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Palabra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Nov032006

Jornada en Ciudad Juárez, 1 de noviembre de 2006

Palabras del delegado zero en el acto público Lea aquí

En la reunión con adherentes de Ciudad Juárez Lea aquí

En la reunión con adherentes de la otra en el otro lado Lea aquí

Con las madres de desaparecid@s polític@s

Pronto las demás transcripciones

Ciudad Juárez, Chihuahua
Acto público

1 de noviembre del 2006

Bueno compañeros, compañeras, yo quisiera pedirles un poco la atención para explicar algunas cosas. Queremos agradecer a la Otra Ciudad Juárez, que nos haya enseñado lo que nos ha enseñado. Pensamos que no basta ni lo que escuchamos, ni lo que vimos. Y pensamos que es necesario que regresemos otra vez a acá a Juárez, junto con mis compañeros jefes y jefas, para no sólo conocer lo que están haciendo, sino para aprender de ustedes y de sus luchas.

El problema que nosotros estamos viendo, no sólo aquí, sino en muchas partes, está el problema éste de la identidad. Yo veo que hay muchos aquí jóvenes, mujeres también. Y está lo que nos está ofreciendo el sistema, el que está arriba: a quién tenemos que parecernos, cómo debemos vestirnos, qué rostro debemos asumir, qué musica debemos escuchar. Incluso la rebeldía, están ofreciendo una alternativa falsa: que es el grupo éste de babosos de RVD, que le dicen al joven que eso es ser rebelde.

Y cada quien se empieza a construir su propia identidad, su forma de vestir, su forma de peinarse, su forma de hablar. Y esa identidad que va construyendo cada quien, es la que es atacada por uno y por otro lado. Por uno y por otro lado nos tratan de domesticar, como mujeres, como jóvenes, como ancianos, como niños. Y vemos esta injusticia de que se supone que hay un gobierno que debe proteger a la población, y es el gobierno el que la está agrediendo.

Nosotros vemos esta injusticia de que haya aquí crímenes y que la muerte tenga también una clase social. Y si esa muerte es de una trabajadora, que además es mujer, que es pobre, y que trabaja en una maquila, no valga nada hasta que salga en el periódico. Y que la familia de esas mujeres que han sido asesinadas en Juárez y en todo el país, sólo reciban la burla de Fox, y de cualquiera de los funcionarios que se han referido al tema. Como si no fuera un ser humanos, como si no fuera una trabajadora, como si no fuera una joven la que fue asesinada.

Y cada vez que hay presión sobre ese lado, van y buscan un chivo expiatorio, o sea cualquiera que se les ocurra, lo agarran y dicen: “aquí ya tenemos al criminal”. Y al mismo tiempo se está cometiendo otro y otro, y otro crimen.

Hemos visto dos Juárez: está el Juárez el de arriba, el que preocupa tanto a los gobernantes, que es igual que el México que hemos visto en el resto del país: un México que cada vez está más vendido al extranjero, y donde el gobierno está completamente de rodillas frente a él.

Hace rato, cuando estábamos en el Puente Lerdo alguien —yo supongo que es un provocador, espero que no sea un miembro de la Otra Campaña— gritaba: muera el anarquismo, viva la revolución. Los compañeros de la karavana son los que hacen ahorita que la Otra Campaña sea nacional. Ellos agarran la imagen y la voz de todos ustedes y en cualquier parte donde pasamos, y hace que se conozca en el resto del país, y en el resto del mundo.

Ningún periódico local, de los que están aquí, ninguna televisión de las grandes, va a hacer eso. No sólo porque no les conviene, sino sobre todo, porque los desprecian. Porque no importan. Porque aquí sólo importa lo que diga el presidente municipal, el gobernador del estado, o Fox —bueno Fox nunca importa qué dice porque dice puras tarugadas, pero cuando menos va a la barra cómica—, pero la gente de abajo, los únicos que recogen esas palabras y las llevan lejos son estos compañeros y compañeras, a los que ahora el presidente municipal quiere acusar de ladrones. Si fueran ladrones estarían en la presidencia municipal, no en la Otra Campaña.

Y quiero señalar esto, porque si no todos, la mayoría de estos colectivos y grupos que trabajan en medios alternativos, son anarquistas y libertarios. Y para nosotros los zapatistas, es un honor tenerlos como compañeros y como compañeras.

Lo que hemos visto duele mucho. Duele doble porque además nos habían vendido la mentira que no estaba así el norte. Con esto de la Otra Campaña y con esta primera gira empezamos a derrumbar la gran mentira que separaba al norte con el sur, o al norte con el centro.

Nosotros queremos ofrecerles algo diferente, porque yo sé que hay gente aquí que no es adherente y que se acerca a preguntar o a saber de qué se trata. Si es un nuevo partido político, si ahora el Marcos quiere ser presidente, o quiere ser gobernador de Chiapas —yo soy una persona decente, nunca voy a hacer esas cosas, por favor—. O si se trata de hacer algo para que se enriquezcan unos cuantos y las cosas sigan igual abajo. O si se trata de que aquí en Juárez alguien va a venir a decirnos qué hacer: Marcos, la Otra Campaña, los que sean.

Y lo que nosotros estamos diciendo es exactamente lo contrario: se trata de que cada quien luche, que no deje su lucha. Su lucha cultural, su lucha por educación, su lucha como mujer, su lucha como joven, como anciano, como trabajador. Pero que ya no lo haga solo.

Lo único que se propone la Otra Campaña es tirar esa frontera que está ahí, y la que se va haciendo en torno a cada familia, a cada trabajador, a cada generación. Incluso la que separa a Juárez de la ciudad de Chihuahua. Y la que separa a todo el Chihuahua urbano de la Chihuahua rarámuri, en la que estuvimos. Y no sólo estuvimos en la Sierra, sino aquí mismo en Juárez estuvimos en la colonia rarámuri. Y es completamente diferente.

En Juárez se está concentrando lo que más vergüenza debe dar a este país: miseria extrema, crímenes impunes, desprecio, persecución y corrupción en los gobernantes. De una u otra forma, en Juárez se reflejan todas las contradicciones que hay en el país. Todo lo que es víctima de los políticos y de los grandes propietarios.

Pero también se refleja el otro. Aquí en Juárez se están conjuntando las diferentes rebeldías, cada quien tiene su historia, su forma de luchar. Y la Otra Campaña es la oportunidad de que eso se conozca en otras partes. Y que sea posible tender los puentes para unir una cosa con otra.

A lo mejor, no importa aquí si está el EZLN, si está Marcos o cualquiera de nosotros. Lo que importa es que ahora su voz, su imagen, la va a ver otro igual que ustedes, que está en Quintana Roo, o que está en las montañas del sureste mexicano. O en la Sierra Huichola, que es el compañero wirárika que pasó. Y que nos empezamos a dar cuenta que nuestros dolores son semejantes porque hay uno, uno, que es el responsable.

