Le he dado muchas vueltas a la forma en que debo escribir esta carta. Por un lado pienso que debo hacerlo de «tú» y escribirte como se le escribe a un viejo conocido, escribirte como a un cómplice de antaño, cuando, por las letras, iba yo tropezando y desmenuzando un mundo que en provincia se parecía tan horriblemente a las ¿crónicas? del Monsiváis de La Cultura en México (del Siempre! de José Pagés Llergo), (…)
De inmediato se perciben varias tensiones. Una es la continuidad de la lucha social en México: la Revolución Mexicana (…) en realidad comenzó un día después de la caída de los aztecas ante el conquistador Hernán Cortés. (…)