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Palabra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Nov242006

Cuarta y última esquina del país en el recorrido del Delegado Zero: Tamaulipas, 21 de noviembre

El delegado zero en la colonia Blanca Navidad

En la reunión con adherentes de Nuevo Laredo y de la otra del otro lado Lea aquí

Nuevo Laredo, Tamaulipas
Encuentro en la colonia Blanca Navidad
21 de noviembre del 2006

Buenas tardes compañeros, compañeras. Es un honor estar aquí con ustedes. Como platicaron ya algunos que pasaron, gente de aquí de estas tierras fue hasta Chiapas a conocernos y a contarnos su historia.

Y les queremos explicar qué venimos acá a hacer nosotros. Nosotros somos indígenas chiapanecos, en el último rincón de este país y estamos bien jodidos. No nada más porque somos pobres, además porque somos indígenas. Y eso no lo podemos cambiar. Se burlan de nuestro color, se burlan de cómo hablamos, se burlan de cómo vestimos y se burlan de nuestra cultura, de nuestras creencias.

Y resulta que nosotros ya estábamos aquí antes que llegaran los güeros, los españoles, los gringos, los franceses, los japoneses, los coreanos, todos los que están llegando aquí a robar a nuestras tierras. Y resulta que allá nos quieren robar el agua.

Ahora, ya saben ustedes, que antes, hace tiempo el agua no se vendía, se regalaba. Ahora se vende en una botella. Y el que la embotella es un patrón y ése se está robando los manantiales. Y se roba los árboles, y se roba nuestra tierra.

Y entonces, nosotros estamos como olvidados. Este país no se acuerda que hay indígenas. No sabe pues. Está pensando que es del primer mundo por el Tratado de Libre Comercio. Estaba Salinas de Gortari y estaba diciendo en la televisión y en el radio, y en los periódicos que ya todos vivimos bien y estamos contentos.

Y entonces, pues entró nuestro coraje, nos enojamos pues, y nos alzamos en armas. Y le declaramos la guerra al gobierno y al ejército. Y empezamos a pelear con él. Porque lo que nosotros demandábamos no es que queríamos ser presidente, ni gobernador, ni presidente de la República. Nosotros queríamos que nos respetaran.

Porque eso vemos que no hacen los ricos ni los gobiernos: no respetan a la gente humilde. La tratan como si fuera animal. La desprecian, la mandan a vivir en cualquier rincón y ni siquiera se preocupa si tiene una buena casa, si tiene luz, si tiene agua, si tiene drenaje.

¿Cuánta gente entra en un pequeño cuartito? No le importa. Al gobierno sólo le importa si el rico le va a pagar su dinero. No le importa si esa empresa está envenenando el río, lo que le importa es que el dueño se moche para ellos.

Y entonces, lo que nosotros estamos viendo y vimos desde entonces, es que nadie va a resolver nuestros problemas de allá arriba. No importa qué gobierno llega. Ustedes saben que cada vez que hay elecciones, llega un candidato y dice: “yo les prometo que si votan por mi, ahora sí voy a resolver los problemas”.

Y cuando llega al poder ¿cuándo ha regresado a Blanca Navidad? ¿Cuándo ha ido a Chiapas? ¿Cuándo ha ido a Nuevo Laredo? Ni se acuerda. Ni sabe si existe esta colonia. Ni sabe si hay indígenas aquí en nuestro país que es México.

Y nosotros pensamos que ya estuvo bueno de estar esperando que alguien va a venir de fuera, otro, que se va a portar bien, o que no va a robar mucho. Ahorita ya vimos que el gobierno hizo una trampa, para poner a Felipe Calderón como presidente de México. Porque no importó que no ganó las elecciones —porque no las ganó—, hizo trampa. Y ahora va a quedar de presidente y está toda la televisión y la radio, y los periódicos, diciendo que México es de todos, que todos vamos a estar tranquilos.

Son puras mentiras, No vamos a estar tranquilos. Nosotros los zapatistas no vamos a estar tranquilos. Nosotros, en la Otra Campaña, no vamos a estar tranquilos. Ellos piensan que nos vamos a dejar. Que van a poder humillar a la gente todo el tiempo que quieran.

Y nosotros venimos hasta acá, hasta Tamaulipas, aquí a Nuevo Laredo, aquí a Blanca Navidad, a decir que ya no. Que ya basta. Ustedes nos contaron su historia que pasó aquí, y yo pido a las cámaras de televisión que vienen, y a los fotógrafos de los periódicos, que tomen fotos y tomen video de esas casas. Y digan si es justo que en este país un trabajador, una trabajadora y su familia vivan así.

Les digo eso porque en los medios de comunicación se está diciendo que en el norte todos están contentos. Que todos saludan a Fox y lo quieren mucho. Que todos viven como viven los gringos en Texas. Que toda la gente vive bien. Y en otras partes de la República, si alguien no conoce lo que pasa en Blanca Navidad, piensa que es cierto.

Como si el país se hubiera partido a la mitad y hubieran dicho que el norte es otro México que ya está muy bien. Y el sur es el que está jodido. Y hemos caminado por todo el norte. Este es el último estado que visitamos. Ya recorrimos todos los estados. Estamos terminando con Tamaulipas. Y no importa si es en el norte, si es en el sur, si es en el centro del país, en todas partes, hay gente que es humillada, explotada, despreciada, robada y reprimida.

Así, exactamente igual que ustedes aquí en Blanca Navidad. Y yo quiero preguntar esto, porque si toman una foto de esa casa que está ahí, o de la que quemaron, y le preguntamos a quién vivía ahí nos va a decir que era una trabajadora o un trabajador. Que trabajaba más de ocho horas al día y le pagaban 45 o 50 pesos al día. Tal vez un poco más.

Y que vayan a tomar la foto o el video de la casa del presidente municipal de Peña. O que vayan a Victoria y tomen la foto o el video de la casa del gobernador de Tamaulipas. O que vayan a ver dónde vive, el rancho de Vicente Fox y de Martha Sahagún. Y vamos a preguntar cuánto tiempo ha trabajado Vicente Fox: nada.

Durante seis años, no hizo absolutamente nada, más que salir en televisión diciendo tonterías. Lo único que hizo fue venir a la frontera, o cruzar a Estados Unidos a ponerse de rodillas delante de Bush. A obedecer lo que él dijera.

Y no le importó que los mexicanos que tenían que cruzar al otro lado del Río Bravo, al otro lado a buscar trabajo, lo tenían que hacer porque aquí en México no hay un trabajo digno. ¿Quién va a aguantar con 45 pesos al día?

Díganme un solo político que gane el salario mínimo? Ninguno. Y ellos son los que lo ponen. ¿Cuántas horas trabaja un diputado federal? Trabaja 140 días al año y gana 7 mil u 8 mil pesos al día. Más lo que le dan de mordida las grandes empresas para que haga leyes a su favor.

Y la gente que vive aquí en Blanca Navidad es gente que trabaja. Y si Laredo, Nuevo Laredo, los dos lados, tiene cosas es por la gente que trabaja, no por los políticos. Y qué bueno que nos invitaron a venir a verlos y escucharlos. Porque esto es lo que nosotros queremos: hablar con la gente de abajo y verla. No creer lo que nos están diciendo los gobernantes.

Ahora sabemos, ahora, que lo que dijo seis años Fox fue mentira. Y que lo que está diciendo Calderón también es mentira. Y nosotros como indígenas en Chiapas, no podemos ver que están vendiendo nuestro país y lo están destruyendo —así como destruyeron sus casas, igual—, eso es lo que están haciendo. Igual en Quintana Roo, en Yucatán, en Baja California Sur, en Sonora, en Chihuahua, en Michoacán, en Guerrero, en cualquier parte del país, están haciendo eso con la gente pobre.

Y ¿a quién le importa?, dicen. Lo que importa es los ricos, que vengan a invertir. No importa que sea para explotar a la gente. Porque, ¿por qué no pensó eso el presidente municipal de Nuevo Laredo, que aquí no vivían animales? Aquí vive gente que trabaja, no como él, que no trabaja.

Y ahora resulta que la vienen a amenazar y le vienen a decir. Y ahorita que veníamos para acá nos enseñaron donde trabajan las empresas maquiladoras. Tienen su agua, y aquí no hay agua. Tienen una planta de luz ahí pegadito, y aquí no tienen luz. Tienen drenaje y aquí no tienen drenaje.

