Conferencia de prensa,
San Andrés Sacamch’en, Chiapas, 13 de mayo de 1995, 20:30 hrs.
COMANDANTE DAVID:
Muy buenas noches a todos. La delegación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional quiere dirigirles algunas palabras a todos los presentes: a la prensa nacional, internacional y otros medios de comunicación, a la sociedad civil nacional e internacional, a todos los hombres y mujeres indígenas de esta población, a todos los que están aquí presentes colaborando con el cinturón de seguridad, el cinturón de paz, queremos dirigirles algunas palabras para que ustedes se enteren de lo que estamos haciendo.
Ahorita estamos apenas estudiando la propuesta del gobierno al punto central que estaba contemplado en la agenda, que posteriormente se los daremos a conocer. En este momento solamente queremos decirles que vamos a hablarles un poquito sobre las condiciones de vida de los pueblos, de los campesinos, y por eso le cedo la palabra a otro compañero, el Comandante Zebedeo.
COMANDANTE ZEBEDEO:
Tengan ustedes muy buenas noches. Me he preservado de hacer mi sencillo discurso ante ustedes pero creo que tengo el gusto de hacer el uso de las palabras, de hacerles un recuento de los padecimiento que nosotros hemos vivido de desde siempre, de desde mi infancia y desde tal vez en mi vejez ¿quién sabe?. Tal vez no es para lamentarles a ustedes y tal vez a los mexicanos que realmente están viviendo esa pobreza, esa marginación. Sólo queremos hacer este discurso para que sean escuchados. Ustedes ya saben que desde hace 500 años nosotros realmente hemos vivido, tal vez muy poco todavía que hemos vivido -porque ustedes nos ven aquí los santos enmascarados presentes, lucha libres acá- es muy poco las edades que traemos sí, pero nuestros abuelos, nuestros padres que ya murieron y que todavía sí hay algunos viven, que ellos sí murieron así vanamente pues, porque tal vez quisieron lograr a que se sanifique la salud, que quisieran no morir, pero ellos murieron curablemente la enfermedad que ellos padecían y que por lo pronto ahora mismo pasa igual. A veces nuestros hijos se mueren con enfermedades curables, o tal vez no con enfermedades, pero por la misma consecuencia de la pobreza: que no hay tierra, pues no hay comida que realmente sea saludable, sea una alimentación nutriente de la salud de nosotros los indígenas. Y que por eso es las mismas causas que nosotros estamos aquí presentes, a buscar esa vida, que nosotros pues tengamos ese derecho de vivir, ser como humanos. Queremos ya también vivir bajo como esta luz que estamos ahora; ya también quisiéramos probar caminar con nuestras mujeres ataviadas en las calles, paseando, o donde quisiéramos pasear, que tengamos ya también ese derecho. Que nosotros ya queremos suprimir totalmente esta marginación, esta pobreza. Y no es por primera vez que Zebedeo está diciendo estas palabritas, sino que desde… tal vez ustedes desde su infancia hasta su niñez o juventud han escuchado siempre esta palabra: que queremos ese derecho, esa libertad, esa justicia y ese derecho.
Si los mexicanos han muerto con enfermedades curables es porque no ha habido justicia y que eso es lo que más discutamos, que eso es lo que más pretendemos a que salga ya a una luz esa justicia, pero que esa justicia que no sea solamente local; en nuestras siglas decimos nacional y que sea nacional. No solamente nos referimos a un municipio, a una región o a un estado, porque todos estos padeceres de los treinta y tantos estados que hay es lo que padecen, que también nosotros padecemos, los chiapanecos, y así lo han manifestado todos los mexicanos: que quieren vivir esa vida pero que sea vida sana, que sea vida digna, eso es lo que siempre nosotros estamos buscando. Y que seguiremos insistiendo a eso, que llegue pues mediante este diálogo, mediante esta plática que estamos acá. Y creo que no tengo otras palabras que inventar, creo que ya está mencionado todo y muchas gracias.
