Entrevista al Comandante Tacho,
La Jornada, 26 de mayo de 1995.
Hermann Bellinghausen, enviado, Selva Lacandona. Chis. «El principal avance que vemos es que el gobierno reconoce que somos una organización seria, responsable, que si se compromete a algo lo cumple», declara el comandante Tacho, al evaluar la reciente ronda del diálogo entre el gobierno y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
«El gobierno reconoce que no somos bandidos. Reconoce que somos una organización armada». También habla de lo que espera el Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI) del próximo encuentro, y aclara cuáles son, por ahora las funciones del CCRI y cuáles las del subcomandante Marcos, toda vez que esto se ha prestado a especulaciones sobre supuestas tendencias dentro del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN):
«El acuerdo que tenemos ahorita es que en la primera parte del diálogo el trabajo de negociación con el gobierno nos tocó a los delegados que estamos ahora y a Marcos le tocó lo que le tocó, lo militar, y le toca dirigirse también civil y a las organizaciones políticas».
Durante un encuentro breve, aunque a la postre no tanto, literalmente en un cruce de caminos, el dirigente y delegado del CCRI del EZLN comienza por evaluar el segundo encuentro en San Andrés:
«En el diálogo pasado se repitió una actitud agresiva del gobierno a la hora de hablar y de hacer propuestas, que es lo que de por sí hizo la vez pasada. Dos cosas fueron diferentes. Una, que la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) actuó más como mediadora, y recibía la palabra de uno y se la llevaba al otro, y así no estamos todo el tiempo cara con cara, enfrentándonos pues como enemigos. Un mensajero está en medio. Eso lo vemos bueno, porque entonces no hay tantos choques y se puede hablar con más claridad, y fue tan bueno que se consiguió un acuerdo.
«La segunda diferencia fue que por fin el gobierno puso su propuesta por escrito. Como que hasta ahora tenía miedo de comprometerse por escrito, y las palabras, como dijo la comandante Trini, las palabras se las lleva el viento. No nada más fue medidas de distensión, porque falta ver qué piensa nuestra gente; faltan las propuestas y reglas».
–¿Se puede adelantar algo de como van las consultas?
–No. Todavía no se discuten. Pero lo vemos bueno porque vamos a llegar preparados al diálogo. Ya llevamos por escrito las propuestas del comité. Por eso pasó lo del segundo diálogo de San Andrés, no había nada escrito. La Conai, ¿¿¿¿¿ [tuvo que intervenir para evitar]?????que hubiera ruptura. No se podía pasar a otra cosa hasta que los del gobierno lo tomaran en serio. Ya no íbamos a decir nada hasta que dijeran algo escrito.
–¿Ustedes amenazaron con romper…
–No. Dijimos que no íbamos a seguir adelante hasta que hubiera una propuesta seria. Además, los delegados no pueden romper el diálogo sin instrucciones del comité.
–¿Cómo ven ahora lo que pasó cuando parecía que se rompían las pláticas, la delegación del gobierno se disponía a salir y el Ejército Mexicano se movilizó?
–No nos dimos cuenta porque no hablamos de romper. Luego pensamos que el gobierno quería meternos miedo para obligarnos a llegar a un acuerdo. Pero como no nos dimos cuenta, no les salió. Eso no nos preocupa. De todos modos, con esas trampas el diálogo no avanza.
–¿Cuáles son sus expectativas para el encuentro del 7 de junio?
–Nosotros lo que pensamos es que los delegados del gobierno no han entendido con quien hablan. Van a llegar igual, a hablar fuerte, duro, con desprecio, como decimos, golpeando con su palabra. Pero pues ya no nos preocupa que nos traten mal. Lo que nos preocupa es sacar acuerdos claros para que nuestra gente sepa lo que se está consiguiendo o no, o qué es lo que vamos a hacer.
«Vemos también que va a seguir siendo importante el trabajo de la Conai, para que no haya tantos choques en las pláticas y que cuando se vean los detalles como dicen, las cosas precisas del acuerdo mínimo, ahí vamos a ver que tan serio es lo que propone el gobierno. Ahorita como que está muy guanga la propuesta; falta su mera medida para ver mero cómo queda la medida justa cabal; se va a ver al gobierno si quiere resolver el problema. Si lo quiere dejar así nomás, suelto, quiere decir que está pasando el tiempo para ver qué pasa.