Y entonces, yo le pido a las cámaras de televisión otra vez que vean esta casa, y vean la casa del dueño de la empresa Sony, que tiene de este lado la parte que envenena, porque del otro lado no le dan permiso. Porque saben que eso es veneno para la gente, para el aire, y para el agua que está tomando. Y también para los alimentos.

Miren: es una vergüenza lo que estamos viendo. Yo no sé cómo va a tener cara mañana el presidente municipal de Nuevo Laredo para presentarse ante los medios y qué les va a decir. Porque su deber de él era que ustedes vivieran bien. Y aquí lo vimos todo que es mentira. Lo mínimo que puede hacer, si tuviera vergüenza, es renunciar. Antes de que lo metamos a la cárcel.

Pero no lo va a hacer, se va a mochar con los dueños de la televisora, para que no salga este discurso. Eso es lo malo. Entonces, compañeros y compañeras, ¿entonces qué vamos a hacer? Si nos vamos a esperar dentro de seis años. Y cuánta gente más va a morir dentro de seis años. Y nadie va a llevar la cuenta. No vamos a salir en el periódico, hasta que mueran miles, pero ya estamos muertos ¿para qué?

Porque nosotros, como indígenas, nos empezamos a salir en las noticias hasta que nos empezamos a morir. Y cada lugar donde hay una desgracia, entonces sale en la noticia, cuando ya es una desgracia. Y ¿por qué? porque es cuando sale, vemos en la televisión y en lugar de ver las injusticias que sufrimos como trabajadores de la maquila, como habitantes de una colonia popular.

Yo les pregunto si la policía de Nuevo Laredo detiene a los ricos. Detiene a la gente jodida. Y ¿a quién es al que le pide que se moche? —la mordida— es a la gente jodida. Entonces, aparte que hay que mantener a la familia, hay que mantener al holgazán del presidente municipal, y hay que mantener a los holgazanes de la policía. Que a la hora que enfrentan a otro que sí tiene armas, salen corriendo. Sólo cuando ven a la gente humilde, entonces sí son muy alzados y muy levantados, y muy valientes.

Lo sabemos porque lo hemos visto en cualquier calle, de cualquier parte de nuestro país. Y entonces, nosotros decimos: ¿qué vamos a hacer? Porque aquí nos han dicho que hay que unir el norte con el sur. Sí, y el este con el oeste. Hay que unir a todo nuestro país. Y nada más, si sólo fuera por eso, para que le diera vergüenza al gobernador de Tamaulipas y al presidente municipal de Nuevo Laredo, nosotros los zapatistas y las zapatistas, los más jodidos de este país, les vamos a mandar ayuda nosotros.

No importa que tengamos que atravesar toda la República. Y aunque sea algo muy humilde, algo vamos a hacer. Y aquí va a llegar ayuda y ustedes van a decir: esto me lo dio otro jodido igual que yo, pero que tiene dignidad. Y ¿a ver si sale en la noticia que entre los jodidos se están apoyando? Porque eso es lo que nosotros queremos. Que entre las gentes que estamos mal nos apoyemos.

Y nos vamos a hacer una pregunta. Porque esa maquiladora que vimos ahí, si no hay trabajadoras no se produce nada. Y entonces ¿para qué queremos al presidente municipal si nada más nos está jodiendo? Sabemos que es el que manda a quemar las casas. Lo sabemos. Aunque él dice que él no sabe quién fue. Porque quiere que la gente se vaya de aquí. Porqué cuando un rico se va a vivir, primero le ponen la casa, la calle, el jardín, el drenaje, el teléfono y la luz, y ya después se va a vivir. Así lo vemos en los anuncios.

Y la gente que está trabajando llega y no hay nada, ni siquiera papeles de la tierra. Y con pedazos de cartón —lo estamos viendo—, o de madera empezar a hacer su casita. Luego, nueve, diez horas en la fábrica. Y luego cuántas horas para poder levantar la casa. Y luego luchar para que le metan drenaje. Y luego otra chinga para que le metan luz. Y luego otra más para que le metan agua. Y todavía cuando va más o menos ahí, vienen y te desalojan porque eres ilegal.

Y el que es ilegal es el que está allá en el palacio de gobierno pues. Aquí en Nuevo Laredo y allá en Victoria y allá en el Distrito Federal, en Los Pinos.

Entonces, nosotros decimos: si nos unimos todos, pues de una vez vamos a mandar a la fregada a todos los políticos, pero a todos. ¿Para qué nos vamos a detener con uno? Y así hacemos un trato: ustedes luchan aquí, y nosotros los apoyamos allá.

Pero aquí en la Otra Campaña no nada más estamos los zapatistas. Hay gente de todo el país, y gente también jodida. Hay organizaciones campesinas, sindicatos, hay otras organizaciones de maquiladoras de otras partes del país, hay otras colonias populares de otras partes del país.

Y en todas partes es el mismo batalle: la tenencia de la tierra, los servicios, la seguridad, todo lo que nos están platicando aquí lo hemos visto en cualquier parte de nuestro país, desde Quintana Roo hasta Baja California en el norte.

Y entonces, nosotros decimos: si ya no nos pueden engañar con eso de que el norte está bien y el sur está mal. Y ya descubrimos que todo el país está mal. Y no sólo hasta el Río Bravo, incluso cruzando al otro lado del Río Bravo, porque sabemos que hay muchos mexicanos y mexicanas de aquel lado.

Entonces, ¿por qué vamos a dejar que nos sigan engañando? Lo que nosotros queremos es hacer un acuerdo, compañeros y compañeras, en todo el país. De toda la gente que está mal, que está siendo humillada, que está como aquí en Blanca Navidad.

Y no se trata sólo de hacer el acuerdo de mandarnos maíz, o una despensa, lo que podamos hacer los zapatistas. Se trata de que aquí en este lugar, todos ustedes tengan una casa digna. Porque son trabajadores. Y sus hijos tengan salud, educación y alimentación, y seguridad.

Y que a nosotros allá en Chiapas nos dejen en paz. Que nos dejen ser indígenas, nosotros no queremos ser mestizos, queremos seguir siendo indígenas. Y que nos dejen trabajar la tierra. Y que cuando vayamos en la calle, nadie se burle de nosotros. Que nos respeten.

Miren: la mayoría de nosotros no hablamos español, pero conocemos la tierra mejor que cualquier pinche licenciado. Y que el gobernador de Chiapas. Y yo estoy seguro que ustedes, como trabajadores y trabajadoras de la maquila, conocen mejor el trabajo de la maquila que el charro que está en el sindicato. Que a lo mejor nunca ha estado en la línea.

Entonces, nosotros decimos: ¿para qué queremos eso? ¿Para que queremos a los políticos? Cualquiera, de cualquier partido, de uno o de otro. Lo que queremos hacer es librarnos de ellos, ya por completo.

Como en 1910, pero no con las armas. Con un movimiento civil y pacífico, pero todos de acuerdo, al mismo tiempo. Vamos a ver qué hace el de Nuevo Laredo y el gobernador de Tamaulipas y el presidente —si es que hay todavía presidente, porque ahorita hay dos, luego cuando hay dos, no queda ninguno, eso lo vamos a hacer nosotros—, si están todos ésos ¿para qué?

Nosotros decimos: nos levantamos al mismo tiempo, los tumbamos. Y, de una vez, para qué nos detenemos, saquemos a los ricos también. Si hay un rico en este país que diga: yo soy rico y trabajé honradamente y lo demuestra, órale.

Pero sabemos que la inmensa mayoría fue porque robó. Le robó al trabajador, le robó al colono, le robó al chofer, le robó al albañil, le robó al campesino, le robó al indígena, a alguien le robó y ahí fue como agarró eso.

Pero de todos, el máximo ladrón es el político, porque ése no hace nada, no hace absolutamente nada, más que salir en televisión y tomarse fotos en el periódico.

Entonces, nosotros decimos: si quitamos todo eso y empezamos a hacer acuerdo. Y entonces, el que trabaja tiene que tener vivienda, y el que no trabaja es el que tiene que ver a ver cómo le hace. Eso es lo que nosotros decimos.