Nosotros no estamos proponiendo que nos vamos a reunir para echar baile, o para conocernos y estar contentos nada más. Nos estamos reuniendo para organizar un levantamiento nacional. Lo que nos proponemos en la Otra Campaña es derrocar al gobierno. A todo el gobierno: al municipal, a Reyes Baeza, a Fox, a Calderón, o cualquier baboso que se ponga allá arriba.

Y que volvamos otra vez a reconstruir nuestro país. Y no derrocarlos por un movimiento armado, sino hacerlo con la movilización, civil y pacífica. No los estamos invitando a que se vayan a otro lado. Ni que venga gente de otro lado. Los estamos invitando que ahí en su colonia, en su barrio, en su escuela, en su centro de trabajo, se organicen y empiecen a darse a conocer para que de todas partes podamos apoyarlos. Y al revés, que ustedes puedan apoyarnos en cualquier lugar que estemos.

Hace unos minutos, estaba adentro en la escuela —en uno de los salones donde siempre me encierran para que no se espante la gente—, y había una foto de unos insurgentes marchando, era allá en La Garrucha. Debe haber sido el año de 1994, cuando llegaba. Y hay una gran manta que dice: “viva el EZLN, Ciudad Juárez”. Si desde entonces, Ciudad Juárez volteó a vernos a nosotros —que hasta entonces nadie nos había volteado a ver—, porqué nosotros y el resto del país no debe voltear a ver a Ciudad Juárez, de otra forma. Pero no sólo cuando alguien muere, y no es castigado el que la mató. Sino también cuando se empieza a voltear a ver al Juárez que está luchando y que se está organizando.

No ver el escándalo de que si el periodista se cayó a la hora que estaba filmando lo del puente. Sino ver cómo se tendió el puente, el otro puente, no el que está allí con la frontera, el que se tendió abajo entre los mexicanos y chicanos que están del otro lado de la frontera, y los que estamos de este lado.

Lo que nosotros venimos a proponerles es que entren al movimiento más honesto y noble que ha tenido este país, desde la revolución mexicana de hace cien años. Y si hace cien años vienen tocando las cosas, hagan la cuenta: que estamos en el 2006. Y en estos años tenemos que ver que la celebración del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución, se celebre abajo y no arriba.

Gracias compañeros, gracias compañeras.

Ciudad Juárez, Chihuahua
Reunión con adherentes

1 de noviembre del 2006

Bueno, miren compañeros: lo que nosotros vemos y que venimos a decirles es que la Otra Campaña es muy grande. Como no tienen idea, en todo el país. Y que esta dinámica de las asambleas nunca crece. Nunca van a pensar que si nos reunimos ahorita un tanto y luego nos volvemos a reunir, aunque esté Marcos o Tacho, o el que sea, la próxima semana van a llegar más. No es cierto.

Gente se va a acercar, los va a escuchar y va a decir: “yo paso”. Porque no entendemos de qué se está discutiendo, porque están hablando de cosas que ustedes nada más saben. Hasta se hablan pues con apodos, o todo eso, pero los que venimos de afuera no entendemos.

Y va a llegar el rarámuri, y no va a ser el problema de que no puede pagar el pasaje o ya es muy tarde. Es que no los entiende, no los entendemos. Por eso nosotros decimos: hay que sacar a la Otra del espacio de la asamblea. Porque a la asamblea está el que puede estar y el que aguanta. No el que está interesado. Hoy en la mañana vimos a nuestras mamases Corral. Tiene 85 años, anda en silla de ruedas, no va a venir a la asamblea. Pero antes de que muchos de los que están aquí nacieran, ella estaba enfrentando —junto con otras mamases— al gobierno federal, al ejército, a la Dirección Federal de Seguridad, que era la encargada de desaparecernos a todos nosotros. Ni siquiera encarcelarnos o matarnos: desparecernos.

Y ella está en la Otra Campaña junto con otras mamases, porque cree y está convencida que ésta es una opción política también para ellas. Porque su lucha no es sólo porque se presente a su hijo, que se llama José de Jesús Corral —y que es mi hermano—, sino porque entiende que lo que hizo que José de Jesús eligiera ese camino, enfrentara una desaparición, y el dolor que ella carga junto con otras mamases, es un sistema político.

Como nuestras mamases Corral hay mucha gente en todas partes de la República que no va a ir a las asambleas. En ningún lado la Sexta Declaración dice: para ser adherente hay que ir a una asamblea, pegar carteles y difundir. En ningún lado dijimos eso. Lo que dijimos nosotros: hay que estar convencidos de quién es el enemigo. Nada más. Uno. Dos: hay que abrir el oído para conocer al otro. Tres: hay que presentarnos cada quien. Y echar acuerdo.

Porque yo entiendo que haya mucho celo entre que si se va a agandallar la Liga de Unidad Socialista, Unios, o el Partido de los Comunistas, todo el movimiento. Pero el problema que tenemos ahorita no es ése. Es que la gente que está haciendo política arriba, cuando ve bulla, mete el pie en la Otra Campaña. Y a lo mejor no lo vieron en Juárez, pero en el proceso electoral, y en la movilización pos electoral de López Obrador, organizaciones y grupos usaron el nombre de la Otra Campaña, para engancharlo al movimiento por López Obrador.

Entonces, nosotros decimos: ¿por qué no la Otra Campaña se dice quién va a estar y quién no va a estar? Pero nosotros no vamos a estar de acuerdo —y yo creo que la mayoría de los pueblos indios tampoco— de que se decide en una asamblea quién está y se ponga un activómetro. Y entonces, según cuántas asambleas vas, cuántos volantes pegas, vas poniendo estrellitas. Y entonces sí, yo gané.

Ese compa que está en la maquiladora, o el que escribió aquí una carta que le llevan años cobrándole el agua y no tiene agua, no tiene servicio de agua y le llega la cuenta y tiene que pagarla si no lo desalojan. Ése, alguien tiene que ir a preguntarle qué Otra Campaña quiere, no va a venir a quí. Y nosotros pensamos que eso le toca a la Otra Ciudad Juárez.

Aparte de que se puedan reunir para pelearse quién es la vanguardia y quién es la retaguardia, y quién es la neta y quién no. Porque pueden hacer si quieren un concurso de dolores. A ver quién tiene más dolores. Y entonces sí, que las organizaciones políticas de izquierda —grandes como dicen ustedes, que además son pequeñas—, les van a poner muertos en la mesa, que no se las van a acabar. Antes de que ustedes nacieran. Ésos, de la hoz y el martillo. Que lo usan de diferentes maneras.