COMANDANTE DAVID
Yo, el Comandante David, quiero complementar un poco lo que acaba de decir el compañero sobre las condiciones de vida en que vivimos cientos de miles de campesinos, de indígenas, de no indígenas en Chiapas. Es muy cierto de que las condiciones de vida que se viven en Chiapas están en toda la República Mexicana, no desconocemos las condiciones de vida de nuestros hermanos indígenas de otros estados de la República. Como se vive aquí en Chiapas, lleno de hambre, de miseria, de injusticias, de explotación y de marginación está presente en todos los pueblos indígenas de México. Pero también en las poblaciones no indígenas. La clase trabajadora de todo México también vive en condiciones muy difíciles, se vive una pobreza, se vive una escasez de todos los servicios; por eso la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional ha tomado en cuenta todas estas condiciones de vida, porque tenemos claro de que la lucha de los indígenas chiapanecos es la lucha de todos los indígenas de México y de los no indígenas. Porque la pobreza, porque la explotación, porque las injusticias, el desempleo, el descontento social, está por todos lados.
Si nosotros, los indígenas chiapanecos, nos obligaron a levantarnos en armas como único camino para exigir nuestros derechos, para que nos respeten nuestra dignidad, para que nos tomen en cuenta como pueblos y naciones, que solamente con las armas en la mano sí nos pueden entender, porque por otro lado se ve que es muy difícil porque traemos años y años reclamando nuestros derechos, gritando, pidiendo justicia y libertad que nunca nos han respondido. Si esto es el problema, si estas son las condiciones en que vivimos millones de mexicanos indígenas y no indígenas, creemos que todos tenemos una responsabilidad grande para que todos juntos busquemos un camino que nos pueda llevar a mejores condiciones de vida.
Si nosotros nos levantamos en armas porque vemos que no nos quedó otro camino, pero si la sociedad civil, si otros hermanos nuestros de los diferentes estados de la República, todavía ven que queda otro camino, como lo hemos dicho siempre: queremos probar ese camino. Estamos dispuestos a seguir ese camino que no sea el camino de las armas.
Por eso hacemos un llamado a todos los indígenas de todo México y los no indígenas, que también viven en las mismas condiciones de vida, para que todos juntos busquemos las formas posibles para llegar a una paz justa y verdadera.
Esa responsabilidad la tenemos todos los mexicanos, esa responsabilidad la tenemos todos los campesinos, los indígenas, los obreros y todas las demás clases trabajadoras.
Si nosotros estamos aquí, como ustedes lo saben, es porque tenemos esa voluntad de encontrar un camino que nos lleve a una paz justa y digna, pero no una paz impuesta con la fuerza de las armas, no una paz impuesta con la fuerza de tanques y aviones, no una paz de mentiras y de engaños, no una paz de sepulcros. Sino una paz basada en la justicia social y en la libertad de todos, por eso estamos dando esa muestra de voluntad entonces, por eso estamos aquí.
Si todos estamos aquí, si todos los que están aquí, venimos con esa voluntad de buscar una paz verdadera, y que creemos que por eso están, y creemos que son las razones que nos trajo hasta acá, que llegamos a este pueblo San Andrés Sakam’chén de los pobres, antes San Andrés Larráinzar, existido desde el 19 de diciembre de 1994 y famoso desde el 19 de abril de este año, porque antes nadie, nadie se preocupaba de sus habitantes, de sus condiciones de vida, ni para pintarles su presidencia, menos construirles un auditorio municipal. Si ahora se menciona el nombre de San Andrés, es porque estamos aquí con el fin de buscar la paz.
Les decíamos ayer que con el único interés de encontrar esa paz justa y digna para todos estamos aquí. A todos los que están presentes, los que tienen que estar de pie día y noche, aguantando frío y sueño con el fin de buscar esa paz, si es así, consideramos de que todos queremos una paz, pero una paz que nos lleve a una vida más digna, no como antes, no como la que vivimos ahora, una paz de hambre y de miseria. Eso ya no queremos, eso ya no deseamos, ya estamos cansados de vivir de esa forma. Traemos siglos viviendo de esas condiciones de vida. Ahora queremos buscar entonces otras formas de vida, pero solamente con el esfuerzo de todos, solamente con la voluntad de todos, de todos los mexicanos, y con la solidaridad de nuestros hermanos de otros países del mundo, que también por eso están aquí presentes. También se hacen testigos de lo que acontece en esta parte de nuestra República Mexicana.