Y nosotros los estamos invitando a este movimiento, porque yo les tengo que decir la verdad —yo no soy político para echarles mentiras—, lo vamos a hacer de por sí. Calderón, lo vamos a tumbar, no va a terminar los seis años que le tocan. Antes del 2012 va a caer. No va a terminar.

Las elecciones pasadas, fueron las últimas de este país de esa clase política, se acabaron. Ahora tenemos que hacer otra cosa.

Entonces, nosotros decimos: viera que somos más, pues más fuerza tenemos. Y no se trata de que aquí va a venir a mandar Marcos ¿por qué si él es de Chiapas? Que aquí manden ustedes mismos. Aquí mismo los colonos dicen: así se va a hacer esto y esto otro, y el que quede de presidente municipal—el que ustedes quieran—, en lugar de dar órdenes tiene que obedecerlos.

Porque eso es lo que es la democracia: que la gente manda y el gobierno obedece. Y durante todos estos años nos han engañado. Porque ahora los gobiernos dan la orden y los tenemos que obedecer. ¿Por qué? Si debiera ser al revés. ¿A poco vamos a permitir que haya un político ladrón de presidente? Lo quitamos y ponemos a otro. Y ése sí, en ese momento, ése que entre de político va a ganar el salario mínimo —a ver si puede—. Y el trabajador va a ganar lo que gana un diputado, que son 112 mil pesos al mes. Eso es lo justo.

Porque según la cuenta que hacemos nosotros, para salir a mano, el salario mínimo debería de andar entre 800 pesos al día, si fuera cabal. Para que no te hagas rico, no es para que te compres una troca, ni para que andes tomando trago todos los días, ni nada. Así, cinco personas, que vivan bien, que tenga escuela el chamaco, y que tenga calzones, todo. 700 pesos, si no, no alcanza. Y nos están dando 45 pesos, cuando lo dan.

Y tiene que ser la jornada pues de ocho horas. Y tiene que cuidarse la salud de la gente. ¿Ustedes creen que si las trabajadoras y trabajadores de la maquila, son los dueños de la maquila, a poco van a andar regando toda la suciedad que riegan? Lo van a cuidar y van a cuidar a su gente.

Entonces, yo no entiendo, nosotros no entendemos porqué los que trabajan tienen que vivir con la angustia de a ver a qué horas se le da la gana al presidente municipal venir a quemar una casa. Y ahorita es de la señora ésta. Y no sabemos si mañana va a ser la de otro.

Entonces, esa angustia, nosotros decimos: vamos a cambiarla. Nos han hecho vivir con miedo todo este tiempo, años, cientos. Lo que nosotros decimos es: ahora vamos a cambiarlo, ahora que tenga miedo él, a ver qué va a pasar. Que tenga miedo el presidente municipal de Nuevo Laredo, y el gobernador de Tamaulipas y Felipe Calderón.

Porque lo que está pasando es que ya la gente se está hartando y se va a levantar. Lo que nosotros no queremos es levantarnos y que entre otro a hacer las mismas fregaderas. Por eso, nosotros decimos: quitamos a todos y ¿en lugar quién? Cada quien en su lugar. Que aquí en esta colonia, donde estén ustedes viviendo —porque va a haber buenas casas ahora sí— decidan qué es lo que se va a hacer ahí. Si se mete pavimento, si se mete drenaje, en dónde y todo.

Y no para que uno se enriquezca, sino que todos vayamos parejos. Si somos los que estamos haciendo la riqueza, no es el patrón el que la está haciendo. Ni es el presidente municipal. A lo mejor, si hay presidente municipal o no hay, nadie se va a dar cuenta. Pero si no hay gente ¿quién?

Entonces, yo les pido de favor compañeros y compañeras, que nos den el permiso de contar su historia en otras partes. Porque no se conocía. Y que donde quiera que pasemos nosotros contemos la historia de cómo se organizaron, de cómo los agredieron, de cómo los compas estos licenciados echaron la mano pues, para que no los fregaran. De cómo se organizaron para resistir y de cómo lograron detener —ahorita— su avaricia y su egoísmo del presidente municipal de Nuevo Laredo.

Para que lo cuente yo y otra gente entienda. Y aprendamos —que es lo que queremos— a decir: tenemos compañeros y compañeras en Nuevo Laredo. ¿Dónde mero? En Blanca Navidad. Ahí asómate, ahí vas a ver una bandera verde, blanco y rojo, porque son mexicanos igual que nosotros.

Igual allá vamos a estar en Chiapas, y en todas partes de la República va a haber quien pueda decir eso. Y ustedes puedan decir lo mismo. Porque eso es lo que tiene que entender el gobierno: Blanca Navidad ya no está sola. Ya nunca más va a estar sola.

Nosotros nada más queremos pedirles pues que nos tengan al pendiente. Cualquier cosa que pase, para donde quiera podamos estar levantando la voz. Y que ya no puedan tocarlos sin que nadie se entere. Así, no importa si no lo saca la televisión o el periódico, porque lo vamos a saber nosotros. Y nosotros buscamos maña para que en todo el país se enteren. Y para que se enteren en otras partes del mundo.

Porque eso es lo que queremos hacer: que nos conozcamos entre todos, y nos apoyemos mutuamente, sin que nadie mande. Sino que cada quien mande sobre sí mismo. Gracias compañeros, gracias compañeras.

Nuevo Laredo, Tamaulipas
Reunión de adherentes

21 de noviembre de 2006

Buenas noches compañeros y compañeras. Primero que nada, pues gracias a Martha porque, como lo explicó, llegamos a Nuevo Laredo por ella, por necia. En el plan original regresábamos después de Monclova, regresábamos a Monterrey y nos íbamos a Matamoros. Ella pegó el grito en el cielo como está acostumbrada, y nos dijo: no, ¿y aquí en Nuevo Laredo? Entonces, cambiamos la ruta y llegamos acá.

Y qué bueno que se puso terca y que nos hizo venir hasta acá para aprender lo que aprendimos el día de hoy. Miren: aquí se habló mucho del miedo, de que no se tiene miedo. Nosotros los zapatistas tenemos miedo. Tuvimos miedo el 31 de diciembre de 1993. Unas horas antes de alzarnos en armas. Y teníamos miedo de morirnos como animales. Y entre ese miedo y el miedo a morir peleando, pues elegimos mejor peleando.

Luego pasó lo que pasó que ya, por lo que han dicho, parece que lo conocen bien. Y cuando estuvimos haciendo esto de la lucha por los derechos y la cultura indígena y empezamos a conocer mucha gente, de Tamaulipas, del norte de México y de toda la República. Nos empezó a nacer otro miedo. Es el miedo de que estuviera ocurriendo una injusticia en alguna parte de nuestro país y no hiciéramos nada nosotros como zapatistas.

Cuando alguien se pregunta eso: si va a hacer algo, se tiene que hacer otras preguntas. Se tiene que preguntar si se va a limitar a apoyar la lucha contra una injusticia, si la va a querer dirigir, o si va a hacer otra cosa. No se trata nada más de conocer que está pasando algo en la Blanca Navidad o en las maquiladoras de Juárez, de Tijuana, de Puebla, de Quintana Roo, o de Nuevo Laredo. Sino cómo nos vamos a relacionar con esa gente.

Y eso es lo que tratamos de responder nosotros con la Sexta Declaración. Imaginamos entonces, por lo que nos habían platicado gente como ustedes, que en el resto de nuestro país se estaban cometiendo una serie de injusticias que no eran conocidas. Como la que nos hizo a nosotros levantarnos en armas.

Si se recuerdan, hasta antes de las primeras horas de 1994, los indígenas no existían en México, mucho menos en Chiapas. Ni se sabía qué era Ocosingo. Que en todo caso, aparecía en la geografía como el municipio más grande del país. Pero de Chiapas no se sabía nada, más que estaba cerca de la frontera con Guatemala. Y tal vez alguno todavía pensara que era parte de Centroamérica ¿no?

Esa injusticia que nosotros recibíamos como indígenas nos hizo alzarnos en armas. Y fue hasta que nos empezamos a morir en las calles de la ciudad, de Chiapas, que el mundo y México nos volteó a ver. Y nosotros pensamos: y a lo mejor están pasando otras injusticias y no las vamos a ver hasta que llegue una desgracia, o llegue la muerte.

