San Andrés Sacamch’en de los Pobres, 22 de octubre de 1995
Al pueblo de México:
A los pueblos y gobiernos del mundo:
A la prensa nacional e internacional:
Hermanos:
El día de hoy hemos terminado el trabajo de los seis grupos de la mesa sobre Derechos y Cultura Indígena.
En todos ellos hubo una enorme riqueza en las aportaciones de los participantes, tanto sobre las causas de la injusticia y de la opresión de los pueblos indígenas, como en las propuestas de solución. Esto fue posible por la dedicación y la responsabilidad de los asesores e invitados del Ejército Zapatista dé Liberación Nacional, por esa capacidad que nace tanto de la lucha diaria y antigua de quienes representan a pueblos y organizaciones sociales, como del compromiso de los que con su opinión y orientación acompañan a esas luchas.
Su palabra y la nuestra se ha hecho una palabra que demanda libertad, justicia y democracia, que exige soluciones reales a los problemas de los indios y de todos los mexicanos, para que las armas puedan permanecer calladas.
Ninguna duda puede caber sobre el carácter nacional de los problemas que nos llevaron a levantarnos en armas y de las urgentes soluciones y respuestas. Ninguna duda puede caber ya sobre la necesidad de profundos cambios en la relación de los pueblos indios con el Estado, lo que a su vez sólo podrá hacerse con la democratización del país, con la desaparición del partido de Estado, con una gran reforma constitucional, con una reorientación de esa política económica que ha hundido en la miseria a millones de mexicanos indígenas y no indígenas. En los grupos de trabajo esto quedó claro, no sólo por la voz de nuestros invitados y asesores, sino también por lo que dijeron y aceptaron muchos de los invitados y asesores del gobierno, a quienes reconocemos el haberse acercado a la palabra verdadera.
Estamos seguros de que el andar juntos de estos días hará que todos, invitados, asesores, organizaciones sociales y sociedad civil, sigan de cerca las etapas de diálogo y negociación que vienen para que unidos, logremos hacer realidad lo que en esos días se ha demandado.
Todos hemos asumido un compromiso. El diálogo nacional que se ha abierto es responsabilidad de todos.
También estamos seguros de que el gobierno tratará de evitar que triunfen las propuestas que hicieron los participantes en los grupos, y que en la fase de negociación se negará a aceptar y regateará las soluciones, como siempre ha negado y regateado las posibilidades de justicia y democracia para los mexicanos.
Pero el Ejército Zapatista de Liberación Nacional seguirá firme. No se alzaron en armas nuestros pueblos para recibir migajas o nuevos engaños y promesas falsas. Nuestra lucha y nuestro sacrificio, como la lucha y el sacrificio de muchos otros mexicanos, es para alcanzar las grandes transformaciones nacionales que México requiere.
Por eso, hermanas y hermanos, con la convicción de siempre, con la certeza que también nos dan quienes aceptaron nuestra invitación para participar en este diálogo, seguimos diciendo: Para todos todo. Nada para nosotros.
Es todo.
¡Democracia, Libertad, Justicia!
CCRI-CG del EZLN
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