurarse la esperanza, luchan y el cerco se agrieta.
Los rebeldes se buscan entre sí. Se caminan unos hacia los otros. Se encuentran y, juntos, rompen otros cercos. En el campo y en la ciudad, en las provincias, en las naciones, en los continentes, los rebeldes empiezan a reconocerse, a saberse iguales y diferentes. Siguen en su fatigoso andar, caminan como hay que caminar ahora, es decir, luchando…
Una realidad les habló entonces. Rebeldes de los cinco continentes la escucharon y se echaron a andar.
Para llegar hasta la realidad intercontinental, cada uno ha tenido que hacer su propio camino. Desde los cinco brazos de la estrella mundial ha llegado a la realidad el paso de hombres y mujeres cuya palabra digna buscaba el lugar para ser hablada y escuchada, el lugar del encuentro.
Hubo que romper muchos cercos para llegar a romper el cerco de la realidad. Hay cercos diferentes. En el nuestro hay que pasar policías, aduanas, tanques, cañones, trincheras, aviones, helicópteros, lluvia. lodo, insectos. Cada uno de los rebeldes de los cinco continentes tiene su propio cerco, su lucha propia y un cerco roto que agrega a la memoria de otros rebeldes.
Así se inició este encuentro intercontinental. Se inició en todos los continentes, en todos los países, en todos los lugares donde un hombre o una mujer cualquiera empezaron a decir y decirse «¡Ya Basta!»
¿Quién puede decir en qué lugar preciso, y la fecha y la hora exactas en que se inició este encuentro intercontinental por la humanidad y contra el neoliberalismo?. No lo sabemos. Pero sí sabemos quiénes los iniciaron. Lo comenzaron todos los rebeldes de todo el mundo. Aquí sólo estamos una pequeña parte de esos rebeldes, es cierto. Pero a los distintos cercos que rompen todos los días todos los rebeldes del mundo, ustedes han sumado uno más la ruptura del cerco contra la realidad zapatista.
Para lograrlo, debieron luchar en contra de sus respectivos gobiernos y luego enfrentarse al cerco de papeles y trámites con el que el gobierno mexicano pretendía detenerlos. Todos ustedes son luchadores y luchadoras, rompodores de cercos de todo tipo. Por eso lograron llegar hasta la realidad. Tal vez ustedes no alcancen a ver lo grande de su hazaña, pero nosotros sí la vemos.
Por eso queremos pedirles disculpas por la estupidez del gobierno mexicano que, por medio de sus agentes de migración, ha hecho todo lo posible por impedir su llegada a las tierras zapatistas. Estos agentes de la idiotez hecha gobierno, piensan todavía que son necesarios los pasaportes y los permisos para hablar y escuchar la dignidad. Estamos seguros de que todos ustedes sabrán comprender por qué la imbecilidad cree que la nacionalidad divide a los seres humanos. Les pedimos que los perdonen. Después de todo, tenemos que agradecerle al gobierno mexicano que nos haya recordado que somos diferentes, aunque lo haya hecho con esa pobre exhibición. Pero también hay que agradecerles a las comunidad indígenas que nos recibieron estos días, el que nos hayan recordado que somos iguales.
Por eso los zapatistas nos hemos propuesto luchar por un mejor gobierno aquí en México. Luchamos por tener un gobierno que sea un poco inteligente y que entienda que la dignidad no sabe de pasaportes, visas y otras ridiculeces. En esto estamos ahora y es seguro que lo lograremos.
Pero mientras eso ocurre, a nombre de las comunidades indígenas, los pedimos de favor que, cuando pasen por los retenes de migración a su regreso, feliciten al gobierno mexicano por el éxito obtenido en el cerco en contra de un movimiento indígena rebelde que, como es evidente, sólo tiene influencia en 4 municipios del suroriental estado mexicano de Chiapas.
Algunos de los mejores rebeldes de los cinco continentes llegaron a las montañas del sureste mexicano. Todos trajeron muchas cosas. Trajeron palabras y oídos. Trajeron sus ideas, sus corazones, sus mundos. Al encontrarse con otras ideas, con otras razones, con otros mundos, a eso se llegaron a la realidad.
Un mundo hecho de muchos mundos se encontró estos días en las montañas del sureste mexicano. Un mundo hecho de muchos mundos se abrió espacio y conquistó su derecho a ser posible, levantó la bandera de ser necesario, se clavó en medio de la realidad de la Tierra para anunciar un futuro mejor. Un mundo de todos los mundos que se rebelan y resisten al Poder, un mundo de todos los mundos que habitan este mundo oponiéndose al cinismo, un mundo que lucho por la humanidad y contra el neoliberalismo. Este fue el mundo que vivimos en estos días, éste es el mundo que encontramos aquí…
Este encuentro no termina en la realidad. Sólo ocurre que debe ahora buscar un lugar para seguir adelante.
Pero, ¿qué sigue?
¿Un nuevo número en la inútil numeración de las numerosas internacionales?
¿Un nuevo esquema que tranquilice y que alivie la angustia por la falta de recetas?
¿Un programa mundial para la revolución mundial
¿Una teorización de la utopía para que siga manteniendo su prudente distancia de la realidad que nos angustia?
¿Un organigrama que nos asegure a todos un puesto, un cargo, un nombre y ningún trabajo?
Sigue el eco, la imagen reflejada de lo posible y olvidado: la posibilidad y necesidad de hablar y escuchar.
No el eco que se apaga paulatinamente o la fuerza que decrece después de su punto más alto.
Sí el eco que rompa y continúe.
El eco de lo propio pequeño, lo local y particular, reverberando en el eco de lo propio grande, lo intercontinental y galáctico.
El eco que reconozca la existencia del otro y no se encime o intente enmudecer al otro.
El eco que tome su lugar y hable su propia voz y hable la voz del otro.
El eco que reproduzca el propio sonido y se abra al sonido del otro.
El eco de esta voz rebelde transformándose y renovándose en otras voces.
Un eco que se convierte en muchas voces, en una red de voces que, frente a la sordera del Poder, opte por hablarse ella misma sabiéndose una y muchas, conociéndose igual en su aspiración a escuchar y hacerse escuchar, reconociéndose diferente en las tonalidades y niveles de las voces que la forman.
Una red de voces que resisten a la guerra que el Poder les hace.
Una red de voces que no sólo hablen, también que luchen y resistan por la humanidad y contra el neoliberalismo.
Una red de voces que nace resistiendo, reproduciendo su resistencia en otras voces todavía mudas o solitarias.
Una red que cubra los cinco continentes y ayude a resistir la muerte que nos promete el Poder.
Sigue una gran bolsa de voces, sonidos que busquen su lugar cabiendo con los otros.
Sigue la gran bolsa rota que guarda lo mejor de sí misma y se abre para lo mejor que se nace y crece.
Sigue la bolsa espejo de voces, el mundo en el que los sonidos puedan ser escuchados separados, reconociendo su especificidad, el mundo en el que los sonidos puedan incluirse en un solo gran sonido.
Sigue la reproducción de resistencias., el no estoy conforme, el soy rebelde.
Sigue el mundo con muchos mundos que el mundo necesita
Sigue la humanidad reconociéndose plural, diferente, incluyente, tolerante consigo misma, con esperanza.
Sigue la voz humana y rebelde consultada en los cinco continentes para hacerse red de voces y de resistencias.
Sigue la voz de los todos que somos, la voz que habla ésta…
Segunda declaración de la Realidad por la Humanidad y contra en Neoliberalismo
Hermanos y hermanas de Africa, Asia, América y Europa y Oceanía:
Considerando que nosotros y nosotras estamos:
Contra la internacional de la muerte, contra la globalización de la guerra y el armamento.
Contra la dictadura, contra el autoritarismo, contra la represión.
Contra las políticas de liberalización económica, contra el hambre, contra la pobreza, contra el robo, contra la corrupción.
Contra el patriarcado, contra la xenofobia, contra la discriminación, contra el racismo, contra el crimen, contra la destrucción del medio ambiente, contra el militarismo.
Contra la estupidez, contra la mentira, contra la ignorancia.
Contra la esclavitud, contra la intolerancia, contra la injusticia, contra la marginación, contra el olvido.
Contra el neoliberalismo.
Considerando que nosotros y nosotras estamos:
Por la internacional de la esperanza, por la paz nueva, justa y digna.
Por la nueva política, por la democracia, por las libertades políticas.
Por la justicia, por la vida y el trabajo dignos.
Por la sociedad civil, por plenos derechos para las mujeres en todos los aspectos, por el respeto a los ancianos, jóvenes y niños, por la defensa y protección del medio ambiente.
Por la inteligencia, por la cultura, por la educación, por la verdad.
Por la libertad, por la tolerancia, por la inclusión, por la memoria.
Por la humanidad.
Declaramos:
Primero. Que haremos una red colectiva de todas nuestras luchas y resistencias particulares. Una red intercontinental de resistencia contra el neoliberalismo, una red intercontinental de resistencia por la humanidad.