Les voy a contar la historia que nos platicaron hace, pues ayer, los familiares de los mineros de Pasta de Conchos, aquí cerca en Coahuila, en el municipio de Nueva Rosita. Los mineros bajaban cada día como 2 mil metros adentro de la tierra para trabajar. Y un minero bajo tierra, es como un campesino sobre la tierra o como una maquiladora en la línea de producción: sabe lo que está pasando. No necesita estudiarlo, sabe cuando algo está fallando, cuando hay un gas, cuando la tierra está diciendo que no, o está diciendo que sí.

Y ellos se dieron cuenta que la mina los estaba amenazando. Dieron el aviso a sus supervisores, de que había gas, que no había lo necesario para defenderse en caso de una explosión o un incendio. Porque así como en las maquiladoras no les dicen que hay malas condiciones que les pueden afectar su salud. O se los dicen y como quiera no les dan la solución.

Los mineros tenían el derecho a que existiera ahí, en ese lugar, extinguidores, equipos de aire, equipos de rescate, en caso de que hubiera un accidente. Por lo regular, el minero entraba en una especie de carro hasta donde llegaba, y salía en él. No estaba funcionando el carro, entraron caminando. Eran, nos dijeron, como 2 mil 500 metros, 2 kilómetros y medio.

Nosotros que somos caminadores, sabemos que eso en planada toma como 45 minutos, en planada, a buen paso. Si va uno con carga, o va cansado, o es en subida o lo que sea, pues puede tomar una hora y media o dos recorrer esa distancia.

Los mineros reportan a la empresa que están esos problemas y que puede haber una desgracia. Y la empresa les dice: “si no quieres no bajes y estás despedido”. Para un minero en la zona carbonífera de Coahuila, perder el empleo es perder la vida. No hay otra cosa que hacer ahí. Se quedan sin nada, absolutamente nada. Y con ellos va la familia.

Entonces, si el minero elegía no bajar a la mina moría. Y si bajaba moría. Y lo que pasó es que bajó, se dio la explosión y murieron. Sesenta y cinco mineros y sus familias no tiene ni siquiera los cuerpos. Entonces, sus mujeres, sus hermanos, sus hijos, lo que están diciendo es que yo quiero que me regresen mi cuerpo, el cuerpo de mi familiar, porque lo quiero enterrar. Está bien, ya se murió, ni modo.

Pero a la hora que empiezan a exigir eso, se empiezan a dar cuenta de que pudieron no haber muerto. Que pudo haber condiciones de seguridad en la mina, para que no murieran. Y se dan cuenta de que los asesinaron. Porque los asesinaron. La empresa los mandó sabiendo que se iban a morir.

Y las autoridades del Trabajo que habían visto ya la mina y habían visto que no había condiciones, no dijeron nada. La empresa se mochó con el supervisor para que no dijera nada. Y el sindicato se había dado cuenta también. Y se mochó la empresa con el sindicato y no dijo nada.

Entonces, ellas empiezan —ésas, las señoras con las que hablamos—, se empiezan a dar cuenta de que fue un crimen con cómplices. Es criminal la empresa, el gobierno federal y el sindicato. Los tres mataron a mi gente, y ni siquiera me devuelven mi cuerpo. Entonces, ellas dicen: yo necesito el cuerpo de mi familiar para enterrarlo, y necesito que se haga justicia, porque no fue un accidente de trabajo —así lo presentaron los medios de comunicación—, pero fue un crimen.

Y nos estuvieron explicando, pero nosotros no lo sabíamos. Ellos, ellas, esos familiares —los hombres y mujeres que son los familiares— fueron los que nos contaron la historia. Y dicen: nosotros queremos tres cosas: “que nos devuelvan los cuerpos, que haga justicia —o sea que se castigue a los culpables—, y que no vuelva a ocurrir”.

Fíjate, esa señora que perdió no sólo a su marido, a su compañero de toda la vida, que perdió además su sostén para poder educar a sus hijos y para poder comer y vivir, está preocupada de que no le vuelva, que no le pase a otra mujer como a ella, lo mismo que le pasó a ella. O sea, que de un día para otro, su marido, su hermano, su hijo, su papá, baje a la mina y ya no regrese.

Pero además, baje sabiendo que va a morir. Esa historia que nos contaron ellos y que nosotros les dijimos: déjenos contarla en otro lado —como le pedimos ahora a los colonos de Blanca Navidad, que nos dejen contar su historia—, se da aquí en el norte de la República. Donde la propaganda del gobierno dice que todo está bien.

Donde, cuando fue la muerte de esos mineros, 65, fue cuando apareció en la prensa, y cuando nos dimos cuenta cómo trabajaban los mineros en México. Y que nos enseñan una historia de todas las explosiones y hay una explosión igual hace más de un siglo: en 1889, en época de Porfirio Díaz. Entonces, estamos en el siglo XXI, y los mineros siguen trabajando como en el siglo XIX.

Y nos están vendiendo eso de la modernidad, y el Tratado de Libre Comercio, y los chips electrónicos y la fast food y todas esas cosas que nos están diciendo. Pero fue hasta que apareció esa desgracia que nos dimos cuenta. Eso por la prensa.

Entonces, los zapatistas dijimos: no pues seguramente en nuestro país hay injusticias y heridas tan grandes como la nuestra, o tal vez mayores que la nuestra. Y lo que tenemos que hacer es conocerlas. Y a la hora que vamos a conocer, pues vamos a presentarnos. Y tenemos que preguntar y responder qué queremos uno de otro.

Decimos: vamos a recorrer el país y vamos a hablar con las compañeras trabajadoras de la maquila, y nos van a contar su historia. Y nosotros les vamos a contar la nuestra —o ya la contamos porque fueron allá a Chiapas—, y luego ¿qué? Pues mucho gusto en conocerte, y adios. Eso pudiera darse entre amigos o entre familiares. Pero entre gente que tiene el mismo dolor y que sabe que es el mismo responsable, tiene que haber otra cosa.

Entonces, ahí la posibilidad es que nosotros le dijéramos a las maquiladoras: “éntrense de zapatistas, entren al Ejército Zapatista de Liberación Nacional”. O que ellas nos dijeran: éntrenla a la CJM ¿sí? Nos podrían haber dicho eso. “Éntrense a luchar con nosotros y aquí metemos, hacemos más grande la CJM, maquiladoras y anexas”.

Una compañera: —¡Órale, sale, qué buen rollo!

SCIMarcos: —Maquiladoras y anexas: CJMyA. O no, o vamos a hacer juntos un partido político nuevo, y nos metemos a las elecciones, y López Obrador y…..

La compañera: —¡Ni madres!

SCIMarcos: —O, que fue lo que propone la Sexta Declaración, dice: bueno, tú luchas aquí, nosotros allá y nos apoyemos. Hagamos trato, decimos nosotros allá, echemos trato. En que tú luchas aquí y nosotros allá y nos apoyamos: nosotros a ti, y ustedes a nosotros.

Entonces, con esa idea empezamos a recorrer el país. Y lo que encontramos en el país es que: en la mañana, cuando fuimos a ver donde esta el desagüe ése de las maquiladoras. Que nos decía Martha: “no pues es que hay como una franja, una zona franca en la frontera”. Y yo le decía: pues es que la zona franca agarra hasta Quintana Roo. Porque lo mismo que vimos en el Río Bravo y en esas maquiladoras lo vimos en Quintana Roo, en el otro extremo del país. Y lo hemos visto en todos los estados de la República.

Si el norte fue el primer paso para el modelo de las maquiladoras, ya hace mucho que no son patrimonio del norte, ni de la frontera. Están en todo el país, absolutamente en todo el país. Hasta en las zonas indígenas. Y muchos de sus trabajadores y trabajadoras son de raíz indígena. Son indígenas, que no encontraron trabajo, o les despojaron de la tierra y tuvieron que entrar a trabajar.

Entonces, empezamos a recorrer el país y empezamos a conocer todas estas historias, que no van sólo con la injusticia que están recibiendo. Sino que iban acompañadas de alguien que está luchando. Porque aquí no sólo estamos conociendo el problema de Blanca Navidad, sino estamos conociendo cómo la gente se organiza para resistir.

