Ejército Zapatista de Liberación Nacional
A la Marcha europea contra el desempleo, la precariedad y las exclusiones.
Europa Rebelde.
Planeta Tierra.
Hermanos y hermanas:
Desde las montañas del sureste mexicano, los indígenas rebeldes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional les enviamos nuestro mejor saludo, nuestra admiración por el esfuerzo que hoy culmina, nuestro paso común por el desafío que hoy sigue adelante.
La guerra que en contra de todos los sobrantes y desechos del mundo, todos nosotros, lleva adelante el gran Poder es mundial y total. Una nueva conquista del mundo, esto es lo que el gran Poder pretende. De nuevo apropiarse de la fuerza del débil, de nuevo robarle la riqueza que produce. Pero ahora el gran Poder pretende también quitarnos el corazón de lucha, dejarnos sin rebeldía y sin esperanza.
Para lograrlo, el gran Poder busca y crea nuevas formas de autoritarismo, construye cárceles para cuerpos y pensamientos, practica y aplaude las intolerancias, abona el terreno donde crecen el racismo y la xenofobia, oferta las miserias del desempleo y la precariedad laboral como éxito neoliberal, multiplica los cercos en contra de la disidencia y decreta la exclusión de miles de millones de seres humanos que no sólo no tienen cabida en su modelo mundial, sino que también se rebelan contra la modernidad de la estupidez.
Los trabajadores, los productores de la riqueza que hoy se acumula en las mesas del gran Poder, son ahora arrojados a las calles. Gracias a la concentración de la producción en unas cuantas transnacionales y a la quiebra de miles de pequeñas y medianas empresas, trabajadores de todo el mundo pierden su empleo y, por la alquimia neoliberal, forman un formidable ejército que amenaza la seguridad laboral de los pocos que aún conservan el trabajo. Así, el neoliberalismo resucita fantasmas y le presenta a los trabajadores enemigos fabricados: los inmigrantes. Como si estos desplazados de sus hogares y trabajos fueran los causantes de la miseria y sobrexplotación de los esclavos modernos de la globalización, el racismo y la xenofobia se convierten en el pretexto de la lucha de trabajadores contra trabajadores. El neoliberalismo nos enseña a enfrentarnos contra nosotros mismos, a conformarnos, a no alterar el reino del dinero globalizado.
Pero resulta, hermanos y hermanas, que todos nosotros salimos pésimos alumnos en la globalizada escuela de la derrota, somos malos clientes para las ofertas de desánimo, y somos herejes militantes contra la religión del dinero.
Hermanos y hermanas:
Dos proyectos de lo que debe ser Europa se encontrarán este junio en Ámsterdam.
Uno de los proyectos viene de los grandes centros financieros, viaja en modernos aviones, con complicados equipos de seguridad, con modernas comunicaciones, con el gran dinero como voluntad y guía. Este es el proyecto del neoliberalismo.
Otro de los proyectos viene de todos los oscuros rincones de Europa, viaja por tierra, sin más seguridad que la confianza mutua, con la comunicación que el saberse rebeldes todos les da, y con la dignidad humana como motor y esperanza. Este es el proyecto de la humanidad.
Allí en Ámsterdam se reunirán los representantes de los gobiernos europeos. La unidad de Europa que promueven ellos es la de la guerra: más de 20 millones de desempleados, 50 millones en la pobreza, 5 millones sin casa, todos los ciudadanos europeos han visto reducidos sus derechos sociales. Mujeres, ancianos, jóvenes, migrantes, pequeños propietarios, homosexuales y lesbianas, trabajadores, además de todos los que luchan junto a esos grupos sociales, se han convertido en las víctimas de la »nueva unidad europea».
Pero también en Ámsterdam están reunidos los rebeldes de Europa. Juntos, sin fronteras que los dividan, han marchado desde todos los rincones del continente para demostrarse y demostrarnos que la Europa de Maastrich no es ni la mejor ni la única alternativa. Contra el desempleo, la precariedad y la exclusión social los rebeldes de Europa luchan contra la tiranía del libre mercado y por una Europa libre, sin racismo ni xenofobia. Juntos proponen la unidad de los excluidos para resistir a la unidad de los poderosos, y para avanzar en la construcción de una Europa democrática, libre y justa, donde lo que se pierda no sea la dignidad humana, sino la miseria.
La marcha europea de los rebeldes que este 14 de junio de 1997 termina en Ámsterdam, es también el inicio de la lucha por la unidad europea por la humanidad y contra el neoliberalismo.
Desde muchos kilómetros de distancia, con un océano de por medio, nuestra palabra llega hasta ustedes para decirles lo que, es seguro, ya sabían sus corazones y descubren ahora sus ojos y oídos: que no están solos, que la Ámsterdam que hoy, 14 de junio, es tomada por ustedes es la punta visible del rebelde volcán de dignidad humana que, en todo el mundo, empieza ya a anunciar otro mundo, uno diferente al del gran Poder, uno mejor, uno más digno, uno más humano.
En este mismo 14 de junio, mexicanos rebeldes se manifiestan en la ciudad de México en apoyo a sus justas demandas, y levantan en tierras mexicanas la bandera de la dignidad por la humanidad y contra el neoliberalismo. Todos nosotros nos reconocemos en el espejo que su lucha nos ofrece, sabemos que el enemigo que enfrentan y enfrentamos es un mismo proyecto de destrucción y de muerte, que sólo con democracia, libertad y justicia será posible la esperanza.
Nosotros saludamos esta lucha. Nosotros somos indígenas en armas. Somos excluidos por decreto neoliberal y somos rebeldes por decreto de la dignidad humana. Estamos alzados en armas contra el gran Poder y nuestro desafío es sólo una pequeña parte del que, en todos los rincones, se levanta en los cinco continentes. Ahora estamos resistiendo, porque resistir también es una forma de luchar.
De la Europa de Maastrich sólo hemos recibido desprecio y muerte. El gobierno que nos persigue está equipado con las armas que la «Europa de los 15» le otorga para que elimine el mal ejemplo que somos. De la Europa rebelde, la Europa que se ve representada en esta marcha, hemos recibido comprensión y no pocas lecciones de dignidad y consecuencia.
Nosotros, los rebeldes mexicanos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, queremos darles las gracias por el ejemplo que hoy regalan a la historia de la dignidad humana. Y para darles las gracias les mandamos las palabras de un rebelde, indígena maya, que supo que del sueño a la realidad el camino es de lucha.
Canek dijo:
«-Unos prefieren el ideal: otros la realidad. De esto resulta una discordia que encona los espíritus. Nunca los hombres concilian sus opiniones. A lo más que llegan es a soñar la realidad o a vivir el ideal. Y la diferencia del apetito subsiste. Pero el hombre debe ser más exigente y más humano; debe querer la mejor realidad; la posible, la que madura y crece en sus manos. Esto será como vivir el ideal de la realidad». (Canek: historia y leyenda de un héroe maya. Ermilo Abreu Gómez).
Vale. Salud, hermanos y hermanas rebeldes de la Europa digna, y que la esperanza rompa todas las fronteras en todo el mundo.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos
Ejército Zapatista de Liberación Nacional
México, junio de 1997
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