Esta red intercontinental de resistencia buscará, reconociendo diferencias y conociendo semejanzas, encontrarse con otras resistencias en todo el mundo. Esta red intercontinental de resistencia será el medio en que las distintas resistencias se apoyen unas a otras. Esta red intercontinental de resistencia no es una estructura organizativa, no tiene centro rector ni decisorio, no tiene mando central ni jerarquías. La red somos los todos que resistimos
Segundo. Que haremos una red de comunicación entre todas nuestras luchas y resistencias. Una red intercontinental de comunicación alternativa contra el neoliberalismo, una red intercontinental de comunicación alternativa por la humanidad.
Esta red intercontinental de comunicación alternativa buscará tejer los canales para que la palabra camine todos los caminos que resisten. Esta red intercontinental de comunicación alternativa será el medio para que se comuniquen entre sí las distintas resistencia.
Esta red intercontinental de comunicación alternativa no es una estructura organizativa, no tiene centro rector ni decisorio, no tiene mando central ni jerarquías. La red somos los todos los que nos hablamos y escuchamos.
Esto declaramos:
Hablar y escuchar por la humanidad y contra el neoliberalismo. Resistir y luchar por la humanidad y contra el neoliberalismo.
Para el mundo entero: ¡Democracia!, ¡Libertad!, ¡Justicia! Desde cualquier realidad de cualquier continente.
Hermanos y hermanas:
No proponemos que los que estamos presentes firmemos esta declaración y que este encuentro termine hoy.
Nosotros proponemos que el encuentro intercontinental por la humanidad y contra el neoliberalismo continúe en cada continente en cada país, en cada campo y ciudad, en cada casa, escuela o trabajo en el que vivan seres humanos que quieran un mundo mejor.
Las comunidades indígenas nos han enseñado que para resolver un problema, no importa lo grande que éste sea, es siempre bueno consultar a los todos que somos. Por eso nosotros proponemos que se realice una consulta intercontinental sobre esta declaración. Proponemos que esta declaración se distribuya en todo el mundo y se lleve a cabo, cuando menos en todos los países que asistieron, una consulta con la siguiente pregunta:
¿Estás de acuerdo en suscribir la «Segunda Declaración de La Realidad por la Humanidad y contra el Neoliberalismo»?
Nosotros proponernos que esta «Consulta Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo» se realice en los cinco continentes durante la primera quincena del mes de diciembre de 1996.
Nosotros proponemos que esta consulta la organicemos de la misma forma en que se organizó este encuentro, que todos los que asistimos y los que no pudieron asistir pero nos acompañaron desde lejos en este encuentro, organicemos y realicemos la consulta. Proponemos que hagamos uso de todos los medios posibles e imposibles para consultar al mayor, número de seres humanos en los cinco continentes. La consulta intercontinental es parte de la resistencia que organizamos y una forma de hacer contactos y encuentros con otras resistencias. Parte de una nueva forma de hacer política en el mundo, eso quiere ser la consulta intercontinental.
No sólo eso. También proponernos que llamemos, ya al Segundo Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo.
Proponemos que se lleve acabo en la segunda mitad del año de 1997 y que el continente europeo sea la sede. Proponernos que la fecha precisa y el lugar del encuentro sea definido por los hermanos y hermanas de Europa en alguna reunión que tengan ellos después de este primer encuentro.
Esperamos todos que haya este segundo encuentro intercontinental y que sea, por supuesto, en otro continente. Cuando este segundo encuentro se realice, veremos la forma, y lo queremos dejar claro desde ahora, de participar directamente, sin importar el lugar en el que se lleve a cabo.
Hermanos y hermanas:
Seguimos siendo incómodos. Es falso lo que los teóricos del neoliberalismo nos dicen: que todo está bajo control, incluso lo que no está bajo control.
No somos la válvula de escape a la rebeldía que puede desestabilizar al neoliberalismo. Es falso que nuestra existencia rebelde legitima al Poder.
El Poder nos teme. Por eso nos persigue y nos cerca. Por eso nos encarcela y nos mata.
En realidad somos una posibilidad que lo puede derrotar y hacerlo desaparecer.
Tal vez no somos muchos, pero somos hombres y mujeres que luchamos por la humanidad, que luchamos contra el neoliberalismo.
Somos hombres y mujeres que luchamos en todo el mundo.
Somos hombres y mujeres que queremos para los cinco continentes:
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!
Desde las montañas del sureste mexicano.
Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
La Realidad planeta Tierra, agosto de 1996.
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