No estamos conociendo sólo la situación de las maquiladoras, sino cómo se organizan para defenderse como trabajadores. Así, en cada parte de la República, más que encontrar dolores, hemos encontrado resistencias y rebeldías. Y algunas mucho más ricas que las del EZLN, y por supuesto con menos prensa, con menos reflectores y con menos fotos. Más antiguas que la del EZLN —que ya tiene 23 años—, con más victorias, menos visibles. Y, en muchos casos, con más muertos que los nuestros.

Bueno, empezamos a recorrer y nosotros decimos: bueno, en determinados lugares nosotros tenemos que dar la señal de que la Otra Campaña no es una campaña electoral. Y que esto que estamos diciendo de que vamos haciendo compañeros es algo real, tiene que ser efectivo.

Y pasamos en un lugar en Querétaro donde hay unos campesinos que les quieren perforar pozos de agua, para que el agua llevarla a Querétaro a las fábricas, a las maquilas. Igual, nomás que los tanques que nos enseñó Martha, pues la tubería. Y los tubos van a los pozos que están en las tierras de ellos.

Entonces, ellos dijeron: no, porque a la hora que se lleven el agua van a destruir el clima del valle —que es donde ellos trabajan, no son indígenas, son campesinos mestizos—. Entonces, ellos empiezan a hacer una resistencia. Les empiezan a decir —porque a lo mejor esta historia la conocen— es que ustedes se están oponiendo al progreso. Van a afectar fuentes de empleo en Querétaro, nada más por necios. Pero les vamos a pagar la tierra.

Porque ahora con el Procede le pueden quitar a los campesinos la tierra, que antes no se podía. Antes de Salinas de Gortari no se podía vender, ni comprar, ni enajenar el ejido. Los campesinos se niegan —a ver si les suena la historia—, el comisariado ejidal se vende —hagan de cuenta que es el líder sindical—. Y entonces tiene que entregar las firmas que la comunidad está de acuerdo.

Como la comunidad no está de acuerdo, va al panteón y toma la lista de los muertos y firma por ellos, y entrega el papel. Y la empresa que va a hacer la perforación de los pozos de agua, para llevarle el agua a las empresas que están en Querétaro, lo presenta y dice: ahora, ustedes que están aquí están invadiendo mi tierra. Y son generaciones —desde la época de Porfirio Díaz— de propietarios de tierra que fueron heredando y heredando. Y de un día para otro, amanecen y resulta que están acusados de despojo y tienen una orden de aprehensión.

Y nunca supieron porqué. Bueno, ya luego supieron porqué. Cuando se dan cuenta, por supuesto corretean al comisariado ejidal éste, y se trincan. Y hacen su campamento y dicen: aquí no nos sacan más que muertos. Porque lo que va a pasar es que si perdemos nosotros, va a morir la tierra.

Y habla un señor, un ejidatario de ahí, dice: “yo vengo —llegó a la reunión— del valle de aquí al lado, y se siente el calor. Y vengo aquí y se siente la humedad. Dice: yo no estudié en la universidad, ni siquiera fui a la primaria, con trabajos sé leer y escribir, pero lo que yo sé es que en el otro valle perforaron los pozos y ya no llueve. Y se murió la montaña de alrededor y se murieron los árboles y ya no llueve. Ya no puede sembrar, ni con riego, dice. Porque el agua se la llevaron.

Les pusieron unas… Les dijeron: nomás nos vamos a llevar —no sé— ocho litros por segundo. Y entonces ellos estaban viendo la toma que decía ocho litros por segundo. Pero la que estaba entrando en la fábrica decía 800 litros por segundo. Era la real. Y ellos veían que no. Entonces dice: yo no sé, pero yo sé que si se llevan el agua de esta tierra, la nube no va a llegar. Y la montaña —porque era un valle y se veía ahí— se va a morir. Y si nosotros dejamos esta lucha, nosotros vamos a ser cómplices de matar esta tierra.

Se trincan. Dicen: no, aquí nosotros vamos a estar. Nadie les hace caso. Son los opositores al progreso, los desestabilizadores, todo lo que les han dicho también a ustedes. Y entonces, nosotros ahí decimos: nosotros los apoyamos. Para apoyar el plantón les vamos a mandar maíz, porque no tenemos otra cosa pues.

Seguimos en la ruta y llegamos a Colima. Hay un volcán que se hizo famoso porque a cada rato lo saca López Dóriga, de que el volcán ya va a… Y hay unos campesinos que nunca se quieren salir, son de la Otra Campaña. Y entonces, dice: y no entendemos porqué está gente, estas familias están —son poquitos, son menos de los que hay en esta asamblea— no entendemos —dice López Dóriga— porqué no se quieren salir, si corren peligro y no sé qué.

Pues vamos a conocerlos ¿no? a ver porqué no se quieren salir. Porque el volcán está echando el humo pues, no es así que está dormido. Y entonces vamos y —qué te diré yo, ¿como 10 kilómetros Miguel?— hay un hotel de lujo, el más lujoso del mundo. ¿Cuánto cobran la noche?

Miguel: —Tres mil doscientos dólares.

Varias voces: —¡¿Qué?!

Miguel: —Te llevan en helicóptero desde el aeropuerto al hotel.

SCIMarcos: —¿Es japonés o coreano?

Miguel: —Es japonés.

SCIMarcos: —Es un hotel japonés, pero que está como a mil metros, dos mil metros de la comunidad, y vale como 40 mil pesos una noche. Una noche. Es de los más exclusivos que hay en el mundo nomás que ése no se conoce, no sale en el periódico. No va a salir en El Mañana anunciado pues.

Y entonces resulta que el hotel, pues quiere tener todo el terreno. Y entonces dicen… Quieren tener donde están. Esa comunidad se llama La Yerbabuena, son como 15 o 20 familias. Y entonces dicen: no pues porqué —dicen— el volcán sí es un peligro para mí, y no para el hotel. Pues lo que quieren es meterles miedo de que el volcán va a explotar y los va a matar a ellos y se va a detener antes del hotel. Pues lo que quieren es que se salgan para tener la tierra.

Y a cada rato llega el ejército: de que ahora ya viene el volcán, súbanse a los helicópteros, los vamos a llevar en helicóptero —quién sabe dónde los van a botar pues—. Y ellos dicen: no, porque aquí hay un engaño, porque ¿por qué a ése que está ahí no se lo llevan? Pues porque tiene dinero. Entonces, no es cierto que el volcán está amenazando mi tierra. Lo que está amenazando mi tierra es ese hotel.

Nosotros decimos: nosotros los apoyamos, les vamos a mandar maíz. Y les mandamos maíz. A los de Querétaro, mandamos a los de Querétaro y les mandamos a La Yerbabuena. Y yo les cuento esto porque la especialidad de los zapatistas es dar problemas. Y luego a ver quién los resuelve. Y está el problema este de la Noche Buena. El 22 de diciembre van a llegar aquí mil despensas, que van a mandar las comunidades zapatistas para la gente de la Noche Buena. Es lo poco que vamos a poder… De la Blanca Navidad, ya le cambié el nombre.

Es que estoy pensando que sea Noche Buena para ellos. Entonces van a llegar lo poco que podamos conseguir, pero mil paquetitos que digan: de las comunidades indígenas zapatistas para la gente digna de la Blanca Navidad. Pero espérame, es que ustedes las tienen que entregar, no sé porqué aplauden.

La compañera: —Pues claro las entregamos y a mucho orgullo.

SCIMarcos: —No pero tienen que ir a pepenarlas…

La compañera: —Pues vamos a pepenarlas, pues claro, sería super.

SCIMarcos: —O sea, se trata de que como Otra Campaña en Nuevo Laredo —y bueno ya se fueron los del otro lado— pero tendrían que asumir trabajos que les den cohesión como grupo. Y nosotros pensamos que la Blanca Navidad es un lugar donde coinciden muchas luchas: no sólo la de una prensa honesta, no sólo la lucha de las maquiladoras, no sólo la lucha por una vivienda digna, sino esto que decimos que debe ser la Otra Campaña de que tenemos que ser compañeros.