Y es gente que no está allá arriba y pudo estarlo, me cae. Podría estar en el PRD, podría estar de diputado, de senador, de regidor, y todo eso, y no está. Y podemos no estar de acuerdo con su posición, y que si la dictadura del proletariado, y todo lo que quieran. Pero es gente que no se vendió y pudo hacerlo. Porque a lo mejor alguien no se vende porque pues no le ofrecen pues. Pero a ellos sí les ofrecieron. Les dijeron: órale, camínenle por acá, y dijeron que no.

Y nosotros no estamos diciendo: vamos a hacer la Otra Campaña y vamos a hacer un zapatismo grande. Nosotros dijimos: no. Nosotros nuestro horizonte es la cuestión indígena. Y en Chiapas, y en una parte de Chiapas. Se está haciendo un desmadre por todos lados. Y esta desesperación que vimos en algunas partes aquí en Juárez, está en todo el país. Es mi deber como su compañero, porque somos compañeros, decirles que va a haber un alzamiento.

Si ustedes quieren seguir discutiendo quién es la neta y quién pega más carteles y quién hace la difusión y quién no. Pero cuando pase lo que va a pasar, cuando menos no nos van a reclamar: ¿por qué no nos dijeron? Lo dijimos y lo vieron. Y ahí está lo que hemos podido —no tenemos otros medios—, ustedes saben que el periódico que antes sacaba, ya no saca nada o saca pequeñas notas recortadas. Ahorita lo único que tenemos es la página y los tenemos a ustedes nada más.

Y no lo estamos haciendo para difundir los problemas del EZLN. Has la cuenta y vas a ver ¿cuánto ha salido el dolor de las comunidades zapatistas en un año que lleva la Otra Campaña? Hemos usado nuestra palabra para hablarles a ustedes de los pescadores de Quintana Roo. O para hablarles de los rarámuris, que son de aquí de Chihuahua. O de los maestros, o de los estudiantes, o los de Oaxaca. No lo estamos usando para crecer nosotros.

Nosotros estamos diciendo: que crezca cada quien. Que crezcan los anarquistas, los libertarios, los comunistas, los socialistas, los que no son nada: crezcan. Y unámonos porque si no nos van a destruir, por un lado, a todos. El que nos va a matar no va a decir: no, éste es anarquista, a éste mátalo doble. Igual. Si es comunista mátalo triple o menos, o no lo mates tan duro. Igual nos va a acabar con todos.

Pero aparte de eso que es un mecanismo de sobrevivencia natural, es que la gente ya está hasta la madre. Y se va a alzar sola. Y quien se alza solo cosecha una derrota, no hay pierde. Y lo que nosotros no queremos es una derrota más: queremos una victoria. Ahora, si es posible unir toda esa fuerza para obtener esa victoria, nosotros los zapatistas decimos: ¿por qué nos vamos a detener en que nos den un permiso, en que nos reconozcan una tierra, en que pongan el drenaje a ese compañero? De una vez vámonos por todo, es lo que decimos nosotros. Y hay quien dice no. Órale.

El problema es que cada quien le entró aquí a la Sexta por su propia razón. Y nosotros pensamos que esa razón es que vio su lucha y dijo: esto le sirve a mi lucha. No lo decidió en una asamblea. No se reunió Juárez y dijo: nos adherimos a la Sexta. No, fue hasta que ya estaban adheridos que se encontraron. Entonces, nosotros decimos: ahí mismo decidan qué Otra Campaña quieren.

No se trata de si el rarámuri le va a entrar o no. Eso lo va a decidir él y va a decidir cómo. Las madres de desaparecidos políticos tienen que decir: “yo le entro a la Otra Campaña y ésta es la Campaña que quiero, ésta es mi posición a los seis puntos. Si no le gusta a otro, muy su cuento. Ésa es la consulta que yo me hago a mí mismo, a mí misma en este caso”. O los de Kloakaskomunikantes, o el Colectivo de Lunática, o los compañeros de LUS. Cada quien, es en su práctica, donde está haciendo su lucha. Los maestros y todo eso.

“Es que se necesita una Otra Campaña que contemple el trabajo con lo académicos”. Porque a los académicos a lo mejor no les caen mal, pero no explotan fuerza de trabajo. Ellos están produciendo conocimiento y ensayando cuando los dejan. Pero no viven de explotar a otro. Y sí, no es lo mismo un rarámuri viviendo en la colonia donde fuimos, o en la sierra, a un profesor universitario. Pero el que lo está jodiendo a uno y a otro es el mismo.

Entonces nosotros venimos a decirles: compañeros, está cabrón. Abajo está cabrón. O sea, la gente está harta. Y lo que nosotros estamos diciéndoles es: vamos a echar trato. Y la gente está diciendo sí. Y ahí no importa si tiene internet o no, si llega el periódico o no, o si va al acto donde se va a tomar una foto y firmar. No, ahí lo que él quiere es que, a la hora que él se levante junto con todos. Y entonces sí, el de arriba no pueda pegarle, o no igual. Porque por todos lados está pasando lo mismo.

Y no sólo eso. Nosotros como pueblos indios, con los compañeros del CNI, a lo mejor no los oyen, están diciendo: lo que se está muriendo no va a nacer otra vez. Y es paradójico que los pueblos indios, sobre cuya sangre se levantó lo que eso se llama Patria, son los que digan: hay que salvar a la Patria. Independientemente de que si alguien dice que la patria no existe y las fronteras bla, bla, bla. No voy a discutir eso.

Eso están diciendo: esto que es nuestra sangre, nuestra tierra, se va a morir si no lo salvamos nosotros. Lo vamos a hacer. Y lo que decimos es: echemos trato. Pero si no quieren, lo vamos a hacer solos. Porque esa fue la decisión primera del EZLN y de los pueblos indios.

Nosotros dijimos: buenos, sale mejor, y es mejor si nos echamos trato juntos. No pretendemos nosotros: ahora vamos a hablar por el anarquismo libertario, o por los medios alternativos, o por las organizaciones políticas que se plantean el socialismo. Decimos: que cada quien hable y que se debata. Pero si tenemos este mínimo acuerdo entre nosotros en quién es el responsable de lo que nos está pasando, vamos a enfrentarlo juntos. Y ya llegará el momento de las asambleas a ver quién tiene la verdad y la mentira. Y luego se verá que no hay ni una ni otra. Pero ése va a ser otro país ya, donde nos tenemos que poner de acuerdo.

Lo que nosotros les pedimos es: si no nos ponemos truchas, este México que estamos tocando abajo se va a levantar. Y no va a haber opción. Porque ustedes lo van a traer a esta asamblea y ese pueblo va a decir: “mejor el PRI porque te da gorras. Aquí ni siquiera gorras te dan. Y es el mismo: la misma disputa de quién es el efectivo”.