Es por eso entonces, les volvemos a decir, de que estamos con esa voluntad, que mientras no exista esa paz justa y digna, que mientras no se acabe el hambre y la miseria, que mientras haya campesinos sin tierra, sin casa, sin servicios, nosotros no dejaremos de luchar. Creemos que también así a todos los mexicanos pobres. Yo creo que nadie quiere vivir en la miseria, en una pobreza extrema. Yo creo que nadie quiere vivir en la basura, como viven cientos de mexicanos. Creemos que nadie quiere vivir de limosnas, pidiendo limosna en las calles, los niños, los hombres y las mujeres. No deseamos esa vida. Por eso tratamos de poner nuestro granito de arena por conseguir una vida más justa y digna. Eso es nuestra palabra en este momento, también le doy la palabra a otro compañero comandante.
COMANDANTE GUILLERMO
Buenas noches a todos, compañeros presentes. Así como ya se dijo, ya dijeron los otros compañeros, pues la situación indígena en que estamos viviendo hace años, cientos de años. Desde un principio, cuando nos levantamos en armas el 1º de enero del año 94, nos dijeron de que supiéramos esperar, que nos iban a dar lo que no tenemos. Son puras mentiras, son puras mentiras. Que supiéramos esperar, eso no es cierto. ¿Por qué digo eso? Desde hace años han venido organizando los pueblos indígenas, han pedido en una buena forma, en una lucha legal, pero el gobierno nunca nos escuchó. Y hasta la fecha no nos ha escuchado, no nos ha cumplido nuestras demandas. Eso le damos a conocer ante el mundo; aunque ya han caído nuestros compañeros en los combates, han derramado la sangre, la sangre indígena, la sangre de la raza maya, hasta la fecha el gobierno no nos quiere escuchar, atender nuestras demandas justas y hasta la fecha se niegan a atenderlo o a darnos. Eso ya se dijo.
Sólo quiero hacer una aclaración acerca del comunicado que se dio ayer en la noche, se publicó, sobre la propuesta que llevamos de parte del gobierno, que fuimos a consultar y, como ya es sabido en todo el pueblo de México, ante el mundo, ya es sabido la respuesta de la consulta de nuestras bases, de nuestros pueblos. Y ahora escuchamos la noticia de que nosotros, la delegación zapatista, pedimos una disculpa de parte del gobierno, porque se publicó antes. Eso lo desmentimos ante la opinión pública, ante el mundo. Hoy salió la noticia de que pedimos disculpa o pedimos perdón, porque nos adelantamos a dar a conocer sobre el resultado. Desmentimos. No es cierto. Nosotros no venimos a pedir perdón, no venimos a pedir disculpas ante el gobierno, eso jamás. Ni venimos a hincar ante ellos, eso nunca. Que lo sepa todo el mundo.
Eso queremos que lo tengan bien claro: no venimos a arrodillarnos, no venimos a rendirnos, a pedir perdón o disculpas. Esto que se olvide el gobierno, eso jamás. Así como ya se dijo, el levantamiento armado aquí en el estado de Chiapas, aquí en nuestro pueblo de México, es una causa justa que la motivaron. Nosotros jamás, como dijimos la vez pasada, ante el pueblo se dijo: no venimos a rendir ni a entregar armas, eso jamás.
Queremos aclarar ante el mundo, desmentimos todo eso. No pedimos disculpas. No pedimos disculpas, ni que nos perdonen, eso jamás. Porque hoy escuchamos en la noticia, eso se dijo. Nosotros jamás pedimos disculpa. Porque lo sabemos, porque lo conocemos, porque lo miramos, porque lo sentimos, porque lo vivimos la situación en que estamos. Que quede bien claro: nosotros no venimos a pedir perdón ni nada de eso; a platicar con la delegación del gobierno sí, para buscar una solución pacífica, para buscar una solución de buena manera, no con las armas. De eso estamos, de eso venimos, hemos dejado a un lado de hablar con las armas, hemos dejado a un lado. Por el momento eso queremos aclarar y desmentir ante la opinión pública, no hicimos eso y que lo sepan todo el mundo. Eso es todo.