Qué mejor mensaje para los jóvenes del tecnológico que nos estaba diciendo: bueno, pues es que el mensaje es que hay que ir a chambear. Porque aquí la vergüenza no va a ser sólo para el presidente municipal de Nuevo Laredo ¿verdad? También para el sindicato de Telefonistas, y para todos los grupos que están aquí, de que de Chiapas —desde el otro rincón del país— llegue ayuda a algo que ustedes tienen aquí a unos minutos.

Y de eso se trata la Otra Campaña. Ya no se trata de que vamos a voltear a ver a Chiapas, o a Marcos, o a los pueblos indios. Sino cada quien tiene que voltear a ver su realidad y su lucha, y tiene que buscar la forma de hermanarla y de hacerla compañera con las otras luchas. Eso es lo que hace la Otra Campaña, y nadie más lo hace. Sin sacar raja política.

Porque va a venir la CND, López Obrador, va a venir el Diálogo Nacional y cuánta madre que va a salir por ahí, y lo que va a querer sacar es raja política. O sea, en qué me sirve su movimiento para salir en la prensa, para poder venderlo, o para tener concesiones, o cosas por el estilo.

Y el único que puede ofrecer una ayuda desinteresada es la Otra Campaña. Y nosotros decimos: si hacemos eso nosotros que estamos en Chiapas, el EZLN, ¿qué va a hacer la Otra en Nuevo León? ¿la Otra en Matamoros? ¿la Otra en Victoria? ¿la Otra en Coahuila? Que también tiene este punto. Porque el símbolo de la Blanca Navidad, es un símbolo que se sigue por toda la frontera hasta Tijuana, que es: la situación no sólo laboral de las maquiladoras, sino las condiciones de vida, y de persecución que sufren las maquiladoras. Y en el resto del país.

Y entonces, nosotros podríamos decirle a la gente de la Blanca Navidad lo fundamental, que es que la Otra Campaña es diferente. Si la Otra Campaña no es capaz de decirse a sí misma: soy diferente. Entonces, ¿cómo vamos a ir con el resto del pueblo a decirles: nosotros no somos como el PRD, ni como el PT, ni como el PRI, ni como el PAN, somos otra cosa?

—Y ¿por qué te voy a creer?
—Porque mira, esto hice aquí, no en Chiapas, lo hice aquí en Nuevo Laredo.

O lo hice en Matamoros, o en Reynosa, o en Valle Hermoso, donde cada quien se mueve. Y entonces, sí podamos construir esta red de relación diferente, de apoyo, de solidaridad. Que es la que nos va a permitir levantarnos.

Nosotros no queremos hacernos capitalistas. No nos interesa hacer una empresa de café. Nosotros queremos hacer otro país diferente. Y el estorbo es el capitalismo. Es la propiedad privada de los medios de producción. Porque nosotros imaginamos: nosotros no queremos que las maquiladoras tengan mejores condiciones laborales, queremos que sean dueñas de la maquila. Eso queremos.

Porque si ustedes son dueñas de la maquila, ustedes no van a permitir que se envenene a la gente que trabaja. No van a permitir que ese niño crezca con la vergüenza de que a lo mejor va a tener que vender su dignidad para poder vivir. No lo van a hacer. El trabajo va a dejar de ser una carga y se va a convertir en ser un orgullo. Y eso sólo es posible si el trabajador, el de Telmex, es dueño de Telmex, el de la maquiladora es dueño de la maquiladora. Y el trabajador de la prensa de El Mañana, es dueño de El Mañana.

Y así cada quien. Porque si uno está produciendo la riqueza ahí, sólo va ser dueño de su destino, si es dueño del que lo hace vivir, de su base económica pues, decimos nosotros. Nosotros sólo vamos a conquistar nuestro respeto como derechos y pueblos indios, derechos y cultura indígena, cuando todo el país conquiste su derecho fundamental.

No vamos a ser libres, hasta que las maquiladoras de Nuevo Laredo lo sean. Y al revés: ustedes no van a ser libres hasta que no seamos libres nosotros. Entonces, no se trata de entrar al EZLN, ni que entremos a la CJM. Se trata que cada quien tenga su lucha, la haga crecer y la hermane una con otra.

Y entonces, que este país vuelva a ser país. Porque ahora resulta que la frontera es otra cosa, depende de qué lado estés. Si es la frontera sur, nosotros. O es la frontera norte, ustedes. Y a lo mejor ya vamos a empezar a platicar y a plantearnos otras cosas. Porque yo no entiendo —lo he visto— qué tiene que ver la zona de Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, con la zona de Tampico, Madero y Altamira. Y el gobierno es el mismo.

Según nosotros, éste es otro estado, el de la frontera. Y son otros problemas, y debía ser otro criterio de gobierno. Y resulta que están poniendo el gobierno en Victoria —que está a la mitad— y que se hace pato en la zona de la Huasteca, y se hace pato en la zona fronteriza. Y no está haciendo nada.

Entonces, si la gente empieza a organizarse y a tomar el destino en sus manos entonces empieza a preguntarse: ¿por qué soy parte de tal lado? Porque si ven el mapa de Tamaulipas, pues ahora sí que brincas de Coahuila, agarras un pedazo de Nuevo León, luego agarras otro pedazo de Tamaulipas, y es nada más la pura trompa de la jarra —que le dicen pues al mapa de Tamaulipas—. Pero si toda la franja fronteriza, porqué no debiera tener otra forma de gobierno tomando en cuenta las condiciones reales?

Entonces, el problema no es si mejoramos la distribución y la inversión en la producción, circulación y consumo del café. El problema es quién es el dueño de las cosas, decimos nosotros. Si nosotros somos dueños de la tierra… Y ser dueños de la tierra es cómo producirla y que haya precio para el producto. Y los trabajadores son dueños de las fábricas, de los comercios, de los bancos. Porqué nos vamos a hacer daño, o a explotar entre nosotros.

Si cada uno de nosotros creció sabiendo que eso era una injusticia. Cualquiera de las trabajadoras de la maquila, así como nos platicaba la compañera: es que yo no puedo tomarle el tiempo a una maquiladora como yo, porque sé que la estoy poniendo a que órale apúrate, y dale y dale. Y nada más es para servir a otro.

Pero ¿cuáles serían las condiciones de trabajo en la maquila si fuera un consejo de administración de trabajadoras? Miren: porque nosotros descubrimos que eso de que hay que tener estudio para gobernar es pura mamada —con perdón, y no se le antoje a nadie—. No es cierto, nuestra gente es analfabeta y gobierna bien. Y si gobierna mal, para fuera. Y otro, y otro, y otro, y otro, hasta que quede uno bueno. Y otro para que aprenda, y así , y así.

Entonces, cuando descubrimos en todo nuestro país, en este recorrido, que había estos dolores, que había estas resistencias y estas luchas que había que conocer. Y que teníamos que hermanarnos, nos preguntamos: ¿qué vamos a hacer con esa fuerza? Si vamos a cambiar de presidente, o vamos a cambiar de país.

Nosotros, en la Otra Campaña, elegimos cambiar de país. Y si se atraviesa Calderón, López Obrador, Madrazo, o como el que se vaya a llamar el que quiera llegar, lo vamos a tumbar. De una vez les avisó, porque entonces dice: a lo mejor va a tumbar a Calderón, para que entre López Obrador. No, también vamos por él. Y por el que se atraviese.

Porque el problema no es un problema de gobierno. El problema es un problema económico. Hay quien tiene y quien no tiene. Y el que no tiene es el que produce, y el que tiene no produce nada. Y en medio de esa relación hay una clase política —toda la clase política— que es un parásito, que nos está envenenando a nosotros y que en el momento en que deje de servirle al poder, lo va a quitar y va a poner a un militar o va a poner al que quiera. O va a poner a un demócrata, como luego se dice. O democráta como dicen los gabachos pues del otro lado.

Nosotros no queremos eso. De una vez vamos a… Si vamos a juntar toda esa fuerza, vamos a ponernos todos de acuerdo. Y vamos a entrar en otra relación. Y que en esa nueva relación veamos quién produce el café, quién lo empaca, quién lo comercializa y quién lo vende y quién lo compra. Y en esa relación entre trabajadores del campo y de la ciudad…

Porque el problema no es aquí si uno es indígena o es mestizo, nosotros decimos: no, el país no pertenece a los indígenas, no. Pertenece a los trabajadores y a las trabajadoras. No importa su color. Importa su lugar en la sociedad. Entonces, aquí nosotros no estamos haciendo una lucha de los prietos contra los blancos. No, estamos haciendo una lucha de los que no tienen nada, más que su trabajo, contra los que lo tienen todo y no trabajan, que son los grandes propietarios.