Entonces decimos: saquen la discusión sobre los seis puntos de la asamblea. Y que cada colectivo, grupo, familia, individuo u organización diga: yo quiero esta Otra. Y veamos cómo piensa la mayoría. Y que la Otra, así como se juntó para recibir a la Comisión Sexta y luego para azotarse por lo que salió mal o para echarse piedras mutuamente, se organice ahora para ir con ese rarámuri que dijo que sí. O que está en la sierra y que se juntaron y dijeron: “e vamos a entrar a la Sexta porque vemos que ésto, y ésto, y ésto, por lo que hicimos antes, ya lo probamos”.

¿Quien va a ir a la sierra a recabar la información —porque no hay internet— para traerla a la ciudad y meterla, para que junte su palabra con la del huichol, o con la del pescador de Quintana Roo que fue el que dijo: queremos que mi palabra se haga grande, que dale alas y llévala lejos. Ese era el compromiso, no que creciera el EZLN. Sino que se corriera por todos lados.

Porque yo veo compañeros, perdónenme, que hablan de Lomas del Poleo y nadie ha tenido la delicadeza de decirnos a nosotros qué pasa en Lomas del Poleo. Lo dijo este Tobi así, entre que sí y que no, cuando estábamos en el puente. Y hay otro problema en Anapra, y ni siquiera sabemos qué quiere decir. Y si la Otra en Ciudad Juárez no nos dice qué pasa en Lomas del Poleo y en Anapra, entonces, ¿quién nos lo va a decir?

Porque ustedes se están reprochando mutuamente que hay que ir para allá, pero aquí hay gente de Australia, de Estados Unidos, de Italia, de España y de cuando menos seis o siete estados de la República, más las organizaciones que son nacionales. Entonces, ustedes están desaprovechando decirle a esa gente que puede llevar al resto del país, qué pasa en Lomas de Poleo, y qué es Anapra y qué está pasando.

Entonces, el problema es que si queremos hacer la Otra a nivel nacional, tenemos que definir claramente las cosas. Y es lo que les pedimos nosotros. Nosotros no decimos: va a ser así, el que le entró le entró, y el que no, se chingó. Nosotros decimos: discútanlo. Ninguna organización va a hacer eso. Ningún movimiento va a hacer eso. Que cada quien discuta y dé su opinión.

Lo que estamos haciendo no tiene precedentes, no hay un manual. Como dijo el compañero: nos vamos a caer y tropezar. Y a lo mejor sale el protagonismo y el zapatour y todo eso. Pero no hay nada, ningún manual, ningún libro que nos diga: cada vez que quiera usted hacer otra forma de hacer política, siga los siguientes pasos. No hay.

Nosotros decimos: éste es nuestro límite como zapatistas. Juntemos nuestros límites y vamos a dejar de tener límites, y vamos a dejar de tener límites. Tan así que esa frontera nos la va a fanfirulear. Ésa y otras que hay por otras partes.

Entonces, nosotros les pedimos compañeros, respetuosamente, que los que pueden —porque tienen tiempo, capacidad, modo— se reúnan y digan ¿cómo le vamos a preguntar a los adherentes a la Sexta, que no pueden venir a las asambleas, que no son activistas, que no pueden enterarse por internet y todo eso, cómo les vamos a ir a preguntar: oye qué Otra Campaña quieres?

Porque si vamos a criticar el protagonismo de Marcos y del EZLN, órale. Lo que estamos diciendo es que: ya a la chingada la Sexta Declaración. La Primera Declaración de la Otra, y que ahí vaya la palabra de Juárez, y del anarquista, del libertario, del comunista, del socialista, y del que no es nadie, y del zapatistas: el civil y el armado. Y que ahora sí sea producto de todos.

Entonces que les pedimos pues que hagan eso. Que cada colectivo se diga: ahora vamos a definir ésta es nuestra propuesta. Y estamos dando una fecha. ¿Por qué? Porque cuando el EZLN dice: órale, vamos a aventarnos y queremos luchar junto con ustedes no es: luchen y nosotros nos quedamos en la montaña. Es: luchen y ahí vamos a estar con ustedes. Entonces, van a venir compañeros nuestros a vivir con ustedes. A ir a Lomas de Poleo, o a las maquiladoras con ustedes. No un día o dos, sino a ir con ustedes. Y el problema del agua, y echarle cubeta cuando se inunde y todo eso.

Entonces, a mí me mandan adelante para ver quién es quien se quiere subir nada más al templete, y quién sí puede darle. Si hay un lugar donde se va a meter o no. Si va a poder comer o no. Si va a haber alguien que le enseñe el modo de Juárez, porque no lo conocemos.

Eso es lo que nosotros decimos: explorando el terreno. Ya vimos lo que vimos. Y no vimos lo que no nos enseñaron. Nada más. Y con eso vamos. Y eso voy, yo lo informo y a la otra vuelta vengo y traigo a los compañeros y les digo: con éstos, hay que hablar con los demás. Ahorita no les estamos pidiendo que levanten Ciudad Juárez. Les estamos pidiendo que la Otra de Juárez diga, cada quien, así va a ser la Otra en Juárez. Si esto no se cumple, me salgo. Órale. Y si esto sí se cumple, le entro.

Y que hagamos pues lo nacional, y ahí vamos a ver qué tenemos. Porque ahorita hay gente dentro de la Otra Campaña que nomás está sacando raja política. Pero para arriba. Lo vimos pues en el movimiento poselectoral de López Obrador. Y cada vez que haya un acto grande, y cuando prenda la Otra Campaña —porque va a prender— y van a volver ahora sí que las masas —como dicen— a tomar las calles en Juárez y en todo el país.

Y ésos van a volver a aparecer. Ésos, y van a volver a decir: compañeros, yo los llevo y todo eso. Yo los conduzco, yo los dirijo, yo soy la vanguardia que necesitan. Entonces, tiene que quedar claro quién es y quién no es. Quién puede levantar la bandera de la Otra Campaña y quién no debe levantarla. Porque la va a usar, la va a enlodar. Porque a la hora que le estamos diciendo a la gente: “ésta es otra forma de hacer política”, es que tenemos que cumplir la palabra. Si no, digamos otra cosa compañeros.

Y no digámosle: bueno, vamos a hacer como que queremos hacer otra forma de política, pero no la vamos a hacer. En realidad, acá se va a decidir la jugada.

Entonces, eso es lo que les estamos pidiendo. Si les parece autoritarismo, protagonismo, caudillismo, etcétera, que les pida —no que les ordene, que les pida—: respóndanos qué Otra Campaña quieren. Y hagamos una votación entre todos y que la Otra Campaña —no el EZLN, ni Marcos—, la Otra Campaña decida: por aquí, así, en este lugar y de esta forma.

