Comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
San Andrés Sacamch’en de los Pobres
18 de enero de 1996
Al pueblo de México:
A la prensa nacional e internacional:
A los pueblos y gobiernos del mundo:
Hermanos:
Esta delegación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, presente en esta primera parte de la plenaria resolutiva de la mesa de Derechos y Cultura Indígena, declara lo siguiente: Primero.- Ha sido necesario el levantamiento en armas de un ejército de indígenas. Ha sido necesaria la guerra, la muerte, el sufrimiento de nuestros compañeros, para que hoy el gobierno federal se comprometiera, en documentos, a impulsar el reconocimiento de nuestra existencia y nuestros derechos.
Debería ser motivo de vergüenza nacional que sólo en la última década del siglo XX, a casi 200 años de haber nacido nuestro país, el gobierno comience a dar señales de reconocimiento a nuestra existencia y nuestros derechos.
Se propone apenas, en documentos, el reconocimiento a nuestra libre determinación, a nuestra autonomía, a nuestro derecho a asociarnos libremente, a aplicar, en nuestros espacios, el derecho indígena de los conceptos de pueblo y territorio; de nuestro derecho a una representación política nacional y en los estados, a una cierta base para un pluralismo jurídico.
Pero al mismo tiempo el gobierno federal nos ha regateado una serie de demandas fundamentales.
Ha sido necesario el levantamiento en armas de un ejército de indígenas para hacernos oír y para que las demandas más sentidas de los pueblos indígenas y de todo el pueblo de México vayan apenas abriendo los espacios para ser escuchadas.
Segundo.- Una de las causas principales del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional ha sido la opresión, la injusticia y la marginación en que hemos estado sometidos los pueblos indígenas de México. Decidimos tomar las armas porque las voces de nuestros pueblos no fueron oídas, porque nuestros reclamos no fueron atendidos, porque la ley, cuando se aplica, sólo es para perseguirnos y reprimirnos y nunca para hacernos justicia.
Nos levantamos para exigir justicia que no se satisface con unos cuantos remedios, una justicia que sólo puede darse con una profunda transformación de las relaciones políticas, sociales y económicas.
Una transformación que no puede limitarse a los pueblos indígenas ni a Chiapas. Una transformación que tiene que abarcar a toda la sociedad mexicana, todas sus estructuras, todas sus formas de existir.
Estamos absolutamente convencidos de que sin democracia nacional, sin libertad y sin justicia, no será posible que los pueblos indígenas ocupemos el lugar que nos corresponde.
Tercero.- A esta plenaria resolutiva de San Andrés Sacamch’en no llegamos solos, llegamos con la intensa movilización de los pueblos indígenas en muchos foros, asambleas comunitarias, encuentros estatales y nacionales, discusiones en universidades y en la prensa. Llegamos con la fuerza del Foro Nacional Indígena convocado por el EZLN en los primeros días de este año. Con la fuerza de más de 500 delegados provenientes de 178 organizaciones indígenas, integrantes de 32 pueblos indígenas. Llegamos también con el respaldo comprometido de nuestros asesores, hombres y mujeres honestos de todos los sectores de la sociedad mexicana, indígenas y no indígenas, que trajeron aquí lo mejor de sí mismos y de otros que no estuvieron, decididos a sumar su esfuerzo al nuestro. Llegamos con esta fuerza y aún así nos regatearon demandas.
Cuarto.- Vamos ahora a la consulta, a escuchar la palabra de nuestros pueblos sobre estos compromisos y propuestas, pero lo decimos claro: de nada servirán las palabras y los compromisos que se pretenden serios y firmes si persiste el hostigamiento a nuestros pueblos y otros pueblos en otros estados, si en todo Chiapas se sigue negando la voluntad de los pueblos y se prolongan, contra la razón y la justicia, los conflictos poselectorales, y se sigue empleando la fuerza pública para desalojar a nuestros hermanos indígenas que con su propia decisión y organización busquen el respeto a la voluntad de la mayoría.
Son a todas luces necesarias las señales de distensión que reflejen que el gobierno está decidido a avanzar por los caminos del diálogo. Son a todas luces necesarias las señales, con hechos, que permitan la realización de la consulta de nuestros pueblos.El gobierno tiene ahora la oportunidad de continuar decididamente a abrir nuevos caminos, nuevas puertas. El gobierno tiene la posibilidad de demostrar que la guerra no es el camino.
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!
Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
México, enero de 1996.
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