Y en esa lucha se está atravesando la clase política, pues hay que hacerla a un lado. Entonces nosotros decimos: encontramos a ustedes a las maquiladoras, a los telefonistas, a los chavos, los estudiantes o jóvenes en general, a los trabajadores de la prensa. Y encontramos en otras partes organizaciones políticas de izquierda, que son de izquierda y que no entraron a la cuestión ésta electoral. Porque saben que es una mentira.

Encontramos a grupos y colectivos como los que vienen en la karavana, que su trabajo es la noticia pues, pero la noticia abajo pues, que no deja ganancia pues, que no es capitalista pues se dice. Y encontramos a gente que hace trabajo cultural, y encontramos a pueblos indios en todo el país. Incluso Coahuila que nos decían: es que aquí ya no hay indígenas, pues encontramos dos grupos indígenas. Los encontramos de que hablamos con ellos, no es que los inventamos.

Entonces, estamos encontrando todo esto, y entonces nosotros decimos: tenemos esta fuerza, vamos a usarla para esto. El que le quiera entrar, órale. Y el que no le quiera entrar, pues ahí le avisamos que eso es lo que va a pasar. Y va a tener que elegir: si va a ver las cosas que pasan detrás, o frente a un televisor, o escuchando una radio, o leyendo un periódico. O lo va a vivir haciéndolo.

Si eres niño, niña, joven, jóvena, adulto, adulta, anciano o anciana, va a tocar. Porque según nosotros, el país no aguanta más. Y cada quien va a buscar por dónde le va a hacer. Entonces, nuestro miedo como zapatistas es saber que existe la Blanca Navidad y no hacer nada. Y saber que existe todas y cada una de las cosas, las injusticias que hemos visto y no hacer nada.

Y entonces nosotros decimos: otra vez, como en diciembre de 93: por esto, vale la pena morir. Y estamos dispuestos a hacerlo. Ese miedo de no hacer nada, porque nuestro país será destruido, es más grande que el miedo que tengamos a que nos maten. Por eso salimos. Y por eso estamos haciendo este recorrido.

Entonces, ya para acabar, yo les pido que se reúnan. Porque además hay una pregunta que va a ser la consulta en diciembre de cómo va a quedar ya la otra Campaña. Y les vamos a preguntar a cada uno de los que están en esta consulta nacional, de los que son adherentes, o los que vayan a ser adherentes en este periodo, dice: bueno, ¿qué va a ser la Otra Campaña? ¿Cómo debe de ser? Los seis puntos que decimos nosotros.

Y preguntarles a todos y definirlo. Porque yo no sé si se va a enojar el señor Peña —se llama el presidente municipal— porque vamos a regresar el año que entra y ahora vienen más zapatistas: o sea el delegado 1, 2, 3. Y vamos a estar vuelteando aquí, ya no así de un día, sino más tiempo.

Porque ahora lo que se va a tratar es de hablar con las maquiladoras, que no están en la CJM, ni son zapatistas, ni son nada, pero están siendo explotadas. Y a la hora que les digamos:
—Éntrate con nosotros, cuáles son tus condiciones.
Nos va a decir:
—¿De qué partido eres?
—No pues de ninguno.
—Entonces, ¿quién eres?
—Pues soy de la Otra Campaña.
—Y ¿qué es la Otra Campaña?

Lo que se responda aquí en Laredo tiene que ser lo mismo que se responda en las montañas del sureste mexicano, porque es lo que nos hace compañeros. Y entonces, la maquiladora de ahí y la maquiladora de Quintana Roo —porque también hay maquiladoras allá y son indígenas mayas los que están trabajando ahí— le tenemos que decir lo mismo: nosotros queremos que tú seas el dueño de donde estás trabajando. Y para eso tienes que luchar.

—No, pero es que son muy fuertes, y todo eso.
—No, pero mira es que somos en todo el país.

Entonces, ir levantando lo que nosotros decimos el Programa Nacional de Lucha. Porque estamos acostumbrados a que llega alguien y nos dice: el programa para las maquiladoras es éste. Y pues nadie le pregunta:
—Oye ¿y tú cuando trabajaste en una maquiladora?
—No pues nunca, ni siquiera sé qué es una maquiladora pues. Hasta ahorita estamos entendiendo.

Pues entonces, los que tienen que decir qué onda con las condiciones laborales, de trabajo, las condiciones salariales, sus derechos laborales, sus condiciones de vida —porque ya vimos que está pegado, junto—, sus familias, todo eso, pues son la gente de las maquiladoras. Y entonces, ahí entra en el Programa Nacional de Lucha. Dice: el nuevo país para las maquiladoras, según las maquiladoras, son éstas.

Y para los indígenas son éstas, pues que digan los indígenas. Y los estudiantes que digan su parte, y los jóvenes su parte, y las mujeres su parte, y los ancianos su parte. Cada quien su parte. Y ahí se construye el Programa Nacional de Lucha ¿Vamos bien?

Y ahí ya le ponemos fecha: tal día a tal hora, el país se para. Y cae el gobierno y entonces los ricos nos van a decir: y con quién nos arreglamos. Escoge: quieres boleto de avión, hay un tren a las cinco, un avión a las 6, un autobús de no sé qué —como la canción de John Sebastian— o la cárcel. No pero entonces quién va a trabajar. Pues los que han trabajado siempre la maquila. ¿No va a estar el señor como se llame el dueño de la maquila? No, y como quiera va a trabajar.

Entonces, al principio va a haber un desbarajuste porque dice: y ahora quién nos va a dar la orden. Y las mismas maquiladoras van a decir: y ¿para qué necesitamos quien nos de orden? Ya sabemos qué hacer. Nomás que ahora, lo primero que tenemos que hacer es cuánto se produce y cuánto merecemos nosotras por nuestro trabajo. Y vas a ver que aumenta el salario inmediatamente, porque ustedes no van a decir…

Y luego ¿cuáles son las condiciones de salud? Pues ustedes no van a decidir que las condiciones de la maquila sean lesivas para la trabajadora. Y así en cada lugar. Y en las universidades van a decir…

Ése es ahora sí que mi mensaje especial para los estudiantes, porque ustedes van a estudiar una carrera. La compañera es de administración de empresas, no va a encontrar empleo a la hora que salga. Y el empleo que hubiera para una administradora de empresas lo va a agarrar el compadre del señor Peña, o la comadre pues. Aunque haya estudiado corte y confección. Va a agarrar el puesto. Y la compañera esa que estudió administración de empresas pues va a terminar en una maquila.

Y se va a hacer la pregunta de que para qué estudió cinco o seis años —incluyendo la tesis porque se colgó un poco, lo que sea— si lo pudo haber hecho con los estudios de primaria. Entonces, la escuela no es sólo que sea gratuita y que haya la carrera que quieres estudiar, es que tiene que haber un empleo al final, si no para qué.

O sea, un doctor que se gradúa y no hay un hospital para atender, y entonces para qué. Y se necesita el doctor, y se necesita el administrador y todas las profesiones que hay. Pero los empleos no se están decidiendo por capacidad, se están decidiendo por palancas. Cuando se deciden así, porque luego la empresa llega con todo. Hasta al barrendero lo traen de otro lado.

Entonces, como explicaba Martha, dice: no es cierto que vienen a traer empleo. Pues sí, no es cierto. En San Luis Potosí, la Minera México que quiere poner una mina a cielo abierto —que va a contaminar todo el valle de San Luis— ofrecía a cambio 40 empleos. Y ¿sabes qué va a explotar? Oro y plata. ¿Les suena como hace 500 años? Ocho años va a sacar el oro y la plata que hay ahí en el cerro de San Pedro. Nomás que le pusieron San Xavier para cambiarlo.

Lo que no contaron ellos es que iba a haber gente que dijera que no. Así como los de la maquiladora no encontraba gente que dijera que no y ya la están encontrando. Y así como los que están vendiendo este país, pensaban que no iban a encontrar gente que dijera que no. Y es cuando la Otra Campaña dijo: NO.