Eso es lo que les pedimos. Que hagan una reunión posterior, y ahora sí que sin que estén los medios alternativos, porque se está grabando todo. Luego si quieren les dejamos un casete para que vean qué papelón. Entonces sí se saquen los trapitos al sol pues, pero ya no es que tienen que… los demás tenemos que ver todo eso, porque ni siquiera sabemos quién está en la jugada. Y estamos aquí al frente, pues yo me imagino por… por comodidad. Pero no venimos a juzgar a nadie. Nosotros no vamos a decir éste es el bueno, y éste es el malo. Ese papel lo rechazamos desde 1994, y no lo vamos a hacer.

Entonces, entre ustedes se sacan su gana, su pelea, lo que sea. Y hacen luego un acuerdo. Dicen: bueno, nosotros podemos —entre que somos una cosa y otra—, vamos a preguntarle a las mamases Corral: “ñora, qué pedo” —no le digan así porque le faltan al respeto—, no pero digánle: “Oiga, ¿qué Otra Campaña quiere?”. Entonces, ella les va a decir: “pues una que retome la lucha de mi hijo, que es esto y esto, y una que me diga qué pasó con mi hijo”.

Bueno, la Otra Campaña tiene que ver el problema de los desaparecidos políticos. No puede agarrarlo como una cuestión coyuntural, como hacen los partidos de izquierda —los de arriba, se supone ¿no?—, dicen: ah ¿va a haber elecciones? Sí, se toman fotos con las ñoras y todo eso. Y luego, seis años después: nada. No, tiene que ser parte de su lucha.

Y si vamos con los compas de La Lunática, órale: es que tiene que tomar en cuenta lo de la diferencia, lo de los medios alternativos, todo eso, si no, no. Y así en la prepa Altavista: tiene que tomar en cuenta lo de la educación. Con las mujeres: tiene que tomar en cuenta lo del respeto de género, etcétera. El compa pues que nos habló de la música: tiene que tomar en cuenta que la música también como una forma de expresión, de comunicación, de agitación.

Todas esas cosas tiene que tener la Otra Campaña, pero eso no lo vamos a decidir nosotros. Nosotros somos indígenas. Nuestra jefatura no habla español. Y no le gusta el rock, de paso, lo lamento Mastuerzo, pero. Nosotros estamos impuestos a la marimba pues. Pero si decimos que un mundo donde quepan todos los mundos, pues órale, que le entre el rock, que le entre el ska, y todo eso. Y cada quien su modo, y que podamos construir ese mundo de esa forma.

Entonces, compañeros, ojalá pues se puedan reunir algún día para eso. Y hagan ese acuerdo, porque como quiera lo vamos a hacer. Porque la mayoría ya está saliendo que sí hay que hacerlo. Si alguien ya después, cuando pase lo que pase, pues nos podrá reclamar lo que sea, pero, ahora sí, que no le avisamos, pues no. No nos podrán reclamar eso. Sólo compañeros, compañeras.

Ciudad Juárez, Chihuahua.
Reunión con adherentes de la Otra en el Otro lado.

1 de noviembre de 2006.

Bueno, compañeros, compañeras.

La movilización que tuvimos hace rato fue simbólica en varios sentidos: no sólo porque lo dedicamos a los desaparecidos políticos, unos minutos antes nos habíamos reunido con el Comité de Madres por Desaparecidos Políticos, aquí en Ciudad Juárez.

Y nos habían contado la historia, no sólo la historia de su dolor, de haber perdido a un hijo o una hija y no saber qué pasó con él, sino también la historia de su lucha. Y es gente que lleva años, décadas enteras, luchando por la presentación.

En toda la Otra Campaña de este y del otro lado, se está dedicando este día a demandar la presentación de los desaparecidos políticos que desde los sesentas, el gobierno mexicano ha estado desapareciendo.

Pero también fue simbólico porque lo dedicábamos al pueblo de Oaxaca. Y fue simbólico porque en la raya encontramos a Maria Eugenia que nos dijo que es de Oaxaca, y a la hora de saludarla, saludábamos al pueblo de Oaxaca, paradójicamente en la raya de la frontera.

Conforme hemos avanzado en esto de la Otra Campaña, hemos encontrado al pueblo de Oaxaca en muchos otros estados. Y sigue siendo Oaxaca aunque esté en baja California o en Baja Sur, o en cualquier estado donde los hemos encontrado, como ahora sigue siendo Oaxaca también en Nueva York, en El Paso, o donde cada quien se encuentre.

Hace unos años cruzamos al otro lado, por aquí por Juárez al Paso. Estuvimos en el Segundo Barrio, esperando para agarrar la highway que va para Albuquerque, y luego Phoenix y llegar hasta San Diego, Los Ángeles —por eso mi inglés es medio pocho, porque tuve que agarrar ese acento, bastante pocho, no medio pocho, pocho completo—.

Y cuando estábamos aquí, en El Paso, nosotros nos preguntábamos —yo creo que la pregunta que se han hecho muchos de ustedes— es ¿quién es el extranjero de ese lado? Si el que lleva la sangre latina o el que allá arriba —a veces con sangre latina y a veces con sangre anglosajona— pretende estar en un país que no le pertenece, que nunca le ha pertenecido.

Cuando íbamos por Baja California Sur, nos preguntaban los compañeros de la Otra Campaña, si no imaginaba yo que estaba en territorio norteamericano, por la gran cantidad de propiedades, que dice, que sus letreros están en ingles y que son propiedad de ricos norteamericanos.

Y yo les decía que no, que más bien me recordaba a Quintana Roo, que está en la otra península, donde se estaba dando lo mismo.

Yo quisiera pedirles que metieran en sus conceptos, en sus análisis, un concepto que se ha olvidado que es el de guerra de conquista.

Nosotros como pueblos indios, con el Congreso Nacional Indígena, estamos viendo que lo que se está haciendo en nuestro país —y hablo el país no sólo al sur del Río Bravo, también al norte—, un proceso de conquista y que si, antes, los ejércitos eran los españoles con sus caballos, arcabuces y cañones, ahora son los partidos políticos con sus leyes, sus diputados, sus senadores —de uno y otro lado— y con sus gobernantes —de uno y otro lado—.

El plan original del gobierno norteamericano era correr la frontera hasta el centro de México. El Plan Puebla Panamá era eso. Se estaba vendiendo al resto del país, la ilusión de que el norte del país tenía mejores condiciones de vida. Y entonces era necesario para ellos tener tranquilidad en la frontera ésta en la que estamos, haciendo que se pusiera como una especie de barrera social, política, de leyes, incluso física, en la zona que va de Puebla y el Istmo de Tehuantepec.

De ahí para abajo todo iba a ser Sudamérica, y de ahí para arriba todo iba a ser Norteamérica.