COMANDANTE DAVID:
A nosotros los indígenas, a nosotros los pobres y también los otros pobres de la República Mexicana, nadie ni nada nos podrá tapar la boca para decir la verdad. Nadie nos podrá atar las manos, nadie nos podrá tapar la vista para mirar nuestra situación. Como dice el compañero, pase lo que pase, nosotros seguiremos hablando con la verdad. Por eso si venimos aquí con el fin de buscar una salida es porque creemos que sí, también tenemos la razón. Si nosotros venimos aquí sin importar el miedo, sin importar hasta la muerte, es porque en nuestro corazón y en nuestra mente y en nuestra boca traemos la palabra verdadera de los cientos de miles y millones de nuestros hermanos indígenas de México y de todos los pobres. Por esa razón podemos ir a donde sea necesario ir con el fin de buscar esa paz, con el fin de buscar esa vida justa y digna para todos.
El Ejército Zapatista no está buscando intereses personales, ni beneficios particulares, sino lo que el pueblo pide. Algunos, o varios, hasta nos preguntan o hasta nos dicen, o hasta nos recomiendan que por favor no pidamos cosas grandes al gobierno, no pidamos cosas que no nos van a poder dar. Nosotros no le estamos pidiendo el Palacio Nacional, no le estamos pidiendo que nos entregue todo el poder. Nosotros, los zapatistas, los indígenas, pedimos lo que nos corresponde por derecho y por herencia, que es la justicia, la dignidad, la libertad. Eso es lo que pedimos, es lo que defendemos. Por esas causas estamos dispuestos a seguir adelante hasta donde sea posible y necesario, con la ayuda de todos. Tenemos la plena seguridad de que sí podremos salir adelante.
COMANDANTE TACHO
Buenas noches a todos los medios de comunicación. Buenas noches a los compañeros de la sociedad civil, buenas noches a todos. Buenas noches a los hombres y mujeres verdaderos de estas tierras de Chiapas y de México. Los compañeros ya fueron claros en explicar los motivos por los que nosotros, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional nos levantamos en armas. Como es sabido ya, desde hace muchos años, todos los pueblos indígenas y no indígenas hemos sido despreciados por el mismo gobierno que con un sombrero o con una playera nos ha llamado a votos. Así engañó muchos años, así hizo varias décadas y nos llamaban los pobres inditos. Estamos orgullosos de que seamos indios, estamos orgullosos también de ser indígenas, orgullosos con la clase trabajadora, la sociedad civil, todos los que sufrimos ese desprecio en México al no ser que en otras partes del mundo lo sea así. Como es sabido ya, nosotros, si ahora estamos hablando con las palabras verdaderas, defendiendo nuestros derechos, la dignidad de los hombres y mujeres verdaderos de estas tierras mexicanas. Aún así, hasta nos quieren decir lo que debemos decir con ustedes. De eso renunciamos. El Ejército Zapatista no le pueden decir lo que debe hacer, porque por sí mismo se puede dirigir, y nos estamos dirigiendo ahora para explicar, para decir qué es lo que el pueblo necesita.
Es claro que el Palacio Nacional no va a solucionar la pobreza, no lo queremos. No queremos el Palacio de la Gobernación, porque no va a parar las muertes, es un edificio nada más. Esa no es nuestra lucha. Lo que nosotros queremos es que las riquezas de nuestras tierras mexicanas legítimas, de todos los pueblos indígenas y no indígenas, esas seamos dignos, que nos correspondan las partes que se distribuyen en energía eléctrica. Nosotros sabemos que Chiapas produce energía eléctrica, pero no hay luz. Nosotros sabemos que es rico en materias primas, pero no hay nutrición. Nosotros sabemos que produce petróleo, pero no hay ningún desarrollo; inventan, mienten al decir que Chiapas está desarrollado y que en otras partes de la República igual. No es cierto. Los compañeros que acaban de explicar, lo sentimos profundamente al no ser que con el dulce que nos quieren dar quieran conformarnos. Nosotros no nos vamos a conformar con un dulce que nos quieren dar, quieran conformarnos. Nosotros no nos vamos a conformar con un dulce. Nosotros estamos exigiendo el derecho de todos los indígenas y no indígenas de todo México a que le corresponda, por derecho, los bienes que produce nuestra nación.
