Están por conmemorarse los 40 años de la represión, que el régimen priísta llevó a cabo contra los estudiantes que habían decidido realizar una manifestación del Casco de Santo Tomás al Caballito, estatua que se encontraba en Bucareli y Paseo de la Reforma. El grupo paramilitar de «los halcones» creado, entrenado y financiado por el gobierno federal y el de la Ciudad de México, atacó y masacró a los jóvenes en las calles de San Cosme, Instituto Técnico y avenida de los Maestros.
El gobierno de Luis Echeverría prometió de manera cínica encontrar a los responsables en 8 días, respuesta que sigue sin llegar. Los estudiantes de hace 40 años vemos con preocupación, que una fecha que pertenece al pueblo de México, se convierta en patrimonio electoral del partido político que dirige el gobierno de la ciudad. Que opinarían las decenas de compañeros que padecieron esa brutal violencia, sí se enteraran que sus esfuerzos para transformar la realidad, para crear una nueva sociedad igualitaria, para establecer la democracia en todos los ámbitos de la vida nacional, han sido convertidos en elementos de propaganda político-electoral de los de arriba.
Si en realidad existiera voluntad por quienes gobiernan la ciudad capital desde hace 14 años, la mejor manera de honrar a nuestros compañeros habría sido aplicando la ley, concluyendo las averiguaciones, informando a la población de quienes fueron los responsables y aplicándoles el más severo de los castigos a estas personas.
El 10 de junio es patrimonio de todos los mexicanos y debemos luchar por mantenerlo fuera de las pugnas y ambiciones electoreras que tanto daño político y social han causado en los últimos años.
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