Sabemos que el gobierno norteamericano es de por sí estúpido, y ha ido comprando siempre las mentiras que se le ofrecen —Vietnam, Cuba— y yo creo que compró la mentira de Vicente Fox, del Plan Puebla Panamá, que le iba a permitir correr la frontera y darse seguridad y alivio en la frontera original.

En términos concretos, lo que se propone la Otra Campaña, es correr la frontera para el otro lado. Esa va a ser nuestra respuesta al interés del gobierno norteamericano en hacer la guerra de conquista y en convertir nuestra nación en una estrella más de su bandera. Va a ser al revés: nosotros vamos a ir corriendo la frontera cada vez más al norte, para que México vuelva a tener su lugar como nació y como creció.

En esto que estamos haciendo, estamos conociendo otro país, y otro país no me refiero sólo a la gente que está luchando, sino a realidades que están surgiendo.

Hace rato escuchamos a los compañeros de Nueva York, adherentes de la Otra —que se acaban de cruzar o hace poco—, y uno puede imaginar cuál es el proceso que van a seguir para conformarse una identidad propia. Porque el problema, por ejemplo, de los mexicanos y chicanos que están al norte del Río Bravo, no es sólo la agresión o la repulsa que reciben del gobierno anglosajón, sino también —lo que nos platicó el estudiante hace rato—, que incluso los mexicanos piensen que no son mexicanos, que son de otro lado. “Que se vayan a su país” —dicen— de una u otra forma.

Y cuando estaba la discusión de que si los chicanos y mexicanos que están al norte del Río Bravo, eran de la Otra Campaña o eran de la Sexta Internacional, nosotros respondimos lo que respondió el Congreso Nacional Indígena cuando el gobierno dijo: “bueno, pero ¿cómo sabemos si alguien es indígena o no?” —que querían hacernos prueba de DNA para ver si había sangre indígena—. Y el Congreso Nacional Indígena respondió: “la auto asignación, la auto identificación. Si yo digo que soy indígena lo soy”. Y es una forma de relacionarse con la tierra, con la cultura, con el agua, con el aire, con los árboles, con todo eso.

Entonces dijimos: “bueno en el caso de la Otra Campaña es también la auto asignación, la auto identificación”. Pero el problema que tenemos compañeros es que las diferencias que están surgiendo, que no es sólo la de los pueblos indios, ni sólo la de homosexuales, lesbianas, transgéneros, travestis, es también esta realidad del México que está al norte del Bravo, el México que está creciendo en las entrañas del monstruo —diría José Martí— y que tiene su lugar específico, su forma especifica de ver las cosas, su forma de ser lo que es.

Nosotros no podemos permitir que la Otra Campaña sea una aplanadora que homogenice a todos. La Otra Campaña va a tener éxito si cada diferencia resulta y brilla con su propia diferencia en el colectivo que somos. En el momento en que nos empecemos a plantear la homogenización, es que vamos a plantear que alguien va a hegemonizar, alguien va a mandar y a decir: “éste es el modelo nuevo”.

Y en nuestro país —desde antes de la conquista de los españoles— ése ha sido el problema: que si vamos a cambiar de jefe o de poder, o de gobierno, y las cosas abajo siguen igual, entonces no estamos cambiando nada.

Nosotros lo decimos como pueblos indios porque fue la Guerra de Independencia, luego la Revolución Mexicana, cambiaron los gobiernos, cambió todo el sistema y los pueblos indios siguieron igual. Y yo creo que cada quien podría agregarle su diferencia y su dolor que no hay cambios.

Y nosotros creemos que cada quien le entra a la Otra Campaña con la apuesta de que va a ser diferente ahora, pero eso no depende de Marcos ni del EZLN, ni del Congreso Nacional Indígena, depende que cada realidad diferente se agrupe, conquiste su espacio y lo defienda, primeramente dentro, mismo con sus compañeros y compañeras.

Los chicanos y chicanas, los mexicanos, no importa en que lado, si sea Nueva York, Chicago o El Paso, o San Diego, tiene que construir esa identidad y hacerse compañero sin dejar de ser, con el resto del país, con el resto de las realidades que se están organizando.

Y a la hora de construir esta identidad, es construir las demandas específicas, que serán diferentes las de Nueva York a las del Paso, a las de San Diego, a las de San Francisco, de Los Ángeles, de Houston, de San Antonio, todo donde se está regando este mensaje de la Otra Campaña, que es el mensaje simplemente de darnos otra oportunidad, no darle otra oportunidad al de arriba, que es lo que preguntaba el estudiante en concreto, dice: ¿por dónde debemos buscarle, cambiando las cosas por arriba o por abajo?

La disyuntiva no es revolución violenta o pacifica, la disyuntiva es desde dónde vamos a construir las cosas. Si apostamos a que es desde arriba, nosotros, los zapatistas y los que estamos en la Otra Campaña, pensamos que no es por ahí, que las cosas —como las casas— se construyen desde abajo. Y en ese sentido, el país que anhelamos, el mundo que anhelamos, es posible si lo construimos desde abajo.

Y está parte que estamos haciendo de reconocernos de identificarnos, de decir “esto soy”, no es sólo recordarnos a nosotros mismos lo que somos —como decía el compañero del Segundo Barrio: nuestra historia—, sino también significa decirle al otro: “mírame, escúchame, porque si tú no me miras y no me escuchas, nadie más lo va a hacer”.

Y hasta ahora el poderío que tienen allá arriba está sustentado sobre la parcelización, cada quien por su lado y —en el mejor de los casos— enfrentados unos contra otros.

Esa frontera existe: los rinchers —no sé qué nos mandaron ahí—, el cherife, que además tiene sangre latina, según me dicen, el cherife de El paso que nos aventó, es una parte, en efecto. Yo creo que se recordó —como estamos en Chihuahua— cuando mi general Villa fue y se les metió —antes de las torres gemelas— a Columbus.

No se trata sólo de eso, también se trata de que nosotros podamos romper esa frontera y cuando decimos “la Otra Campaña no reconoce esa bandera ni esta raya”, quiere decir no sólo eso, que no sólo reconocemos que no exista una diferencia entre nosotros, sino que debemos tender los puentes, porque a veces esos puentes son los que nos están separando, porque los estamos rompiendo nosotros mismos.

Y es paradójico que Chiapas quede más cerca de El Paso que de la ciudad de México en muchos aspectos, o que de la capital Tuxtla Gutiérrez. Y que paradójico —lo repito pues—, de que Chiapas se haya acercado a Oaxaca en Ciudad Juárez, exactamente en la raya con El Paso.

Son esas paradojas que van a ir apareciendo —no sé si es maña de los zapatistas o ya estamos todos contagiados—, de que cosas que no nos imaginamos empiezan a ocurrir. Y no se trata de ir brincando de fila en fila para, hasta llegar a la primera para ser espectadores, porque si antes lo veíamos más lejos, ahora lo estamos viendo de cerquita. Aquí es que hay que acabar con la división entre el actor y el espectador. Nosotros tenemos que hacerlo, nadie más lo va a hacer.

