A los asistentes al Foro Nacional Indígena Organizado por el EZLN:
Hermanos de los diferentes pueblos indígenas de México:
Hermanos indígenas que son de otros países:
Hermanos no indígenas:
Estamos reunidos el día de hoy y hasta el 8 de enero de 1996 para pensar en nuestro corazón el mejor camino para que nuestros pueblos indios recuperen el lugar que se merecen entre las naciones del mundo.
Están aquí presentes hermanos de muchos pueblos indios que forman parte de la gran nación mexicana. A través de sus representantes y delegados, los pueblos indígenas de México han venido a tomar la palabra por su propia voz, sin pedir permiso, porque para decir la verdad no se pide permiso.
El supremo gobierno dice que hemos cometido «pecado mortal» porque construimos centros culturales sin pedirle permiso. El señor gobierno nos mandó decir que habíamos cometido pecado mortal y que los Aguascalientes serían destruidos. No pedimos perdón al señor gobierno. Nosotros respondimos que podían hacerlo si querían y podían. Le recordamos al señor gobierno que cuando los indios se morían de muerte inútil nunca pidieron permiso y el señor gobierno quedó callado y cómplice de nuestra muerte. No pedimos permiso para morirnos, tampoco pedimos permiso para vivirnos.
Durante mucho tiempo no pedimos permiso para estarnos callados. Sin permiso de nadie nos moríamos sin esperanza, con dolor nos moríamos, dolían la muerte y el silencio. Ahora no pedimos permiso para hablar. Sin permiso de nadie vivimos y hablamos, aliviamos la vida y la palabra. Y por eso estamos aquí, para hablar la vida.
Una nueva palabra está caminando con todos los que estamos aquí reunidos. Nosotros, los zapatistas, no hemos inventado nada nuevo. No inventamos la palabra, no inventamos la lucha, no inventamos la dignidad indígena. Ustedes han hablado siempre la palabra, siempre han luchado, siempre han sido dignos. Nosotros sólo le recordamos a México y al mundo que los indígenas existíamos y que no queríamos morir. Nuestra palabra fue nueva para los que habían perdido la memoria, pero para ustedes no es nueva nuestra palabra porque ya de por sí la caminaban desde los más antiguos abuelos.
Tenemos junto a nosotros a un grupo de hombres y mujeres que son verdaderos y cuya palabra lleva buen camino. Nosotros los llamamos «asesores» porque son y han sido como una palabra buena que nos ha aconsejado. Son como los antiguos consejos de ancianos que orientaban a los pueblos indígenas en su camino. Estos consejeros, estos hombres y mujeres de palabra buena, han hecho el trabajo más principal para que podamos estar reunidos en estos días, para que podamos hablarnos, para que podamos encontrarnos.
Queremos darles las gracias por su trabajo. No reciben ningún pago, sólo tienen la satisfacción del deber cumplido y eso los hace caminar. Estamos muy seguros de que el mundo no sería tan injusto y brutal como es ahora, si hombres y mujeres verdaderos como son los «asesores» fueran los que orientaran el camino del mundo y su pensamiento. En estos días son la soberbia y el dinero los que orientan al mundo y le tuercen el camino y la palabra.
Nosotros queremos un mundo donde el camino y el pensamiento tengan buena orientación. Donde haya buen camino para todos y todos tengan un lugar y se estén en su lugar con respeto y dignidad.
El mundo que tratamos de construir es un mundo donde todos quepamos sin necesidad de dominar a los otros. El poderoso no nos acepta en su mundo, no nos respeta, nos persigue y nos mata. Para el poderoso sólo se puede vivir como cómplice de los crímenes del dinero y la soberbia. El gobierno que tenemos ahora nos ha querido matar, comprar y callar. Ha fallado. Nos hemos negado a ser cómplices de un gobierno que combate a sus gobernados. Ahora queremos formar una nueva patria donde tengan lugar y respeto los indígenas y los no indígenas.
Por eso queremos invitarlos a que el espíritu que viva en nuestros corazones y en nuestra palabra sea el del respeto y la tolerancia. Todos tenemos un enemigo común, que se autodenomina «gobierno», que es el que trata de asesinarnos. La religión que nos acusa de «pecado mortal» se llama neoliberalismo. Tenemos que resistir el paso de muerte que camina el poderoso. Pero también tenemos que construir otro mundo y en este nuevo mundo debe haber lugar para todos los pueblos y todas las lenguas. Este es el pensamiento zapatista y es nuestra palabra.
No podemos combatir al racismo que practica el poderoso con un espejo que presenta lo mismo pero al revés: la misma sinrazón y la misma intolerancia, pero ahora contra los mestizos. No podemos combatir el racismo contra los indígenas practicando el racismo contra los mestizos.
Somos indígenas, hemos sufrido siglos de desprecio, de persecución, de olvido, de muerte. Muchas veces el verdugo ha tenido la piel clara, pero otras veces la muerte y la traición han tenido la piel morena y nuestra misma lengua. El camino bueno también lleva la palabra de hombres y mujeres de piel clara y lengua diferente. En el mundo que queremos los zapatistas caben todos los colores de piel, todas las lenguas y todos los caminos. Porque el mundo bueno no tiene un sólo rumbo ni un sólo camino. Muchos rumbos, muchos caminos tiene el mundo bueno. Y en esos caminos hay respeto y dignidad.
Este Foro Nacional Indígena puede ser un ejemplo de que no tenemos que pedir permiso para pensarnos libres, justos y democráticos. No les pedimos que olviden sus diferencias y discusiones, no les pedimos que se unan a fuerzas o que se rinda un pensamiento a la fuerza de otro pensamiento. Les pedimos que tengamos respeto y tolerancia al que piensa diferente en el camino pero tiene el mismo anhelo de vida. Les pedimos que incluyan en el camino a todos los que quieren caminar la libertad y la razón sin importar cómo es su pie o su paso. Les pedimos que, juntos, le demos a este país y a este mundo que sólo nos ofrece la muerte o la humillación como futuro, una lección: la lección de la dignidad humana que salva al mundo de la estupidez y el crimen.
Esta es nuestra palabra hermanos en este día que empieza a hablar y a escuchar la palabra de los indígenas mexicanos y los invitados de otros países. Nos están escuchando otras razas, otros colores y otras lenguas. Pero lo más importante es que nos escuchemos en nuestros corazones.
Hermanos:
A nombre del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional declaramos iniciados los trabajos del Foro Nacional Indígena el día de hoy, 3 de enero de 1996.
Bienvenidos a la fiesta de la palabra, la fiesta de la inclusión, de la tolerancia, de la dignidad humana.
¡Vivan los indígenas mexicanos!
¡Vivan los muertos que somos!
¡Viva siempre la sangre primera de estos suelos, la estrella de siempre que alumbra nuestros cielos!
Desde las montañas del Sureste mexicano
Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
México, enero de 1996.
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