«Por otro lado, cuando veamos las reglas vamos a saber si el gobierno piensa arreglar. Las reglas sirven para que el diálogo camine, pero ellos quieren hacer reglas para taparnos la boca. Les preocupa qué vamos a hablar. A nosotros nos preocupa qué podemos resolver. El gobierno quiere que las reglas digan que no saquemos comunicados, y hablemos, o tengamos limitaciones. Así, las reglas son para estorbar.»
El comandante Tacho también encuentra avances significativos, y los destaca:
–El principal avance que vemos es que el gobierno reconoce que somos una organización seria, responsable, que si se compromete a algo lo cumple. Reconoce que somos una organización armada. Lo que vemos es que faltan detalles, como si faltaran los brazos, el cuello.
«En el comité vimos que lo primero es organizar la consulta. Vimos de qué lado se iba a hacer la prueba, si del lado tzeltal o tojolabal, y según eso el comité va a organizar. Pero sí te digo que en la propuesta faltan muchas cosas: falta ver cómo vamos a estar, cuáles van a ser los enlaces, cuál es la relación entre el gobierno y la fuerza rebelde en el lugar que se decida».
–¿Se ve como policías de una zona y en convivencia con el Ejército Mexicano?
–No ofrecen un territorio, sino un lugar donde nos vamos a poner. Sabemos que el ejército puede moverse por ahí, dentro de las rutas. Pero no hay nada decidido hasta que venga la respuesta de la consulta.
–¿Qué se podría decir de la dinámica de la consulta?
–Vamos, en que yo regresé y estuve explicando a los compañeros del comité tojolabal; les expliqué el documento grande y el acuerdo mínimo. Ahora ellos van a ir a sus regiones para reunirse con los responsables del pueblo. Van a dar la información y van a explicar el documento. Entonces, ya como último paso, se reúnen los compañeros de cada pueblos y se les explica.
«Los de Gobernación dijeron que no se necesitan tantos días para la consulta, que 20 eran muchos, que ellos nos iban a demostrar que se puede en menos tiempo. Dijeron que saben caminar muy bien, Bernal, Iruegas, Del Valle. Le dijimos que sí, que podían ir a ver que no es lo mismo estar en una mesa que ir a preguntarle a la gente. Pero no les dimos fechas. Por seguridad. Tenemos que ver que no les pase nada: su seguridad depende de nosotros.
«Ellos creen que estamos ganando tiempo. Tal vez si ya lo ven van a entender que sí es cierto que dilata tanto. Pero falta que el comité de más arriba decida de qué lado toca que vayan. El chol, el tzotzil, el tojolabal, el tzeltal. Y el comité que toque se encarga de recibirlos, acompañarlos y dejarlos. Quedamos de avisar el lugar y la fecha públicamente, y también invitar a la prensa que se anime».
Se le comenta que a raíz de los últimos comunicados del subcomandante Marcos y como respuesta a la respuesta zapatista, se generó una situación en la que ciertas versiones, presumiblemente oficiales, aseguran que Marcos adelantaba las propuestas, que una cosa decía Marcos y otra los delegados, que Marcos era línea dura.
–Nosotros -replica- llevamos el comunicado, pero de por sí el subcomandante Marcos manda si puede el comunicado por varias partes, por si se corta alguna. A nosotros se nos consultó ese comunicado días antes, luego del informe de la consulta en cada región, y decidimos como iba a estar el comunicado. Los delegados de San Andrés traíamos el comunicado, pero antes de que lo sacáramos, ya lo íbamos a entregar a la Conai, cuando supimos que ya lo estaban repartiendo y era el mismo.
«Todos los comités están de acuerdo con los comunicados. Los delegados no son la mayor autoridad, el comité es más grande, y el colectivo del comité manda sobre los delegados y sobre Marcos. Esas son historias que saca el gobierno por lo mismo de la traición de febrero, porque dice que nos engaña a los indígenas el hombre blanco. Pero de por sí así pensamos.
«El acuerdo que tenemos ahorita es que la primera parte del diálogo, este trabajo nos correspondió a los que somos los delegados. Y a Marcos le tocó lo que le tocó, lo militar, y le toca dirigirse también a la sociedad civil y a las organizaciones políticas. Ya que acabe esta parte del diálogo (distensión y reglas) y empiece la otra, el comité va a nombrar delegados para esa parte del diálogo. Pueden ser los mismos, o a lo mejor otros».
–¿Marcos?
–Tal vez. Es probable que pongan al subcomandante Marcos en esa parte.
El comandante Tacho se despide, mientras explica que continúa el camino para seguir hablando con la gente.
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