Y están estos trucos que nos están vendiendo desde allá arriba. Siempre que se habla de un líder, se esconde algo. Y cuando se habla de Marcos, se está escondiendo a los pueblos zapatistas. Marcos no vale nada sin esos pueblos, que ahorita están paralizando el estado de Chiapas, en todos, no se puede transitar por ahí, porque todos los pueblos zapatistas, salieron a cerrar las carreteras para recordar a los desaparecidos y para decirle a Oaxaca que no está sola.

Llegará el momento de decirle a El Paso que no está solo, a San Diego, a Los Ángeles, y no nos vamos a poner a detener “que si trae pasaporte, a ver si realmente eres o si traes un tatuaje de Aztlan para ver si eres chicano o eres chicana”, ni el color, lo que nos va a unir es cómo definimos al que está arriba y cómo nos ubicamos nosotros.

El mundo que vamos a construir no tiene nada ver con el que hubo antes. Y será infinitamente mejor al que tenemos ahora. Pero esa creatividad y organización, esa imaginación que los ha llevado a resistir como han resistido —ahora sí que en las entrañas del imperio—, es la que nos tiene que servir también ahora para imaginarnos cómo va a quedar todo.

Un Juárez donde las mujeres jóvenes no sean asesinadas, donde no sea esta congregación de injusticias que es Ciudad Juárez, y que Juárez no termine en esa raya ni en el Puente de Lerdo, sino que se extiende hasta El Paso, y se extiende hasta Albuquerque y hasta Nueva York, como lo vimos hasta ahorita.

Entonces nosotros tenemos que aprender a imaginarnos eso, porque es ese miedo el que tenemos que perder, el miedo a decir: “así queremos las cosas”, porque a la hora que las empezamos a soñar, las empezamos a nombrar y entonces empiezan a existir.

Ese es el reto fundamental de la Otra Campaña, no importa que río se le atraviese, sea el Bravo, el Usumacinta o cualquiera otro de los ríos que nos están vendiendo como si fueran paredes, si antes de que llegaron ellos, eran fuente de vida —como nos platicaron ellos o como sabemos nosotros—.

Ahora que estamos en Chihuahua, nosotros nos acordábamos de lo de Chiapas, porque dicen que Chihuahua es el estado más grande. Nosotros decimos que es Chiapas, nomás hay que plancharlo y entonces sí ya queda más grande. Y como homenaje a las compas… no se desesperen si van allá y no me encuentran, hay setenta mil soldados que tratan de hacer lo mismo y tampoco me encuentran (risas), tampoco me encuentran y no se quejan, bueno sí se quejan pero no se oye pues.

Llega un momento, en esto de las realidades… Porque cuando las mujeres zapatistas, indígenas zapatistas, empiezan a discutir su ley y llegan al acuerdo que una ley es que las mujeres puedan ser choferes. Pues nosotros dijimos:
—¿Por qué, por qué se le ocurrió eso? ¿no?
—Pues se nos ocurrió desde nuestras demandas.

Y llegó el momento en que había que aplicarlo. Y allá nuestro modo es que el jefe tiene que poner el ejemplo. Entonces le dijeron a las Comandantas:
—Ahí está la combi, tienes que aprender a manejar.
—Hay diositillo —dijo la compañera— este…

Y va y le pregunta a otra compañera indígena, nomás que ésa sí insurgenta que ya sabía manejar. Y le pregunta:
—Y ¿qué sientes?
—No, pues nada.
—Pero, ¿no sientes así como que te va a pasar algo malo o lo que sea?

Entonces ya la compañera insurgenta le empieza a decir:
—N’ombre no se siente nada y además ellos manejan peor —ya vez cómo son las mujeres que mal hablan de los hombres—.

Se sube la compañera, pero nomás se subió…
—Ahorita vengo.

Y sale corriendo. Y ya regresa.
—Y ¿qué pasó?
—Es que me dio diarrea del miedo.

Pero aprendió a manejar, aprendió a manejar, y para ellos, para ellas, para nuestras compañeras significaba romper una barrera que nosotros no entendíamos. Nosotros decíamos: “bueno pues si saben manejar o no, que eso qué importa”. Pero para ellas significaba hacer algo que les estaba vedado, nada más por ser mujeres.

Entonces, en ese sentido, este puente que hay que construir entre las mujeres del otro lado o al norte del Río Bravo —decimos nosotros, porque en todo caso el otro lado es el de arriba, nosotros estamos en el mismo lado que es el de abajo—, con las mujeres de Oaxaca que fueron golpeadas y reprimidas, con las mujeres de Atenco que fueron violadas, con las zapatistas, con las de todos los grupos y colectivos que están acá; es un trabajo que tiene que construirse cada quien.

No se trata que los hombres suplanten a las mujeres, ni que los indígenas suplanten a los mestizos. Que cada quien tenga su realidad. Eso es lo que se está proponiendo la Otra Campaña.

Gracias compañeros, gracias compañeras.

 
 

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4 Comentarios »

  1. Si lees esto escribe lo que piensas, de que sirve que leas o escuchas si no opinas!

    Comentario de David Olea Navarro — noviembre 5, 2006 @ 6:30 pm

  2. Muy buenas las palabras del delegado 0.
    Por favor, transcriban las de la reunión con los del otro lado que desde mi pc no puedo bajarles el audo!

    Comentario de María — noviembre 5, 2006 @ 10:02 pm

  3. Comañer@s de la Comisión Sexta y miembros de la Caravana:
    Compañer@s adherentes y simpatizantes:

    Un abrazo desde la Ciudad de México. Me da gusto ver el importante trabajo que venimos realizando, ya sea en la Caravana o en las muchas trincheras que tenemos abiertas.
    Quiero dar las gracias al Compañero Delegado Zero y l@s Comandant@s que están aquí en el D.F. Su trabajo es y ha sido muy esclarecedor y correcto.
    Me parecen muy oportunas las palabras de el Delegado Zero (más bien, sus intentos de explicarnos y de aclararrnos los horizontes). Quiero pedirle una disculpa. A menudo creo demasiado en lo que creo y en lo que pienso. Y por eso, suelo llegar a conclusiones parciales.

    Gracias por querer hacernos ver eso que dice el dichonario de que: «Mucho ayuda el que poco estorba».
    Ahora me queda claro de que la idea de La Otra Campaña no es agrandar el zapatismo ni adherir adeptos a las filas del E.Z.L.N. Lo que me pasaba es que siempre me había preocupado la falta de cohesión en el movimiento desde que iniciaron la lucha con el digno grito de «¡Ya Basta!». Siempre faltó (y sigue faltando) una lucha política y social de base a nivel nacional (mejor dicho regional-sectorial) y verdaderamente revolucionaria en torno a Ustedes.