Estamos tan pobres en un país tan rico. ¡Qué contrariedad a los ojos del mundo! Que nosotros no tengamos escuelas, no tengamos ni siquiera el sexto grado, como es en los pueblos indígenas y aún no indígenas. No hay una secundaria, ni siquiera eso. A otros países, para el gobierno mexicano, lo creemos como una vergüenza de que no haya podido hacer eso durante 502 años después de la llegada de los españoles. Seguimos padeciendo y lo vamos a seguir porque se ve que hasta ahorita han estado abundando las muertes, el asesinato, la desaparición. En México, muchos hombres, muchos dirigentes han sido asesinados, desaparecidos, torturados por querer defender los derechos que nos corresponden, la dignidad, por la justicia, por la libertad, por la democracia. Hasta 1994, hoy, se nos acaba de reconocer que realmente había el hecho esa falta, que no habían visto que realmente estaba ocurriendo la pobreza, pero que ahora sí ya lo saben ¿Por qué lo supieron? Porque nos hicieron que nosotros nos levantáramos en armas; porque si nos vamos a morir por una diarrea curable, si nos vamos a morir por un dolor de estómago por el parásito, pues mejor nos vamos a morir luchando y aunque nos cruce una bala. Así lo decidimos en 1994.
La voz de la sociedad civil llegó hacia donde nosotros nos encontramos y escuchamos la voz de ellos que nos dijeron que vamos a buscar otra forma para llegar, para buscar otro camino. Escuchamos esos clamores, escuchamos esos tambores y por eso aquí estamos. Por eso dirigimos nuestra palabra a todos, que ahora la pobreza aumenta en el campo y en la ciudad, el desempleo aumenta en la ciudad. La carestía, no podemos nosotros decir una mentira que no hay carestía, que no hay miseria, que no hay desempleo. Hay desempleo, hay miseria y hay carestía. Según para que pueda recuperar la bolsa de valores, para que recupere la estabilidad la bolsa. Pero quieren que un consumidor, un jornalero, un obrero, pague ese costo, que los indígenas también paguen ese costo. Lo hemos visto desde nuestras selvas, hemos visto, hasta México llegan nuestros ojos y a otras partes de México y de otros pueblos hermanos.
Por eso nosotros no vamos a conformarnos, no vamos a dejar de hablar la verdad de los hombres y mujeres verdaderos de estas tierras. Sin duda les decimos que nos quieren atar las manos, nos quieren hacer que no podamos hablar, decirles a ustedes la verdad que estamos ahora padeciendo, para decirles la situación está peor, porque hay más muertes, hay más miseria, hay más descontento, más desempleo. Por eso decimos que nuestra lucha es nacional, es para todos los mexicanos, para todos aquellos que somos pobres, que somos despreciados, que somos marginados. Ni se diga que en la ciudad no hay marginación, sí, están allá en las orillas, ahí viviendo. Nosotros, partes de las ciudades sí conocemos, no nos van a venir a decir que no. Por eso ante ustedes, ante el mundo decimos: nosotros hemos sido pasivos, hemos escuchado, esperamos también, tenemos esa paciencia. Enseñamos también cómo tenemos que hacer un diálogo, planteando verdaderamente los puntos a tratar y no algo que de repente se nos ocurra. Nosotros vamos a seguirles hablando, vamos a seguirle hablando a México y vamos a seguirle hablando al mundo con las verdades de estos indígenas que en 1994 tuvimos un amanecer. Muchas gracias.
COMANDANTE DAVID
Bueno, hermanos todos, estas fueron nuestras palabras. Para las mujeres las tenemos reservadas nuestras palabras especiales para otro momento, porque a las mujeres las tenemos muy dentro de nuestro corazón, las mujeres indígenas, las mujeres no indígenas de todo México. Pero tenemos reservadas unas palabras para otro momento, compañeros y compañeras. Pues estas fueron nuestras palabras, muchas gracias a todos, que pasen muy buenas noches, aunque sea de pie; pero sí les recomendamos pues la paciencia, como todos sabemos, se necesita paciencia y voluntad. Buenas noches a todos, hermanos y compañeros.
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