Y ¿entonces qué? Eso es lo que tenemos que construir entre todos. Esa es nuestra palabra. Yo creo que ya di la conferencia de prensa con eso. Tán tán. Adiós, gracias.

 
 

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10 Comentarios »

  1. LOS SALUDO HERMANOS Y HERMANAS DEL MOVIMIENTO ZAPATISTA DE LIBERACION DESDE QUERETARO CON ESTE MENSAJE IMPORTANTE, LES INFORMO QUE EL DIA 1 DE DICIEMBRE DE ESTE PRESENTE AÑO POSIBLEMENTE LA SUCESION PRESIDENCIAL DE FELIPE CALDERON SEA AQUI EN EL ESTADO DE QUERETARO…LA SEGURIDAD VA A SER EXTREMADAMENTE ALTA, Y EN UNA PLATICA DE LOS «PAJAROS EN EL ALAMBRE» ESCUCHE QUE LA REPRESION EN LA REPUBLICA MEXICANA IRA EN AUMENTO…. ESTA INFORMACION ES CONFIDENCIAL. POR LO QUE ES NECESARIO TOMAR MEDIDAS DIFERENTES, PRESISAS, INTELIGENTES, Y HABILES DE LUCHA QUE ROMPAN CON LOS ESTERIOTIPOS YA TRASADOS DE LA FORMA DE PROCEDER DE MANIFESTACION, POR TANTO EXORTO A LA ASAMBLEA A QUE BUSQUEMOS FORMAS DE PODER LOGRAR MANIFESTARNOS DE FORMA DIFERENTE A LA QUE SE SIGUE COMUNMENTE ESTO PARA EVITAR MAS DETENIDOS, GASTOS INUTILES Y PONGA SU CONSIDERACION UNA ASAMBLEA PARA COPILAR INFORMACION QUE NOS LLEVA A CREAR NUEVAS FORMAS DE MANIFESTACIONES MAS CLARAS, CONTUNDENTES Y FUNCIONALES QUE DETERMINEN EL PRONTO DERROCAMIENTO DEL REGIMEN QUE ESTAMOS VIVIENDO…

    POR SU ATENCION GRACIAS: XOLOXOCHILT

    Pequeño cuento:

    «Un colibri que volaba libremente entre la ancia y la determinacion, al no encontrar nectar en ninguna magnifica flor, decidio perseguir nuevos horizontes buscando el tan preciado alimento, al principio estaba solo, mas

    en su vuelo descubrio que habia otros colibries que tambien al igual que

    el deseaban el tan preciado nectar, entonces se pregunto ¿Porque ya

    no habia flores para libar? asi comenzo a investigar entonces se dio cuenta

    que algunos hombres tenian todas las flores y que las tenian encerradas en

    unas cajas de cristal, en donde los colibries como el no podian traspasar,

    fue y llamo a los otros colibris, los cuales comenzaron por su desesperacion a

    volar en circulos desesperadamente, unos por un lado otros por otro, el primer colibri se dio cuenta que juntos podian hacer mas, entonces decidio

    que todos volaran muy cerca de una de las ventas aleteando lo mas fuertemente el sonido del vibrar de las alas de los colibris logro romper

    la venta y asi los colibris puderon entrar por ella y alimentarse de las

    flores que en el interior de ese invernadero aguardaban para ellos, pues

    las flores son para los colibries, no para los hombres, los hombres contruyen casas se quedan a vivir en ellas, se preocupan tanto por sus vienes materiales que no se dan cuenta que son libres y pierden mucho tiempo

    en defender tontos ideales como una casa, un trabajo, etc. en cambio hay otros que saben que la vida va mas allà de estas vanalidades.

    con cariño para ustedes

    xoloxochilt

    Comentario de xoloxochilt — noviembre 24, 2006 @ 10:58 am

  2. Aunque estoy muy lejos gracias a «xoloxochilt» por la información y por el cuento

    Comentario de stella — noviembre 24, 2006 @ 11:33 am

  3. saludos a los maestros y maestras de las comunidades rurales de Queretaro, sobre todo a la compañera Miriam que seguro no leera este saludo por que esta en una comunidad sin luz, pero aun asi saludos a todos los maestros rurales de Queretaro.

    Comentario de edgar gato polho — noviembre 26, 2006 @ 6:51 pm

  4. En el pueblo llamado Gonzales, mucho más adelante de ciudad Mante, encontramos a campesinos con tiendas llenas de trago, coca cola, iglesias (tres distintas) t.v. radio y camionetas con placas de Estados Unidos, pero las enfermedades como el denge hemorragico, la parasitosis, la desnutricion de 1,2,3 grados, estan presentes y no hay centro de salud, el hospital esta a dos horas en carro a pie y con el calor ni pensarlo.

    Comentario de edgar gato polho — noviembre 26, 2006 @ 7:13 pm

  5. pues yo fui testigo y me uno a su lucha a su reinvidicacion, d las clases marginales

    Comentario de canek — noviembre 27, 2006 @ 12:23 pm

  6. Los mexicanos siempre han sido luchadores me pregunto por que ahora se han detenido y han permitido tanto atropello hacia la sociedad por unos cuantos…!animo hermanos que latinoamerica busca un respiro y seguro lo conseguiremos!

    *********************
    DIAMANTE

    Puede una gota de lodo
    sobre un diamante caer;
    puede también de este modo
    su fulgor obscurecer;
    pero aunque el diamante todo
    se encuentre de fango lleno,
    el valor que lo hace bueno
    no perderá ni un instante,
    y ha de ser siempre diamante
    por mas que lo manche el cieno.

    ***************
    TODOS SOMOS UN DIAMANTE Y POR MAS QUE SE NOS HAGA NO PERDEREMOS NUESTRA SED DE LIBERTAD, JUSTICIA E IGUALDAD.

    Saludos desde Nicaragua

    Quetzalli

    Comentario de Quetzalli — noviembre 29, 2006 @ 8:02 am

  7. Saludos mis lejanos Hermanos… nosotros estamos aprendiendo acá en el centro de Chile, en el sur de este mundo.
    Nuestra cariño y fuerza está con Ustedes y de a poco está naciendo en los campesinos de esta Patria.

    Comentario de Fernando Verdugo — noviembre 30, 2006 @ 7:07 am

  8. LA DECISIÓN

    Hasta que uno se compromete está siempre en la duda, en la posibilidad de retroceder siempre sin provecho.

    Por lo que se refiere a los actos de iniciativa (y de creación) hay una verdad elemental cuya ignorancia mata un sinnúmero de ideas, así como de esplendidos planes: que en el momento en que uno se compromete de veras, la providencia también actúa.

    Para ayudarle a uno, ocurren todo tipo de cosas, que sin la decisión no ocurrirían jamás. Toda una corriente de acontecimientos se desprenden de la decisión, provocando a favor de uno todo tipo de incidentes, imprevistos encuentros y ayuda material que nunca nadie hubiera soñado que sucedieran.

    Cualquier cosa que pudieras, que puedas hacer, empieza a hacerla.

    El atrevimiento conlleva genio, poder y magia

    ¡Atrévete y empieza ahora!

    Asi que compañero adelante con la decisión que han tomado de liberar a su pueblo de las manos de los opresores de corbatas

    Comentario de Quetzalli — febrero 7, 2007 @ 10:19 am

  9. Me enternece su inesperado interés por hacer un México mejor; pero, creo que fuera de la ley y bajo un pasamontañas, cualquiera puede decir lo que guste, sin ser excatamente su intención cumplirlo. Saludos desde Reynosa!!!

    Comentario de J. Antonio Garza — marzo 2, 2007 @ 4:24 pm

  10. A J. Antonio Garza: Me parece que tener un pasa montañas no te da o te quita coraje, no debe ser nada facil para esa gente estar en esa lucha por tu pais, me sentiria honrado si en mi pais tuvieramos a alguien con semejante coraje como el Sub comandante marcos y toda su gente para luchar por los derechos de los indigenas, deberias sentirte orgulloso y no enternecido.
    Saludos y suerte

    Comentario de nicolas costamagna, argentina — enero 24, 2008 @ 12:25 pm

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