    Así que a partir de ahora, he decidido dejar de considerarme Base de Apoyo suyo…. No…. No se saquen de onda. Ni de broma abandono el movimiento ni nada por el estilo. ¡Ni un paso atras!
    Lo que pasa es que si me había autoasumido como tal, es porque la estructura con que cuentan y su claridad de objetivos son y han sido para mí las mejores opciones (si no es que las únicas) además de la más segura (a pesar de la inseguridad implícita por andar en estas cosas)…. Pero ahora ya entiendo que el momento histórico y la circunstancias políticas en México son otras.
    Si los «abandono» como base de Apoyo es porque ahora debo ocupar el lugar que me corresponde…. Así que estoy (y estaré) al tanto de lo que indique la Comisión Sexta y de el resultado de nuestras consultas internas.

    Y es que en efecto. Eso de los horizontes es muy importante. Es lo que nunca hemos podido conectar entre el E.Z.L.N. y nosotros (los «zapatistas» de a pié).
    Creo yo que porque muchos de los individuos y grupos no hemos podido (¿o querido?) bajar «nuestra» lucha ideológica que sostenemos con ustedes a los diferentes terrenos de las luchas económicas, políticas y sociales de todos y de cada uno de nosotros. Mucho de esto lo planteo en mi respuesta a los famosos seis puntos, así que no tiene caso que lo repita en este espacio.

    Por último, solo quiero decirle a tod@s que no dejemos de leer, de prepararnos y sobre todo de aprender. Me cayeron unos libros que me han sido esclarecedores. ¿Quién dijo que el marxismo es obsoleto? Uno de ellos se llama «Historia del arte y lucha de clases» de Nicos Hadjinicolaou (Editorial siglo XXI). Habla de la importancia de delimitar claramente las cosas, pues un algo es la ideología (campo de lucha ideológico) y un otro es la(s) realidad(es) (campoS de luchaS socialES, políticaS y económicaS).

    Todos los miedos que nos han surgido a l@s Adherentes a raíz de este «cerrar filas» son normales. La ideología por sí sola es parcial e incompleta, pero aparenta una totalidad…. Por eso el delimitar nos suena a reprimir (en realidad es poner límites), ordenar nos suena a autoritarismo (en realidad es poner orden), definir nos suena a dividir (y es poner límites), etc, etc.
    El libro trae unas referencias maravillosas a uno de Mao Tse Tung llamado «Sobre el tratamiento correcto de las contradiciones en el seno de el pueblo». Por supuesto que ya lo ando tratando de conbseguir. De seguro es increíble, pues ya había leído antes escritos suyos y me parecieron increiblemente esclarecedores y de total actualidad…. Claro está de que no se trata de que nos volvamos chinos o algo así…. Por cierto. Tal vez ese ha sido uno de nuestros problemas en el E.Z.L.N.:Hemos creído que hay que ser zapatistas para ser zapatistas.
    Bueno compas. Ya no les quito tiempo ni lugar a este importante espacio de enlace.
    ¡Viva el E.Z.L.N!….. Y también el ¡F.P.D.T! ¡y el ¡F.P.F.V.-I! ¡y el C.N.I! ¡y todos los cientos de miles de personas dignas, grupos y sindicatos que luchamos por un mundo mejor!
    ¡Viva la Otra Campaña!
    ¡Viva la verdadera política!

    Comentario de alejandro Fernandez — noviembre 7, 2006 @ 12:05 pm

  4. HERMAN@S DEL EZLN
    HERMAN@S DE LA COMISION SEXTA

    NO TENGO MAS PALABRAS MAS QUE GRACIAS, POR ESTA JORNADA POR LOS DESAPARECIDOS POLITICOS, POR PONER ATENCION EN TODOS LOS RINCONES (POSIBLES CLARO) DE LA REPUBLICA,

    ACA EN JUAREZ CHIH, HABEMOS POCOS, PERO HABEMOS, Y CADA VEZ SOMOS MAS, LOS QUE DE VERDAD TENEMOS ESA CONVICCION, LOS QUE VEMOS ESA REALIDAD, YO NO ME PUEDO CONNSIDERAR ANARQUISTA, PERO SI ESTOY HASTA LA MADRE, Y CREO ENTERAMENTE EN EL SOCIALISMO, Y AUNQUE REPRIMA EL MAL GORBIERNO Y NOS APLASTE CON SU PIE DE REFORMAS Y MAS REFORMAS QUE SOLO JODEN AL QUE MENOS TIENE, RESISTIMOS,

    Y A LOS QUE VISITEN LA PAGINA A TODOS LOS COMPAS DE JUARITOX DE CHIHUAHUA DE OAXACA EN ESTOS TIEMPOS EN QUE FOX (COMO YA VA DE SALIDA) SE HACE DE OIDOS SORDOS Y MINIMIZA LAS PROBLEMATICAS, A LOS COMPAS DEL DF DE GUERRERO DE TODA LA REPUBLICA !RESISTAMOS!

    OAXACA, !!RESISTE!!
    LO QUIERA O NO LO QUUIERA ULISES VA PA FUERA!!!!!

    COMFORME A LO DE LOMAS DE POLEO (UNA PROBLEMATICA DE ACA DE JUAREZ)

    ES UNA ZONA APARTADA, AHI HAY GENTE QUE TIENE MAS DE 30 AñOS FORMANDO SU CASA SIN HACERLE DAÑO A NADIE, SIN ROBAR A NADIE, CON EL SUDOR DE SU FRENTE, SON GENTE DIGNA, SON RAZA DE VERDAD, ES GENTE SENCILLA, DE LA DE ABAJO, Y AHORA RESULTA QUE LA BURGESIA ACA EN JUAREZ (LA FAMILIA ZARAGOZA) LOS DEL Z GAS !LOS DEL CAPITAL ENOTRAS PALABRAS!, RECLAMAN LOS TERRENOS DE NUESTRA GENTE COMO DE SU PROPIEDAD, PARA QUE? NO SE SI PARA INFLAR SU CAPITAL, O SOLO POR JODER AL DESPROTEJIDO, Y NO SE LES HACE JUSTICIA A NUESTRA RAZA DE LOMAS DE POLEO Y EL ALCADE EL «TETO» QUE NO ES EL PAYASO DE LOS NIÑOS SINO DE LA RAZA, EL QUE NOS HACE REIR CON SUS MENTIRAS, EL QUE PIENSA QUE A TODOS NOS ENGAÑA, NO LE HACE JUSTICIA MAS QUE A LOS DEL CAPITAL

    GRACIAS COMPAS DEL EZLN!!

    Comentario de CHRISTIAN FIERRO — noviembre 10, 2006 @ 1:45 pm

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