Señora:
Reciba usted las caravanas de rigor. Le escribo para informarle que, junto con usted, estamos tomando todo con mucha ecuanimidad y hemos soltado algunos discretos «¡Yepa, Yepa, Yepa, Arriba, Arriba, Arriba, Ándale, Ándale, Ándale!» ante la estupefacción de los micrófonos y satélites con los que el supremo nos vigila tratando de descubrir, inútilmente, cuál es nuestra estrategia secreta y cuáles son nuestras oscuras intenciones…
El subcomandante Marcos llegó en 1984 a la selva lacandona de Chiapas, en el sureste de México, y allí vivió durante 17 años con las comunidades indígenas tzotziles y tzeltales hasta el 11 de marzo pasado, cuando la marcha que encabezó y que cruzó medio país remató con una manifestación gigantesca en la Plaza de la Constitución -mejor conocida como el Zócalo- de Ciudad de México.
A los niños, niñas, ancianos, ancianas, jóvenes, jóvenas, hombres, mujeres
de la Argentina.
América Latina, Planeta Tierra.
Pueblo de México:
Hermanos y hermanas de toda la sociedad civil.
Hermanos y hermanas indígenas de todas las lenguas y culturas que habitamos a los largo y ancho de nuestro país México.
Hermanos y hermanas indígenas:
Llegamos esta delegación del EZLN para dirigirles nuestra palabra.
Hermanos y hermanas:
Ejidatarios, comuneros, pequeños propietarios, jornaleros y migrantes en general.
Queremos darles las gracias a todas a las que nos acompañaron en la marcha por los 12 Estados.
Hermanos Indígenas de todo el País México.
A LOS PUEBLOS Y GOBIERNOS DEL MUNDO: